Únete a un Staff
Últimos temas
Lectura #1 Noviembre 2017
+5
IsCris
berny_girl
yiniva
Veritoj.vacio
Maga
9 participantes
Book Queen :: Biblioteca :: Lecturas
Página 2 de 4.
Página 2 de 4. • 1, 2, 3, 4
Re: Lectura #1 Noviembre 2017
Me gustaría seguir conociendo mas a Lilith, me parece una niña muy interesante para tan solo 10 años.
Algo que he notado en ellos dos y me gustan, es su confianza para contarse todo, y no se si es porque piensan que solo se comunicaran a través del celular o que, pero es hermoso.
Ya quiero leer sobre esa cita virtual!
Algo que he notado en ellos dos y me gustan, es su confianza para contarse todo, y no se si es porque piensan que solo se comunicaran a través del celular o que, pero es hermoso.
Ya quiero leer sobre esa cita virtual!
IsCris- Mensajes : 1339
Fecha de inscripción : 25/10/2017
Edad : 26
Re: Lectura #1 Noviembre 2017
Rana quiere todo, pero no desea dar nada a cambio... aunque se nota su problema de auto estima...
berny_girl- Mensajes : 2842
Fecha de inscripción : 10/06/2014
Edad : 36
Re: Lectura #1 Noviembre 2017
CAPÍTULO SIETE
CITA VIRTUAL
¿Estaba mal que mi única confidente fuera una niña de diez años? Al menos, era madura para su edad; eso era lo que me decía.
Lilith y yo íbamos al parque cerca de su casa. Estaba caminando mientras ella montaba su monopatín a mi lado.
—¿Adivina qué, Lilith?
—¿Qué?
Di una vueltita.
—Tengo una cita esta noche.
Oh, Dios. ¿Acabo de dar una vuelta?
—¿Con Landon? ¿Viene para acá?
—No, todavía está en California, pero tendremos una cita virtual. Estaré aquí, y él estará allá.
Lilith arrugó la nariz.
—No entiendo.
—Tampoco yo. Pero me muero por ver cómo va a funcionar.
—¿Qué te vas a poner?
—Sabes, no he pensado en eso. Pero tal vez debería arreglarme, ¿eh? ¿De verdad comprometerme en esto?
Se detuvo de inmediato.
—Pensé que habías dicho que tenías citas.
—No, pero esto es diferente porque no estaré de verdad con él.
Empezó a moverse de nuevo.
—¿Cuál es el punto?
—Supongo que el punto es que puedo experimentar todas las buenas partes sin tener preocuparme por las cosas aterradoras. En realidad, es perfecto para mí.
Lilith me miró brevemente mientras se adelantaba.
—Eres rara, Rana.
Caminé más rápido para ir a su ritmo.
—¿Se supone que eso es una novedad, Lilith? Como sea, suficiente sobre mí. ¿Qué pasa contigo? ¿Todo bien?
—Debo escribir un ensayo sobre alguien que admire. No pude pensar en nadie, así que sólo escribiré sobre ti —dijo sin darle importancia.
Estuve momentáneamente conmovida hasta que caí en cuenta de que probablemente esa era una mala idea.
—¿Segura? Probablemente hay muchas opciones más viables… como tu mamá. Es una abogada. Deberías escribir sobre ella. ¿O qué tal Maya Angelou? ¿Qué vas a decir de mí?
Empezó a deslizar con más velocidad y gritó.
—Ya verás.
Oh, cielos.
***
Cuando llegué a casa de mi rato con Lilith, una gran caja entregada por UPS estaba afuera de mi puerta. Sabiendo que era de Landon, mariposas empezaron a revolotear en mi vientre.
Hace unos días, me pidió mi dirección para enviarme algo. Dudé mucho para dársela, pero me aseguró que nunca me engañaría o la usaría para venir a visitarme sin decírmelo. Su argumento fue convincente.
—Estás viviendo con un posible psicópata, Rana. ¿De verdad tienes miedo de que YO me aparezca en tu puerta?
Cierta.
Elegí confiar en él.
La levanté y la cargué al apartamento. De hecho era muy pesada.
Lenny estaba sentado en la cocina, usando unos grandes auriculares y escuchando algo en su portátil. Me ignoró por completo mientras pasaba a su lado y hacia mi cuarto.
Mi corazón estaba palpitando mientras abría la caja, sólo para encontrar varios paquetes envueltos dentro. Cada uno estaba numerado. Las palabas “Ábreme primero” estaban escritas en una nota doblada, parecidas a las que solía hacerme. Eso calentó mi corazón mientras la abría.
Rana,
No abras nada hasta que te lo diga. Esta es nuestra cita virtual en una caja. “Pasaré” por ti a las ocho en tu horario.
Landon
P.D.: Colócate algo sexy, o al menos dime que lo estás haciendo. No sabré la jodida diferencia.
Mis mejillas de hecho dolían de sonreír. El hecho de que se hubiera esforzado tanto para esto era conmovedor.
Resistiendo la tentación de abrir cualquier cosa en la caja. Fui a la ducha y me di cuenta que no había estado así de emocionada en mucho tiempo.
A la vez, me pregunté si habría sentido lo mismo si fuera una cita de verdad. Sabía que no. eso me habría asustado.
Colocándome una ropa interior cómoda y una camiseta larga, esperé ansiosamente la llamada de Landon.
A las 8PM en punto, el teléfono sonó, y las mariposas en mi vientre volaron con toda su fuerza.
Salté para responder.
—¿Hola?
Su profunda voz sonaba tan sexy.
—Hola.
—Llegas a tiempo.
—¿Esperabas que llegara tarde? Es nuestra primera cita oficial. Eso sería de mal gusto.
—Ha pasado un tiempo para mí. No sé qué esperar, en especial en este escenario.
—¿Un tiempo desde que has tenido citas?
Dudé.
—Sí.
Técnicamente, nunca he tenido una cita de verdad.
—¿Qué tanto?
Mantuve la respuesta vaga.
—Se sienten como años.
—Bien, entonces, voy a pedirte que uses la imaginación un poco esta noche, ¿bien? vas a tener que trabajar conmigo.
Me dieron escalofríos.
—Está bien.
—¿Cómo está el clima donde estás ahora?
Inclinando mi cabeza para ver por la ventana, dije:
—Está oscuro y frío afuera.
—Muy bien, entonces, si estuviéramos aquí juntos, verías que el sol todavía estaba brillando. Así que, nuestra cita será aquí. Tenemos como una hora y media de luz del sol todavía. ¿Tienes la caja cerca?
—Sí, está aquí en mi cama.
—Genial. Bien, ábrela. Saca el ítem numerado con el uno y desempácalo.
Mi corazón estaba acelerado mientras cuidadosamente lo sacaba de la caja y abría el empaque, el cual tenía una lámpara de sol.
—Oh, cielos, ¿me estás dando la luz del sol?
—Se supone que simula la luz del día, sí. ¿Tienes donde conectarla?
—Sí. —La saqué de la caja antes de conectarla al tomacorriente detrás de la mesa de noche. Cuando la lámpara iluminó mi cuarto, sonreí.
—Ahora está lindo y brillante aquí.
—Bien, ahora tienes tu sol. No más excusas para un mal día.
—Esto es asombroso. Gracias.
—Ahora, si estuvieras aquí, la primera cosa que querría hacer es presumir un poco llevándote a mi negocio. Así que, adelante y abre el número dos.
Sintiéndome ansiosa, saqué el envoltorio del objeto número dos. Mi boca se curvó en una sonrisa al ver una adorable replica de un camión de comidas con etiqueta a un lado mostrando el logo de Landon’s Lunch Box.
—¡Tu camión!
—Pensé que te gustaría.
—¿Mandaste a hacer estos?
—Sí. Son edición limitada.
—Sabes que estoy obsesionada con este camión de comidas, ¿verdad?
—Síp. Y es por eso que es nuestra primera parada en nuestra cita. Ahora, entra conmigo al camión.
Mordiendo mi labio inferior, cerré mis ojos e imaginé lo que me decía.
—Bien.
—Cuidado por donde caminas. Probablemente puedas oler los aromas de lo que quedo del día, lo que todo junto huele básicamente a cebollas fritas. ¿Tienes hambre, Rana?
—Me estoy muriendo de hambre.
—Bien, entonces vamos a alimentarte. Te preparé un sándwich especial. Abre el número tres.
—¿Estás bromeando? ¿Enviaste comida?
—No te preocupes, está empacada con paquetes de gel frio y hecho con pan de ciabatta para que no se humedeciera. Así que, debería estar fresco.
—¡Ah! —Me apresuré a abrir el tercer ítem.
Quitando el envoltorio alrededor del sándwich, podía oler la albahaca fresca. La saqué del envoltorio y lo mordí.
—Mmm. ¿Qué es?
—Es una receta especial solo para ti. La llamé Tomate-Tomahto Saloomi-Salami.
Suelto una carcajada.
—Perfecto. —Comiendo otro mordisco, dije—, ¿Qué le pusiste? Está delicioso.
—Es tomate, salami, albahaca fresca, mozzarella y ciabatta con sal, pimienta, y un chorrito de aceite con chile picante.
Mi boca estaba llena mientras hablaba.
—Santa mierda. Esto es muy bueno, Landon.
—Debes de tener sed.
Me reí.
—Si digo que sí, ¿abriré otro ítem?
—Tal vez.
—Bueno, sí.
—Entonces, adelante.
Inmediatamente reconocí la forma del número cuatro antes de siquiera abrirlo.
—Me enviaste una mini botella de vino.
—No confiaba en que no te acabaras la botella sola —bromeó—. Habrías estado maldiciéndome de nuevo para el final de esto.
—Puede que tengas razón. —Giré el corcho y tomé un sorbo del pinot grigio—. Delicioso.
Él parecía estar masticando.
—¿También estas comiendo? —pregunté.
—Claro. ¿Qué clase de cita sería si no lo estuviera haciendo? Estoy comiendo el mismo sándwich que tú. También bebiendo el mismo vino. Porque si estuviéramos juntos, estaríamos compartiendo la botella grande.
Me encantaba que se tomara esto tan en serio.
Siguiéndole la corriente, pregunté:
—¿Dónde estaríamos comiendo estos sándwiches?
—Ahora, estamos en Venice estacionados en el Boulevard de Abbott Kinney, sentados en un banco afuera del camión. Lo siento, me salté ese paso. Debería haber indicado eso.
—Estás haciéndolo genial. Esto es genial. Gracias.
Santería de Sublime empezó a sonar cuando dijo:
—Acabo de conectar mi iPod al altavoz para que puedas escucharlo mientras comemos.
Esa canción era perfecta para el ambiente que estaba imaginando en mi cabeza.
Era asombroso lo mucho que de verdad parecía que estaba ahí con él. Supongo que una buena imaginación puede llevarte a donde sea que quieras estar.
Comimos en silencio un rato, escuchando su música, parte de la cual era oscura. Puso canciones como Satellite y One Man Wrecking Machine de una banda llamada Guster. Cuando Otherside de los Red Hot Chili Peppers sonó, dos ideas vinieron a mi cabeza. Uno, amaba su gusto para la música. Dos, muchas de sus elecciones de canciones tenían que ver con adicción, y me pregunté si tenía algo que ver con su madre biológica. Quería preguntarle, pero me daba miedo arruinar el momento, así que opté por no hacerlo.
En un punto, una canción country sonó.
—¿Qué es eso? —pregunté—. No me pareces el tipo de hombre que escucha música country.
—Normalmente, no, pero la escuché otro día, y me recordó a ti.
—¿Por qué?
—Ya verás.
Escuché la letra por un rato y lo descifré.
—Oh, muy gracioso.
—Se llama This Ain’t No Drunk Dial de A Thousand Horses.
—Bien. —Me reí.
Al menos una hora pasó mientras hablábamos y escuchábamos sus canciones.
—El sol empieza a ponerse. No quiero desperdiciarlo aquí. Vayamos a la playa junto a mi casa —dijo.
Mi sonrisa creció.
—Bien.
—Abre el número cinco.
Con ansias quité el envoltorio del quinto regalo, el cual resultó ser una máquina que reproducía sonidos del mar.
—Esto es perfecto.
—Desconecta la lámpara y reemplázala con eso. Está oscureciéndose ahora de todos modos.
Felizmente seguí sus instrucciones y sonreí.
—Bien.
Nos sentamos en silencio, escuchando lo sonidos de mi nueva máquina con sonidos del mar.
—¿Dónde estás de verdad ahora? —pregunté.
—He estado en la playa junto a mi casa todo el tiempo —admitió. Pude escuchar su encendedor, luego el sonido de él soplando el humo antes de decir—. Dame algo, Rana. Lo que sea. Dime que tienes puesto.
Le dije la verdad.
—Estoy usando una camiseta que dice Jesús ama este desastre caliente, y… no estoy usando pantalones.
—¿Estás en ropa interior?
—Sí.
Su respiración se atoró.
—¿Qué hay del cabello?
—Está húmedo por la ducha. Tome una antes de que llamaras.
—Llega hasta tu trasero, ¿verdad?
—Sí. Está más largo que nunca.
—Hermoso —susurro—. ¿A qué huele?
Oliendo, pensé en cómo describir el aroma.
—Coco y menta.
—Mmm —gruñó—. Estoy intentando imaginarlo. Daría lo que fuera por olerlo.
—¿Y tú que estás usando? —pregunté.
—Una sudadera con capucha y pantalones cortos negros.
—¿Vas a robar una tienda?
Cuando ni siquiera pretendió que era gracioso, pude sentir que algo le molestaba. No dijo nada durante casi un minuto.
—¿Qué pasa, Landon?
—Cuéntame sobre los últimos trece años, Rana, la época en que te mudaste en particular.
—Pensé que está sería una cita relajada.
—Bueno, si de verdad estuviéramos sentados en la playa ahora, querría que me hablaras. Estoy intentando hacerlo realista.
Pasos de bebé.
Darle algo.
—No estoy muy orgullosa de quién era de adolescente. De verdad tenía un mal juicio y nada de autoestima. Dejé que la gente se aprovechara de mi. Ni siquiera puedo decir que mis acciones fueron culpa de la ausencia de mi madre, porque mi padre estaba ahí para mí. Me gusta culpar a Shayla, pero en realidad, debo de tomar responsabilidad por mis propias decisiones. Sé que estoy siendo vaga, pero el punto es, que he aprendido de mis errores.
—Cuándo dices que “dejaste que la gente se aprovechara de ti”… ¿quieres decir sexualmente?
¿Cómo debería responder eso?
—En parte, sí. Tenía baja autoestima. Era mi forma de actuar. Para cuando cumplí veinte, sin embargo, empecé a ordenar mis ideas, pero pasaron unos difíciles cinco años, más o menos, antes de eso.
—¿Has tenido novios?
Era difícil para mí admitir que nunca había tenido un novio oficial. ¿Qué persona de veintiséis años puede decir eso? Sin embargo, fue en parte por elección.
Respondí con honestidad.
—No.
—¿Has tenido citas?
—No.
—Por lo que puedo ver… lo cual sé es limitado… los chicos deben estar tumbándote la puerta. No entiendo.
—No es que no lo intenten. Es sólo algo que elegí por mi cuenta. No he querido involucrarme con nadie.
—¿Vivir como una monja es lo que has elegido? No puedes cambiar el pasado castigándote en el presente. No me malinterpretes, he hecho cosas de las que no estoy orgulloso, pero no puedo dejar de vivir por eso. —Dudó—. No vas a contármelo todo, ¿verdad?
Era perceptivo. Sabía que estaba conteniéndome. Decidí darle la vuelta.
—¿Tu vas a contarme tus más profundos y oscuros secretos?
—Con el tiempo, sí. —Ni siquiera dudó con esa respuesta.
Le creí, y eso me asustó, porque no quería tener que hacer lo mismo. La honestidad de Landon, su necesidad por pelar mis capas era demasiado para manejar tan pronto.
—Esta conversación se poniendo muy seria para mi gusto —dije—. No se suponía que fuera una cita intensa.
—¿Quién dijo eso?
—Sólo lo asumí.
—Sé que eres tímida. Supongo que sólo quería que supieras que nunca te juzgaré. Créeme… eso sería como ver la paja en el ojo ajeno.
—Sólo necesito tomarme esto con mucha calma.
—¿Qué es esto? ¿Define esto? ¿Involucra que alguna vez llegue a verte?... ¿a tocarte de verdad? Porque no puedes tomártelo con más calma que teniendo miles de kilómetros separándonos.
—Honestamente no sé qué es esto o qué puedo ofrecerte de verdad, Landon.
—Me enviaste esa foto, y jodió por completo mi cabeza. De hecho estaba bastante bien con como estabas las cosas. Pero esa fotografía de verdad me recordó que las cosas no tienen que ser de esta forma. Y honestamente, creo que el hecho que la enviaras significa que de verdad también quieres más. Sólo tienes miedo, y estoy intentando descifrar la razón.
—Soy todo un proyecto de ciencias, que debes intentar descifrarme. Esa primera llamada borracha debió haberte servido como advertencia. Deberías salir corriendo. Soy rara.
No estaba riéndose ante mi intento de auto menosprecio.
—No digas esas tonterías, Rana. No lo eres. No estás más jodida que yo. Al menos te haces cargo de la locura que muestras, a diferencia del montón de personas falsas que me encuentro aquí a diario.
Pasó un minuto de silencio mientras volvíamos a escuchar los sonidos del océano. Lo escuché prender su encendedor de nuevo.
Genial, estaba estresándolo.
Estaba muy segura de que también estaría encendiendo uno, si fumara.
Quedaba un obsequio más. No había dicho nada sobre abrirlo. Cerrando mis ojos, escuché el sonido de él inhalando y exhalando. Prácticamente podía oler el humo. Mis fosas nasales cosquillearon de solo imaginarlo.
—¿Qué sigue en la caja, Landon?
—No estoy seguro de si quieres lo que sigue.
—¿Por qué? ¿Qué es?
El tono juguetón de antes desapareció.
—Bueno, hace frío afuera. Si de verdad estuvieras aquí, te rodearía con mis brazos. Pero no estoy seguro de si es algo con lo que estarías cómoda, porque en realidad no sé qué demonios es esto entre nosotros. Así que, si la respuesta es sí, que quieres que te abrace… entonces ábrelo. Si la respuesta es no, entonces voy a pedirte que no lo hagas.
Sabía sin una sombra de duda que querría estar en sus brazos. Sólo no quería admitirlo, porque sentirme de esta forma por él me asustaba.
Pero necesitaba saber qué era.
—Sí. Me gustaría eso.
—Entonces, ábrelo.
Dentro del paquete número seis había una sudadera negra con capucha. Su sudadera. Se parecía a la que describió que usaba esta noche. La tela era muy pesada. La llevé a mi nariz e inhalé. Olía a cigarros y colonia. Su aroma era todo lo que me imaginé que era. Estaba oliéndolo.
—Bueno, siempre supe que serías el tipo de hombre que se quitaría lo suyo para dármelo…
—Colócatela —insistió.
—Bien —susurré. Empecé a temblar un poco mientras la pasaba sobre mi cabeza.
Esperó un poco y luego dijo:
—Siénteme envuelto a tu alrededor. Percibe mi aroma. Cierra tus ojos, y sólo quédate conmigo.
Mis ojos empezaron lentamente a llenarse de lágrimas porque esté era el recordatorio más real de lo que me estaba perdiendo. De verdad sentí que parte de él estaba de verdad conmigo, y este gesto fue incluso más íntimo que mostrarme una foto de él mismo porque era como si pudiera sentirlo por primera vez.
Cada lágrima que cayó representó el arrepentimiento vertiéndose de mí, arrepentimiento no sólo por mis errores pasado, sino por lo que me estaba perdiendo por vivir en el presente con miedo.
Veritoj.vacio- Mensajes : 2400
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Edad : 52
Re: Lectura #1 Noviembre 2017
CAPÍTULO OCHO
SHOW DE MIERDA
Había estado carcomiéndome.
Cuando mi padre se me unió para desayunar el fin de semana siguiente, tomé la oportunidad para contarle sobre Landon porque necesitaba saber si mis padres me habían mentido hace todos esos años.
—Papá, ¿recuerdas al chico Roderick, Landon, del apartamento en el garaje de Eastern Drive?
—Oh, sí. ¿Qué pasa con él?
—Bueno, lo he vuelto a encontrar. De hecho nos hemos vuelto amigos de nuevo.
Mi padre disminuyó la velocidad al masticar por un momento y luego asintió.
—Oh. Eso es bueno.
Esa reacción de hecho me sorprendió. Estaba esperando que se enojara.
Mis ojos se ensancharon.
—¿No estás molesto? Pensé que siempre habías dicho que eran malas personas.
Negó.
—No. El chico no. El padre era un poco raro, pero el chico es bueno.
—Bueno, él me dijo algo diferente sobre lo que tú me dijiste que pasó. Dijo que tú y Shayla se fueron sin pagar la renta; que de hecho no fuimos echados.
Mi padre dejó de cortar la pera y dejó el cuchillo.
—No teníamos dinero para la renta, pero ellos nos echaron.
—¿Me mentiste?
Dudó y luego dijo:
—Sí.
—Nunca pensé en cuestionártelo. ¿Por qué me mentiste?
—Tu madre. Me mudé para alejarla de ese novio. Pero no lo dejó de todos modos. No quise herirte, Ranoona. Mentí por Shayla. Lo siento mucho.
—Podrías haberme dicho la verdad. No te habría delatado con ella. Entiendo por qué lo hiciste.
Mi padre parecía de verdad arrepentido.
—Cometí muchos errores contigo. Grandes errores.
Incluso aunque odiaba que me mintiera, simplemente no podía estar enojada con él.
—Hiciste lo que sentiste que debías hacer. Lamento haberte hecho sentir culpable, pero sólo desearía haber sabido la verdad porque le guardé rencor a Landon por muchos años.
—¿Dónde vive ahora?
—California.
—¿Vino a verte?
—No.
—¿Por qué no?
—Porque es mejor así. Sabes que no salgo a citas.
Frunció el ceño.
—Eso me pone triste.
Era interesante como cambiaron las cosas. Mi padre solía prohibirme que saliera con chicos cuando era adolescente. Mientras tanto, me escapa a sus espaldas. Ahora que era mayor, no podía obligarme a salir con uno.
—¿Por qué te pone triste, papá? ¿No me quieres contigo para siempre?
—Cuando te cases, me mudaré.
—Deja de amenazarme. —Me reí.
***
Todavía vestida con mi ropa del trabajo, me acosté bocabajo durante llamada diaria nocturna con Landon.
—Te debo una disculpa —dije.
—¿Por qué?
—Tenías razón.
—¿Sobre qué?
—Mis padres. Mintieron sobre ser echados del garaje del apartamento. Bueno, mi padre lo hizo.
—¿Oh, eso es todo? Pensé que ibas a dejarme ver tu rostro, por el amor de Dios. Me tenías todo emocionado.
—Lamento la falsa alarma.
—¿Cómo te enteraste de la verdad?
—Mi papá me lo admitió. Aparentemente, sólo estaba intentando alejar a mi mamá de su novio, así que tuvo que mentir y hacer parecer que no teníamos más opción que irnos.
—¿Le contaste sobre mí?
—Sí. Parecía extrañamente feliz de que nos hubiéramos reencontrado. Probablemente se siente culpable por haber dañado nuestra amistad hace tdoos esos años.
—Siempre me cayó bien tu papá. Siempre gritaba sin razón, y no siempre podía entenderle cuando hablaba rápido, pero podía ver que era un buen tipo. Recuerdo que nos llevó al centro comercial una vez en esa camioneta de mierda que conducía.
—Sí. Y nos encontramos con mi mamá ahí más tarde y con su novio. ¿Recuerdas?
—Sí. ¿Cómo olvidarlo? Eso fue jodido —dijo.
—Recuerdo esa noche. Después de que vimos a Shayla, intentaste hacerme sentir mejor comprándome bolas de chicle y uno de esas revistas de adolescentes de Walgreens con el dinero que ganaste por podar el césped de la vecina. La señora Sheen era su nombre. No podía soportar a su hija, Kelsie; la niña rubia. Solía pelear por tu atención. Recuerdo sentirme muy competitiva con ella.
Hubo una larga pausa antes de que dijera.
—Entonces probablemente no debería admitir que después de que te mudaste, Kelsie y yo salimos por dos años.
Mi corazón casi se detuvo.
—¿Qué?
—Sí. Fue mi primera novia y mi primera… —dudó—. Bueno, ya sabes.
Se sentía como si el cuarto diera vueltas y una oleada de celos me atravesó.
—¿Tú… tuviste sexo con ella?
Lanson pareció divertido ante la pregunta.
—Eso es lo que los novios y las novias hacen cuando tienen dieciséis… diecisiete, sin importar que edad tengas.
Una silenciosa sorpresa me consumió. Y justo así, tuve trece de nuevo.
Kelsie y Landon. Dios, quería vomitar.
—¿Estás ahí, Rana?
Todavía procesándolo, pregunté:
—Vaya. ¿Ella? De verdad fue… ¿la primera?
—Sí. Terminé con ella antes de mudarme a California.
Jalándome el cabello, pregunté:
—¿La… la amabas?
—Me preocupaba por ella, y tuvimos muchas primeras veces juntos, pero no era amor, sólo algo adolescente. Ni siquiera sabía quién era en ese entonces. No habría durado, incluso si no me hubiera mudado. —Sintió mi conmoción—. ¿Estás bien?
—Sólo digiriendo esto.
—No te entiendo.
—¿Qué quieres decir?
—Estás jodidamente celosa por un romance adolescente que tuve cuando lo único que quiero en este momento es a ti. Podrías tener tanto o tan poco de mi como quisieras, aun así estás desperdiciando el tiempo preocupándote por alguien que me cogí hace una década, alguien en quien no he pensado en los últimos años hasta que la mencionaste. Mientras tanto, tú eres en lo única en quien puedo pensar; incluso aunque no he visto tu cara en trece años. Es casi gracioso. En serio, es como una película de clasificación B en Netflix. Con dos estrellas.
Tenía razón, y me sentí como una idiota; incluso aunque estaba todavía ardiendo de celos.
Me reí de mí un poco, incluso aunque no encontraba esto gracioso.
—¿Sabes qué? Que esto sea una lección para ti. Soy demasiado inmadura emocionalmente.
—Buen intento. Deja de intentar darme advertencias sobre ti. Sólo me hace quererte más.
—Estoy más jodida de lo que crees, Landon. Es incluso peor en persona.
—Bueno, en realidad no lo sabría porque estás ocultando mitad de tu locura de mí. He estado intentando conseguir tiquetes de primera fila para tu locura durante semanas, sin nada de suerte.
Algo constante era que incluso cuando nuestras conversaciones se ponían acaloradas, generalmente terminaban en risas.
Después de que colgamos el teléfono esa noche, todavía estaba conmocionada por su admisión sobre Kelsie. Podía sentir como me rompía. La necesidad de darle más era enorme.
Todavía usando mi disfraz verde esmeralda de bailarina árabe, frenéticamente comencé a quitar pieza por pieza de mi cuerpo; el sujetador de cuentas, el pañuelo de pedrería para la cintura, la falda. No podía quitármelo lo suficientemente rápido.
Él iba a probar una cucharada de su propia medicina.
Veritoj.vacio- Mensajes : 2400
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Edad : 52
Veritoj.vacio- Mensajes : 2400
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Edad : 52
Re: Lectura #1 Noviembre 2017
CAPÍTULO NUEVE
CHICA GITANA
Cuando el teléfono sonó tres noches después, me preparé para su reacción.
—¿Estás intentando matarme?
—¿Recibiste mi paquete?
—Repito. ¿Estás intentando matarme?
Sonriendo de oreja a oreja, sabía que UPS lo había entregado, ya que había estado rastreándolo todo el día como una lunática.
—¿Estás enojado?
—¿Estás bromeando? —Gimió—. Estoy recostado en mi cama ahora mismo sin usar nada más que a ti sobre mí.
—¿Cómo se siente?
—Es sedoso… y tengo flecos dorados envueltos alrededor de mi polla.
—Esa es una gran imagen.
—Hueles divino. A cielo puro, Rana. Sólo quiero ahogarme en ti.
Sus palabras me producen escalofríos.
—¿Te gusta?
Unos treinta segundos pasaron antes de que contestara.
Suspiró contra el teléfono antes de decir.
—Sabes, hay momentos fugaces en que todavía me pregunto si estoy siendo embaucado. Como si, esas fotos no fueran en realidad tuyas, o tal vez hay una razón siniestras de por qué no quieres que te vea. Porque déjame decirte, que si por alguna razón eso es cierto, en este momento, no querría saber la verdad. Quiero creer que eres tan asombrosa por dentro y por fuera como creo que eres. Y quiero quedarme aquí oliéndote hasta que no quede nada.
Sus palabras hicieron zumbar todo mi cuerpo con una urgente necesidad de tocarlo.
Me aclaré la garganta.
—Fue una decisión impulsiva.
—Bueno, me da esperanza que una decisión impulsiva lleve a otra. Tomaré lo que sea que quieras darme. ¿Qué te hizo decidirte por este atuendo en particular?
—Fue la noche que me dijiste que saliste con Kelsie. Después de que colgamos la llamada, me quité la ropa en un arranque de celos y la puse en una caja para ti. Estás usando mis celos.
—Estás completamente loca, mujer. Pero me encanta como trabajaste con mi idea.
—Soy muy recursiva en con mis estallidos psicóticos, sí.
—La próxima vez envíame todo… las bragas, también.
—Eso de hecho se me cruzó por la cabeza, pero no quería que pensaras que era una depravada.
—Me gustan depravadas. Lo que no me gusta es como me siento ahora… privado.
Una idea surgió en mi cabeza.
—Espera. Déjame ponerme tu sudadera.
Corrí al armario y la metí sobre mi cabeza.
—Bien, ahora también te estoy usando.
—¿Qué más estás usando?
—Nada. Sólo a ti.
—Mierda.
—Pero tu aroma se está desvaneciendo.
—Bueno, no voy a enviarte nada más. ¿Quieres olerme de nuevo? Tendrá que ser a mí, no mi camisa. —Podía escucharlo tomando aire profundamente—. Estoy tan jodidamente caliente ahora.
Sentí que podía venirme de sólo escucharlo hablar sucio. Tenía esa clase de voz profunda que me gustaba.
—También me estás poniendo caliente. —Me atreví a preguntar—. ¿Qué me harías si estuviera ahí?
—Muchas cosas. Pero por alguna razón, oler tu aroma me hace de verdad querer comerte el coño. Estoy ansiando eso ahora tanto, que mi boca se me hace agua. —Su voz es baja—. ¿Me dejarías?
Apenas y logrando hablar, tartamudeé.
—Sí… digo… sí… me encantaría eso.
—Estoy jodidamente obsesionado contigo, Rana.
Quería decirle que yo estaba más allá del punto obsesivo con él. En cambio, intenté salirme del hechizo sexual bajo el que me estaban poniendo sus palabras.
—Estás obsesionado con la idea de mí… el misterio. La realidad es un desastre.
—¿Qué realidad no lo es? Una relación es sobre apreciar lo bueno, lo malo y lo feo. Nadie es perfecto.
Una relación.
¿Eso era esto, verdad?
Sabiendo que mi determinación estaba menguando, susurré.
—Tengo miedo.
—No puedo hacer esto para siempre. No he estado con nadie desde la noche que enviaste la foto de tu trasero. Pero soy un hombre, y tengo necesidades. O me dejas verte, me dejas estar contigo, o no voy a tener más opción que descargar esta energía sexual con alguien más. ¿Es eso lo que quieres? ¿Quieres que le dé a otra persona lo que es para ti?
Mi corazón estaba saliéndose de mi pecho.
—No.
—Entonces establece una fecha. Coloca una jodida fecha. Quiero verte. Tienes que tomar la decisión. Nunca me apareceré a tu puerta sin tu permiso. Te lo prometí. Eres quien nos mantiene separados, así que necesitas decidir cómo sucederá.
Mi voz estaba temblando.
—Necesito más tiempo.
—¿Puedes decir honestamente que más tiempo te traerá a mi? Si es así, entonces, esperaré. Si no, entonces sácame ahora de mi jodida miseria. Dime que nunca va a suceder, para poder seguir con mi vida.
El miedo me había quitado la habilidad para hablar. Esto estaba convirtiéndose en más de lo que creí. No tenía una respuesta. Mi silencio hizo que sacara su propia conclusión.
—Debo irme, Rama. Llámame cuando tengas algo que decirme. La pelota está en tu lado de la cancha.
Entonces, colgó.
***
Landon no estaba jugando.
Unos días pasaron y no había llamado o escrito. Tenía sentimientos mezclados al respecto. Una parte de mi estaba miserable porque lo extrañaba mucho. El lado autodestructivo, por otra parte, se regocijaba que ya no existiera la presión de abrirme a él por completo, de lidiar con todas las sensaciones dolorosas de verlo finalmente cara a cara.
Pero a pesar de esa voz negativa, mi corazón estaba seriamente adolorido y rogándome que lo sacara de su miseria… que lo contactara.
En el trabajo una noche, visiones de Landon fueron particularmente invasivas durante mi rutina nocturna. Mientras recogía los dólares que fueron arrojados en mi dirección, me pregunté cuánto más podría vivir así.
La música se detuvo, y corrí por un poco de agua. Durante mi descanso, finalmente me rompí y escribí a Landon.
Rana: No estabas bromeando cuando dijiste que la pelota estaba en mi cancha. Extraño hablar contigo, y de verdad lamento haberte molestado.
Los tres puntos indicando que inminente respuesta aparecieron. Mi pulso se aceleró mientras miraba los puntos bailar.
Landon: Soy el amigo de Landon, Ace. Tengo su teléfono. Tuvo un accidente en el parque de patinaje. Quedo inconsciente después de golpearse la cabeza. Estoy en la sala de espera de Los Angeles Memorial. Los doctores están haciendo unos exámenes ahora mismo.
¿Qué?
Mi corazón estaba latiendo fuera de control.
Esto no podía estar pasando.
El cuarto estaba moviéndose, y se sentía como una especie de experiencia extra sensorial. Estaba entrando en pánico mientras lo que parecían cientos de pensamientos, corrían por mi mente.
¿Y si estaba severamente herido?
¿Y si perdía la memoria?
¿Y si nunca tenía la oportunidad de estar con él?
La lista seguía y seguía.
¿Y si nunca tenía la oportunidad de decirle lo que sentía por él?
¿Y si… moría?
MORÍA.
¿Y si él moría?
Finalmente reuní el coraje para escribir un mensaje más.
Rana: ¿Va a estar bien?
Landon: Por ahora no sé nada. Lo siento.
No.
No.
No.
Lágrimas me cegaron mientras volvía al comedor, dirigiéndome al gerente del restaurante. La banda pensó que estaba por bailar y empezó a tocar de nuevo.
—Xenophon, tengo una emergencia familia. Lo siento. Tengo que irme.
Sin molestarme en esperar su respuesta, agarré mi abrigo y salí corriendo del restaurante.
Mi frenética respiración era visible en el aire frío. Después de correr casi un kilómetro, finalmente encontré un taxi.
—Necesito ir al aeropuerto.
Mirando mi uniforme por el espejo retrovisor, dijo:
—Un poco pronto para Halloween, ¿eh?
Simplemente fingí una sonrisa antes de cerrar los ojos y rezar para llegar con Landon a tiempo, que estuviera bien.
Preocuparme por su impresión de mí había tomado menos importancia ante las preocupaciones en la cima de mi cabeza. No había tiempo para arreglarme más. Este cambio en los eventos había puesto todo en perspectiva.
Él necesitaba estar bien.
Era lo único que importaba.
Le di al conductor todos los billetes de dólar en mi posesión. Debió haber pensado que era una desnudista. Mi efectivo apenas cubria la tarifa.
Sin nada más que mi teléfono y billetera, corrí por las puertas deslizantes hacia la taquilla de Spirit Airlines.
—¿Cuándo es el próximo vuelo a Los Ángeles?
—Estamos llenos para el de las 8PM, pero hay un Delta que sale en cuarenta minutos. Pero tendrá que ir a la Terminal A. Que al otro lado en esa dirección.
Corriendo sin rumbo fijo en busca de la Terminal A, me moví entre las multitudes hasta que finalmente llegué a la taquilla de Delta.
Desafortunadamente, había una fila. El anciano detrás de mí empezó a mirarme y a sonreír. Pervertido. Estaba demasiado loca por llegar a California rápidamente para preocuparme.
Al fin, llegó mi turno.
—Necesito un tiquete para su próximo vuelo a Los Ángeles.
Después de mostrarle mi identificación y tarjeta de crédito, presionó unos botones antes de deslizar mi tarjeta y dijo:
—Lo siento, señora, pero su tarjeta fue rechazada. ¿Tiene otra?
—Sólo tengo una. ¿Puede intentarlo otra vez?
—Lo intenté dos veces. Lo siento, pero tendrá que hablar con la compañía de la tarjeta de crédito.
Se me ocurrió que había llegado al límite hace un tiempo cuando había comprado una nueva ropa de invierno. Obviamente, no estaba esperando comprar un boleto de avión. Devastada, le imploré a la empleada de la aerolínea.
—Por favor. ¿Hay algo que pueda hacer? ¿La aerolínea tiene un plan de pago o algo? estoy desesperada. No estoy viajando por placer. —Empecé a balbucear mientras lagrimas caían por mi cara—. Hay un chico. Estoy segura de que es el amor de mi vida. Simplemente todavía no lo sabe. Como sea, tuvo un accidente. Y ni siquiera sé que tan serio es. Salí del trabajo y corrí directo aquí, tengo tanto miedo de que si no entro en este vuelo, puede que nunca lo vea de nuevo. —Estaba ahogándome en lágrimas.
Justo entonces, unos dedos tocaron mi hombro.
Girando mi cabeza, espeté:
—Por favor. Ya casi termino.
El anciano pasó frente a mí.
Entré en pánico.
—¿Qué hace?
Habló con la mujer en la taquilla.
—Me gustaría pagar por su vuelo, por favor.
¿Qué?
—¿Está seguro? —preguntó—. Son setecientos dólares más impuestos, sólo de ida.
—Sí, estoy seguro. —Su mano tembló un poco mientras buscaba su tarjeta de crédito en su gastada billetera marrón y se la entregaba.
Me quedé en silencio, sorprendida ante la generosidad que estaba presenciando de un hombre que había considerado un pervertido hace unos minutos. Este anciano se había convertido en mi ángel guardián en la Tierra.
Me miró.
—Si el amor de mi vida estuviera en peligro, puedes apostar que necesitaría estar en ese vuelo. De hecho, el amor de mi vida está muerto, pero era una romántica, y si estuviera aquí, estaría diciéndome que pagara por el vuelo de la chica gitana.
—Gracias, señor… ¿cuál es su nombre?
—Ralph Issacson.
—Señor Issacson, siempre estaré agradecida por esto. Por favor escríbame su información para poder pagarle.
Estiró su mano.
—Eso no será necesario. Es un gran gusto hacer esto por usted. Y no necesito el dinero.
No hubo tiempo de discutir. Necesitaba agradecer a este hombre antes de correr al vuelo. La única cosa que podía pensar que sabía que él podría querer era gratis.
Tomando su rostro en mis manos, planté un firme beso en sus labios. Pareció sorprendido, pero extremadamente satisfecho con mi impulsivo gesto. Una sonrisa permanente parecía estar pegada en su rostro. Definitivamente lo dejé confundido y sorprendido.
Corriendo a la puerta con unos minutos de tiempo, recé cuatro Padrenuestros y cinco Ave Marías.
Sin equipaje, pude pasar por seguridad sin ningún problema, excepto un pequeño caos cuando el metal de los adornos en mi traje árabe hizo que los detectores se dispararan. Me revisaron, y llegué al área de abordaje justo a tiempo.
¿Mencioné que nunca he estado antes en un avión?
Veritoj.vacio- Mensajes : 2400
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Edad : 52
Re: Lectura #1 Noviembre 2017
CAPÍTULO DIEZ
DIME ALGO GRACIOSO
Cada momento de las cinco horas de la vuelo la pasé moviendo mis rodillas de arriba abajo. Solía pensar que me daría miedo volar, pero encontré que tenía más miedo de lo que me esperaría en tierra.
Sin poder concentrarme en nada más que London, ni siquiera pude leer o concentrarme en la película para dejar de pensar en cosas.
Una vez aterrizamos, le pedí a un extraño dinero para usar el transporte público, el cual me dejó frente al Hospital Los Ángeles Memorial.
Me veía ridícula, con mi rímel manchado y un abrigo puesto sobre mi atuendo de bailarina árabe. Sintiendo como si fuera a desmayarme del calor, me quité el abrigo, lo cual hizo que todos miraran mi sujetador de cuentas. No me importó; lo único que importaba era llegar con Landon.
Me detuve frente a la recepción.
—Estoy aquí para ver a Landon Roderick. ¿Puede decirme dónde está?
Mi corazón estaba en la boca todo el tiempo que la recepcionista buscó en el sistema. Me preparé para su respuesta.
—Está en la habitación 410. Tome el elevador al cuarto piso y siga las señales al Ala Este.
Solté el aire que estaba aguantando cuando una oleada de alivio me recorrió.
Todavía estaba aquí.
Estaba vivo.
¡Gracias, Dios!
Sin tener ni idea que iba a decir o hacer, corrí al elevador vacío y presioné el botón cuatro. Mi corazón latía rápido con cada cambio de los números.
De repente, mis nervios empezaron a hacerme perder el control. Sin poder contener las lágrimas formándose en mis ojos, me pregunté si de verdad sería capaz de verlo. O peor, ¿y si no me quería aquí bajo estas circunstancias?
El elevador sonó y se abrió en el piso de Landon.
Me quedé por un momento tomando aire antes de salir.
Sin poder recordar adónde dijo al recepcionista que fuera, debí haber lucido tan perdida como me sentía porque una enfermera se ofreció a ayudarme.
—¿A dónde se dirige?
—¿Habitación 410?
Apuntó unas puertas más allá.
—Es esa de ahí, pero está vacía. El paciente acaba de salir.
—¿Dónde está?
—Lo siento. No puedo darle esa información. Es confidencia.
—¿Fue dado de alta?
Dudó.
—Eso creo.
—¿Hace cuánto?
—Hace unos veinte minutos.
Tragando con fuerza, regresé a las puertas del elevador conmocionada. Mi garganta estaba seca; no había tomado nada en horas, y pronto iba a desmayarme en este piso y necesitaría ser atendida.
¿A dónde iba ahora? No tenía idea.
Mientras volvía al vestíbulo, miré alrededor en vano buscando señales de él. Estaba haciéndose tarde, casi medianoche, y necesitaba encontrarlo. ¿A dónde más iría si no era dónde él? Sólo esperaba que la mujer tuviera razón y que fuera de verdad dado de alta y estuviera bien, en lugar de haber sido transferido a otra parte. Necesitaba saber con certeza que iba a estar bien.
Abriendo las puertas giratorias, estaba por escribirle cuando el mundo pareció dejar de girar.
Rápidamente fui consciente de que no tendría que esperar mucho para saber qué había pasado con Landon.
La visión de él me robó el aire.
Me congelé.
Reconocí sus fornidos y tatuados brazos de espaldas de inmediato. Al menos, estaba noventa por ciento segura de que era él. Landon estaba de pie cerca de la acera mientras esperaba presumiblemente un auto.
Ahora que podía ver que estaba aparentemente bien, me paralicé por otra clase de miedo.
Todavia no te ha visto.
Todavía hay tiempo de dar vuelta y volver a casa, Rana.
Landon metió la mano en su bolsillo para sacar su teléfono y empezó a escribir algo por un rato. Sólo seguí quieta, mirándolo desde lejos.
Cerca de dos minutos después, mi teléfono vibró.
Me había escrito.
Landon: Sé que es tarde allá. Estoy seguro de que duermes, y técnicamente estoy en medio de una autoimpuesta prohibición a contactarte, pero sólo quería decirte algo. La vida es jodidamente corta. Estoy bien… peor me golpeé la cabeza patinando. Tuve una leve contusión. Pasé todo el día en el hospital para que me hicieran exámenes y se aseguraran que mi cabeza estaba jodida, pero bien. (Aunque ese nunca ha sido el caso, ¿verdad?). Como sea, todo el punto de este mensaje es decirte que hubiera sido horrible si por alguna razón no estuviera bien, principalmente porque nunca habría tenido oportunidad de decirte que lamento haberte colgado. Si por alguna posibilidad estás despierta, y recibes esto, de verdad podría servirme tu locura ahora. Dime algo gracioso, Rana.
Oh, Dios mío.
Muy bien, respira.
Sin pensarlo, empecé a escribir. Mis manos estaban temblando.
Rana: Tengo algo para decirte. De hecho es un poco largo. Así que, fui a escribirte durante mi intermedio en el trabajo, y respondiste… sólo que no eras tú. Era tu amigo escribiéndome para decirme que estabas en el hospital, y que te habías golpeado la cabeza, y que no tenía ni idea de qué tan malo era. ¿Qué hace una persona cuerda en ese escenario? Sale corriendo del trabajo directo al aeropuerto. Llegué ahí, y resulta; que gran sorpresa; que mi tarjeta de crédito fue declinada. Así que, no iba a subirme en ese avión hasta que un anciano que había estado ojeándome minutos antes decide pagar mi boleto de avión. Procedí a besarlo en los labios y corrí a la puerta. Nunca había estado en un avión en mi vida. Seis horas después, estoy en el hospital en L.A., todavía vestida en mi sujetador de cuentas y falda transparente, sólo para darme cuenta que te han dado de alta. Rota, hambrienta y vestida como una zorra en Halloween, salí para encontrar que por algún retorcido milagro del destino; estás de pie en la acera. Así que, me quedé congelada, justo detrás de ti, muerta del susto.
Presioné enviar.
Todo mi cuerpo estaba temblando mientras lo observaba bajar la mirada a su teléfono y leer el mensaje.
Esperé por ese momento, y vino cuando su cuerpo se volteó.
Mi pecho subía y bajaba. Finalmente, sus ojos aterrizaron sobre los míos. De verdad fue el momento más irreal de mi vida, tan hermoso como aterrador.
El viento de la noche sopló mi cabello alrededor mientras Landon lentamente se acercaba. Era incluso más sorprendentemente apuesto en persona y de cerca. Sus ojos eran más claros de lo que recordaba, el pequeño bultito en su nariz más prominente.
Anonadado, sus ojos se movían de un lado a otro, observándome silenciosamente. Colocó su gran y cálida mano, suavemente en mi mejilla. Cerré mis ojos un momento para atesorar el sentimiento. La simple caricia produjo temblores en mi cuerpo, los nervios colisionando con el deseo, el miedo colisionado con el confort. Tan familiar y aun así aterrador.
Landon no dijo nada mientras sólo me miraba intensamente y luego empezó a trazar suavemente los contornos de mi rostro. Cerré mis ojos de nuevo mientras pasaba su dedo índice por la inclinación de mi pequeña y respingada nariz. Su dedo viajó sobre mis labios, luego a mi cuello y se detuvo justo antes de mis pechos, los cuales estaban derramándose de un sujetador con piedras incrustadas.
—Santa mierda —murmuró—. De verdad eres tú.
Di lo que piensas.
Di lo que piensas.
Sólo dilo.
Nunca lo hizo.
Nuestro momento fue interrumpido por una fuerte bocina, la cual apenas y rompió el estado de trance de Landon.
Un tipo barbudo con apariencia de hispter, bajó su ventana y gritó.
—¡Oye!
—¿Quién es? —pregunté.
Landon todavía estaba mirándome perdido y no rompió su mirada cuando dijo:
—Mi amigo, Ace. Vino a recogerme.
Ace encendió las luces intermitentes, salió del auto, y se acercó a donde estábamos de pie, justo afuera de la entrada principal.
Alzó su barbilla una vez.
—¿Quién es ella?
Por primera vez, la boca de Landon se curvó en una pequeña sonrisa.
—Esta es mi chica, Ace. Aunque ella todavía no lo sabe.
A pesar de mi agotamiento, me reí un poco. Eso sonaba exactamente a lo que dije en el aeropuerto a la azafata sobre Landon siendo el amor de mi vida. Simplemente todavía no lo sabe.
—¿Ahora estás recogiendo chicas al azar en el hospital?
—Cierra la boca. Esta es Rana, idiota.
Ace se rio.
—Ohh. Mierda. Lo siento. Debí haberme dado cuenta por el atuendo. No sumé dos más dos. Me contó sobre ti.
—¿Lo hizo?
—Sí.
—Hablamos por mensajes más temprano —le recordé.
Landon frunció el ceño.
—¿Por qué no me dijiste que me escribió?
—Olvidé mencionarlo. —Ace volteó hacia mí—. ¿Simplemente volaste hasta aquí?
—Sí.
—Genial. ¿Están listos para irnos? Debo ir a otra parte.
Landon estiró su mano para mí, y la tomé, sin poder recordar la última vez que sostuve la mano de un chico. Su agarre era firme y protector, representativo del tipo de hombre que sabía que sería conmigo. Noté que usaba dos anillos de plata en sus dedos. Simplemente se sentía increíble estarlo tocando al fin. Como un sueño en realidad.
Después de que me llevó al asiento trasero del Jeep de Ace, condujimos. No tenía idea de a dónde íbamos, aunque asumí que nos lelvaba al apartamento de Landon.
La mirada de Landon estuvo en mí todo el viaje, pero no dijo nada. Sus ojos eran expresivos, como si quisiera decir algo o preguntar un millón de cosas. Ciertamente teníamos mucho que discutir, pero debió haber decidido no decir nada enfrente de su amigo. Por no mencionar, que nuestro chofer tenía la música muy en alto. Estaba resonando So What Cha Want de los Beastie Boys con las ventanas abajo.
Una suave luz estaba en un sensor que iluminó el camino mientras Ace estacionaba frente a la casa de Landon. La estructura de estuco de un violeta grisáceo tenía un garaje en el primer piso y un balcón en el segundo. Había tres casas idénticas en fila. La playa estaba al otro lado del camino a la distancia, pero suficiente cerca para poder escuchar las olas chocar.
Salimos, y Landon golpeó la parte de arriba del auto de Ace.
—Gracias por todo, hombre.
—No hay problema. Un gusto, Rana.
Asentí.
—Lo mismo.
El sonido de las llantas del Ace tocando el pavimento indicó que estábamos finalmente solos. Miré en la distancia las acogedoras palmeras bailando con la brisa de la noche como si estuvieran dando serenata a la chica deslumbrada de Michigan.
Landon se giró hacia mí, sus hermosos y azules ojos brillando en la oscuridad.
Mientras me quedaba de pie encarándolo, preguntó:
—¿Te sientes bien?
—Sí. Todavía me duele la cabeza un poco, pero tuve mucha suerte. —Sonrió—. Incluso si sintiera dolor, estoy seguro de que estaría entumecido a este ahora. —Acunó mi rostro—. Mierda, Rana. Estás aquí.
—Sé que esto es una sorpresa.
—Es una buena, sin embargo. Una genial. Sabía que cederías y me verías con el tiempo, pero demonios, de verdad me sorprendiste.
—Estaba asustada. No lo pensé dos veces para venir aquí cuando pensé que estabas en peligro. Ni siquiera fue una decisión hasta donde me concernía. Ni caballos salvajes podían mantenerme lejos.
—Ni siquiera una voraz serpiente te habría mantenido lejos —bromeó.
—Así es. —Me reí nerviosamente, mi cuerpo en alerta—. ¿Qué te pasó?
—Fui al parque para patinar y relajarme, y a veces me vuelvo un poco loco. Me resbalé, me golpeé la cabeza, y me desmayé. Lo siguiente que recuerdo, es que estaba en una ambulancia. Obviamente no sabía que me escribiste hasta que dijiste que Ace te contestó. No lo noté porque no había ninguna notificación ya que él respondió.
—Estaba muy preocupada por ti.
Su boca se curvó en una sonrisa mientras pasaba su pulgar por mi mejilla.
—No tienes que convencerme de eso, bebé. El hecho de que estés aquí de pie frente a mi es la única prueba que necesito para saber lo mucho que te preocupas por mí.
—¿Crees que estoy loca por saltar a un avión?
—Siempre pensé que estabas un poco loca, pero que vengas aquí no es una de las razones. Estoy sorprendido; hasta el punto que estoy claramente sin nada que decir convincente que decir. Que te subieras a ese avión significa más para mí de lo que podía imaginar. —Se acercó más—. Y no puedo creer que un viejo te haya besado antes que yo, por cierto.
Pensé que tal vez me besaría en ese momento, pero no fue así.
Sintiéndome de repente avergonzada, miré mis pies.
—Sé que probablemente tienes un millón de preguntas sobre mi apariencia. Yo…
—No me debes explicaciones. —Puso su mano en mi mejilla.
—Pero estoy segura de que probablemente te preguntas… —Cuando perdí las palabras, completó mi idea.
—¿Preguntándome dónde está tu nariz? —Se rio—. Creo que es muy obvio lo que pasó aquí.
—Sí. Sé que es obvio. Sólo dije que podrías estarte preguntando por qué…
—No, de hecho, no. estoy muy feliz de verte aquí ahora para preocuparme por algo más. Y necesitas una ducha caliente y comida. Vamos adentro. Deja tu ansiedad en la puerta. Cuidaré bien de ti. —Tomando mi mano, me llevó a la entrada.
—¿No se supone que yo cuide de ti? —pregunté mientras lo seguía dentro.
—No. los doctores dijeron que estaré bien. Sólo necesito tomar Advil y tener cuidado de no tener más accidentes que involucren mi cráneo por un tiempo, ya que la contusión lo dejó vulnerable. Así que, nada de locuras por unas semanas, u tendrás que refrenarte de arrojarme cualquier cosa mientras estás aquí. Intentaré no provocarte. —Guiñó un ojo.
—Me alegra tanto que estés bien.
—También yo… en especial ahora que estás aquí. Habría sido terrible si me lo hubiera perdido. —Hizo un gesto alrededor—. Como sea, bienvenida a mi humilde morada. No es elegante, pero es lo que consigues a cambio de vivir cerca a la playa.
La casa de Landon era agradable. Era pequeña pero con un espacio abierto y una vista decente del mar.
Cuando me llevó a su cuarto, estaba mostrándome la vista desde su ventana, pero lo único que pude hacer fue mirarlo a él mientras no me miraba. De repente se volteó hacia mí y pareció notarme observándolo. Debí haberme puesto roja porque aparentemente pudo sentir mis nervios.
—Relájate. No muerdo. —Se acercó y puso sus manos en mis hombros, y lo sentí en mi centro—. Soy solo yo. No te pongas nerviosa.
Ese es el problema. Eres tú, Landon. Y no confío en mi misma.
¿Estaba nerviosa? Claro. Pero ciertamente no era porque tenía miedo de que él intentara algo. En todo caso, estaba sorprendida por lo mucho que mi cuerpo quería sucumbir a cada deseo en este momento, en especial cuando me tocaba; lo mucho que me embriaga por su aroma; lo mucho que quería pasar mi lengua por sobre su relleno labio inferior. Pero era evidente que Landon estaba siendo cuidadoso. Estaba tomándose las cosas con calma.
—Me siento a salvo aquí. Mis nervios no son por ninguna clase de aprehensión. Es más unos nervios por la emoción, unos que no estoy acostumbrada a sentir.
—Entonces, bien. —Sonrío—. ¿Quieres un desayuno para cenar?
—Sí.
Moviendo su cabeza, dijo:
—Sígueme.
—Prácticamente ya es de madrugada de todos modos —dije, tomando su mano mientras me llevaba a la cocina.
Landon terminó preparándonos una deliciosa pila de tostadas francesas con canela antes de alistarme una ducha.
Me intrigó que Landon tuviera el elegante gel para ducha Anna Sui en su baño. Eso me hizo preguntarme si una mujer se lo dio, o si lo había dejado aquí. Intenté sacarme la idea de la cabeza.
Cuando terminé de ducharme, me envolví en una toalla y me asomé afuera del baño.
—¿Tienes algo que pueda usar?
Me gritó de la sala de estar.
—Te dejé algo de ropa en el suelo junto a la puerta. Esos servirán por ahora. Mañana podemos salir y comprar algo.
Por supuesta, había una pila de prendas dobladas en el suelo a mis pies.
—Gracias —respondí, levantándolas.
Regresando al baño lleno de vapor, me puse la camiseta negra de Def Leppard y unos pantalones negros holgados. La camiseta era grande, así que decidí atar el extremo en un nudo sobre mi ombligo para que pareciera más femenina.
Después salí del baño, encontré a Landon en su cuarto. Tenía las manos en los bolsillos y estaba mirando por las puertas deslizantes que daban al patio.
—Me siento como una vagabunda —dije.
—Bueno, entonces eres la vagabunda más hermosa que he visto. —Miró a mi vientre, notando que había enrollado la camisa. Miró mi ombligo—. Tienes una perforación en el ombligo. No lo noté antes.
—Mi falda estaba cubriéndolo.
—Me encanta.
Landon se acercó a mí. La tensión sexual en el aire era densa mientras rozaba su dedo contra mi piercing. Ni siquiera podía describir por el suave toque estaba haciéndole a mi cuerpo.
Aclarando mi garganta, dije:
—Me perforé alrededor de la época en que empecé a bailar. —Landon tenía una pequeña y negra piedra en su lóbulo derecho, y había notado antes que su lengua también estaba perforada. Encontrando el último muy sexy, dije—: Me encanta el piercing en tu lengua. ¿Es el único aparte del que tienes en la oreja?
Sonrío y se frotó la mandíbula, pareciendo inseguro de si debía o no responder mi pregunta.
—No. Tengo otro.
—¿Dónde?
La sonrisa en su rostro lo decía todo.
—En un sitio que no puedo mostrarte ahora.
De repente me dio calor.
—Oh.
Alzó su ceja, pareciendo divertido ante mi reacción ligeramente avergonzada.
—Tú preguntaste.
—Así es.
Agarró mi cabello juguetonamente, aparentemente, encontrando mi vergüenza bonita.
—¿De casualidad tienes un cepillo para el cabello? —pregunté.
Rascándose la cabeza, dijo:
—Sí. Ya vuelvo.
Regresó con uno y me sorprendió cuando en lugar de dármelo, caminó detrás de mí y empezó a cepillar mi cabello húmedo. Cerré mis ojos y atesoré la sensación de su cálido cuerpo a mis espaldas, sus manos tomando mis largos mechones mientras suavemente pasaba el cepillo por las hebras. Y por supuesto; como cualquier con sangre en las venas, todavía estaba pensando en su polla perforada.
—No recordaba que tu cabello fueran tan negro cuando éramos niños —dijo—. Es tan negro… hermoso.
—Sí. Es natural… al menos puedo decir eso de algunas cosas, ¿verdad?
Ignoró mi intento de auto ridiculizarme, sin darle importancia respondiendo.
Sentí sus tranquilizadoras palabras contra mi cuello.
—¿Cuánto tiempo puedes quedarte?
Respondiendo honestamente, dije:
—No lo sé.
Dejó de peinarme y pasó su mano por la longitud de mi cabello, deteniéndose sobre mi trasero. Su toque era electrizante.
—¿Estaba todo bien en el trabajo cuando viniste aquí?
—No tengo idea. Sólo les dije que tenía una emergencia familiar y me fui.
—Será mejor que llames mañana para estar segura, pero sólo para que sepas, que si por alguna razón te dan problemas, tienes mi apoyo. Me aseguraré de que puedas pagar tu renta.
—Eso no es necesario.
—No podías pagar el tiquete hasta aquí. Es claro que necesitas ese trabajo. y si lo sacrificaste para venir a verme, entonces seguro que me voy a encargar de que estés bien.
Sin saber qué más decir, simplemente susurré.
—Gracias.
Landon caminó a su tocador. Había un montón de bandas atadas entre si en una pelota. Sacó una y la puso en su boca, jalándola con los dientes. Eso fue extrañamente sexy por alguna razón.
Vino detrás de mí y reunió mi cabello en una coleta baja, atando la banda alrededor. Su mano se quedó un rato antes de soltarla. Mi cuerpo ansiaba el regreso de su toque. Tener sus manos sobre mí estaba convirtiéndose, rápidamente, en mi cosa favorita.
Me volteé para mirarlo. Nuestros ojos cerrados por varios segundos. Era un poco inquietante lo mucho que quería que me tocara de nuevo. Pero no lo hizo.
—Usa mi cama —dijo al fin—. Mañana desayunaremos en la playa. Luego, podremos tener esa charla.
—¿No tienes que trabajar mañana?
—Mel se encargara del camión. Estoy oficialmente incapacitado por el tiempo que estés acá.
—¿Puedes hacer eso?
—Soy el jefe. Puedo hacer lo que quiera. —Fue hacia la puerta—. Voy a dejar que duermas. Ya es de madrugada en Michigan.
—¿Qué hay de ti?
—También iré a dormir pronto.
—Bien. Te veo en la mañana.
—Buenas noches, Rana. —Dio dos golpecitos a la puerta antes de irse.
Mientras yacía recostada en la cama de Landon, nadando en su embriagador y masculino aroma, me di cuenta que estaba escuchando los verdaderos sonidos del océano. No una maquina… los de verdad.
Últimamente, cuando no podía dormir en casa, iba hasta el armario y leía una de las viejas notas de Landon. Est anoche, caminé hasta su ventana en cambio. Y observé.
Landon estaba de pie afuera, fumando un cigarro. Admiré su preciosa estatura y la forma en que su trasero se moldeaba perfectamente a sus pantalones cargo negro. Esta escena no era exactamente lo que había imaginado desde la distancia. En mi imaginación, el agua estaba más cerca cuando de hecho, podía verla en la distancia. Pero esto era jodidamente genial.
Caí en cuenta: mi mayor fantasía; estar en California con Landon; se había hecho realidad. Era aterrador y emocionante a la vez, particularmente porque no tenía ni idea de que traería el mañana.
Veritoj.vacio- Mensajes : 2400
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Edad : 52
berny_girl- Mensajes : 2842
Fecha de inscripción : 10/06/2014
Edad : 36
Re: Lectura #1 Noviembre 2017
Me encantoo la cita, que belloo!!!
Algo que no me gusto fue cuando el le dijo que tendría que decidirse o el se buscaría a otra, o sea, en verdad tiene razón, pero siento que no era la forma el acorralarla
Ahora que están juntos, que empiece la acción!
Algo que no me gusto fue cuando el le dijo que tendría que decidirse o el se buscaría a otra, o sea, en verdad tiene razón, pero siento que no era la forma el acorralarla
Ahora que están juntos, que empiece la acción!
IsCris- Mensajes : 1339
Fecha de inscripción : 25/10/2017
Edad : 26
Re: Lectura #1 Noviembre 2017
el compañero de cuarto de Rana me da mala espina, lo de la cita fue genial tan lindo Landon, y el que dejara el trabajo botado y Rana fuera a buscarlo fue un súper detallazo, por fin están frente a freante.
yiniva- Mensajes : 4916
Fecha de inscripción : 26/04/2017
Edad : 33
Veritoj.vacio- Mensajes : 2400
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Edad : 52
Re: Lectura #1 Noviembre 2017
Capítulo Once
Ruptura
Un delicioso aroma llenó el aire mientras estiraba los brazos. No fue un sueño, después de todo. Todavía estaba aquí en California con Landon.
La brillante luz del sol entraba a raudales por la ventana de su habitación, y sonreí, de nuevo consciente del hecho de que esto estaba sucediendo realmente.
Landon no me vio de pie tras él mientras cocinaba. Una jarra nueva de café estaba haciéndose en la encimera. La tostadora sonó. Island in the sun de Weezer estaba sonando en su teléfono, y silbaba mientras hacía varias cosas a la vez.
Estaba llevando una gorra de béisbol echada hacia atrás, no vestía camiseta y su ropa interior se mostraba por encima de la cintura de su pantalón. Me llevó solo un momento para maravillarme con los contornos de su musculosa espalda. Mis pezones se endurecieron contra la camiseta que todavía estaba vistiendo.
Me aclaré la garganta, así él sabría que estaba ahí.
Se giró, con la espátula en la mano.
—¡Hola! ¿Cómo dormiste?
—Como un bebé una vez que me dormí.
—Bien. —Tomó una taza y me sirvió un poco de café—. ¿Cómo lo tomas?
Inclusa una pregunta simple como esa puso de los nervios a mi mente excitada.
¿Cómo lo tomas? ¿Por qué, de repente, todo sonaba seductor?
—Solo crema.
—¿Leche está bien? Compraré algo de crema más tarde ahora que sé que te gusta.
—Leche está genial.
Acaricié sus dedos con los míos cuando me entregó la taza humeante. Incluso ese mínimo contacto me provocaba escalofríos.
—Gracias.
Clavó su mirada en la mía antes de alejarse y volverse a la encimera. Landon parecía un poco al borde, y no podía imaginarme por qué. La inseguridad se estaba abriendo paso, intentando convencerme de que su extraña conducta tenía que ver con algo que le molestase de mí.
Dándome la espalda, habló:
—Voy a envolver estos burritos mientras estén calientes y los llevaremos a la playa.
Había un tenue frío de la mañana en el aire mientras caminábamos en silencio hasta el agua. Landon había servido un poco de café en dos termos y llevábamos los burritos envueltos en papel de aluminio.
Elegimos un lugar y nos sentamos el uno al lado del otro en la fina manta de lana que él había traído. Rodeados de gaviotas y comiendo en silencio, mirábamos hacia el océano.
Cuando terminamos el desayuno, Landon tomó los que quedaba de mi papel de aluminio y lo metió en la bolsa que había traído para la basura. Sin comida que nos distrajese, me giré hacia él y le hice la pregunta que me había estado asaltando.
—¿Estás bien?
Tomó mi mano y entrelazó nuestros dedos.
—Estoy realmente bien, sí.
—Estás muy callado. Solo me preguntaba qué estabas pensando.
—Estoy pensando muchas cosas, concretamente tú. Para ser honesto, estoy encontrando… no estoy muy seguro de cómo actuar a tu alrededor.
—¿Qué quieres decir?
Miró hacia el agua, para reunir sus pensamientos, cuando dijo:
—Todavía me estoy acostumbrando a ti estando aquí en persona. Creo que no estaba tan preparado como creía que estaría. No sé cómo manejar mi atracción por ti, porque me siento como… tal vez hacerte sentir incómoda. Así que, estoy intentando contenerme para mostrarlo, y realmente no sé cómo hacer eso. Porque lo que estoy sintiendo… es bastante intenso. Eres deslumbrante. Quiero simplemente mirarte, pero sé que tienes un gran complejo con tu apariencia. Para ser perfectamente honesto, quiero hacer más que simplemente mirarte. Pero sé que, si jodo esto, huirás de vuelta a Michigan antes incluso de que tenga oportunidad de tener algo de tiempo contigo.
Odiaba que lo hubiese hecho sentir como si necesitase ser cauteloso a mi alrededor. La verdad era que había estado petrificada por mostrarle qué había hecho. Pero ahora que estaba realmente aquí, eso ya no importaba tanto.
—Estaba avergonzada de mostrarte lo que le había hecho a mi cuerpo y rostro.
—¿Por qué? No es como si lo hubiesen jodido. Eres jodidamente perfecta.
—Lo sé. Hicieron un gran trabajo. Una pequeña nariz levantada. Pechos perfectamente redondos. Shayla y yo siempre tuvimos los mismos grandes ojos verdes, pero todo lo demás era diferente. Básicamente lo hice para parecerme a mi madre, y no he dejado de castigarme por ello. No había nada malo antes conmigo, Landon. Pero, de algún modo, creía que lo había, que ella se fue porque yo no era lo suficientemente buena, que necesitaba parecerme más a ella para merecer algo en la vida. A veces, no puedo soportar mirarme.
—El dinero que te dieron tus abuelos… ahora tiene sentido. Lo usaste para la cirugía plástica.
—Sí. Me dieron el dinero para la universidad, y hui con él en cuanto tuve dieciocho años. Fui a ver a un médico en Detroit y me operé la nariz y los pechos. También me hice una depilación láser. Permanecí en un motel barato durante meses. ¿Qué clase de persona toma el dinero de sus abuelos y hace eso?
—Alguien que está desilusionada y perdida. Pero era joven. Estoy seguro de que ya te han perdonado.
—Lo han hecho, pero creo que no deberían.
—Todos hemos cometido errores, Rana. Tienes que perdonarte a ti misma. Tienes que aceptar lo que hiciste. También tienes que aceptar que la gente va a mirarte y encontrarte jodidamente hermosa, y no hay nada de malo en ello. Enorgullécete.
—He estado aterrorizada de mostrártelo, porque sabía del modo en que me mirarías.
—¿Te haría sentir mejor que te mintiese y te dijese que no te deseaba, que pensaba que eras horrenda?
—No. Me gusta que estés atraído por mí. La realidad es, que me hace sentir genial y terrible al mismo tiempo.
Miró hacia el cielo, luego a mí.
—Siempre he pensado que eras hermosa, ¿de acuerdo? Recuerdo tu rostro de entonces como si fuese ayer, y nunca lo olvidaré. Me fascinas, porque recuerdo sentir que te veías diferente al resto de las chicas, pero no en el mal sentido. Me encantaba esa gran nariz y esas cejas pobladas. Pero también me encanta esta nariz. Me encantan tus dos rostros. Probablemente es porque me encantaría cualquier paquete en el que vinieses.
El frío del océano no tenía nada que hacer con el calor que estaba sintiendo en mi interior en ese momento. Sus palabras me habían tocado de verdad. Nadie me había hecho sentir tan hermosa por dentro y por fuera.
—Yo también pensé siempre que eras hermoso, Landon. Y estoy realmente feliz de estar aquí contigo.
Suavemente me acarició el pulgar con el suyo.
—Por favor, quédate un poco.
No había forma de que pudiese dejarlo ahora mismo.
Asentí.
—Está bien.
Con energía renovada, él me levantó de la arena.
—Llevémoste de compras.
Pasamos toda la mañana fuera, consiguiéndome necesidades como ropa interior, un sujetador, unos cuantos conjuntos.
De algún modo, todo este tiempo, nunca habíamos discutido qué tipo de auto tenía él. Así que estaba sorprendida de encontrar que, a pesar de su modesto apartamento, Landon conducía un bonito Range Rover Sport de color teja. Cuando le pregunté cómo podía haberlo costeado, explicó que había estado ahorrando durante años. Además, le iba bien el camión de comida. Había pedido un préstamo para comenzar su negocio y fue capaz de pagarlo en dos años. Ahora los ingresos del camión de comida cubrían los pagos del auto y otras facturas mientras también le permitía contratar a Melanie y ahorrar un poco extra.
Por la tarde, Landon insistió en llevarme a una pequeña tienda en Venice Beach que vendía ropa de playa casual. Quería que yo eligiese algo lindo para vestir en caso de que fuésemos a ese bar de azotea en el que estarían algunos de sus amigos más tarde.
Había ido al probador para probarme un mono azul que había elegido. Como era costumbre, se ceñía a mi trasero y pecho, mientras la cintura encajaba perfectamente. Quería tener la opinión de él. Después de todo, él iba a pagar por ello.
Cuando salí hacia la zona donde él estaba sentado, Landon estaba mirando su teléfono. Levantó la mirada cuando me miró y sus ojos se iluminaron.
—Te ves realmente hermosa con eso.
—¿Te gusta más que el último?
—Me encanta. Llévatelo. Llévalos todos.
Justo mientras me giraba para volver al probador, el teléfono se me cayó de las manos. Cuando me incliné rápidamente para tomarlo, sucedió lo impensable.
Lo impensable.
El material sobre mi trasero se rompió. Al menos, así fue cómo sonó.
Oh, no.
Mantén la calma.
Quizás él no lo notó.
Lo siguiente que supe, Landon vino detrás de mí, cubriendo mi cuerpo con el suyo mientras me urgió rápidamente al probador.
Una vez dentro, nos miramos el uno al otro un breve momento antes de que simultáneamente estallemos en una risa histérica.
Me limpié los ojos.
—Ni siquiera puedo mirar. ¿Cuán malo es?
—Malo no es cómo describiría llegar a ver tu trasero por un instante.
—Gracias por venir a mi rescate. Creo que simplemente me sorprendí y me quedé congelada. Definitivamente no quería estar a la vista de toda la tienda.
Él me dio un guiño.
—Te tengo cubierta.
—Literalmente.
En los cerrados confines del pequeño probador, no había forma de escapar a la energía sexual del aire. Nuestros rostros estaban cerca, y tenía la certeza de que finalmente iba a besarme. El corazón me latía descontroladamente.
Puso la mirada en mis labios.
—Te dejaré para que te vistas. —Luego, se alejó.
Nada.
Vaya.
Me estaba muriendo por dentro.
Landon se marchó, volviendo al área de espera mientras terminaba de volver a ponerme la ropa. Él terminó comprándome dos vestidos que me había comprado antes del mono.
El sol estaba brillando con fuerza mientras volvíamos a la acera. Nos detuvimos justo frente a su auto.
Sosteniendo una gran bolsa de la compra, comenté:
—Voy a devolverte el dinero por toda la ropa que me compraste hoy.
—Que le jodan a la ropa. Puedes pagármelo no huyendo de vuelta a Michigan.
Realmente no sabía cuánto podía quedarme aquí, yo tenía obligaciones. No habíamos discutido un periodo exacto de tiempo, pero sabía que iba a tener que volver pronto a casa. Siendo realista, no podía quedarme más de una semana.
—Eso me recuerda que debería llamar al trabajo cuando volvamos a tu casa, y hacerles saber que volveré en una semana.
Pareció seriamente molesto.
—¿Una semana? ¿Eso es todo lo que puedes quedarte?
—Bueno, por ahora, sí. Quizás sea capaz de volver si ahorro.
—Rana, venderé mi auto si tengo que hacerlo. Pero pagaré tus billetes. El dinero no evitará que te vea de nuevo. ¿Estás segura de que solo puedes quedarte una semana? Pasará tan rápido, que siento que necesito más tiempo contigo.
—No sé cuánto tiempo me dará mi jefe.
Aunque se veía molesto, tomó una profunda bocanada de aire y dijo:
—Lo entiendo.
Cuando volvimos a casa de Landon, fui a su habitación por un poco de privacidad. Llamé a mi jefe para disculparme por la forma en la que me había ido y le conté que estaba lidiando con una urgencia familiar al otro lado del país. Accedió a darme una semana libre sin paga.
Explicarle mi ausencia esta semana a Lilith iba a ser más duro.
Después la llamé a ella y esperé mientras su madre la ponía al teléfono.
—¿Rana? ¿Por qué me estás llamando? Nunca me llamas. ¿Estás en la cárcel?
Eso me hizo reír.
—No. Todo está bien, pero quería hacerte saber que no estaré ahí mañana.
—Genial. Estoy trabajando en una redacción sobre ti, y acabo de escribir que nunca cancelas las citas conmigo.
Mierda. Eso realmente apestaba.
—Lo siento, Lilith.
—Lo que sea. De cualquier modo, ¿por qué no puedes venir?
—Nunca vas a creer esto.
—¿Qué?
—Estoy en California. Vine a visitar a Landon.
—¿Lo dices en serio?
—Sí.
—¿Vas a casarte?
—No. —Me reí.
—Si te casas, será mejor que yo sea la niña de las flores.
—Está bien. Esa es una garantía.
—Lo digo en serio, Rana.
Me reí.
—No necesitas preocuparte por eso, pero gracias.
—¿Viste alguna estrella de cine? ¿Vas a salir en televisión?
—No y no… ciertamente espero que no.
—¿Cuándo vas a volver?
—En una semana. Prometo llevarte a dar una vuelta en cuanto llegue a casa.
—¿Él es tan guapo como esperabas?
—Mucho.
—¿No vas a estar muy triste cuando lo dejes?
Cerrando los ojos, respondí:
—Mucho.
—¿Eres estúpida?
—¿Por qué preguntarías eso?
—Solo quería ver si responderías con un “mucho” de nuevo. Ya lo has dicho dos veces seguidas.
—Sabelotodo.
—¿Vas a llorar cuando tengas que dejar a Landon?
—No estoy segura. Es posible.
—¿Me traerás algo?
—Claro. Te llevaré un trozo de California.
—Nada como un poco de arena en una bolsa hermética. Quiero un regalo de verdad. Deberías obtenerlo pronto, antes de que estés demasiado triste para recordarlo.
—Está bien. Encontraré algo genial, lo prometo.
Después de que colguemos, la última llamada que hice fue a mi padre. Aparentemente, se había asustado cuando llegó a mi apartamento por el desayuno y no me encontró allí. Me contó que había comenzado a rezarle a San Antonio, patrón de las cosas perdidas, así que sería encontrada a salvo.
Cuando le expliqué dónde estaba, se ofreció a enviarme dinero, lo que le dije que necesitaría absolutamente que necesitaría aceptar para el billete de avión de vuelta a casa, aunque sabía que Landon insistiría en pagar por ello.
Landon se levantó del sofá después de que saliese de hacer las llamadas de teléfono en su habitación.
—¿Todo cubierto?
—Sí. Todo el mundo que importa ahora sabe que no he desaparecido.
—Y, por lo tanto, Lenny no es el principal sospechoso —bromeó.
—Eso es muy cierto.
—¿A tu padre le parce bien que estés aquí conmigo?
—Sí, realmente lo hace. —Sonreí—. Está muriéndose porque comience a tener citas.
Se rio, pero luego su expresión se volvió seria.
—¿Me dirás por qué no lo has hecho?
Insegura de cómo responder, dije:
—Ya te conté que cuando era adolescente cometí el error de asociarme con los chicos equivocados. Y ahora, como adulta, parecen atraerme los hombres que solo están detrás de una cosa. Simplemente decidí que sería mejor estar sola. Cada vez que pienso en hacerme pasar por eso, parece desalentador. Así que, no lo he hecho.
Aparentemente Landon podía ver a través de mí.
Pasó una mano por mi cabello y colocó un mechón detrás de mi oreja.
—Hay algo que no me estás diciendo.
Me quedé callada.
—¿Alguien te hizo daño? —Mi falta de respuesta le hizo sacar sus propias conclusiones cuando continuó—: Está bien. No espero que me lo cuentes todo esta noche. Pero quiero llegar a saberlo.
Cerré los ojos cuando me sujetó una mejilla. Cuando los abrí, giré las tornas y pregunté:
—¿Tú me has contado todo lo que hay que saber de ti?
—No, no lo he hecho —respondió sin dudar—. Y no voy a llevar las cosas al siguiente nivel contigo hasta que lo haya hecho. Esa es la razón por la que he estado durmiendo en el sofá. Pero creo que esta semana solo debería ser sobre acostumbrarnos el uno al otro, a quién somos ahora, más que hacer falsos juicios basados en cómo nos define el pasado. —Deslizó la mano por mi brazo—. Soy serio sobre no querer joder esto. ¿Qué dices? Qué tal si vivimos el presente durante al menos unos cuantos días… nos lo tomamos despacio… simplemente disfrutamos de la vida… y llegamos a conocernos el uno al otro en persona como amigos. ¿Trato hecho?
—Amigos… —Sonreí.
—Sí… amigos. —Me tendió su mano—. ¿Trato hecho?
La miré.
—Trato.
Mantuvo su mano firmemente cerrada alrededor de la mía mientras simplemente nos mirábamos el uno al otro. Ninguno de los dos sería el primero en soltarse, y luego de repente me tiró hacia él. Lo siguiente que supe, sus labios estaban envolviendo los míos. El movimiento fue tan repentino, tan inesperado, que casi me hice pis encima.
Gimió mientras se empujaba lentamente en mi boca.
—Joder —maldijo sobre mis labios.
La sensación de su pendiente de metal de la lengua moviéndose alrededor fue suficiente para hacerme perder todas mis inhibiciones. Él sabía a azúcar y cigarros, y todo lo que quería en esta vida era simplemente seguir haciendo esto. No me había dado cuenta exactamente de lo hambrienta que estaba, lo desesperadamente que había necesitado este contacto. Pero ir desde cero hasta Landon era como no comer en años solo satisfacerse con las comidas más decadentes.
Clavé los dedos en sus cortos mechones de cabello, llevándolo más y más profundo en mi boca. Su beso se hizo más fuerte mientras yo me caía sobre el sofá. Su duro cuerpo ahora estaba sobre mí. En lugar de sentirme asustada, recibí gustosamente su fuerza.
Suspiros desesperados escaparon de mí a su boca. Los sentimientos gestándose en mi interior mientras nos besábamos como nada que hubiese sentido jamás. El último hombre estando sobre mí era básicamente un adolescente. Este era un hombre musculado, uno cuyos sonidos hambrientos, aunque profundos en tono, encajaban con los míos. Me asustaba lo deseosamente que yo habría estado de darle lo que quisiese.
Nos besamos durante lo que se sintió numerosos minutos, aunque realmente no había concepto del tiempo. Sentía como si pudiese haberle seguido besando para siempre. Arrollada a un abismo de deseo, no estaba segura de si podía haberlo detenido si el edificio se incendiase.
El problema con algo que se sentía así de bien era que nunca era suficiente, particularmente para alguien como yo, quien había pasado tanto tiempo sin tocar a un miembro del sexo contrario.
Necesitaba sentir su cuerpo. Cuando traté de deslizar las manos bajo su camiseta, él las alcanzó y me sujetó las muñecas antes de apartarse de mí.
Él tenía la cabeza apoyada contra el respaldo del sofá mientras jadeaba, aparentando como si acabase de escapar de algo.
Me sentía mortificada.
—Lo… lo siento.
Puso la mano en mi pierna.
—No, no, no… No tienes que disculparte por nada. No te atrevas a disculparte.
El rostro de Landon estaba rojo. Parecía tan nervioso como yo me sentía. Su erección estaba sobresaliendo contra la tela de su pantalón vaquero. Estaba claramente excitado, ¿entonces por qué se detuvo?
Insegura de si realmente quería conocer la respuesta, pregunté:
—¿Por qué te apartaste?
—Créeme, quiero tus manos sobre mí. Simplemente tenía que apartarme porque tenía miedo de que perdiese el control. No voy a estar satisfecho hasta que esté profundamente dentro de ti, Rana, y no quiero que hagas nada de lo que te arrepientas. Eso se sentía muy bien, y estaba a segundos de mandarlo todo a la mierda, moviéndome demasiado rápido y estropear las cosas.
—Estaba bien. Solo eran besos.
—No eran solo besos. Contigo jamás será solo besarse. Nunca.
—No, supongo que no lo era.
—Estabas comenzando a desvestirme. Tenía que parar.
Sintiéndome un poco estúpida, admití:
—Quería sentir tu piel.
—Si no has estado con nadie tanto tiempo como dices, entonces eres frágil. No puedo moverme tan rápido como a mi cuerpo le gustaría, por mucho que quiera. Eso sería un error.
Por mucho que mi cuerpo se resistiese a ese pensamiento, sabía que tenía razón.
—Bueno, gracias por cuidarme incluso cuando yo no estoy cuidando de mí misma.
Apoyé la cabeza sobre su hombro y levanté la mirada mientras él me miraba.
Gimió.
—Joder… simplemente… verte mirándome y necesito besarte de nuevo.
Suspiré.
—Entonces, bésame.
Cedió, dándome un firme beso en los labios.
—Sin tocar —advirtió sobre mi boca—. Solo besar. ¿Está bien?
Sonriendo sobre sus labios, respondí:
—Eso va a ser difícil de sostener.
—Jodidamente muy difícil.
Veritoj.vacio- Mensajes : 2400
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Edad : 52
Re: Lectura #1 Noviembre 2017
CAPÍTULO DOCE
BAILE PRIVADO
Conocer a los amigos de Landon tan pronto era algo grande. No tenía mucho tiempo con él y quería experimentar cómo era la vida en California. Trató de asegurarme que no teníamos que salir, de otro modo yo lo convencí a él, porque realmente tenía mucha curiosidad.
Cuando llegamos a Sunset Rooftop Bar, reconozco a Ace inmediatamente. Estaba sentado junto a una mujer y un hombre, que estaban sentados lo suficientemente cerca para que yo asumiese que eran una pareja.
La decoración era realmente genial con muchas luces iluminando la noche. Un bar que parecía estar iluminado en morado estaba situado en medio de la acción. Estábamos rodeados por gente anormalmente hermosa, eso definitivamente no era algo a lo que estuviese acostumbrada en casa. La mayoría del tiempo, yo era el centro de atención en una habitación abarrotada. Aquí, simplemente encajaba.
Landon puso la mano en la parte baja de mi espalda mientras me presentaba a sus amigos, que estaban sentados en bancos con cojines en la esquina.
—Rana, ya conoces a Ace. Y este es Dave y su novia Mia.
Dave, un alto tipo rubio, se levantó y me estrechó la mano.
—Encantado de conocerte.
Mia hizo lo mismo.
—Hola, Rana. —Era guapa, de apariencia exótica, quizás medio asiática. Mostró una sonrisa natural.
Ace bebió de su cerveza, salpicando algo en su barba y dejando salir un ligero eructo.
—Rana es una bailarina del vientre.
Mia abrió los ojos de par en par.
—Eso es tan genial, mucho más divertido que ser una terapeuta ocupacional como yo. Desearía poder bailar para vivir.
Landon me apretó la cintura mientras decía:
—No es fácil hacerlo un día sí y otro también, la gente manoseándote y mierda así. Rana me cuenta un montón de historias.
Le sonreí.
—A veces puede ser divertido, supongo, depende de la noche.
—Háblales sobre la serpiente —pidió Landon.
—Oh. —Me reí entre dientes—. Sí, mi jefe a veces me hace bailar con una serpiente sobre los hombros.
Mia jadeó.
—¿Estás bromeando? ¡Eso me volvería completamente loca!
Asintiendo, contesté:
—Al principio fue extraño, pero me acostumbré a ello. Es increíble cuántas propinas más me proporciona, así que aprendí a vivir con ello.
Landon y yo nos sentamos en frente de ellos. Él me golpeó la rodilla juguetonamente.
—Rana es un soldado. Siempre dispuesta a todo. Incluso cuando éramos jóvenes.
Dave pareció sorprendido de que Landon y yo tuviésemos una historia.
—¿Entonces se han conocido desde hace tiempo?
Miré a Landon antes de ofrecer mi propia parte de nuestra historia.
—Fuimos amigos en la secundaria durante un año antes de que yo me mudase. No he visto a Landon desde que tenía trece años, hasta que volvimos a tener contacto recientemente.
—Eso es muy dulce —dijo Mia con entusiasmo—. ¿Cómo se produjo esta reunión?
Aparentemente, Landon decidió que la verdad necesitaba ser endulzada.
—Rana estaba pensando en mí una noche de repente y decidió buscarme.
Mia miró a Dave.
—Tan romántico.
No.
—Habría sido romántico si no estuviese increíblemente borracha cuando lo llamé.
Ace escupió un poco de su bebida.
—Ahora eso… jodidamente impresionante.
—Aquí Landon está intentando hacerme parecer con más clase de la que tengo.
—Sí, me llamó borracha. —Se río y parecía realmente aliviado de que yo estuviese a gusto con sus amigos.
Durante la siguiente hora, contamos historias sobre nuestra infancia y nuestro reencuentro. Con cada sorbo de mi bebida, la noche estaba pareciendo más y más tranquila.
En un momento, Ace se giró hacia mí.
—Oye, muéstranos algunos de tus movimientos del baile.
Landon le frunció el ceño.
—Ace…
—No, está bien. Bailo para extraños todo el tiempo. Estoy feliz de balar para tus amigos. —Me levanté y los enfrenté—. Está bien, unos de los movimientos se le llama la Figura del Ocho. Este es un movimiento común, donde una cadera se mueve al contrario de la otra en un plano vertical. Una cadera se mueve hacia abajo, alejada del cuerpo, arriba y luego de nuevo al centro. La otra cadera se mueve arriba, al centro, abajo y luego alejada del cuerpo.
Les demostré el baile repetidamente mientras sus miradas permanecían fijas a mis caderas.
—Básicamente como dibujar el número ocho con tu trasero —indicó Ace.
—En cierto modo, sí. Y luego, por supuesto, mis manos pueden estar haciendo numerosas cosas, como tocar los crótalos, ondearlas rítmicamente o a veces, sujetar un réptil enorme.
Mi piel estaba vibrando cuando comencé a mover las caderas a un ritmo más rápido, demostrando uno de los movimientos rápidos.
Este tipo que resultó estar pasando a mi lado me vio bailando. Brevemente puso su mano en mi cintura y dijo:
—Sigue moviéndolo, preciosa.
El rostro de Landon se volvió rojo y su mirada se volvió heladora. Parecía como si quisiese matar a alguien. Afortunadamente, el tipo no se quedó alrededor y se fue antes de que pudiese ocurrir un desastre. Aunque Landon siguió al tipo con la mirada por un tiempo.
Bailando hasta que finalmente me detuve, comenté:
—De cualquier modo, este es un pequeño ejemplo.
Los cuatro me aplaudieron mientras me sentaba.
El momento de celos de Landon pasó mientras me miraba con orgullo, de nuevo parecía realmente aliviado de que yo estuviese tan a gusto con sus amigos.
Se inclinó hacia mi oído.
—Eres increíble, ¿lo sabes?
—Tus amigos son geniales.
—Estaba preocupado de que no te sintieses cómoda.
—No tienes que ser tan protector conmigo. Estoy bien.
—Mientras está a tu alrededor, seré protector, Rana. No sé cómo no serlo.
Antes de que diésemos la noche por terminada, Landon me dejó sola con sus amigos mientras iba a l servicio.
Ace, que definitivamente había bebido demasiado, se movió al espacio vacío junto a mí. Tenía los ojos brillantes mientras simplemente me miró por un tiempo.
Podía oler la cerveza en su aliento cuando dijo:
—Estoy muy feliz de que se reencontrasen de nuevo. Amo a ese tipo. Lo quiero a morir. Se merece la felicidad con alguien que no esté jodidamente usándolo.
La última parte de su comentario me hizo pensar. No iba a investigar sobre las ex de Landon, a pesar de que mi curiosidad me urgía a pedirle a Ace que explicase quién podría haber estado usando a Landon. Cualquier información sobre el pasado de Landon debería provenir de él, y no de su amigo borracho.
Simplemente comenté:
—No podría estar más de acuerdo.
Landon parecía preocupado cuando volvió y me vio hablando con un borracho Ace.
—¿Está todo bien?
Intentando no parece afectada, sonreí.
—Genial.
Miró entre Ace y yo.
—¿Quieres marcharte de aquí, Rana?
—Claro.
En realidad, estaba un poco cansada y no podía esperar a volver a casa de Landon. Toda la noche, mientras lo miraba en su sexy suéter entallado, solo quería acurrucarme en su pecho como un gatito. Más que preparada para volver a estar a solas con él, esperaba que, si no quería tener sexo conmigo esta noche, al menos pudiésemos acurrucarnos.
Landon abrazó de lado a Ace.
—Nos marchamos. Buenas noches, hombre. ¿Vas a dejar que Dave te lleve?
—Sí. —Luego Ace me besó en la mejilla—. Buenas noches, Rana.
Después de que nos despidiésemos de Dave y Mia, Landon me rodeó con un brazo mientras salíamos del bar.
—¿Ace se estaba comportando mientras yo estaba en el baño?
—Sí. Simplemente estaba pronunciando un poco mal las palabras y mencionó lo feliz que estaba de que tú y yo nos reencontrásemos.
—Se vuelve un bocazas cuando está borracho. Solo quería asegurarme de que no te dijo nada que te molestase.
—No, para nada.
—¿Quieres dar una vuelta o prefieres ir a casa?
Casa.
—De vuelta a tu casa, ¿quieres decir?
—Ciertamente no me refería a Michigan. —Me apretó el brazo—. Sí, mi casa… que es tu casa aquí.
—Eso suena fenomenal. Ha sido un largo día.
***
Después de volver al apartamento de Landon, permanecimos uno frente al otro en medio de su salón.
Ebria y cachonda, mis pezones se endurecieron por la simple forma lujuriosa con la que me estaba mirando. Definitivamente los dos estábamos sintiendo los efectos del alcohol, y podías oler el deseo en el aire.
Landon se acercó un poco. La sensación de su aliento sobre mí me estaba haciendo incluso más débil.
—Sabes, cuando estabas bailando esta noche, puede que haya estado volviéndome más loco con cada movimiento de tus caderas. Como tú, yo también tengo un lado celoso. Cuando ese tipo te puso la mano encima, momentáneamente me hizo perder la cabeza, lo que es una locura, porque cosas como esa deben sucederte todo el tiempo. Solo que no estoy ahí para verlo.
Se sentía bien ser el destinatario de sus celos. Normalmente, era lo contrario.
—Sí, sucede de vez en cuando. —Otra respuesta sería una mentira. Los hombres siempre se me estaban insinuando en el trabajo.
—Envidio a toda esa gente que llega a verte bailar todas las noches.
Eso me dio una idea.
—Volveré en seguida.
—¿Adónde vas?
No le respondí, simplemente me adentré en su habitación. Sabía que tenía el traje de bailarina del vientre verde esmeralda que le había enviado colgado en su armario. Lo saqué de la percha y me lo puse.
Todavía estaba de pie esperando en el mismo sitio esperando por mí cuando regresé.
—¿Qué está sucediendo? —Sonrió.
—Lo que está sucediendo… es que voy a darte un baile privado… si es que quieres uno.
—Joder, sí, quiero uno.
Había cierta canción lenta y sensual que había estado practicando con mi teléfono. La busqué hasta encontrarla y subí el volumen.
Girando las caderas más delicadamente al resonante ritmo de la batería, mantuve mi mirada fija en la suya. El deseo llenando sus ojos estaba aumentando a cada segundo. Bailé lentamente a su alrededor mientras él mantenía el cuerpo quieto, girando la cabeza para seguir mis movimientos. Provocándolo con el velo de seda, pasé el material sobre todo su cuerpo de forma seductora.
En cierto momento, él agarró el velo y de algún modo logró rodearme la muñeca con él antes de girarme y llevarme hasta su cuerpo con él. En ese momento, me besó con más fuerza que nunca. Sentí su erección. Era como una roca sólida contra mi estómago desnudo a través del material de su pantalón. Nuestras lenguas chocaron en una carrera para saborearnos el uno al otro. Resistir era simplemente una guerra que no íbamos a ser capaces de ganar por mucho más tiempo.
El calor de su cuerpo presionándose contra el mío me estaba poniendo increíblemente húmeda.
—Eres la mujer más hermosa del mundo —susurro con voz ronca en mi boca, hundió las manos en mi cabello—. Gracias por mi baile privado.
—¿Sabes?, desde que me enviaste esa primera fotografía tuya, no he sido capaz de bailar en el trabajo sin ver tu rostro en mi mente. Incluso aunque esta fuese la primera vez que lo he hecho frente a ti, he estado bailando para ti y solo para ti desde hace tiempo.
—Bueno, no sé qué hice para merecerlo, pero lo aceptaré cualquier día.
Pasó la mirada sobre mis pechos.
Arqueando una ceja, pregunté:
—¿Ves algo que te guste?
—¿Tus pechos siempre sobresalen de este modo cuando bailas para la gente?
—Este sujetador en particular es más pequeño que los otros. Realmente es el más revelador.
—¿Es demasiado pedirte que no te lo pongas más… excepto a mi alrededor?
—¿Demasiado posesivo? —me burlé.
—¿No te gusta eso?
—En realidad, lo hace.
—Bien. Porque soy un hijo de puta posesivo cuando se refiere a ti.
—De todos modos, técnicamente, este traje es para que te lo quedes tú. No volverá a ver la luz del día.
—Es mío, ¿eh? —Lo dijo de un modo que me hizo preguntarme si estaba hablando sobre la ropa o sobre mí. A pesar de cuál fuese la pregunta, la respuesta era la misma.
—Sí, tuyo.
—Bien, porque no quiero compartirlo con nadie. —Bajó la mirada a mi escote—. Son hermosas, Rana. Quizás no quieras que te admire de este modo, pero demonios… tu cuerpo es una locura.
Landon tenía una forma de hacerme desear desnudarme completamente para él. Era porque sabía que, aunque me estaba adorando con su mirada ahora mismo, realmente quería todo de mí. Él veía más allá del físico y por eso, por primera vez en mi vida, me sentía segura y lo suficientemente cómoda en mi piel como para afirmarme de un modo sexual. Porque sabía que él no quería hacerme daño.
Mientras continuaba maravillándose con mis pechos, pregunté:
—¿Quieres verlos? —Mi propio descaro me sorprendió a mí.
Alzó la cabeza para encontrarse con mi mirada.
—¿Vas a mostrármelos?
—Si quieres verlos.
Bromeando, se comprobó el pulso.
—Última comprobación, estoy vivo. Así que, joder sí, lo quiero.
Mi latido se aceleró mientras bajaba lentamente mi sujetador, exponiendo mis pechos. El deseo había endurecido mis pezones como el acero.
Landon mantuvo la mirada fija en ellos, hasta que dijo:
—Son perfectos.
Sintiéndome un poco vulnerable con mis pechos colgando, intenté aligerar la situación.
—Sí, bueno, costaron lo suficiente.
—También los habría amado antes.
—Ni siquiera sé por qué lo hice. Ni siquiera eran pequeños.
Finalmente, volvió a mirarme a los ojos.
—Lo recuerdo. Los tenías cunado te conocí. Era como la única cosa de chica en Rana Banana.
—¿Solías mirar mis pechos por aquel entonces?
—Tenía trece años. Y te estabas desarrollando y eras casi la única chica con la que salía por ese momento. Así que sí, lo hacía.
Eso me hizo sonreír.
—Nunca supe que me notabas de ese modo.
—Bueno, no era igual que ahora, pero lo hacía.
Cuando volvió a posar la mirada en mis pechos, dije lo que estaba pensando:
—¿Quieres tocarlos?
Landon se mordió el labio inferior con frustración.
—Dije que no iba a tocarte.
Me sentí estúpida por ser la agresora.
—Está bien —dije, volviendo a ponerme el sujetador.
Me detuvo, apretando los dientes, luego se rio un poco.
—Espera. Necesito tocarlos.
—Está bien. —Lo volví a bajar.
Landon puso sus dos grandes manos sobre mis pechos y comenzó a masajearlos lentamente. Humedeciéndome más a cada segundo, cerré los ojos y me permití experimentar completamente la increíble sensación de sus manos sobre mi piel. Un jadeo de desesperación escapó de mí.
De repente abrí los ojos, cuando sentí su boca reemplazar su mano en el pecho izquierdo. Él estaba perdiendo el control mientras comenzaba a devorar mis pezones, cediendo a su necesidad. Alternó entre suaves mordiscos y fuertes chupetones. La sensación de la bola de metal de su lengua deslizándose contra mi suave piel fue casi demasiado para manejar. Bajando la mirada, pude ver su erección sobresaliendo de su pantalón vaquero y tuve que refrenarme de frotarla con la palma de la mano.
Los chupetones se intensificaron. Era posible hacer el amor solo con la boca, que así era como se sentía esto. Empapada entre las piernas, estaba desesperada por sentir esa boca en otras partes de mí, la sensación del pendiente de su lengua deslizándose por cada centímetro de mi cuerpo. Y por mucho que eso me aterrorizase, estaba desesperada por sentirlo dentro de mí.
¿Cómo podía decirle que quería más sin sonar como una puta? Habían pasado tantos años para mí que ni siquiera podía recordar cómo se sentía. Estaba preparada, mientras fuese él quien lo hiciese.
Pero él había mencionado que necesitábamos esperar, y sabía que realmente eso era lo mejor.
Landon comenzó a ralentizar el ritmo de su lengua rodeándome el pezón con ella. Tenía los ojos cerrados mientras continuaba devorándome.
—Sabes tan jodidamente bien —murmuró sobre mi piel—. Nunca he estado tan excitado… perdiendo mi fuerza de voluntad tan rápido.
Su necesidad de contenerse hizo que me preguntase realmente si también había una razón personal por la que estaba tomando esto tan lento conmigo.
Cuando finalmente se detuvo, la pérdida de contacto fue casi dolorosa. Mis pezones estaban húmedos y hormigueando. Sus hermosos labios rosados estaban hinchados por haberme chupado los pechos durante tanto tiempo.
Me tapé. Él cerró los ojos, pareciendo frustrado.
Fue interesante que Landon hubiese sido tan franco sobre querer tener sexo conmigo cuando estábamos separados por la distancia. Volví a pensar en esa vez al teléfono cuando casi me había corrido por escucharlo hablar sobre cómo deseaba poner su boca en mí.
¿Qué sucedió con eso, por cierto?
Ahora que me tenía frente a él, algo lo estaba deteniendo. Era sexualmente activo antes de que nos reencontrásemos, lo sabía por la primera vez que lo había llamado borracha, cuando había tenido a Valeria ahí. Y anoche, había ojeado el fondo del cajón de su mesa para encontrar una caja de condones medio vacía. No era como si no hubiese tenido sexo antes de mí. Así que, ¿por qué no conmigo? Era casi como si ahora que podía tenerlo, tuviese que pensárselo dos veces.
El comentario anterior de Ace se quedó conmigo. Había implicado que alguien podría haberle roto el corazón a Landon. Quizás Landon me veía como alguien más que pudiese hacerle daño. Quizás esa era la razón por la que me trataba con tanto cuidado.
—¿Alguien te hizo daño… una mujer?
Pareció sorprendido por mi pregunta.
—¿Por qué estás preguntando eso?
—Ace me mencionó algo en el bar… fue vago… pero dijo que merecías ser feliz con alguien que no te estuviese usando. ¿Alguien te rompió el corazón o simplemente estoy intuyendo cosas?
Landon parecía realmente sorprendido.
—Te lo dije, es un bocazas cuando está borracho, no siempre sabe lo que está diciendo.
Asentí, aunque no había respondido exactamente a mi pregunta.
—Está bien.
No quería forzar el tema, porque abrirse realmente el uno al otro iba a ser algo en ambas direcciones, algo que no estaba preparada para hacer.
Landon no quería seguir adelante con mi interrogatorio.
—¿Cuándo les dijiste que volverías? —preguntó.
—No fui precisa, pero mi jefe solo aceptó una semana sin paga. Supongo que tendría que encontrar un reemplazo para algo más que eso.
—Necesitamos más tiempo. No sé cómo se supone que te deje marchar.
—No quiero irme. Pero estoy un poco atrapada en Michigan ahora mismo. Y tú estás en Cali para quedarte, ¿cierto? Quiero decir, ¿por qué querrías dejar este lugar?
Me dio una mirada como si la respuesta fuese obvia.
—Puedo pensar en una gran razón.
Mi corazón se llenó con una mezcla de esperanza y miedo.
—¿Te mudarías a Michigan?
—No querría volver allí. Pero no sé si puedo estar separado así de ti… si las cosas funcionan entre nosotros. Dijiste que no dejarías a tu padre, así que… —Debió haber notado la pequeña mirada asustada en mi tono, porque rápidamente cambió de tema—. Está bien, suficiente de cosas serias. Me deslicé. No se suponía que estuviese hablando del futuro. No nos preocupemos por nada de eso ahora mismo. Hicimos un trato para simplemente pasarlo bien y llegar a conocernos el uno al otro mientras estás aquí. Creo que debemos ajustarnos a eso.
Aliviada, suspiré.
—Tienes razón.
Esa noche, volví a dormir sola en la cama de Landon, deseando que estuviese tumbado a mi lado. A pesar de lo cercanos que nos habíamos vuelto, parecía que había hecho una decisión deliberada de no tener sexo conmigo durante este viaje. Por mucho que no entendiese completamente el por qué, necesitaba respetar su decisión y confiar en que era en mmi mejor interés.
Mis pechos todavía hormigueaban por el deseo, deseando ser chupados de nuevo. Prácticamente todavía podía sentir la humedad de su boca en ellos. La necesidad física mezclada con mi aprensión por dejar California, me estaba matando lentamente.
Necesitando liberarme, deslicé una mano entre mis piernas y comencé a masajearme el clítoris con el dedo índice y corazón. Agarrando las sábanas de Landon con la otra mano, arqueé las caderas para mantener los movimientos de mis dedos.
Un intenso orgasmo me atravesó en unos minutos.
En el pasillo, pude escuchar la ducha encendida y me reí para mí misma, preguntándome si él estaba a punto de hacer lo mismo que hice yo.
Veritoj.vacio- Mensajes : 2400
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Edad : 52
Re: Lectura #1 Noviembre 2017
Baia Baia, que se encienda la llama de la pasión!
Bueno, en verdad no me esparaba lo de la operacion, sin embargo, podria decir que el que ella quisiera verse mejor, no es pecado, donde se esquivoco demas fue en hacerlo con un dinero que era para sus estudios, pero todo eso esta ligado a esa super baja autoestima
Lenny, no me convence :v algo malo ha de suceder.
Que ocultas Landon o.o Ace no debiste callar!! que quiero saber que misterio le envuelven
Bueno, en verdad no me esparaba lo de la operacion, sin embargo, podria decir que el que ella quisiera verse mejor, no es pecado, donde se esquivoco demas fue en hacerlo con un dinero que era para sus estudios, pero todo eso esta ligado a esa super baja autoestima
Lenny, no me convence :v algo malo ha de suceder.
Que ocultas Landon o.o Ace no debiste callar!! que quiero saber que misterio le envuelven
IsCris- Mensajes : 1339
Fecha de inscripción : 25/10/2017
Edad : 26
Re: Lectura #1 Noviembre 2017
ohhh, ya se acercaron u poquito más, aunque aún hay secretos por revelar, no puedo creer que se gastara el dinero de la forma en que lo hizo, pero ella quería ser diferente.
yiniva- Mensajes : 4916
Fecha de inscripción : 26/04/2017
Edad : 33
Re: Lectura #1 Noviembre 2017
Yo támbien quiero una máquina con sonidos del mar.
No me gusta el compañero de cuarto de Rana.
Me dio mucha gracia y al mismo tiempo me quede cuando Rana beso al anciano.
Y... me asuste cuando Landon menciono la nariz, pensé que se la había roto o algo. Hasta que más adelante leí que era una cirugía.
No me gusta el compañero de cuarto de Rana.
Me dio mucha gracia y al mismo tiempo me quede cuando Rana beso al anciano.
Y... me asuste cuando Landon menciono la nariz, pensé que se la había roto o algo. Hasta que más adelante leí que era una cirugía.
svenkok- Mensajes : 444
Fecha de inscripción : 21/08/2017
Edad : 35
Localización : Puerto Rico
Re: Lectura #1 Noviembre 2017
CAPITULO TRECE
Desvío
La intensidad de la noche anterior había sido reemplazada por el sol de un nuevo día en el sur de California.
Landon pensó que sería genial si ambos trabajábamos en el camión de comida un poco esa tarde. Sabía cuánto quería verlo en acción, y aunque no se suponía que debía trabajar técnicamente, estaba ansioso por mostrarme cómo era su típico día de trabajo.
Venice era realmente interesante. Mezclados en la hermosa playa estaban chicos vendiendo sus CDs y recetas de marihuana de algunos centros médicos. Era el lugar perfecto para que la gente los viera.
Nos habíamos detenido en el parque de patines en el camino hacia el camión para que Landon pudiera mostrarme dónde pasó la mayoría de su tiempo de inactividad.
Finalmente llegamos al camión de comida de Landon, que estaba estacionado en la playa. Melanie estaba en turno cuando llegamos. Ella era una morena linda, menuda con el cabello corto y un cuerpo atlético. Los celos inmediatamente comenzaron a trepar. Siempre me había preguntado qué aspecto tenía y esperaba secretamente que no fuera atractiva, considerando que ella estaba pasando todos los días con él.
Landon nos presentó. —Mel, esta es Rana.
—De ninguna manera! —Sus ojos se iluminaron—. Eres tú. ¡Sándwich Feta Rana!
Se sentía extraño para ser referida como comida. —Hola. —Sonreí.
—Sabes... la gente amaba ese. Siempre se nos acababa.
—¿Qué tenía exactamente? —pregunté.
—Queso Feta, lechuga en juliana, aceitunas de calamata, cebolla roja y aderezo griego en pan pita.
—Tomates —agregó Landon, sin perder el ritmo.
—¡Ah! —Ella chasqueó sus dedos—. ¡Tomates!
—Mel, ¿por qué no te tomas la tarde libre? Trabajaré el resto del día y cerraré. Rana va a ser mi ayudante.
—¿Estás seguro?
—Sí.
—Genial hombre. No me vas a escuchar quejarme de eso.
Melanie se quitó el delantal y rápidamente se lavó las manos.
—Rana, fue realmente un placer conocerte —dijo antes de salir del camión.
Después de verla desaparecer hacia el agua, me volví hacia Landon. —Ella parece muy agradable. ¿Cómo la conociste?
—En realidad la conocí en el parque de patinaje. Ella es una patinadora impresionante, a diferencia de mí, que aparentemente, casi me rompí la cabeza.
—No pude evitarlo. —Ella es linda, también.
Landon parecía saber dónde estaba mi cabeza. Él me sonrió un poco antes de decir:
—Ella es gay.
—¿De Verdad?
—Sí.
Gracias a Dios.
Una cosa menos de la que preocuparme.
—Nunca me dijiste eso en todas las veces que la mencionaste.
—Bueno, tus celos son bastante lindos, así que olvidé mencionarlo.
—Pensé que podría llevarte aquí a California más rápido si te sentías amenazada. —Él guiñó—. Pero al parecer todo lo que tenía que hacer era casi morir, y eso lo logró.
—Idiota.
—Pero déjame decirte un secreto. Sin embargo.
—¿Sí?
Se inclinó y me habló al oído:
—No tienes que preocuparte por nadie. No he podido pensar en nadie excepto en ti en mucho tiempo, y cuando te vayas, solo va a ser diez veces peor.
La idea de dejarlo me hacía enfermar. —No pensemos en eso —dije mientras él me besaba en el cuello.
Mis ojos vagaron hacia el mostrador junto a la ventana. Una fila empezaba a formarse, señalando el comienzo de la concurrida hora del almuerzo. Tenía que ir a trabajar.
Froté mi pulgar a lo largo de sus labios, le dije:
—Será mejor que vayas. Tienes una fila.
Aquella tarde vi cómo Landon preparaba sándwich tras sándwich. Me sorprendió cómo sabía todos los ingredientes de su cabeza sin tener que revisar nada. Tenían que haber sido al menos cincuenta ingredientes diferentes para los cinco sándwiches destacados del día. Landon me había dicho que utilizaba principalmente productos locales frescos directamente de los agricultores siempre que podía. Mantenía el camión impecablemente organizado y limpio. Decir que me impresionó era un eufemismo.
Mi trabajo era traerle lo que él necesitaba. Todo estaba etiquetado en el refrigerador, lo que me hizo súper fácil. También había un congelador de helados, así yo conseguiría esos productos para alguien que pidiera postre.
La fila de clientes fue sin parar durante al menos una hora. Cuando finalmente se acabó, me dio una palmada con una toalla antes de empujarme hacia él para un profundo beso.
Hablé contra su boca. —Realmente podría acostumbrarme a esto.
—Eres una buena ayudante, hermosa. ¿Es todo lo que esperaba que fuera... el camión de comida?
—Me encanta este camión. Me encantó la idea de esto, incluso antes de saber cuán impresionante sería en realidad. Pero Dios, es mucho trabajo, más de lo que jamás imaginé.
—Lo es, pero el tiempo definitivamente pasa rápido cuando estás ocupado.
—Eres increíble, Landon. Construiste este negocio por ti mismo desde cero. El éxito es todo tuyo. La gente acude aquí, no sólo por la creatividad que pones en tu comida, sino que todo lo que usas es súper fresco. Eres rápido, eficiente y seriamente encantador para tus clientes. Si yo no tuviera ya un enorme enamoramiento de ti, yo ciertamente tendría uno ahora. Quiero decir, yo sería totalmente tu mejor cliente. Creo que sería gorda, porque estaría hartándome de comer tus sándwiches cada jodido día.
Dejó que mis palabras se calaran mientras una mirada apasionada llenaba sus ojos. —Ven aquí, tú. —Me trajo de nuevo a él y me abrazó mientras la cálida brisa del mar sopló en el camión.
Esto era el cielo en la Tierra.
Estaba tan sobrecogida de felicidad. Era realmente fácil imaginar una vida aquí con él. Quería ser su ayudante permanente, amante compañera de vida. Pero sabía que no iba a ser así de simple. Este viaje no era el comienzo de una mudanza a California; estas eran unas vacaciones. Y nosotros ni siquiera empezamos a rasguñar la superficie para llegar a conocernos verdaderamente.
Landon me soltó de repente. —Casi lo olvido. Le pedí a Mel que recogiera algunas cosas para que pudiera hacerte algo especial.
—¿Qué es?
Caminó hasta la parte trasera del camión. —Quédate donde estás. Es una sorpresa. Sin mirar.
Lo vi alcanzar un plátano antes de abrir el congelador y sacar algo. Estaba bastante segura de que estaba recogiendo helado y luego rociando algo por encima. Luego vino el sonido de una crema batida.
Landon se dio la vuelta llevando un enorme helado. —En honor a tu pequeña falla de vestuario el otro día, te presento... Rana Banana Split.
Riendo, lo tomé. —Muy inteligente. —Enterré la cuchara y gemí cuando lo probé—. Mmm
Mordió su labio. —No hagas ese sonido otra vez, Saloomi. Me estás matando.
Landon continuó observándome atentamente mientras devoraba el helado. Lamía la cuchara lentamente sólo para bromear con él y podía ver mi reflejo en sus ojos hambrientos, que brillaban.
Comencé a darle de comer algo de su deliciosa creación. Alternábamos los bocados hasta que todo se había acabado. Y luego besó los remanentes en mis labios.
En silencio compartir la Banana Split era realmente representativo del tipo de alegría simple que había estado desaparecido en mi vida en Michigan.
***
Durante los siguientes días, Landon me llevó a todas partes. Condujimos a través de Death Valley, fuimos de excursión a Runyon Canyon, visitamos el Teatro Mann Chinese y el Paseo de la Fama de Hollywood. Incluso me llevó a Disneylandia e insistió en que probara In-N-Out Burger, también, ya que era un clásico de California. Había ganado probablemente al menos kilo y medio desde que llegué aquí entre su cocina y la comida rápida que habíamos consumido.
Volvíamos tarde cada noche, él me besaba antes de ir a dormir luego asumía su posición en el sofá en la sala de estar mientras yo tomaba su cama.
Él estaba haciendo un trabajo increíble evitando que cualquier posibilidad sexual sucediera.
Mi vuelo estaba reservado para el domingo, en dos días. Por lo tanto, estábamos quedándonos sin tiempo.
El viernes por la tarde después de un día de torbellino, conducíamos de regreso a su apartamento cuando se volvió hacia mí.
—¿Te importa si tomamos un pequeño desvío?
—No en absoluto.
Después de un paseo de veinte minutos por la interestatal, nos detuvimos en la entrada de un cementerio. De repente, quedó muy claro por qué Landon me había traído aquí.
—Quiero que conozcas a mi madre.
Tomando su mano, sonreí con simpatía. —Bien.
Estacionamos luego caminamos a través de las filas de lápidas de varios tamaños, muchas de los cuales estaban rodeadas de flores muertas. Mientras nos dirigíamos al lote de su madre, noté un auto fúnebre negro estacionado en la distancia seguido de una línea de autos.
Finalmente, Landon se detuvo frente a una lápida de mármol que tenía el nombre de Beverly Ann Downing tallada en ella.
—Nunca he traído a nadie aquí antes. Eres la primera chica que traigo a casa de mamá.
—En realidad nunca he estado en un cementerio.
—Entonces tienes suerte.
—¿Cuán a menudo has dicho que vienes aquí?
—Solía visitarla mucho más. El año pasado, la vida se ha vuelto más ocupada. Vengo cada dos meses en promedio.
—Estoy segura de que donde quiera que esté, Beverly entiende que estás ocupado. Ella siempre está contigo de todos modos.
—¿Crees que puede ver todo lo que estamos haciendo? —preguntó.
Tuve que pensar en eso. —Lo hago. Sí.
—No estoy seguro de cómo me siento sobre eso, en este momento.
—Sólo sé que ella estaría orgullosa de ti.
Landon pareció abatirse. —Quizá ahora —hizo una pausa—. Esto va a sonar extraño, pero fluctúo entre querer su aprobación y solo pura rabia porque ella no merece la importancia que le doy.
—¿Todavía estás enojado con ella por haberte dejado?
—Hay veces en que lo estoy. Pero también he tomado malas decisiones en mi vida. Todos lo hacemos. Y hasta cierto punto entiendo por qué hizo la elección que hizo. Personalmente, simplemente no podía imaginar renunciar a mi hijo. Es realmente difícil aceptar cómo alguien podría entregar su propia carne y sangre a extraños. Quiero decir, sé que estaba en muy mal estado. Pero sólo desearía que se hubiera esforzado más para conseguir desintoxicarse o encontrar otra manera. Es extraño… siempre sentí esa desconexión con mis padres en Michigan. Sé que me aman, pero a menudo me pregunto cómo sería un vínculo con Beverly si hubiera llegado a conocerla y si no fuera una drogadicta. Obviamente, nunca lo sabré.
Me estaba matando ver que todavía estaba tan herido por su madre. Para mí, era evidente por qué ella sentía que tenía que renunciar a él para que pudiera tener una vida mejor. Pero claramente, todavía estaba sufriendo, y eso me puso realmente triste.
—¿Has conocido a otros miembros de tu familia aquí? —pregunté.
—He conocido a su hermana, mi tía Miranda. Al parecer, ella y mi abuela, que ha muerto desde entonces, habían estado tratando de convencer a Beverly de que no me abandonara. Pero mi madre sentía que sería mejor para mí. —Sacudió su cabeza, profundamente pensativo mientras miraba la lápida—. Ella no siempre fue adicta. Mi madre en realidad creció en Lancaster, que está a unas setenta millas al norte de aquí. Ella vino a Hollywood para seguir modelando y actuando. —Me miró y sonrió—. Ella era muy bonita. Te mostraré una foto alguna vez. De todos modos, se metió con gente equivocada, gente que la introdujo en las drogas. Muchas de esas personas están sobrias ahora, viviendo grandes vidas mientras mi madre está a dos metros bajo tierra.
Vacilé en preguntar:
—¿Y tu padre biológico?
—Nadie sabe quién es. Podría haber sido un número de personas si ella estaba tan estropeada como creo que estaba. —Pateó algo de la tierra—. De todos modos, sólo quería mostrarte su último lugar de descanso.
Necesitaba abrazarlo, envolví mis brazos alrededor de su cuello y apoyé mi mejilla contra su pecho. —Gracias por compartir esto conmigo.
Él me rascó suavemente la espalda. —Siento por molestarte con mi triste historia cuando el Señor sabe que tu madre no era mucho mejor que una que fue totalmente inexistente. Has resultado increíble considerando todo eso.
—Esto no tiene nada que ver con Shayla. No te disculpes nunca por amar a la mujer que te dio la vida.
—Bueno, incluso en la muerte, Beverly es una gran parte de quién soy y una gran parte de mi viaje aquí. Siento que necesitas saber todo esto para entender todo lo demás sobre mí.
Landon había dejado muy claro que había algo importante que necesitaba hablar conmigo. Nunca lo empujé porque no quería la presión de tener que abrirme a él sobre mí. Pero no saberlo me estaba agotando. Sabía que él quería que este viaje fuera sobre llegar a conocernos. Por lo tanto, estaba bastante segura de que además de no tener sexo, no habría ninguna discusión profunda en el pequeño tiempo que me quedaba aquí, tampoco.
Veritoj.vacio- Mensajes : 2400
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Edad : 52
Re: Lectura #1 Noviembre 2017
CAPÍTULO CATORCE
Seis
Ya que me marcharía al día siguiente, Landon insistió en llevarme a uno de los mejores restaurantes en L.A. el sábado por la noche.
Figaro estaba abarrotado con personas, pero honestamente, podríamos haber estado en cualquier lugar; todo en lo que podía centrarme era en Landon.
Definitivamente él había estado de un humor extraño todo el día. Sabía que él no quería que me fuera, pero me estaba dando la impresión de que se sentía en conflicto con algo.
Era un sentimiento inquietante saber que el hombre del que me estaba enamorando no se había abierto completamente a mí. Al mismo tiempo, sabía que él se dio cuenta, aunque no me había abierto y había dicho, que yo también estaba ocultándole algo. Pero también podía entender por qué él no quería poner una nota de tristeza en este viaje. La curiosidad me estaba matando pero no lo suficiente como para presionarlo a tener ese corazón a corazón esta noche y posiblemente arruinar las últimas horas juntos.
Estábamos rodeados de varias parejas que estaban en citas en el restaurante lleno. Noté algunas mujeres mirando fijamente en nuestra dirección, mirando a Landon. Supongo que era algo a lo que iba a tener que acostumbrarme. Se veía tan increíblemente caliente en su camiseta negra de manga corta, que mostraba los tatuajes en sus brazos. El material parecía que podría haber sido pintado con spray en su increíble pecho. No era de extrañar por qué estaban babeando. Sentí ganas de cruzar la mesa para hacer una reclamación.
Landon sacó algo de una pequeña bolsa que había traído del auto. —Tengo algo para ti.
Mi corazón se agitó. —¿Qué es?
Lo deslizó sobre la mesa.
Abrí la caja púrpura y sonreí. —Mi cubo de Rubik. Todavía no puedo creer que lo hayas guardado todos estos años.
—Fue una de las pocas no necesarias que traje conmigo cuando me mudé aquí. Supongo que debí haber tenido un sexto sentido de que iba a volver a ser importante de nuevo algún día, podrías encontrar tu camino a mí para que yo personalmente pudiera devolvértelo.
—Supongo que sé lo que voy a hacer en el avión a casa.
—Será mejor que no lo resuelvas sin mí. —Landon cerró mis pies con los suyos debajo de la mesa—. Todavía no puedo creer que tengas que irte mañana. ¿Estás segura de que no puedo hacer nada para convencerte de que te quedes? —Se veía seriamente preocupado.
—Nos veremos de nuevo. Lo prometo.
En un último intento, volvió a intentar instarme a no irme. —Desearía que hubiera una manera en la que no tuvieras que irte en absoluto. Incluso podría contratarte como una mano extra en el camión para que no tengas que preocuparte por el trabajo.
—No tienes ni idea de lo mucho que me gustaría...
Mi expresión debe haber reflejado lo contrario de mis palabras.
—Pero no es una opción... —dijo.
—Me temo que no.
—Bueno, seguiré soñando con ese escenario.
Jaló mis piernas aún más con las suyas. —Así que quería hablarte de algo.
—Bien…
—Sé que bromeamos sobre Lenny siendo un psicópata, pero estoy realmente empezando a odiar la idea de que vivas con un tipo raro.
—No estoy segura de qué hacer al respecto. Ya sabes cómo me siento sobre echarlo.
—Lo echaré fuera.
—Mi padre dice lo mismo.
—Entonces Eddie y yo lo haremos juntos. Me daría una gran satisfacción. Rana, no quiero que vivas con un maldito chiflado. Me siento aún más protector de ti, desde que hemos pasado este tiempo juntos. Ahora es diez veces más fuerte. Y me hace sentir impotente que voy a estar tan lejos de ti.
—Ya me las arreglaré, ¿de acuerdo? Tal vez empezaré a buscar otro lugar. Necesito hacerlo con cuidado.
—Estás loca, muchacha.
Alcanzando su mano a través de la mesa, le guiñé. —Amas mi locura.
—Lo hago. —Él llevó mi mano a su boca y la besó—. Realmente lo hago, Rana.
Su naturaleza protectora era muy excitante, entre otras cosas. Era difícil creer que probablemente volvería a Michigan sin saber lo que era hacer el amor con este hombre. Apreciaba cuan cuidadoso estaba siendo, pero estaba seriamente muriendo por más con él. Tenía miedo de lo que habría sido su respuesta si le pidiera que me follara esta noche. Demasiado aterrorizada por el rechazo, y bastante segura de que él sería vehementemente contra nosotros dando ese paso dado mi partida mañana, decidí mantener mis sentimientos sobre eso para mí.
Terminamos teniendo una cena realmente relajada. Recordamos y también empezamos a pensar en dónde me llevaría durante mi próximo viaje al oeste. Insistiendo en darme un gusto una última vez durante estas vacaciones, Landon me ordenó el pastel de chocolate y pistacho para el postre. La comida era perfecta. Todo era perfecto. Eso tenía que significar que algo malo iba a suceder.
Efectivamente, el estado de ánimo estaba a punto de cambiar drásticamente.
En un momento durante la cena, fuimos interrumpidos cuando una mujer se acercó a nuestra mesa.
—Landon. Hace mucho que no te veo.
Los músculos de mi cuerpo se tensaron cuando una mirada inusual de miedo brilló en su rostro.
Se veía muy incómodo y simplemente dijo: —Lo sé.
La mujer rubia era alta, de un metro ochenta y parecía estar en sus treinta años. Con pómulos altos y un rostro simétrico, era lo suficientemente atractiva para ponerme inquieta, especialmente con la forma en que lo miraba, como si fuera un trozo de carne en el que quisiera hundir sus dientes.
Captando el olor de su perfume, estaba bastante seguro que era Quelques Fleurs, la misma marca que mi madre solía robar en el centro comercial. Eso me hizo despreciar a esta persona aún más.
Con una mirada helada, me miró. —Hola, soy Carys.
Su nombre sonaba como París con un C. No le respondí, porque no parecía que Landon hubiera querido que lo hiciera. Me sentí como una gata lista para pitar.
Algo no estaba bien.
Volviéndose hacia él, sonrió. —He intentado ponerme en contacto contigo a través de los años, pero tu número está fuera de servicio.
Su cuerpo se puso rígido. No la estaba mirando cuando dijo:
—Así es. —Si las miradas pudieran matar, ella habría muerto.
Carys no estaba captando la indirecta. —¿Todavía estás por aquí?
Él alzó la voz. —No.
—¿Puedo convencerte de que reconsideres? Te dejaré con mi nuevo núm...
—Por favor, márchate —insistió—. Esto es irrespetuoso.
Nunca había visto a Landon tan enfadado y vulnerable.
¿Qué diablos está pasando?
—Oh, bueno. —Dirigiéndose a mí, ella se encogió de hombros—. Disfrútalo mientras puedas, supongo. Antes de que cambie su número.
Luego, ella se alejó, dejando el persistente aroma de Quelques Fleurs en su estela. Su pequeño culo se movió contra la tela de su capri blanco. Sintiéndome como si mis entrañas se hubieran retorcido, seguí observándola hasta que desapareció.
Puso los dedos sobre sus sienes. Sus hombros estaban subiendo y bajando con cada respiración, y ni siquiera me miraba. Parecía completamente afligido.
—Landon, por favor, habla conmigo. ¿A qué se debió todo eso? ¿Quién es esa mujer?
Cuando levantó su rostro para encontrarse con el mío, el miedo estaba escrito en todas partes. —No puedo mentirte. —Él negó—. Nunca te mentiré.
—Por favor. ¿Qué está pasando?
Tiró la servilleta de tela sobre la mesa. —Vamos a casa, ¿de acuerdo?
La espera por el mesero para traer nuestra factura y procesar su tarjeta de crédito fue insoportable. Landon estaba rebotando sus rodillas hacia arriba y abajo mientras él continuaba inhalando y exhalando profundamente.
Finalmente, en el auto, lo vi agarrar con torpeza sus llaves antes de encender el motor. Ignorando lo que realmente estaba sucediendo, me quedé un poco helada, sin palabras. Sintiendo frío, me froté los brazos mientras se alejaba.
Ninguno de nosotros dijo una sola palabra durante todo el viaje de vuelta a su lugar. Night Swimming de R.E.M. estaba sonando bajo en la radio, y de alguna manera sabía que esa canción tendría para siempre una connotación negativa en mi mente.
Landon bajó la ventanilla y buscó sus cigarrillos en el compartimento central. Rápidamente encendió uno, aspirando el humo profundamente y soplando hacia fuera. Él nunca fumaba en el auto; él sólo lo hizo alguna vez fuera y lejos de mí. Ni siquiera preguntaba por qué estaba fumando en ese momento porque mi instinto me decía que lo necesitaba más que nada.
Su absoluto silencio me dejó con una terrible sensación en la boca de mi estómago, porque a pesar de que no estaba diciendo nada, podía sentir que se estaba preparando para algo grande. De algún modo podía reconocer que estaba en medio de una conversación interna. Un millón de pensamientos también pasaban por mi mente.
Cuando finalmente estacionó delante de su casa, apagó el motor del auto y tomó mi mano, acariciándola con el pulgar antes de levantarla a su boca para un beso. Dejando escapar una profunda respiración, finalmente salió del auto.
Mi corazón palpitaba mientras lo seguía hacia la casa.
Se detuvo en medio de su sala de estar con la espalda hacia mí. Me acerqué por detrás de él y envolví mis brazos a través de los suyos, apoyando mi mejilla en su espalda. Colocando una de mis manos sobre su corazón, pude sentir sus nervios latiendo a través de él.
Nos quedamos así por un tiempo hasta que de repente se volvió y me tomó de la mano para unirme a él en el sofá.
Él solamente empezó a hablar.
—Yo estaba realmente mal durante los primeros años después de que me mudé aquí. Me las arreglé para alquilar un dormitorio en este lugar Sunset y comencé a atender mesas, pero básicamente vivía sin rumbo durante varios meses. Me tomó un tiempo reunir el coraje empezar a buscar realmente a Beverly. Y ya sabes cómo terminó esa historia.
—Sí…
—De todos modos, cuando finalmente encontré a su hermana, mi tía Miranda, ella me dio mucha información sobre mi madre. Me dijo que había un director de cine llamado Bud Holliday. Aparentemente, antes de que tuviera éxito, él y mi madre salían, y él era el que la tenía enganchada a la heroína. La abandonó cuando ella empezó a perder el rumbo. Había estado actuando como su manager antes de eso. Realmente no hizo nada por ella, excepto arruinar su vida. De todas maneras, años más tarde, terminó dirigiendo algunas películas y se convirtió en algo muy importante.
—¿Qué tiene esto que ver con esa mujer del restaurante?
Cerró los ojos momentáneamente. —Tengo que contar esta historia desde el principio, ¿de acuerdo? Ten paciencia conmigo.
—Bien.
—Alrededor de esa época cumplí veintidós años, había conseguido un trabajo como camarero para una compañía que atendía a los ricos y famosos. Una de mis tareas fue trabajar una fiesta privada en Beverly Hills. Fue en la casa de Bud Holliday.
Jadeé. —Oh Dios mío.
Landon se levantó de repente y se dirigió hacia la cocina.
—¿A dónde vas?
—Te traeré un trago. Lo vas a necesitar. Traeré uno para mí, también.
Regresó con dos botellas frías de Miller Lite y me entregó una.
—Gracias. —Bebí un poco, tosiendo por el torrente de líquido frío que caía por mi garganta.
Landon tomó un largo sorbo y colocó la botella en la mesa de café antes de continuar su historia. —Así que, obviamente, como puedes imaginar, estaba un poco asustado de que iba a estar en la casa del hombre que básicamente consideré el instigador del problema de las drogas de mi madre biológica. Estaba lleno de ira. No sabía si quería hacerle daño físico, darle una intoxicación alimenticia, o qué. Solo sabía que no podía perder la oportunidad de joderlo de alguna manera. Sentía que el destino me llevaba a esa casa.
—¿Qué hiciste?
—Bueno, era la oportunidad de vengarme de él, así que pensé, fue en cierto modo inesperado... y ni siquiera necesitaba usar mi puño.
—¿Cómo?
Landon tomó otro largo trago de su cerveza. —Después que el evento terminó, terminé conectando con esta mujer en la cocina. Ella era diez años mayor que yo y no me ocultó el hecho de que ella me deseaba.
—¿Cómo se llamaba ella?
—Jamie Lynne Holliday.
—¿Holliday... su hija?
Él sacudió la cabeza lentamente. —Su esposa.
Me quedé boquiabierta. —Oh…
—Al principio no tenía ni idea de que estaba casada con Bud. Era mucho más joven que él. Por supuesto, una vez que lo descubrí, fue tanto más el incentivo para seguir adelante con sus avances.
—¿Te acostaste con ella?
—Terminé teniendo una aventura en curso con ella, sí.
—¿Es esto lo que has estado ocultándome, ¿lo qué te avergonzabas de contarme?
Un largo y lento suspiro escapó de él. —Ojalá.
Tragué, temiendo su continuación de la historia tanto como necesitaba que continuara. —Sigue…
—Bud terminó atrapándome en su casa una noche. Había regresado temprano de un viaje. Era exactamente lo que yo quería: para que él me encontrara con ella. El momento no podría haber sido más perfecto en lo que a mí respecta.
—¿Qué hizo él?
—Esa es la parte triste. Entiende esto... ni siquiera le importaba. Al parecer, tenían un matrimonio abierto. Ella nunca me dejó saber eso. Creo que ella quería fingir que nuestra cosa era algo más prohibido de lo que era. Le hacía sentir como si estuviera haciendo algo sórdido y tal vez eso la excitaba aún más. Mientras tanto, todo lo que yo había querido era vengarme de este tipo. Así que sentí que mi misión había fallado.
—¿Le dijiste quién eras?
—Sí, prácticamente perdí. Terminé perdiendo el control con él, admitió quien era mi madre. Jamie-Lynne se sorprendió porque no tenía ni idea de que la estaba usando para llegar a él. —Soltó una risa enojada mientras miraba hacia el techo—. ¿Puedes creer que ni siquiera pareció importarle eso, tampoco? Apenas recordaba el nombre de mi madre. Eso jodidamente me mató más que nada.
—¿Qué pasó después de esa noche?
—Estaba en tan mal estado. No me importaba nada. Jamie-Lynne quería seguir viéndome, y continué con ella porque me había acostumbrado al estilo de vida y sentía que no tenía ningún otro sitio al que ir. Pero ella estaba lejos de mis mejores intereses. Yo la usaba y ella me usaba. Eso era todo lo que había al respecto.
Mis palmas estaban sudando. Todavía no entendía lo que esto tenía que ver con la mujer en el restaurante esta noche, pero aparentemente estaba a punto de averiguarlo.
Él continuó:
—Una noche ella trajo a una amiga suya llamada April. Ella empezó a bromear acerca de cómo deseaba poder “tomarme prestado”. No pensé en nada de eso hasta más tarde esa noche cuando Jamie-Lynne me dijo que su amiga había hablado en serio, que abril me pagaría mucho dinero por hacerle compañía. Básicamente estaba tratando de convencerme.
—¿Quería venderte a su amiga? ¿Qué tipo de persona hace eso?
—Estaba tan anonadado y enojado que tomé una decisión apresurada al aceptar la oferta de Abril, sólo por despecho a mi presunta novia. Para entonces, estaba bastante seguro de que Jamie-Lynne se había avanzado a alguien más joven, carne fresca. De todos modos, no tenía sentimientos reales por ella, nunca los tuve. Así que comencé entre comillas a ver a Abril.
Mi voz temblaba. —¿Ella te estaba pagando por sexo?
Me miró directamente a los ojos, aunque parecía que le dolía responder. —Sí.
Me dolió tanto escuchar eso. —Vaya —murmuré.
—Así fue como empezó.
Mi cabeza estaba girando. —¿Empezó?
—Me di cuenta de que había una red muy unida de esposas de Hollywood que intercambiaban juguetes como yo. Ellas te usarían hasta que terminaran contigo luego te presentarían a una amiga en lo que se suponía parecía una transición sin obstáculos. Los tipos jóvenes quedaban atrapados en el lujoso estilo de vida. En ese momento, piensas que estás viviendo la buena vida y no ves lo que está horriblemente mal con ello. Estás haciendo un montón de dinero, más dinero del que podrías imaginar, y todo lo que tienes que hacer es lucir bien y darles su fantasía de chico malo.
Las duras palabras escaparon de mí antes de que pudiera pensar mejor. —Eras un prostituto...
Cerró los ojos como si lo hubiera apuñalado con mis palabras y luego dijo:
—En ese momento, nunca me consideré así. Lo había mejorado en mi mente para hacerme sentir mejor, porque realmente no quería parar. El dinero era demasiado bueno, y honestamente en aquel entonces, no sentía que tuviera algo por lo que vivir.
Sintiendo que mi estómago se revolvía, me levanté y paseé. —Whoa. Me voy a enfermar.
Caminó a través de la habitación para estar más cerca de mí. —Tienes que entender mi estado mental en ese momento. Yo estaba muy enojado con el mundo, tan malditamente miserable.
De repente me di la vuelta para mirarlo.
—¿Cuánto tiempo duró esto?
—Aproximadamente un año y medio.
Intentando evitar las lágrimas que se formaban en mis ojos, respiré profundamente y sólo miré al techo, tratando en vano de absorber estas terribles noticias.
—¿Qué te hizo detenerte? —Finalmente susurré.
Me miró con ojos suplicantes. —Tuve un sueño una noche. Y en él, yo era el padre de un niño que me estaba preguntando sin rodeos si vendía mi cuerpo por dinero. Era extraño y jodido que este pequeño estuviera hablando de esa mierda, pero claramente provenía de mi propia mente subconsciente culpable. En el sueño, recuerdo luchar realmente con la forma de responderle. Estaba tan avergonzado. Quién sabe si el niño representaba mi ser interior o mi miedo de tener un niño algún día y tenerlo descubriéndolo. De todos modos, me desperté con un sudor frío, corrí hacia el baño, y simplemente me miré en el espejo por mucho tiempo con disgusto. Absoluto disgusto. En ese momento, supe que tenía que parar. Ese fue el final. Cambié mi número esa mañana. Nunca miré hacia atrás. Demás está decir que fue un despertar del cual siempre estaré agradecido. Estoy muy feliz de haber visto la luz.
—¿Hace cuánto tiempo desde ese día?
—Eso fue hace casi tres años.
Me tranquilizó un poco saber que había pasado tanto tiempo.
Dudé en preguntar:
—¿Es así como conseguiste el dinero para comprar el camión y todo lo demás?
—Parcialmente.
—Deposité todo lo que había hecho.
—Eso explica el Range Rover.
—Sí. —Parecía avergonzado de admitirlo—. Te lo digo ahora mismo, Rana, que no creo que pueda manejar esta situación si los papeles fueran invertidos. Si puedes aceptarme después de esto, eres una persona mucho más fuerte que yo. Entiendo completamente si no puedes verte estando conmigo después de lo que acabo de admitirte. Me asombra pensar en lo que hice. Pienso en mí mismo entonces, y es como mirar hacia atrás a una persona diferente. Esos primeros días en L.A... de muchas maneras... era como ser secuestrado por extraterrestres. Esa persona no es lo que soy ahora. Cometí todos mis errores de vida dentro de un lapso de dos años.
—¿Cuántas mujeres?
—Hubieron seis en total.
—¿Seis?
Tragué. —Esa mujer en el restaurante esta noche, Carys ¿fue una de ellas?
—Sí. Ella fue la última.
Me hizo sentir tan enferma escucharle confirmar que había tenido sexo con ella, a pesar de que sospechaba que era el caso antes de que incluso me dijera nada de esto.
—¿Qué si no la hubiéramos encontrado? ¿Cuándo ibas a decírmelo?
—Esa es una gran razón por la que había deseado que te quedaras más tiempo. Necesitaba más tiempo antes de dejar caer esta bomba sobre ti.
—¿Ibas a dejarme ir a casa sin tener esta conversación?
—Mi esperanza era usar cada momento de este tiempo para que me conozcas, al hombre que soy ahora. Probablemente te hubiera dicho después de que te marcharas o durante nuestra próxima visita. Lo principal es que no sabía cómo decírtelo. ¿Cómo le dices a alguien que cree en ti, que tal vez no eres digno? Me avergüenzo, pero es un capítulo de mi vida que nunca podré borrar por mucho que me gustaría poder hacerlo.
—Así que no querías tener sexo conmigo hasta que lo supiera...
—Sí. No sabía si aún querrías tener intimidad conmigo después de que lo supieras. Y por mucho que me matara, entiendo que no lo hagas.
Tenía miedo de preguntar:
—¿Tienes una enfermedad?
Él fue rápido para responder:
—No. Dios no. Siempre fue seguro. Usé condones religiosamente, y he sido sometido a test varias veces. El único consuelo es que siempre he tenido la cabeza bien puesta en ese sentido.
—Ni siquiera sé cómo procesar esto. Quiero decir, sé es como que lo hiciste con cien mujeres. La mayoría de los solteros se acuestan todo el tiempo, pero supongo que el principio de esto es tan preocupante.
—Siempre tuve la intención de decírtelo, Rana. Sólo esperaba un poco más de tiempo primero. Eso es todo. No te culpo por estar confundida y molesta
Quería consolarlo, quería decirle que iba a estar bien, pero no podía conseguir superar mi sorpresa.
—No voy a mentirte, Landon. Esto es realmente desconcertante.
Devastador.
—Lo sé. Lo siento. De alguna manera me alegro de que saliera esta noche porque estoy enamorándome de ti, y si hay una posibilidad de que no quieras estar conmigo, entonces cuanto antes lo sepa, mejor,
Veritoj.vacio- Mensajes : 2400
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Edad : 52
Re: Lectura #1 Noviembre 2017
Landon es tan bello, no me canso de decirlo. Primero crea platillos en su nombre, la lleva a visitar la ciudad, le lleva a conocer a su madre, a pesar de todo quiere que esto de verdad funcione.
Siento que H. debe de confiar en Landon, y no llegar a basar su relacion en los errores que el pudo haber cometido, porque igualmente ella cometio los propios. Como dicen Lo pasado pisado, y ya el no esta en ese mundo
Siento que H. debe de confiar en Landon, y no llegar a basar su relacion en los errores que el pudo haber cometido, porque igualmente ella cometio los propios. Como dicen Lo pasado pisado, y ya el no esta en ese mundo
IsCris- Mensajes : 1339
Fecha de inscripción : 25/10/2017
Edad : 26
Re: Lectura #1 Noviembre 2017
Landon le presento a sus amigo y a su madre, bueno le platico un poquito más de ella, y lo que hacia para vivir si es un poquito fuerte, pero no creo que sea para tanto, lo que no fue en tu año no te hace daño, además Rana tampoco es una blanca palomita
yiniva- Mensajes : 4916
Fecha de inscripción : 26/04/2017
Edad : 33
Re: Lectura #1 Noviembre 2017
CAPÍTULO QUINCE
BIENVENIDA
Mis ojos parpadearon. ¿Realmente sucedió la noche pasada?
El reloj mostraba las 10 AM, lo que significaba que Landon y yo solo teníamos un par de horas antes de que me tuviera que llevar a LAX.
El que hoy me marchara era surrealista, y la conversación de anoche parecía un mal sueño.
Mi garganta se había secado cuando de mala gana me levanté. Landon estaba fumando en el balcón, justo afuera del dormitorio.
Usando una de sus largas camisetas, abrí la puerta.
—Buenos días.
Expulsó una última bocanada de humo y apagó el cigarrillo.
—Oye... —Sus ojos se encontraban inyectados en sangre.
Aclaré mi garganta.
—No dormiste mucho.
Su voz era ronca.
—No dormí en absoluto.
—Estuve despierta un rato, pero luego dormí un poco.
—Lo sé. Te miré cuando te quedaste dormida. —Sonrió a regañadientes—. Puede que te haya mirado por un rato.
Mirando hacia el agua, dije:
—Todavía no he procesado lo que me dijiste anoche, pero quiero que sepas que pienso que admitir algo así requiere de una gran cantidad de coraje. Podrías haberte inventado una historia, decirme que la mujer del restaurante era la madre de una de tus ex novias, algo así de falso. Pero no lo hiciste. Fuiste sincero conmigo, y te agradezco por eso.
—Admitírtelo fue probablemente lo más difícil que he tenido que hacer. Ojalá supiera lo que realmente estabas pensando.
—Ni siquiera sé lo que realmente estoy pensando. No lo he asimilado. Así que, es difícil saber cómo me siento al respecto. Es molesto, sí. Pero supongo que estoy tratando de convencerme de que lo que pasó en el pasado no está sucediendo ahora. Tengo que aprender a superarlo. Al menos, quiero ser capaz de hacerlo.
Examinó mis ojos.
—Pero no estás segura si puedes.
—No dije eso, Landon.
—Solo prométeme una cosa.
—¿Qué?
—Prométeme que no estarás conmigo si decides que te avergüenzas de mí. No puedo vivir con eso. No quiero fingir contigo. Me encanta lo real que eres, Rana. Y si no puedes aceptar mi pasado, necesito que seas clara conmigo al respecto.
Asentí.
—Aún estoy sorprendida.
—Entiendo. Sería injusto que esperara algo más en este momento.
No sabía qué más decir, pero sabía que hoy no se iba a aclarar nada. Mi avión despegaría pronto, y eso me llenó de tristeza. Podía sentirla en todos los huesos de mi cuerpo.
Percibió que tenía frío porque frotaba mis brazos. Landon abrió la cremallera de su sudadera con capucha y me cubrió con ella, rodeando mi espalda y me acercó a su pecho. Podía sentir su corazón latiendo contra el mío. Incluso bajo la más espantosa de las circunstancias, aún lograba hacerme sentir segura en sus brazos.
Me sentía como una hipócrita por dudar de él. No había sido más que honesto y directo sobre su pasado, que era más de lo que podía decir de mí. Tan feo como era, había desatado sus demonios. El mío seguía encerrado dentro de mí. Mi decisión de no corresponder a su honestidad en este momento no era nada menos que pura cobardía. Pero cambiar el enfoque hacia mí habría sido demasiado para manejar mientras aún tratábamos con esto.
No podía garantizar cómo me sentiría una vez que regresara a Michigan. Solo sabía lo que quería en este momento, y era que él continuara abrazándome. Quería grabar este momento en mi memoria.
Landon terminó siendo el primero en romper nuestro abrazo.
Estaba a punto de encender otro cigarrillo cuando le dije:
—Realmente deseo que te detengas.
Dejó el encendedor. El cigarrillo se movió entre sus labios cuando preguntó:
—¿De verdad quieres que deje de fumar?
—Sí. Es tan malo para ti. Realmente creo que deberías dejar de hacerlo.
Hizo una pausa y quitó el cigarrillo de su boca. De repente lo aplastó entre sus dedos antes de dejarlo caer al piso. Luego sacó el paquete del bolsillo y lo tiró por el balcón.
—Hecho.
—¿Es así?
—Sí. Es así.
—¿Puedes hacer eso... simplemente dejarlo de golpe?
—He dormido en el sofá y he mantenido mi polla en mis pantalones todo el tiempo que has estado aquí. Y acabo de admitir mi secreto más doloroso a la persona que más me importa en este mundo. Estoy seguro de que puedo manejar casi cualquier cosa ahora. —Esbozó una leve sonrisa—. Me pediste que hiciera algo por ti. Y lo he querido hacer por mí mismo de todos modos. Pero ahora que sé que realmente te molesta, es un incentivo aún mayor. Probablemente no haya nada que no pueda hacer por ti en este momento.
Sabía que quería decir eso.
—Guau. Bueno. Gracias.
—Gracias a ti.
El ánimo continuó siendo sombrío. Landon me condujo a la cocina donde nos preparó un desayuno de rosquillas y café que llevamos a la playa. En ese sentido, mi última mañana aquí se pareció mucho a la primera, aparte de la oscura nube colgando sobre nosotros esta vez.
***
El viaje al aeropuerto de Los Ángeles fue tranquilo. Tal vez, sentíamos el duelo por esa cierta inocencia en nuestra relación que nunca volvería.
Una vez en nuestro destino, los sonidos del aeropuerto se mezclaban. La ansiedad empezaba a apoderarse de mí. No solo odiaba volar, sino que dejar a Landon en este momento era definitivamente una de las cosas más difíciles que había tenido que hacer.
Me acompañó lo más lejos que pudo antes de que ya no se le permitiera el acceso.
Acaricié suavemente su descuidada barbilla.
—Este viaje fue increíble.
Sostuvo mis dos manos y las apretó con firmeza.
—En mi opinión, increíble no es una palabra lo suficientemente fuerte para describir la semana pasada. No creo que vuelva a ser lo mismo. No importa lo que suceda, siempre estaré eternamente agradecido de que hayas subido a ese avión para verme. Mientras tanto, rezaré para volver a verte pronto.
—¿He mencionado que volar me pone nerviosa? Esta es solo mi segunda vez.
—Entonces eso hace que sea aún más especial que hayas venido. —Soltó mis manos y golpeó mi bolso—. ¿Tienes el cubo de Rubik?
A pesar de sentir que mi mundo estaba terminando, me obligué a sonreír.
—Sí.
Una amortiguada llamada de embarque me recordó que el tiempo se estaba acabando.
—Tengo que ir.
—De acuerdo. —Tomando mi rostro entre sus manos, me besó con fuerza como si nunca tuviera la oportunidad de hacerlo de nuevo—. Cuídate, nena —dijo sobre mis labios.
—Tú también.
Retiró sus manos de mis mejillas, acariciando mis brazos y me volvió a abrazar antes de soltarme lentamente.
Estaba a punto de irme cuando me detuvo.
—Espera.
—¿Sí?
—Dime algo gracioso, Rana. Realmente lo necesito ahora mismo.
Esto se sentía como una gran presión dado mi miserable estado. Entonces recordé algo que me pasó esa mañana.
—He estado tan preocupada desde anoche que cepillé mis dientes con tu crema de afeitar esta mañana. Nunca la había visto en un tubo así. Así que, si tengo el sabor de un chico Old Spice, esa es la causa.
Echó la cabeza hacia atrás, riéndose y luego besó mi frente.
—Nunca falla. Gracias.
—Supongo que debería estar feliz de que no fuera la Preparación H (1)
La sonrisa de Landon se desvaneció antes de que me besara una última vez.
Mientras me alejaba, escuchando el fuerte eco de mis talones, me di la vuelta para encontrar que no se había movido. Aún se encontraba en el mismo lugar con sus manos en los bolsillos. No me preguntes cómo, pero sabía que no se iría hasta que estuviera completamente fuera de su vista. Así era él. Me preguntaba qué pensaba en ese momento, si dudaba si alguna vez me volvería a ver.
Con cada paso que me alejaba de Landon, me sentía más vacía y decaída —como si verdaderamente estuviera dejando atrás un pedazo de mí.
***
Landon había metido un fajo de billetes sin que yo supiera en el bolsillo de mi chaqueta, billetes de quinientos dólares. Me había dado cuenta mientras estaba saliendo del avión después de aterrizar en Detroit.
Una vez fuera, el brutal aire frío era ciertamente un despertar grosero. El taxi que había llamado estaba tardando mucho en llegar. Mientras esperaba, realmente me golpeó lo deprimente que era aquí en comparación con California.
Pero ni siquiera era el tiempo. Sentía como si tuviera un agujero en mi corazón. Ya lo extrañaba. Tanto. Incluso más que cuando lo dejé parado en el aeropuerto. Ahora, la realidad de la distancia entre nosotros hacía que el dolor fuera mucho peor.
Cada vez que mi mente vagaba hacia su pasado, a imágenes perturbadoras de él follando a diferentes mujeres por dinero, rápidamente desviaba mi atención. En el momento, esos pensamientos eran un ruido de fondo. Todavía no podía tratar con ellos. El problema más urgente era que el estar en casa ya no se sentía así en absoluto.
Necesitando desesperadamente escuchar su voz, tomé mi teléfono y marqué su número.
Landon descolgó después de tres timbres.
—¿Rana?
—Sí, soy yo.
Sonaba soñoliento.
—¿Llegaste bien a casa?
—Estoy aquí. Si estoy bien es discutible.
—He estado entumecido todo el día. Estoy en mi habitación mirando ahora tu traje colgado en mi armario mientras te huelo sobre mis sábanas, preguntándome si todo fue un sueño y si no, preguntándome cómo demonios te dejé subir a ese avión.
—Solo necesitaba escuchar tu voz. Suenas como si estuvieras durmiendo. ¿Te desperté?
—Me había dormido porque no dormí anoche. Mierda, me alegra que hayas llamado.
—Por cierto, fuiste muy ágil con ese dinero.
—Sí, bueno, le pediste a tu papá que pagara por el boleto, lo que no estuvo bien, porque te dije que quería cubrirlo. Así que, quería devolvértelo.
—No tenías que hacer eso.
—Quería. Necesitas el dinero.
—Parece tan raro que otra vez te encuentres lejos.
—Puede que no esté físicamente contigo en este momento, pero siempre estoy aquí para ti. Cuando me necesites, Rana, sabes que lo dejaré todo, ¿verdad? Si alguna vez necesitas hablar conmigo o simplemente escuchar mi voz, no importa qué hora del día sea, me llamas.
No había derramado una lágrima desde la revelación de Landon la noche anterior, pero ahora estaba empezando a llorar. No podía determinar exactamente por qué había elegido este momento para colapsar. Solo había una cosa que sabía con seguridad.
—Ya te extraño.
—¿Estás llorando?
Una lágrima cayó por mi mejilla.
—Lo siento.
—¿Estás bromeando? Significa mucho para mí que lo estés. Ayer no estaba seguro de si seguirías hablando conmigo, y mucho menos llorar y decir que me extrañas. Tus lágrimas ahora son música para mis oídos.
—Tuve mucho tiempo para pensar en el vuelo, pero para ser honesta, cada vez que mi mente vaga a lo que me dijiste sobre tu pasado, instintivamente lo bloqueo. Es como un mecanismo de protección.
—Puedo entender eso. Algo así hago yo ahora cada vez que pienso en ello. Es mi forma de tratar con eso, también.
—¿Está bien que no quiera pensar en eso en este momento?
—Por supuesto, está bien. Toma todo el tiempo que necesites. No dejes de hablar conmigo. Necesito escuchar tu voz todos los días.
Mi chofer de taxi se acercó a la acera frente a mí.
—Mi viaje está aquí.
—¿Me llamarás antes de que te vayas a dormir esta noche?
—Sí —prometí.
Después de colgar, durante el camino a casa, no me concentré en nada más que en los ruidos a mi alrededor en un intento de aclarar mi mente. Dark Side de Kelly Clarkson comenzó a sonar en la radio. Cuan irónico. Cerrando mis ojos, traté de relajarme durante el resto del viaje.
Poco sabía que estaba a punto de ser recibida con un grosero despertar cuando llegué a mi apartamento.
Una vez dentro, el lugar parecía misteriosamente tranquilo. Por lo general, podía escuchar algún tipo de ruido proveniente de la habitación de mi compañero de cuarto. En su lugar, la puerta de Lenny se encontraba abierta, revelando un espacio casi completamente vacío.
Oh Dios mío.
Se había ido. No dejó ni un solo artículo.
Sentía una mezcla de alivio y paranoia.
Alcanzando mi teléfono, llamé inmediatamente a Landon.
Descolgó.
—No esperaba saber de ti tan pronto.
—Lenny se ha ido.
—¿Qué? ¿Como si hubiera desaparecido?
—Como que se mudó, sí. Tomó todas sus cosas.
—Bueno, mierda. Eso es algo bueno, ¿verdad?
—Yo creo que sí, sí. Quiero decir, una parte de mí se siente un poco paranoica.
—¿De qué?
—Que podría volver —Me reí de mí misma, dándome cuenta de lo ridícula que sonaba.
—¿Prefieres vivir con él todos los días que vivir con el miedo de que vuelva?
—No. Pero al menos con él aquí, puedo vigilarlo. Ahora, Lenny será como un peligro invisible que acechará en la noche.
—Eso es una locura. Me alegro de que el cabrón se haya ido. Ese es el mejor regreso a casa que podrías haber pedido. No necesitas esa mierda en tu vida.
—Bueno, necesitaba su renta.
—No, no la necesitas. Pagaré su mitad del alquiler indefinidamente hasta que encuentres a alguien, preferiblemente una mujer.
—No puedo dejar que hagas eso.
—No importa si me dejas. Lo haré de todos modos.
Entré en mi habitación y jadeé en voz alta al ver mi armario abierto.
—¿Qué pasó?
—¡Mi ropa…falta la mayor parte!
—¿Ese maldito cabrón se llevó tu ropa?
Me temblaban las manos.
—Esto es tan extraño.
—Llama a la policía, Rana. Ahora.
—No haré eso. Tengo demasiado miedo a las represalias.
—De acuerdo, si no lo haces, entonces, por lo menos, tendrás que cambiar las cerraduras.
—Me ocuparé de eso a primera hora de la mañana. Ahora no hay nada abierto.
—Solíamos pensar que era gracioso, pero esta mierda no es una broma. Ese amigo está enfermo.
—¿Qué crees que está haciendo con mi ropa?
—¿Quién diablos sabe? ¿Alguna mierda de vudú? No importa. Me alegra que se haya ido.
—Creo que voy a empezar a buscar un nuevo lugar mañana. Me asusta que conozca mi horario.
—Insistiré en eso, Rana. Seriamente.
—Tenía la esperanza de volver a casa y relajarme, tal vez darme un agradable baño caliente. En su lugar, siento que entré en un episodio de Unsolved Mysteries.
Landon se rio entre dientes.
—Menos la voz espeluznante de Robert Stacks.
—Sí. —Suspiré—. Lo juro... mi vida es tan extraña.
***
Como Lenny también se había llevado mi ropa de trabajo, al día siguiente me pasé luchando por encontrar dos nuevos atuendos de danza del vientre, viéndose como si tuviera que volver a mi concierto de baile esa noche.
Estaba eternamente agradecida por el dinero que Landon había escondido en mi abrigo. De lo contrario, nunca habría podido permitirme nuevos uniformes. Había solo una mujer en la ciudad que los vendía, y era costosa porque todo estaba hecho a mano. No tenía tiempo de pedir nada en línea, así que tuve que recurrir a ella.
Después de dejar la tienda de la costurera, con una hora de sobra antes del comienzo de mi turno, decidí hacer una rápida visita a Lilith y darle los pocos recuerdos que le había traído de vuelta de California.
No era nuestro día normal de hermana mayor, así que parecía sorprendida al verme cuando se unió a mí en su porche.
—Regresaste.
—¿Creíste que no lo haría?
—Aposté a Jasper un dólar que lo harías, pero él quiso ganar cinco. Le dije que era demasiado porque pensé que yo podría perder.
—Gracias por el voto de confianza de un dólar, Lil.
—¿Hay algo para mí en esa bolsa?
—Hay varias cosas en esta bolsa. Dos nuevos trajes de trabajo para mí, y podría ser solo algunas cosas para ti, sí.
Se ajustó sus gafas.
—Veamos.
—Bueno, técnicamente, Landon pagó estos regalos, porque yo no tenía dinero conmigo.
—Me gusta él.
—No sabía qué traerte, así que compramos algunas cosas diferentes. —Saqué la bolsa de regalo más pequeña que contenía todos sus regalos.
La abrió y examinó los regalos: Un llavero de Venice Beach, una camiseta de California, una réplica de la camioneta Landon's Lunch Box y un falso Oscar que decía Mejor Amigo.
Lilith inspeccionó cada artículo.
—Lo hiciste bien, cariño.
Me reía cada vez que me llamaba “Cariño”. ¿Qué persona menor de ochenta años usaba ese término? Se estaba volviendo más y más como una pequeña anciana cada día.
Mientras no se encontraba saltando arriba abajo o cualquier cosa, pareció que realmente le gustaron los regalos. Suspiré aliviada mientras me daba un abrazo.
—¿Cuándo volverás a ver a Landon?
—No estoy segura.
—¿Voy a conocerlo alguna vez?
—Eso espero.
—¿Trajiste alguna otra cosa?
Un gran caso de bolas azules de señorita y un pedacito de corazón roto.
(1)Preparación H: Crema para hemorroides.
Veritoj.vacio- Mensajes : 2400
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Edad : 52
Re: Lectura #1 Noviembre 2017
CAPÍTULO DIECISÉIS
SON LAS CEBOLLAS
Las siguientes semanas pasaron como un rayo.
Seguí buscando un nuevo apartamento durante el día, pero no tenía la suerte de encontrar algo dentro de mi presupuesto. Eso, junto con controlar a mi padre que se estaba recuperando de la cirugía de rodilla, significaba que mi vida era inusualmente agitada.
Aunque hablaba con Landon todas las noches, evitaba entrar en temas serios porque sentía que mi mente no lo podía manejar. Percibiéndolo, él me dejaba conducir todas nuestras conversaciones.
Todo alcanzó su punto crítico una noche en el trabajo, cuando tuve una especie de ataque de pánico, durante una de mis rutinas de baile. Fui capaz de superarlo, pero me sentí totalmente agotada en el tiempo que llegué a casa.
Durante nuestra charla telefónica en la noche, me abrí a Landon sobre lo que pasó en el restaurante.
—Tuve un ataque de pánico esta noche durante mi rutina. Eso nunca me ha ocurrido antes.
—¿Estás bien? ¿Qué sentiste?
—Ahora estoy bien. Simplemente sentí que no podía respirar, como si estuviera atrapada en mi propio cuerpo sin tener a dónde correr. Creo que he estado reprimiendo mis sentimientos, y finalmente se volvieron contra mí.
No respondió de inmediato.
—¿Tus sentimientos sobre mi... sobre mi pasado?
—Sí, eso creo. He estado realmente tratando de no pensar en lo que solías hacer, pero ha sido como una presencia constante siguiéndome por ahí.
—Por mucho que no quiera, creo que realmente necesitamos hablar de eso.
No había otra respuesta que pudiera darle sino:
—Estoy de acuerdo.
—Por favor, solo pregúntame lo que quieras saber. Arranquemos la curita. Aclaremos todo para poder hacerle frente. Esa es la única forma de saber si podrás dejarlo atrás o no.
Tenía las preguntas en mi mente; solo no quería saber las respuestas. Pero este limbo no podía continuar para siempre. Por lo que aproveché el espacio que me estaba dando esta noche y empecé a hacer mis preguntas.
—¿Dices que todas estas mujeres estaban casadas?
—Sí. Cada una. Pero en su mayor parte, se encontraban en matrimonios malos, relaciones abiertas, o el esposo también las engañaba. Lamentablemente, he descubierto que es bastante común entre las personas adineradas, que se divorcian o que tienen asuntos.
Mi siguiente pregunta fue quizás la más difícil de hacer, pero aún tenía que saberlo.
—¿Alguna vez... lo disfrutaste?
Exhaló.
—Me encanta el sexo. Lo sabes. Probablemente no hay nada que me guste hacer más. Pero hay una gran diferencia entre tener relaciones sexuales con alguien que tú elijes frente a alguien que te utiliza y viceversa. La idea de esto último me repugna ahora. Pero en ese momento, simplemente me abstraía, me desconectaba de la situación. Aunque no puedo decir que lo disfruté, tampoco puedo decir que lo odiara. En el momento, nunca me sentí como si estuviera siendo usado, nunca me enfermó como ahora.
—¿Eran todas atractivas... como Carys?
—Eran mujeres ricas que sabían cuidar de sí mismas, así que sí, eran todas atractivas, no mujeres que hubiera elegido para mí, pero eran atractivas, sin embargo. No podría haberlo hecho si la persona me repelía.
Cuando dejé de hablar durante varios segundos, él preguntó:
—¿Estás bien?
Mis emociones estaban por todas partes, y en un punto, perdí un poco mi compostura.
—Dios, Landon, ¿cómo pudiste permitir que se aprovecharan así de ti?
—Me encontraba perdido, deprimido. Algunas personas recurren a las drogas o a cortarse, otras formas de autolesionarse. Yo usé mi cuerpo, pero logré convencerme de que no era tan malo porque me estaba beneficiando financieramente. De la forma en que lo veía, me gustaba porque lo hacía en lugares privados y en mis propios términos, no me vendía en la calle a cualquier persona. En el mejor día, me convencía de que no era realmente prostitución, que era otra cosa. No tuve en cuenta que un pedacito de mi alma me era arrebatada cada vez, y que todo esto tarde o temprano me golpearía. Tampoco tuve en cuenta que tendría que mirarte a los ojos algún día y admitirte que vendí mi cuerpo. No pensaba…a largo plazo.
Pensé si lo que él había hecho realmente era tan diferente a lo que había hecho yo cuando fui adolescente, teniendo relaciones sexuales con chicos que me usaban. Claro, no me pagaban, pero igual me estaban usando.
Durante la siguiente hora, por doloroso que fuera, continué haciendo a Landon pregunta tras pregunta. No quería tener que hablar de los detalles nunca más, así que me aseguré de que cada parte de mi mórbida curiosidad estuviera satisfecha. Estaba siendo tan increíblemente abierto conmigo, aunque sabía que le resultaba muy difícil.
Entre otras cosas, me dijo que la mayoría de las mujeres querían algo más que solo sexo misionero. Le pedían que cumpliera sus fantasías de chico malo, cosas como abofetearlas, insultarlas, llamarlas puta, o follarlas por detrás mientras les tiraba del cabello, cosas que sus maridos no hacían. Una mujer incluso le pidió que la orinara. No podía creer que me estuviera admitiendo todo esto, pero en cierto modo, era un alivio saber que no tendría que preguntarle sobre nada más. Básicamente era la fea verdad, pero al menos era la verdad.
Esto me asustó un poco, porque mientras me contaba algunas cosas, descubrí lo mucho que me excitaba. Era una reacción natural en mi imaginación poner a Landon en cualquier tipo de escenario sexual.
Sin embargo, me negaba a bloquear las imágenes sexuales. Era la única manera en que podía liberar a mi mente de ellas, y poder superarlas.
En cierto momento, la mujer en mi mente se transformó en una imagen de mí misma. Imaginé a Landon haciéndome algunas de esas cosas, golpeándome el culo, tirando de mi cabello, lamiendo mi piel. Sin embargo, teniendo en cuenta las circunstancias de nuestra charla, eso era inquietante, y nunca podría habérselo admitido.
***
Nos quedamos hablando hasta altas horas de la noche.
A la mañana siguiente, me desperté sintiéndome como si tuviera resaca, aunque no había estado bebiendo. Comprendí que esa sensación era el resultado directo de finalmente haberle formulado a Landon las preguntas que había reprimido. Debido a que había sido tan franco conmigo, realmente no había necesidad de volver a pensar en ello.
Había sido agotador mentalmente, pero no tenía otra opción. No se puede apagar un fuego bailando a su alrededor. Tienes que lidiar con él, rociarlo con agua hasta que no quede nada. Una vez que el fuego se apagó, puedes optar por reconstruir o abandonar los restos.
Sabía que él quería garantizarse que no lo fuera a juzgar por sus pasadas indiscreciones. Era inflexible sobre el hecho de que no podría manejar una relación conmigo, si continuamente planeaba echarle en cara su pasado.
Es por eso que realmente necesitaba tomarme un tiempo para mirar dentro de mí y asegurarme que no le haría eso.
Pasé buena parte de esa tarde sentada en silencio. Comprendí que, aunque sus decisiones pasadas me decepcionaron, en ningún momento su confesión me impidió preocuparme por él. En todo caso, mi amor por él se hizo más fuerte, todas las emociones que alguna vez sentí por él, cobraron vida de inmediato y se unieron en solidaridad para protegerlo y perdonarlo.
Más tarde esa noche, decidiendo hacer algo que no había hecho en un tiempo, me adentré en mi armario, sacando la mochila negra.
Saqué algunas de las notas dobladas, podía distinguir aquellas que no había leído en el último año.
Abrí una.
Rana Banana,
¿Por qué los pies huelen y las narices moquean? ¿No debería ser al revés?
Landon.
P.D: Olí tus pies una vez cuando te quedaste dormida en la hamaca en el patio. Huelen a fritos.P.P.D: Solo bromeo (tal vez). Ahora, quiero papas fritas.
Sonriendo, la doblé de nuevo antes de abrir otra.
Rana Banana,
A veces olvido que en realidad vives en mi garaje. ¡Antes de que mi papá lo convirtiera en un apartamento, solía estacionar mi scooter justo donde duermes! Ahora, tengo que dejarlo afuera.
Landon.
P.D: Está bien. Prefiero tenerte aquí a ti, que a un lugar para estacionar mi scooter.Llorando y sonriendo, abrí otro.
Rana Banana,
¿Sabías que Rana significa rana en español? Aprendí eso en la escuela hoy.
Landon.
PD: Creo que sería genial si empezaras a croar.P.P.D: “Croac”.
El siguiente hizo caer mi corazón por un momento, porque recordé los celos y la confusión que sentí la primera vez que lo leí hace tantos años.
Rana Banana,
Kelsie intentó besarme hoy. Creo que es muy bonita, pero me pareció raro. Giré mi rostro, alejándome. Estaba comiendo la mitad de WarHeads[1], además tenía miedo que lo averiguaras. Sé que no te gusta.
Landon.
PD: ¿Te habrías vuelto loca si la dejaba besarme?P.P.D: ¿Alguna vez has besado a alguien?
P.P.P.D: Tal vez podamos practicar entre nosotros algún tiempo. Sabes, así no es raro cuando realmente besemos a alguien de verdad.
A pesar de que Landon y yo nunca terminamos besándonos en ese entonces, esa nota me recordó lo mucho que me había perdido después de que nos mudáramos y volvió a despertar mis celos hacia Kelsie, sabiendo que ella, finalmente, se convirtió en su primera novia. ¿Después de todo lo que me había confesado, seguía celosa de Kelsie?Sabía lo ridículo que era eso. Con mucho gusto doblé esa nota y la guardé.
La última nota que abrí realmente me afectó y sentí como que era la que estaba destinada a terminar.
Rana Banana,
Lo siento, le dije a mi mamá que golpeaste su auto con tu bicicleta. Debería haberme culpado. No estaba enojada, sin embargo. Dijo que todos cometemos errores. De todos modos, siento que lloraras. Nunca te he visto llorar antes. Es una mierda.
Landon.
PD: Tal vez no es realmente un error si aprendes de ello.Doblándola de nuevo, sollocé por más tiempo, llorando por una serie de razones. Lloré por la inocencia del muchacho que había escrito todas esas notas. Me sentí aterrorizada por lo que ahora sabía que le sucedería en el futuro. Pero al mismo tiempo, ese mensaje final acerca de aprender de los errores tenía tanto sentido, quizás ahora esas palabras eran más importantes de lo que jamás podría haber comprendido en ese entonces.
Miré el reloj. Sabía que Landon estaba en medio de su hora del almuerzo, pero necesitaba escuchar su voz, necesitaba que él oyera lo que había en mi corazón en ese momento, antes de que perdiera el coraje de decirlo.
Después de unos cuantos tonos, contestó. Sabía que nunca lo llamaba mientras trabajaba y parecía alarmado al saber de mí a esa hora del día.
—Rana, ¿está todo bien?
Podía escuchar el sonido de algo friéndose en su cocina y a una multitud hablando.
—Sé que estás ocupado —dije.
—Espera —Habló a sus clientes—: Lo siento realmente. Solo necesito un minuto, por favor. Tengo que tomar esto. —Cuando volvió, dijo—: Nunca estoy demasiado ocupado para ti.
—Solo tenía que llamarte para decirte que... no me importa. Quiero estar contigo. Sé que cometiste un error muy grande. Créeme, entiendo lo que es cometer errores. Pero un niño sabio me dijo una vez que “tal vez no sea realmente un error si aprendes de ello”. Ese eras tú, Landon. Por lo tanto, sí, he cometido errores, también. Y he aprendido de ellos. Pero sé que confiar en ti no es uno. Y te prometo, nunca verás vergüenza en mis ojos cuando te mire. Todavía sigues siendo el chico que admiraba. Eres un hombre ahora, que ha vivido, cometido errores y aprendido de ellos. Necesitaba llamar y decírtelo.
Dejó escapar un largo y tembloroso aliento en el teléfono. Parecía superado por la emoción, no dijo una palabra.
Sonaba como si hubiera sorbido. ¿Estaba llorando?
Entonces, lo escuché decirle a uno de sus clientes:
—Son las cebollas.
—¿Estás cocinando con cebollas?
—No. —Se rio.
Cerré los ojos con fuerza y sonreí.
—Será mejor que vuelvas con tus clientes.
—¿Por qué no sigues aquí, Rana? Estás muy lejos, y realmente necesito besarte ahora mismo.
—Espero que pronto nos veamos.
—Tienes que bailar esta noche, ¿verdad?
—No, el restaurante estará cerrado por una fiesta privada. Estaré en casa esta noche.
—Bueno. Te llamaré a las ocho de la noche después de cerrar el camión. Trataré de corresponderte por esas hermosas palabras que acabas de decirme. Intenta estar en casa en ese momento.
—Estaré aquí.
***
Estuve hecha un estúpida inútil el resto de ese día, esperando a que Landon llamara.
Mi mente siguió corriendo, alternando entre el alivio y el pánico.
Por un lado, finalmente había decidido poner su historia en perspectiva y en el lugar al que pertenecía, en el pasado, y eso me hizo sentir como que podríamos avanzar hacia una relación.
Por otro lado, no había ventilado mi propia ropa sucia y honestamente no sabía cómo afectaría a las cosas entre nosotros cuando lo hiciera.
Pero revelarle a Landon lo que me pasó significaría tener que lidiar con algo que no estaba realmente preparada para afrontar, algo que podía cambiar la forma en que me veía.
En el momento en que llamó, por desgracia, me encontró en el modo pánico.
Landon apenas tuvo la oportunidad de saludar cuando lo golpeé con mis inseguridades.
—Me siento como una hipócrita, porque aunque te has abierto a mí, no he podido hacer lo mismo. Pero no estoy lista para lidiar con mis propias…cosas.
—¿Y si te aseguro que no habrá nada que me puedas decir que me hará no desear estar contigo?
—¿Cómo puedes decir eso en serio?
—Porque es la verdad.
No estoy tan segura, Landon.
—¿Has asesinado a alguien? —preguntó.
—No.
—¿Es algo que nos podría dañar a ti o a mí físicamente?
—No.
—¿Me lo dirás esta noche?
—No.
—Entonces me arriesgaré, ¿de acuerdo? Creo que hemos tenido suficiente estrés recientemente. Suenas realmente estresada en particular. ¿Por qué no te recuestas y me dejas que te ayude a relajarte? Creo que los dos lo necesitamos.
—¿Exactamente cómo lo harás si no estás aquí?
—¿Me estás desafiando? Si ese es el caso, quiero provocarte un orgasmo, para que puedas dormir bien esta noche.
—Um... guau, está bien.
—¿Cuándo fue la última vez que tuviste un orgasmo realmente bueno?
Solo escucharlo decir esas palabras, debilitaba mis piernas.
Tragando, admití:
—Me provoqué uno en tu cama la noche en que me chupaste los pechos.
—Mierda, ¿en serio?
—Sí. Me excitaste y luego me dejaste para que me hiciera cargo. —Me reí.
Su tono se volvió seductor.
—Eso fue grosero de mi parte.
—Lo fue.
—¿Qué tipo de idiota hace eso?
—Tenías tus razones.
—Creo que esa noche me masturbé como tres veces en la ducha. Me alegro de no haber sabido que estabas haciendo eso en mi cama. Definitivamente no habría podido permanecer lejos.
Nos quedamos en silencio. Podía escucharlo moviéndose entre sus sábanas. Sonaba como si se estuviera quitando la ropa.
—Ahora intentaré compensarte un poco. De hecho, déjame llamarte por el teléfono fijo —dijo.
—¿Por qué?
—Usaremos nuestros teléfonos celulares para tomar fotos mientras hablamos.
—¿Fotos?
—Sabes... para ilustrar las cosas. Necesito verte.
El solo pensamiento de llegar a ver su musculoso cuerpo me ponía increíblemente húmeda. Cuando me llamó, contesté el teléfono fijo haciéndole una broma.
—Hola... ¿es el pervertido que me preguntará qué estoy usando?
—No. No hay necesidad de preguntar... porque te quiero desnuda con nada más que tu hermoso cabello cubriéndote. Quítate la ropa y suéltate el cabello.
—Nunca he hecho esto antes... sexo por teléfono.
—Es como el sexo... pero por teléfono.
—¿No me digas?
—Es una puerta de entrada para acceder al maldito chat de video, pero te facilitaré el sexo virtual. Empezaremos solo con el teléfono. —Se ríe travieso—. Quítate la ropa, Rana. Cada última pieza. Te quiero desnuda.
Obedecí, quitándome cada prenda hasta que estuve completamente desnuda.
—Ya está. —Respiré.
—Quiero que me envíes una foto tal como te encuentras ahora. Tú decides cuánto o qué quieres que vea —dijo.
Antes de que pudiera cambiar de opinión, me saqué una foto. Me encontraba desnuda mostrando mis pechos, pero me aseguré de que mi cabello estuviera estratégicamente colocado para cubrir mi entrepierna.
La voz de Landon era áspera.
—Cristo. Luces como una maldita diosa con el cabello rodeándote de esa forma.
—Quiero verte también.
—Lo sé. Abre las piernas y tócate. Saber que estoy masturbándome con tu foto e imagino que mi mano es realmente tu apretado coño envuelto alrededor de mi polla. Mierda. Esta foto... No puedo quitar mis ojos de ti. —Gruñó—. ¿Por qué? ¿Por qué no puedes estar aquí ahora mismo?
—¿Significa que no me dejarías sola en tu cama esta noche?
—¡Infiernos, no! Nunca volverás a dormir sola.
—Ha pasado mucho tiempo para mí, Landon.
—No puedo imaginar lo que esto parecerá, entonces.
—¿Sabes qué no he hecho nunca?
Su respiración se torna más pesada por la anticipación.
—¿Qué?
—Nunca he dado sexo oral.
—¿En serio?
—Sí.
—¿Alguien te lo ha hecho?
—No.
—Bueno, mierda, tenemos mucho para hacer. Practiquemos ahora mismo. Mete tres dedos en tu boca y finge que soy yo. Quiero escuchar cómo sonaría tu húmeda boca bajando sobre mi polla.
Coloqué el teléfono junto a mi cabeza y comencé a chupar mis dedos con fuerza y lentitud mientras jugaba con mi clítoris.
Su respiración se volvió errática.
—Me encanta escuchar cómo lo chupas. ¿Quieres ver lo que me estás haciendo?
—Sí. —Exhalé—. Por favor.
Nunca quise ver nada más que su cuerpo desnudo.
Unos segundos más tarde, mi teléfono celular zumbó, y lo alcancé.
Mi respiración se intensificó al ver su gruesa y hermosa polla, completamente erguida contra sus firmes abdominales. Era suave, con unas cuantas venas sobresaliendo y un hermoso piercing bola de plata adornando la punta, tal como había prometido. Comencé a salivar por el anhelo de deslizar mi lengua sobre su longitud, desde la raíz hasta la punta.
Utilizando la foto como inspiración, me froté mi palpitante clítoris más fuerte, incapaz de contener la necesidad de venirme. Lo quería dentro de mí y sabiendo que esta noche no ocurriría, era pura tortura.
—Me vengo, Landon.
Podía escuchar la fricción mientras se sacudía más rápido. Cerrando los ojos, llegué al clímax con los sonidos de sus profundos gemidos penetrando en mi oído mientras se venía.
Escuchamos mutuamente nuestra respiración por un tiempo hasta que habló primero.
—Mierda. Se sintió tan bien.
Jadeando, le dije:
—Envíame una foto, quiero ver cómo luces ahora.
—Está hecho un desastre. ¿De verdad quieres ver las consecuencias de lo que me hiciste?
—Sí. Muéstrame.
Unos momentos después me envió la foto. Nunca imaginé que la encontraría tan erótica, pero la visión de sus abdominales cubiertos con su brillante semen era demasiado.
—Hay mucho... mucho.
—Podrías decir que estaba muy estimulado.
—Yo también.
—Muéstrame. Quiero ver tu coño mojado —exigió.
Superando mis inhibiciones, separé mis piernas y coloqué la cámara entre ellas, haciendo una foto sin el vello que cubría mis partes privadas esta vez. La revisé rápidamente y la envié antes de que pudiera cambiar de opinión.
Silbó.
—Maldito infierno. No puedo creer que pueda ver lo mojada que estás. Es tan hermoso, Rana. Quizá nunca vuelva a funcionar ahora que tengo esta foto para mirar. —bromeó—. Ace me llamará y me preguntará qué estoy haciendo y la respuesta casi siempre será “estoy mirando el coño húmedo de Rana”.
Poniéndome más cómoda en mi cama, le hice una pregunta que siempre quise saber.
—¿Qué sientes cuando te vienes?
—Bueno... es una euforia muy intensa. Toda mi mente se queda en blanco durante unos segundos.
—Entonces ¿qué? ¿Después te vienes?
—¿Cuándo estoy solo? Estoy listo para desmayarme. Pero así... ¿contigo? Solo quiero hacerlo de nuevo.
—¿Puedo decirte algo? —pregunté.
—Cualquier cosa.
Esto era difícil de admitir.
—Tengo un poco de miedo de estar contigo.
—¿Por qué? ¿Crees que voy a ser duro contigo o algo así? Sé honesta conmigo.
—No, realmente. Temo que estaré demasiado ansiosa, que podría querer demasiado. Ha pasado mucho tiempo. Tengo miedo de venirme a los treinta segundos o que esté ridículamente húmeda durante el sexo.
—Me estás tomando el pelo, ¿verdad?
—No.
—De acuerdo... cualquiera de esas cosas que sucedan serían tan jodidamente ardientes. Y aclaremos algo ahora mismo. No hay tal cosa como demasiado húmedo. Estoy casi listo para volver a venirme con la mera idea de eso.
—Simplemente no quiero decepcionarte. Soy muy inexperta comparada contigo.
—¿Sabes qué? Podrías quedarte ahí desnuda, y estoy bastante seguro de que será lo más emocionante que he experimentado. Créeme. Será increíble. Y tú serás capaz de darme algo que nadie más tiene.
—¿Qué sería?
—Tú. Nunca he querido a nadie como te quiero. He tenido mi parte de mierda, que era solo un medio para un fin. Quiero mucho más contigo. Quiero experimentar el sexo de otra manera, tomar mi tiempo contigo, entrar en ti, ser parte de ti. Nunca he querido intimidad real con nadie. Por lo que será nuevo para mí también, créeme. Lo que me recuerda, si aún no tomas la píldora, necesitas conseguirla.
—La he tomado durante años, a pesar de que realmente no la necesitara.
—Bueno. Porque sueño con terminar dentro de ti.
Yo también.
—¿Puedo confesarte algo más? —pregunté.
—Cualquier cosa.
—Tengo miedo de decirte todas las cosas que quiero.
—¿Por qué?
—Creo que es porque me enseñaron desde temprana edad que el sexo es malo de algún modo. No estoy acostumbrada a ser abierta sobre mis deseos sexuales más profundos. Mi inexperiencia no se debe a la falta de ganas. Simplemente no había encontrado a alguien de confianza. Pero realmente no hay límite para lo que quiero tratar sexualmente contigo o lo que quiero que me hagas.
—Bueno, me encuentro oficialmente excitado de nuevo —dijo—. Que no haya límites es algo bueno, Rana. No puedo esperar para darte lo que quieras. Nada está fuera de la mesa. ¿Por qué querría tener alguna limitación contigo?
—Supongo que uno de los miedos que cruzó por mi mente es...— titubeé—. Después de conocer tú pasado... si empiezo a pedirte ciertas cosas...
—¿Qué? Solo dilo.
—Bueno, ¿si te pidiera que fueras duro conmigo... eso te recordará...?
—No, no, no. Entiendo lo que insinúas. ¿Temes que parecerá que me estás usando? La respuesta es... joder, no. Esto es diferente. Cumplir tus fantasías es mi fantasía. ¿No crees que también quiera ser duro contigo? No hay parte de mí que quiera ser amable. No te atrevas a contenerte. Pregúntame lo que quieras. Solo ten cuidado, porque te lo daré.
—Está bien... —Me encontraba dolorosamente excitada.
—Estás preocupada por ofenderme... mientras que en todo lo que puedo pensar es cuánto tiempo tengo que esperar antes de que pueda follar ese hermoso culo.
Suspiré.
—Deja de volver a excitarme, Landon. No es justo. —Masajeo mis propios pechos, me siento físicamente dolorida—. Es difícil estar tan lejos de ti.
—Tenemos que hacer planes. No sé cuánto tiempo más puedo estar sin verte de nuevo. Quiero ir a Michigan. Puedo visitar a mis padres también mientras estoy fuera.
La idea de que viniera aquí me hacía muy feliz y me asustaba al mismo tiempo. Para que esto realmente funcionara, no podía haber más secretos entre nosotros. Quería una vida con este hombre, y él merecía la misma apertura que había tenido conmigo.
Necesito decirte, Landon.
Quiero decírtelo tanto.
Te lo diré.
Solo que no esta noche; No quiero arruinar esto.
[1]WarHeads: Marca de caramelo ácido.
Veritoj.vacio- Mensajes : 2400
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Edad : 52
Re: Lectura #1 Noviembre 2017
1-Por fin se fue el compañero, sin embargo, no me da buena espina el que se haya llevado todo lo de Rana, aquí hay gato encerrado
2-Que lindo todo lo que le dijo Rana a L.
3-Por fin ya hablaron y resolvieron esa parte de sus problemas
4-Soy yo o ya se encendió esto
5-Que será lo que oculta Rana??
2-Que lindo todo lo que le dijo Rana a L.
3-Por fin ya hablaron y resolvieron esa parte de sus problemas
4-Soy yo o ya se encendió esto
5-Que será lo que oculta Rana??
IsCris- Mensajes : 1339
Fecha de inscripción : 25/10/2017
Edad : 26
Re: Lectura #1 Noviembre 2017
se fue su compañero de cuarto y se llevo las cosas de Rana,ello perdono a Landon y estos dos cada vez están más juntos, aunque sea por teléfono
yiniva- Mensajes : 4916
Fecha de inscripción : 26/04/2017
Edad : 33
Re: Lectura #1 Noviembre 2017
CAPÍTULO DIECISIETE
LLÉVAME A TU HABITACIÓN
A veces me despertaba en medio de la noche sudando frío, preocupada de que algo le hubiera pasado a Landon.
No sabía si era algún tipo de estrés post-traumático después de experimentar un accidente de skate o qué.
Tal vez era la norma cuando amabas a alguien, cuando el amor era nuevo, y quizás, cuando te sentías indigna. Por lo tanto, me preocupaba que el universo de alguna manera me lo quitara todo.
Por supuesto, Landon y yo aún no nos habíamos dicho que nos amábamos con palabras. No estaba segura de si eso importaba, porque cuando se trataba de él, definitivamente sentía amor. La formalidad nunca pareció significativa.
Sin embargo, tuve mis momentos de paranoia y esta noche en particular, estaba en plena fuerza. Landon no había respondido a mis últimos textos del día, y tuve que ir a trabajar llevando el peso de mi preocupación sobre mis hombros.
Nunca olvidaré esta noche. Bailar y tratar de poner una expresión de felicidad no era fácil cuando estabas consumida por la preocupación. Al mismo tiempo, el miedo que me embargaba me había obligado a conectarme aún más profundo de lo habitual con la música. Lo único que me permitía enfocarme era el ritmo. Si comenzaba a meditar y a pensar cosas, no habría sido capaz de atravesar mis rutinas.
Cuando llegué a casa, supe que esta noche no dormiría si Landon no me llamaba.
Finalmente, poco después de la medianoche, mi teléfono sonó. Salté para leerlo.
Landon: Lo siento, cariño. Mi teléfono no recibía los mensajes.
Escribí más rápido de lo que podía pensar, respondí:
Rana: Estaba preocupada. Siempre respondes. Pensé que te habías vuelto a lastimar o algo así.
Landon: No vi tu mensaje hasta ahora.
Rana: ¿Se rompió tu teléfono?
Landon: Mierda... No sé mentirte.
Rana: ¿Qué? ¿Por qué tienes que mentirme?
Landon: Porque si digo la verdad, tendría que admitir que mi teléfono no funcionaba porque estaba en un avión. Y si admito que estaba en un avión, entonces tengo que admitir que sucumbí e hice algo que te prometí que nunca haría, que es aparecer sin previo aviso en tu puerta.
Los latidos de mi corazón se aceleraron, y las mariposas en mi estómago revivieron de repente mientras salía volando de la cama y corría hacia mi puerta.
La mochila de Landon cayó al suelo antes de que me tomara en sus brazos. Siempre me sorprendía lo fácil que podía llorar cuando se trataba de él. Casi nunca lloré por nada antes de estos últimos meses. Pero estando en sus brazos otra vez ahora, sabiendo que había venido hasta aquí, definitivamente provocó que me brotaran las lágrimas.
Dijo contra mi cuello:
—Tenía que verte.
Abrazándolo, aprecié la calidez de su cuerpo y el aroma a sándalo de su colonia.
Realmente estaba aquí.
—Estaba muy preocupada.
Le acaricié la nuca antes de deslizar mis manos por su espalda. Había olvidado lo increíble que eran los contornos de su cuerpo musculoso. Tal vez tocarlo se sintió aún más increíble esta vez porque no había ninguna parte de mí reteniéndose, ahora realmente estaba permitiendo que cada sensación por tocarlo se encendiera. También podía sentir una diferencia en él, en la forma en que me estaba sujetando. La resistencia que existió en California ya no estaba. Se estaba permitiendo entregarse totalmente a la atracción física entre nosotros.
Al segundo se apartó de nuestro abrazo, y sin perder tiempo bajó sus labios a los míos, su lengua deslizándose en mi boca con una desesperada necesidad por probarme. El sabor familiar y azucarado de su aliento se convirtió en el único oxígeno que necesitaba. Era completamente adicta a él.
Sus manos estaban sobre mí mientras sus besos se intensificaban. Apretó mi culo, y pude sentir la excitación creciendo entre mis piernas mientras mi cuerpo se preparaba para lo que sabía que vendría.
—Llévame a tu habitación —gruñó contra mis labios, presionando su cuerpo contra el mío.
Esto realmente estaba sucediendo.
Mi corazón golpeó contra el suyo cuando nos tropezamos hacia mi dormitorio.
Apenas respirábamos, deteniéndonos solo para que Landon pudiera arrancarme la camiseta. Con solo mi ropa interior, estaba prácticamente desnuda, mientras empuñó mi cabello con sus dedos.
—Me encanta este jodido cabello —dijo mientras lo jalaba para doblar mi cabeza hacia atrás y poder devorar mi cuello. Metió los dedos más profundamente en mis largas trenzas mientras el chupar se intensificaba.
Entonces bajó su cabeza a mis pechos y tomó mi pezón entre sus dientes antes de apretarlos. Sonrió sobre mi piel mientras me estremecía por el placentero dolor. Su áspera mano masajeó el otro pezón, apretando mi tierna piel.
Me encantaba que no me resultara fácil, el saber que podía manejar esto. Por otra parte, realmente no podía imaginar estar con él de otra manera. Era una fuerza sexual a la que tener en cuenta.
Mi clítoris se hinchó ante el jugueteo con mis pechos. Mis bragas estaban empapadas. Sintiéndome desesperada, sujeté su barbilla, llevando su boca hacia la mía para poder volver a probarlo. Tomando entre mis dientes el piercing de su lengua, lo levanté suavemente. Él gimió en mi boca y me besó aún más fuerte, esta vez presionando su erección contra mí mientras susurraba en mi boca:
—Sientes eso.
Ahora no quedaba nada a la imaginación. Era enorme. Podía sentir su polla caliente y palpitante contra mí, y parecía abarcar una buena parte de su muslo. Solo el pensamiento de cómo se sentiría dentro de mí me puso más húmeda.
Presioné descaradamente mi clítoris contra sus vaqueros y me froté sobre su polla. Rodeó con firmeza mi culo con sus manos y me guió cuando continué moliéndome sobre él a través de nuestra ropa.
—Puedo sentir lo húmeda que estás a través de mis pantalones. Santa mierda. —Dejó escapar un jadeo tembloroso contra mi boca—. Te sientes tan jodidamente bien, pero mantenlo así, estás a punto de ser follada en dos segundos.
—Eso es lo que quiero.
Cuando lo miré y sonreí, pude ver la necesidad visceral en sus ojos vidriosos. Estaban llenos de lujuria y prácticamente me follaban por su cuenta.
Landon tiró a un lado mi ropa interior y luego metió dos de sus dedos por debajo del elástico. Los presioné mientras lentamente los hundía en mi interior. Cerró los ojos en éxtasis mientras sentía mi calor húmedo por primera vez. Esto me hizo darme cuenta más que nunca de lo mucho que necesitaba más. Presionando mis músculos, apreté contra sus dedos mientras él gemía en respuesta.
De repente sacó sus dedos de mí antes de arrodillarse. Bajó mis bragas y las arrojó a un lado, pero se quedó de rodillas mientras enterraba su cara entre mis piernas. Clavó sus dedos en mis nalgas mientras lamía mi coño con audacia, la frescura del metal de su piercing en la lengua aumentaba mi excitación. Echando la cabeza hacia atrás, me di cuenta de que podría haber llegado fácilmente.
Sus sonidos amortiguados vibraron a través de mi corazón mientras usaba toda su cara para asegurarse de que mi tierno clítoris experimentaba un placer sin precedentes. En un momento, se detuvo y me miró antes de levantarse lentamente y desabrochar sus pantalones. Arrojó el cinturón por la habitación y luego bajó su cremallera.
Jadeando, vi cómo sus vaqueros cayeron al piso antes de patearlos a un lado. Cuando se quitó la camisa, me maravillé al ver su pecho musculoso y tatuado, observándolo como nunca antes. Su cuerpo era como un lienzo cincelado de bellas artes, un deleite puro para mis ojos. Quería lamer la línea de vello que dividía su músculo abdominal bajo.
Estaba de pie frente a mí con nada más que sus bóxer negros. El material no hizo nada para esconder el contorno de su paquete. La punta de su polla sobresalía en la parte superior, y pude ver por primera vez su brillante perforación en la carne.
Lamí mis labios en anticipación mientras él llevaba sus manos a su cintura y lentamente bajaba sus calzoncillos, haciendo que su polla saltara hacia adelante en toda su gloria. Esa visión me puso de rodillas tanto literal como figurativamente.
Incapaz de resistir, envolví mi mano alrededor de su carne caliente, disfrutando la sensación sedosa de su eje. Anhelando lamer la pequeña gota que rodeaba la perforación, giré mi lengua alrededor de su gruesa corona como si estuviera bailando lentamente alrededor del anillo de su polla. Sabía delicioso. Podía decir que nada me habría dado más placer que esto. Incapaz de parar, comencé a tomarlo más profundo mientras recogía mi cabello en su mano para que él pudiera ver su polla moviéndose dentro y fuera de mi boca.
Inclinó la cabeza hacia atrás.
—Mierda. No intentes decirme que no sabes lo que estás haciendo. Esto se siente increíble.
Con su polla todavía llenando mi boca, le sonreí. Sus párpados se tensaron cuando se alejó a regañadientes.
Me ayudó a levantarme y dijo:
—No puedo esperar otro segundo. Voy a follarte tan bien, Rana. —Presionando su cuerpo gloriosamente duro contra mis pechos, apoyó su peso en mí hasta que caí de nuevo sobre la cama. En ese momento me sentí agradecida de vivir sola, porque sabía que iba a ser fuerte.
Abrió mis piernas, me miró fijamente en una advertencia silenciosa antes de entrar en mí en un duro empujón que me hizo jadear.
La cama temblaba, y la cabecera golpeó contra la pared mientras me follaba sin descanso. Cuando se espera tanto tiempo como nosotros, no hay alivio en las cosas. La sola fricción de su grueso eje que se movía dentro y fuera de mí no era algo que alguna vez hubiera sentido. Landon follaba como un campeón totalmente concentrado y con todo su cuerpo.
El sexo que había tenido en mi adolescencia era solo un medio para un fin sin ninguna consideración de mi placer. Para Landon, el sexo no consistía solo en meter su polla dentro de mí y moverla dentro y fuera. Estábamos conectados en todos los sentidos posibles. Teníamos las manos entrelazadas para ayudarme a mantener el ritmo. Su lengua me estaba probando con la misma sincronía que los movimientos de su cuerpo. De vez en cuando, se separaba para mordiscarme suavemente, sentía como si estuviera reclamándome de alguna manera. Su polla me penetró tan profundamente que supe que me dolería en la mañana.
No podía esperar a que se viniera, para sentir esa explosión de su deseo dentro de mí.
—Pensaste que estarías demasiado mojada para mí, ¿eh? Me encanta que te vengas por toda mi polla, nena. Se siente mejor que nada.
Mis dedos de los pies se curvaron por la intensidad de sus empujes. Me encantó la sensación y el sonido de sus bolas golpeando contra mi culo.
Así era ser verdaderamente follada.
Sus caderas se movieron en un movimiento circular mientras se detenía.
—Tengo que reducir la velocidad, o explotaré.
—Estoy lista —susurré.
Me desafió.
—¿Sí?
Le agarré el culo.
—Sí.
Empezó a golpearme aún más fuerte que antes cuando disparó su carga. Tan pronto como sentí el calor de su semen, mis músculos se tensaron con mi clímax. Y entonces finalmente entendí lo que quería decir cuando explicó lo que siente cuando se viene, que su mente queda en blanco. Eso fue exactamente lo que me pasó. Todas las preocupaciones del mundo simplemente desaparecieron por un momento.
Permaneció sobre mí, su polla aún dura y caliente en mi interior. Nuestras frentes se tocaban, y nuestra respiración era todavía pesada. No sabía cómo había vivido tanto tiempo sin experimentar esto.
Traté de frustrar los intentos de mi mente de pensar en las mujeres con las que había estado. Ahora que había experimentado estar con él, me sentía aún más celosa de cualquiera que hubiera estado antes que yo y esperaba que ninguna hubiera experimentado exactamente lo que acabo de sentir. Porque se sentía mucho más que sexo.
Cuando finalmente se alejó de mí, no me gustó. Quería estar conectada con su calor.
—Tengo una confesión —dijo mientras deslizaba una sábana sobre nosotros y me atraía hacia él. Una vez más, mi cuerpo estaba feliz.
—¿Qué?
—No me mates.
—¿Qué hiciste, Landon?
—Te vi bailar esta noche.
—¿Cómo?
—Egoístamente quería verte en acción sin que supieras que te estaba mirando. Me senté en la esquina del restaurante para que no pudieras verme.
—Oh, Dios mío. —Me enderecé—. No puedo creer que no supiera que estabas allí.
—Me coloqué la gorra sobre mi rostro. Pensé que si te fijabas en mí, iría contigo y me revelaría. Pero como no lo hiciste, decidí disfrutar viéndote como todos los demás.
Mis mejillas se ruborizaron.
—¿Qué piensas?
—Fue más de lo que alguna vez imaginé. Estuviste increíble. Cada movimiento estaba en sintonía con la música perfectamente. Todo el mundo en esa habitación quería un pedazo de tu espíritu, de tu belleza. No puedo creer que no lleguen a experimentarlo viéndote todo el tiempo. Yo me encontraría adelante y en el centro cada maldita noche si pudiera. No haría nada más. No esperaba sentirme tan orgulloso de ti. Era difícil no correr hacia la pista de baile. No sé qué esperaba, pero no esperaba que fuera tan jodidamente mágico.
—Bien, es algo bueno que no supiera que estabas allí porque no hubiese habido manera de que me enfocara. ¿Cómo llegaste desde el aeropuerto?
—Alquilé un auto. Así que no más autobús por unos días.
Comenzaba a meditar un poco.
Examinó mi rostro.
—¿Qué estás pensando en este momento?
—Siento que tengo tantos pensamientos y sentimientos en la punta de mi lengua, pero no sale nada, y voy a estallar.
—Si no puedes encontrar las palabras, puedes usar esa lengua de cualquier otra manera que quieras. Y definitivamente puedo relacionarme con la sensación de necesidad de estallar. Es por eso que volé hasta aquí. Con toda seriedad, Rana, sea lo que sea que te preocupe ahora mismo, saca la mierda, ¿de acuerdo?
—De acuerdo —susurré.
—No vine aquí para forzarte a hablar de cosas pesadas o algo. Un hombre no cierra al azar su negocio en medio de la hora del almuerzo y corre a casa para reservar un tiquete de avión para volar a través del país porque quiere hacer algún problema. Vine para dos cosas.
Mi corazón estaba listo para explotar.
—¿Sí?
—La primera es obvia. Pero la segunda y más importante es decirte en persona que estoy totalmente enamorado de ti, Rana Saloomi. Porque eso no parece ser algo que digas por teléfono. Jodidamente, te amo.
Acunó mi rostro en sus manos y plantó un largo beso en mis labios. Rompí prematuramente porque necesitaba corresponder a sus sentimientos.
—Yo también te amo. Nunca he amado a nadie como te amo. —Las palabras no salieron de mi boca lo suficientemente rápido. Lo único que había estado esperando era que él lo dijera primero, pero lo había sentido durante mucho tiempo.
—Bueno, tomaré esto y correré con ello. —Me abrazó con fuerza—. Sabes, realmente me gustabas cuando éramos niños. Me divertías y pensé que eras probablemente la mejor chica que había conocido. Pero no voy a mentir y a decir que siempre te he amado. No te he amado hasta hace poco. Me enamoré con fuerza de la chica defectuosa que borracha me marcó y me hizo reír. Creo que me di cuenta de ello la noche que te confesé mi pasado en L.A. Porque nunca había tenido más miedo de perder a alguien en mi vida.
Me limpié una lágrima.
—Gracias por amarme entonces, pero especialmente por amarme ahora... incluso con toda mi locura.
—No podría imaginarte sin tu locura. Es mi locura ahora. —chasqueó los dedos—. Olvidé que te traje un regalo.
Me quedé boquiabierta ante su desnudo y musculoso culo mientras se acercaba a su chaqueta y sacaba algo.
Volvió a la cama.
—Compré esto para ti en California. Quería conseguirte algo. Y esto me recordó totalmente a ti.
Era una caja blanca que decía Pandora en letras doradas, así que sabía que la marca era bastante cara. Dentro había una pulsera de brazalete de plata con dos perlas redondas de color azul.
—¡Es hermoso, Landon!
Abrió el broche y lo colocó alrededor de mi muñeca.
—Pensé que podíamos construir algo sobre ello con el tiempo, algo así como toda nuestra relación. Pero comencé con estas dos gotas porque me recordaron mucho de nosotros hasta ahora. ¿Adivina por qué los elegí?
Entonces me golpeó.
Dos bolas azules.
Veritoj.vacio- Mensajes : 2400
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Edad : 52
Página 2 de 4. • 1, 2, 3, 4
Temas similares
» Lectura #2 Noviembre 2017
» Lectura #1 Mayo 2017
» Lectura #1 Junio 2017
» Lectura #2 Junio 2017
» Lectura #1 Julio 2017
» Lectura #1 Mayo 2017
» Lectura #1 Junio 2017
» Lectura #2 Junio 2017
» Lectura #1 Julio 2017
Book Queen :: Biblioteca :: Lecturas
Página 2 de 4.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov - 21:20 por vientoyletras
» Cuenta Regresiva de 500 a 0
Lun 11 Nov - 21:47 por vientoyletras
» Cuenta de 1 en 1 hasta 100
Dom 10 Nov - 17:30 por johanaalove
» ABC de Nombres
Mar 5 Nov - 17:45 por citlalic_mm
» Di cómo te sientes con Emoticones
Mar 5 Nov - 17:42 por citlalic_mm
» ABC de Frutas y Verduras
Mar 5 Nov - 17:41 por citlalic_mm
» ABC de Todo
Mar 5 Nov - 17:41 por citlalic_mm
» Cuenta de 2 en 2 hasta 10.000
Vie 25 Oct - 13:12 por DESI
» Cuenta de 5 en 5 hasta 500
Mar 22 Oct - 16:26 por adricrisuruta