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Book Queen :: Biblioteca :: Lecturas
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Lectura #3 Nick - Simone Carter
Bienvenidas a todas. Gracias por participar. Les dejo la nueva lectura.
Nick - Simone Carter
Romance, lujuria, suspenso y escenas no censuradas Darcy Campbell era una profesora de música de Chicago sin empleo que tomó un trabajo tocando en un piano bar por desesperación. Había tenido una mala racha y ya estaba teniendo otro mal día... pasó a desastroso cuando fue la única testigo de un asesinato en masa. Ella observó con horror cómo su jefe, su hijo y otros empleados fueron asesinados a tiros ante sus ojos. La policía prometió proteger su identidad si testificaba contra los monstruos que habían cometido la masacre. Pero su nombre de alguna manera fue descubierto y las amenazas de inmediato se dispararon en su dirección. El detective Nick Baker prometió protegerla y, cuando las cosas se pusieron calientes, la escondió en su cabaña en los bosques de Wisconsin. Darcy no estaba segura de cuál era el mayor peligro: el asesino que la cazaba o enamorarse del hombre que se había comprometido a protegerla. Ella no podía amar a un oficial de policía. Se negaba a amar a un oficial de policía. Sin embargo, era casi imposible resistirse a él con sus intensos ojos plateados y su cuerpo musculoso. Era como una droga, adictivo y pecaminosamente potente. De alguna manera ella necesitaba proteger su corazón de él mientras él la protegía del asesino trastornado. ¿Era lo suficientemente valiente como para enfrentar ambos peligros? |
Este PDF llega a nosotros gracias al trabajo de: Midnight Dreams
Maga- Mensajes : 3549
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Alison19- Mensajes : 290
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Maria-D- Mensajes : 435
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IsCris- Mensajes : 1339
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berny_girl- Mensajes : 2842
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MadHatter- Mensajes : 10233
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Re: Lectura #3 Nick - Simone Carter
Es una trilogía y cada libro se puede leer de manera independienteMadHatter escribió:¡Me uno!
Es una serie, ¿no?
yiniva- Mensajes : 4916
Fecha de inscripción : 26/04/2017
Edad : 33
Re: Lectura #3 Nick - Simone Carter
Gracias por unirse
espero que la lectura sea de su agrado y la disfruten
yiniva- Mensajes : 4916
Fecha de inscripción : 26/04/2017
Edad : 33
Re: Lectura #3 Nick - Simone Carter
CAPÍTULO 1
Los dedos de Darcy casi vacilaron cuando miró a los tres hombres que acababan de sentarse en el piano bar donde ella tocaba. Por Dios Santo, esos eran tres de los hombres más apuestos que ella había visto.
Obviamente estaban emparentados. Los tres eran altos, oscuros y apuestos, cada uno con rasgos cincelados y labios llenos y sensuales. Compartían el mismo color inusual de ojos, un tono único de gris-plateado que contrastaba intensamente con los variados tonos de cabello y piel bronceada por el sol. Sus cabellos eran diferentes, uno negro y rizado, uno con cabello ondulado de color chocolate oscuro, y uno con largos y lisos mechones de cabello dorado-castaño, pero aparte de eso podrían haber sido trillizos. El trío era musculoso, sus hombros tan anchos que casi rozaban al otro cuando se sentaron en el bar.
Tres veces guapo. Delicioso.Uno de ellos en particular, el de suave cabello ondulado, la miraba seriamente. Sintió su mirada deslizándose sobre ella, observando sus largos rizos de color castaño-rojizo y ojos color whiskey. Cuando su mirada se deslizó a través de su generosa línea de busto, casi se sintió como si hubiera extendido su mano y la hubiera tocado. Un estremecimiento bajó por su columna.
Los dedos de Darcy se arrastraron sobre las teclas, creando encantadoramente el ritmo de la pieza instrumental The Autumn Leaves mientras miraba al hombre observándola. Su mirada plateada se mantuvo en ella incluso cuando respondió un comentario de uno de los hombres con los que estaba. Algo de lo que había dicho el hombre con el cabello rizado hizo que una pequeña sonrisa se deslizara sobre su rostro, y miró con fascinación cuando un profundo hoyuelo bailó en su mejilla, suavizando la dureza de sus rasgos.
Guau. Con solo ver al tipo, sus dedos se habían encorvado dentro de sus tacones marrones. Tal vez esta iba a ser su noche de suerte.
La idea la hizo sonreír. Eso sería asombroso. Parecía que ultimadamente no había tenido nada más que mala suerte. La primavera pasada, había perdido su trabajo enseñando música a causa de los recortes presupuestarios. Había intentado, sin éxito, de encontrar otro trabajo de enseñanza, pero finalmente, por desesperación, se vio obligada a aceptar el trabajo aquí en Papa’s Place. Había atrapado a su último novio engañándola, y parecía que su auto estaba en el taller cada dos días. Pareciera que todo lo que podía salir mal en su vida, ya había pasado.
¿No sería agradable si algo le saliera bien una vez?Las últimas notas conmovedoras instrumentales se desvanecieron y Darcy hizo una pausa y le sonrió a la multitud. Inclinándose hacia el micrófono, preguntó:
—¿Alguna petición?
—¿Qué tal Can’t Help Falling in Love with You? —dijo una voz profunda, y Darcy giró su mirada directamente al hombre con los ojos plateados—. ¿Conoces ese viejo clásico de Elvis?
Sus ojos se encontraron momentáneamente, mientras mensajes silenciosos parecían moverse entre ellos. Darcy finalmente rompió el contacto visual y sonrió cálidamente.
—Es uno de mis favoritos.Tocó una introducción y luego empezó a cantar con su voz sensual. Realmente amaba esta canción. Dejó que sus emociones se apoderaran de ella y se volcó en la interpretación, cerrando sus ojos durante los últimos compases. Cuando por fin los abrió y miró hacia donde había estado sentado el hombre, se había ido. Así como los hombres que habían venido con él.
Bueno, por Dios Santo. No pensaba que hubiese tocado mal la canción. No lo suficiente mal para ahuyentar a sus clientes, de todas formas. Sintió que el color subía en sus mejillas. Que grosero. ¿Pidió la canción y ni siquiera se quedó hasta el final?
Darcy intentó alejar el dolor encogiéndose de hombros. Otros estaban aplaudiendo; otros lo habían disfrutado. De todas formas, ¿cuál era su jodido problema? Notó un billete nuevo de veinte dólares en su tarro de propinas. Bah, como si el dinero compensara el insulto.
Las cosas fueron cuesta abajo después de eso. Un grupo de borrachos tomó la mesa cerca del piano y empezaron a molestarla, moderadamente al principio, luego se volvieron más venenosos. Los hombres en la mesa hicieron comentarios sobre su cuerpo, le gritaron “quítatelo, nena”, y le dieron miradas lascivas abiertamente. Las mujeres con ellos hicieron comentarios sobre su gusto en ropa y estilo y se jactaron sobre sus partes corporales de mejor aspecto, comparando sus cuerpos ultradelgados con su cuerpo más voluptuoso. Los manejó con su usual sutileza, pero sintió un dolor creciendo en sus sienes.
Luego vino un caballero mayor, que siguió pidiéndole la misma canción una y otra vez.
—Escuchemos “Take the Ribbon from Your Hair”. —Había gritado una y otra vez. Tocó la canción para él dos veces, pero no quería aburrir al resto de la audiencia. Sintió pena por el hombre mayor, pero negocios eran negocios.
Normalmente Darcy disfrutaba su trabajo. Papa’s Place era como una página sacada del ayer, que evocaba los días de Rat Pack1. El rico cuero rojo y los brillantes mostradores de madera oscura, barras y mesas eran sofisticadas y elegantes. La multitud normalmente era bastante tranquila, aunque algunas noches parecía atraer a los más locos, especialmente a aquellos como esta noche cuando una luna llena brillaba sobre el cielo.
La última llamada finalmente fue hecha y Darcy empezó su interpretación final de la noche. Cuando terminó el bar estaba casi vacío de clientes. Se giró para levantarse del taburete del piano justo cuando un caballero mayor se tambaleaba hacia ella, y todo el contenido de su copa de vino tinto cayó directamente en el busto de su vestido de seda color marfil.
La boca de Darcy se abrió en sorpresa, y el rostro del caballero de cabello gris frente a ella registró sorpresa. Darcy alejó el corpiño sin hombros goteando de su pecho y jadeó.
—Lo lamento tanto, señora. Lo lamento muchísimo. Por favor, déjeme ayudarle. Avanzó hacia adelante con una servilleta y estiró su mano en busca de sus senos.
—No, no, está bien. Yo lo limpiaré. —Saltó hacia atrás defensivamente. Lo último que quería esta noche era que algún hombre mayor la tocara—. No. Me encargaré de eso.
—Al menos déjeme pagarle la tintorería. —Alcanzó su billetera—. Insisto.—Bien. Gracias. Muchas gracias. —Sus ojos se agrandaron cuando él deslizó un billete de cincuenta dólares en su palma. Era más de lo que había pagado por el vestido vintage—. En realidad, eso es demasiado.
—No, fue totalmente mi culpa. Insisto. Además, eso es mejor que una camiseta mojada cualquier noche. —Le guiñó un ojo, miró brevemente a su escote mojado que se pegaba a su cuerpo y se alejó.
Oh. Miró el vestido. Se dio cuenta que la mancha estaba esparciéndose rápidamente sobre la tela y gruñó.
—Dios Todopoderoso.Tomo los cincuenta y el resto de sus propinas y caminó pesadamente detrás de la barra. Tomó una botella de agua carbonatada y un paño blanco limpio del bar y se dirigió a la sala de descanso de los empleados, justo frente a la cocina. Era un área pequeña donde los empleados podían sentarse y darle descanso a sus pies.
1 Rat Pack: término utilizado por la prensa para referirse a un grupo informal de artistas centrado en el ambiente de los casinos de Las Vegas.
Una gran ventana daba a la cocina, y dos pequeños baños estaban contra la pared posterior.
Darcy se apresuró a entrar al baño de damas y se quitó su vestido mojado, estirándolo sobre el lavabo. Sabía que, si no trabajaba rápido, se arruinaría para siempre. Y lo último que necesitaba en este momento era gastar dinero en ropa.
Vertió el agua carbonatada en el vestido y luego lo secó con el paño del bar. Finalmente, sacó la mayoría del vino y lo colgó sobre el secador de manos automático para que pudiera soplar la tela mojada. Para matar tiempo mientras su vestido se secaba, llamó a su mejor amiga, Sophie. Sophie era una artista y le gustaba trabajar por las noches y dormir durante el día, así que a Darcy no le preocupó despertarla aunque era casi media noche.
—Hola, Snooks, ¿qué pasa? —Se sentó en el banco y cruzó las piernas.—Oh, chica, hay todo tipo de emoción sucediendo. Esta noche hubo una gran pelea en el piso de abajo. Sophie habitaba encima de un bar popular y vivía indirectamente a través de los clientes habituales al bar—. ¿Qué hay contigo?
—Bueno, ha sido una de esas noches. —Darcy le contó sobre el cliente que había derramado vino sobre su vestido, los alborotadores, y el hombre con los ojos magnéticos.
—Maldición, chica, ¿se fue?—Rápido como un silbido.
—Vaya, eso es sorprendente.
—Sin embargo, no lo es. Oye, creo que mí vestido está seco. Te veré mañana en la tarde para un brunch, ¿está bien?
—Seguro. Te veré entonces, amiga
Darcy terminó la llamada y se levantó para ponerse su vestido. Había deslizado la seda marfil sobre su cabeza y lo había acomodado sobre sus caderas cuando un sonido explosivo casi la hizo saltar de sus tacones.
¿Qué demonios?Abrió la puerta del baño y echó un vistazo por la ventana en la sala de descanso. Se puso de pie, con la boca abierta, incapaz de creer lo que estaba viendo.
Tres hombres armados con rifles de asalto apuntaban a cuatro de sus compañeros de trabajo; tenían sus espaldas hacia ella. Papa estaba extendido en el piso, su hijo Rico yacía encima de su corpulento cuerpo. Antes que siquiera pudiera moverse, escuchó una voz que gritaba:
—Sin testigos.Y después hubo una erupción de disparos. Darcy observó cuando los otros dos empleados caían al piso uno a uno.
yiniva- Mensajes : 4916
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carolbarr- Mensajes : 383
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Re: Lectura #3 Nick - Simone Carter
Bienvenidas todas. Disfruten la lectura.
Maga- Mensajes : 3549
Fecha de inscripción : 26/01/2016
Edad : 37
Localización : en mi mundo
Re: Lectura #3 Nick - Simone Carter
CAPÍTULO 2
Darcy se quedó paralizada mientras miraba como le arrancaban la vida a sus compañeros de trabajo. Escuchó sus gritos de miedo, sus gemidos, sus gritos de dolor. Permaneció indefensa cuando Leo, el
chef y su buen amigo, agarró un enorme cuchillo y se apresuraba hacia los atacantes, solo para ser interrumpido por un aluvión de balas. Darcy introdujo su puño en su boca para evitar gritar.
Justo cuando los asesinos se giraban para admirar su trabajo, el cerebro de Darcy empezó a funcionar de nuevo y gritó: “¡Corre!”, “¡Escóndete!”. Lo último que recordaba haber visto era el rostro del hombre que parecía ser el líder de la banda de asesinos mientras se daba vuelta. Se retiró al baño y se escondió en un cubículo, subiendo sus pies sobre el inodoro, quitándose los tacones y sosteniéndolos en su mano. Dios, oraba para que no la hubieran visto en el mismo momento en que ella los había visto.
Estaba en shock. No podía dejar de ver las imágenes de Papa tendido ahí enredado con Rico. Miró el rostro de Danny, el chico que lavaba platos, llenarse de horror cuando las balas lo golpearon y no pudo deshacerse de la vista de Leo, con los brazos levantados, acribillado a balas y cayendo en su camino. Y sobre todo, la expresión en el rostro del asesino, tan fría, tan insensible.
Darcy escuchó a los hombres hablar, felicitándose mutuamente por su exitosa misión. Sus voces se convirtieron en un gran borrón mientras se acurrucaba sobre el retrete. Fueron lo suficientemente audaces para comer la comida que los hombres habían estado guardando.
Pensó que nunca se irían. Sus piernas se acalambraron, y lágrimas bajaron silenciosamente por su cara. Estaba temblando por todas partes. Luchó contra las náuseas, aterrorizada de revelar su escondite si hacía algún ruido.
Por fin, los escuchó irse, luego reinó el silencio, pero Darcy se obligó a permanecer en el lugar al menos 10 minutos después que se fueron. Luego sacó el celular de su bolsillo y marcó el 911. Todavía demasiado asustada de hablar en voz alta, susurró a emergencias y se mantuvo en la línea con la operadora hasta que escuchó las voces de los policías gritando, anunciando su presencia en la cocina. Todavía estaba doblada sobre el retrete cuando la puerta del cubículo se abrió de golpe, y reprimió un grito cuando su mirada se estrelló con los ojos azul plateado del hombre que había estado en el bar antes.
—Policía, señora. ¿Es usted la mujer que llamó por los asesinatos?Darcy todavía no podía encontrar su voz, así que simplemente asintió frenéticamente.
—Bueno, está a salvo ahora. ¿Por qué no baja de ahí? —Extendió su mano, Darcy vaciló y luego la tomó. La ayudó a bajar del retrete, y sus rodillas se doblaron cuando sus pies tocaron el piso. Sintió que empezaba a caer, pero antes que golpeara el piso, él la agarró y la tiró hacia él.
—Vaya, ahí. Está bien. Todo está bien ahora. —Su voz era profunda, tranquila y reconfortante. Sostuvo su tembloroso cuerpo en sus brazos, y ella enterró su cabeza en su pecho, escuchando el latido de su latido. Oh, Dios, él estaba vivo. Un ser humano cálido y vivo que respiraba.
Ella no se movió por varios momentos, refugiándose en sus brazos. Al final, él se alejó y la miró:
—¿Está bien?¿Bien? ¿Ella estaba bien? Infiernos, no, no lo estaba. Acababa de ver a su jefe y a sus compañeros de trabajo ser asesinados justo delante de sus ojos. Sintió un estallido de furia y se apartó de él.
—No estoy herida si a eso es a lo que se refiere.—Entonces necesitamos hablar con usted. Vamos al comedor. —La tomó por el codo y empezó a empujarla hacia la parte delantera del edificio. Giró su cabeza para mirar a sus compañeros de trabajo caídos y los oficiales de policía dando vueltas a su alrededor, pero él la empujó a través de la cocina y la sentó en la primera mesa con la que se toparon. Se aseguró que no pudiera ver la cocina desde donde estaban sentados.
—Soy el detective Nick Baker. ¿Y usted es?—Darcy Campbell. —Retorció sus manos en su regazo.
—Lamento mucho su pérdida, señorita Campbell.
Sabía que era un procedimiento estándar dar las condolencias, pero de alguna manera Darcy sintió que este hombre realmente lo decía en serio. Su mirada se disparó hacia la suya y lucía sincero, sus ojos calentándose a un profundo color plateado.
—Dígame, señorita Campbell, ¿normalmente se queda aquí tan tarde después de cerrar?
—No, no siempre. —Empezó a contarle sobre el vino, su vestido, y exactamente lo que sucedió.
—¿Vio alguno de sus rostros?De nuevo, ella vio su rostro. Delgado, pómulos altos, barbilla cuadrada, ojos entornados.
—Solo uno de ellos.—¿Estaría dispuesta a venir al centro y mirar algunas fotografías? ¿Ver si reconoce a alguien?
¿Estaba bromeando? Todo lo que quería hacer era ir a casa, beber una copa de vino, y derrumbarse.
—Mire, sé que está exhausta, pero necesitamos hacer esto mientras su memoria todavía está fresca. —Su voz era suave, su mirada intensa. Huh, como si ella alguna vez pudiera olvidar ese rostro. Pero al final, asintió. Tenía que hacer todo lo posible para ayudar a encontrar al asesino de Papa.
»Bien. La llevaré ahí tan pronto como sea posible. Barnes, ven aquí. —Él se puso de pie, gritó, y un joven oficial apareció casi de inmediato—. Quédate con ella hasta que esté listo para irme.
Y luego ella esperó. Y esperó. No podía quedarse quieta, así que caminó por el comedor, de ida y vuelta. El joven oficial se quedó de pie pacientemente, mirando a Darcy caminar de un lado a otro.
Pasó más de una hora antes que Nick estuviera listo para irse. Para cuando llegaron a la estación, su cabeza palpitaba, sentía náuseas y sus nervios se dispararon. Se sentía débil, temblorosa. Ni siquiera estaba segura de que pudiera enfocarse en las fotos que el detective Baker le presentaba.
Había demasiados rostros en el libro. Jóvenes, viejos, negros, blancos, feos, apuestos. Pasó página tras página, frustrándose después de mirar cientos de fotos. Quería llorar, gritar, lanzar los libros de fotos al otro lado de la habitación.
Y entonces lo vio.Era él. El hombre que había visto en la cocina de Papa’s Place. Reconocería ese rostro frío y despiadado en cualquier parte.
—Es él —dijo fríamente—. Ese es el bastardo que asesinó a Papa.
yiniva- Mensajes : 4916
Fecha de inscripción : 26/04/2017
Edad : 33
Re: Lectura #3 Nick - Simone Carter
Me ha gustado el comienzo de la historia!
Pobre Darcy por todo lo que ha tenido que pasar y ahora esto
Pobre Darcy por todo lo que ha tenido que pasar y ahora esto
IsCris- Mensajes : 1339
Fecha de inscripción : 25/10/2017
Edad : 26
Re: Lectura #3 Nick - Simone Carter
CAPÍTULO 3
Darcy se sentó en la mesa de su cocina, una taza de café acunada entre sus manos. Sabía que se veía como el infierno, pero no le importaba. Sus rizos rojizos caían salvajemente alrededor de sus hombros caídos,
círculos violeta debajo de sus ojos, y su piel tan pálida que la docena de pecas sobre el puente de su delgada nariz destacaban como manchas de óxido.Había dejado que el detective Baker la trajera a casa anoche y luego inmediatamente se deshizo de sus tacones y vestido y se puso unos viejos pantalones de chándal grises y una desgastada camiseta vieja y todavía estaba usando esa misma ropa.
Después de cambiarse de ropa y saludar a su gato negro, Warlock, se sirvió una copa de vino y se acurrucó en el sofá. Había encendido la TV, pero no le prestó atención, solo dejó que el zumbido llenara el aire.
Al final, cuando estaba terminando su segunda copa de vino, sus emociones la abrumaron, y empezó a llorar. Grandes y desgarradores sollozos. No podía creer que hubiera presenciado tal masacre. Sus amigos, sus compañeros de trabajo, todos asesinados frente a sus ojos. Tanta sangre. ¿Quién iba a saber que la sangre tuviera un olor tan putrefacto o que era tan espesa cuando se congelaba en el piso? Los sollozos siguieron saliendo, doblando su cuerpo con dolor, contorsionando su rostro mientras lloraba.
Cuando las lágrimas finalmente cesaron, su cabeza palpitaba. Intentó recostarse, pero fue inútil. El sueño no vendría. Las visiones seguían apareciendo ante sus ojos.
Y las palabras del detective Baker luego que identificara al hombre siguieron sonando en su mente.
—¿Está segura? —Había preguntado, un tono plano tiñendo su voz. Ella había asentido, mirándolo directamente a los ojos.—Nunca olvidaré ese rostro, esos ojos. Ese definitivamente es el hombre.
No había dicho nada por un minuto, simplemente la miró con una expresión extraña. Finalmente, arrastró una palma sobre su rostro y suspiró profundamente.
—Voy a decirle algo que va a sonar aterrador… porque lo es.Oh Dios, eso era lo último que quería escuchar. Todavía estaba aterrorizada por los eventos anteriores de esta noche. Echó sus hombros hacia atrás y cuadró su barbilla, preparándose para las noticias que él parecía reacio a revelar. Ella sabía que era malo.
—El hombre que identificó es Dimitri Pasquale. Es la mano derecha del líder de una familia de la mafia. Ellos, a su vez, controlan la pandilla callejera conocida como los Bad Ass Banditos. Estamos muy familiarizados con él. Hemos estado tratando de atraparlo durante años, pero es demasiado hábil. Ahora usted es la clave para encerrarlo de una vez.
Seguía escuchando las palabras golpeando una y otra vez en su cabeza. Ella era responsable. Pero ¿y si ella no quería testificar? ¿Y si no quería ponerse en esa situación? Dios mío, este tipo era un asesino a sangre fría. ¿Por qué debería ser su responsabilidad poner al tipo tras las rejas? El bastardo tenía todo tipo de hombres bajo su control. Probablemente estaría firmando su propio certificado de defunción.
El problema era que este tipo en realidad era malo. Era, obviamente, un asesino. Lo había visto con sus propios ojos. También era un traficante de drogas importante y un personaje hábil que tenía grandes abogados o una gran influencia. O ambas.
Y ahora se suponía que ella “lo encerrara”. Dios, eso tomaría algo de valentía.¿Nick Baker no entendía eso?
Ella no era una persona valiente. Seguro, le encantaba tomar riesgos con el color y el estilo, disfrutaba esquiar, hacer canotaje, y montar a caballo e incluso le gustaban las tirolesas. No le temía a un poco de peligro, pero esto era diferente. Esto era demasiado peligro y de un tipo completamente diferente. Peligro de la mafia. De una pandilla. De un asesino a sangre fría. Sin duda no eran las personas más agradables en el mundo, por decir lo menos.
Cuando el detective Baker le preguntó anoche si estaría dispuesta a testificar contra Pasquale, sintió que su corazón había dejado de latir. Por supuesto, había estado esperando eso. Era la única testigo. La única que podía encerrar a este villano.
En realidad, no tenía opción. No podía pretender que no había pasado. Dependía totalmente de ella hacer justicia para Papa y los demás. Y lo sabía… sabía que era su responsabilidad, su destino, por así decirlo, hablar de lo que había visto.
Pero la idea la aterrorizaba.Se estremeció, recordando cómo había desalentado al detective anoche. Incapaz de responder su pregunta, le había pedido un poco más de tiempo para asimilar todo.
Había esperado que la presionara, pero no lo había hecho. La llevó a su casa, a la acogedora y peculiar casa de campo que había heredado de su tía sin volver a mencionar el tema. Él habló sobre los Cubs2, y su familia, incluyendo a sus dos hermanos que habían estado con él más temprano en la noche.
Cuando él mencionó su visita más temprano al piano bar, Darcy recordó que ella estaba enojado con él. Había solicitado una canción y se había ido antes que ella siquiera la terminara. Como si eso no fuera una bofetada a la cara. Había movido su mirada ámbar hacia él.
—Oh, te refieres a los hombres que se fueron contigo mientras yo estaba cantando la canción que tú pediste.
—Lamento eso. Recibí una llamada de mi madre. Hubo una emergencia en casa. Tuvimos que irnos inmediatamente. —Su tono era conciliador, pero su expresión dijo más que sus palabras. Obviamente, no dejaría que nada se interpusiera entra él y su familia.
Supuso que podía entender eso. Si tuviera familia, ciertamente los pondría por encima de todo lo demás. Desafortunadamente, su padre, un policía, había sido asesinado en el cumplimiento del deber cuando tenía apenas diez años. Después que él murió, su madre fue cuesta abajo, encontrando consuelo en la bebida. Cuando Darcy cumplió trece años, su madre fue asesinada por un novio violento. Fue entonces cuando se fue a vivir con la tía Liz.
Tía Liz. Gracias a Dios por ella. Evitó que Darcy estuviera sola, la hizo sentir orgullosa de su cuerpo ligeramente relleno, fue su más grande partidaria, y le enseñó cómo volver a amar. Su tía era una artista, un espíritu libre que animó el amor por la música de Darcy y la singularidad. Entonces, de repente, hace solo dos años, tía Liz había muerto en un accidente automovilístico. El shock de su sorpresiva e inesperada muerte consternó a Darcy. Ahora no tenía familia.
Entonces, podía entender su lealtad a la familia. Más o menos. Así que, simplemente sonrió y dijo que esperaba que todo hubiera salido bien. Él asintió, y habían continuado su viaje. No hablaron más hasta que al final, él rompió el silencio.
—De verdad lo lamento, sabes. Odié dejarte.Sus sinceras palabras tuvieron un extraño efecto en el corazón de Darcy, y sonrió.
***
2 Cubs: Los Chicago Cubs es un equipo de béisbol profesional de Estados Unidos. Pertenecen a la División Central de la Liga Nacional.
Ahora estaba sentada acurrucada en su sofá curvo de terciopelo rojo, Warlock acurrucado a su lado. Sabía que sus ojos y nariz estaban rojos por el llanto, pero no le importó. Necesitaba una ducha, pero parecía que no podía encontrar la fuerza para levantarse y tomar una. En este momento, apenas tenía la energía para respirar. Se sentía tan rota.
El timbre sonó, y Darcy inclinó su cabeza hacia atrás y maldijo. No quería ver a nadie. Probablemente solo era su vecina entrometida, Georgia. Las noticias del tiroteo probablemente se habían difundido, y la vecina chismosa quería conseguir los detalles directamente de la fuente. Sabía que Darcy trabajaba en Papa’s.
Bueno, podría solo terminar con eso. De lo contrario, Georgia seguiría tocando el timbre. El auto de Darcy estaba en el camino de entrada, así que la solterona de mediana edad no iba a rendirse.
Sin embargo, cuando echó un vistazo por la mirilla, no fue el arrugado rostro de Georgia el que vio. En su lugar, el detective Baker la miró de vuelta. Oh, mierda.
¿Qué estaba haciendo aquí?Darcy le dio una mirada arrepentida a su ropa holgada y movió una mano a través de sus caóticos rizos. Oh, bueno, ya era demasiado tarde para hacer algo al respecto.
Abrió la puerta y miró por el borde. Su aliento quedó atrapado en su garganta cuando su mirada encontró sus ojos plateados. Maldición, no debería dejarse afectar por su buena apariencia. Este hombre no era para ella.
—Buenos días, señorita Campbell. ¿Puedo entrar? —Sonrió, luciendo impecable en su traje negro y su sedosa camisa blanca. Un mechón de cabello marrón-chocolate cayó sobre su frente, y tuvo que luchar contra el impulso de estirar la mano y apartarlo.
Darcy retrocedió y abrió la puerta para permitirle la entrada. Vio sus cejas elevarse cuando miró su espacio ecléctico. Estaba, ciertamente, un poco desordenado. La chaqueta que había usado anoche estaba tirada sobre el banco en la entrada. La sala de estar estaba abarrotada con sillones estampados con flores y cuadrados, una forma de un vestido que ella había convertido en la figura de una doncella que actuaba como servidora de vinos, y su piano. Revistas estaban esparcidas y las superficies estaban cubiertas con proyectos en progreso.
—Odio molestarla, pero necesito hablar con usted. —Nick la miró con seriedad.
El estómago de Darcy se hundió por sus palabras. Sabía que iba a pedirle que se comprometiera. ¿Estaba dispuesta a testificar contra Dimitri Pasquale?
—Entre y siéntese, detective. —Hizo un gesto hacia una silla—. ¿Le gustaría un poco de café? —Cualquier cosa para retrasar la conversación que sabía que se avecinaba.
—Me temo que esto no es una visita social.
—No imaginé que lo fuera. Eso no significa que no podamos estar cómodos mientras hablamos, ¿no es así?
Se tomó su tiempo preparando una nueva jarra de café y sacando dos tazas después de preguntarle cómo lo tomaba. Negro, por supuesto. Debería haberlo adivinado. Añadió muffins a un plato y luego, reticentemente se dirigió a la sala de estar.
Una vez que estuvo sentada, él tomó un sorbo de su café y empezó a hablar.—Señorita Campbell. —Fue todo lo que él dijo.
—Muy bien podría llamarme Darcy. No estoy acostumbrada que me llamen señorita Campbell. Simplemente me hace sentir más incómoda.
—Está bien, entonces, Darcy, sé que es una posición aterradora en la que estás.—La miró directamente a los ojos.
—Aterradora. Sí, eso podría ser un eufemismo, detective. Es espeluznante.
Completa y abrumadoramente espeluznante. —Su voz tembló cuando habló.
—Entiendo. Pero también es necesario. Necesitamos encerrar a este criminal. Lo viste apretar el gatillo. Eres la única que tiene el poder de terminar sus formas asesinas. —Se inclinó hacia adelante intensamente—. Nosotros te protegeremos, Darcy. Lo prometo. Confía en mí.
Se quedó en silencio por un largo momento, mirando sus ojos azul-plateados hasta que finalmente él volvió a hablar.
—Sabes que podemos citarte si tenemos que hacerlo. Incluso si tenemos que traerte como una testigo hostil3.
Sintió que su barbilla sobresalía en desafío. No le gustaba que le dieran órdenes. Especialmente no de un hombre arrogante.
Pero luego sus hombros se desplomaron. Sabía que tenía que hacer esto. No podía darle la espalda y pretender que no había pasado. Incluso, a pesar de la amenaza del detective, ella ya sabía que testificaría.
3 Testigo hostil: aquella persona que da testimonio durante un juicio y cuya declaración durante el interrogatorio directo perjudica el caso de la parte que le llamó a declarar.
—Está bien. Lo haré.
Él dejó salir un largo suspiro.
—Gracias.
—Y no es porque me haya amenazado —respondió.
—Lo entiendo —dijo seriamente.
—Bueno, no es por eso. Ya había decidido que testificaría. Es lo correcto. Él la miró, una pequeña sonrisa sobre sus labios.
—Te creo.
—Bueno, debería, porque es la verdad. —Todavía sonaba a la defensiva—. Aquí, coma un muffin. —Prácticamente empujó el plato hacia él. Había hecho los muffins de naranja y manzana ella misma ayer en la mañana y por alguna razón quería que él disfrutara de sus habilidades culinarias.
Mordió el sabroso trozo de pan y apenas pudo contener un gemido de placer.—Dios, esto está delicioso. Gracias.
No pudo evitar sonreír en satisfacción. Sus habilidades culinarias habían sido aprobadas.
—Aunque tengo que hacerte unas preguntas más. ¿Te importaría volver a la estación?
—Qué demonios. A por todo. —Intentó sonar casual, pero no pudo evitar la tensión que la atravesó. Señor, ahora sí estaba dentro.
—Entonces iremos. Tan pronto como termine mi muffin.
yiniva- Mensajes : 4916
Fecha de inscripción : 26/04/2017
Edad : 33
Re: Lectura #3 Nick - Simone Carter
Quiero seguir leyendo mas de Nick, y sobre el acercamiento que lleguen a tener ellos dos.
Gracias por el cap!
Gracias por el cap!
IsCris- Mensajes : 1339
Fecha de inscripción : 25/10/2017
Edad : 26
Re: Lectura #3 Nick - Simone Carter
CAPÍTULO 4
Darcy se encontró con Sophie para su brunch más tarde esa mañana. Cuando finalmente dejó la estación de policía, apenas había tenido tiempo para llegar al restaurante a tiempo. Entró corriendo al deli4 con su rostro sonrojado y ojos frenéticos.
—Gracias a Dios, estás aquí. Tengo que hablar contigo. —Atrajo a Sophie a un cálido abrazo.
—Buen Dios, mujer, lamento mucho lo del tiroteo. He estado tratando de llamarte desde que lo escuché en las noticias. —Sophie Adams la apretó fuertemente—. ¿Estás bien?
Darcy la abrazó y se disculpó por no haber cargado su teléfono. Sophie era su amiga más querida. Las dos mujeres se habían llevado bien de inmediato cuando se conocieron en clases de yoga. Tenían mucho en común. Ambas eran huérfanas, aunque Sophie no había tenido la suerte de tener una familia. Había crecido en hogares de acogida hasta que cumplió los dieciocho años. Había trabajado y luchado para llegar a la universidad y luego consiguió un trabajo para enseñar en la misma escuela en la que Darcy enseñaba. Ahora estaba en la misma posición que Darcy, desempleada y en apuros. Mientras Darcy tocaba en un piano bar, Sophie hacia marcos personalizados, pinturas y lograba vender algo de su trabajo.
—Chica, estoy tan feliz que estés bien. Asumiré que ya te habías ido para el momento que sucedió el tiroteo —comentó Sophie mientras se deslizaban en un reservado.
—Desearía que así hubiera sido. Déjame contarte lo que pasó.Por los momentos siguientes, Darcy puso al tanto a Sophie de todos los eventos de la noche anterior, deteniéndose solo lo suficiente para hacer sus pedidos y tomar una mordida ocasional de comida. Sophie jadeó y se estremeció cuando Darcy describió los sucesos.
—¿De verdad reconociste al tipo por una foto?—Lo hice. Y, encima de todo, tengo que testificar contra este Dimitri Pasquale.
—¿Dimitri Pasquale? —chilló Sophie—. He escuchado de él. Es un tipo realmente malo, Darcy.
—Créeme, lo sé. —La voz de Darcy tembló mientras concordaba.4 Deli: establecimiento destinado a servir comida casera ya elaborada lista para servir y comer.
Las dos mujeres apretaron sus manos por un momento mientras la realidad era asimilada.
—Será peligroso, Darcy. ¿Has pensado en eso?—No puedo dejar de pensar en eso —confesó—. Pero tengo que hacerlo, Soph.
Tengo que hacerlo… por Papa.
—Oh, chica, no me gustaría estar en tus zapatos.
—Créeme, yo desearía no estar en mis zapatos.
Terminaron su almuerzo y se abrazaron para despedirse, sosteniéndose a la otra un poco más fuerte que de costumbre. Hace menos de veinticuatro horas, Darcy había temido no volver a ver a Sophie. La amaba como a una hermana y esa posibilidad la aterrorizaba.
Sophie se dirigió hacia el este a su lugar de estacionamiento y Darcy se dirigió al oeste hacia su propio auto. Era un hermoso día soleado de otoño. Uno de esos días que la hacían sentir agradecida de vivir en Chicago y de poder disfrutar de las cuatro estaciones. Se detuvo en la esquina y esperó que la luz cambiara, luego empezó a cruzar la calle.
Estaba a mitad de la calle durmiente cuando escuchó el rugido del motor de un auto acelerando. Giró su cabeza y miró un SUV negro apresurándose a doblar la esquina, todo el tiempo acelerando. ¿Qué demonios? Estaba dirigiéndose directamente hacia ella. Darcy se lanzó hacia adelante, pero el auto giró en su dirección. Se lanzó hacia el bordillo mientras la SUV pasaba a solo centímetros de ella.
Se acurrucó, tumbada sobre su estómago, su barbilla chocando contra la acera. Sus dientes se estrellaron juntos, y sintió una sensación de ardor a través de su mandíbula. Su falda voló sobre sus muslos, y sus rodillas ardieron donde el pavimento las raspó.
Algunas personas presenciaron la escena y se apresuraron hacia el cuerpo desparramado de Darcy. Todos demandaron saber si estaba bien, pero se había quedado sin aliento, y fue incapaz de responder. Sintió que intentaba inhalar aire como un pez en tierra firme.
Finalmente fue capaz de hablar y empezó a protestar:—Estoy bien, de verdad, estoy bien.
—Señora, podría haber sido asesinada. —Un hombre de mediana edad con sobrepeso jadeó mientras la ayudaba a levantarse…
—Pensé que eras un atropella y huye —añadió una adolescente—. Él estaba viniendo directamente a ti.
—Llamé a la policía —interrumpió alguien más.
—No, en serio, estoy bien —protestó Darcy mientras frotaba su barbilla. Lo último que quería hacer era quedarse aquí y esperar que la policía llegara. Ella solo quería llegar a casa e ir a la cama, cubrirse con las sábanas y despertar para descubrir que todo esto solo era una pesadilla.
En cambio, esperó a los policías, respondió sus preguntas, y rechazó su ofrecimiento de ayuda médica. Estaba impaciente, molesta, y un poco en shock.
¿Cómo podían pasarle todas estas horribles cosas en menos de 24 horas? ¿Estaba solo teniendo una racha de mala suerte o alguien había tratado de asesinarla?Finalmente llegó a su casa y se quitó la ropa. Atendió sus rasguños y se hundió en la bañera mientras tomaba una copa de vino blanco. Dios, estaba exhausta.
Cuando finalmente salió de la bañera, se puso su largo vestido de franela blanco favorito y dejó su cabello suelto. Calentó algo de sopa sobrante y se sentó en su sofá para comer y ver un poco de TV antes de dormir. Había estado despierta por 37 horas, y podía sentirlo.
Intentó ver las noticias y descubrió que el tiroteo era la historia principal en cada canal que pasaba. No podía soportar verlo y finalmente puso un viejo western5 de John Wayne. Antes de saberlo, se había quedado dormida.
Los golpes en la puerta la despertaron. Miró el reloj de pie en la esquina y vio que solo eran las ocho y quince, pero aun así no estaba feliz de ser molestada. Caminó furiosamente, descalza, hacia la puerta principal y echó un vistazo por la mirilla. Nick Baker le devolvió la mirada.
Ah, infiernos, ¿ahora qué?5 Western: película de vaqueros.
yiniva- Mensajes : 4916
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Re: Lectura #3 Nick - Simone Carter
CAPÍTULO 5
Darcy abrió la puerta de golpe y miró al hombre. No tenía ningún deseo de volver hablar con este tipo hoy, incluso si era el bombón más delicioso que hubiera visto en un largo tiempo. Estaba cansada,
dolorida, y no estaba de humor para tener compañía.—¿Qué pasa ahora, detective Baker? —Colocó una mano en su cadera, molestia escrita sobre todo su rostro.
—Qué bueno verte a ti también, Darcy. —Permitió que una sonrisa jugara alrededor de su boca—. Necesito hablar contigo. ¿Prefieres quedarte aquí con la puerta abierta usando tu… lencería… o me dejarás pasar? —Miró su camisón de franela de arriba abajo.
—Oh, por Dios Santo. Pase. —Darcy movió su brazo para indicarle que entrara cuando Warlock decidió saludarlo también. El gato negro se enrolló alrededor de sus tobillos y frotó su barbilla en las piernas de Baker. Bueno, mira eso. A Warlock no le agradaba nadie, pero ahora actuaba como si este fuera un viejo amigo que vino de visita. Le dio al felino una mirada de disgusto. Traidor.
—Lindo gato.—No, no lo es —espetó—. Tome asiento, detective.
—Lamento volver a molestarte, Darcy, pero vi tu nombre en un reporte policial. ¿Alguien intentó atropellarte? —Se acomodó en un sillón tapizado con una tela a cuadros rojos y blancos.
—Estoy segura de que solo fue un accidente —respondió.—Darcy, esto es serio. Sí, podría haber sido una coincidencia, pero todo parece demasiado irónico. Ellos podrían estar tras de ti. Los testigos dijeron que fue directamente a ti. ¿Pudiste ver al conductor?
Darcy se estremeció y puso sus pies descalzos debajo de su camisón. No quería pensar en esa posibilidad, aunque tenía que admitir que había estado jugando en su mente toda la tarde.
—Ni siquiera tuve tiempo de ver algo más que el suelo acercándose a mí. —Su mano instintivamente frotó el lugar lastimado en su barbilla—. Además, dijiste que ibas a mantener mi identidad en secreto, ¿cierto?
—Sí, pero unas cuantas personas tienen que saber. Pudo haber sido filtrado.
—Frunció el ceño en preocupación—. Pasquale tiene brazos largos, y podrían estar apretando a alguien en la fuerza.
—Quieres decir… ¿que alguien podría haberle dicho mi nombre? Se inclinó hacia adelante y colocó los codos en sus rodillas.
—Las probabilidades son mínimas, muy mínimas, pero es una posibilidad.
El tono serio de su voz envió temblores a lo largo de su columna. ¿Seguro que nadie la había delatado todavía? Ni siquiera habían pasado 24 horas.
—No, seguramente no. Es demasiado pronto, ¿no es así? —Sus ojos marrones se profundizaron con preocupación.
—Quizás, quizás no. —Él vio cuando su cara se arrugó—. Oye, no estoy diciéndote esto para asustarte. Solo quiero que tengas extrema precaución. Pondré vigilancia adicional en tu casa, y tienes buenas y resistentes cerraduras en tus puertas. ¿Tiene un sistema de alarma?
Ella sacudió su cabeza.—Bueno, la tendrás mañana —gruñó. Empezó a protestar, sabiendo que no podía pagarla, pero él levantó su mano para silenciarla—. Va a cuenta de la ciudad.
Tenía sus dudas de que la ciudad pagaría por la cuenta, pero se quedó en silencio. Estaba demasiado aterrorizada para discutir.
—Atraparemos a este tipo, Darcy. No puede esconderse para siempre. —Miró sus ojos azul-plateado extensa e intensamente, queriendo confiar en él. Pero
¿podría? Tal vez solo debería huir, dejar esto atrás. Tenía suficientes ahorros para poder huir al otro lado del país, y nadie podría encontrarla.¿Y renunciar a su casa? ¿Renunciar a Sophie? ¿Vivir la vida siempre mirando sobre su hombro?
Pasó una mano frente a sus ojos para alejar una oleada de agotamiento. Todo era demasiado.
—Darcy. —Sintió su mano apartando la suya de su cara y miró a sus ojos preocupados mientras se ponía de pie sobre ella protectoramente—. Vamos a atravesar esto juntos. Lo prometo.
Una vez más, Darcy pasó una noche sin dormir. Después que Nick Baker se fuera, revisó dos veces las cerraduras en todas las puertas y ventanas y trató de ir a dormir, pero sus nervios estaban tensos como la cuerda de un arco. Se sentó en el asiento de la ventana en su habitación y se sintió reconfortada cuando vio dos autos patrullas moviéndose sobre la calle en menos de treinta de minutos. Al menos, aparentemente había policías vigilando su casa.
Finalmente, cerca del amanecer, el agotamiento la venció, y Darcy cayó a un sueño profundo y oscuro lleno de visiones de disparos y una SUV rugiendo.
Darcy no salió de la casa en los siguientes días. Simplemente se quedó encerrada y meditó sobre el tema de Papa y demás, sobre su propio futuro incierto y el peligro en el que podría estar. Únicamente hablaba con Sophie por teléfono y saltaba cada vez que escuchaba la puerta de un auto cerrarse de golpe o la rama de un árbol rozándose contra las ventanas.
Un hombre vino e instaló la alarma, así que al menos se sintió un poco más segura, pero también se sintió como un conejo enjaulado. El tercer día se levantó determinada a seguir con su vida. No dejaría que el miedo la dominara.
Hoy iba a solicitar el subsidio por desempleo, ir a la tienda de comestibles y regresar a casa para hacer lasaña. También llamaría a Sophie, y le pediría que viniera a cenar. Era momento de volver al juego.
Mientras estaba en la tienda, recordó que mañana era Halloween, incluso si el clima todavía era cálido y soleado. Compró unos dulces por los muchos visitantes que siempre tenía y tomó un galón de sidra de manzana. Halloween era una de sus festividades favoritas, y quería disfrutarla como si fantasmas y duendes imaginarios fueran las cosas más aterradoras de su vida.
Todavía no había noticias de Pasquale. Todavía no había sido atrapado, y de acuerdo con el detective Baker, no había sido visto en las calles. Intentó no pensar en eso, pero se sorprendió mirando por encima de su hombro y mirando constantemente por el espejo retrovisor. ¿Él estaba ahí afuera? ¿Estaba siguiéndola? La idea envió escalofríos a través de ella a pesar de la calidez del día.
Sophie vino de visita, y se sentaron frente a la TV comiendo lasaña y viendo películas para chicas. Habían hablado de ver viejas películas de horror en Halloween, pero decidieron hacer lo contrario. Darcy no necesitaba nada más para darle pesadillas.
Darcy llenó su copa de vino y apoyó la cabeza en el sofá. Era bueno solo sentarse aquí y relajarse con su vieja amiga.
—¿Quieres quedarte a dormir? Podríamos beber más vino, o podría descorchar lo bueno.
—Oh, me encantaría, Darcy, pero tengo una cita a las once y media. Jack trabaja en el segundo turno de una fábrica, ya sabes, así que planeamos encontrarnos más tarde. —Sus ojos verdes se estrecharon—. Pero si me necesitas, sabes que me quedaré. No te culpo si estas asustada. Sé que yo lo estaría.
—No, no, estoy bien. De verdad. —Se acercó y le dio un abrazo a Sophie para demostrarlo.
—De verdad no te ves bien. Tienes ojeras, estás pálida, y tus manos tiemblan de vez en cuando. —Frunció el ceño, sus cálidos ojos marrones se llenaron de preocupación—. Llamaré a Jack. Él lo entenderá.
—No lo harás. Ahora levántate y ve a encontrarte con Jack. —Tiró de Sophie hasta ponerla de pie y le dio un rápido abrazo—. Estoy bien.
—¿Estás segura, Darcy? No es un problema. —Sophie movió dedos preocupados a través de sus cortos mechones negros.
—Afirmativo. Ahora vete, o llegarás tarde.Darcy empujó a Sophie fuera de la puerta y la miró entrar seguramente en su auto, luego cerró la puerta y la bloqueó, apoyándose en la puerta de madera con su panel de cristal tintado. Sophie era una buena amiga. Darcy la amaba enormemente, pero de todas formas le mintió. Le aseguró a Sophie que no estaba asustada, pero lo estaba. Dios, estaba asustada hasta los huesos.
yiniva- Mensajes : 4916
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Re: Lectura #3 Nick - Simone Carter
CAPÍTULO 6
La mañana era perfecta para Halloween. Una niebla húmeda y gris envolvió el área en la mañana, pero desapareció por la tarde. El sol se asomó detrás de las nubes, una brisa fría moviendo hojas caídas a lo
largo de la calle.Darcy había decorado la casa en un estilo tradicional. Había tres linternas de calabazas y un esqueleto danzante en el porche, un par de lápidas falsas el pequeño patio delantero. Una enorme araña negra subía su telaraña en una columna del porche.
Cuando Darcy salió para buscar papel, se detuvo y admiró su pequeña casa. Cada vez que la miraba pensaba en su tía. Darcy había estado devastada después de la pérdida de su padre y la virtual, y luego real, muerte de su madre después de su defunción. Tía Liz se negó a dejarla permanecer en su miseria, aunque había permitido ataques de llantos. Se sentó tranquilamente con ella cuando Darcy necesitaba estar tranquila, y fue lo mejor que le pudo pasar a Darcy después de la muerte de su padre. Darcy dijo una oración de agradecimiento por tía Liz y el ejemplo que proporcionó.
Halloween había sido una de las festividades favoritas de tía Liz, y siempre se esforzaba mucho. Siempre había muchas decoraciones, reposterías de Halloween, y grandes disfraces hechos en casa. Darcy recordaba fiestas de Halloween con el grupo de amigos eclécticos de tía Liz y de repente se sintió extremadamente sola. Oh, ella tenía amigos, pero estaban dispersos por todo el país. Sophie era todo lo que ella tenía cerca, y se había ido a un taller de pintura esta semana.
—Bueno, Warlock —dijo al gato mientras volvía a entrar a la casa—, solo somos tú y yo este Halloween. Vamos a sacarle el mejor provecho.
Empezó por averiguar qué disfraz usaría esta noche cuando llegaran los visitantes. Fue al ático y revisó cajas y bolsas de disfraces y accesorios coleccionados. Finalmente, decidió rendirle tributo a tía Liz y eligió el ultimo disfraz que tía Liz había usado, un vestido negro ajustado tipo Elvira con dobladillos de pañuelos irregulares en la falda y las mangas. También había un alto sombrero puntiagudo negro de bruja para combinar.
Perfecto. A continuación, limpió el piso de la cocina, limpió el baño, y mantuvo la lavadora y secadora andando. Incluso lavó las ventanas de la sala de estar.
Darcy dejó de limpiar y se puso su disfraz. Añadió una pesada sombra de ojos verde y pintó sus uñas de color escarlata. Dejó su cabello sobre sus hombros. Una verruga sobre su mejilla izquierda fue el toque final. Ahora estaba lista para recibir a los visitantes.
Amaba las reacciones de los niños cuando abría la puerta con su disfraz, una selección de música espeluznante reproduciéndose desde altavoces ocultos en el porche. Fue recibida con todo; desde risas hasta gritos, especialmente cuando reía malvadamente cuando los saludaba.
Demonios y superhéroes, soldados y princesas, todos llamaron a su puerta. Una pequeña niña vestida como una indigente puso especialmente sentimental a Darcy. Sus grandes ojos marrones se veían tristes, y no estaba con otros niños, solo era ella y su madre. Su voz era baja mientras pedía su dulce.
—Seguro, cariño —respondió Darcy—. Pero, dime, ¿por qué te ves tan triste?Darcy no esperaba su respuesta. La pequeña niña inmediatamente se giró y enterró su rostro en las piernas de su madre y empezó a sollozar.
—Oh, cariño, lo lamento. No quise hacerte llorar. —Darcy se sintió terrible al ver que los hombros de la niña temblaban—. Lo lamento.
—No es tu culpa. —La madre se apresuró a tranquilizarla—. Su padre fue asesinado la semana pasada en un tiroteo en auto. Tenía la esperanza que ir a pedir dulces la hiciera sonreír. Obviamente, estaba equivocada.
Darcy sintió que se atragantaba mientras la mujer hablaba, tristeza, furia y desesperanza, todo expresado en su hermoso rostro color caramelo. Darcy rápidamente extendió sus brazos y abrazó a la mujer y a la niña, lágrimas llenando sus propios ojos.
Después que la madre y la hija se fueron, Darcy se sintió abatida. La violencia estaba en todas partes, o eso parecía. Un tiroteo en auto. Lo más probable era que el padre hubiera quedado atrapado en el fuego cruzado de pandillas rivales. Uno de esos podría incluso haber sido la pandilla controlada por Pasquale.
La idea envió estremecimientos a través de ella. Dios, se alegraría tanto una vez que fuera arrestado. Nunca se sentiría a salvo hasta que ese monstruo estuviera tras las rejas.
A los ocho en punto apagó la luz del porche y cerró la puerta principal. Era lo suficientemente tarde para que los visitantes estuvieran en casa, y sabía que el horario oficial terminaba a los ocho. Tuvo que admitir que había una nube oscura sobre Halloween este año.
Darcy estaba de pie en su sala de estar pensando en la forma en que esta celebración se sintió diferente a las anteriores. Había un peso sobre sus hombros, una nube flotando a su alrededor. Sintió anhelo por los Halloween que había pasado con tía Liz.
Estaba de pie ahí pensando cuando un repentino estruendo resonó en la habitación. El ventanal se hizo añicos cuando un orbe se estrelló contra la habitación y cristal salpicó el área. Una linterna de calabaza aterrizó a sus pies, y la vela en su interior ardió mientras su llama cobraba vida y encendía la alfombra.
Darcy gritó y empezó a pisotear las llamas. Pronto se dio cuenta que era un intento inútil, corrió a la cocina y tomó el extintor de incendios.
El fuego finalmente murió, y Darcy cayó en el sofá. Se apresuró a encontrar su teléfono y la tarjeta que Nick le había dado. Ni siquiera había pensado en llamar al 911. Su primer instinto fue llamar a Nick.
Gracias a Dios respondió después del primer tono.—Darcy, ¿qué pasa? —Su voz era tensa, demandante.
Darcy balbuceó lo que había pasado. Su voz era casi incomprensible, pero de alguna manera, logró entender su necesidad.
—Voy de camino. —Fue su respuesta inmediata.—Por favor, no termines la llamada. No me dejes sola.
—No lo haré, Darcy. Te pondré en altavoz mientras conduzco. Solo estoy a unas cuadras de distancia. —La voz de Nick era reconfortante—. ¿Dónde estás ahora?
—Estoy en la sala de estar. —Su voz tembló, y sus dientes castañearon. Shock se apresuró a recorrerla.
—¿La puerta trasera está bloqueada?—Sí.
—Entonces quédate donde estás. Todo va estar bien. Es la adrenalina la que te hace temblar. Es natural. No estés asustada.
Dejó que su rica y suave voz la inundara. Era relajante, calmante, llena de confianza y reconfortante. Se aferró al sonido de ella mientras esperaba los pocos minutos para que llegara. Cuando lo vio estacionar en el camino de entrada, abrió la puerta y se lanzó a sus brazos.
yiniva- Mensajes : 4916
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Edad : 33
Re: Lectura #3 Nick - Simone Carter
Oh pobre Darcy su vida debe estar vuelta una pesadilla total, me alegro leer un poco sobre su amiga Sophie así se sabe que al menos tiene a alguien con quien desahogarse. Y que bueno que Nick está tan dispuesto a velar por su seguridad, veremos si ya inician los acercamientos entre ellos dos.
Fue un poco triste este último capítulo también, porque nos muestra que vivimos en un mundo lleno de peligros y que a duras penas estamos a salvo en el
Fue un poco triste este último capítulo también, porque nos muestra que vivimos en un mundo lleno de peligros y que a duras penas estamos a salvo en el
IsCris- Mensajes : 1339
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Re: Lectura #3 Nick - Simone Carter
Debe ser horrible lo que está pasando, saber que está haciendo lo correcto pero con un gran peligro.
La vida es cruel
Gracias!
La vida es cruel
Gracias!
carolbarr- Mensajes : 383
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Re: Lectura #3 Nick - Simone Carter
CAPÍTULO 7
Los brazos de Nick la estrecharon automáticamente. Ella enterró su cabeza en su pecho, disfrutando su fuerza, su confort y su seguridad. Se sintió tan bien ahí por un momento que no quería abandonar el refugio
de su abrazo.Entonces, notó al hombre de pie detrás de Nick. Ella contuvo el aliento, sus ojos ampliándose ante la vista.
Nick miró por encima de su hombro mientras reticentemente aflojaba su agarre en Darcy.
—Oh, sí, te presento a mi hermano Nate. También es policía. División de pandillas.
Entonces lo reconoció. El hombre con el largo cabello liso que había estado con Nick en el bar esa noche. Agitó sus dedos y asintió hacia ella.
Darcy quedó desconcertada por su belleza. Se parecía mucho a su hermano, pero con una vibra más a la moda. Donde Nick estaba vestido con su traje oscuro habitual, que se veía genial, Nate usaba pantalones de mezclilla desgastados y una ajustada camiseta sobre su físico duro como roca. Sus ojos eran azules como los de su hermano, pero Nick estaba bien afeitado, y Nate usaba un exuberante bigote recortado. Aunque su cabello era casi idéntico en color, Nick usaba el suyo en un corte casi militar mientras que el de Nate era exuberante, con mechones más claros, largo y suelto alrededor de sus hombros.
En realidad, prefería la apariencia de Nick, a pesar de la sensualidad de Nate.¿Pero qué demonios estaba haciendo ella? Ahora no era el momento de estar comparando la sensualidad de los hermanos. Buen Dios, debe ser el shock. Sí, eso era. Shock.
—Dime exactamente qué pasó, Darcy. —El sonido de su voz la trajo de vuelta a la realidad.
—Oh, está bien. Oh, Nick, estaba tan asustada. Acababa de terminar con la última niña de dulce o truco. Vaya, realmente estaba sufriendo. Tan linda, cerca de cinco años. Su madre me dijo que su padre había sido asesinado en un tiroteo en auto la semana pasada. Ella lloró, yo lloré, su mamá lloró. —Sabía que estaba balbuceando, pero parecía que no podía detenerse.
—Darcy, ¿qué le pasó a la ventana? —Miró hacia el cristal roto que estaba esparcido en el piso.
—Oh, sí, bueno, acababa de entrar, cerrar la puerta y apagar la luz del porche. Estaba de pie aquí pensando cuando ¡bam! Hubo un gran estruendo y vidrio voló por todas partes. La alfombra se incendió, pero usé el extintor y lo apagué. Luego te llamé.
—¿Dónde estabas exactamente cuando la ventana se rompió?
—Estaba justo aquí. —Se movió a la sala de estar a solo unos metros de distancia de donde estaba la calabaza—. Solo estaba pensando, y luego todo explotó.
—Bien. ¿Por qué no vas y esperas en la cocina? Miraré los alrededores, y llamaré refuerzos. Oh, parece que están aquí ahora. —Nick miró hacia afuera a las luces parpadeantes que se estacionaban en el frente mientras proyectaban sombras escalofriantes contra la pared.
Darcy estuvo de acuerdo y salió silenciosamente de la habitación cuando Nick abrió la puerta para los otros oficiales. Ella se sentó en la mesa de la cocina y envolvió sus brazos alrededor de su pecho mientras los temblores empezaban a apoderarse de sí. Una oleada de nauseas la llenó, y por un momento se sintió desfallecer.
—Oye, ¿cómo estás? —Nate entró para unírsele y se sentó al otro lado de la mesa.
—Creo que estoy empezando a derrumbarme —confesó Darcy—. Maldición, no quiero estar envuelta en todo esto.
—Lo entiendo. Nadie quiere estar atrapado en este tipo de desastre. —La voz de Nate fue solemne—. Pero a veces suceden cosas que no podemos controlar. También me interesa tu situación, porque Pasquale definitivamente está involucrado en la pandilla de los Bad Ass Banditos. Es el hombre a cargo. Está al mando de muchas cosas malas.
—Eso he escuchado. Es solo que no puedo entender por qué fue tras Papa.—No fueron tras de Papa. Fueron tras su hijo.
—¿Qué? ¿Rico? —Sorpresa la recorrió cuando sus palabras fueron asimiladas. Rico parecía un tipo tranquilo y trabajador. Siempre había sido recto y mantuvo su nariz limpia por lo que Darcy podía decir.
—Rico no era lo que parecía. Estaba en el lado oscuro. Traficaba drogas. Lavaba dinero a través del restaurante. También era codicioso. Trató de engañar a los Banditos.
—¿Rico? ¿Estás seguro? —Tenía problemas para imaginarse al joven hombre con entradas en el cabello y protuberante barriga en tales asuntos deshonestos.
—Afirmativo. Habíamos estado planeando atraparlo uno o dos días después de que fue asesinado.
Darcy se sentó y dejó que las palabras fueran asimiladas. Parecía tan imposible.
—Darcy. —Se sobresaltó cuando escuchó su nombre y levantó la vista para encontrar a Nick entrando a la habitación, la calabaza en sus manos enguantadas. Sin decir una palabra la levantó y dejó que leyera el mensaje que estaba tallado en la piel color naranja:
CÁLLATE PERRA
Su aliento quedó atrapado en su garganta cuando leyó las palabras. No había duda del mensaje que le estaban enviado.
Miró el objeto naranja. Asimiló las palabras y encendieron una llama de enojo.
¿Cómo se atreven a amenazarla? Ahora estaba siendo atacada en su propia casa, y eso la enfureció.
Sintió que su columna se enderezaba. Miró directamente a los ojos de Nick y murmuró:
—Atrapemos a este bastardo.
Él le devolvió la mirada, y una sonrisa se extendió sobre su rostro.
—Ese es el plan, señorita.
Los investigadores de la escena del crimen se apresuraron a reunir la poca evidencia que había. Cuando le dieron el visto bueno, Darcy empezó a limpiar el cristal esparcido. Nick y Nate encontraron una gran lámina de madera contrachapada en el garaje y la clavaron sobre el enorme agujero en la pared. Finalmente, Darcy fue a la cocina, encendió la cafetera, y se reunieron alrededor de la mesa para un bien merecido descanso.
—Deben de estar hambrientos. Coman algo de pastel. Lo hice esta mañana.
Ambos hombres aceptaron un trozo del pastel de chocolate hojaldrado con glaseado de chocolate y comieron con entusiasmo. Darcy sirvió el café y finalmente colapsó en una silla.
—Ahora viene la gran pregunta. ¿Hay alguien con quien puedas quedarte esta noche? No creo que deberías de quedarte aquí sola. —Nick hizo una pausa en saborear su pastel para mirarla seriamente—. No es seguro.
En la mente de Darcy inmediatamente apareció Sophie, pero desafortunadamente, estaba fuera de la ciudad. No había nadie más en quien pudiera pensar. Tenía algunos amigos de su antiguo trabajo, pero no se sentiría bien pidiéndoles que la alojaran. Ella sacudió su cabeza con reticencia.
—Solo está Sophie, y ella está fuera este fin de semana.—En realidad no me gusta la idea de que te quedes aquí tú sola.
—Estaré bien.
Una expresión de escepticismo cruzó su rostro.
—No, lo estaré. Soy una chica grande.
—No tan grande.
Darcy le disparó una mirada feroz mientras Nate sonreía mientras ellos discutían.
Darcy estaba a punto de dar una respuesta furiosa cuando su teléfono sonó. Lo sacó del bolsillo de su disfraz de bruja. Miró el identificador de llamada, esperando que fuera Sophie, pero en cambio era un número que no reconoció. Siguió un instinto y puso el celular en altavoz antes de responder. Su voz sonó inquisitiva cuando dijo:
—¿Hola?—¿Te gustó mi pequeño regalo? —Una desagradable voz vino del otro lado de la línea, y los ojos de Darcy se agrandaron. Nick y Nate prestaron atención, sus columnas poniéndose rígidas.
—¿Quién… quién es? —Tartamudeó Darcy.—¿Quién es? —imitó—. Mujer, soy tu peor pesadilla.
—¿Qué quieres?
—Quiero que mantengas tu boca cerrada, ¿entendido?
—¿Sobre qué?
—No seas chistosa. Sabes que estoy hablando sobre lo que sucedió en Papa’s Place.
—¿Cómo sabes que yo sé algo sobre eso? —No podía creer que fuera lo suficientemente audaz para hacer la pregunta.
—Sé todo. No hay secretos que puedan ocultarse de mí.
—Suenas bastante seguro de ti mismo.
—Lo estoy. Tengo mis maneras. Puedo averiguar lo que sea.
—Entonces deberías saber que no tendré una opción en el asunto. Me citarán aunque no testifique voluntariamente.
—Está bien, hazte la estúpida, perra, y ve lo que te espera. No tienes que decirles nada. Lo olvidaste, eso es todo.
—Yo… yo no soy una buena mentirosa.
—Bueno, será mejor que aprendas rápido, mujer, porque si no, estarás muerta. ¿Lo entiendes? Si testificas contra mí, morirás. Y no será una forma fácil de irse.
Su voz fue un siseo cuando dejó de hablar… y luego desapareció.
yiniva- Mensajes : 4916
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Edad : 33
Re: Lectura #3 Nick - Simone Carter
CAPÍTULO 8
Primero, el rostro de Darcy se puso escarlata, luego la sangre retrocedió, y se puso blanca como la leche. Su visión se volvió borrosa por un momento y una oleada de náuseas la inundó. Cuando se dio cuenta que
todavía estaba sosteniendo el teléfono, lo lanzó sobre la mesa como si fuera una víbora venenosa.—Está bien, Darcy, todo está bien. —La voz de Nick pareció venir flotando a través de la neblina—. Vamos a cuidar de ti.
—¿Lo prometes, Nick? ¿Puedes prometerme que viviré después de esto? —Sus ojos marrones eran enormes e intensos, y extendió su mano para agarrar sus solapas—. No quiero morir.
—Te prometo que no dejaré que mueras. Moriré antes de dejarte morir. —El rostro de Nick era serio, sus ojos fríos y plateados—. Una cosa es segura ahora. No vas a quedarte aquí sola esta noche.
—Concuerdo —interrumpió Nate y colocó su mano en el hombro de Darcy—. Considérate adoptada por los Baker. Ahora la pregunta es, ¿dónde vamos a mantenerla?
—Y Warlock. —Darcy se apresuró a añadir.—Y Warlock —concordó Nick.
—¿Qué hay de la casa de mamá? —sugirió Nate.
—La casa de mamá sería genial. Aunque, odio llamarla ahora. Sabes que se asusta mucho cuando el teléfono suena después de las diez.
—¿Deberíamos intentar con las gemelas?—Creo que eso sería mejor. Después de todo, son policías.
—Esperen —interrumpió Darcy—. ¿Quiénes son las gemelas?
—Son nuestras hermanas. Nuestras hermanas gemelas —dijo Nick con una sonrisa—. Las amarás. Son casi de tu edad, y aman los gatos. De hecho, ellas tienen dos.
—No estoy segura de cómo se sentirá Warlock al respecto, pero tendrá que adaptarse, supongo. Y con suerte, no estaremos ahí demasiado tiempo.
—También espero que no, Darcy. —Nick sacó el teléfono de su bolsillo y marcó un número. Aparentemente, la llamada fue respondida inmediatamente.
—Hola, Nora. —Saludó a su hermana luego se alejó para continuar la conversación.
Darcy movió su cabeza para sacudirse la confusión posándose sobre ella. Todo estaba sucediendo tan rápido. Hace solo unas horas había estado felizmente entregando dulces a los niños, y ahora estaba preparándose para evacuar su casa. Pánico empezó a crecer dentro de ella.
—Oye, Darcy, todo estará bien. No enloquezcas ahora. Mantén la calma. —Nate deslizó su brazo sobre ella y la abrazó—. Eres un héroe, ¿sabes?
—No me siento como uno. Me siento como una débil cobarde. —Apoyó su cabeza contra su pecho y cerró sus ojos, tratando de tranquilizar su respiración. Se sintió cómoda, calmada.
Nick volvió a la habitación en ese momento y elevó una sola ceja cuando la miró acurrucada contra el pecho de Nate.
—Está bien, todo está listo. Nora y Natalie estarán felices de alojarte.Por alguna razón, Darcy se sintió culpable por estar en los brazos de Nate. No sabía por qué. No había chispa ahí, a pesar de lo musculoso y apuesto que era Nate, pero al sentir los ojos de Nick sobre ella, se sintió incómoda.
—Será mejor que vaya a empacar —murmuró, alejándose del refugio de la presencia de Nate. Se apresuró a salir de la habitación, corrió escaleras arriba y empezó a empacar. Casi sintió como si Nick todavía la estuviera mirando con un poco de dolor en sus ojos. Aunque eso era tonto. Apenas se conocían.
Darcy ni siquiera sabía lo que empacaba, pero finalmente bajó las escaleras cargando una maleta y un bolso de lona repleto de ropa, secadora de cabello, zapatos, y computadora portátil. No sabía cuánto tiempo estaría lejos o lo que necesitaba, así que empacó todo tipo de cosas. Lo último que agarró fue a Warlock, que metió en su caja. Inmediatamente fue recompensada con una mirada altanera y un gruñido.
—Lo sé, Warlock, esto no me gusta más que a ti —le aseguró. Lanzando la bolsa de lona sobre su hombro y agarrando la caja y maleta en cada mano, bajó las escaleras para dejar su casa.
—Solo una cosa más. —Nick la detuvo antes que saliera de la puerta. Se giró y lo miró—. Es posible que quieras deshacerte de esa verruga.
Nora, Natalie y Darcy se sentaron alrededor de mesa de la cocina, cerniéndose sobre el café y los muffins. Nora tenía el día libre hoy, y Natalie no tenía que trabajar esta noche, así que nadie tenía prisa. Nora y Natalie habían hecho sentir a Darcy tan cómoda que se había levantado temprano y había hecho los muffins de naranja y piña como agradecimiento.
Ella y Warlock habían estado aquí por dos días. Darcy no se había sentido incómoda o fuera de lugar. Tan pronto como entró al apartamento de las gemelas, fue bienvenida y la hicieron sentir en casa. Warlock había salido de su caja y caminó en los alrededores examinando su nuevo reino y permitió que Peaches y Cream, las gatas de las gemelas, lo olfatearan y luego se alejó para reclamar su lugar en el alféizar de la ventana.
Darcy estudió a las gemelas al otro lado de la mesa. Se veían idénticas, excepto que Natalie usaba su cabello en un corte pixie y el cabello de Nora estaba a la altura de los hombros. Ambas tenían ojos brillantes como sus hermanos y el mismo cabello oscuro que Nick. El parecido familiar era sorprendente. Eran una versión femenina de sus hermanos, tanto delgadas como en forma.
—Sabes, no solo ustedes dos se ven iguales, se parecen a sus hermanos. — Para ese momento Darcy sabía que el tercer hombre en el piano bar con Nick también era su hermano. Noah era el menor de los tres chicos y era, como sus hermanos, un oficial de policía. La familia entera era policía—. Hay genes bastantes fuertes en su familia.
—Eso es gracias a papá —comentó Natalie confiadamente—. Todos nos parecemos a él.
—Excepto que tenemos los ojos de mamá —añadió Nora—. Y Natalie y Noah tienen cabello rizado. Pero todos tenemos un solo hoyuelo y pómulos altos como nuestro papá.
—Papá también es un oficial de policía. Un capitán. —Natalie habló con la boca llena de muffin.
—Es una tradición. El abuelo, también era del DPC6. Darcy sacudió su cabeza en asombro.—¿Cómo lo soporta su madre? El estrés, quiero decir. Mi papá fue un policía asesinado en servicio. Mi madre se desmoronó después de eso. No puedo imaginar preocuparme cada día sobre toda la familia. Nunca me involucraré emocionalmente con un policía.
6 DPC: Departamento de Policía de Chicago.
Los ojos de las gemelas se abrieron ampliamente e intercambiaron una mirada de complicidad.
—¿Estás segura? ¿Ni siquiera si es alguien mandado del cielo?
—Ni aunque fuera el último hombre en la tierra —dijo Darcy con voz firme—.
Nada podría hacerme pasar por ese tipo de estrés.
Las gemelas se miraron la una a la otra e inexplicablemente rieron. Darcy no entendió el chiste. Quiso decir cada palabra que dijo. Estaba a punto de enfatizar su punto cuando se teléfono celular sonó. No pensó en mirar el identificador de llamada porque Sophie iba a llamarla cuando volviera a la ciudad. Probablemente era ella.
—Sé dónde estás. —Fue la primera cosa que escuchó después de responder el teléfono.—¿Qué… qué dijiste?
—Dije que sé dónde estás. Estás quedándote con esas hermanas policías.
—¿Quién habla?
—Oh, vas a hacerte la estúpida otra vez, ¿cierto? Déjame decirte algo, mujer. Puedes correr, pero no puedes esconderte. Te encontraré, y no serás capaz de testificar en mi contra.
—¿Por qué no me dejas tranquila? —Su voz se elevó mientras hablaba, y sintió que empezaba a temblar.—Solo mantén tu boca cerrada, perra, o te la cerraré… permanentemente. — Las palabras fueron gruñidas justo antes que la línea se desconectara, y Darcy envolvió su teléfono en un agarre de muerte. Las gemelas habían venido a pararse a cada lado de ella, ambas poniendo una mano tranquilizadora en su hombro.
—Llama a Nick —ordenó Natalie a su hermana—. Dile que traiga su trasero aquí.
yiniva- Mensajes : 4916
Fecha de inscripción : 26/04/2017
Edad : 33
Re: Lectura #3 Nick - Simone Carter
Vaya Familia!!, todos policías, todos guapos hahahaha. Pobrecita Darcy ahora con las amenzas telefónicas del matador, ojalá lo agarren pronto.
Gracias por los caps
Gracias por los caps
IsCris- Mensajes : 1339
Fecha de inscripción : 25/10/2017
Edad : 26
Re: Lectura #3 Nick - Simone Carter
Gracias!!!
realmente pobre mamá, con el esposo y todos sus hijos policías
realmente pobre mamá, con el esposo y todos sus hijos policías
carolbarr- Mensajes : 383
Fecha de inscripción : 28/08/2015
Edad : 47
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