Lectura #4 2020 Belong to Me - Lucy Darling

Capítulo

6 Colt


El día pasa volando mientras hago todas las llamadas necesarias para conseguirle a Madison todo lo que necesita para prepararse para la beneficencia de esta noche. La llamada que hice a mi chico antes ha demostrado que vale la pena. Ha sido capaz de proporcionarme una gran cantidad de información sobre mi nueva pequeña asistente. Una tal Srta. Madison Davenport.
Vive sola, pero en el mismo edificio que Mackenzie. En todo el tiempo que he trabajado con Mackenzie nunca mencionó tener una hermana. Especialmente no una idéntica. Cuando lo pienso, nunca hablamos de nada personal, así que no me sorprende que no haya surgido. En realidad, sé muy poco sobre mi asistente excepto por el hecho de que es eficiente en su trabajo y es la única que ha durado. Es muy buena en lo que hace y eso es todo lo que me importaba.
Lo que me desconcierta es que cuando mire una de las fotos que me envió mi equipo de seguridad de las dos, aunque hay fuertes similitudes que comparten, no se parecen en nada. Puedo decir que son gemelas, pero no se ven idénticas. Nunca he tenido ni una sola vez una pizca de atracción por Mackenzie. Se mezcló con todas las mujeres que he conocido a lo largo de los años. Nada de ella me llamó la atención. Pero en el momento en que puse los ojos en Madison fue como si un fuego comenzara a arder dentro de mí. La atracción fue instantánea.
Madison es diferente. Podría decir cada pequeña peca que tiene en la nariz. Podría contarlas de memoria. Podría imaginar el pequeño hoyuelo que aparece en su mejilla derecha cuando me da esa tímida sonrisa suya.
La forma en que sus mejillas se ponen rosadas cuando se pone un poco nerviosa o excitada. Esos son pequeños detalles que nunca me he tomado el tiempo de notar en ninguna otra mujer. Especialmente no el dragón que respira fuego que es la gemela de Madison.
— ¡No puedo usar esto! — Mi cabeza se sacude cuando Madison entra en mi oficina. Mis ojos recorren sus piernas desnudas. Está en bata y nada más. Sus uñas de los pies están pintadas de un suave pétalo rosado. Sus mejillas están sonrojadas. Más vale que sea por el rubor. — ¡Moriré con esto! — Ella sostiene un par de tacones en sus manos.
— ¿Dónde está tu ropa? — Paso junto a ella, cerrando la puerta de mi oficina. No soy fan de que nadie vea sus atributos aparte de mí. Joder. Necesito controlar mis celos antes de asustarla.
— ¿Cómo se supone que voy a caminar con esto? — continúa, colgando los talones y no respondiendo a mi pregunta.
—De la misma manera que lo haces casi todos los días cuando vienes a trabajar. Creo que esos son en realidad un poco más cortos que los que usas normalmente. — levanto

una de mis cejas. Veamos cómo va a explicar esto. Puede que no note muchas cosas sobre mi verdadera asistente, Mackenzie, pero sé que usa tacones porque estoy acostumbrado a oírlos hacer clic todo el día. Especialmente cuando va a mi oficina para hablarme de algo con lo que no está de acuerdo.
—Bueno, hoy me duelen los pies— Ella inclina su barbilla hacia arriba. Pongo el seguro de mi puerta. Ella se gira para mirarme detenidamente. Despejo el espacio entre nosotros, levantándola de sus pies. Ella suelta un pequeño chillido mientras la llevo al sofá y la siento.
—No puedes correr por la oficina en bata— Me siento a su lado, poniendo sus pies en mi regazo.
—Esto es lo que me dieron para que me pusiera. Así que no entiendo...— Se aleja, un pequeño gemido sale de su boca cuando empiezo a frotarle los pies.
—Oh Dios. Se siente tan bien— No tengo ni idea de lo que estoy haciendo. Nunca le he frotado los pies a alguien antes, pero basándome en la mirada de su cara y los suaves sonidos de placer que vienen de ella, creo que estoy haciendo algo bien.
—Puedo conseguirte zapatos nuevos o puedes apoyarte en mí toda la noche—
Se inclina hacia atrás en el sofá, sus ojos comienzan a cerrarse. Su pelo está recogido ahora. Los rizos parecen más definidos que antes. Las uñas de sus manos coinciden con las de sus pies. —No dejes que te cubran las pecas — No tiene ni una gota de maquillaje en su cara todavía.
— ¿Por qué no? — Abre uno de sus cálidos ojos marrones para mirarme.
—Me gustan — Le doy una sonrisa. —Además. Dijiste qué harías todo lo que te pidiera—
—Bien — Mueve los dedos de los pies. —Sigue frotando— Hago lo que me pide, y sigo disfrutando de los pequeños sonidos que vienen de ella. Me duele la polla con la necesidad de estar dentro de ella mientras hace esos sonidos, pero sólo que más fuertes. Tenerla gritando mi nombre mientras la hago correrse una y otra vez.
Dejo que mis manos suban por sus piernas largas y suaves como la seda para masajear sus pantorrillas. Ella abre sus muslos, invitándome silenciosamente a subir más alto. Lo hago sin dudarlo. ¿Qué hombre en su sano juicio podría resistirse a ella? Ella es un tesoro. Tomo el cinturón de su bata, desatándolo. Sus ojos se abren de par en par como las partes de la bata, revelando sus sedosas bragas blancas y un sujetador sin tirantes. No sé cómo esa cosa sostiene sus tetas de la manera que lo hace, pero estoy jodidamente celoso del artilugio.
—Colt. No creo...— Se detiene a sí misma para hablar. Se muerde el labio inferior, mostrándome que está nerviosa pero que no quiere decirme que pare.
— ¿Qué es lo que no crees, pequeña? — Le abro los muslos para que uno de ellos caiga del lado del sofá. — ¿Es que no quieres que haga que esto se sienta mejor? — Arrastro mi dedo sobre la mancha húmeda de sus bragas. — ¿Te duele, dulce chica? — Me inclino hacia abajo, pasando mi nariz por sus bragas, respirando la inocencia que sé que me pertenece. Ella huele aún más dulce de lo que yo había previsto. Se me hace agua la boca por probar esa dulzura. Para lamer hasta la última gota de su jugoso coño. —Dime que quieres que lo mejor y lo haré — La observo. Asiente, sí, pero necesito más que eso.
—Dilo— exijo. Quiero las palabras. Necesito escuchar sus dulces labios pronunciarlas.

—El dolor. Duele. Necesito que lo hagas desaparecer— Meto mi dedo en el costado de sus bragas, tirando bruscamente de ellas para que no me estorben. Se las arrancaría del cuerpo, pero no puedo permitir que ande por esta oficina o por la beneficencia esta noche sin bragas. Me volvería loco con la necesidad y los celos. Ya será una lucha para mí no ser ninguna de esas cosas una vez que la gente la vea. No necesito el combustible añadido de que no lleva bragas.
No sé cómo mi chica ha logrado pasar tanto tiempo sin ser reclamada, pero la estoy reclamando ahora. Ella es mía. Ningún otro hombre sabrá jamás lo que es probarla, tocarla o complacerla. Puede que aún no lo entienda, pero al final de la noche cuando le meta la polla y la reclame de la forma más básica, sabrá que es verdad.
La inspiro. Ese cálido olor a vainilla y cereza llena mis pulmones. No estoy seguro de lo que me ha pasado hoy. Todo mi mundo se ha puesto patas arriba. Ni en un millón de años habría creído que estaría en mi oficina a punto de devorar a una mujer. No cualquier mujer, mi futura esposa.
No soy así en absoluto. No es algo que yo haría nunca. No sé qué hechizo me ha lanzado, pero sea lo que sea, quiero que siga haciéndolo. Porque, por primera vez en mucho tiempo, algo me importa de verdad. Necesito algo. Y ese algo es ella, por el resto de mi vida.
—Colt — Levanta las caderas. No puedo negarme a mí mismo o a ella por más tiempo. Mi lengua se dispara, rodeando su clítoris. La lamo lentamente al principio, jugando con ella, disfrutando de su sabor y tacto contra mi lengua.
Cuando su dulce sabor me llena la boca y sus sexy maullidos llegan a mis oídos, finalmente pierdo el control. La lamo y la chupo con fervor, tratando de tragar hasta la última gota de su dulzura.
Ella grita mi nombre mientras su mano se clava en mi pelo. Su cuerpo tiembla cuando el orgasmo se produce. Estoy decepcionado y emocionado a partes iguales al mismo tiempo.
Quería que durara más, disfrutar del dulce sabor que ella me dio, pero también me emociona el amor que me da el hecho de haberla hecho correrse tan rápido. Que se viniera tan fácilmente para mí. Le doy un último beso al clítoris antes de ponerle las bragas en su sitio. Me lamo los labios mientras la miro. Sus ojos están medio cerrados mientras que sus mejillas están teñidas de rosa.
—No creo que debamos hacer eso — Ella deja salir un largo y feliz suspiro.
—Lo haré de nuevo — Me quedo de pie, ajustando mi polla que voy a tener que cuidar de eso. No hay manera de que pueda caminar así toda la noche. Tendré que quitar el borde para no terminar clavándola en una pared en algún lugar o en la parte trasera de la limusina. No, ella se merece algo mejor que eso.
Me inclino, cepillando mi boca contra la suya mientras le arreglo la bata. Lucho contra el impulso de bajar las copas de su sujetador y prodigar sus perfectas tetas con mi lengua porque sé que nunca saldremos de esta oficina si lo hago. Me encanta cómo me deja cuidar de ella.
Nunca en mi vida he sentido la necesidad de ser el que cuide de alguien, pero con ella sí. No importa cuán pequeña sea su necesidad, hay una atracción para que yo lo haga. Ella es dulce e inocente y quiero protegerla. Al menos de todos los demás, aparte de mí.

Tomando su mano, la ayudo a ponerse de pie antes de ir a buscar mi chaqueta. Sé que ha estado dos puertas más abajo en una de las oficinas vacías preparándose para esta noche. No me importa si es una caminata de veinte pies, no hay manera de que lo haga sólo con esa bata. Se la pongo sobre los hombros.
—No corras por la oficina en bata pequeña. Harás que despida a todo mi personal— Me mira perpleja, sin entender lo que le digo. Haciendo su inocencia aún más clara. La beso antes de abrir la puerta de mi oficina y la llevo a su camerino temporal. Antes de dejarla ir, le doy un beso más. No echo de menos el jadeo de los otros empleados que todavía están por aquí.
—Te veré más tarde, pequeña. Si necesitas algo, házmelo saber— Me doy la vuelta, volviendo a mi oficina.
No sé cuál es su juego o por qué sigue fingiendo ser su hermana. Debería estar enfadado, pero eso es lo último que siento.
Si Madison y Mackenzie creen que me están engañando, se van a llevar la peor sorpresa de sus vidas. Madison podría haber aceptado ser mi asistente, pero mañana será mi esposa

Todo se esta moviendo súper rápido, que dirá la hermana cuando se entere

Muy rápido se está moviendo la situación y llevan u as cuántas horas

Concuerdo con ustedes chicas, como que ya el piensa en hacerla su esposa, y solo se conocen de un día no?

Capítulo 7 

Madison
Le envié un mensaje de texto a mi hermana por centésima vez. No tengo ni idea de por qué no responde. Esto no es propio de ella. Ese teléfono está prácticamente pegado a su mano la mayoría de los días. La única vez que necesito hablar con ella no responde. Me pregunto si así es como se sintió todas esas veces que intentó llamarme y no respondí, habiendo perdido mi teléfono. No soy la persona más organizada.
—Creo que hemos terminado— dice la mujer que me ha estado dando vueltas en el pelo.
— ¿Haces esto a menudo? — Le pregunto a ella.
— ¿Peinados y maquillaje? Sí, es mi trabajo— Se ríe. Alcanzo mis lentes, deslizándolas de nuevo sobre mi cara.
— ¿Necesitas los lentes? — Su cara se arruga y puedo decir que no quiere que los use.
—No, no los necesito — Son principalmente para la lectura. Es lo que siempre hago, así que estoy acostumbrada a usarlos. Me siento desnuda sin ellos.
—Bien— Me los quita de la cara.
—Quiero decir, ¿Le haces el pelo y el maquillaje a sus citas todo el tiempo? —
—Oh, no. Nunca he estado aquí antes— Ella mira alrededor de la oficina que se ha convertido en mi camerino. La gente ha estado yendo y viniendo todo el día. Pintándome las uñas, arreglándome las cejas y trayendo un vestido tras otro para que me lo pruebe. Colt no se ha perdido ni un detalle de lo que podría necesitar para el acto benéfico de esta noche. Me hizo pensar que ya ha hecho esto antes. —Hablando bien de él. Ese hombre paga bien— Se voltea, empacando sus cosas.
Me pregunto cómo me veo. No hay un espejo en la habitación. La mujer que trajo los vestidos había traído uno, pero se lo llevó cuando se fue. Me quedo de pie, esperando que la peluquera termine de cerrar la puerta detrás de ella. Dejando caer mi bata, tomo el vestido blanco y lo deslizo sobre mis bragas. La parte superior está cubierta de joyas y está tan ajustada que no necesito un sostén.
Mis ojos se quedan en mis bragas por un momento, recordando lo que Colt me había hecho con las bragas todavía puestas. Todo mi cuerpo se calienta. Todavía estoy en shock por lo que hizo en su oficina. Y lo dejé que se saliera con la suya conmigo en el sofá. Debería sentirme avergonzada.
La preocupación me llena inmediatamente después, pensando que podría hacer que despidieran a mi hermana. El otro problema es que creo que me estoy enamorando de él. ¿Cómo diablos va a reaccionar cuando se entere de lo que mi hermana y yo hemos
 
 estado haciendo? La idea de que él no me quiera más es demasiado para soportarlo. Pero el sustento de mi hermana es la principal preocupación aquí.
Ella ha trabajado muy duro para conseguir este trabajo. La mujer vive para trabajar. Realmente es toda su vida. Por eso acepté reemplazarla. Necesitaba alejarse. Disfrutar de un poco de paz. Alcanzo la parte de atrás del vestido, tratando de cerrar la cremallera, pero no puedo.
— ¿Necesitas ayuda? — Colt entra en la habitación, dirigiéndose hacia mí. —Jesús, eres jodidamente impresionante — Se acerca por detrás de mí.
Inclinándose, me besa la espalda desnuda antes de subirme la cremallera del vestido. —Te traje algo—
Me giro para mirarlo. Está en esmoquin. No creí que el hombre pudiera ser más sexy de lo que ya era, pero claramente me equivoqué. Antes de Colt, no creía que tuviera un tipo. Ahora está claro que sí. Él. Nunca había sentido una atracción como esta en mi vida. Cada vez que está cerca de mí, pierdo todo mi sentido común. Hay algo que me atrae hacia él. Me hace olvidar todo lo demás.
— ¿Qué? — Inclino la cabeza hacia atrás, esperando que sea un beso. Hace apenas dos minutos me decía a mí misma que siguiera siendo profesional, que levantara algunas paredes, pero aquí estoy inclinando la cabeza hacia atrás, separando los labios, queriendo otro de esos besos que me quitan el aliento. Unos que fueron hechos para tener lugar en los cuentos de hadas.
—Zapatos — Se arrodilla delante de mí. Veo la caja en su mano. Abre la tapa para revelar un par de zapatos planos color plata. La parte superior está cubierta de las mismas joyas que mi vestido. Levanto la parte de abajo para que pueda ponerlos en mis pies desnudos. Dejo caer el vestido. Es casi una pena que no pueda lucirlos por el largo del vestido, pero al menos nadie sabrá que no llevo unos elegantes tacones altos como la mayoría de las mujeres.
Me toma la mano izquierda y me besa el dedo anular. Mi corazón se agita cuando se pone de pie, tirando de mí en sus brazos. — ¿Te he dicho lo hermosa que estás? —
Asiento porque no creo que pueda hablar ahora mismo. Tantas emociones están corriendo a través de mí. No tengo ni idea de lo que está pasando. Estoy sobrecargada de sentimientos.
—Colt— Miro sus ojos azul oscuro. Se me abre la boca, pero no puedo decirle la verdad. No sé si es el miedo a que mi hermana se meta en problemas o el miedo a que esté realmente enamorado de mi hermana y piensa que soy ella. Ni una sola vez mi hermana ha mencionado a Colt de forma romántica. Cuando me envió un mensaje de texto esta mañana dijo que nunca se habían besado. Había dicho rotundamente que la idea la hizo querer vomitar. Así que no estoy segura de lo que está pasando.
—Puedes decir lo que quieras, pequeña— me anima. — ¿Van a tener pastel? — Dejo escapar.
Sus labios se mueven. —Me aseguraré de que te den pastel— Me mete el pelo detrás de la oreja antes de tomar mis lentes de la mesa y deslizarlos sobre mi cara. Ese simple acto hace que me enamore un poco más de él. Oh, mierda. El darme cuenta de que estoy enamorada de él sólo complica más las cosas

Me perturba lo rápido que se han "enamorado" 
Gracias por el capi!

Al paso que vamos no me sorprendería si quedan día siguiente quedas embarazada y siente síntomas ese mismo día jajajajaja

Jajaja seguro hoy Colt no duerme solo

Y lo peor ella piensa que el creé que es la otra hermana, por favor que ella no sospecha que él ya sabe la verdad, por que si siempre se comportó como un ogro con su hermana, con ella es diferente

Gracias por participar en la lectura, espero que estén disfrutando.

Capítulo 8

Colt


¿En qué estaba pensando? Mantengo a Madison bien agarrada, sin dejarla fuera de mi alcance. Hay demasiados ojos que siguen mirándonos. Casi podría garantizar que no me miran a mí, sino a la hermosa mujer que está a mi lado. Estoy bastante orgulloso de mostrar a mi mujer, pero mentiría si dijera que los celos no están empezando a sacar lo mejor de mí ahora mismo.
Demasiados de esos ojos pertenecen a los hombres que están presentes esta noche. Continúan mirando en nuestra dirección. Sé que algunos están mirando porque yo estoy aquí para empezar. Nunca vengo a estas cosas. Normalmente corto un cheque, se los doy y es todo. Así que puedo entender por qué verme aquí causa cierta atención en mi dirección, pero sé que no es solo eso.
Parece que el destino está de mi lado esta noche. El evento al que asistimos es recaudar dinero para poner al día las bibliotecas locales. Hacerlas más modernas. Se les hará una revisión completa, facilitando el acceso a los libros a la gente.
Están tratando de hacer que no sólo el formulario en rústico esté disponible para su retirada, sino que también se pueda pedir prestado electrónicamente ahora, también.
También quieren lanzar más programas para niños. Cursos de escritura y actividades extraescolares. En la información que he reunido sobre mi Madison, descubrí que su verdadera pasión son los libros. La mujer lee cualquier cosa y todo lo que puede conseguir. Le gusta tanto leer que se ha convertido en su profesión.
La gente le confía su trabajo. Le pagan para que lea sus historias y les envíe notas sobre lo que cree que se han perdido o lo que no tiene sentido. Está muy solicitada en su campo. Me sorprendí cuando me enteré de algunos de los autores para los que había trabajado.
— ¿Quieres algo de beber? — Agarro una copa de champán de una de las bandejas que pasan, y se la doy.
—Gracias — Toma un pequeño sorbo. Sus ojos rebotan por todas partes, absorbiendo las cosas.
— ¿Estás bien, pequeña? — Se bebe el resto del champán antes de dejarlo en una de las mesas vacías.
—Todo el mundo nos mira fijamente— Ella se lame el labio inferior, inclinándose más hacia mí para su comodidad. La miran fijamente. No puedo culparlos. Ella es como un soplo de aire fresco. Todos los demás aquí están hechos hasta el extremo. Ella se destaca como un ángel suave y delicado. Quiero hacerle cosas terribles hasta que ella grite mi nombre y me ruegue que siga haciéndolas.
—Entonces nos iremos—
Su cara se ilumina. —Pero es por una buena causa— Puedo ver la batalla interior en sus ojos.
—Venimos. Doné el dinero. Creo que hemos hecho nuestra parte— Me inclino hacia abajo, cepillando mi boca contra la de ella— Te traeré de vuelta cuando no haya tanta gente. Tal vez tengas algunas sugerencias para las mejoras que van a hacer con el cheque gigante que les di —
—No creo que les importen mis ideas—
—Te prometo que lo harán— La beso, sin importarme quién nos vea. Me he estado conteniendo desde que llegamos. El viaje en coche fue una completa tortura. Su dulce aroma llenó la parte trasera del coche, haciendo que se me hiciera agua la boca por volver a probarla. Sabía que, si la tocaba, si incluso intentaba robar un pequeño beso, nunca habríamos llegado a esta gala.
La verdad es que sólo sugerí que viniéramos aquí esta noche porque pensé que podría disfrutarlo. Estoy tratando de retrasarlo. No estoy seguro de cuánto tiempo tengo con ella. Por lo que sé, se irá a casa y mañana su hermana volverá a trabajar. Necesito más tiempo para que se dé cuenta de que soy de ella para siempre. Para que ella se enamore de mí como yo lo he hecho con ella. No tengo ni idea de lo que su hermana está haciendo. Para ser honesto, no me importa. Le daré un aumento para que se quede más tiempo de vacaciones por el amor de Dios.
Ella se retira del beso, sus dedos siguen metiéndose en la chaqueta de mi esmoquin. —La gente va a hablar— Sus mejillas se ponen rosadas.
—No me importa— La beso de nuevo. Mis manos se clavan en su pelo, inclinando su cabeza hacia atrás para que pueda profundizar el beso. No tengo ninguna duda de que todo el mundo hablará de esto mañana. Cuanto antes acepte Madison que esto no es sólo por esta noche, más rápido podremos empezar a estar juntos para siempre. Estoy listo no sólo para llevar a la cama todos los susurros sobre nosotros, sino también a ella. Con cada segundo crece la necesidad de tenerla debajo de mí. —Nos vamos a casa pronto—
—Colt— Sus ojos caen sobre mi pecho. No sé cómo lo hace, pero se ruboriza aún más. El tono rosado que se ha puesto resalta las pequeñas pecas en las mejillas y la nariz. — No estoy segura de que esto sea una buena idea. Por mucho que quiera decir que sí, estaría mal — Sus manos me rozan el pecho. Sus palabras dicen una cosa mientras su cuerpo expresa otra.
—No hay nada malo con lo que está pasando entre nosotros. ¿Quieres estar a solas conmigo, pequeña? ¿No quieres? Para dejarme darte más de lo que te di en mi oficina. Ese fue sólo el comienzo del placer que planeo darte—
— ¿A mí? — Finalmente me mira de nuevo.
—Sí, a ti. Sólo a ti. Te he querido desde el momento en que te vi. Creo que ya hemos esperado bastante— Sé que sólo ha pasado un día, pero se siente como una eternidad. Más aún cuando pienso en lo cerca que ha estado de mí todo este tiempo sin que yo lo supiera. Es la hermana de mi asistente. Una de la que debería haber sabido antes. Estoy más que feliz de recuperar el tiempo perdido ahora. —Esto era inevitable. Tú estabas destinada a ser mía tanto como yo estaba destinado a ser tuyo—
Tiene que sentir esto. Lo sentí desde el primer momento en que la vi. Puede pensar que se parece a su hermana, pero para mí no es así. Sólo eché un vistazo y supe sin duda.
alguna que esta mujer estaba destinada a ser mía. No llegué tan lejos en la vida por no confiar en mis instintos. Ahora mismo, no son sólo mis instintos los que me dicen que es mía; todo mi cuerpo lo está gritando.
Ella me hace sentir cosas que nunca antes había sentido. Es jodidamente aterrador como la mierda. Ella tiene todo el control sobre mi vida. Mi felicidad está en la palma de su pequeña y delicada mano. Ella cierra los ojos. Ojalá supiera lo que está pasando dentro de su cabeza.
—Sólo necesito un momento para procesar esto — Ella trata de alejarse de mí. No puedo dejarla ir. —Necesito usar el baño de damas— Ella asiente en la otra dirección. A regañadientes, dejo caer mis brazos lejos de ella. Sus manos sueltan mi chaqueta.
—Yo también lo siento— dice antes de girar, dirigiéndose al baño de damas. La veo irse. Veo a otros hacer lo mismo. Voy a seguirla, sin poder detenerme, pero Linda, que es la cabeza del evento, se pone delante de mí. Ella comienza a agradecerme por mi generosa donación. Me lleva cinco minutos alejarme de ella sin ser un completo imbécil.
Camino por fuera del baño de mujeres. Nadie entra o sale. Frustrado, abro la puerta llamándola. La preocupación me llena cuando no recibo respuesta. Entro para ver que el baño está vacío.
—Joder— Ella corrió de mí. Sonrío. Puede correr todo lo que quiera, porque estoy más que dispuesto.

gracias por el capi,   su hermana no se fue por una semana? o el cree que regresara al siguiente día....bueno voló la paloma 

Gracias por el capi!!

Bueno que giro a tomado esto, los dos enamorados en 1 día está de locos esta historia jajajajaja

Pues si, medio ridis la historia, pero nos entretiene

Capítulo 9 

Madison

— ¡Taxi! — Grito, agitando mi mano en el aire. Miro detrás de mí para asegurarme de que Colt no se ha dado cuenta de que nunca fui al baño. Tenía que salir de allí. Cree que soy mi hermana. Me confesó sus sentimientos pensando que soy Mac. Mis ojos arden con lágrimas cuando un taxi finalmente se detiene. Salto, divagando sobre mi dirección.
¿Qué es lo que he hecho? ¿Cómo puede dolerme tanto el corazón? Sólo conocí a ese hombre esta mañana. Tenía razón cuando dijo que tenía que sentir lo que él tenía. Lo sentí hasta el alma.
Te he deseado desde el momento en que te vi.
Esas palabras eran sobre mi hermana. No de mí. No importa cuántas veces intente cambiarlas, sé que es de ella de quien está enamorado. He hecho lo único que mi hermana y yo prometimos que nunca haríamos. Dejar que un hombre se interponga entre nosotras.
¿Y si hay una razón por la que se escapó? ¿Podría ser porque estaba enamorada de su jefe? ¿Qué se está tomando un tiempo para aclarar su mente y asimilar el hecho de que él está enamorado de ella? Esto es un completo desastre. Ahora creo que yo también estoy enamorada de él. No creo que esto pueda empeorar.
Saco mi teléfono para intentar localizarla de nuevo. No ha respondido a mi último puñado de mensajes. El último que envió fue su risa cuando le pregunté si su jefe la besaba. Estoy tan confundida. Intento llamarla, pero va directo al buzón de voz.
—Estamos aquí, señorita — Levanto la vista para ver que hemos llegado a mi apartamento. Le entrego el dinero al taxista y salgo. Al menos Colt no sabrá dónde encontrarme. Si viene buscando será en la dirección de mi hermana. Vivimos en el mismo edificio, pero en pisos diferentes.
Le doy a James, nuestro portero, una sonrisa forzada mientras evito el ascensor y tomo las escaleras. Me llama por el nombre de mi hermana. Supongo que porque estoy arreglada. Esto no es algo que normalmente usaría. No lo corrijo. No podría importarme menos en este momento.
Mi teléfono empieza a sonar cuando intento abrir la puerta, haciendo que se me caigan las llaves. Finalmente las introduzco en la cerradura, abriendo la puerta a empujones cuando encuentro el teléfono en mi bolso. Lo miro confundida por un segundo porque no está sonando. Entonces recuerdo el teléfono del trabajo que me dio mi hermana.
Deja de vibrar en mi bolso, pero vuelve un segundo después. Lo saco para ver una foto de Colt sentado en su escritorio dándole a mi hermana lo que supongo que es una mirada asesina mientras le saca una foto. Ella odia tener un contacto en su teléfono sin
 
 una foto adjunta. Dijo que habría puesto una foto del diablo en lugar de la foto real de Colt pero que no era profesional.
Empieza a sonar de nuevo. A continuación, un texto aparece en la pantalla.
Sr. Waldron: Contesta el teléfono.
Lo tiro al sofá como si pudiera ver que he visto su mensaje. Empieza a sonar de nuevo. Debería apagarlo. Sí, eso es lo que haré. Lo apagaré y nunca me encontrará. Este es el plan perfecto. Cuando lo tomo, aparece otro texto en la pantalla.
Sr. Waldron: Voy por ti.
—No sabes dónde estoy— digo agriamente porque nadie está cerca para oírme ser grosera. No es un hábito mío, pero me siento muy mal. Mantengo pulsado el botón de encendido hasta que el teléfono se apaga antes de meterlo bajo el cojín del sofá.
—Ahí— Asiento, dirigiéndome a mi dormitorio. Ahora sólo tengo que deshacerme de este vestido y será como si nada de esto hubiera pasado. Alcanzo la espalda, tratando de agarrar la cremallera. Me doy la vuelta en círculos, sin poder alcanzarla.
No me extraña que mi hermana siempre me haga subirle la cremallera. Esto es ridículo. ¿Por qué hacen un vestido en el que una mujer no puede entrar o, en mi caso, salir? Porque Colt podría quitártelo si le dejaras, me susurra mi estúpida mente.
—Pequeña— Me sacudo, dejando salir un pequeño grito. Colt está en la puerta de mi dormitorio. —No cerraste con llave la puerta principal—
Su abrigo del esmoquin ha desaparecido, junto con su corbata. Ha subido las mangas de su camisa. Su pelo parece un poco rebelde. Me pregunto si lo hice cuando nos besamos o si ha estado pasando sus manos por él, frustrado por que huí de él. No creo que Colt sea un hombre acostumbrado a perseguir nada. Y si ha tenido que hacerlo, estoy segura de que siempre lo obtiene. Lo que no sabe es que está persiguiendo a la persona equivocada. Que sólo soy una doble. Que no soy la persona que siempre ha querido. Ese pensamiento aplasta algo dentro de mí.
— ¿Qué estás haciendo aquí? — Verlo aquí en mi espacio es casi demasiado para soportarlo. Se siente bien que él esté aquí, aunque sé que está mal. Las lágrimas brotan de mis ojos, sabiendo que nunca lo tendré como lo quiero. Todavía no entiendo cómo podría sentir tanto dolor por él en tan poco tiempo. Todo esto me pesa mucho.
—Huiste de mí— Despeja el espacio entre nosotros, tirando de mí en sus brazos. Me baja la cremallera de mi vestido.
—No soy quien crees que soy— admito. No puedo continuar con esta farsa. Tiene derecho a saber quién soy.
—Sé exactamente quién eres— Sacudo la cabeza negativamente.
—Pequeña. Estoy en tu apartamento. Creo que sé exactamente quién eres— Se inclina hacia abajo. —Madison Davenport. Pronto a ser Madison Waldron —
— ¡Lo sabes! — Me quedo ahí parada en estado de shock. Espera, ¿Acaba de insinuar que nos vamos a casar? —Dijiste que me amabas desde que me viste. Eso no fue ni siquiera hace veinticuatro horas—

 —Sí, desde el momento en que te vi esta mañana. Esa brillante sonrisa que ilumina tu rostro— Debería haber sabido que sonreír me delataría. Apuesto a que mi hermana nunca le sonríe a menos que sea para molestarle.
—Sé que es una locura. Pero me importa un carajo. Ni siquiera estoy enfadado de que tu hermana haya hecho esto. O que se tomara unas vacaciones que yo no aprobé. Estoy más enfadado por no haberme enterado antes de ti —
— ¿Así que era realmente de mí de quien hablabas cuando dijiste todas esas cosas antes? — meto los dedos en su traje.
—Siempre has sido tú. Sólo serás tú— dice mientras me levanta de mis pies, besándome. Me envuelvo a su alrededor mientras caemos en la cama.
No habrá más carreras. Colt Waldron es todo mío.

Bueno que puedo decir ese arroz ya se cosió

Esta lectura me parece tan increíble, que raya en lo ridículo   
No puedo dejar de reírme cada que leo un capítulo.
Gracias!

Estoy sin comentarios jajajajaja....

Insisto en el siguiente capítulo capaz la leeremos embarazada

Capítulo 10 

Colt


La beso fuerte, sin querer dejarla ir. Me asustó muchísimo. Me encanta la emoción de una buena persecución. Especialmente cuando se trata de mi negocio. Soy un maestro en eso. Cerrar el siguiente gran negocio siempre me dio un subidón, preparándome para el próximo. Estaba más que dispuesto a perseguir a Madison si eso era lo que tenía que hacer, pero no quería que huyera de mí. Quiero que me necesite tanto como yo la necesito a ella. Saco mi boca de la de ella, besando su cuello. Probando su dulce piel.
—No más correr— Pellizco su delicada piel, dejando una pequeña marca. Beso sobre el lugar.
— No más correr— dice ella mientras sus dedos se clavan en mi pelo. —Pensé que era a mi hermana a la que querías— lo entendí en el camino hacia aquí. Era lo único que tenía sentido. Sentí cómo me devolvía el beso. Cómo su cuerpo había anhelado el mío tanto como el mío el suyo. Vi la mirada en sus ojos cuando le dije que la quería desde el momento en que la vi. Me retiro para mirarla, su pelo rubio extendido en la cama.
—Eres la única mujer que siempre he querido. Puedo prometerte eso. La única que siempre querré — No hay vuelta atrás. Ella es mía. ¿Cómo puede alguien probar la perfección como ella y querer algo más? Nada estaría a la altura. Es ella o nada.
—Eres el único hombre que siempre he querido — muerde ese labio inferior regordete que aún está hinchado por culpa de los míos. Necesito tener más cuidado con ella. Por mucho que me guste ver mi marca en su piel, es una criatura delicada que me han dado para cuidar.
—Nunca he...— Sus palabras se quedan en el camino. Sus mejillas se vuelven rosadas, iluminando esas pecas en ellas. Levanto mi dedo para rastrearlas momentáneamente. Aprovechando que puedo tocar cada centímetro de ella.
—Voy a ser tan bueno contigo. Nunca querrás otro hombre— Esta vez, cuando la beso, lo hago suave y dulce. Quiero consumirla, clavarme dentro de ella, reclamarla como mía, pero voy a hacer esto bien por ella. No querrá volver a huir de mí después de esta noche.
Deslizo mi boca por su cuerpo y succiono uno de sus pezones en mi boca, lamiendo y provocando uno mientras juego con el otro. Disfrutando los pequeños sonidos de placer que se le escapan.
—Colt— gime mi nombre. Me cambio al otro pezón, dándole la misma atención antes de que le dé más besos en el estómago. Mi polla gotea mientras le beso el estómago, pensando en ella con mi hijo. Podría muy bien hacer eso realidad esta noche. Si nunca ha estado con un hombre antes, supongo que no está tomado nada. Sólo me llevaría deslizar mi polla desnuda dentro de su estrecho coño, luego derramarme dentro de ella una y otra vez hasta que este seguro de que había plantado un bebé en su interior.
Esta vez no le pongo las bragas a un lado. Deslizo la seda blanca por sus piernas mientras me deslizo de la cama, mis rodillas golpeando el suelo. Las jalo, agarrándole los muslos mientras arrastro su trasero hasta el borde de la cama. Ella lanza un pequeño grito que se convierte en un gemido mientras entierro mi cara del cielo entre sus muslos. El olor de su excitación es demasiado tentador para que espere un segundo más.
Meto mis dedos en sus muslos mientras la devoro hasta su primer orgasmo. Ella se corre rápido, su dulce liberación llena mi boca. Su cuerpo está ahora preparado y listo para mí. No me detengo, sin embargo, sigo chupando y lamiendo mientras deslizo un dedo dentro de ella.
Su coño está mojado, pero aun así es una lucha para conseguir que tome uno de mis dedos. Lo meto y lo saco, chupando su clítoris para enviarla a un segundo orgasmo. Se abre más hacia mí y deslizo otro dedo dentro de ella. Joder. Está apretada.
—Colt. Por favor. Te necesito— suplica. Me quejo de la necesidad en su voz. Le suelto el clítoris, besando el interior de sus muslos mientras continúo metiendo y sacando los dedos.
—Estás tan apretada, pequeña —
—Encajarás— dice, con un tono esperanzador. Sí, ella no ha visto mi polla todavía. Voy a mantenerlo así hasta después de nuestra primera vez. Lo último que quiero es que se asuste cuando me deslice dentro de su dulce coño por primera vez.
Saco mis dedos de su coño, chupándolos hasta dejarlos limpios. Sus ojos se abren mucho cuando me mira quitarme la camisa y tirarla. Luego me quito los zapatos. Me quito el cinturón, dejándolo caer al suelo con un fuerte golpe antes de desabrocharme los pantalones. Me dejo los calzoncillos puestos.
Antes de que pueda cuestionarlo estoy sobre ella, levantándola y moviéndola al centro de la cama. Mi cuerpo baja sobre el suyo, enjaulándola debajo de mí. Al acercarme a ella de esta manera me recuerda lo pequeña que es en realidad comparada conmigo. Le separo los muslos con las rodillas, haciendo espacio para mí.
—Envuelve tus brazos alrededor de mí, pequeña—
Hace lo que le digo, sus manos alrededor de mi cuello. Meto la mano entre nosotros y me saco la polla. El semen ya se escapa mientras deslizo la cabeza entre los labios del coño. Mi polla se presiona contra su apertura.
—Colt— Respira mi nombre. Sus caderas se levantan de la cama, rogando por más de mi polla. Se desliza un poco más dentro de ella. Se necesita toda mi fuerza de voluntad para no meterme dentro de ella y marcar su coño como mío inmediatamente.
—Te amo, Madison— digo, dejando caer mi boca sobre la de ella mientras me empujo dentro de ella por completo. Ella deja salir un pequeño grito en mi boca. Cierro los ojos y sigo besándola, deseando poder quitarle el dolor. Sintiéndome como un bastardo porque nunca he sentido algo tan maravilloso en toda mi maldita vida.
Cuando ella empieza a devolverme el beso, el alivio me llena. Lentamente me retiro, dando empujones superficiales dentro y fuera de ella. Sus uñas se clavan en mi espalda. Ella se retira del beso, mi nombre saliendo de su boca.
—Pequeña— Gimoteo, no estoy seguro de cuánto puedo soportar. Todo el día me ha estado tentando. Mi cuerpo ha estado al borde de la necesidad por ella. Ahora que estoy dentro de ella, con su coño agarrándome como si nunca quisiera soltarme, no quiero

que termine. Sus dedos se clavan en mí, diciéndome que ella tampoco quiere soltarme nunca.
— ¡Colt! — grita mi nombre. Todo su cuerpo se aferra a mí mientras su orgasmo la golpea. Su coño se aprieta tan fuerte alrededor de mi polla que casi me duele. Me corro con ella, sin poder contenerme por más tiempo. Gimoteo mientras me derramo dentro de su coño. Intenta levantar sus caderas de nuevo, obteniendo cada gota de mí en su cuerpo, pero la tengo atrapada en la cama. Mi polla gotea más semen en ella, y su coño se lleva cada gota que puede conseguir.
No queriendo dejarla ir, nos doy la vuelta, manteniéndome en lo profundo de ella. Mi polla todavía está dura y lista para salir de nuevo. Apoya su cabeza en mi pecho, su boca me da besos suaves sobre mi piel. Cierro los ojos, disfrutando de su atención. Creo que nunca tendré suficiente de ella. Nunca entenderé cómo esta dulce chica puso todo mi mundo patas arriba sin siquiera intentarlo. No necesito hacerlo porque no importa. Todo lo que importa es que ella está aquí conmigo y nunca planeo dejarla ir.

Gracias por el capi!