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Lectura #2 Junio 2017
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Book Queen :: Biblioteca :: Lecturas
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Re: Lectura #2 Junio 2017
Jajajaj verito tienes toda la razon de aqui a que terminen juntos la va a necesitar.
Gracias chicas por este mini maraton
Gracias chicas por este mini maraton
mariateresa- Mensajes : 1841
Fecha de inscripción : 10/01/2017
Edad : 47
Localización : CHILE
Re: Lectura #2 Junio 2017
Ay no, los dos necesitan ayuda urgente, Alguien que por favor llame a Dr. Phil.
Cage es un diablillo, jajajajaja.
GRacias
Cage es un diablillo, jajajajaja.
GRacias
Re: Lectura #2 Junio 2017
Hermosas !!!
Perdón por la hora, tuve un día difícil, pero a continuación les dejo el capitulo de hoy...
'Sra. Maddox!
micafp_2530- Mensajes : 1884
Fecha de inscripción : 26/02/2017
Edad : 30
Localización : Entre las páginas de un libro...
Re: Lectura #2 Junio 2017
Estoy gorda —me quejé, mirando mi descomunal barriga.
Deuce, sentado en el borde de la cama, tirando de sus botas, me miró por encima del hombro. —Así es.
Me senté en la cama, o mejor dicho, me moví hacia arriba. —¿Acabas de llamarme gorda?
—Así es.
Oh mi Dios. ¡Él era tan exasperante honesto! ¡Lo odiaba!
—¡No estoy gorda! —Lloré—. ¡Estoy de casi ocho meses de embarazo!
Se puso de pie y tomó su desodorante de la parte superior de su cómoda. —Sí, cariño, lo sé. Sin embargo, ese bebé no está en tu culo.
Mi boca se abrió. —¿Acabas de llamar a mi culo gordo?
Atando su cabello hacia atrás, se dio la vuelta. Así es.
—Te odio —le espeté—. Si pudiera levantarme por mi cuenta, te patearía el culo.
Sonrió. —No voy a mentir, nena. Tu culo esta jodidamente gordo. No me importa porque tengo grandes y gordas manos, así que todo está bien.
Le tiré mi almohada. Riendo, él salió corriendo de la habitación.
—¿A dónde vas? —le grité.
—Al club. —Cerró de golpe la puerta de entrada.
Resoplando, me tumbé y me cubrí con las mantas hasta la cabeza. Estaba tan aburrida, que era probablemente la razón por la que mi culo engordó. Deuce se mantenía fiel a su palabra y me trataba bien... cuando se encontraba en casa. Lo que la mayoría de los días y las noches, no era así. Hace dos meses estuve de parto prematuro, fui al hospital y me fue dado sulfato de magnesio para disminuir mis contracciones. Funcionó, el trabajo se detuvo, pero se me dio instrucciones estrictas de mantener reposo lo mayor posible, mantenerme alejada de situaciones de estrés, y abstenerme de tener relaciones sexuales.
Después de eso, Deuce dejó de dormir en casa. Siempre estaba en el club. Y no se me permitía ir al club a menos que él me llevara allí, lo cual era nunca.
Yo no era estúpida. Sabía que se acostaba con otras mujeres. Sólo que no sabía qué hacer al respecto. Él me lo había prometido, me dijo que lo intentaría, y le dije que yo lo intentaría. Por lo tanto, yo trataba, pero tratar de mantener una relación con alguien que nunca se hallaba cerca era increíblemente difícil.
Había unas pocas veces que había estado a una respiración de tirar las cosas en su cara, pero luego recordaba que él nunca me prometió una relación exclusiva ni me había prometido que estaría en casa constantemente.
Era oficial. Yo era su mujer. Y era horrible. Había pasado de ser una parte vital de mi club con fuertes vínculos a todos mis muchachos a esto. A nada.
Mientras tanto, me juntaba con Danny cuando ella no estaba en la escuela. Estaba con Danny y Cage cuando Cage se encontraba en casa y no en el club, lo cual era mucho menos frecuente que su padre. Y desarrollé una relación bastante buena con ambos. Cage y yo nos hicimos amigos, y Danny casi decidió que yo era su modelo a seguir. Pensé que esto era una mala idea, pero no lo mencioné porque, honestamente, pensé que era una linda, mala idea.
Yo tenía acceso a la recolección de Deuce, pero no había a dónde ir. Miles City, Montana tenía una población de aproximadamente 9.000 personas y consistía en unas calles con tiendas y restaurantes y un montón de tierra vacía. A los residentes no parecían importarles esto. Mientras tenían la ropa que llevaban puesta, la comida en sus estómagos, y una oficina de correos, estaban bien.
Yo no lo estaba.
Nací y me críe en Nueva York.
La ciudad de Nueva York. Ocho millones de personas. La ciudad más poblada de los Estados Unidos, una de las áreas metropolitanas más pobladas del mundo. Una ciudad de alimentación, una capital cultural, la ciudad más lingüísticamente diversa en el mundo, una mezcolanza de comercio, finanzas, medios de comunicación, arte, moda, investigación, tecnología, educación y entretenimiento.
Suspirando, me acurruqué de costado. Echaba de menos mi ciudad. Echaba de menos a mi padre y a Kami y Devin. Echaba de menos a mis chicos.
Sin embargo, amaba a Deuce. Y se lo prometí.
Ya era tarde cuando Deuce entró en su garaje. Apagó su motocicleta y entró. La cocina era su primera prioridad, la segunda era Eva. Él no había estado en casa en cuatro días, y se moría de ganas de tocarla. No podía follar con ella, algo sobre el bebé, pero él resolvía ese problema por lo general con Miranda, pero Miranda no era Eva. Ninguna de esas putas que se acercaban a él le habían sentir lo mismo que Eva. No podía estar cerca de ella sin desearla y su boca, tan dulce como lo era, no era suficiente. Él quería estar dentro de ella. Lo había querido desde la barbacoa de los Demonios hace catorce años.
Joder, se ponía duro sólo de pensar en ella.
La puta lo volvía loco.
Tomó una cerveza y estaba a punto de dirigirse arriba, tenía un pie en el primer escalón, cuando el sonido de risas femeninas incesantes lo detuvieron. Era una noche de escuela, y Danny no debería estar despierta a la una de la mañana. Eva lo sabía.
Entrecerrando los ojos, se dirigió a la izquierda, a través de la sala y en la habitación familiar. Eva, Danny y Cage se hallaban en el sofá de dos plazas en conjunto, sus ojos pegados a la televisión. Danny sentada en la esquina izquierda, Cage a la derecha, con el brazo colgando sobre el respaldo del sofá y Eva estaba acurrucada en el espacio entre su brazo y el torso. Los dedos de Cage corrían distraídamente por su pelo, y el brazo de ella colgaba por encima de su vientre. Una manta de lana azul oscuro los cubría a los tres.
Se quedó mirando. ¿Qué demonios pasaba?
—¡Oh, Dios mío! —exclamó Danny, saltando arriba y abajo en su asiento—. ¡Realmente lo convertirá en un vampiro!
—De ninguna manera —dijo Eva—. No lo hará. No puede. Eso es tan malo.
—Ella podría hacerme un vampiro —murmuró Cage—. Es tan sexy.
Eva se echó a reír. —Darías tu vida por un buen par de tetas, ¿eh?
Si no estuviera tan enojado, él se habría reído. Le habían disparado dos veces por un buen par de tetas.
Cage miró a Eva y sonrió. —Por esas tetas, chicas, claro que sí Por las tuyas, también.
Eva soltó un bufido.
—Cerdo —murmuró Danny.
—Síp.
—Puedes ser un cerdo —dijo Eva, riéndose—. Siempre y cuando me frotes los pies todos los días —suspiró feliz—. Cielo puro, Cage.
La sonrisa de Cage se convirtió en una suave sonrisa. —Cualquier cosa por ti, preciosa.
Sus puños apretados. ¿Frotar sus jodidos pies? ¿Todos los días? ¿Preciosa?
—¡Ja! —gritó Eva, dando una palmada en el brazo de Danny—. ¡Te dije que no lo haría!
—Lo que sea —murmuró Danny con una sonrisa en los labios—. Debería haberlo hecho. Con el tiempo, va a envejecer. Si yo fuera ella, habría inmortalizado todo ese atractivo.
Él irrumpió en la habitación y se detuvo justo en frente de la televisión.
—Papá, muévete —dijo Danny, tratando de mirar a su alrededor.
No lo hizo.
—Danielle West —gruñó—. Quiero saber por qué no estás en la cama.
Observó a su hija doblar los brazos sobre el pecho y fruncir el ceño hacia él.
—Hoy y mañana son reuniones de padres y maestros —dijo Eva en voz baja—. No hay clases.
Entrecerró los ojos. Estaba acurrucada todavía alrededor de su hijo. Justo en frente de él.
—Eva —ladró—. Cocina.
—Te ayudo, nena —dijo Cage. Cambió su cuerpo de debajo de ella y le pasó un brazo alrededor de su espalda para ayudarla a levantarse. Se tambaleó por un momento, y luego sus dos manos fueron a su vientre hinchado.
—Mierda —murmuró Cage—. ¿Está teniendo contracciones de nuevo? ¿O es la cosa de la sal?
—¡Oh! —exclamó Danny, saltando sobre sus pies—. ¿Necesita la píldora?
¿Cosa de la sal? ¿Píldoras? ¿Qué carajo?
—Eva —gruñó, cada vez más cabreado—. ¡Entra en la puta cocina!
—¡Papá! —gritó Cage—. ¡Cierra la puta boca! ¡Está enferma! La presión arterial está fuera de serie. ¡Su ginecólogo ha estado casi todos los días chequeándola!
¿Qué? ¿Qué y qué y eh?
—¿Por qué sabes esta mierda? —exigió.
—Mejor pregunta —replicó Cage de nuevo—. ¿Por qué diablos tú no?
Fue entre golpear a su único hijo o romper algo, así que giró la botella de cerveza por la habitación. Se estrelló contra la chimenea de piedra y se hizo añicos en un chorro de cerveza.
—¡Respóndeme! —rugió—. ¿Por qué coño sabes esta mierda? ¿Y por qué carajo la abrazabas?
El labio de Cage se curvó. —¿Quién crees que la lleva a las citas con su doctor y al jodido hospital? ¿Quién crees que tiene que ayudarla a salir de la cama y de la maldita ducha? Seguro que no eres tú.
Sus fosas nasales se dilataron. —¡La ayudaste en la puta ducha! —siseó.
—Sí, papi —dijo Danny en voz baja—. Nunca estás en casa, y yo no la puedo ayudar todo el tiempo. Su doctor dijo que mantener reposo, y tenemos que mantener la ingesta baja en sal y calmarla cuando empieza a tener contracciones haciéndole tomar baños calientes o frotando su espalda. La mayoría de las veces, son Braxton Hicks6, pero porque está de parto ya los médicos están preocupados.
—¿Y quién coño crees que lleva a Danny a la escuela? —gritó Cage—. ¿Y la lleva después a su práctica de porristas? ¿Y la lleva a sus jodidas clases de gimnasia? Mamá trabaja turnos de diez horas, Eva no puede hacerlo más, y tú no estás por aquí. ¡Eso me deja a mí!
Con lágrimas en los ojos, Eva se movió lentamente por la habitación y desapareció en el vestíbulo. Había planeado ir tras ella, sólo que Cage no había terminado de hablar.
—Lo estás haciendo de nuevo —espetó—. Estás jodiéndolo todo. Se lo hiciste a mamá, y se lo estás haciendo a Eva. Nunca estás en la casa, estás dejándola sola, sin nadie con quien hablar y nada que hacer, y ella se va a ir, papá, si no dejas de dormir en el club con tus putas. Y, joder, pero yo no quiero que se vaya y tampoco Danny lo quiere. Tenerla aquí ha sido malditamente impresionante, es genial para hablar, es divertida y nos hace sentirnos bien, mejor de lo que lo has hecho en mucho tiempo. ¡Y estás jodiendo todo porque eres un gilipollas de mierda egoísta!
Danny se movió para estar delante de Cage y tomó una postura protectora. —Sí, papi.
Tuvo que tomar varias respiraciones profundas para no terminar diciendo algo que no era su intención. Tomando una profunda respiración, dio media vuelta y salió de la habitación.
Deuce entró en la cocina poco después que yo. Caminó hacia mí sin tan siquiera una mirada a mi camino y se dirigió a la nevera. Me mordí la lengua. Había estado mordiéndome la lengua mucho últimamente, pero no sería nada bueno discutir con él cuando acaba de tener una pelea con sus hijos.
En cambio, traté de pensar en algo de lo que hablar con él y algo que hacer con mis manos. No tenía ni idea de lo que había estado haciendo últimamente, ni en el trabajo, ni con sus muchachos, nada.
—Tengo una citación —solté.
Con las manos vacías, cerró la nevera y se volvió. —¿Qué?
—Citación —repetí—. Chase quiere una prueba de paternidad y la corte me ordenó hacerlo.
Él parpadeó.
—¿CUANDO DIJO EL JODIDO IDIOTA DOCTOR que fue la fecha de concepción?
Di un paso atrás. —Deuce, ¿por qué…?
—¿Cuando, EVA? ¿JODER, CUÁNDO?
—A finales de junio —susurré—. Sin embargo, no siempre es exacta.
—¿En serio? —se burló—. ¿No es exacto porque era a principios del puto junio, cuando follamos?
Lo miré fijamente, sin habla.
—¡Saltaste de mi maldita cama directamente a Frankie, saltaste del tu lecho con Frankie a la mía, y luego de la mía directamente a la jodida cama de Chase! Ese maldito hijo podría ser de Frankie, ¿no?
—¡Alto! —Lloré—. ¡Sabes que no fue así! Apareciste y tenías a Frankie encerrado, y yo era un desastre, y eras tú, y nunca he sido capaz de ser racional en torno a ti. ¡Sólo quería estar contigo una vez más! ¡Chase fue un error! Yo trataba de ayudar a Frankie, pero luego intenté hacerle daño a Frankie, y luego sólo quería hacerme daño, y estaba tan jodida de la cabeza. ¡Y no lo sé, Deuce! ¡No sé!
—No, nunca sabes una mierda, ¿no? No sabías que tu viejo tenía cámaras en su maldita escalera. No sabías que Frankie no era más que un loco, pero un maldito maníaco homicida. No sabías que Chase te amaba, no sabías que él había perforado los malditos condones, ¡así podrías darle un hijo y mantenerte a tu lado! ¡Ni siquiera sabes quién puso ese maldito bastardo dentro de ti!
¿Chase, qué? Oh mi Dios. OhmiDiosohmiDiosohmiDios…
—Sí —se burló Deuce—. Ahora, lo entiendes. Ahora, cuando ya es demasiado tarde. Ese es su puto hijo en ti y ahora él va a jugar su puta carta. Y joder, te conozco, la situación se pondrá difícil, te enojas, corres.
—¿A dónde voy a correr? —pregunté—. ¡Dado a que lo sabes todo, tú me dices a dónde corro!
—De regreso a papi —dijo sombríamente—. De regreso al puto club. De regreso al lugar donde es seguro y no tienes que lidiar con tu puta vida porque no tienes ninguna responsabilidad. Entonces, tratarás de salvar a Frankie porque eso es todo lo que siempre has hecho y no tienes una maldita idea de qué hacer cuando no estás tratando de salvarlo. Y tú y Chase podrán volver a follar el uno al otro sin sentido, se enfocaran en eso porque ambos se odian a sí mismos y a sus jodidas vidas.
Sentí que mi cara se calentó. Me sentí enojada, pero avergonzada también. Deuce sacó mi ropa sucia al aire. No tenía ninguna duda, Danny y Cage había oído todo.
—Ojala nunca te hubiera puesto una jodida mano encima —espetó.
Mi corazón se detuvo. —¿Qué? —le susurré.
—Ya me has oído, perra. Ojala nunca te hubiera tocado. Nunca te hubiera conocido. No has hecho nada más que joder mi vida.
Como si me hubiera abofeteado, me tambaleé hacia atrás para llegar a la encimera para sostenerme.
—Deuce —susurré—. Por favor, retira lo dicho.
No lo hizo. No dijo nada en absoluto. Sólo se apartó de mí y se fue.
6 En todos los embarazos se producen las contracciones de Braxton Hicks b. Son contracciones naturales, irregulares, que no causan daño, que sirven de ejercicio al útero. Duran desde unos pocos segundos hasta algunos minutos. Algunas mujeres las sienten más (y con mayor frecuencia).
'Sra. Maddox!
micafp_2530- Mensajes : 1884
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Re: Lectura #2 Junio 2017
Irrumpí en el club con una misión. Deuce no había estado en casa durante una semana. No respondía su teléfono celular, y sus chicos lo cubrían. Llegué a la sala de atrás cuando Cox estuvo de repente en frente mío empujándome hacia atrás. —Lo iré a buscar por ti, nena, sólo quédate aquí. —Vete a la mierda —siseé, empujándolo hacia atrás—. ¡No soy estúpida! ¡Sé lo que está haciendo allí atrás! Cox hizo una mueca. —Si te dejo entrar allí, él me matará. —Entonces, escribe tu testamento, porque nada menos que una bala me va a detener de ir allí. —Foxy —dijo en voz baja—, no puedo dejarte allí atrás. Lo fulminé con la mirada. —¿Me estás jodiendo? —No, nena. Él tomará represalias contra mí si lo hago. —Está bien, Cox, ¿quieres jugar conmigo? Las cosas van bastante bien contigo y Kami hasta ahora, ¿cierto? ¿Estando yendo adelante por fin estás conociendo a tu hijo, verdad? Estás mintiendo a su madre, diciéndole que dejaste a tu esposa y todo tipo de otras tonterías sólo para poder seguir cogiéndotela, ¿cierto? La cara de Cox se volvió rígida. —Eva —advirtió—. No puedes… —Cállate —siseé—. Puedo y lo haré. Le diré que no solamente no has dejado a tu esposa, sino que aún estás cogiéndote a todo lo que en dos piernas se te ponga en frente. Así que, ¿Qué va a hacer, Cox? ¿Vas a dejarme ir allí atrás o vas a perder a Kami? Mirándome, se salió de mi camino y extendió su brazo al lado. — Adelante, maldita perra. La puerta de Deuce estaba cerrada, pero el pomo de la puerta era barato. Dos sólidos golpes de puños en ella y arruinada. Pateé la puerta abierta, y los ojos de Deuce se abrieron de golpe. I Página169 —¡Eva! —exclamó Miranda, volviéndose roja—. ¡Estás aquí! Deuce salía de debajo de ella, intentando sentarse. Sus ojos lucían enrojecidos y desenfocados, cortesía de la botella vacía de Jack tendida en el suelo al lado de la cama. —No me tomará mucho tiempo —Le informé—. Sólo necesito decirle algo y luego me voy. Ella empezó a levantarse, y le indiqué que se detuviera. — Deberías quedarte —dije—. Después que haya terminado con él, probablemente necesitará follarte de nuevo. —Tú estúpida perra —gruñó Deuce—. Vete de mi club. Eso dolió más que caminar hacia él y Miranda. Si de verdad me amaba, no entendía por qué no quería que fuera parte de su vida. Miranda se removió en la cama. —Yo… uh… voy a irme. Sin molestarse en encontrar su ropa, quizás incluso no llegó con ropa aquí, se alejó por el pasillo. —¿Cómo diablos llegaste aquí? —gritó Deuce. Me encogí de hombros. —Soy una puta. Salté un par de camas. Deuce estuvo instantáneamente sobrio y cruzó la habitación. Agarrando mi brazo, comenzó a arrastrarme fuera de su cuarto y por el pasillo. Desnudo. —Ya que me estás echando, haré esto rápido —dije—. Entiendo por qué estás enojado por Chase, pero Frankie es diferente. He amado a Frankie durante tanto tiempo como puedo recordar. El rostro de Deuce se volvió duro y empezó a caminar más rápido, forzándome a correr para mantener su paso. —Crecimos juntos; pasamos por muchas cosas juntos. Siempre estuvo allí para mí, y siempre estuve allí para él. Perdió todo a una edad muy joven. Se pegó a mí como un niño y no fue de la manera sexual. No fue hasta más tarde que me necesitó para eso también. Deuce se detuvo. —¿Te necesitó para qué? —siseó—. ¿Tienes alguna idea de lo jodido que suena eso? —¡Sí! —Espeté de vuelta—. Pero, ¡lo amaba! ¡Quería ayudarlo! —Estás enferma, nena —comenzó a caminar de nuevo, arrastrándome con él—. Frankie te enfermo. —Sí —grité—. ¡Lo sé! —¿Qué mierda sabes? —Sé que estoy jodida. Sé que he estado jodida por mucho tiempo. Sé que no sé nada de una relación normal porque este mundo jodido es todo lo que he conocido siempre, pero ¡he estado intentado hacer que funcionara entre nosotros! ¡También sé que estoy enferma de tu mierda! Página170 Me hiciste promesas y dejé mi vida entera por ti, y me trajiste a la mitad de la nada y me dejaste en una casa con tus hijos y esperas que sea tu mujer cuando sabes, jodidamente sabes, que era la última cosa que quería. Así que, permito que me trates como un maldito mueble que se queda justo donde me dejaste cada vez que decides honrarme con tu presencia, porque te prometí que no correría. Pero, ¡no puedo hacer esto más! —¡Cox! —gritó, haciéndome saltar. Un segundo más tarde Cox apareció al final del pasillo. Deuce me empujó hacia adelante. —Sácala de aquí. Asegúrate de que llegue a casa y se quede allí. Cox no se movió. —Lo siento, Prez. No voy a arrastrar a una mujer embarazada que acaba de pillar a su hombre jodiéndose a una puta en cualquier lugar. Me gustan mis malditas pelotas donde están. Giré hacia Deuce. —No te preocupes por eso. Me voy. Tienes putas a las que atender, ¡y yo tengo una jodida vida que me gustaría comenzar a vivir! Me giré hacia Cox, y dio un paso hacia atrás. —¡Y tú! No me importa una mierda cómo trates a tu esposa. No me importa si quieres cogerte a cada hombre, mujer o perro en el planeta, pero deja de engañar a mi chica, ¡O yo se lo diré! A tus idiotas les encanta hablar abiertamente sobre la hermandad y el código de la carretera, pero nunca piensan en el rastro de mujeres que están dejando detrás de ustedes, ¡y estaré jodidamente cabreada si una de esas mujeres va a ser Kami! —Jesús, Eva —susurró—. ¿Qué carajo te he hecho? —No a mí —siseé—. Kami. ¡No es una zorra del club y no te permitiré tratarla como eso! —¡FUERA! —bramó Deuce. —¡ME VOY! —grité. Di dos pasos hacia fuera a la puerta cuando el cegador dolor atravesó mi espalda baja. Más dolor siguió; mi visión se oscureció cuando mi vientre se apretó dolorosamente y fuertes sensaciones punzantes picaron en mi sección media. Mis manos volaron a mi estómago. —¡No! —lloré—. ¡Por favor, Dios, no! —La perra te pilló con tu polla en Miranda y ni siquiera se inmutó. Página171 Deuce miró al otro lado de la barra a Cox. —¿De quién carajo es la culpa? Cox lo miró enseguida. —Prez, ella ya sabía lo que hacías. Ya sabía donde estabas incluso antes de llegar. Tiene el número de todos. Estoy comenzando a pensar que nos conoce mejor que nosotros mismos. Blue se echó hacia atrás un trago y se aclaró la garganta. —Por supuesto, Foxy nos tiene marcados. Es una mocosa motociclista que creció en un club lleno de hermanos que la aman más de lo que aman a sus mujeres. —Ese es el maldito problema —murmuró—. La perra no conoce su lugar porque Predicador es un jodido idiota. Blue negó con la cabeza. —Hijo, tú eres un maldito idiota. ¿Quieres saber lo que veo? Veo a una chica que no es sólo una chica, ella es un maldito premio, y no sé por qué mierda escogió a un imbécil como tú para entregarse, no tengo la maldita idea. Es estúpido si me preguntas. —Pero estás lanzando todo por la borda porque no puedes dejar a las jodidas putas y porque te estás negando a darle un pedazo de tu club. No es mucho pedir si me lo preguntas, pero ya que no estás preguntando, me callaré la boca y te dejaré ser un maldito idiota. Miró a Blue. Si el bastardo no fuera tan malditamente viejo, lo golpearía hasta el cansancio. —Necesitas empezar a estar bien contigo mismo —dijo Mick tranquilamente, hablando por primera vez—. No estás enojado con ella; estás jodidamente celoso. Miró alrededor de la barra, a los rostros sombríos de sus muchachos. —¡Qué mierda! —gritó—. ¿Por qué están todos conspirando contra mí? Mick negó con la cabeza. —Sólo te lo decimos directamente, Prez. Necesitas ser un hombre y admitirlo. Estás celoso de Frankie por tenerla todos estos años, por casarse con ella, por su perpetua y equivocada lealtad al club donde creció. Estás celoso de Chase sólo porque tuvo una probada y a ella le gustó dárselo, y estás celoso de ese jodido bebé dentro de ella porque piensas que podría no ser tuyo, y quieres que el chico sea tuyo con tantas ganas porque estás tan loco por tu mujer que no ves con claridad. —Has estado duro por Eva Fox por mucho tiempo, y estás tan acostumbrado a cogértela o pelear con ella o perderla que ni siquiera te das cuenta que finalmente la tienes. Esa mujer te ama, ha sido así durante mucho tiempo. No eres el único que la conoce. Vi la forma que te miraba cuando nos encontrábamos en Chicago. Era sólo una niña entonces, pero joder, ella pensaba que tú eras su mundo. Página172 Tap asintió. —Tiene razón, Prez. No pienses que vas a tendrás otra oportunidad esta vez. Se ve cansada, puedo verlo en su rostro. Apuesto que Frankie agotó la mayoría de su fuerza. Una mujer no puede aguantar tanta mierda. Mírame. Tara se fue, se marchó a Atlanta. Ahora se acuesta con algún programador de computadoras, que mi hija me cuenta que es un gran y gordo idiota, sus palabras no las mías. Pero estoy suponiendo que él no puede luchar contra una mosca si tuviera que hacerlo. Pero Tara lo quiere y no a mí porque yo no la traté bien, y él la trata como a una maldita reina. No sabía cómo responder a eso, más porque era verdad, así que bebió otro trago en su lugar. Mick le sonrió. Maldito idiota. No estaba haciéndolo bien con Eva; sabía eso. Sus viejos hábitos tardaban en desaparecer. Pero no podía permitirse el lujo de ser suave y volverse débil, y Eva lo hacía sentirse suave y débil. Si pasaba demasiado tiempo con ella terminaría pegándola a su costado. Necesitaba su espacio. Necesitaba tener la cabeza clara. No quería pensar en eso ahora. Mierda. No sabía qué hacer. La mitad de él la quería fuera de su casa, y la otra mitad dejaba de respirar ante la idea. —¡PREZ! —Con manos y brazos cubiertos en sangre, ZZ irrumpió en el cuarto. —¡Eva! —dijo sin aliento—. No está hablando… sus ojos están cerrados… demasiada sangre… llamé a una ambulancia… No escuchó el resto porque corría hacia la puerta.
Última edición por Ross L de Mellark el Lun 26 Jun - 12:53, editado 1 vez
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Atómic_Mellark- Mensajes : 1172
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Re: Lectura #2 Junio 2017
27-Junio -->Capítulo 18 y 19
28-Junio --> Capítulo 20
29-Junio --> Capítulo 21
30-Junio --> Capítulo 22 y Escenas Extras
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Atómic_Mellark- Mensajes : 1172
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Re: Lectura #2 Junio 2017
ándale, querías más o te guiso un huevo, ese es el Deuce por el que estabas obsesionada, pfff, ya que termine está tortura
yiniva- Mensajes : 4916
Fecha de inscripción : 26/04/2017
Edad : 33
mariateresa- Mensajes : 1841
Fecha de inscripción : 10/01/2017
Edad : 47
Localización : CHILE
Re: Lectura #2 Junio 2017
al fin me puse al corriente.........debo decir que wou esto es una relación muy intensa y tormentosa de todos con todos
Invitado- Invitado
Re: Lectura #2 Junio 2017
Anda anda quieres tener la vaca y la leche no? ahora perdon por mi frances pero te jodes, Eva se agunató y no corrió y tu sigues haciendo tus chin...
A ver si por baboso te quedas sin nada
A ver si por baboso te quedas sin nada
Veritoj.vacio- Mensajes : 2400
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Edad : 52
Re: Lectura #2 Junio 2017
gracias, Deuce tiene que aceptar que ya no es un chiquillo que puede estar follando a todo lo que se mueve y ahora va a perder a Eva
Tatine- Mensajes : 1561
Fecha de inscripción : 03/01/2016
Re: Lectura #2 Junio 2017
wordsofthisgirl escribió:Para Eva y Deuce:
No tengo mas nada que agregar...
Adoré tu comentario, no pude parar de reírme !!!
'Sra. Maddox!
micafp_2530- Mensajes : 1884
Fecha de inscripción : 26/02/2017
Edad : 30
Localización : Entre las páginas de un libro...
Veritoj.vacio- Mensajes : 2400
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Edad : 52
Re: Lectura #2 Junio 2017
jajajajajajaja Ame esa expresión!!Veritoj.vacio escribió:Se escribe Karma y se traduce andale por culero
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Atómic_Mellark- Mensajes : 1172
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Re: Lectura #2 Junio 2017
Santo Dios !!Veritoj.vacio escribió:Se escribe Karma y se traduce andale por culero
Ustedes y sus comentarios me van a matar de la risa!!
Pero es tan acertado.
'Sra. Maddox!
micafp_2530- Mensajes : 1884
Fecha de inscripción : 26/02/2017
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Localización : Entre las páginas de un libro...
Re: Lectura #2 Junio 2017
Deuce se sentó en la sala de espera del hospital en la misma posición que había estado durante cuatro días, los codos apoyados en las rodillas, la cara entre las manos.
Jodió mucho en su vida, pero nunca jodió hasta tal grado.
Cabreó tanto a Eva que la había puesto en labor de parto seis semanas antes y casi se desangró haciéndolo. Los médicos habían hecho una cesárea de emergencia y ahora había una niña pequeña en una incubadora con tubos por la nariz porque no podía respirar por sí misma y una mujer, su mujer, que se negaba a hablar con él porque era un jodido idiota que follaba a otras mujeres cuando tenía lo que quería en su casa, en su cama, y pasando tiempo con sus hijos.
—¿Prez? —Jase le empujó con el codo.
—¿Qué? —murmuró.
—Kami está aquí.
Levantó la vista y se encontró a un pequeño Cox sonriéndole. Sonrió a Devin y levantó la mirada. La madre loca de Devin estaba frunciendo el ceño hacia él. Él frunció el ceño.
—Chase está muerto —escupió con furia.
Parpadeó. Bien. Bueno... esas no eran exactamente malas noticias.
—¿Y qué? —dijo—. Ahórrame tiempo.
Kami levantó las cejas, mirándose menos enojada y más confusa. —¿No fuiste tú? —dijo.
Se levantó de un salto y se puso frente a su cara. —Perra, ¿estás loca? ¡No puedes hablar de esa mierda en público! En realidad, ¡Tú no hables de esa mierda nunca!
—¡Lo siento! —gritó ella—. ¡Vas a tener que perdonarme! ¡Tiendo a no pensar con claridad cuando me entero de que mi mejor amiga casi pierde a su bebé y su vida, y ni cinco minutos más tarde tengo al Departamento de Policía de Nueva York en mi puerta informándome que mi marido fue torturado durante horas y luego destripado! Joder, Deuce, ¡dijeron que sus entrañas colgaban alrededor de su árbol de Navidad! ¡Estaba tan mutilado que ni siquiera me dejaron ver su cuerpo!
Su sangre se le heló. Se volvió hielo.
—Destripador —ladró.
Destripador ya estaba de pie, sacando su teléfono celular. —En ello, Prez —dijo, dirigiéndose a la salida.
—¿Qué está pasando? —demandó Kami.
—¡Papá! —chilló Devin y echó a correr.
—Mierda —murmuró Tap, asintiendo con la cabeza hacia la entrada del hospital—. Anna está con él.
Jase se encogió de hombros. —Su culpa. Por tener los niños de todo el mundo.
—¿Aún con su esposa? —siseó Kami.
Tomó a Cox una milésima de segundo darse cuenta a lo que acaba de entrar. Deuce le vio una milésima de segundo de desconcierto antes de caer de rodillas. Atrapó a Devin mientras el niño se lanzaba sobre él.
—Hola, hombrecito —dijo ásperamente, apretándolo firmemente.
—¿Qué diablos? —gritó Anna.
Todavía con Devin, Cox se puso de pie. —No delante de mi puto niño, perra.
Kami estaba cruzando la habitación. Ella le tendió los brazos a Cox. —Veo que todavía tienes cosas que atender —Se mofó ella—. Así que dame a Devin mientras lo haces.
Sus fosas nasales dilatadas, Cox se lo entregó.
—Ve a sentarte ahí, bebé —susurró ella, señalando una silla al otro lado de la habitación. Devin se escabulló.
—¿Follaste a esta perra flaca y rubia? —gritó Anna—. ¿Tuviste un maldito niño con ella?
Cox cerró los ojos. —Jesús, Anna, contrólate, estamos en un hospital.
—¡Sí! —gritó ella—. ¡Y me acabo de enterar de que estás todavía jodiéndome la vida!
—¡Acabas de llamarme puta, maldita perra! —gritó Kami.
Antes de que esta mierda explotara en una telenovela, agarró a Cox y tiró de él a un lado. —Chase está muerto. Sus entrañas encadenadas a un árbol de Navidad. Adivina quién lo hizo. Saca a una de tus perras de aquí antes de que haya una maldita pelea de gatas en el hospital con mi mujer moribunda dentro, y yo no quiero que Anna haga un escandalo y Kami se quejé con Eva. Y la única forma en que se irá de aquí es armando un gran alboroto, lo que molestara a mi puta mujer, y si le molesta a mi mujer, va a terminar mal para ti.
Suspirando, Cox dio la vuelta. —En ello, Prez —murmuró.
—Tap.
—¿Prez?
—Llama a todos los chicos. Quiero un perímetro en guardia alrededor de Eva y mi hija. También a Cage. Sin embargo, es mejor hacer esto discreto.
—En ello.
Destripador se unió al grupo. Una mirada a la cara de su chico y supo que las noticias no eran buenas.
—¿Frankie? —preguntó.
Destripador asintió. —Mataron a tres presos la semana pasada, fue transferido al norte del estado a causa de ello. Durante el transporte, mató a los cuatro guardias y por lo que escuché, la manera en que los mató no fue linda. Una verdadera orgía de sangre. Tiene a toda la policía del país buscándolo. Lo quieren vivo o muerto. Está corriendo asustado. O conociendo a Frankie, está corriendo feliz. Y sin duda, está buscando a Eva.
Los ojos de Kami se abrieron ampliamente y se arrojó a Destripador. —¡Va a matar a mi Evie! —lloró ella.
—No, nena, no va a pasar —susurró con dulzura Destripador, frotando su espalda mientras le sonreía por encima de su cabeza a Cox. Cox, quien ya había acompañado a su esposa histérica al exterior y regresó solo, se congeló cuando vio esto.
—¡Sigue tocándola, idiota, y te cortaré manos!
—Vete a la mierda —susurró Kami—. ¡Ya que todavía estás follando a tu esposa y probablemente a la mitad del estado de Montana, he decidido que follaré con Destripador!
Destripador, a quien no le importaba que Cox estuviera a dos segundos de romperle el cuello, siguió restregándose contra Kami y sonriendo como un tonto.
—Si de verdad quieres darle celos, Kami —dijo Jase—. Podrías darme una oportunidad.
Frotándose las manos por la cara, Deuce dejó al grupo de idiotas en la sala de espera y se dirigió a la habitación de Eva.
Danny se reunió con él en la puerta. Estaba vestida con su chándal rosa de hace tres días y parecía agotada.
—No, papi. Es una mala idea.
Él tomó una respiración profunda. —Sé que es una mala idea, niña. Sé que está odiándome en este momento, pero tengo que hablar con ella. Además, tienes que tomar una ducha y dormir un poco. Llama a tu hermano y vuelve a casa.
A regañadientes, dio un paso a un lado y entró en la habitación, cerrando la puerta detrás de él. Las cortinas oscuras fueron retraídas con fuerza, la habitación oscura y sombría. Eva estaba tumbada en la cama a su lado. Se veía pálida y débil, tenía círculos oscuros alrededor de los ojos, y una vía intravenosa en el brazo. Cuando ella lo vio, se dio la vuelta.
—Vete —susurró con voz ronca.
Su pecho se apretó. —Nena, no puedo. Vamos a hablar.
Rodeó la cama del hospital para poder ver su rostro, y de inmediato se puso a su otro lado.
—No, no lo haremos. Vete.
Bueno, táctica diferente.
—Eva. Chase está muerto —Vio cómo su cuerpo se ponía rígido—. Fue torturado —continuó—. Destripado. Su interior colgado de su propio árbol de Navidad.
Eva se arrastró hasta quedar sentada, agarrándose el abdomen. —¿Dónde está Frankie? —susurró.
—Libre.
—Oh, mi Dios. Chase. Oh, Dios mío... Todo esto es mi culpa... no lo hizo... yo... oh, Dios mío...
—Nena... —Se apoderó de su cara y la obligó a mirarlo—, escúchame bien. Chase sabía en lo que se metía cuando hizo ese trato contigo. Conocía a Frankie personalmente y trabajó en casos de Frankie. Sabía exactamente cuan jodido de la cabeza está Frankie y de lo que era capaz. La cosa es que te quería tanto que no le importó.
Una lágrima rodó por su mejilla. —No se merecía eso. Quiero decir, nadie merece eso, pero Chase realmente no se merecía eso —susurró—. Podría ser un idiota, pero no era una mala persona. Sólo quería ser amado, quería una familia para amar y que lo amaran... No sabía cómo... Oh, Dios, Chase... Oh, Dios...
Ella estaba llorando, entendía eso, pero lo último que quería era oír su clamor por un idiota que se había follado y por quien tenía sentimientos.
Sintiendo los celos comenzando a salir a la superficie y el enojo cobrar fuerza, se sentó al lado de Eva, le tomó la boca y la besó con fuerza.
Ella no luchó contra él y compartieron un beso largo, lento, lleno de labios húmedos y lenguas voraces. Cuando se apartó, Eva apoyó la frente contra la suya y suspiró en su boca.
—¿Cómo está ella? —susurró.
Se aclaró la cabeza. El bebé, estaba hablando sobre el bebé. —Ella todavía no está respirando por su cuenta, nena.
Mordiéndose el labio, asintió. —No es tu culpa —susurró. Sí, lo era. Él abrió la boca para protestar, pero ella puso su dedo sobre sus labios—. Fue un embarazo difícil. No es tu culpa.
Su pecho se comprimió y tomó aire. No la merecía. Nunca lo había hecho. Nunca lo haría.
—La llamé —dijo ella en voz baja—, Ivy Olivia West. Ivy porque es una especie de regalo de Navidad y Olivia por...
—Mi mamá —dijo con voz ronca, sintiéndose como el mayor pedazo de mierda en el mundo.
—¿Deuce?
—¿Sí, nena?
—El certificado de nacimiento. ¿Qué quieres que haga?
—Nada —susurró—. Voy a llenarlo. Es mi hija.
Ella se concentró en sus ojos, aspirándolo, aun abrazándolo, poniéndolo tan jodidamente loco. Siempre volviéndolo loco.
—¿Deuce?
—¿Sí?
—No más mujeres.
Mierda.
—Sí, cariño, lo sé. He estado jodiéndolo.
—Te enojas conmigo y si quieres tomar venganza teniendo sexo y lo haces conmigo. No importa lo enojada que esté, nunca te lo negaré. —Ella soltó una risa temblorosa que hizo que le doliera el pecho. Había lastimado a su mujer tanto.
—Eva, nena —dijo en voz baja—. No va a haber más mujeres, ya he trasladado fuera a Miranda, corté todos los lazos. Te prometo que voy a merecerte y es cuestión de tiempo para que empiece a mejorar.
Dejó escapar un suspiro estremecido que sólo le hizo sentirse peor.
—Te amo, Deuce —susurró—. Tanto.
Él la miró, ella lo miró, y él sabía exactamente por qué sus chicos arremetieron contra él. Ella lo amaba. Él era su mundo. Lo sabía porque él podía verlo en sus grandes ojos grises. De repente, el pasado, joder, no importaba más. Ella no iba a irse, y él iba a tratarla como la condenada reina que era.
'Sra. Maddox!
micafp_2530- Mensajes : 1884
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Re: Lectura #2 Junio 2017
Por primera vez en mucho tiempo, Deuce conocía la paz verdadera.
Pasaron tres meses e Ivy fue dada de alta.
Eva prácticamente convirtió su habitación en el club en una guardería.
Entonces, la loca de su mujer le dio a Danny su propia habitación en el club y la ayudo a decorarla de rosa, también. Rosa y morado hasta donde el ojo alcanzaba a ver. Él se volvió loco del coraje. Puso una puerta de acero con un cerrojo deslizante en su puerta. Colocó rejas en su ventana. Alineó a todos sus chicos y les dijo, yendo directo al grano, que su niña estaba fuera de los jodidos límites. Les dijo que si cualquiera de ellos la miraba de forma incorrecta, acabarían bajo tierra.
Ninguno de ellos siquiera la miró. De hecho, dejaron de hablar con ella por completo.
La mierda avanzó.
La vida era buena. Real y jodidamente buena.
Kami y Devin se mudaron a Montana para estar cerca de Eva e Ivy. Cox no. Kami juró que Cox no tenía nada que ver con su decisión. Deuce podría haberle creído si no hubiera estado en el regazo de Cox mientras mentía.
Él cumplió cuarenta y nueve.
Cox dejó a su esposa y se mudó con Kami.
Danny tuvo un novio.
El novio de Danny rompió con ella, y Deuce juró que no había tenido nada que ver con eso.
Cox finalizó su divorcio. Puso un anillo de diamantes en el dedo de Kami. A ella no le gustó y se compró uno más grande y más caro. Y pendientes a juego. Y le pareció oír a Cox murmurar acerca de quitarle el acceso a internet, algo sobre zapatos que costaban varios miles de dólares.
Devin cumplió cinco.
Cox le compró una moto y Kami le dio una paliza con una cacerola.
Eva cumplió treinta y uno.
Kami echó a Cox a patadas, algo acerca de que no le gustaba la forma en que miró a la cajera del supermercado. Estaba más interesado en cómo se las arregló ella para conseguir que Cox fuera a un supermercado.
Los chicos tenían un nuevo medallón hecho para él, en la parte de atrás se leía Foxy. Se las arregló para golpear a tres de ellos en la cara antes de que se dieran vuelta y echaran a correr. Entonces, se la puso.
Y sonrió.
El verano fue bueno para el club. Muchos negocios. Un montón de dinero entrando. Dos de sus chicos se casaron. En el club se votó a tres nuevos hermanos.
El culo de Eva se desinfló, no es que le importara. Tomaría a Eva de cualquier forma que pudiera conseguirla. Delgada, con curvas, jugosa como el infierno. Un jodido dirigible. Qué demonios. Nunca había sido su cuerpo lo que lo mantenía atado a ella. Su relación con Eva era algo mucho más profunda que la apariencia. Aunque esas tetas suyas… y esos labios…
Y Dios sabía que esos jodidos ojos lo habían vuelto malditamente loco.
Cox y Kami se casaron, ella le dejó volver a casa.
Ivy cumplió un año. Ella le echó un vistazo a su pastel de cumpleaños de ¡Hello Kitty!, idea de Danny, y enterró la cara en todo el centro. Una foto de ella cubierta de pastel y merengue, sus ojos azules brillantes salpicados de blanco, sonriéndole a su padre, estaba colocada enfrente y en el centro de su escritorio.
Empezó a planear algo grande. Algo real y jodidamente especial para su mujer.
Entonces, un día de verano, todo voló en pedazos.
'Sra. Maddox!
micafp_2530- Mensajes : 1884
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Veritoj.vacio- Mensajes : 2400
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Re: Lectura #2 Junio 2017
Gracias. Llegó Frankie....Eva lo perdonó muy rápido, que tonta enamorada
Tatine- Mensajes : 1561
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Re: Lectura #2 Junio 2017
que ! así de fasil lo perdono !olvídalo yo lo mando a volar o lo hago sufrir por mucho mas tiempo
Invitado- Invitado
Re: Lectura #2 Junio 2017
pues bueno, ahora si se les apareció el diablo, quien se vengará primero Frankie o Deuce.
yiniva- Mensajes : 4916
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Edad : 33
Re: Lectura #2 Junio 2017
Ivy, Deuce, y yo caminamos tomados de la mano a través del gran patio trasero del club. La música country sonaba con estridencia a través de varios altavoces estratégicamente colocados; tres parrillas calientes ya estaban encendidas y cocinando hot dogs, hamburguesas y filetes mientras los motociclistas y sus esposas, novias, e hijos deambulaban alrededor, bebiendo cerveza o refresco, hablando animadamente con los demás. Sonriendo. Bailando. Felices. Deuce apretó mi mano. —Nena, ve a ocuparte de esas cosas de mujeres; tengo que hablar con Destripador. Antes de que pudiera llamarlo con mi gran variedad de nombre que tenía en mi vocabulario, me apresuró a una larga mesa cubierta de diferentes variedades de ensaladas de macarrón, patatas fritas y salsas, galletas saladas, y verduras variadas. Dorothy estaba detrás de la mesa con un delantal negro sobre su lindo vestido rosa, repartiendo alimentos. Me quité las sandalias y fui a ayudarla. —Hola —susurré, empujándola con mi cadera—. ¿Estás bien? Mordiendo su labio inferior, negó con la cabeza. —Nunca estoy bien cuando tengo que verlo con ella. Seguí su línea de visión a Jase, su esposa, Chrissy, y sus tres hijos. Trece años había estado jugando con Dorothy, ella tenía treinta y tres ahora, y él no había cumplido ninguna de las promesas que le había hecho. Dejó a su marido por él, su hija tenia dieciséis, iría a la universidad el próximo otoño, y ella iba a estar completamente sola. No era asunto mío, pero eso no significaba que tuviera que gustarme. I Página182 —Toma un descanso —sugerí—. Tengo esto cubierto. Sus ojos se agrandaron. —Eres la señora de Deuce. Me encogí de hombros. —¿Y qué? Estoy bastante segura de que eso no significa que no pueda servir fideos. Sacudiendo su cabeza, pero sonriendo, se desato el delantal y me lo dio. —Gracias —susurró y se fue corriendo. Jase se apartó de Chrissy y la vio huir de la barbacoa y desaparecer dentro de la casa club. Frunciendo el ceño, susurró algo en el oído de Chrissy —quien asintió y sonrió— y se fue después de Dorothy. —¿Eva? Me di la vuelta hacia la mesa y encontré a la ex esposa de Cox, Anna, de pie frente a mí. Se había cortado su largo cabello negro a corto, se veía bien. —Hola —dije—. ¿Trajiste a Mary Catherine? Ella asintió con la cabeza y señaló a su hija preadolescente que se reía, persiguiendo Devin. —¿Comida? —Levanté un plato ofreciéndoselo. Arrugó su nariz. —No, gracias. Estoy tratando de bajar de peso. La miré preguntándome de donde necesita bajar de peso. —¡Hola, Eva, Anna! —Chrissy llegó. Ella era preciosa. Alta, esbelta, grandes pechos turgentes, y lago cabello castaño. Con su bronceado perfecto, y perfectamente en forma, y rasgos simétricos, ella era un sueño húmedo para todos los estadounidenses. Era todo lo que Dorothy no era. Demonios, era todo lo que yo no era. Menos mal que no me importa una mierda. —Chrissy —dijo Anna, saludándola. —¿Ustedes dos vendrán a yoga mañana? —preguntó Chrissy, saltado arriba y abajo en sus shorts de jean ajustados, top blanco, llamando la atención de cada motociclista dentro de los treinta metros. Incluso Deuce. Lo fulminé con la mirada. Me dedico una sonrisa deliciosa antes de darse la vuelta y reanudar su conversación. —Sí —dije. Chrissy y sus clases de yoga habían sido mi salvación. Había perdido todo mi peso del embarazo y algo más. —Sí —dijo Anna—. Dios sabe que lo necesito. Página183 Negué con mi cabeza. Anna se había vuelto un poco laca después de que Cox la dejó. —¡Asombroso! —Crissy aplaudió y empezó a saltar de nuevo. —¿Dónde está Dorothy? —gritó ZZ desde el otro lado del jardín, tratando de hacerse oír por encima de la música. Levante mis manos en un gesto-de-no-saber y grite de vuelta: —¿Qué necesitas? —Líquido para encendedores. Le di el pulgar hacia arriba y me dirigí hacia el interior. Estaba a medio camino por el pasillo de los dormitorios cuando escuche fuertes gemidos provenientes del cuarto de Jase. Me dirigí hacia ahí sabiendo lo que iba a encontrar. Efectivamente, con los pantalones en los tobillos, Jase tenía a Dorothy clavada en la pared, su vestido levantado hasta la cintura. —Joder, te amo —dijo con voz áspera—. Tú ni siquiera lo sabes, D. ni siquiera tienes una puta idea. Dorothy, con el rostro enterrado en el cuello de Jase, gimió. En silencio, llegué a la puerta para presionar el botón de bloqueo y luego silenciosamente tiré de ella para después cerrarla, asegurándome de que estaba efectivamente cerrada. Chrissy no tenía necesidad de descubrir esto. Dorothy no merecía estar entre ambos. Pero era típico. Y no había nada que yo pudiera hacer. Poco tiempo después, Dorothy regreso a la barbacoa sonrojada. Juntas, miramos a Jase salir de la casa club y regresar con Chrissy. Chrissy se acurrucó a su alrededor mientras él miraba a Dorothy, prometiéndole con la mirada todo tipo de cosas que yo sabía él nunca cumpliría. —El finalmente va a dejarla —susurró, con los ojos en Jase. Apreté mis labios y miré la cuchara para servir en mis manos. Él nunca dejaría a Chrissy, él la amaba en su propia retorcida manera. También amaba a Dorothy. Él había disminuído sus admiradoras a solo dos, y no tenía planes de dejarlas tampoco. Afortunadamente, Deuce apareció a mi lado, salvándome de tener que responderle. Miró con curiosidad entre nosotras, y luego siguió la mirada de Dorothy a Jase y frunció el ceño. —D —dijo en voz baja. Miró por encima y se ruborizó. Página184 —Lo siento —susurró. —No puedes tenerte aquí fastidiando a las mujeres de mis chicos y haciendo esto más difícil. —Lo sé —susurró—. Voy a irme si quieres. Lo arrastré a una buena distancia. —Es culpa de él —siseé—. ¡Él la siguió al interior y le hizo tú sabes que! Deuce enarco una ceja. —¿Tu sabes qué? —repitió él, sonriendo. Crucé mis brazos sobre mi pecho y su mirada se concentró en la hendidura que había aparecido justo fuera de mí vestido de tirantes de color morado oscuro. —¿Podemos ir a hacer “tú sabes qué”? —preguntó, sonriendo. Rodé mis ojos. —No. —¿Por favor? Luché contra mi sonrisa y perdí. El pasó sus nudillos por mi mejilla. —Te tengo un regalo —dijo en voz baja. —¿Un grande, sudoroso hombre regalo? —pregunté. Deuce sonrío. —Eso también. Vamos. Agarró mi mano, me condujo al interior del club, más allá de los dormitorios, a través de la sala, y abrió las puertas delanteras. —Todo tuyo, nena. Parpadeé rápidamente. Entonces, me olvidé de cómo parpadear y sólo quede asombrada con la belleza incalculable delante de mí. —No —murmuré. —Nena. Sí. Ruedas solidas de fundición de aluminio, tenedor delantero, y un depósito de combustible de gran capacidad. Amortiguadores gemelos escondidos cuidadosamente fuera de la vista, el rígido-motor-montado, el escape doble por encima/debajo de cromo y el taque de combustible de dieciocho litros. Yo estaba en shock. —Los chicos que me hicieron el trabajo personalizado me hicieron un gran trabajo, cariño. Tú me lo debes. Página185 Nunca había tenido una moto personalizada centelleando —solo el respaldo del asiento— la amaba completamente. —No puedo creer que lo recordaras —Respiré, pasando mi mano por encima de mi moto. Mi perfecta, perfecta moto. —La niña más linda que he conocido. Hablaba de brillantes Fatboys y cascos rosas con cráneos. Diciéndome que sería la Reina de un MC. Ese era tu sueño, nena. Yo soy tu hombre. ¿Me sientes? Oh mi Dios. Me había hecho Reina. Porque él era mi hombre y ese era mi sueño. Mi hombre hizo mi sueño realidad. Me consiguió mi brillante Fatboy. Y mi casco rosa con cráneos. Me giré con una sonrisa tan amplia que dolía, y le di un golpecito en su pecho. —Tú me amas. El soltó un bufido. —Nena. Sí. Me lancé hacia él. Agarrando mi cintura, me balanceó hacia arriba y entre sus brazos. Nuestras bocas se estrellan juntas, y nos besamos en la forma en que siempre nos besamos —desesperado, hambriento, lleno de tal loca intensidad, que si la embotellábamos podríamos alimentar a toda una ciudad. Jesús. Él me amaba tanto. Sólo… Jesús. —Oye —dije en voz baja y cubrí su mejilla. —¿Sí? —¿Qué hay sobre tu sueño? Su cara se volvió hoyuelos. —Lo estoy mirando, cariño. Oh, mierda. Mi corazón se sentía cerca de explotar. Estaba absolutamente feliz. Este hombre me pertenecía, en cuerpo y alma, y todo lo demás. —Quiero ir a hacer “tú sabes que” ahora —susurré. —Eso está bien, nena —susurró de vuelta—. Real y jodidamente bien. Caímos sobre nuestra cama, besándonos febrilmente, desgarrando el uno al otro la ropa. —Te amo —respiré—, tanto, tanto. Apartó los tirantes de mi vestido por mis hombros y esparció besos a lo largo de mi cuello. Su boca viajo más bajo, sus manos tirando de mi vestido hacia abajo mientras lo hacía. Enrosqué mis dedos en su cabello, gimiendo, rogándole por más. Con la punta de su lengua, trazó la cicatriz de mi cesárea. Página186 —Te amo, nena —dijo con voz áspera. Entonces, él se puso de pie y tiró de mi ropa interior, levantando mis piernas, froté mis pies manchadas de hierba sobre su torso desnudo y se río. Sonriendo, desabrochó sus pantalones. —¿Lo quieres duro? —preguntó ásperamente. Mordí mi labio y negué con mi cabeza. —Lo quiero lento, cariño. Sus ojos se suavizaron. —Mierda —murmuró—. Solo quiero mirarte, nena. Solo quiero quedarme aquí y mirarte hasta que pueda convencerme de que realmente estas aquí, y que no vas a ninguna parte y realmente me quieres a mí. Cerré mis ojos, dejando que sus palabras penetraran dentro de mí. —Quítate encima de ella, hijo de puta, antes de que haga un agujero en tu puto cráneo. Mis ojos se abrieron de golpe. Conocía esa voz. Frankie apareció detrás de Deuce y se movió a su lado, presionando el cañón de una pistola en la sien de Deuce. Él era un desastre. Asqueroso. Su cabello estaba grasiento, su barba larga y descuidada y su ropa llena de agujeros y cubierta de manchas. —Jinete —bramó Frankie—. ¡Dije atrás de una puta vez! Fosas nasales llameando, su expresión asesina. Deuce se subió sus pantalones y retrocedió lentamente. Apresuradamente me empujé hasta quedar sentada y tiré de mi vestido hacia arriba. —No te muevas, puta —Frankie susurró hacia mí. Girando, lanzo un par de esposas a Deuce quien las atrapó con una mano. —Espósate al radiador —exigió. Deuce lo miró fijamente. —De ninguna manera —gruñó. —¿No? —Frakie agarró un puñado de mi cabello y me tiró sobre la cama. El cañón de la pistola se sentía frío contra mi cuello—. ¿Quieres que ella muera? Temblando de furia, Deuce se agachó al lado del radiador bajo la ventana del dormitorio, abrochó una de las esposas alrededor de una de las barras de acero y la otra alrededor de su muñeca derecha. Frankie se giró hacia mí, sonriendo. Página187 —He estado vigilándote, nena —dijo—. He estado vigilándote por un largo tiempo. Se inclinó sobre la cama y se levantó sobre mi cara. —¡HE ESTADO OBSERVANDOTE FOLLAR CON ESTE IMBECIL! Temblando, miré a los ojos oscuros de Frankie. —Mataste a Chase. Lo masacraste. —Sí —Se burló, de pie con la espalda recta. Sacudió su cabeza y se echó a reír—. Hijo de puta, grito como una niña, también. Sentí el ardor acido de bilis subir por mi garganta. —¿Pensabas que no sabía lo que hacía? Pero yo lo sabía. Cada vez que fuiste a visitarme, lo veía en sus ojos. Pensó que podía engañarme. Pensó que podía salirse con la suya follando con mi esposa. —Lo hice por ti —le susurré. Todavía agarrando mi cabello, Frankie me tiró de rodillas y me abofeteó el rostro. —¿Estas follando al Jinete por mí, también? Ahuecando mi mejilla, lo miré a los ojos. —Frankie —susurré—. Por favor, no hagas esto. —Recuéstate, perra —gruñó Frankie, liberando mi cabello y jaloneándolo—. Te voy a mostrar a ti y a este idiota quien realmente es tu dueño. Deuce hizo un ruido estrangulado en la baja de su garganta y mis ojos se dispararon hacia él. Él medía casi un metro noventa y más de noventa kilos de rabia asesina. Estaba tirando de las esposas tan fuerte que su mano sangraba. Su cuerpo inmovilizado, sus venas sobresaliendo de sus brazos y cuello, y sus ojos desorbitados casi saliéndose de su cráneo. Él vibraba con odio. Temblando, traté de parpadear las lágrimas ardiendo en mis ojos por el bien de Deuce. Me recosté, y giré mi cabeza hacia un lado, manteniendo mi mirada en Deuce. —He estado recibiendo las putas sobras de ese cabrón por demasiado tiempo —murmuró Frankie, mientras empujaba mi vestido y separaba mis piernas—. Eso va a terminar hoy. Escuché su hebilla del cinturón abrirse, el deslizamiento de su cremallera, y luego sentí su peso, y comenzó a empujar dentro de mí. Mordí mi labio para no llorar y mantuve mis ojos en Deuce. Sus ojos ni una sola vez dejaron los míos. Me mantuvo con él, me abrazo fuertemente dentro de sus ojos, donde estaba a salvo, caliente y nadie podía hacerme daño. Página188 Había sido golpeado hasta casi matarlo. Había sido estrangulado, apuñalado y disparado. Había disparado, apuñalado, estrangulado, golpeado y asesinado. Había sido herido, asustado, enojado, cabreado, y homicida. Joder, había estado tan puto cabreado que asesinó a su viejo. Su propia sangre y carne. Pero nunca, NUNCA se había sentido así. No había una palabra lo suficientemente potente como para describir lo que sentía, para transmitir lo que estaba sucediendo en su interior. Estaba más allá de las palabras, superando todas las emociones. Estaba muerto en vida. Viviendo en vida su propia muerte. Sus ojos no se apartaban de Eva. Mientras él le sostuvo la mirada, ella permaneció imperturbable, un poco perdida incluso, como si se hubiera desprendido de su cuerpo y se refugian en el interior del suya. Era lo único que podía darle, y no estaba ni siquiera cerca de ser lo suficiente. Esto nunca debería haber ocurrido. Le había llegado el pensamiento lejano de que Frankie no sería una amenaza nunca más. Esto era su culpa, y Eva estaba pagando por ello. Él pagaba por ello. Frankie no le hacía daño a ella, no físicamente. Emocionalmente, mentalmente, sí, pero físicamente estaba siendo gentil, tocándola con la certeza de un hombre que sabe cómo dar placer a esta mujer, sabía lo que le gustaba, lo que la haría llegar, besando su piel desnuda, acariciándola implacablemente, por lo que era casi imposible para ella controlar la reacción de su cuerpo a lo que él le estaba haciendo. Peor, esto no era nuevo para ella. Frankie la había violado antes, estaba seguro de eso. Su Eva se había acostumbrado a relaciones sexuales forzadas, aprendió a sacar lo mejor de él, para disfrutarlo porque sabía que Frankie nunca iba a dejarla ir. Eso lo estaba matando. Cada hundimiento de su colchón, cada uno de los gruñidos de Frankie, cada respiración áspera y gemido de Eva… lo estaba matando. Frankie dijo que había estado observándola. Frankie sabía lo mucho que amaba a Eva. Y sabía que esto acabaría con él — lentamente— día tras día, semana tras semana, año tras jodido año. Chase había sido fácil. Página189 En su visión periférica, vio a Frankie levantarse sobre sus rodillas y levantar las caderas de Eva. Su mano se deslizó alrededor de su cintura y se sumergió entre sus muslos. Eva perdió su batalla. Se quedó sin aliento y sus ojos en blanco, incluso mientras las lágrimas corrían por su rostro. Sus piernas temblando, ella fue la primera en poner su cara sobre la almohada, llorando suavemente a través de su orgasmo. Frankie le siguió, gimiendo en voz alta, su cuerpo sacudiéndose. Entonces, Frankie volvió hacia él. Y sonrió. Viviendo la muerte. Lloró por primera vez en cuarenta y cuatro años. Lloró exactamente tres lágrimas silenciosas. Pero, para él, se trataba de una jodida cascada.
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Atómic_Mellark- Mensajes : 1172
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Re: Lectura #2 Junio 2017
Ay no, y apareció Frankie cunado parecía que todo ya estaba bien.
Que horror, pobre Eva lo que tiene que aguantar, pero tampoco debió de aguantar a frank tanto tiempo.
Que horror, pobre Eva lo que tiene que aguantar, pero tampoco debió de aguantar a frank tanto tiempo.
Veritoj.vacio- Mensajes : 2400
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Edad : 52
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Mar 22 Oct - 16:26 por adricrisuruta