Únete a un Staff
Últimos temas
Lectura #1 Junio 2017
+8
Dai
Atómic_Mellark
Veritoj.vacio
micafp_2530
LuVelitta
Yani
DESI
Maga
12 participantes
Book Queen :: Biblioteca :: Lecturas
Página 2 de 6.
Página 2 de 6. • 1, 2, 3, 4, 5, 6
Re: Lectura #1 Junio 2017
¡Santa mierda! Las cosas comenzaron fuertes por aquí.
Ugh , con el primer capi pensé: Okay, se metió con las personas equivocadas y ahora está pagando las consecuencias ¿quieren convertirla en una puta de club? ¿o es una venganza en contra de su padre?
Pero el segundo capítulo me revolvió el estómago y no soy de las que se asquean con facilidad, he leido al Marqués por el amor de Yisus. Pero en serio, asco.
Re: Lectura #1 Junio 2017
Cap 1
Que fuerte desde el inico ella ya esta atrapada y ya fue violada, que mal.
El que confiara en esa persona fue tonto por muy amigo de papa no debia
Que fuerte desde el inico ella ya esta atrapada y ya fue violada, que mal.
El que confiara en esa persona fue tonto por muy amigo de papa no debia
Invitado,Te interesan más lecturas como esta buscanos en ACUALAND
Atómic_Mellark- Mensajes : 1172
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Re: Lectura #1 Junio 2017
Cap 2
Padre santo, este libro sera dificil de dijerir.
Que e spantoso todo lo que sucede. No se si llorar o tirar la pc
Padre santo, este libro sera dificil de dijerir.
Que e spantoso todo lo que sucede. No se si llorar o tirar la pc
Invitado,Te interesan más lecturas como esta buscanos en ACUALAND
Atómic_Mellark- Mensajes : 1172
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Re: Lectura #1 Junio 2017
que desgraciado , ojala que le hagan algo, se supone que solo iba a vigilarla y no a tocarla.
yiniva- Mensajes : 4916
Fecha de inscripción : 26/04/2017
Edad : 33
Re: Lectura #1 Junio 2017
Presiento sufrimiento y revoltijo mental!!
Espero que lo maten por haberla tocado; rayos incluso al saber que su destino iba a ser asi y el solo lo adelanto, que asco de persona!!
Espero que lo maten por haberla tocado; rayos incluso al saber que su destino iba a ser asi y el solo lo adelanto, que asco de persona!!
Re: Lectura #1 Junio 2017
3
Rose había perdido la noción del tiempo desde que Fat Boy la violó. Un día,
dos.
—¿Estás bien?
Era Patrice. Estaba a salvo, por ahora.
Ella no vio a Fat Boy
desde la noche
en que la había violado. Sería demasiado pronto.
Miró a Patrice. Actuaba amablemente pero igual le temía. Sabía que si para
Fat Boy
había sido tan
fácil, a los otros
guardias
no les iba a costar tanto. Sin
embargo, no sentía lo mismo de Patrice. Deseaba poder confiar en él.
—Estoy bien —dijo ella—. Sólo recordaba algo.
—Parece bastante intenso.
—Es un recuerdo intenso.
—¿Qué es?
Lo miró. Quería confiar en él. Moría por confiar en alguien, alguien a quien
poder decirle todo, un amigo. Pero sabía que era demasiado pronto. No sabía nada
de Patrice aparte de que era parte del club y que eso era suficiente para espantarla.
—Nada. No era nada.
Patrice asintió.
Le aflojó las cuerdas para que no se le clavaran tan
dolorosamente en la carne.
—¿Te sientes mejor? —dijo.
No sabía cómo
tomarlo. ¿Estaba tratando de ser bueno, simpático o
simplemente jugaba con ella?
La mayor parte del tiempo, Patrice se sentaba
fuera de su habitación en el
rellano.
Podía verlo cuando dejaba la puerta abierta. Su habitación
se encontraba
en algún piso de arriba mirando al estacionamiento. Más allá del terreno estaba la
ruta y luego árboles. Había árboles
por
todos lados. Estaba tan lejos de la
civilización, tan lejos, que se preguntaba si era capaz de escapar.
Patrice golpeó un poco la puerta antes de entrar. Ella pensó que era extraño,
sin sentido, incluso, considerando que estaba amarrada a la cama. Habían pasado
un par de horas desde la última vez que entró.
—¿Te encuentras bien? —preguntó.
No contestó. Era una pregunta un poco rara. Por supuesto
que no
se
encontraba bien.
Era una cautiva. Estaba cualquier cosa menos bien.
—Anda —dijo—. No tengas miedo, no te haré daño.
Lo miró. Sabía que debería intentar ser amistosa, tratar de mantener la mejor
relación posible con él. Lo sabía. Estaba cautiva, él era su guarda. Tenía absoluto
poder sobre ella. Pero algo dentro de ella se resistía. No podía intentar ser amable.
Después de todo lo que pasó, hacer amigos no era algo tan importante.
Pero sobrevivir sí, se dijo, y si quería hacerlo, necesitaba amigos. Le dio una
pequeña sonrisa a Patrice. Le costaba hacerlo, pero era suficiente. Entró a la
habitación.
—Puedo prender la TV, si quieres.
Ella no dijo nada. No pudo. No podía fingir que le gustaba, que todo estaba
bien. No podía hacer como si le gustara mirar televisión. ¡Había sido
violada! La
secuestraron. Había estado atada a una cama por tanto tiempo.
—Me vendría bien un poco de agua —dijo ella.
—Claro —comenta él—, claro que lo necesitas. Soy un idiota.
Fue al baño y volvió con un vaso de agua. Desajustó sus cuerdas pero aun
así estaba atada y la única manera de tomar era con su ayuda.
Se sentó a los pies de la cama y
puso
una mano detrás de su cabeza y la
ayudó a levantarse un poco. Ella se inclinó y bebió. Una línea de agua bajó por su
barbilla. Estaba muerta de sed. Sintió el agua fluyendo hacia su estómago y
revivió.
—¿Estás mejor? —preguntó.
Lo miró y apartó la vista rápidamente. No quería hacer amigos. No quería
ser una tonta. Estudiaba psicología. Sabía cómo los captores investigaban a los
cautivos. Patrice parecía simpático, pero las apariencias engañan. Era un chico
bueno pero luego aparecía en un club como ese.
Era un poco más joven que ella. Posiblemente veinte o veintiuno. Tenía el
cabello marrón corto y rulos pequeños. Usaba una musculosa blanca debajo de la
chaqueta del club. Se podía decir por
sus parches en la espalda
que era de los
nuevos. Se tomaba su tiempo, haciendo tareas simples, de baja categoría, mientras
se
ganaba
su camino hasta las filas a la membresía plena.
Que sea nuevo
significaba que estaba probándose. Tal vez los otros no habían tenido tiempo de
curtirlo. Sabía que ese club era importante, y que torturaba a todo aquel que se le
opusiera. Lo sabía demasiado bien. Pero tal vez este chico, Patrice, era bueno.
Tal
vez.
—¿Algo más? —dijo él.
Tal vez
era bueno, pero tal vez no. Tal vez estaba actuando. Tal vez jugaba
con ella, divirtiéndose, haciendo que confíe en él por algo. Usualmente no hubiera
sido tan desconfiada de alguien, pero dadas las circunstancias, se cuidaba.
—No —dijo ella.
Patrice se encogió de hombros. La miró un segundo antes de pararse e irse.
Lo vio marcharse. Lo tuvo que suponer. Sabía que su mente no funcionaba
correctamente, no pensaba con claridad. No sabía si se estaba volviendo loca por
querer ser amiga de
Patrice, o por
actuar frívola enfrente de él. Tal vez lo estaba
provocando. Si realmente quería ser su amigo tenía que hacer todo lo posible para
demostrarlo. Necesitaba uno desesperadamente. Podría darle de comer, bañarla,
hacerle saber hacia dónde iban.
Pero luego, ¿cómo podía confiar en este lugar? Después de todo lo pasado,
no podía siquiera considerarlo. Tendría que
haber estado
buscando la manera de
cortarle el cuello a Patrice, no preguntarse si confiaría o no en él.
Rose había perdido la noción del tiempo desde que Fat Boy la violó. Un día,
dos.
—¿Estás bien?
Era Patrice. Estaba a salvo, por ahora.
Ella no vio a Fat Boy
desde la noche
en que la había violado. Sería demasiado pronto.
Miró a Patrice. Actuaba amablemente pero igual le temía. Sabía que si para
Fat Boy
había sido tan
fácil, a los otros
guardias
no les iba a costar tanto. Sin
embargo, no sentía lo mismo de Patrice. Deseaba poder confiar en él.
—Estoy bien —dijo ella—. Sólo recordaba algo.
—Parece bastante intenso.
—Es un recuerdo intenso.
—¿Qué es?
Lo miró. Quería confiar en él. Moría por confiar en alguien, alguien a quien
poder decirle todo, un amigo. Pero sabía que era demasiado pronto. No sabía nada
de Patrice aparte de que era parte del club y que eso era suficiente para espantarla.
—Nada. No era nada.
Patrice asintió.
Le aflojó las cuerdas para que no se le clavaran tan
dolorosamente en la carne.
—¿Te sientes mejor? —dijo.
No sabía cómo
tomarlo. ¿Estaba tratando de ser bueno, simpático o
simplemente jugaba con ella?
La mayor parte del tiempo, Patrice se sentaba
fuera de su habitación en el
rellano.
Podía verlo cuando dejaba la puerta abierta. Su habitación
se encontraba
en algún piso de arriba mirando al estacionamiento. Más allá del terreno estaba la
ruta y luego árboles. Había árboles
por
todos lados. Estaba tan lejos de la
civilización, tan lejos, que se preguntaba si era capaz de escapar.
Patrice golpeó un poco la puerta antes de entrar. Ella pensó que era extraño,
sin sentido, incluso, considerando que estaba amarrada a la cama. Habían pasado
un par de horas desde la última vez que entró.
—¿Te encuentras bien? —preguntó.
No contestó. Era una pregunta un poco rara. Por supuesto
que no
se
encontraba bien.
Era una cautiva. Estaba cualquier cosa menos bien.
—Anda —dijo—. No tengas miedo, no te haré daño.
Lo miró. Sabía que debería intentar ser amistosa, tratar de mantener la mejor
relación posible con él. Lo sabía. Estaba cautiva, él era su guarda. Tenía absoluto
poder sobre ella. Pero algo dentro de ella se resistía. No podía intentar ser amable.
Después de todo lo que pasó, hacer amigos no era algo tan importante.
Pero sobrevivir sí, se dijo, y si quería hacerlo, necesitaba amigos. Le dio una
pequeña sonrisa a Patrice. Le costaba hacerlo, pero era suficiente. Entró a la
habitación.
—Puedo prender la TV, si quieres.
Ella no dijo nada. No pudo. No podía fingir que le gustaba, que todo estaba
bien. No podía hacer como si le gustara mirar televisión. ¡Había sido
violada! La
secuestraron. Había estado atada a una cama por tanto tiempo.
—Me vendría bien un poco de agua —dijo ella.
—Claro —comenta él—, claro que lo necesitas. Soy un idiota.
Fue al baño y volvió con un vaso de agua. Desajustó sus cuerdas pero aun
así estaba atada y la única manera de tomar era con su ayuda.
Se sentó a los pies de la cama y
puso
una mano detrás de su cabeza y la
ayudó a levantarse un poco. Ella se inclinó y bebió. Una línea de agua bajó por su
barbilla. Estaba muerta de sed. Sintió el agua fluyendo hacia su estómago y
revivió.
—¿Estás mejor? —preguntó.
Lo miró y apartó la vista rápidamente. No quería hacer amigos. No quería
ser una tonta. Estudiaba psicología. Sabía cómo los captores investigaban a los
cautivos. Patrice parecía simpático, pero las apariencias engañan. Era un chico
bueno pero luego aparecía en un club como ese.
Era un poco más joven que ella. Posiblemente veinte o veintiuno. Tenía el
cabello marrón corto y rulos pequeños. Usaba una musculosa blanca debajo de la
chaqueta del club. Se podía decir por
sus parches en la espalda
que era de los
nuevos. Se tomaba su tiempo, haciendo tareas simples, de baja categoría, mientras
se
ganaba
su camino hasta las filas a la membresía plena.
Que sea nuevo
significaba que estaba probándose. Tal vez los otros no habían tenido tiempo de
curtirlo. Sabía que ese club era importante, y que torturaba a todo aquel que se le
opusiera. Lo sabía demasiado bien. Pero tal vez este chico, Patrice, era bueno.
Tal
vez.
—¿Algo más? —dijo él.
Tal vez
era bueno, pero tal vez no. Tal vez estaba actuando. Tal vez jugaba
con ella, divirtiéndose, haciendo que confíe en él por algo. Usualmente no hubiera
sido tan desconfiada de alguien, pero dadas las circunstancias, se cuidaba.
—No —dijo ella.
Patrice se encogió de hombros. La miró un segundo antes de pararse e irse.
Lo vio marcharse. Lo tuvo que suponer. Sabía que su mente no funcionaba
correctamente, no pensaba con claridad. No sabía si se estaba volviendo loca por
querer ser amiga de
Patrice, o por
actuar frívola enfrente de él. Tal vez lo estaba
provocando. Si realmente quería ser su amigo tenía que hacer todo lo posible para
demostrarlo. Necesitaba uno desesperadamente. Podría darle de comer, bañarla,
hacerle saber hacia dónde iban.
Pero luego, ¿cómo podía confiar en este lugar? Después de todo lo pasado,
no podía siquiera considerarlo. Tendría que
haber estado
buscando la manera de
cortarle el cuello a Patrice, no preguntarse si confiaría o no en él.
mariateresa- Mensajes : 1841
Fecha de inscripción : 10/01/2017
Edad : 47
Localización : CHILE
Re: Lectura #1 Junio 2017
NO SE SI VA A PAGAR POR VIOLARLA ANTES QUE EL PREZ ESPEREMOS QUE SI.wordsofthisgirl escribió:Presiento sufrimiento y revoltijo mental!!
Espero que lo maten por haberla tocado; rayos incluso al saber que su destino iba a ser asi y el solo lo adelanto, que asco de persona!!
EN LO QUE TIENES BASTANTE RAZON ES EN EL SUFRIMIENTO Y EL REVOLTIJO MENTAL.
mariateresa- Mensajes : 1841
Fecha de inscripción : 10/01/2017
Edad : 47
Localización : CHILE
Re: Lectura #1 Junio 2017
SII SE SUPONÍA QUE EL PRESIDENTE ERA EL PRIMERO EN PROBAR LA MERCANCÍA Y EL DESOBEDECIÓ ESPEREMOS QUE TENGA SU CASTIGOjymm escribió:que desgraciado , ojala que le hagan algo, se supone que solo iba a vigilarla y no a tocarla.
mariateresa- Mensajes : 1841
Fecha de inscripción : 10/01/2017
Edad : 47
Localización : CHILE
Re: Lectura #1 Junio 2017
NOOO, NO TIRES TU PC TIENES QUE SEGUIR LEYENDO PERO ADVIERTO QUE NO HAY NADA BONITO EN LO QUE SIGUE.Ross L de Mellark escribió:Cap 2
Padre santo, este libro sera dificil de dijerir.
Que e spantoso todo lo que sucede. No se si llorar o tirar la pc
mariateresa- Mensajes : 1841
Fecha de inscripción : 10/01/2017
Edad : 47
Localización : CHILE
Re: Lectura #1 Junio 2017
gracias mariateresa, me ponen nerviosa tus comentarios
Tatine- Mensajes : 1561
Fecha de inscripción : 03/01/2016
Re: Lectura #1 Junio 2017
Uhm Patrice parece amable, pero considerando que es un motero no confiaría en él. Rose pudo hablar y decir lo que Fat boy le hizo, quizás no le creían o quizás sí. Se supone que el prez sería el primero en tocarla ¿no?
Re: Lectura #1 Junio 2017
No se que pensar o que comentar D:
Primero que nada, gracias por el capi!
Ahora, por un lado me alegra saber que ya pudo hablar y contar un poco de lo que le sucedió. Y Patrick, se ve buena onda y todo, pero creo que no deberíamos de confiarnos mucho.
'Sra. Maddox!
micafp_2530- Mensajes : 1884
Fecha de inscripción : 26/02/2017
Edad : 30
Localización : Entre las páginas de un libro...
Re: Lectura #1 Junio 2017
Cap 1 al 3
Por Dior eso esta muy fuerte, aunque me gustaria saber lo anterior, ¿como la contactaron? ¿Que le dijeron para que fuera?
y como es ue no se dieron cuenta de que la violo?7
A ver si ni estomago aguanta toda la historia
Por Dior eso esta muy fuerte, aunque me gustaria saber lo anterior, ¿como la contactaron? ¿Que le dijeron para que fuera?
y como es ue no se dieron cuenta de que la violo?7
A ver si ni estomago aguanta toda la historia
Veritoj.vacio- Mensajes : 2400
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Edad : 52
Re: Lectura #1 Junio 2017
Demonios con los primeros capítulos!!
Sabía que iba a empezar fuerte, pero sinceramente me superó. Sentí asco, repulsión, Dios!! Pensar que cosas así pasan en la vida real, más en estos momentos de inseguridad que estamos pasando como mujeres...
Volviendo a esto, espero que el que ese maldito no volviera en los días siguientes signifique que alguno de los demás se enteró y recibió su merecido!! Patrick parece, no sé si decirle bueno, pero por lo menos, mejor que el otro...
Gracias por estos primeros tres capis, rangos!
Sabía que iba a empezar fuerte, pero sinceramente me superó. Sentí asco, repulsión, Dios!! Pensar que cosas así pasan en la vida real, más en estos momentos de inseguridad que estamos pasando como mujeres...
Volviendo a esto, espero que el que ese maldito no volviera en los días siguientes signifique que alguno de los demás se enteró y recibió su merecido!! Patrick parece, no sé si decirle bueno, pero por lo menos, mejor que el otro...
Gracias por estos primeros tres capis, rangos!
LuVelitta- Mensajes : 3002
Fecha de inscripción : 28/08/2016
Edad : 35
Localización : Perdida en el medio de la nada...
Re: Lectura #1 Junio 2017
Cap 3
Patrice será aliado o que? ahhhh por que tan pocos capítulos esto si es tortura.!
Siendo psicóloga cómo hará para salir de esto?
Patrice será aliado o que? ahhhh por que tan pocos capítulos esto si es tortura.!
Siendo psicóloga cómo hará para salir de esto?
Invitado,Te interesan más lecturas como esta buscanos en ACUALAND
Atómic_Mellark- Mensajes : 1172
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Re: Lectura #1 Junio 2017
Por lo menos alguien se porta amable con ella y pudo descansar sus brazos al aflojarle las cuerdas
yiniva- Mensajes : 4916
Fecha de inscripción : 26/04/2017
Edad : 33
Re: Lectura #1 Junio 2017
4
Rose se debe de haber quedado dormida porque oscurecía
cuando se dio
cuenta de que alguien entraba en la habitación.
—Patrice —dijo, pero tan pronto cuando lo dijo deseó no haberlo hecho.
Era peligroso dar algo. ¿Qué pasa si no era Patrice? ¿Y si era y él se dio
cuenta que ella se estaba haciendo dependiente de él? Era sólo una perspectiva. ¿Y
si era el presidente de la sección y él pensó que ella y Patrice se estaban
involucrando? Ella entraría en todo tipo de problema para ser satisfecha, por usar
su nombre así.
—Soy yo.
Gracias a Dios, pensó Rose. Estaba tan aterrorizada de que Fat Boy volviera.
Había sido de noche cuando la había violado. ¿Y si él iba a mirarla durante la
noche de nuevo? ¿Y si volvía cada noche para violarla? Eso sería un infierno peor
que la muerte. Patrice la había observado todo el día. Él no podría estar de guardia
para siempre, sin embargo. Alguien tendría que venir y relevarlo pronto.
—Hola —dijo ella.
Era extraño. Sonaba demasiado informal.
¿Por qué ella le iba a estar
diciendo hola? No se sentía bien.
Era
su prisionera. Él se había
sentado en la
puerta de su habitación durante horas, fumando cigarrillos.
—Hola —dijo él y sonrió—. Sólo estoy comprobando para ver cómo te estás
levantando.
Se preguntó qué debería decir a eso.
No la habían dejado levantarse de la
cama durante tanto tiempo que no estaba segura de si sus miembros se moverían.
No había ido al baño desde que había sido capturada. Sus muñecas y tobillos
quemaban cada vez que se movía.
—No me importaría usar el baño —dijo.
Él asintió. —Me preguntaba cuanto pasaría hasta que pidieras ir.
—He estado acostada aquí durante días.
—Probablemente quieres ducharte también.
Lo miró para ver si estaba siendo sincero. Por lo que ella sabía, él lo era.
—¿Tú crees que podría hacerlo?
Patrice miró su reloj. —Son las siete y media. Te vigilo hasta las nueve.
Rose podía sentir su corazón latiendo en su pecho. No podía creer que él en
realidad podría dejarla hasta lavarse.
—¿Quién viene a las nueve? —dijo.
Estaba asusta. ¿Y si era Fat Boy?
—No lo sé.
Ella asintió. —Realmente podría usar el baño —dijo.
Patrice la miró. Él miró su reloj otra vez. Lo levantó.
—¿Se te permite dejarme?
—No lo creo —dijo él—. No tengo que desatarte para nada.
—¿Qué piensan que voy a hacer? —dijo ella.
Patrice se encogió de hombros. —Escapar, supongo.
Rose lo miró. Era obvio que no iba a ir a ningún lado. Una vez que la desate
apenas sería capaz de mantenerse en pie sin ayuda.
—No voy a escapar.
Patrice asintió. —Está bien —dijo—. Puedes usar el baño, el lavabo, pero es
mejor que no te duches. No quiero meterme en problemas.
Rose lo miró. —Gracias —dijo.
Patrice era sorprendentemente suave cuando le desató las cuerdas de
alrededor de sus muñecas y tobillos.
—Bien —dijo cuándo las cuerdas estaban flojas—. Eres libre.
Ella parpadeó.
—Quiero decir, de usar el baño.
Asintió. Esperó
un momento antes de levantarse. Habían pasado días. No
quería precipitarse. Relajó
sus músculos y movió los brazos y las piernas
lentamente. Estaban rígidos y la sangre fluía de nuevo en las extremidades,
que tenían la horrible sensación de hormigueo. Se movió un poco y esperó
a que el
hormigueo desapareciera.
—¿Estás bien? —dijo Patrice.
—Estoy bien
—dijo—. Sólo necesito un minuto para que la sensación
vuelva.
Él asintió. Cuando ella pensó que podía, se sentó en el borde de la cama y
pasó las piernas por un lado.
—Déjame ayudarte —dijo Patrice y se situó a un lado de ella.
Puso su mano debajo de su brazo y la ayudó a levantarse. Su apretón en su
cuerpo era firme. Se aferró a él para no perder el equilibrio.
—Gracias —dijo.
Él asintió. La soltó y ella caminó con cuidado hasta el baño.
—Rose —dijo cuando ella llegó a la puerta.
Miró hacia atrás. No tenía idea de que sabía su nombre.
—Realmente lo siento mucho por todo esto —dijo.
Ella sonrió con tristeza y después entró en el baño y cerró la puerta. Había
una ventana y no quería que pensara que estaba tratando de escapar así que no la
bloqueó.
—No voy a bloquearla —dijo en voz alta.
—De acuerdo.
—No entres.
Utilizó el baño y luego bajó la cremallera de su mono y se lo sacó de encima.
Se sentía bien quitar el cuero de su piel. Después de días, la tensión empezaba a ser
insoportable. No llevaba sujetador. No sabía dónde estaba. Fat boy no se lo había
puesto de nuevo después de lo que había hecho. Ella asumió que lo había arrojado.
Sin embargo, todavía llevaba bragas. Se las quitó. Estaba completamente desnuda.
Agarró la toalla de algodón de la puerta y corrió al fregadero. Cuando se hallaba
mojada la usó para limpiar su cuerpo entero. El agua se sentía tan bien, tan suave
contra su fría y húmeda piel. Miró el traje. No le gustaba la idea de ponérselo de
nuevo, pero no tenía otra opción. No podía salir a la calle desnuda.
Limpió
todo.
Trató de no pensar en Fat boy mientras se limpiaba con la
toalla sobre su vagina. Se vio obligada a acostarse
por horas con el hedor de él
todavía en ella. Revisó el armario por un cepillo de dientes y pasta, pero no había
ninguno. Se lavó la boca con jabón. No era agradable, pero era mejor que pensar en el beso que le había dado Fat boy. Se lavó el cuerpo lo mejor que pudo y bebió
agua tanto como pudo de la llave. Luego de mala gana se puso de nuevo el traje de
carreras y se subió la cremallera. Si había un bloque en el zip con mucho gusto lo
hubiera utilizado. Estaba empezando a preocuparse sobre quien la estaría
custodiando por la noche. Tenía miedo de cuyas manos horribles podían quitar ese
traje en la oscuridad.
Rose se debe de haber quedado dormida porque oscurecía
cuando se dio
cuenta de que alguien entraba en la habitación.
—Patrice —dijo, pero tan pronto cuando lo dijo deseó no haberlo hecho.
Era peligroso dar algo. ¿Qué pasa si no era Patrice? ¿Y si era y él se dio
cuenta que ella se estaba haciendo dependiente de él? Era sólo una perspectiva. ¿Y
si era el presidente de la sección y él pensó que ella y Patrice se estaban
involucrando? Ella entraría en todo tipo de problema para ser satisfecha, por usar
su nombre así.
—Soy yo.
Gracias a Dios, pensó Rose. Estaba tan aterrorizada de que Fat Boy volviera.
Había sido de noche cuando la había violado. ¿Y si él iba a mirarla durante la
noche de nuevo? ¿Y si volvía cada noche para violarla? Eso sería un infierno peor
que la muerte. Patrice la había observado todo el día. Él no podría estar de guardia
para siempre, sin embargo. Alguien tendría que venir y relevarlo pronto.
—Hola —dijo ella.
Era extraño. Sonaba demasiado informal.
¿Por qué ella le iba a estar
diciendo hola? No se sentía bien.
Era
su prisionera. Él se había
sentado en la
puerta de su habitación durante horas, fumando cigarrillos.
—Hola —dijo él y sonrió—. Sólo estoy comprobando para ver cómo te estás
levantando.
Se preguntó qué debería decir a eso.
No la habían dejado levantarse de la
cama durante tanto tiempo que no estaba segura de si sus miembros se moverían.
No había ido al baño desde que había sido capturada. Sus muñecas y tobillos
quemaban cada vez que se movía.
—No me importaría usar el baño —dijo.
Él asintió. —Me preguntaba cuanto pasaría hasta que pidieras ir.
—He estado acostada aquí durante días.
—Probablemente quieres ducharte también.
Lo miró para ver si estaba siendo sincero. Por lo que ella sabía, él lo era.
—¿Tú crees que podría hacerlo?
Patrice miró su reloj. —Son las siete y media. Te vigilo hasta las nueve.
Rose podía sentir su corazón latiendo en su pecho. No podía creer que él en
realidad podría dejarla hasta lavarse.
—¿Quién viene a las nueve? —dijo.
Estaba asusta. ¿Y si era Fat Boy?
—No lo sé.
Ella asintió. —Realmente podría usar el baño —dijo.
Patrice la miró. Él miró su reloj otra vez. Lo levantó.
—¿Se te permite dejarme?
—No lo creo —dijo él—. No tengo que desatarte para nada.
—¿Qué piensan que voy a hacer? —dijo ella.
Patrice se encogió de hombros. —Escapar, supongo.
Rose lo miró. Era obvio que no iba a ir a ningún lado. Una vez que la desate
apenas sería capaz de mantenerse en pie sin ayuda.
—No voy a escapar.
Patrice asintió. —Está bien —dijo—. Puedes usar el baño, el lavabo, pero es
mejor que no te duches. No quiero meterme en problemas.
Rose lo miró. —Gracias —dijo.
Patrice era sorprendentemente suave cuando le desató las cuerdas de
alrededor de sus muñecas y tobillos.
—Bien —dijo cuándo las cuerdas estaban flojas—. Eres libre.
Ella parpadeó.
—Quiero decir, de usar el baño.
Asintió. Esperó
un momento antes de levantarse. Habían pasado días. No
quería precipitarse. Relajó
sus músculos y movió los brazos y las piernas
lentamente. Estaban rígidos y la sangre fluía de nuevo en las extremidades,
que tenían la horrible sensación de hormigueo. Se movió un poco y esperó
a que el
hormigueo desapareciera.
—¿Estás bien? —dijo Patrice.
—Estoy bien
—dijo—. Sólo necesito un minuto para que la sensación
vuelva.
Él asintió. Cuando ella pensó que podía, se sentó en el borde de la cama y
pasó las piernas por un lado.
—Déjame ayudarte —dijo Patrice y se situó a un lado de ella.
Puso su mano debajo de su brazo y la ayudó a levantarse. Su apretón en su
cuerpo era firme. Se aferró a él para no perder el equilibrio.
—Gracias —dijo.
Él asintió. La soltó y ella caminó con cuidado hasta el baño.
—Rose —dijo cuando ella llegó a la puerta.
Miró hacia atrás. No tenía idea de que sabía su nombre.
—Realmente lo siento mucho por todo esto —dijo.
Ella sonrió con tristeza y después entró en el baño y cerró la puerta. Había
una ventana y no quería que pensara que estaba tratando de escapar así que no la
bloqueó.
—No voy a bloquearla —dijo en voz alta.
—De acuerdo.
—No entres.
Utilizó el baño y luego bajó la cremallera de su mono y se lo sacó de encima.
Se sentía bien quitar el cuero de su piel. Después de días, la tensión empezaba a ser
insoportable. No llevaba sujetador. No sabía dónde estaba. Fat boy no se lo había
puesto de nuevo después de lo que había hecho. Ella asumió que lo había arrojado.
Sin embargo, todavía llevaba bragas. Se las quitó. Estaba completamente desnuda.
Agarró la toalla de algodón de la puerta y corrió al fregadero. Cuando se hallaba
mojada la usó para limpiar su cuerpo entero. El agua se sentía tan bien, tan suave
contra su fría y húmeda piel. Miró el traje. No le gustaba la idea de ponérselo de
nuevo, pero no tenía otra opción. No podía salir a la calle desnuda.
Limpió
todo.
Trató de no pensar en Fat boy mientras se limpiaba con la
toalla sobre su vagina. Se vio obligada a acostarse
por horas con el hedor de él
todavía en ella. Revisó el armario por un cepillo de dientes y pasta, pero no había
ninguno. Se lavó la boca con jabón. No era agradable, pero era mejor que pensar en el beso que le había dado Fat boy. Se lavó el cuerpo lo mejor que pudo y bebió
agua tanto como pudo de la llave. Luego de mala gana se puso de nuevo el traje de
carreras y se subió la cremallera. Si había un bloque en el zip con mucho gusto lo
hubiera utilizado. Estaba empezando a preocuparse sobre quien la estaría
custodiando por la noche. Tenía miedo de cuyas manos horribles podían quitar ese
traje en la oscuridad.
mariateresa- Mensajes : 1841
Fecha de inscripción : 10/01/2017
Edad : 47
Localización : CHILE
Re: Lectura #1 Junio 2017
Y pobre, de verdad que suplicio, ya ni siquiera piensa en escapar o mas bien si lo hace sabe que será peor.
Este Patrick me tiene intrigada, ¿es aliado o espia?
Gracias por el capi.
Este Patrick me tiene intrigada, ¿es aliado o espia?
Gracias por el capi.
Veritoj.vacio- Mensajes : 2400
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Edad : 52
Re: Lectura #1 Junio 2017
Después de días en la cama atada sin poder moverse ni aliviarse, ni siquiera limpiarse... Sinceramente es para admirar su fuerza, yo estaría histérica...
Gracias por el cap!
Gracias por el cap!
LuVelitta- Mensajes : 3002
Fecha de inscripción : 28/08/2016
Edad : 35
Localización : Perdida en el medio de la nada...
Re: Lectura #1 Junio 2017
Pobrecita
Ya ni esperanzas de poder escapar tiene, es que todo aquí está muy feo.
No lo sé, yo estaría en shock o ya me hubiera dado algo. Esta chica puede con todo.
Espero que pronto las cosas mejoren.
'Sra. Maddox!
micafp_2530- Mensajes : 1884
Fecha de inscripción : 26/02/2017
Edad : 30
Localización : Entre las páginas de un libro...
Re: Lectura #1 Junio 2017
Hasta ahora Patrice la ha respetado, aunque no nos podems confiar mucho de el!!
El futuro de Rose en este punto es incierto!
Mil gracias
El futuro de Rose en este punto es incierto!
Mil gracias
Re: Lectura #1 Junio 2017
Tal vez Patrice no es tal malo, el es bueno con ella, esperemos que no regrese Fat Boy
yiniva- Mensajes : 4916
Fecha de inscripción : 26/04/2017
Edad : 33
Re: Lectura #1 Junio 2017
Me pregunto porque Rose no intenta escapar... Si, dijeron que si lo hace la matan, pero ¿No es la muerte mejor que lo que le espera? Cómo es que ser violada y humillada es algo mejor...
Re: Lectura #1 Junio 2017
5
Patrice la sujetó de nuevo a la cama cuando ella salió del baño. Le dio las
gracias por dejarla limpiarse.
—Es lo menos que puedo hacer —dijo.
Ella asintió.
—¿Hay algo más que necesites?
Se sentía mal.
No quería crear una relación de dependencia con él. No
quería que empezara a pensar en ella como su chica. Había tantas cosas que
necesitaba. Necesitaba un cepillo de dientes y pasta dentífrica, ropa limpia y ropa
interior, desodorante, alimentos, agua, todo, pero decidió no pedírselo. No podía
ponerse en esa posición. No podía permitirse sentir como que le debía algo. Tenía
demasiado poder sobre ella.
—No —dijo Rose—, no necesito nada.
Yacía sobre su espalda y lo miró. Por un momento, la forma en que la
miraba, pensó que tal vez algo le había pasado por la cabeza. Algo oscuro y
siniestro. Le recordaba la mirada que Fat Boy le había dado antes de violarla.
Era
tan vulnerable en este lugar, tenía que recordar eso, cualquier persona podría
volverse en contra de ella.
Le recordó que no importa cuánta
bondad Patrice le mostrara, tenía que
tener cuidado. Tenía que mantener la guardia en alto. Era tan vulnerable atada a la
cama de esa manera, que todo podría pasar.
—Mejor me voy a esperar afuera —dijo Patrice.
Se preguntó si él estaba esperando afuera para alejarse de la tentación. Tal
vez fue difícil para él tener que verla así, atada a la cama. Tal vez era tentador para
él verla tan vulnerable. Sería tan fácil para él hacer algo con ella. Había sido tan
fácil para Fat Boy.
Se estremeció cuando
Patrice
salió de la habitación. La situación era grave.
¿Cómo podía sobrevivir así? Ni siquiera sabía
quién iba a estar vigilándola ésta
noche. ¿Y si era Fat Boy?
Afuera oyó sonar el móvil de Patrice. Habló por teléfono durante unos
minutos y luego volvió a entrar en la habitación.
—Serge, el vice-presidente de la sección de Val-d'Or, ¿lo conoces?
—No realmente —dijo Rose.
—Bueno, él está en camino.
Rose no dijo nada. Se dio cuenta por la forma en que Patrice le hablaba que
estaba preocupado. La estaba advirtiendo.
—Serge es un tipo duro —continuó Patrice—. Puede ser impredecible.
Ella asintió.
Se sentía
agradecida por la advertencia, pero no estaba segura
de lo que pudiera hacer al respecto. Se encontraba atada a una cama. Todo lo que
la advertencia de Patrice estaba haciendo era asustarla.
—Trata de no molestarlo. Él puede ser agradable. Trata de permanecer en su
lado bueno.
Rose asintió. Ese era el juego, parecía. Tenía que tratar de mantenerse en el
lado bueno de todo el mundo, mientras estaba atada a una cama y
era
violada
periódicamente por uno de los guardias. No hay muchas posibilidades de ganar
un juego así, pensó.
Oyó la motocicleta de Serge entrando en el aparcamiento y un minuto más
tarde
se encontraba
en el rellano junto a su puerta. Le dijo a Patrice que estaba
fuera de servicio y luego entró en el dormitorio. No llamó por primera vez como
había hecho Patrice. Sólo entró.
Encendió la luz para obtener una mejor visión de ella. Rose estaba asustada.
Lo miró, Serge Gauthier, el vice-presidente del capítulo de Val-d'Or del CMDR. Él
era notorio. Había oído su nombre antes. Incluso en Montreal las personas sabían
de él. El CMDR había estado haciendo un nombre de una manera grande, que
habían acabado con la mayoría de los otros clubes de motociclistas de la ciudad
cerca de diez años antes, y cualquier persona conectada a ellos sabía de Serge
Gauthier. En algunos círculos se le consideraba como una leyenda viva. En otros, la
gente hablaba de él como si fuera el mismo diablo. Rose había oído tantas historias,
historias impactantes, que ya no sabía qué creer.
Estaba bien construido, como un luchador, con la chaqueta de cuero negro
de la CMDR sobre una camiseta blanca y jeans rotos. Él tenía probablemente unos
cuarenta años, pero parecía más joven. Tenía el comienzo
de una barba oscura, la
cabeza rapada y ojos penetrantes que se lanzaban por la habitación como un
halcón.
Rose sabía tan pronto como puso sus ojos en él que al menos algunas de las
historias que había oído deben haber sido ciertas. Tenía el aspecto de un
asesino,
un depredador.
—Soy Serge Gauthier —dijo—. El vicepresidente de aquí en Val-d'Or. Soy la
razón por la que estás cautiva.
Rose no sabía qué decir. Estaba aterrorizada del hombre que
se encontraba
de pie frente a ella. Se quitó la chaqueta y podía
ver los tatuajes en sus brazos
musculosos y cuello. Fue una verdadera pieza de trabajo.
—Te equivocas —dijo ella.
Sabía que no iba a antagonizar a Serge pero no podía evitarlo. Había pasado
por demasiado.
—¿Qué dijiste?
—No eres la razón por la que estoy aquí. Rex Savage lo es. Y un día le
cortaré la garganta.
Serge la miró por un momento, y luego se echó a reír.
—Esas son unas grandes palabras de una chica que está atada a una cama.
Rose se encogió de hombros. Lo decía en serio.
—Bueno —continuó Serge—. Nunca he sido un hombre que se interpusiera
entre alguien y la venganza que busca. Si dices que obtendrás a Rex por lo que te
ha hecho, puedo respetar eso. Y tal vez un día incluso lo harás. Pero ahora tienes
obligaciones más apremiantes.
—¿Qué quieres decir?
—La razón por la que te estoy manteniendo aquí es porque vas a trabajar
para mí.
—Nunca voy a trabajar para el CMDR. Mi padre era un Sioux Ranger. Él era
uno de los hombres con el que ustedes acabaron el Domingo Sangriento, hace diez años.
Serge asentía. Tiene que haber sabido todo esto ya. Probablemente a él no le
importaba. Los Sioux Rangers fueron sólo uno de los clubs de motociclistas rivales
que el CMDR había acabado en aquel entonces.
—Tengo una cadena de clubes de striptease a lo largo de las carreteras hasta
aquí. Todos los caminos hacia el norte de la ciudad, 117, 111, el Trans-Canadá, son
mis clubes de striptease en los que los camioneros paran.
—He oído hablar de ellos —dijo Rose.
—Ah, sí, ¿qué has oído?
—He oído que haces que las muchachas bailen en contra de su voluntad.
—Eso es correcto —dijo Serge—. Ese es el atractivo de ello. Obligamos a las
chicas.
—¿Dónde está el atractivo en eso?
Serge levantó las cejas y pensó por un segundo. —Realmente no lo sé —dijo
y le guiñó un ojo.
Se dio cuenta de que estaba siendo sarcástico.
—Supongo que algunos chicos se emocionan
—continuó—. Una cosa es
tener un baile de chica para ti. Otra muy distinta es saber que no tiene elección en
ello, que
está allí porque tiene que estarlo, porque está siendo forzada.
Esa es la
emoción que mis clubes ofrecen.
—Eso es enfermo.
Serge sonrió. —Sí —dijo, asintiendo—. Supongo que lo es.
Se acercó a la cama y la miró. Estaba asustada, pero también
se sentía
enojada. Llegó
a un punto en el que estaba empezando a preocuparse menos y
menos acerca de lo que le pasó. Después de lo que Fat Boy hizo, sabía que todo era
posible, que Serge podría hacerle cualquier cosa, él podría violarla, pero también
sabía que ya había pasado por eso. ¿Qué cosa nueva podía hacer que ella no había
experimentado ya?
Miraba sus pechos.
—Sé lo que estás pensando —dijo ella.
Serge la miró. Extendió su mano a la cremallera de su traje.
—Es mi trabajo
—dijo—. Tengo que ver los productos antes de que pueda
ponerlos a trabajar.
Ella miró hacia otro lado. ¿Esto realmente iba a suceder de nuevo? Contuvo
el aliento cuando Serge abrió la cremallera en la parte delantera de su traje. Lo sacó
a la mitad, lo justo para abrirlo sobre el pecho y mirar sus maduros, pechos
expuestos.
Él dejó escapar un silbido.
—No está mal —dijo.
Rose no dijo nada.
Bajó la cremallera más, hasta sus bragas, y luego aparto la braga a un lado
para que pudiera ver su vagina. Él asintió mientras la miraba.
—Necesito que sepas que hay ciertas reglas mientras trabajes para mí.
Rose se negó a mirarlo. ¿Qué le importaba sobre sus reglas? Era una esclava.
Se veía obligada a trabajar para él.
—Mírame —dijo.
Simplemente no podía. Ya se cansó de que le dijeran qué hacer.
Se agachó y le agarró la cara y la hizo mirarlo. Al mismo tiempo que él
insertó un dedo en su vagina.
—Mejor que escuches —dijo Serge—. Vas a trabajar para mí durante mucho
tiempo. Eres joven en este momento, eres bonita, pero eso no va a durar para
siempre. Voy a ponerte en el más desolado, abandonado club de striptease en el
mundo entero. Vas a estar en la última parada en la carretera a ninguna parte. Los
únicos hombres que van a verte bailar son los madereros, mineros y camioneros.
Vas a olvidar lo que se siente al estar en una ciudad. Vas a olvidar lo que se siente
estar en una civilización. Vas a consumirte, año tras año, en mi club y nadie nunca
va a venir a salvarte. ¿Me escuchas?
Ella lo miró a los ojos y no vio nada más que oscuridad. Hubo un fiero
temperamento salvaje en Serge Gauthier y la asustó. No podía hablar.
Deslizó su dedo profundamente en su vagina y lo movió.
—Vas a volverte cada año más vieja y menos bella. El invierno dura mucho
tiempo aquí, y cuando cada primavera por fin llega, vas a ser menos valiosa. Ésta
belleza se desvanecerá. Envejecerás. Te convertirás en
una mujer vieja, cansada y
con
frío, amargada y sin amor, y aún así vas a trabajar para mí. Aún así me
perteneces. ¿Me escuchas?
Seguía sosteniendo su cara en su mano fuerte y la apretó hasta que le dolía.
Apretó el dedo aún más lejos en su
vagina y lo retorció. Exhaló y cerró los ojos y
trató de reprimir un gemido. Luego los abrió y miró.
—Te escucho —dijo, con lágrimas en sus ojos.
—Nunca vas a salir de aquí, Rose. Vas a hacer lo que yo digo, cuando lo
digo, y no vas a sobrevivir si no lo haces. Vas a bailar alrededor de un poste sucio,
en un club sucio, para los hombres sucios que van ahí. Voy a tomar tus propinas.
Voy a tomar tu dinero. No tendrás nada. Vas a ser nada. Y nunca escaparás. Soy
dueño de la policía en esta ciudad. Soy dueño de la policía de la ciudad más
cercana. Son cientos de kilómetros para llegar de nuevo a la civilización y nunca lo
conseguirías si corres, ¿entiendes?
—Sí —dijo ella.
—Sí, ¿qué?
—Sí, señor.
Serge asintió.
—Bueno. Ahora me he enterado de que has estado
comportándote bien. No has tratado de escapar. No has dado a ninguno de tus
guardias cualquier apuro. Eso es bueno. Si me entero de lo contrario, vas a desear
no haber nacido, ¿entiendes?
Ella asintió de nuevo. Serge le soltó la cara y sacó el dedo de su vagina. Puso
el dedo en su boca y lo chupó. Entonces le subió la cremallera y se giró para salir
de la habitación. Cuando llegó a la puerta se volvió hacia ella.
—Oh —dijo—, una cosa más. Incluso después de haber estado bailando por
todos esos años, incluso después de que todo el amor deje tus ojos, toda la belleza
salga de tu rostro, y que toda la vida deje tu frágil y viejo cuerpo, todavía bailaras
para mí. Vas a bailar para mí hasta que yo te mate.
Y se fue. Rose se quedó atónita. Ella sabía que su situación era mala, pero
hasta ese momento no se había dado cuenta de lo malo que era. Serge Gauthier
parecía saber exactamente lo que quería hacer con ella.
No sólo quería que ella sufriera, no sólo
quería romper su espíritu y
asegurarse de que no tratara de escapar, sino que quería asegurarse de que ella no
tenía absolutamente ninguna esperanza. Él quería ser
su
dueño en todos los
sentidos de la palabra.
Quería romperla.
Patrice la sujetó de nuevo a la cama cuando ella salió del baño. Le dio las
gracias por dejarla limpiarse.
—Es lo menos que puedo hacer —dijo.
Ella asintió.
—¿Hay algo más que necesites?
Se sentía mal.
No quería crear una relación de dependencia con él. No
quería que empezara a pensar en ella como su chica. Había tantas cosas que
necesitaba. Necesitaba un cepillo de dientes y pasta dentífrica, ropa limpia y ropa
interior, desodorante, alimentos, agua, todo, pero decidió no pedírselo. No podía
ponerse en esa posición. No podía permitirse sentir como que le debía algo. Tenía
demasiado poder sobre ella.
—No —dijo Rose—, no necesito nada.
Yacía sobre su espalda y lo miró. Por un momento, la forma en que la
miraba, pensó que tal vez algo le había pasado por la cabeza. Algo oscuro y
siniestro. Le recordaba la mirada que Fat Boy le había dado antes de violarla.
Era
tan vulnerable en este lugar, tenía que recordar eso, cualquier persona podría
volverse en contra de ella.
Le recordó que no importa cuánta
bondad Patrice le mostrara, tenía que
tener cuidado. Tenía que mantener la guardia en alto. Era tan vulnerable atada a la
cama de esa manera, que todo podría pasar.
—Mejor me voy a esperar afuera —dijo Patrice.
Se preguntó si él estaba esperando afuera para alejarse de la tentación. Tal
vez fue difícil para él tener que verla así, atada a la cama. Tal vez era tentador para
él verla tan vulnerable. Sería tan fácil para él hacer algo con ella. Había sido tan
fácil para Fat Boy.
Se estremeció cuando
Patrice
salió de la habitación. La situación era grave.
¿Cómo podía sobrevivir así? Ni siquiera sabía
quién iba a estar vigilándola ésta
noche. ¿Y si era Fat Boy?
Afuera oyó sonar el móvil de Patrice. Habló por teléfono durante unos
minutos y luego volvió a entrar en la habitación.
—Serge, el vice-presidente de la sección de Val-d'Or, ¿lo conoces?
—No realmente —dijo Rose.
—Bueno, él está en camino.
Rose no dijo nada. Se dio cuenta por la forma en que Patrice le hablaba que
estaba preocupado. La estaba advirtiendo.
—Serge es un tipo duro —continuó Patrice—. Puede ser impredecible.
Ella asintió.
Se sentía
agradecida por la advertencia, pero no estaba segura
de lo que pudiera hacer al respecto. Se encontraba atada a una cama. Todo lo que
la advertencia de Patrice estaba haciendo era asustarla.
—Trata de no molestarlo. Él puede ser agradable. Trata de permanecer en su
lado bueno.
Rose asintió. Ese era el juego, parecía. Tenía que tratar de mantenerse en el
lado bueno de todo el mundo, mientras estaba atada a una cama y
era
violada
periódicamente por uno de los guardias. No hay muchas posibilidades de ganar
un juego así, pensó.
Oyó la motocicleta de Serge entrando en el aparcamiento y un minuto más
tarde
se encontraba
en el rellano junto a su puerta. Le dijo a Patrice que estaba
fuera de servicio y luego entró en el dormitorio. No llamó por primera vez como
había hecho Patrice. Sólo entró.
Encendió la luz para obtener una mejor visión de ella. Rose estaba asustada.
Lo miró, Serge Gauthier, el vice-presidente del capítulo de Val-d'Or del CMDR. Él
era notorio. Había oído su nombre antes. Incluso en Montreal las personas sabían
de él. El CMDR había estado haciendo un nombre de una manera grande, que
habían acabado con la mayoría de los otros clubes de motociclistas de la ciudad
cerca de diez años antes, y cualquier persona conectada a ellos sabía de Serge
Gauthier. En algunos círculos se le consideraba como una leyenda viva. En otros, la
gente hablaba de él como si fuera el mismo diablo. Rose había oído tantas historias,
historias impactantes, que ya no sabía qué creer.
Estaba bien construido, como un luchador, con la chaqueta de cuero negro
de la CMDR sobre una camiseta blanca y jeans rotos. Él tenía probablemente unos
cuarenta años, pero parecía más joven. Tenía el comienzo
de una barba oscura, la
cabeza rapada y ojos penetrantes que se lanzaban por la habitación como un
halcón.
Rose sabía tan pronto como puso sus ojos en él que al menos algunas de las
historias que había oído deben haber sido ciertas. Tenía el aspecto de un
asesino,
un depredador.
—Soy Serge Gauthier —dijo—. El vicepresidente de aquí en Val-d'Or. Soy la
razón por la que estás cautiva.
Rose no sabía qué decir. Estaba aterrorizada del hombre que
se encontraba
de pie frente a ella. Se quitó la chaqueta y podía
ver los tatuajes en sus brazos
musculosos y cuello. Fue una verdadera pieza de trabajo.
—Te equivocas —dijo ella.
Sabía que no iba a antagonizar a Serge pero no podía evitarlo. Había pasado
por demasiado.
—¿Qué dijiste?
—No eres la razón por la que estoy aquí. Rex Savage lo es. Y un día le
cortaré la garganta.
Serge la miró por un momento, y luego se echó a reír.
—Esas son unas grandes palabras de una chica que está atada a una cama.
Rose se encogió de hombros. Lo decía en serio.
—Bueno —continuó Serge—. Nunca he sido un hombre que se interpusiera
entre alguien y la venganza que busca. Si dices que obtendrás a Rex por lo que te
ha hecho, puedo respetar eso. Y tal vez un día incluso lo harás. Pero ahora tienes
obligaciones más apremiantes.
—¿Qué quieres decir?
—La razón por la que te estoy manteniendo aquí es porque vas a trabajar
para mí.
—Nunca voy a trabajar para el CMDR. Mi padre era un Sioux Ranger. Él era
uno de los hombres con el que ustedes acabaron el Domingo Sangriento, hace diez años.
Serge asentía. Tiene que haber sabido todo esto ya. Probablemente a él no le
importaba. Los Sioux Rangers fueron sólo uno de los clubs de motociclistas rivales
que el CMDR había acabado en aquel entonces.
—Tengo una cadena de clubes de striptease a lo largo de las carreteras hasta
aquí. Todos los caminos hacia el norte de la ciudad, 117, 111, el Trans-Canadá, son
mis clubes de striptease en los que los camioneros paran.
—He oído hablar de ellos —dijo Rose.
—Ah, sí, ¿qué has oído?
—He oído que haces que las muchachas bailen en contra de su voluntad.
—Eso es correcto —dijo Serge—. Ese es el atractivo de ello. Obligamos a las
chicas.
—¿Dónde está el atractivo en eso?
Serge levantó las cejas y pensó por un segundo. —Realmente no lo sé —dijo
y le guiñó un ojo.
Se dio cuenta de que estaba siendo sarcástico.
—Supongo que algunos chicos se emocionan
—continuó—. Una cosa es
tener un baile de chica para ti. Otra muy distinta es saber que no tiene elección en
ello, que
está allí porque tiene que estarlo, porque está siendo forzada.
Esa es la
emoción que mis clubes ofrecen.
—Eso es enfermo.
Serge sonrió. —Sí —dijo, asintiendo—. Supongo que lo es.
Se acercó a la cama y la miró. Estaba asustada, pero también
se sentía
enojada. Llegó
a un punto en el que estaba empezando a preocuparse menos y
menos acerca de lo que le pasó. Después de lo que Fat Boy hizo, sabía que todo era
posible, que Serge podría hacerle cualquier cosa, él podría violarla, pero también
sabía que ya había pasado por eso. ¿Qué cosa nueva podía hacer que ella no había
experimentado ya?
Miraba sus pechos.
—Sé lo que estás pensando —dijo ella.
Serge la miró. Extendió su mano a la cremallera de su traje.
—Es mi trabajo
—dijo—. Tengo que ver los productos antes de que pueda
ponerlos a trabajar.
Ella miró hacia otro lado. ¿Esto realmente iba a suceder de nuevo? Contuvo
el aliento cuando Serge abrió la cremallera en la parte delantera de su traje. Lo sacó
a la mitad, lo justo para abrirlo sobre el pecho y mirar sus maduros, pechos
expuestos.
Él dejó escapar un silbido.
—No está mal —dijo.
Rose no dijo nada.
Bajó la cremallera más, hasta sus bragas, y luego aparto la braga a un lado
para que pudiera ver su vagina. Él asintió mientras la miraba.
—Necesito que sepas que hay ciertas reglas mientras trabajes para mí.
Rose se negó a mirarlo. ¿Qué le importaba sobre sus reglas? Era una esclava.
Se veía obligada a trabajar para él.
—Mírame —dijo.
Simplemente no podía. Ya se cansó de que le dijeran qué hacer.
Se agachó y le agarró la cara y la hizo mirarlo. Al mismo tiempo que él
insertó un dedo en su vagina.
—Mejor que escuches —dijo Serge—. Vas a trabajar para mí durante mucho
tiempo. Eres joven en este momento, eres bonita, pero eso no va a durar para
siempre. Voy a ponerte en el más desolado, abandonado club de striptease en el
mundo entero. Vas a estar en la última parada en la carretera a ninguna parte. Los
únicos hombres que van a verte bailar son los madereros, mineros y camioneros.
Vas a olvidar lo que se siente al estar en una ciudad. Vas a olvidar lo que se siente
estar en una civilización. Vas a consumirte, año tras año, en mi club y nadie nunca
va a venir a salvarte. ¿Me escuchas?
Ella lo miró a los ojos y no vio nada más que oscuridad. Hubo un fiero
temperamento salvaje en Serge Gauthier y la asustó. No podía hablar.
Deslizó su dedo profundamente en su vagina y lo movió.
—Vas a volverte cada año más vieja y menos bella. El invierno dura mucho
tiempo aquí, y cuando cada primavera por fin llega, vas a ser menos valiosa. Ésta
belleza se desvanecerá. Envejecerás. Te convertirás en
una mujer vieja, cansada y
con
frío, amargada y sin amor, y aún así vas a trabajar para mí. Aún así me
perteneces. ¿Me escuchas?
Seguía sosteniendo su cara en su mano fuerte y la apretó hasta que le dolía.
Apretó el dedo aún más lejos en su
vagina y lo retorció. Exhaló y cerró los ojos y
trató de reprimir un gemido. Luego los abrió y miró.
—Te escucho —dijo, con lágrimas en sus ojos.
—Nunca vas a salir de aquí, Rose. Vas a hacer lo que yo digo, cuando lo
digo, y no vas a sobrevivir si no lo haces. Vas a bailar alrededor de un poste sucio,
en un club sucio, para los hombres sucios que van ahí. Voy a tomar tus propinas.
Voy a tomar tu dinero. No tendrás nada. Vas a ser nada. Y nunca escaparás. Soy
dueño de la policía en esta ciudad. Soy dueño de la policía de la ciudad más
cercana. Son cientos de kilómetros para llegar de nuevo a la civilización y nunca lo
conseguirías si corres, ¿entiendes?
—Sí —dijo ella.
—Sí, ¿qué?
—Sí, señor.
Serge asintió.
—Bueno. Ahora me he enterado de que has estado
comportándote bien. No has tratado de escapar. No has dado a ninguno de tus
guardias cualquier apuro. Eso es bueno. Si me entero de lo contrario, vas a desear
no haber nacido, ¿entiendes?
Ella asintió de nuevo. Serge le soltó la cara y sacó el dedo de su vagina. Puso
el dedo en su boca y lo chupó. Entonces le subió la cremallera y se giró para salir
de la habitación. Cuando llegó a la puerta se volvió hacia ella.
—Oh —dijo—, una cosa más. Incluso después de haber estado bailando por
todos esos años, incluso después de que todo el amor deje tus ojos, toda la belleza
salga de tu rostro, y que toda la vida deje tu frágil y viejo cuerpo, todavía bailaras
para mí. Vas a bailar para mí hasta que yo te mate.
Y se fue. Rose se quedó atónita. Ella sabía que su situación era mala, pero
hasta ese momento no se había dado cuenta de lo malo que era. Serge Gauthier
parecía saber exactamente lo que quería hacer con ella.
No sólo quería que ella sufriera, no sólo
quería romper su espíritu y
asegurarse de que no tratara de escapar, sino que quería asegurarse de que ella no
tenía absolutamente ninguna esperanza. Él quería ser
su
dueño en todos los
sentidos de la palabra.
Quería romperla.
mariateresa- Mensajes : 1841
Fecha de inscripción : 10/01/2017
Edad : 47
Localización : CHILE
Re: Lectura #1 Junio 2017
CHICAS DISCULPEN EL ATRASO EN EL CAPITULO TODO FUE POR MOTIVOS TÉCNICOS.
LES SUBO EL CAPITULO DE HOY.
GRACIAS A TODAS LAS QUE ME ESTÁN ACOMPAÑANDO EN ESTA LECTURA
LES SUBO EL CAPITULO DE HOY.
GRACIAS A TODAS LAS QUE ME ESTÁN ACOMPAÑANDO EN ESTA LECTURA
mariateresa- Mensajes : 1841
Fecha de inscripción : 10/01/2017
Edad : 47
Localización : CHILE
Página 2 de 6. • 1, 2, 3, 4, 5, 6
Temas similares
» Lectura #2 Junio 2017
» Lectura Junio 2018
» Lectura #1 Mayo 2017
» Lectura #2 Octubre 2017
» Lectura #1 Noviembre 2017
» Lectura Junio 2018
» Lectura #1 Mayo 2017
» Lectura #2 Octubre 2017
» Lectura #1 Noviembre 2017
Book Queen :: Biblioteca :: Lecturas
Página 2 de 6.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Ayer a las 21:20 por vientoyletras
» Cuenta Regresiva de 500 a 0
Lun 11 Nov - 21:47 por vientoyletras
» Cuenta de 1 en 1 hasta 100
Dom 10 Nov - 17:30 por johanaalove
» ABC de Nombres
Mar 5 Nov - 17:45 por citlalic_mm
» Di cómo te sientes con Emoticones
Mar 5 Nov - 17:42 por citlalic_mm
» ABC de Frutas y Verduras
Mar 5 Nov - 17:41 por citlalic_mm
» ABC de Todo
Mar 5 Nov - 17:41 por citlalic_mm
» Cuenta de 2 en 2 hasta 10.000
Vie 25 Oct - 13:12 por DESI
» Cuenta de 5 en 5 hasta 500
Mar 22 Oct - 16:26 por adricrisuruta