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Lectura #1 Junio 2017
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Book Queen :: Biblioteca :: Lecturas
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Re: Lectura #1 Junio 2017
6
Rose durmió muy mal. Tuvo pesadillas toda la noche. Veía la cara
fulminante de Serge Gauthier. Sus palabras le habían hecho mucho daño. Se
encontraba
asustada antes, aterrorizada incluso, pero desde que habló con él, se
sentía casi como si su espíritu se hubiera roto. Se había presentado a propósito
para arruinarla. Si se había sentido sin esperanza antes, ahora se sentía doblemente
sin esperanza.
En la mañana, hubo un ligero golpeteo en la puerta y entró Patrice. Rose casi
lloró al verlo. Sabía que se estaba permitiendo tenerle cariño, ser dependiente, y
eso era peligroso. Pero estaba tan desesperada que no pudo evitarlo.
—¡Patrice! —dijo ella.
—Rose, dios, te ves horrible.
Ella se sentía horrible.
—No pude dormir.
—¿Serge te hizo tener miedo?
Rose asintió. Hizo mucho más que eso. La aterrorizó.
—Dijo que yo estaría bailando en sus bares por el resto de mi vida.
Que
nunca escaparía y que nadie vendría a rescatarme nunca.
Que sería vieja y fea y
estaría arruinada, y aún así seguiría bailando para él.
Miró a Patrice. Tenía la esperanza de que le dijera que Serge
sólo había
tratado de asustarla, pero él no dijo nada.
—¿Es verdad? —dijo ella.
Patrice la miró. Estiró su brazo y empezó a desatar las cuerdas alrededor de
sus muñecas. Se sintió muy bien tener las dolorosas ataduras apartadas de su piel
en carne viva.
—¿Qué estás haciendo? —dijo.
—Serge dijo que podíamos quitarte las ataduras.
—¿De verdad?
—Sí —dijo Patrice.
Después de que hubo quitado las ataduras de las muñecas, abrió las cuerdas
de sus tobillos también. Rose se sentó y empezó a frotar sus muslos y brazos y dejó
que la sensación volviera a ellos.
—Eso debería mejorar —dijo Patrice.
Rose asintió. Mejoraba. Se sintió tan aliviada por ser desatada que pensó que
podría llorar.
—¿Puedo ducharme? —dijo.
Patrice asintió.
—Serge dijo que puedes ducharte y que deberíamos traerte ropa y cosas.
—Eso sería agradable —dijo ella en voz baja.
Patrice asintió. Ella lo dejó y entró al baño. Se sentía muy bien estar debajo
de la ducha, con el agua caliente fluyendo sobre su cuerpo. Sintió que
se
estaba
limpiando un poco del trauma que había sufrido en los pasados últimos días. Salió
de la ducha y se secó. No podía afrontar el hecho de volver a ponerse el traje de
cuero, no después de todos esos días de tenerlo sobre su piel. Se envolvió en la
toalla y volvió a salir al dormitorio.
Patrice estaba sentado en el sillón de la esquina de la habitación, fumando
un cigarrillo. Sus ojos se ampliaron cuando la vio envuelta en la toalla. Podía ver
sus piernas desde los muslos hasta abajo, y sus ojos se quedaron merodeando en
ella. Se había lavado con cuidado los cortes en sus muñecas y tobillos, y supo que
no le tomaría mucho tiempo curarse. Fue directo a la cama y, por primera vez, se
metió debajo de las mantas.
Era asombrosa la diferencia que hacía no estar atada. Durante tres días,
esa
cama había sido como una tortura. Ella había pensado que moriría recostada allí.
Ahora, desatada, debajo de las mantas, en realidad parecía un santuario. Se recostó
envuelta en su toalla debajo de las sábanas y se acurrucó en una posición que se
sintió muy cómoda.
—¿Estás bien? —le dijo Patrice.
Lo miró antes de responder. ¿Qué podía decir? ¿Estaba bien? Era una
pregunta absurda dada la situación.
—¿Es verdad? —dijo ella.
—Serge dijo que podíamos quitarte las ataduras.
—¿De verdad?
—Sí —dijo Patrice.
Después de que hubo quitado las ataduras de las muñecas, abrió las cuerdas
de sus tobillos también. Rose se sentó y empezó a frotar sus muslos y brazos y dejó
que la sensación volviera a ellos.
—Eso debería mejorar —dijo Patrice.
Rose asintió. Mejoraba. Se sintió tan aliviada por ser desatada que pensó que
podría llorar.
—¿Puedo ducharme? —dijo.
Patrice asintió.
—Serge dijo que puedes ducharte y que deberíamos traerte ropa y cosas.
—Eso sería agradable —dijo ella en voz baja.
Patrice asintió. Ella lo dejó y entró al baño. Se sentía muy bien estar debajo
de la ducha, con el agua caliente fluyendo sobre su cuerpo. Sintió que
se
estaba
limpiando un poco del trauma que había sufrido en los pasados últimos días. Salió
de la ducha y se secó. No podía afrontar el hecho de volver a ponerse el traje de
cuero, no después de todos esos días de tenerlo sobre su piel. Se envolvió en la
toalla y volvió a salir al dormitorio.
Patrice estaba sentado en el sillón de la esquina de la habitación, fumando
un cigarrillo. Sus ojos se ampliaron cuando la vio envuelta en la toalla. Podía ver
sus piernas desde los muslos hasta abajo, y sus ojos se quedaron merodeando en
ella. Se había lavado con cuidado los cortes en sus muñecas y tobillos, y supo que
no le tomaría mucho tiempo curarse. Fue directo a la cama y, por primera vez, se
metió debajo de las mantas.
Era asombrosa la diferencia que hacía no estar atada. Durante tres días,
esa
cama había sido como una tortura. Ella había pensado que moriría recostada allí.
Ahora, desatada, debajo de las mantas, en realidad parecía un santuario. Se recostó
envuelta en su toalla debajo de las sábanas y se acurrucó en una posición que se
sintió muy cómoda.
—¿Estás bien? —le dijo Patrice.
Lo miró antes de responder. ¿Qué podía decir? ¿Estaba bien? Era una
pregunta absurda dada la situación.
—¿Es verdad? —dijo ella.
—Si es verdad el qué.
—Lo que dijo Serge de ser forzada a bailar para los MC por el resto de mi
vida.
Patrice parecía triste al asentir.
—Ha habido otras como tú —dijo—. Muchas. Es la forma en que funciona la
CMDR. Capturan a las hijas de los motoristas que mataron en el pasado. Es una
forma que tienen de extender el miedo por sus enemigos. Tu padre
fue un Sioux
Ranger, ¿cierto?
Rose asintió tristemente. Su padre se retorcería sobre su tumba si hubiera
sabido qué le estaba pasando porque él fue un Ranger.
—Y secuestran a chicas como tú y las obligan a bailar, a desnudase.
—¿Y nunca las dejan ir?
—Por lo que he visto.
—¿Cómo pueden secuestrar a las chicas para siempre?
Patrice parecía genuinamente triste mientras le hablaba.
—Pueden hacer lo que sea que quieran. Controlan a la policía de Val-d’Or.
Estoy bastante seguro de que controlan a la policía de otras ciudades también. Nos
encontramos muy alejados de la civilización aquí, pero incluso en Montreal tienen
atrapado al alcalde y al jefe de policía. Realmente pueden hacer lo que quieran.
—¿Así que secuestran chicas que son hijas de los moteros que mataron en
las guerras?
—Sí, todos esos clubs fueron diezmados hace diez años, cuando estaban
ganando poder, mataron a muchas old ladies
2
.
—Sí, lo hicieron —dijo Rose. Ella había vivido esa época y sabía demasiado
bien lo que había pasado.
—Pero no fueron tras los hijos. Les hubiera gustado. Sí que mataron a
algunos.
—Lo sé —dijo Rose.
—Pero otros quedaron. No podía arriesgarse a crear una reacción violenta
pública. Dejaron que los hijos crecieran, pero ahora los están recogiendo. Matan a los chicos, si pueden encontrarlos y si parece que van a involucrar en la escena de
las motos.
—¿Y las chicas?
—Hacen que bailen. Hacen que sean strippers. Y Rose, nunca las dejan ir.
Creen en humillar a sus enemigos y en humillar el recuerdo de sus enemigos.
Hacer
que tú y las otras hijas bailen en sus clubs, es la máxima humillación que
pueden poner sobre los hombres que mataron.
Rose se estremeció. Era incluso peor de lo que había esperado. Los CMDR
no eran sólo unos MC malos, parecían ser verdaderos demonios.
—¿Y alguna chica ha escapado alguna vez? —dijo Rose.
Patrice miró a la puerta antes de responder. Era como si tuviera miedo de
que alguien entrase y los viera hablar. Negó con la cabeza. Rose supo qué era lo
que iba a decir antes de que lo dijera.
—Es la forma más segura de que te maten
—dijo—. Lo he visto pasar. He
visto a las chicas intentarlo. Algunas no pueden soportar la humillación, intentan
fugarse o hablan con alguien e intentan conseguir ayuda. Nunca funciona. Los MC
siempre las encuentran, siempre averiguan sus planes y las castigan brutalmente.
—¿Las matan?
—Usualmente puedes esperar una advertencia o dos. Una golpiza brutal.
Pero después de eso, si la chica sigue tratando de escapar, le disparan y la dejan en
una cuneta en algún lugar de la autopista. Así es como les gusta tratar a la gente.
Rose asintió.
—¿Realmente les disparan a las chicas?
—Eso es si tienen suerte
—dijo Patrice—. Nunca quieres ponerte en la lista
negra de Serge o de Deuce. Los he visto hacer cosas mucho peores que matar a una
chica. A veces sienten la necesidad de hacer un ejemplo con alguien y luego,
bueno, es un infierno. Es asqueroso. Es muy feo. Dejémoslo así.
2Mujer con estatus de novia/esposa de un miembro del MC. Algunos miembros del club creen en el
matrimonio hacia estas, mientras otros no
Rose durmió muy mal. Tuvo pesadillas toda la noche. Veía la cara
fulminante de Serge Gauthier. Sus palabras le habían hecho mucho daño. Se
encontraba
asustada antes, aterrorizada incluso, pero desde que habló con él, se
sentía casi como si su espíritu se hubiera roto. Se había presentado a propósito
para arruinarla. Si se había sentido sin esperanza antes, ahora se sentía doblemente
sin esperanza.
En la mañana, hubo un ligero golpeteo en la puerta y entró Patrice. Rose casi
lloró al verlo. Sabía que se estaba permitiendo tenerle cariño, ser dependiente, y
eso era peligroso. Pero estaba tan desesperada que no pudo evitarlo.
—¡Patrice! —dijo ella.
—Rose, dios, te ves horrible.
Ella se sentía horrible.
—No pude dormir.
—¿Serge te hizo tener miedo?
Rose asintió. Hizo mucho más que eso. La aterrorizó.
—Dijo que yo estaría bailando en sus bares por el resto de mi vida.
Que
nunca escaparía y que nadie vendría a rescatarme nunca.
Que sería vieja y fea y
estaría arruinada, y aún así seguiría bailando para él.
Miró a Patrice. Tenía la esperanza de que le dijera que Serge
sólo había
tratado de asustarla, pero él no dijo nada.
—¿Es verdad? —dijo ella.
Patrice la miró. Estiró su brazo y empezó a desatar las cuerdas alrededor de
sus muñecas. Se sintió muy bien tener las dolorosas ataduras apartadas de su piel
en carne viva.
—¿Qué estás haciendo? —dijo.
—Serge dijo que podíamos quitarte las ataduras.
—¿De verdad?
—Sí —dijo Patrice.
Después de que hubo quitado las ataduras de las muñecas, abrió las cuerdas
de sus tobillos también. Rose se sentó y empezó a frotar sus muslos y brazos y dejó
que la sensación volviera a ellos.
—Eso debería mejorar —dijo Patrice.
Rose asintió. Mejoraba. Se sintió tan aliviada por ser desatada que pensó que
podría llorar.
—¿Puedo ducharme? —dijo.
Patrice asintió.
—Serge dijo que puedes ducharte y que deberíamos traerte ropa y cosas.
—Eso sería agradable —dijo ella en voz baja.
Patrice asintió. Ella lo dejó y entró al baño. Se sentía muy bien estar debajo
de la ducha, con el agua caliente fluyendo sobre su cuerpo. Sintió que
se
estaba
limpiando un poco del trauma que había sufrido en los pasados últimos días. Salió
de la ducha y se secó. No podía afrontar el hecho de volver a ponerse el traje de
cuero, no después de todos esos días de tenerlo sobre su piel. Se envolvió en la
toalla y volvió a salir al dormitorio.
Patrice estaba sentado en el sillón de la esquina de la habitación, fumando
un cigarrillo. Sus ojos se ampliaron cuando la vio envuelta en la toalla. Podía ver
sus piernas desde los muslos hasta abajo, y sus ojos se quedaron merodeando en
ella. Se había lavado con cuidado los cortes en sus muñecas y tobillos, y supo que
no le tomaría mucho tiempo curarse. Fue directo a la cama y, por primera vez, se
metió debajo de las mantas.
Era asombrosa la diferencia que hacía no estar atada. Durante tres días,
esa
cama había sido como una tortura. Ella había pensado que moriría recostada allí.
Ahora, desatada, debajo de las mantas, en realidad parecía un santuario. Se recostó
envuelta en su toalla debajo de las sábanas y se acurrucó en una posición que se
sintió muy cómoda.
—¿Estás bien? —le dijo Patrice.
Lo miró antes de responder. ¿Qué podía decir? ¿Estaba bien? Era una
pregunta absurda dada la situación.
—¿Es verdad? —dijo ella.
—Serge dijo que podíamos quitarte las ataduras.
—¿De verdad?
—Sí —dijo Patrice.
Después de que hubo quitado las ataduras de las muñecas, abrió las cuerdas
de sus tobillos también. Rose se sentó y empezó a frotar sus muslos y brazos y dejó
que la sensación volviera a ellos.
—Eso debería mejorar —dijo Patrice.
Rose asintió. Mejoraba. Se sintió tan aliviada por ser desatada que pensó que
podría llorar.
—¿Puedo ducharme? —dijo.
Patrice asintió.
—Serge dijo que puedes ducharte y que deberíamos traerte ropa y cosas.
—Eso sería agradable —dijo ella en voz baja.
Patrice asintió. Ella lo dejó y entró al baño. Se sentía muy bien estar debajo
de la ducha, con el agua caliente fluyendo sobre su cuerpo. Sintió que
se
estaba
limpiando un poco del trauma que había sufrido en los pasados últimos días. Salió
de la ducha y se secó. No podía afrontar el hecho de volver a ponerse el traje de
cuero, no después de todos esos días de tenerlo sobre su piel. Se envolvió en la
toalla y volvió a salir al dormitorio.
Patrice estaba sentado en el sillón de la esquina de la habitación, fumando
un cigarrillo. Sus ojos se ampliaron cuando la vio envuelta en la toalla. Podía ver
sus piernas desde los muslos hasta abajo, y sus ojos se quedaron merodeando en
ella. Se había lavado con cuidado los cortes en sus muñecas y tobillos, y supo que
no le tomaría mucho tiempo curarse. Fue directo a la cama y, por primera vez, se
metió debajo de las mantas.
Era asombrosa la diferencia que hacía no estar atada. Durante tres días,
esa
cama había sido como una tortura. Ella había pensado que moriría recostada allí.
Ahora, desatada, debajo de las mantas, en realidad parecía un santuario. Se recostó
envuelta en su toalla debajo de las sábanas y se acurrucó en una posición que se
sintió muy cómoda.
—¿Estás bien? —le dijo Patrice.
Lo miró antes de responder. ¿Qué podía decir? ¿Estaba bien? Era una
pregunta absurda dada la situación.
—¿Es verdad? —dijo ella.
—Si es verdad el qué.
—Lo que dijo Serge de ser forzada a bailar para los MC por el resto de mi
vida.
Patrice parecía triste al asentir.
—Ha habido otras como tú —dijo—. Muchas. Es la forma en que funciona la
CMDR. Capturan a las hijas de los motoristas que mataron en el pasado. Es una
forma que tienen de extender el miedo por sus enemigos. Tu padre
fue un Sioux
Ranger, ¿cierto?
Rose asintió tristemente. Su padre se retorcería sobre su tumba si hubiera
sabido qué le estaba pasando porque él fue un Ranger.
—Y secuestran a chicas como tú y las obligan a bailar, a desnudase.
—¿Y nunca las dejan ir?
—Por lo que he visto.
—¿Cómo pueden secuestrar a las chicas para siempre?
Patrice parecía genuinamente triste mientras le hablaba.
—Pueden hacer lo que sea que quieran. Controlan a la policía de Val-d’Or.
Estoy bastante seguro de que controlan a la policía de otras ciudades también. Nos
encontramos muy alejados de la civilización aquí, pero incluso en Montreal tienen
atrapado al alcalde y al jefe de policía. Realmente pueden hacer lo que quieran.
—¿Así que secuestran chicas que son hijas de los moteros que mataron en
las guerras?
—Sí, todos esos clubs fueron diezmados hace diez años, cuando estaban
ganando poder, mataron a muchas old ladies
2
.
—Sí, lo hicieron —dijo Rose. Ella había vivido esa época y sabía demasiado
bien lo que había pasado.
—Pero no fueron tras los hijos. Les hubiera gustado. Sí que mataron a
algunos.
—Lo sé —dijo Rose.
—Pero otros quedaron. No podía arriesgarse a crear una reacción violenta
pública. Dejaron que los hijos crecieran, pero ahora los están recogiendo. Matan a los chicos, si pueden encontrarlos y si parece que van a involucrar en la escena de
las motos.
—¿Y las chicas?
—Hacen que bailen. Hacen que sean strippers. Y Rose, nunca las dejan ir.
Creen en humillar a sus enemigos y en humillar el recuerdo de sus enemigos.
Hacer
que tú y las otras hijas bailen en sus clubs, es la máxima humillación que
pueden poner sobre los hombres que mataron.
Rose se estremeció. Era incluso peor de lo que había esperado. Los CMDR
no eran sólo unos MC malos, parecían ser verdaderos demonios.
—¿Y alguna chica ha escapado alguna vez? —dijo Rose.
Patrice miró a la puerta antes de responder. Era como si tuviera miedo de
que alguien entrase y los viera hablar. Negó con la cabeza. Rose supo qué era lo
que iba a decir antes de que lo dijera.
—Es la forma más segura de que te maten
—dijo—. Lo he visto pasar. He
visto a las chicas intentarlo. Algunas no pueden soportar la humillación, intentan
fugarse o hablan con alguien e intentan conseguir ayuda. Nunca funciona. Los MC
siempre las encuentran, siempre averiguan sus planes y las castigan brutalmente.
—¿Las matan?
—Usualmente puedes esperar una advertencia o dos. Una golpiza brutal.
Pero después de eso, si la chica sigue tratando de escapar, le disparan y la dejan en
una cuneta en algún lugar de la autopista. Así es como les gusta tratar a la gente.
Rose asintió.
—¿Realmente les disparan a las chicas?
—Eso es si tienen suerte
—dijo Patrice—. Nunca quieres ponerte en la lista
negra de Serge o de Deuce. Los he visto hacer cosas mucho peores que matar a una
chica. A veces sienten la necesidad de hacer un ejemplo con alguien y luego,
bueno, es un infierno. Es asqueroso. Es muy feo. Dejémoslo así.
2Mujer con estatus de novia/esposa de un miembro del MC. Algunos miembros del club creen en el
matrimonio hacia estas, mientras otros no
mariateresa- Mensajes : 1841
Fecha de inscripción : 10/01/2017
Edad : 47
Localización : CHILE
Re: Lectura #1 Junio 2017
Saludos chicas, les pido por favor que usen las firmas del club que hacen con mucho cariño las diseñadoras para nuestras lecturas y regalenle su ranguito AQUÍ
- Código:
[img]http://img.fenixzone.net/i/d8UiMj3.png[/img]
Maga- Mensajes : 3549
Fecha de inscripción : 26/01/2016
Edad : 37
Localización : en mi mundo
Re: Lectura #1 Junio 2017
Patrice es poli bueno??
Pobre Rose, las noticias de Serge inquietantes...
Pobre Rose, las noticias de Serge inquietantes...
Invitado- Invitado
Re: Lectura #1 Junio 2017
Ay que triste lo de Rose, saber que no tiene ninguna esperanza, yo no se si podría aguantar todo lo que le ha pasado, pero es mas fuerte de lo que parece
Veritoj.vacio- Mensajes : 2400
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Edad : 52
Re: Lectura #1 Junio 2017
Demonios!! Es completamente horrible!! Obligada a ser stripper toda su vida en bares de mala muerte?! Sin ninguna posibilidad de escapar?? A la merced de lo que cualquiera quiera hacerle??
LuVelitta- Mensajes : 3002
Fecha de inscripción : 28/08/2016
Edad : 35
Localización : Perdida en el medio de la nada...
Re: Lectura #1 Junio 2017
Esto cada vez tiene más drama !!!
Demonios, es que si se está poniendo feo.
Es que debe de ser muy malo todo eso, digo, ella vive sin esperanzas, ya no tiene ni una pizquita de ella.
Necesito saber como termina esto porque está desesperandome...
'Sra. Maddox!
micafp_2530- Mensajes : 1884
Fecha de inscripción : 26/02/2017
Edad : 30
Localización : Entre las páginas de un libro...
Re: Lectura #1 Junio 2017
Despues de como le pinto el panorama Serge no se que haria en el lugar de rose no tiene familia ni nadie que le ayude solo hacer lo que le ordenan o morir que prefieren ustedes??
mariateresa- Mensajes : 1841
Fecha de inscripción : 10/01/2017
Edad : 47
Localización : CHILE
Re: Lectura #1 Junio 2017
Mariateresa, a pesar de cómo le hizo Serge el boceto de los que iba a ser la vida de la protagonista, si fuera Rose, preferiría vivir. Nunca se sabe lo que puede pasar mañana.
Aunque trataría de mentalizarme que la liberación no iba a estar próxima y prepararme para sufrir.
Claro está, desde fuera todo es distinto.
Mientras hay vida, hay esperanza!!
Aunque trataría de mentalizarme que la liberación no iba a estar próxima y prepararme para sufrir.
Claro está, desde fuera todo es distinto.
Mientras hay vida, hay esperanza!!
Invitado- Invitado
Re: Lectura #1 Junio 2017
Cap 4
Por que la ayuda? Que es lo que lo hace obedecer el mantenrla cautiva
Esto esta en mucha intriga y sospecha
Por que la ayuda? Que es lo que lo hace obedecer el mantenrla cautiva
Esto esta en mucha intriga y sospecha
Invitado,Te interesan más lecturas como esta buscanos en ACUALAND
Atómic_Mellark- Mensajes : 1172
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Re: Lectura #1 Junio 2017
Cap 5
Que pasa con esta historia no dan respiro en nada el viejo ese la quiere quebrar y fat ese la viloa y Patrice me da mala espina
Que pasa con esta historia no dan respiro en nada el viejo ese la quiere quebrar y fat ese la viloa y Patrice me da mala espina
Invitado,Te interesan más lecturas como esta buscanos en ACUALAND
Atómic_Mellark- Mensajes : 1172
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Re: Lectura #1 Junio 2017
Cap 6
Este tipo sigue dandome mala espina y la duda como el llego a ese club o lo que sea
No quiere depender de el pero si que ya celebra cuando el llega... tonta de ella
Este tipo sigue dandome mala espina y la duda como el llego a ese club o lo que sea
No quiere depender de el pero si que ya celebra cuando el llega... tonta de ella
Invitado,Te interesan más lecturas como esta buscanos en ACUALAND
Atómic_Mellark- Mensajes : 1172
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Re: Lectura #1 Junio 2017
capi 5
por todos lados esta atrapada, entre Fat boy y Serge Gaithier, ya no se a cual de los debe tenerle más miedo si cumple con todo lo que dijo tendrá un vida miserable, esperemos que algo pase y tenga alguna posibilidad de salir adelante.
capi 6
por lo menos ahora ya no esta atorada en la cama,y Patrice no le da esperanzas le cuenta todo lo que le podría pasar si se escapa.
por todos lados esta atrapada, entre Fat boy y Serge Gaithier, ya no se a cual de los debe tenerle más miedo si cumple con todo lo que dijo tendrá un vida miserable, esperemos que algo pase y tenga alguna posibilidad de salir adelante.
capi 6
por lo menos ahora ya no esta atorada en la cama,y Patrice no le da esperanzas le cuenta todo lo que le podría pasar si se escapa.
yiniva- Mensajes : 4916
Fecha de inscripción : 26/04/2017
Edad : 33
Re: Lectura #1 Junio 2017
MMM... no ccreo que esta buena racha de respeto siga, creo que le va a pasar algo peor, en este tipo de libros no se puede confiar en nadie!
Re: Lectura #1 Junio 2017
7
Rose yacía en silencio en la cama tratando de procesar todo lo que Patrice le
había dicho. Quedaba claro que su posición era exasperada. Era desesperante y no
parecía que esto estaría terminando en cualquier momento. Si el plan de los CMDR
era humillar la memoria de su padre, ellos encontraron
la manera perfecta de
hacerlo. No podía pensar en una manera más cruel de
un MC para tratar la
memoria de los clubes que habían derrotado.
—¿Quieres que me vaya para conseguirte un par de cosas? —dijo Patrice.
Rose había estado tan perdida en sus pensamientos que olvidó que él estaba
aquí.
—Oh —dijo ella—, sí, sin duda.
—Hay un mercado de medicinas cerca. Puedo conseguirte algo de ropa y
cosas.
—¿Y un cepillo de dientes?
Patrice asintió. —Yo me encargo —dijo—. Tú descansa.
Él se levantó de la silla y caminó hacia la puerta cuando Rose lo detuvo.
—Espera. ¿Sólo vas a dejarme aquí? ¿Sin un guardia?
Patrice la miró.
—Sé que esto es difícil de entender en este momento, Rose, pero realmente
tienes que escucharme. No tiene sentido tratar de escapar. Tú estás en Val-d’Or. El
CMDR es el propietario de ésta ciudad. Ellos manejan todo. Todo el mundo sabe
acerca de ellos. Incluso si alguien no estuvo de acuerdo con el club, nunca te
ayudarían. Saben muy bien lo que les ocurriría. Estás a cientos de kilómetros de la
próxima ciudad. No intentes nada estúpido.
Ella lo miró y pudo sentir que su intención era buena
por lo que estaba
diciendo. Le estaba advirtiendo que cualquier intento de escape era completamente
inútil.
—¿Cómo puedo esperar aquí y dejar que ellos me hagan esto? —dijo.
—No pienses así —dijo Patrice.
—¿Qué quieres decir? ¿Cómo puedo pensar de manera diferente?
—Solo inténtalo
—dijo él. Había una súplica en su voz—. Sólo inténtalo y
mira esto como tu vida ahora. No pienses en escapar. No pienses en resistir.
Simplemente trata de vivir con ello.
—¿Vivir con ello?
—Sé que es difícil, Rose. Sé que es insoportable.
—Es insoportable. ¿Cómo puedo aceptar esto? ¿Qué pasa con mi padre? ¿Su
memoria?
Patrice abrió la puerta.
—Rose
—dijo más duro que antes—, tu padre está
muerto, y si tú no quieres unirte a él todavía, haz lo mejor para aceptar esto. Es la
realidad de tu vida ahora.
Él
se fue de la habitación. Rose permaneció en la cama. Los cortes en las
muñecas y tobillos le quemaban y esperaba que él le traiga algo para poner sobre
ellos.
Respiró hondo. Lo que Patrice le había dicho era verdad. Ésta era su vida. Si
iba a sobrevivir, tendría que conseguir alguna forma de aceptar la situación.
No
podía luchar contra estos chicos. Ellos la destruirían.
Cuando Patrice regresó
traía un par de bolsas de plástico de la farmacia y
dos tazas de café para llevar. Fue cuando olió el café que Rose se dio cuenta de lo
hambrienta que se encontraba.
No había comido nada desde su captura. Eso fue
hace tres días enteros. Todo lo que
había
tenido era un poco de agua. No era de
extrañar que se sintiera tan débil. No era extraño que su mente estuviera tan
incoherente.
El estrés de todo lo que había sucedido, el trauma de la noche con Fat Boy y
el debate con Serge, hicieron que olvidara que no había comido en mucho tiempo.
Cuando Patrice le entregó la taza de café de papel se dio cuenta de
que su mano
temblaba visiblemente.
—Gracias —dijo ella, y lo decía en serio con todo su corazón.
Él también tenía una caja de donuts y Rose estaba avergonzada por el hecho
de que no podía dejar de mirarla cuando la puso sobre la mesa.
—Debes estar muriéndote de hambre —dijo Patrice.
Ella asintió y él le entregó la caja. Adentro había seis donas, todas de
diferentes formas y sabores. Agarró una garra de oso, que era la cosa más grande
en la caja, y tomó un bocado de ella.
—Está buena —dijo.
Patrice sonrió.
—Pensé que probablemente debería conseguir algo más
saludable, las chicas siempre están tratando de comer cosas saludables, y tú has
pasado por mucho —dijo.
—No —dijo ella—. Esto es perfecto. A la mierda lo saludable.
Le dio otro mordisco a la garra de oso y Patrice sonrió. Ella tomó un sorbo
de café. Tenía crema y estaba endulzado. Eso era perfecto también.
—Dos de crema, dos de azúcar
—dijo él—. A eso le llamamos un doble
doble aquí.
—En la ciudad también lo llamamos así.
Ella sonrió. Patrice sonrió. Se sentía tan bien que finalmente alguien la trate
como a una persona real. Podía sentir el azúcar, el alimento entrar en su sangre y
traer su cuerpo de vuelta a la vida.
Sabía que las cosas eran terribles, que duramente podrían haber sido peor,
pero se sentía bien tener un amigo.
Miró a Patrice. —Gracias —dijo ella.
—No hay problema.
—No —dijo—. En serio. Gracias. No sabía cómo iba a salir de esto sin ti.
Él la
miró y sonrió.
—Eres una sobreviviente, Rose. Como yo. Puedo decir
mucho acerca de ti.
Pensó en eso. Esperaba que fuera cierto.
Realmente tendría que ser una
sobreviviente si iba a pasar a través de esta nueva etapa en su vida.
Patrice estaba masticando su rosquilla, sumergiéndola en su café.
—¿Qué quieres decir, con que eres un sobreviviente también? —dijo ella.
—Oh, no quieres escuchar toda mi historia. Te la contaré en otro momento.
Ahora quiero mostrarte lo que te conseguí.
Rose no pudo evitar sentir
afecto por Patrice. Era más joven que ella, pero
seguía siendo de confianza. Él era obviamente resistente. Había pasado a través de
un par de cosas en su vida, ella podía verlo. Y le gustaba que él la hubiera
reconocido como una sobreviviente. Se sintió validada, animada. Sintió que si él
podía ver que era una
sobreviviente, entonces realmente podría ser lo
suficientemente fuerte como para sobrevivir a esta situación, al menos hasta que
tenga la fuerza para escapar.
Patrice desempaquetó las bolsas en la cama y ella se sentó y observó. Había
un paquete de máquinas de afeitar desechables, algunos cepillos de dientes y
dentífrico, desodorante, crema para el cuerpo, incluso un compacto con maquillaje
en el fondo, rubor, y un par de colores de sombra de ojos.
—Realmente no tenías que comprar todo esto —dijo ella.
—Confía en mí —dijo—, en donde te están tomando, lo necesitarás.
En la otra bolsa había unos calcetines y ropa interior, algunas camisetas
simples de algodón, pantalones de chándal, jabón, champú, acondicionador,
cortaúñas, unas tijeras y un poco de crema para poner en sus cortes. Estaba
realmente afectada,
había comprado tantas cosas para ella. Obviamente, él se
preocupaba por ella. Él
trataba
de establecer su día con todas las cosas que iba a
necesitar.
—Realmente aprecio esto, Patrice —dijo ella.
Él asintió. Parecía un poco avergonzado.
—Si te gusta puedo encender la
televisión para ti.
—De acuerdo —dijo—. Voy a ir al baño y usar todas estas cosas buenas que
compraste. Pero debes seguir adelante.
Al cerrar la puerta del baño escuchó que él encendía la TV detrás de ella.
¿Por qué su vida tiene que ser así? ¿Por qué no podía haber encontrado un chico
agradable,
el chico nuevo cuidado en Montreal?
¿Por qué tenía que encontrarse
con él aquí, en estas circunstancias, ahora que su libertad había sido arrebatada?
Rose yacía en silencio en la cama tratando de procesar todo lo que Patrice le
había dicho. Quedaba claro que su posición era exasperada. Era desesperante y no
parecía que esto estaría terminando en cualquier momento. Si el plan de los CMDR
era humillar la memoria de su padre, ellos encontraron
la manera perfecta de
hacerlo. No podía pensar en una manera más cruel de
un MC para tratar la
memoria de los clubes que habían derrotado.
—¿Quieres que me vaya para conseguirte un par de cosas? —dijo Patrice.
Rose había estado tan perdida en sus pensamientos que olvidó que él estaba
aquí.
—Oh —dijo ella—, sí, sin duda.
—Hay un mercado de medicinas cerca. Puedo conseguirte algo de ropa y
cosas.
—¿Y un cepillo de dientes?
Patrice asintió. —Yo me encargo —dijo—. Tú descansa.
Él se levantó de la silla y caminó hacia la puerta cuando Rose lo detuvo.
—Espera. ¿Sólo vas a dejarme aquí? ¿Sin un guardia?
Patrice la miró.
—Sé que esto es difícil de entender en este momento, Rose, pero realmente
tienes que escucharme. No tiene sentido tratar de escapar. Tú estás en Val-d’Or. El
CMDR es el propietario de ésta ciudad. Ellos manejan todo. Todo el mundo sabe
acerca de ellos. Incluso si alguien no estuvo de acuerdo con el club, nunca te
ayudarían. Saben muy bien lo que les ocurriría. Estás a cientos de kilómetros de la
próxima ciudad. No intentes nada estúpido.
Ella lo miró y pudo sentir que su intención era buena
por lo que estaba
diciendo. Le estaba advirtiendo que cualquier intento de escape era completamente
inútil.
—¿Cómo puedo esperar aquí y dejar que ellos me hagan esto? —dijo.
—No pienses así —dijo Patrice.
—¿Qué quieres decir? ¿Cómo puedo pensar de manera diferente?
—Solo inténtalo
—dijo él. Había una súplica en su voz—. Sólo inténtalo y
mira esto como tu vida ahora. No pienses en escapar. No pienses en resistir.
Simplemente trata de vivir con ello.
—¿Vivir con ello?
—Sé que es difícil, Rose. Sé que es insoportable.
—Es insoportable. ¿Cómo puedo aceptar esto? ¿Qué pasa con mi padre? ¿Su
memoria?
Patrice abrió la puerta.
—Rose
—dijo más duro que antes—, tu padre está
muerto, y si tú no quieres unirte a él todavía, haz lo mejor para aceptar esto. Es la
realidad de tu vida ahora.
Él
se fue de la habitación. Rose permaneció en la cama. Los cortes en las
muñecas y tobillos le quemaban y esperaba que él le traiga algo para poner sobre
ellos.
Respiró hondo. Lo que Patrice le había dicho era verdad. Ésta era su vida. Si
iba a sobrevivir, tendría que conseguir alguna forma de aceptar la situación.
No
podía luchar contra estos chicos. Ellos la destruirían.
Cuando Patrice regresó
traía un par de bolsas de plástico de la farmacia y
dos tazas de café para llevar. Fue cuando olió el café que Rose se dio cuenta de lo
hambrienta que se encontraba.
No había comido nada desde su captura. Eso fue
hace tres días enteros. Todo lo que
había
tenido era un poco de agua. No era de
extrañar que se sintiera tan débil. No era extraño que su mente estuviera tan
incoherente.
El estrés de todo lo que había sucedido, el trauma de la noche con Fat Boy y
el debate con Serge, hicieron que olvidara que no había comido en mucho tiempo.
Cuando Patrice le entregó la taza de café de papel se dio cuenta de
que su mano
temblaba visiblemente.
—Gracias —dijo ella, y lo decía en serio con todo su corazón.
Él también tenía una caja de donuts y Rose estaba avergonzada por el hecho
de que no podía dejar de mirarla cuando la puso sobre la mesa.
—Debes estar muriéndote de hambre —dijo Patrice.
Ella asintió y él le entregó la caja. Adentro había seis donas, todas de
diferentes formas y sabores. Agarró una garra de oso, que era la cosa más grande
en la caja, y tomó un bocado de ella.
—Está buena —dijo.
Patrice sonrió.
—Pensé que probablemente debería conseguir algo más
saludable, las chicas siempre están tratando de comer cosas saludables, y tú has
pasado por mucho —dijo.
—No —dijo ella—. Esto es perfecto. A la mierda lo saludable.
Le dio otro mordisco a la garra de oso y Patrice sonrió. Ella tomó un sorbo
de café. Tenía crema y estaba endulzado. Eso era perfecto también.
—Dos de crema, dos de azúcar
—dijo él—. A eso le llamamos un doble
doble aquí.
—En la ciudad también lo llamamos así.
Ella sonrió. Patrice sonrió. Se sentía tan bien que finalmente alguien la trate
como a una persona real. Podía sentir el azúcar, el alimento entrar en su sangre y
traer su cuerpo de vuelta a la vida.
Sabía que las cosas eran terribles, que duramente podrían haber sido peor,
pero se sentía bien tener un amigo.
Miró a Patrice. —Gracias —dijo ella.
—No hay problema.
—No —dijo—. En serio. Gracias. No sabía cómo iba a salir de esto sin ti.
Él la
miró y sonrió.
—Eres una sobreviviente, Rose. Como yo. Puedo decir
mucho acerca de ti.
Pensó en eso. Esperaba que fuera cierto.
Realmente tendría que ser una
sobreviviente si iba a pasar a través de esta nueva etapa en su vida.
Patrice estaba masticando su rosquilla, sumergiéndola en su café.
—¿Qué quieres decir, con que eres un sobreviviente también? —dijo ella.
—Oh, no quieres escuchar toda mi historia. Te la contaré en otro momento.
Ahora quiero mostrarte lo que te conseguí.
Rose no pudo evitar sentir
afecto por Patrice. Era más joven que ella, pero
seguía siendo de confianza. Él era obviamente resistente. Había pasado a través de
un par de cosas en su vida, ella podía verlo. Y le gustaba que él la hubiera
reconocido como una sobreviviente. Se sintió validada, animada. Sintió que si él
podía ver que era una
sobreviviente, entonces realmente podría ser lo
suficientemente fuerte como para sobrevivir a esta situación, al menos hasta que
tenga la fuerza para escapar.
Patrice desempaquetó las bolsas en la cama y ella se sentó y observó. Había
un paquete de máquinas de afeitar desechables, algunos cepillos de dientes y
dentífrico, desodorante, crema para el cuerpo, incluso un compacto con maquillaje
en el fondo, rubor, y un par de colores de sombra de ojos.
—Realmente no tenías que comprar todo esto —dijo ella.
—Confía en mí —dijo—, en donde te están tomando, lo necesitarás.
En la otra bolsa había unos calcetines y ropa interior, algunas camisetas
simples de algodón, pantalones de chándal, jabón, champú, acondicionador,
cortaúñas, unas tijeras y un poco de crema para poner en sus cortes. Estaba
realmente afectada,
había comprado tantas cosas para ella. Obviamente, él se
preocupaba por ella. Él
trataba
de establecer su día con todas las cosas que iba a
necesitar.
—Realmente aprecio esto, Patrice —dijo ella.
Él asintió. Parecía un poco avergonzado.
—Si te gusta puedo encender la
televisión para ti.
—De acuerdo —dijo—. Voy a ir al baño y usar todas estas cosas buenas que
compraste. Pero debes seguir adelante.
Al cerrar la puerta del baño escuchó que él encendía la TV detrás de ella.
¿Por qué su vida tiene que ser así? ¿Por qué no podía haber encontrado un chico
agradable,
el chico nuevo cuidado en Montreal?
¿Por qué tenía que encontrarse
con él aquí, en estas circunstancias, ahora que su libertad había sido arrebatada?
mariateresa- Mensajes : 1841
Fecha de inscripción : 10/01/2017
Edad : 47
Localización : CHILE
Re: Lectura #1 Junio 2017
CHICAS LAS INVITO A USAR LA FIRMA DE ESTA LECTURA!!!
QUEDO BUENÍSIMA RANGUITOS PARA LA CREADORA
QUEDO BUENÍSIMA RANGUITOS PARA LA CREADORA
mariateresa- Mensajes : 1841
Fecha de inscripción : 10/01/2017
Edad : 47
Localización : CHILE
Re: Lectura #1 Junio 2017
Hola, Serge, bebé
¡ME GUSTAN LOS MALOS!
Vaya vida que mi amor le tiene preparada a la chica, creo que este MC lleva su venganza a los extremos. Sigo pensando que Rose debería tratar de escapar ¿O es que ser una prostituta —sin beneficios— es mejor? Ay, esta juventud de ahora.
Re: Lectura #1 Junio 2017
gracias, no me habian llegado las notificaciones
Tatine- Mensajes : 1561
Fecha de inscripción : 03/01/2016
Re: Lectura #1 Junio 2017
Yo tambien siento que esta siendo demasiado pasiva, aceptando todo sin pelear, pero bueno, a lo mejor es lo mejor que puede para sobrevivir
Veritoj.vacio- Mensajes : 2400
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Edad : 52
Re: Lectura #1 Junio 2017
Cap 7
Insisto por que confía en el?
Ni Siquiera intentara huir y comprobar lo que ese tipo dice?
Insisto por que confía en el?
Ni Siquiera intentara huir y comprobar lo que ese tipo dice?
Como?!! No la entiendo!!
Invitado,Te interesan más lecturas como esta buscanos en ACUALAND
Atómic_Mellark- Mensajes : 1172
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Re: Lectura #1 Junio 2017
mariateresa escribió:CHICAS LAS INVITO A USAR LA FIRMA DE ESTA LECTURA!!!
QUEDO BUENÍSIMA RANGUITOS PARA LA CREADORA
Siiiiii !! esta re bella la firma y siiii ranguitos
para mi porfis !!
Invitado,Te interesan más lecturas como esta buscanos en ACUALAND
Atómic_Mellark- Mensajes : 1172
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Re: Lectura #1 Junio 2017
por que será Patrice tan buena onda con ella, por que no hace nada por escapar, como pudo estar sin comida tanto tiempo, que le pasó a Patrice demasiadas preguntas :WhatNop:tendremos que seguir leyendo
yiniva- Mensajes : 4916
Fecha de inscripción : 26/04/2017
Edad : 33
Re: Lectura #1 Junio 2017
8
Rose y Patrice se sentaron uno junto al otro en la cama y miraron shows sin
sentido en la televisión toda la tarde. Ella debe haber comido tres o cuatro donas y
él también ordenó una pizza que Rose
devoró. Realmente había estado muriendo
de hambre, pero poco a poco sintió su fuerza volver.
Nunca olvidó cuán horrible
era su situación, pero tener a un amigo como Patrice casi hizo que todo fuera
soportable.
Después de terminar la pizza, Patrice miró su reloj.
—Mejor me voy a esperar afuera —dijo—. Alguien va a venir a mirarte a las
siete. No quiero que nos vean acurrucados de esta forma. Serge no me dejaría venir
a hacer guardia si se da cuenta de que me gustas.
Rose casi dejó caer la lata de refresco que estaba sosteniendo.
—¿Qué?
Patrice la miró y ella no lo podía creer. Él estaba, de hecho, ruborizado.
—¿Te gusto?
—Sabes lo que quiero decir.
—No, no lo hago.
—Quiero decir, eres una buena persona. Desearía que todo esto no te
estuviera ocurriendo.
—Pero si esto no estuviera pasando, nunca nos habríamos conocido —dijo.
Patrice se sonrojó aún más. Rose se sorprendió a sí misma. Coqueteaba con
él. Estaba sonriendo. Sonreía porque estaba realmente feliz. ¿Cómo puede ser
posible? Acababa de enterarse de que su vida le estaba siendo arrebatada, que todo
lo que había vivido
allá en la ciudad se había ido para siempre, y allí estaba ella,
sentada en una cama al lado de este prospecto para los
CMDR, el
club que había
matado a su padre, y sonreía.
—De todos modos, lo que estoy diciendo es que es mejor que nadie se entere
de que somos amigos. Sé que a Serge no le gustaría. Podría incluso ponerse celoso.
—Bueno, no le diré a nadie.
—Mejor limpio la comida y todo.
—¿Qué pasa con las cosas que me compraste?
—Rose miró la camiseta y el
pantalón de chándal que llevaba. Realmente no quería tener que volver al traje de
carreras.
—Están bien
—dijo Patrice—.
Serge me dijo que te diera eso. Él no quiere
que te mueras, ni nada. Me pidió que te alimentara también.
—Bueno —dijo.
Lo vio limpiar la caja de pizza, las latas de refrescos, el café y las donas de
antes.
Puso todo en una bolsa de basura y luego la bajó a un bote de basura en el
estacionamiento. Rose se levantó
y fue hacia la puerta. Salió al rellano. Era un
pasillo abierto con las puertas de las distintas habitaciones de motel en un lado y
una vista al lote de estacionamiento en el otro. Se apoyó en la barandilla y observó
a Patrice caminar por el lote.
Se preguntó si sería capaz de forjar una vida para ella en este lugar. Tal vez
sería posible crear algo aquí, algo con Patrice. Sabía que estaba siendo tonta, poco
realista.
Se estaba permitiendo a sí misma soñar, aferrarse a Patrice, y esa era la
única cosa que no debería hacer.
La esperanza podría ser algo peligroso si le permitías adentrarse a un
mundo donde no pertenecía. Aprendió eso cuando era muy joven. Después de que
su padre y el resto de los Rangers de Sioux habían sido aniquilados, fue tomada en
el cuidado de la Ciudad de Montreal.
Pasó
algún tiempo en las instituciones, un
tiempo
con familias de acogida. Pasó
por momentos muy difíciles antes de ser
finalmente colocada con una pareja que fueron capaz de darle la atención y el
apoyo que ella había necesitado.
Mientras Patrice cruzaba el estacionamiento otra moto aparcó. Rose no
podía ver quién la estaba montando en la obscura luz de la tarde. Observó a
Patrice caminar y hablar con el conductor.
Esto fue todo. Este sería el final de su turno de guardia.
¿Quién era el otro motorista? se preguntó.
Patrice y el motociclista hablaron durante un minuto. El motorista se quitó
el casco, pero Rose aún no podía distinguir quién era a causa de la oscuridad. Ella
los miró. No podía oír lo que decían, pero parecía bastante informal.
Cuando terminaron de hablar, Patrice levantó la vista hacia el cuarto. La vio
de pie en el pasillo. Hizo una pausa por un momento y luego se acercó a su
motocicleta y aceleró el motor. Un momento después, él se había ido. Rose estaba
segura de que habría dicho adiós si el otro motorista no hubiera estado allí.
Observó al otro piloto montar su moto cerca de la oficina del motel. Su
corazón se cayó cuando lo vio bajar de la moto. El hombre era enorme. Tenía que
ser
Fat Boy. Reconocería ese cuerpo en cualquier lugar. Caminaba como un
jorobado y movía sus brazos mientras lo hacía. Su cabeza se balanceaba de un lado
a otro. No había duda de ello. Ese era Fat Boy. La única persona que rezaba que no
fuera.
Rose y Patrice se sentaron uno junto al otro en la cama y miraron shows sin
sentido en la televisión toda la tarde. Ella debe haber comido tres o cuatro donas y
él también ordenó una pizza que Rose
devoró. Realmente había estado muriendo
de hambre, pero poco a poco sintió su fuerza volver.
Nunca olvidó cuán horrible
era su situación, pero tener a un amigo como Patrice casi hizo que todo fuera
soportable.
Después de terminar la pizza, Patrice miró su reloj.
—Mejor me voy a esperar afuera —dijo—. Alguien va a venir a mirarte a las
siete. No quiero que nos vean acurrucados de esta forma. Serge no me dejaría venir
a hacer guardia si se da cuenta de que me gustas.
Rose casi dejó caer la lata de refresco que estaba sosteniendo.
—¿Qué?
Patrice la miró y ella no lo podía creer. Él estaba, de hecho, ruborizado.
—¿Te gusto?
—Sabes lo que quiero decir.
—No, no lo hago.
—Quiero decir, eres una buena persona. Desearía que todo esto no te
estuviera ocurriendo.
—Pero si esto no estuviera pasando, nunca nos habríamos conocido —dijo.
Patrice se sonrojó aún más. Rose se sorprendió a sí misma. Coqueteaba con
él. Estaba sonriendo. Sonreía porque estaba realmente feliz. ¿Cómo puede ser
posible? Acababa de enterarse de que su vida le estaba siendo arrebatada, que todo
lo que había vivido
allá en la ciudad se había ido para siempre, y allí estaba ella,
sentada en una cama al lado de este prospecto para los
CMDR, el
club que había
matado a su padre, y sonreía.
—De todos modos, lo que estoy diciendo es que es mejor que nadie se entere
de que somos amigos. Sé que a Serge no le gustaría. Podría incluso ponerse celoso.
—Bueno, no le diré a nadie.
—Mejor limpio la comida y todo.
—¿Qué pasa con las cosas que me compraste?
—Rose miró la camiseta y el
pantalón de chándal que llevaba. Realmente no quería tener que volver al traje de
carreras.
—Están bien
—dijo Patrice—.
Serge me dijo que te diera eso. Él no quiere
que te mueras, ni nada. Me pidió que te alimentara también.
—Bueno —dijo.
Lo vio limpiar la caja de pizza, las latas de refrescos, el café y las donas de
antes.
Puso todo en una bolsa de basura y luego la bajó a un bote de basura en el
estacionamiento. Rose se levantó
y fue hacia la puerta. Salió al rellano. Era un
pasillo abierto con las puertas de las distintas habitaciones de motel en un lado y
una vista al lote de estacionamiento en el otro. Se apoyó en la barandilla y observó
a Patrice caminar por el lote.
Se preguntó si sería capaz de forjar una vida para ella en este lugar. Tal vez
sería posible crear algo aquí, algo con Patrice. Sabía que estaba siendo tonta, poco
realista.
Se estaba permitiendo a sí misma soñar, aferrarse a Patrice, y esa era la
única cosa que no debería hacer.
La esperanza podría ser algo peligroso si le permitías adentrarse a un
mundo donde no pertenecía. Aprendió eso cuando era muy joven. Después de que
su padre y el resto de los Rangers de Sioux habían sido aniquilados, fue tomada en
el cuidado de la Ciudad de Montreal.
Pasó
algún tiempo en las instituciones, un
tiempo
con familias de acogida. Pasó
por momentos muy difíciles antes de ser
finalmente colocada con una pareja que fueron capaz de darle la atención y el
apoyo que ella había necesitado.
Mientras Patrice cruzaba el estacionamiento otra moto aparcó. Rose no
podía ver quién la estaba montando en la obscura luz de la tarde. Observó a
Patrice caminar y hablar con el conductor.
Esto fue todo. Este sería el final de su turno de guardia.
¿Quién era el otro motorista? se preguntó.
Patrice y el motociclista hablaron durante un minuto. El motorista se quitó
el casco, pero Rose aún no podía distinguir quién era a causa de la oscuridad. Ella
los miró. No podía oír lo que decían, pero parecía bastante informal.
Cuando terminaron de hablar, Patrice levantó la vista hacia el cuarto. La vio
de pie en el pasillo. Hizo una pausa por un momento y luego se acercó a su
motocicleta y aceleró el motor. Un momento después, él se había ido. Rose estaba
segura de que habría dicho adiós si el otro motorista no hubiera estado allí.
Observó al otro piloto montar su moto cerca de la oficina del motel. Su
corazón se cayó cuando lo vio bajar de la moto. El hombre era enorme. Tenía que
ser
Fat Boy. Reconocería ese cuerpo en cualquier lugar. Caminaba como un
jorobado y movía sus brazos mientras lo hacía. Su cabeza se balanceaba de un lado
a otro. No había duda de ello. Ese era Fat Boy. La única persona que rezaba que no
fuera.
mariateresa- Mensajes : 1841
Fecha de inscripción : 10/01/2017
Edad : 47
Localización : CHILE
Re: Lectura #1 Junio 2017
BUENO CHICAS ESTE CAPITULO FUE CORTO Y AHORA SE VIENE PESADO PARA ROSE CON LA LLEGADA DE FAT BOY. QUE OCURRIRÁ???
MAÑANA LO SABREMOS.
DISFRUTEN LA LECTURA
MAÑANA LO SABREMOS.
DISFRUTEN LA LECTURA
mariateresa- Mensajes : 1841
Fecha de inscripción : 10/01/2017
Edad : 47
Localización : CHILE
Página 3 de 6. • 1, 2, 3, 4, 5, 6
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