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Lectura #1 Junio 2017
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Re: Lectura #1 Junio 2017
gracias, que le corte el pene y lo deje desangrarse
Tatine- Mensajes : 1561
Fecha de inscripción : 03/01/2016
Re: Lectura #1 Junio 2017
Hay no, y ahora aparece fat boy, sigo pensando que es muy pasiva. ¿Acaba de conocer al Patrice y ya se hace ilusiones? si ni siquiera sabemos si es verdadero
Veritoj.vacio- Mensajes : 2400
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Edad : 52
Re: Lectura #1 Junio 2017
Pues si, yo también pienso que no debe de confiar mucho en Patrice, debe estar alerta por cualquier cosa. Y ahora que ya no esta atada podrá Fat boy hacerle algo?
yiniva- Mensajes : 4916
Fecha de inscripción : 26/04/2017
Edad : 33
Re: Lectura #1 Junio 2017
Aquí yo de regreso...
Sé que hace lo mejor para sobrevivir y vivir como puede, digo, es muy muy difícil y todo eso, pero carajo! Que se ponga los pantalones de niña grande y luche o haga algo, no lo sé, lo que sea !!
Creo que confía en él demasiado, no lo sé.
Y, aún no sé que opinar sobre Fat, voy a esperarme a los siguientes capítulos.
'Sra. Maddox!
micafp_2530- Mensajes : 1884
Fecha de inscripción : 26/02/2017
Edad : 30
Localización : Entre las páginas de un libro...
Re: Lectura #1 Junio 2017
ÍNDICE
Sinopsis
Capítulo 1
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
mariateresa- Mensajes : 1841
Fecha de inscripción : 10/01/2017
Edad : 47
Localización : CHILE
Re: Lectura #1 Junio 2017
9
Todo lo que estuvo pasando en la mente de Rose, todas sus esperanzas de
construir una vida tolerable en ese lugar horrible, desaparecían. Todo lo que podía
pensar era en Fat Boy y lo que pasó la primera noche. No había vuelto desde esa
noche y empezó a tener esperanza de que no volvería, pero ahora, aquí estaba.
Lo vio entrar en la oficina de motel y hablar con el gerente. No sabía si
hablaban de ella pero tampoco le importaba. La loca idea de salir corriendo pasó
por su mente. No había nadie allí. Nadie estaba viendo. ¿Qué la detiene?
Pero no lo podía hacer. Se encontraba demasiado asustada. Había tan poca
esperanza en su elaboración. Vald'Or era una ciudad pequeña, la gente se daría
cuenta en las calles. En el plazo de una hora el CMDR la habría
capturado. Y
literalmente no existía la posibilidad de salir de la ciudad sin algún tipo de
transporte. Incluso si hubiera tenido un coche, eran horas a cualquier dirección
para la próxima gran ciudad y la hubieran raptado antes de llegar a la autopista. Si
sólo tuviera todavía su moto, la Harley FXR 1982 de su padre. Se preguntó lo que
le había pasado. No la veía desde que la tiraron en la ciudad la noche que había
sido capturada.
Si fuera a tener alguna posibilidad de salir de este lugar, tendría que estar en
esa moto. La conocía.
Entró al cuarto y cerró la puerta detrás de ella. La cerró con llave, pero sabía
que era inútil. Fat Boy tendría una llave. Pasó a los servicios y cerró con llave esa
puerta también. Se sentó en el lado de la bañera y esperó. Comprendió que
temblaba. Se encontraba aterrorizada de él. Mientras viviera recordaría lo que le
había hecho esa primera noche.
En primer lugar, Rose escuchó el golpeteo en la puerta. Era él, Fat Boy.
Estaba de vuelta. En realidad, se metió a la bañera y tiró de la cortina.
—Hola —llamó Fay Boy desde fuera—. Abre la puerta, perra.
Se quedó dónde estaba. No se movió más que para poner sus manos sobre
las orejas. Cerró sus ojos. No quería oír su voz, no quería ver su cara, pero sobre
todo no quería sentir el tacto de su piel.
—Rose, no me hagas bajar las escaleras para coger una llave.
Todavía podía distinguir sus palabras. No podía escapar. Iba a ser su
guardia toda la noche. Era sólo él y ella. Rose debió haber huido. ¿Qué había
estado pensando? Entonces qué pasa si el CMDR la mataba. Cualquier cosa sería
mejor que pasar otra noche con este monstruo.
Deseaba que Patrice todavía estuviera aquí. ¿Por qué no podía verla? Sabía
que no tenía sentido desear cosas así. Esta era su vida ahora. No era un lugar
donde
los deseos se hicieran realidad. Era un lugar de pesadillas. Y si iba a
sobrevivir tendría que actuar mucho más inteligente de lo que estaba siendo ahora.
Se levantó y salió de la bañera. No sería bueno hacerlo enojar. Podría hacer
que él vaya a la oficina y obtenga otra llave. Podía hacer que derribe la puerta del
baño. Pero, ¿de qué serviría hacer eso? Es posible que algunas veces, en algunos
lugares, esto lo llamen acciones heroicas, pero tenía que ser honesta con ella
misma, este caso no era uno de ellos.
Se obligó a abrir la puerta del baño y salir de la habitación.
—Estoy abriendo ahora mismo
—llamó ella a través de la puerta—. Lo
siento.
Abrió la puerta y Fat Boy se precipitó dentro.
Estaba enfadado, pero no tan
loco como habría estado si lo hubiera forzado a bajar la escalera otra vez.
—¿Por qué estaba cerrada la puerta? —dijo él.
—Lo siento.
—Maldición, más te vale.
Entró en la habitación y se sentó en el sillón en la esquina.
Rose recordaba
cuando Patrice se había sentado en la silla.
Si sólo pudiera haber sido él quien
estuviera aquí. Pero no era así.
Tenía que dejar de pensar así. Tenía que enfrentarse
a los hechos.
Esta era su vida y era una luchadora. Iba a sobrevivir. Iba a
endurecerse, fortalecer su resolución, y hacer todo lo necesario para llegar a través de el.
—Sólo estaba lavando —dijo ella y se volteó para regresar al cuarto de baño.
Pensó que lo más seguro sería permanecer fuera del camino de Fat Boy.
Tal
vez ya no estaba más interesado en ella ahora que la había follado.
Tal vez eso era
todo lo que quería.
Si pudiera permanecer fuera de su camino, fuera de su vista,
podría conseguir pasar la noche.
—Espera —dijo Fat Boy.
Ella se detuvo.
Se encontraba en la puerta del baño.
Trató de parecer lo más
casual posible.
No quería que las cosas
se pusieran desagradables.
Llevaba los
pantalones de chándal y la camiseta que Patrice recogió.
Sabía que no parecía
provocativa.
Además, ahora que no estaba atada a la cama, pensó que tal vez no
sería tan atractiva o tentadora para un hombre como Fat Boy.
Tal vez fue el hecho
de que estaba atada lo que había excitado su lujuria.
—Ven aquí —dijo él—. Tráeme una de esas cervezas.
Había una bolsa de papel marrón en la mesa junto a la puerta y contenía
algunas cosas que Fat Boy trajo.
Había un par de paquetes
de cigarrillos, un
paquete de seis de Molson Dry*
y una barra de Snickers.
Ella agarró una lata de
cerveza. Se sentía fría al tacto.
—Ábrela —dijo Fat Boy.
Rose lo miró.
Se veía tranquilo, sentado en la silla como si no tuviera
ninguna preocupación en el
mundo.
Ella se preguntó qué estaba pasando por su
mente.
Era como tratar de penetrar en un agujero profundo, oscuro.
Abrió la cerveza y se la entregó.
Él la agarró y tomó un largo trago.
—Refrescante —dijo.
Ella asintió.
—Sube a la cama —dijo él.
Se sentó en la cama.
Tenía un nudo en el estómago.
Sabía que iba a pasarle
algo malo de nuevo.
Era como la sensación que tenía antes de una tormenta.
El
ambiente parecía pesado, oscuro.
—¿Qué vas a hacerme? —dijo con una voz tranquila.
Sabía que sonaba tonta al decirlo, como una niña.
Él le sonrió, sus labios se
retraían sobre sus dientes en una media mueca.
3
Marca de cerveza canadiense, hecha en Montreal en 1786
Todo lo que estuvo pasando en la mente de Rose, todas sus esperanzas de
construir una vida tolerable en ese lugar horrible, desaparecían. Todo lo que podía
pensar era en Fat Boy y lo que pasó la primera noche. No había vuelto desde esa
noche y empezó a tener esperanza de que no volvería, pero ahora, aquí estaba.
Lo vio entrar en la oficina de motel y hablar con el gerente. No sabía si
hablaban de ella pero tampoco le importaba. La loca idea de salir corriendo pasó
por su mente. No había nadie allí. Nadie estaba viendo. ¿Qué la detiene?
Pero no lo podía hacer. Se encontraba demasiado asustada. Había tan poca
esperanza en su elaboración. Vald'Or era una ciudad pequeña, la gente se daría
cuenta en las calles. En el plazo de una hora el CMDR la habría
capturado. Y
literalmente no existía la posibilidad de salir de la ciudad sin algún tipo de
transporte. Incluso si hubiera tenido un coche, eran horas a cualquier dirección
para la próxima gran ciudad y la hubieran raptado antes de llegar a la autopista. Si
sólo tuviera todavía su moto, la Harley FXR 1982 de su padre. Se preguntó lo que
le había pasado. No la veía desde que la tiraron en la ciudad la noche que había
sido capturada.
Si fuera a tener alguna posibilidad de salir de este lugar, tendría que estar en
esa moto. La conocía.
Entró al cuarto y cerró la puerta detrás de ella. La cerró con llave, pero sabía
que era inútil. Fat Boy tendría una llave. Pasó a los servicios y cerró con llave esa
puerta también. Se sentó en el lado de la bañera y esperó. Comprendió que
temblaba. Se encontraba aterrorizada de él. Mientras viviera recordaría lo que le
había hecho esa primera noche.
En primer lugar, Rose escuchó el golpeteo en la puerta. Era él, Fat Boy.
Estaba de vuelta. En realidad, se metió a la bañera y tiró de la cortina.
—Hola —llamó Fay Boy desde fuera—. Abre la puerta, perra.
Se quedó dónde estaba. No se movió más que para poner sus manos sobre
las orejas. Cerró sus ojos. No quería oír su voz, no quería ver su cara, pero sobre
todo no quería sentir el tacto de su piel.
—Rose, no me hagas bajar las escaleras para coger una llave.
Todavía podía distinguir sus palabras. No podía escapar. Iba a ser su
guardia toda la noche. Era sólo él y ella. Rose debió haber huido. ¿Qué había
estado pensando? Entonces qué pasa si el CMDR la mataba. Cualquier cosa sería
mejor que pasar otra noche con este monstruo.
Deseaba que Patrice todavía estuviera aquí. ¿Por qué no podía verla? Sabía
que no tenía sentido desear cosas así. Esta era su vida ahora. No era un lugar
donde
los deseos se hicieran realidad. Era un lugar de pesadillas. Y si iba a
sobrevivir tendría que actuar mucho más inteligente de lo que estaba siendo ahora.
Se levantó y salió de la bañera. No sería bueno hacerlo enojar. Podría hacer
que él vaya a la oficina y obtenga otra llave. Podía hacer que derribe la puerta del
baño. Pero, ¿de qué serviría hacer eso? Es posible que algunas veces, en algunos
lugares, esto lo llamen acciones heroicas, pero tenía que ser honesta con ella
misma, este caso no era uno de ellos.
Se obligó a abrir la puerta del baño y salir de la habitación.
—Estoy abriendo ahora mismo
—llamó ella a través de la puerta—. Lo
siento.
Abrió la puerta y Fat Boy se precipitó dentro.
Estaba enfadado, pero no tan
loco como habría estado si lo hubiera forzado a bajar la escalera otra vez.
—¿Por qué estaba cerrada la puerta? —dijo él.
—Lo siento.
—Maldición, más te vale.
Entró en la habitación y se sentó en el sillón en la esquina.
Rose recordaba
cuando Patrice se había sentado en la silla.
Si sólo pudiera haber sido él quien
estuviera aquí. Pero no era así.
Tenía que dejar de pensar así. Tenía que enfrentarse
a los hechos.
Esta era su vida y era una luchadora. Iba a sobrevivir. Iba a
endurecerse, fortalecer su resolución, y hacer todo lo necesario para llegar a través de el.
—Sólo estaba lavando —dijo ella y se volteó para regresar al cuarto de baño.
Pensó que lo más seguro sería permanecer fuera del camino de Fat Boy.
Tal
vez ya no estaba más interesado en ella ahora que la había follado.
Tal vez eso era
todo lo que quería.
Si pudiera permanecer fuera de su camino, fuera de su vista,
podría conseguir pasar la noche.
—Espera —dijo Fat Boy.
Ella se detuvo.
Se encontraba en la puerta del baño.
Trató de parecer lo más
casual posible.
No quería que las cosas
se pusieran desagradables.
Llevaba los
pantalones de chándal y la camiseta que Patrice recogió.
Sabía que no parecía
provocativa.
Además, ahora que no estaba atada a la cama, pensó que tal vez no
sería tan atractiva o tentadora para un hombre como Fat Boy.
Tal vez fue el hecho
de que estaba atada lo que había excitado su lujuria.
—Ven aquí —dijo él—. Tráeme una de esas cervezas.
Había una bolsa de papel marrón en la mesa junto a la puerta y contenía
algunas cosas que Fat Boy trajo.
Había un par de paquetes
de cigarrillos, un
paquete de seis de Molson Dry*
y una barra de Snickers.
Ella agarró una lata de
cerveza. Se sentía fría al tacto.
—Ábrela —dijo Fat Boy.
Rose lo miró.
Se veía tranquilo, sentado en la silla como si no tuviera
ninguna preocupación en el
mundo.
Ella se preguntó qué estaba pasando por su
mente.
Era como tratar de penetrar en un agujero profundo, oscuro.
Abrió la cerveza y se la entregó.
Él la agarró y tomó un largo trago.
—Refrescante —dijo.
Ella asintió.
—Sube a la cama —dijo él.
Se sentó en la cama.
Tenía un nudo en el estómago.
Sabía que iba a pasarle
algo malo de nuevo.
Era como la sensación que tenía antes de una tormenta.
El
ambiente parecía pesado, oscuro.
—¿Qué vas a hacerme? —dijo con una voz tranquila.
Sabía que sonaba tonta al decirlo, como una niña.
Él le sonrió, sus labios se
retraían sobre sus dientes en una media mueca.
3
Marca de cerveza canadiense, hecha en Montreal en 1786
mariateresa- Mensajes : 1841
Fecha de inscripción : 10/01/2017
Edad : 47
Localización : CHILE
Re: Lectura #1 Junio 2017
Ay no, pero bueno, es que esta bien entendemos que no puede escapar pero porque demonios no le dijo al otro que la habia violado? no se suponia que debia esperar? ya hubiera hecho algo, me desespera un poco
Veritoj.vacio- Mensajes : 2400
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Edad : 52
Re: Lectura #1 Junio 2017
Cap 8
Sigo sospechando de ese tipo es muy amable para ser verdad
Y ahora llega ese a cuidarla que asco
Sigo sospechando de ese tipo es muy amable para ser verdad
Y ahora llega ese a cuidarla que asco
Invitado,Te interesan más lecturas como esta buscanos en ACUALAND
Atómic_Mellark- Mensajes : 1172
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Re: Lectura #1 Junio 2017
Cap 9
Que le pasa por que le habre la puerta?!
Ni por muy miedosa le abro aunque me parta la cara y le pregunta
Que me vas a hacer... como que es algo boba
Que le pasa por que le habre la puerta?!
Ni por muy miedosa le abro aunque me parta la cara y le pregunta
Que me vas a hacer... como que es algo boba
Invitado,Te interesan más lecturas como esta buscanos en ACUALAND
Atómic_Mellark- Mensajes : 1172
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Re: Lectura #1 Junio 2017
Gracias. Yo abria buscado algo para enterrarselo en la garganta al asqueroso de fat
Tatine- Mensajes : 1561
Fecha de inscripción : 03/01/2016
Re: Lectura #1 Junio 2017
muy cierto @Tatine hubiera buscado cualquier cosa para defenderse, no es posible que le digan rana y ella salte.
yiniva- Mensajes : 4916
Fecha de inscripción : 26/04/2017
Edad : 33
Re: Lectura #1 Junio 2017
10
—Acuéstate —dijo Fat Boy.
Rose se acostó en la cama. Él se levantó de su asiento y se puso sobre ella,
bebiendo de su lata de cerveza. Pensó que iba a decirle que se quitara su ropa pero
no lo hizo. Sólo se paró ahí, mirándola. Tuvo un recuerdo de la noche de la
violación. Comenzó a temblar de miedo y no podía controlarse.
Sostuvo su lata de cerveza encima de ella y la volteó. Estaba impresionada.
Eso fue horrible. Sólo se encontraba acostada ahí mientras un chorro de cerveza
fluyó de la lata hacia su nueva camiseta de algodón que Patrice le había comprado.
¿Por qué estaba haciendo esto? Era humillante.
Se
quedó en su posición mirando la cerveza empapar su nueva camiseta.
Después de unos segundos estaba tan mojada que podía ver sus senos a través del
pegajoso algodón. También mojó la cama, arruinándola, manchando las sábanas.
Fat Boy todavía tenía esa horrible mueca en su cara mientras veía la cerveza
caer en ella. Buscó en su bolsillo, sacó un paquete de cigarrillos y encendió uno.
Tenía un encendedor de acero. Lo cerró con un chasquido y lo puso de nuevo en su
bolsillo, luego fue a la mesilla y tomó otra lata de cerveza.
—¿Estás sedienta? —le dijo.
Ella no dijo nada.
Abrió la cerveza y el sonido de la lata abriéndose le recordó a Rose el de una
pistola siendo cargada. Se imaginó usando una con Fat Boy. Mantuvo la segunda
cerveza sobre ella y de nuevo comenzó a vertérsela. No podía creerlo. ¿Por qué le
hacía esto? ¿Qué posible placer podía haber en eso para él? Vertió la cerveza sobre
sus senos, luego más abajo, sobre sus pantalones de chándal. Para Rose parecía
como si ella se hubiera ensuciado. Como que también se sentía así. Odiaba estar
ahí, acostada en la cama mientras él hacía eso. Él movió el chorro de cerveza sobre
su pecho y luego en su cara y boca.
—Bebe —dijo y se rió.
Lo miró y podía decir que por la ira en sus ojos lo decía enserio. Abrió la
boca y dejó que el chorro entrara. Tragó todo lo que podía.
—Buena chica —dijo—. Trágalo para papi.
Ella lamió la cerveza y casi se ahoga. Cuando tosió se rió de ella.
—Vamos
—dijo—, puedes hacerlo mejor que eso.
Abrió una tercera lata de cerveza.
—Levántate —dijo.
Ella se sentó en la cama con su ropa empapada y él le entregó la lata.
—Tómala —dijo.
Lo miró. Hubo un giro tan cruel en la mueca de su boca que la asustó. No
quería la cerveza pero tenía demasiado miedo para rechazarla. La abrió, llevó la
lata a sus labios y tomó un sorbo.
—Dije que la bebieras —dijo Fat Boy.
Rose sacudió su cabeza. No podía entender por qué él estaba haciendo esto.
¿Por qué estaba siendo tan cruel? ¿Qué estaba mal con este lugar, con estos
hombres? Llevó la lata a sus labios y tomó tragos profundos de cerveza.
—Eso es —dijo Fat Boy.
Tomó una cerveza para él, una barra Snickers y se sentó pesadamente en su
silla. Abrió su cerveza y comenzó a beberla. Rose se sentó en la cama con su ropa
mojada y bebió la suya. Se sentía confundida. Su ropa, la única que Patrice le había
comprado, estaba cubierta con cerveza y se pegaba a su piel. Se sentía terrible. Se
quería cambiar, pero sabía que no se lo permitiría. Observó con cautela a Fat Boy
mientras se tomaba la cerveza y cuando terminó él fue por las otras dos que
quedaban y le dio una.
—No puedo —dijo ella—. Ya tuve suficiente.
—Tendrás suficiente cuando yo lo diga —dijo y se sentó de nuevo.
De mala gana, ella abrió la lata y tomó un sorbo de la cerveza. Su estómago
ya estaba lleno y comenzó
a sentir un zumbido por el alcohol. Fat Boy había
terminado su dulce y estaba fumando otro cigarrillo mientras bebió la última de las
cervezas.
—¿Por qué estás haciéndome esto? —dijo ella.
Se burló de ella. Rose miró hacia otro lado, pero lo miró cuando habló.
—Digamos que soy un horrible hombre sucio —dijo y se rió.
Rose asintió. Eso era cierto. Llevó la lata a sus labios y bebió un poco más de
la cerveza. Su estómago ya estaba lleno, pero podría tomarla lentamente. No sabía
a dónde estaba yendo él con esto. Una cosa que sí sabía era que sólo había seis latas
de cerveza en esa bolsa de supermercado y esta fue la última de ellas.
Trató de relajarse mientras se sentó ahí con su ropa mojada y terminaba su
cerveza. Cuando lo hizo volteó la lata hacia abajo para mostrarle a Fat Boy que la
había terminado.
—Bien —dijo él—. Muy bien. Ahora quítate toda la ropa.
Lo miró. Había una súplica en sus ojos que sabía que él tomaría como una
debilidad, pero no pudo evitarlo. No quería pasar por lo que le había hecho de
nuevo. No quería sentirse así nunca más mientras viviera. No podría soportar la
humillación, el disgusto que sentía de sí misma.
—Por favor —dijo ella—, no hagas esto.
—Quítate la ropa —repitió, más firme.
Rose se sentó por un momento sin moverse, sopesando sus opciones. No
había ninguna. No existía nada que pudiera hacer en esta situación que no fuera
cumplirle. Cualquier otra cosa sólo empeoraría las cosas para ella.
Cogió la camiseta de algodón y la tiró sobre su cabeza, revelándole a los ojos
hambrientos de Fat Boy sus suaves senos y sus vulnerables pezones rosados.
—Y los pantalones —dijo él.
Se los quitó. No tenía ninguna ropa interior así que se encontraba
completamente desnuda ahora. Tembló por el aire frío. Estaba totalmente oscuro
afuera ahora y deseó que hubiera calefacción en el cuarto.
—Tendré que atarte a la cama otra vez —dijo Fat Boy.
—¿Qué? ¿Por qué?
—No hagas preguntas.
—Pero Patrice dijo que podía estar desatada.
—¿Patrice dijo?
Rose cometió un error y lo sabía. ¿Cómo pudo ser tan estúpida? Patrice era
sólo un aspirante. No era un miembro del CM. Fat Boy tenía todos los parches y
fue un miembro por votos completos. Estaba loca al mencionar el nombre de
Patrice de esa manera.
—Bueno quizás sólo le muestre a Patrice lo que pienso de él, la próxima vez
que lo vea.
—No —dijo Rose—, no lo hagas.
Él la miró, pensativamente. —¿Por qué demonios te importa? —dijo él.
Lo había hecho otra vez. Iba a tener que aprender a mantener su bocota
cerrada si iba a sobrevivir por un buen tiempo en este lugar.
—¿Eres dulce con ese chico?
Era demasiado tarde. Le había dado demasiado. Todo lo que quería era
seguir desatada. No podía soportar la idea de volver a estar
amarrada. No podía
soportarlo.
—Por favor —dijo ella, mientras Fat Boy tomaba los cordones de cuero de la
mesa donde habían estado desde que Patrice la desató—. Por favor no lo hagas.
—Cállate, perra. Voy a divertirme.
Rose luchó y se retorció mientras él se montó a horcajadas sobre ella y
descansó su entero, aplastante peso en ella. Trató de resistirse, pero fue imposible.
Era pesado, fuerte y la agarró de cada brazo y la sujetó por las muñecas a los
postes de la cama. Luego hizo lo mismo con sus tobillos. Ella pateó pero no hizo
ninguna diferencia. En un punto alcanzó a patearle la cara pero sabía que eso sólo
servía para enfurecerlo.
Ahora estaba acostada justo como lo había estado la primera vez que él
había venido y la había violado. Se encontraba con las piernas abiertas, extendida
hacia los cuatro postes de la cama, y esta vez estaba completamente desnuda.
—Acuéstate —dijo Fat Boy.
Rose se acostó en la cama. Él se levantó de su asiento y se puso sobre ella,
bebiendo de su lata de cerveza. Pensó que iba a decirle que se quitara su ropa pero
no lo hizo. Sólo se paró ahí, mirándola. Tuvo un recuerdo de la noche de la
violación. Comenzó a temblar de miedo y no podía controlarse.
Sostuvo su lata de cerveza encima de ella y la volteó. Estaba impresionada.
Eso fue horrible. Sólo se encontraba acostada ahí mientras un chorro de cerveza
fluyó de la lata hacia su nueva camiseta de algodón que Patrice le había comprado.
¿Por qué estaba haciendo esto? Era humillante.
Se
quedó en su posición mirando la cerveza empapar su nueva camiseta.
Después de unos segundos estaba tan mojada que podía ver sus senos a través del
pegajoso algodón. También mojó la cama, arruinándola, manchando las sábanas.
Fat Boy todavía tenía esa horrible mueca en su cara mientras veía la cerveza
caer en ella. Buscó en su bolsillo, sacó un paquete de cigarrillos y encendió uno.
Tenía un encendedor de acero. Lo cerró con un chasquido y lo puso de nuevo en su
bolsillo, luego fue a la mesilla y tomó otra lata de cerveza.
—¿Estás sedienta? —le dijo.
Ella no dijo nada.
Abrió la cerveza y el sonido de la lata abriéndose le recordó a Rose el de una
pistola siendo cargada. Se imaginó usando una con Fat Boy. Mantuvo la segunda
cerveza sobre ella y de nuevo comenzó a vertérsela. No podía creerlo. ¿Por qué le
hacía esto? ¿Qué posible placer podía haber en eso para él? Vertió la cerveza sobre
sus senos, luego más abajo, sobre sus pantalones de chándal. Para Rose parecía
como si ella se hubiera ensuciado. Como que también se sentía así. Odiaba estar
ahí, acostada en la cama mientras él hacía eso. Él movió el chorro de cerveza sobre
su pecho y luego en su cara y boca.
—Bebe —dijo y se rió.
Lo miró y podía decir que por la ira en sus ojos lo decía enserio. Abrió la
boca y dejó que el chorro entrara. Tragó todo lo que podía.
—Buena chica —dijo—. Trágalo para papi.
Ella lamió la cerveza y casi se ahoga. Cuando tosió se rió de ella.
—Vamos
—dijo—, puedes hacerlo mejor que eso.
Abrió una tercera lata de cerveza.
—Levántate —dijo.
Ella se sentó en la cama con su ropa empapada y él le entregó la lata.
—Tómala —dijo.
Lo miró. Hubo un giro tan cruel en la mueca de su boca que la asustó. No
quería la cerveza pero tenía demasiado miedo para rechazarla. La abrió, llevó la
lata a sus labios y tomó un sorbo.
—Dije que la bebieras —dijo Fat Boy.
Rose sacudió su cabeza. No podía entender por qué él estaba haciendo esto.
¿Por qué estaba siendo tan cruel? ¿Qué estaba mal con este lugar, con estos
hombres? Llevó la lata a sus labios y tomó tragos profundos de cerveza.
—Eso es —dijo Fat Boy.
Tomó una cerveza para él, una barra Snickers y se sentó pesadamente en su
silla. Abrió su cerveza y comenzó a beberla. Rose se sentó en la cama con su ropa
mojada y bebió la suya. Se sentía confundida. Su ropa, la única que Patrice le había
comprado, estaba cubierta con cerveza y se pegaba a su piel. Se sentía terrible. Se
quería cambiar, pero sabía que no se lo permitiría. Observó con cautela a Fat Boy
mientras se tomaba la cerveza y cuando terminó él fue por las otras dos que
quedaban y le dio una.
—No puedo —dijo ella—. Ya tuve suficiente.
—Tendrás suficiente cuando yo lo diga —dijo y se sentó de nuevo.
De mala gana, ella abrió la lata y tomó un sorbo de la cerveza. Su estómago
ya estaba lleno y comenzó
a sentir un zumbido por el alcohol. Fat Boy había
terminado su dulce y estaba fumando otro cigarrillo mientras bebió la última de las
cervezas.
—¿Por qué estás haciéndome esto? —dijo ella.
Se burló de ella. Rose miró hacia otro lado, pero lo miró cuando habló.
—Digamos que soy un horrible hombre sucio —dijo y se rió.
Rose asintió. Eso era cierto. Llevó la lata a sus labios y bebió un poco más de
la cerveza. Su estómago ya estaba lleno, pero podría tomarla lentamente. No sabía
a dónde estaba yendo él con esto. Una cosa que sí sabía era que sólo había seis latas
de cerveza en esa bolsa de supermercado y esta fue la última de ellas.
Trató de relajarse mientras se sentó ahí con su ropa mojada y terminaba su
cerveza. Cuando lo hizo volteó la lata hacia abajo para mostrarle a Fat Boy que la
había terminado.
—Bien —dijo él—. Muy bien. Ahora quítate toda la ropa.
Lo miró. Había una súplica en sus ojos que sabía que él tomaría como una
debilidad, pero no pudo evitarlo. No quería pasar por lo que le había hecho de
nuevo. No quería sentirse así nunca más mientras viviera. No podría soportar la
humillación, el disgusto que sentía de sí misma.
—Por favor —dijo ella—, no hagas esto.
—Quítate la ropa —repitió, más firme.
Rose se sentó por un momento sin moverse, sopesando sus opciones. No
había ninguna. No existía nada que pudiera hacer en esta situación que no fuera
cumplirle. Cualquier otra cosa sólo empeoraría las cosas para ella.
Cogió la camiseta de algodón y la tiró sobre su cabeza, revelándole a los ojos
hambrientos de Fat Boy sus suaves senos y sus vulnerables pezones rosados.
—Y los pantalones —dijo él.
Se los quitó. No tenía ninguna ropa interior así que se encontraba
completamente desnuda ahora. Tembló por el aire frío. Estaba totalmente oscuro
afuera ahora y deseó que hubiera calefacción en el cuarto.
—Tendré que atarte a la cama otra vez —dijo Fat Boy.
—¿Qué? ¿Por qué?
—No hagas preguntas.
—Pero Patrice dijo que podía estar desatada.
—¿Patrice dijo?
Rose cometió un error y lo sabía. ¿Cómo pudo ser tan estúpida? Patrice era
sólo un aspirante. No era un miembro del CM. Fat Boy tenía todos los parches y
fue un miembro por votos completos. Estaba loca al mencionar el nombre de
Patrice de esa manera.
—Bueno quizás sólo le muestre a Patrice lo que pienso de él, la próxima vez
que lo vea.
—No —dijo Rose—, no lo hagas.
Él la miró, pensativamente. —¿Por qué demonios te importa? —dijo él.
Lo había hecho otra vez. Iba a tener que aprender a mantener su bocota
cerrada si iba a sobrevivir por un buen tiempo en este lugar.
—¿Eres dulce con ese chico?
Era demasiado tarde. Le había dado demasiado. Todo lo que quería era
seguir desatada. No podía soportar la idea de volver a estar
amarrada. No podía
soportarlo.
—Por favor —dijo ella, mientras Fat Boy tomaba los cordones de cuero de la
mesa donde habían estado desde que Patrice la desató—. Por favor no lo hagas.
—Cállate, perra. Voy a divertirme.
Rose luchó y se retorció mientras él se montó a horcajadas sobre ella y
descansó su entero, aplastante peso en ella. Trató de resistirse, pero fue imposible.
Era pesado, fuerte y la agarró de cada brazo y la sujetó por las muñecas a los
postes de la cama. Luego hizo lo mismo con sus tobillos. Ella pateó pero no hizo
ninguna diferencia. En un punto alcanzó a patearle la cara pero sabía que eso sólo
servía para enfurecerlo.
Ahora estaba acostada justo como lo había estado la primera vez que él
había venido y la había violado. Se encontraba con las piernas abiertas, extendida
hacia los cuatro postes de la cama, y esta vez estaba completamente desnuda.
mariateresa- Mensajes : 1841
Fecha de inscripción : 10/01/2017
Edad : 47
Localización : CHILE
Re: Lectura #1 Junio 2017
CHICAS ACÁ SE PUSO FUERTE LA COSA, FAT ES UN CERDO QUE LE ENCANTA LA CRUELDAD Y ABUSAR DE LOS MAS DÉBILES.
EN PARTE ENTIENDO POR QUE NO PUEDE ESCAPAR ESE CLUB DE MOTEROS TIENEN DOMINADOS VARIOS PUEBLOS JUNTOS CON LAS AUTORIDADES Y NADIE SE VA ARRIESGAR POR AYUDARLE.
POR OTRO LADO NO ENTIENDO TODA SU PASIVIDAD EL NO DEFENDERSE Y LUCHAR POR ESCAPAR NO SE YO EN SUS ZAPATOS ME HUBIERA CARGADO A UNOS CUANTOS AUNQUE DESPUÉS ME TOQUE PAGAR.
EN PARTE ENTIENDO POR QUE NO PUEDE ESCAPAR ESE CLUB DE MOTEROS TIENEN DOMINADOS VARIOS PUEBLOS JUNTOS CON LAS AUTORIDADES Y NADIE SE VA ARRIESGAR POR AYUDARLE.
POR OTRO LADO NO ENTIENDO TODA SU PASIVIDAD EL NO DEFENDERSE Y LUCHAR POR ESCAPAR NO SE YO EN SUS ZAPATOS ME HUBIERA CARGADO A UNOS CUANTOS AUNQUE DESPUÉS ME TOQUE PAGAR.
mariateresa- Mensajes : 1841
Fecha de inscripción : 10/01/2017
Edad : 47
Localización : CHILE
Re: Lectura #1 Junio 2017
Gracias. Que rabia me está dando este libro
Tatine- Mensajes : 1561
Fecha de inscripción : 03/01/2016
Re: Lectura #1 Junio 2017
De acuerdo Maria Teresa, es lo que yod digo, es demasiado pasiva, le hubiera aventado cualquier cosa, no es posible que se queda asi como si nada.
Veritoj.vacio- Mensajes : 2400
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Edad : 52
Re: Lectura #1 Junio 2017
Este libro es muy cruel. A mi me encanta el romance oscuro y he leído tantos libros de este género.
Invitado- Invitado
Re: Lectura #1 Junio 2017
Capítulos 8 al 10
De verdad que me da mucha rabia con esta chica porque ella solo se queda allí aceptando todo esto ¿Qué no tiene sentido de supervivencia? ¿No se quiere? ¿Es mejor dejar que te violen y humillen a tratar de huir?
Prefiero la muerte a aguantar todo lo que Fat boy le hace pasar o lo que mi bebé Serge tiene planeado para ella.
Fat boy me da asco, ese hombre es un psicópata.
Re: Lectura #1 Junio 2017
Cap 10
No se que decir de este cap... solo dire que ella le pone muy fácil todo a es asqueroso hombre
No se que decir de este cap... solo dire que ella le pone muy fácil todo a es asqueroso hombre
Invitado,Te interesan más lecturas como esta buscanos en ACUALAND
Atómic_Mellark- Mensajes : 1172
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Re: Lectura #1 Junio 2017
mmmmm está chica me desespera como es posible que deje que le haga lo que quiera sin mover un dedo
yiniva- Mensajes : 4916
Fecha de inscripción : 26/04/2017
Edad : 33
Re: Lectura #1 Junio 2017
Esto comienza a desesperarme cada vez más !!
Y, en serio, porque carajos le abre la puerta?! Ya, en serio! Comienza a caerme mal, pienso que es tonta o algo así.
Pero bueno, esto se está poniendo feo. Y ella tranquila, como si nada... tan pasiva !!!
Grr, me molesta mucho...
'Sra. Maddox!
micafp_2530- Mensajes : 1884
Fecha de inscripción : 26/02/2017
Edad : 30
Localización : Entre las páginas de un libro...
Re: Lectura #1 Junio 2017
11
—No —dijo Rose, manteniendo un ojo en la televisión y otro en Fat Boy.
—Tienes que ir al oeste para ver a un oso como esos. Esos chicos se comen a
los nuestros de desayuno.
Rose asintió. La miraba mientras hablaba.
—Aunque no me asustan. He estado en Colombia Británica y Alaska. He
visto algunos.
Había algo raro en la manera en que Fat Boy hablaba. No estaba sólo
haciendo una conversación casual. Sabía eso. Estaba nervioso, tenso y tal vez un
poco loco. Ella tenía miedo.
—¿Es eso cierto? —dijo.
—He estado así de cerca de uno
—continuó Fat Boy, abriendo sus brazos
para mostrarle cuán cerca estuvo de un oso pardo—, cara a cara.
—¿Qué hiciste?
—Simplemente lo miré
—dijo Fat Boy—, me miró y se paró, cerca de un
metro de mí. Él vio algo que sólo los animales pueden ver. Me vio por lo que
realmente soy.
Había algo siniestro en la manera en que estaba hablando. Era como si
estuviese reviviendo la memoria.
—¿Y qué es? —dijo, ya asustada de cual podría ser la respuesta.
—Vio que no era un hombre en absoluto, sino un monstruo.
Rose dejó salir un pequeño grito. No tenía la intención de hacerlo, pero
había algo profundamente perturbador en la manera en que estaba hablando. Ella
era tan vulnerable. Le podía hacer cualquier cosa, incluso matarla si quería. No
quería escucharlo hablar así.
—Tenía una Ruger .375 y la levanté apuntando a su rostro.
—Y tiraste del gatillo —dijo Rose.
—Estás en lo correcto, pequeña —dijo Fat Boy y asintió.
Había algo que estaba definitivamente mal con él. No hablaba como una
persona normal. Todo en Fat Boy era nervioso e irracional. Parecía, para Rose, que
todo podía pasar. Se sentía tan inquieta que se sacudía de miedo en la cama
mientras Fat Boy continuaba su cuento.
—Ese oso no sabía qué lo había golpeado
—dijo Fat Boy—. Sólo gruñó.
—
Con eso, dejó salir un gruñido a su manera. Se inclinó en su silla y gruñó como un
oso. De hecho lucía como uno. Tenía gruesas y fuertes extremidades cubiertas con
pelo oscuro. Podía ver cuán peludo era su pecho por los botones abiertos de su
camisa. Tenía barba. Estaba sucio. Era el tipo de hombre que podía ser descrito
como un oso.
Paró de gruñir y luego comenzó a reírse.
—Un minuto más tarde, cayó muerto.
—Eso es terrible —dijo Rose.
No sabía que es lo que quería oír, pero sabía que él estaba esperando su
reacción a la historia.
—Terrible para ese oso —dijo Fat Boy y continuó riendo.
Rose no veía lo que era tan gracioso, pero dejó salir una pequeña risa. No
estaba disfrutando hablar con Fat Boy, pero era mucho mejor que la alternativa.
Hablaría con él toda la noche si eso significaba que no pondría sus manos en ella.
Se levantó de la silla y fue a la bolsa de compras. Se olvidó que ya había
bebido la última cerveza.
—Mierda
—dijo—, debería haber traído más. O tal vez no debería haberte
hecho beber tanto —dijo.
—Tal vez no debiste hacerlo —dijo Rose.
—Oh bueno, tengo mis razones, señorita
—dijo y se sentó de vuelta en la
silla.
Eso asustó a Rose. ¿Cuáles son las posibles razones que podría haber tenido
para hacerla beber unas pocas cervezas?
—No —dijo Rose, manteniendo un ojo en la televisión y otro en Fat Boy.
—Tienes que ir al oeste para ver a un oso como esos. Esos chicos se comen a
los nuestros de desayuno.
Rose asintió. La miraba mientras hablaba.
—Aunque no me asustan. He estado en Colombia Británica y Alaska. He
visto algunos.
Había algo raro en la manera en que Fat Boy hablaba. No estaba sólo
haciendo una conversación casual. Sabía eso. Estaba nervioso, tenso y tal vez un
poco loco. Ella tenía miedo.
—¿Es eso cierto? —dijo.
—He estado así de cerca de uno
—continuó Fat Boy, abriendo sus brazos
para mostrarle cuán cerca estuvo de un oso pardo—, cara a cara.
—¿Qué hiciste?
—Simplemente lo miré
—dijo Fat Boy—, me miró y se paró, cerca de un
metro de mí. Él vio algo que sólo los animales pueden ver. Me vio por lo que
realmente soy.
Había algo siniestro en la manera en que estaba hablando. Era como si
estuviese reviviendo la memoria.
—¿Y qué es? —dijo, ya asustada de cual podría ser la respuesta.
—Vio que no era un hombre en absoluto, sino un monstruo.
Rose dejó salir un pequeño grito. No tenía la intención de hacerlo, pero
había algo profundamente perturbador en la manera en que estaba hablando. Ella
era tan vulnerable. Le podía hacer cualquier cosa, incluso matarla si quería. No
quería escucharlo hablar así.
—Tenía una Ruger .375 y la levanté apuntando a su rostro.
—Y tiraste del gatillo —dijo Rose.
—Estás en lo correcto, pequeña —dijo Fat Boy y asintió.
Había algo que estaba definitivamente mal con él. No hablaba como una
persona normal. Todo en Fat Boy era nervioso e irracional. Parecía, para Rose, que
todo podía pasar. Se sentía tan inquieta que se sacudía de miedo en la cama
mientras Fat Boy continuaba su cuento.
—Ese oso no sabía qué lo había golpeado
—dijo Fat Boy—. Sólo gruñó.
—
Con eso, dejó salir un gruñido a su manera. Se inclinó en su silla y gruñó como un
oso. De hecho lucía como uno. Tenía gruesas y fuertes extremidades cubiertas con
pelo oscuro. Podía ver cuán peludo era su pecho por los botones abiertos de su
camisa. Tenía barba. Estaba sucio. Era el tipo de hombre que podía ser descrito
como un oso.
Paró de gruñir y luego comenzó a reírse.
—Un minuto más tarde, cayó muerto.
—Eso es terrible —dijo Rose.
No sabía que es lo que quería oír, pero sabía que él estaba esperando su
reacción a la historia.
—Terrible para ese oso —dijo Fat Boy y continuó riendo.
Rose no veía lo que era tan gracioso, pero dejó salir una pequeña risa. No
estaba disfrutando hablar con Fat Boy, pero era mucho mejor que la alternativa.
Hablaría con él toda la noche si eso significaba que no pondría sus manos en ella.
Se levantó de la silla y fue a la bolsa de compras. Se olvidó que ya había
bebido la última cerveza.
—Mierda
—dijo—, debería haber traído más. O tal vez no debería haberte
hecho beber tanto —dijo.
—Tal vez no debiste hacerlo —dijo Rose.
—Oh bueno, tengo mis razones, señorita
—dijo y se sentó de vuelta en la
silla.
Eso asustó a Rose. ¿Cuáles son las posibles razones que podría haber tenido
para hacerla beber unas pocas cervezas?
mariateresa- Mensajes : 1841
Fecha de inscripción : 10/01/2017
Edad : 47
Localización : CHILE
Re: Lectura #1 Junio 2017
12
—Por favor, desátame —dijo—, así podré usar el baño.
Fat Boy la miró. Sus ojos la recorrieron
lentamente desde su rostro, por
encima de su cuerpo, antes de descansar en su vagina. Se sentía adolorida, tenía
que ir. Trataba de cruzar las piernas, pero le era imposible debido a la forma en la
que estaba atada.
—Tal vez podrías hacer pis después de esta película
—dijo, burlándose de
ella—. No quiero perdérmela.
Rose asintió. Sabía que estaba en problemas. ¿Cómo iba a llegar hasta el
final de la película? Iba recién a la mitad. ¿Y esa mirada horrible en la cara de Fat
Boy? ¿Que había significado?
Y entonces se dio cuenta, él planeó toda esta situación. Este fue el motivo
por el que la obligó a beber toda la cerveza. Quería que sufriera de esta forma.
Se prometió que no lo mencionaría de nuevo, no quería darle la satisfacción
de saber qué tan bien funcionaba su plan, pero tan pronto como hubo una pausa
publicitaria, le suplicó de nuevo que la dejara ir al baño.
—Por favor, no me hagas esto, desátame por sólo dos minutos y luego voy a
estar de vuelta en la cama donde me quieres.
—Te dije que podías ir después de la película
—dijo Fat Boy, sonriendo.
Estaba disfrutando inmensamente de la situación.
Rose apretó los dientes, pero no había nada que pudiera hacer. Tal vez ese
era el juego. Si lograba hacerlo hasta el final, la dejaría utilizar el baño. Si no,
dejaría que se ensuciara. Era un hombre cruel, un animal bruto, y lo odiaba.
Los comerciales parecían no terminar nunca, y luego, cuando la película
finalmente volvió, Rose pensó que no iba a lograrlo. La película parecía seguir y
seguir y finalmente, cuando parecía que se iba acercando a una conclusión, se cortó
de nuevo por otro grupo de anuncios.
En ese momento su vejiga ardía. Estaba en agonía. Se moría de ganas de
orinar, o incluso sólo liberar parte de la orina en la vejiga, pero no podía hacerlo.
No podía orinarse frente a él. Era demasiado degradante. Era la última
humillación. Incluso pensó que si había una cosa más humillante que lo que había
hecho con ella la primera noche, era esto.
—No puedo esperar más —dijo cuando más comerciales aparecieron.
—Ahora, ahora
—dijo Fat Boy—. Dije que podías hacer pis después de la
película. No hagas que me enoje contigo.
Hacerlo enojar era lo último que quería hacer. Era su cautiva, su prisionera.
Podía hacerle cualquier cosa. Pero necesitaba vaciar su vejiga y no podía esperar
más.
Relajó su vejiga muy ligeramente y sintió la cálida sensación del pis fluir a
través de ella, pero inmediatamente se detuvo antes de soltar la orina.
Simplemente no podía hacerlo, no con él sentado allí, mirándola así.
La última parte de la película pareció una eternidad. Cuando Rose
finalmente vio pasar los créditos casi lloró. Nunca había estado tan aliviada al ver
el final de una película en toda su vida.
—Ahora —dijo—, desátame, rápido.
Se sentía a punto de estallar. Su vejiga ardía. Todos los músculos de esa
zona estaban tan tirantes y tensos como era posible. Ni siquiera estaba segura de si
lograría llegar al baño desde la cama.
—Por favor, date prisa —dijo ella.
Fat Boy se levantó de su asiento y parecía que se movía terriblemente lento.
—Apúrate, por favor —dijo de nuevo. Se sentía desesperada.
Pero cuando Fat Boy se le acercó no la desató en absoluto. En lugar de eso,
abrió la cremallera de sus pantalones y sacó su duro pene hinchado. Se veía muy
cachondo, muy excitado, y Rose perdió toda esperanza.
Ella empezó a sollozar.
—Por favor, dijiste que podía usar el baño después de la película.
—Ah, ah
—dijo Fat Boy, moviendo un dedo delante de ella como si fuera
una niña—. Dije que podías hacer pis después de la película.
—Entonces desátame para poder hacer pis.
—No necesito desatarte. Orina donde estás.
—Por favor, desátame —dijo—, así podré usar el baño.
Fat Boy la miró. Sus ojos la recorrieron
lentamente desde su rostro, por
encima de su cuerpo, antes de descansar en su vagina. Se sentía adolorida, tenía
que ir. Trataba de cruzar las piernas, pero le era imposible debido a la forma en la
que estaba atada.
—Tal vez podrías hacer pis después de esta película
—dijo, burlándose de
ella—. No quiero perdérmela.
Rose asintió. Sabía que estaba en problemas. ¿Cómo iba a llegar hasta el
final de la película? Iba recién a la mitad. ¿Y esa mirada horrible en la cara de Fat
Boy? ¿Que había significado?
Y entonces se dio cuenta, él planeó toda esta situación. Este fue el motivo
por el que la obligó a beber toda la cerveza. Quería que sufriera de esta forma.
Se prometió que no lo mencionaría de nuevo, no quería darle la satisfacción
de saber qué tan bien funcionaba su plan, pero tan pronto como hubo una pausa
publicitaria, le suplicó de nuevo que la dejara ir al baño.
—Por favor, no me hagas esto, desátame por sólo dos minutos y luego voy a
estar de vuelta en la cama donde me quieres.
—Te dije que podías ir después de la película
—dijo Fat Boy, sonriendo.
Estaba disfrutando inmensamente de la situación.
Rose apretó los dientes, pero no había nada que pudiera hacer. Tal vez ese
era el juego. Si lograba hacerlo hasta el final, la dejaría utilizar el baño. Si no,
dejaría que se ensuciara. Era un hombre cruel, un animal bruto, y lo odiaba.
Los comerciales parecían no terminar nunca, y luego, cuando la película
finalmente volvió, Rose pensó que no iba a lograrlo. La película parecía seguir y
seguir y finalmente, cuando parecía que se iba acercando a una conclusión, se cortó
de nuevo por otro grupo de anuncios.
En ese momento su vejiga ardía. Estaba en agonía. Se moría de ganas de
orinar, o incluso sólo liberar parte de la orina en la vejiga, pero no podía hacerlo.
No podía orinarse frente a él. Era demasiado degradante. Era la última
humillación. Incluso pensó que si había una cosa más humillante que lo que había
hecho con ella la primera noche, era esto.
—No puedo esperar más —dijo cuando más comerciales aparecieron.
—Ahora, ahora
—dijo Fat Boy—. Dije que podías hacer pis después de la
película. No hagas que me enoje contigo.
Hacerlo enojar era lo último que quería hacer. Era su cautiva, su prisionera.
Podía hacerle cualquier cosa. Pero necesitaba vaciar su vejiga y no podía esperar
más.
Relajó su vejiga muy ligeramente y sintió la cálida sensación del pis fluir a
través de ella, pero inmediatamente se detuvo antes de soltar la orina.
Simplemente no podía hacerlo, no con él sentado allí, mirándola así.
La última parte de la película pareció una eternidad. Cuando Rose
finalmente vio pasar los créditos casi lloró. Nunca había estado tan aliviada al ver
el final de una película en toda su vida.
—Ahora —dijo—, desátame, rápido.
Se sentía a punto de estallar. Su vejiga ardía. Todos los músculos de esa
zona estaban tan tirantes y tensos como era posible. Ni siquiera estaba segura de si
lograría llegar al baño desde la cama.
—Por favor, date prisa —dijo ella.
Fat Boy se levantó de su asiento y parecía que se movía terriblemente lento.
—Apúrate, por favor —dijo de nuevo. Se sentía desesperada.
Pero cuando Fat Boy se le acercó no la desató en absoluto. En lugar de eso,
abrió la cremallera de sus pantalones y sacó su duro pene hinchado. Se veía muy
cachondo, muy excitado, y Rose perdió toda esperanza.
Ella empezó a sollozar.
—Por favor, dijiste que podía usar el baño después de la película.
—Ah, ah
—dijo Fat Boy, moviendo un dedo delante de ella como si fuera
una niña—. Dije que podías hacer pis después de la película.
—Entonces desátame para poder hacer pis.
—No necesito desatarte. Orina donde estás.
mariateresa- Mensajes : 1841
Fecha de inscripción : 10/01/2017
Edad : 47
Localización : CHILE
Re: Lectura #1 Junio 2017
Oh por Dios! no me digas que la va a hacer orinarse encima, en serio!
No puedo...
No puedo...
Página 4 de 6. • 1, 2, 3, 4, 5, 6
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