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Lectura Única Diciembre 2017
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Book Queen :: Biblioteca :: Lecturas
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Re: Lectura Única Diciembre 2017
Su compañera de trabajo un poco desagradable su jefe un amorshh y el novio pffff. Mal mal mal me parece que no tiene muy buena suerta y para rematarla tuvo un accidente.
Gracias yiniva
Gracias yiniva
mariateresa- Mensajes : 1841
Fecha de inscripción : 10/01/2017
Edad : 47
Localización : CHILE
Re: Lectura Única Diciembre 2017
1 .
aww!! que lindo , sin duda una noche de navidad distinta para alguien que desea mas de lo que alguien adicto al trabajo le puede dar,si ya esta casado con su trabajo creen que llegue a su boda el 31???
pd. este libro lo encuentro en PDF, si es si donde? , me gustaria tenerlo, gracias
aww!! que lindo , sin duda una noche de navidad distinta para alguien que desea mas de lo que alguien adicto al trabajo le puede dar,si ya esta casado con su trabajo creen que llegue a su boda el 31???
pd. este libro lo encuentro en PDF, si es si donde? , me gustaria tenerlo, gracias
citlalic_mm- Mensajes : 978
Fecha de inscripción : 04/10/2016
Edad : 41
Re: Lectura Única Diciembre 2017
Me encanta esta canciónyiniva escribió:Hola muy buenos días, hoy empezamos la lectura y que mejor manera de hacerlo que con una linda canción navideña
Maga- Mensajes : 3549
Fecha de inscripción : 26/01/2016
Edad : 37
Localización : en mi mundo
Re: Lectura Única Diciembre 2017
Como que Lucy no es precisamente la persona con mas suerte... pero como aguanta a un novio como ese que tiene...
berny_girl- Mensajes : 2842
Fecha de inscripción : 10/06/2014
Edad : 36
Re: Lectura Única Diciembre 2017
Primero que nada ese Mich es un idiota, eso no fue una propuesta de matrimonio. Carmella es un amor, me gusta Will realmente parece un buen padre.
En serio Mich? es un imbécil. Increíble ni siquiera el día de la boda dejará de trabajar. que rayos le ve Lucy a ese tipo.
Maga- Mensajes : 3549
Fecha de inscripción : 26/01/2016
Edad : 37
Localización : en mi mundo
Re: Lectura Única Diciembre 2017
Yo creo que Lucy se merece algo mejor de todo. En eso si tiene razon Mitch necesita creer que se merece algo mejor
Veritoj.vacio- Mensajes : 2400
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Edad : 52
Re: Lectura Única Diciembre 2017
Pobre lucy, su día empeora con un accidente espero que pronto mejore
Me gusta Mitch como cuida a sus hijos
Muchas gracias por el capítulo
Me gusta Mitch como cuida a sus hijos
Muchas gracias por el capítulo
sora_phoebe- Mensajes : 169
Fecha de inscripción : 12/11/2015
Edad : 34
Re: Lectura Única Diciembre 2017
Hola hola feliz martes,
yo creó que Lucy no es la prioridad de Mitch, obviamente, la pone después del trabajo, es un gran idiota, y ella por otro lado se pasa de buena, yo le hubiera echo una escena, a ver papacito o te pones las pilas o a ver como le hacemos , porque así no más no.
Y Carmella es una niña tan linda
yiniva- Mensajes : 4916
Fecha de inscripción : 26/04/2017
Edad : 33
Re: Lectura Única Diciembre 2017
Aquí les dejo su videito, es Luis Mirey con este disco tan lindo, espero que les guste, a mí me encanta escucharlo en esta época del año.
yiniva- Mensajes : 4916
Fecha de inscripción : 26/04/2017
Edad : 33
Re: Lectura Única Diciembre 2017
CAPÍTULO 2
William se abrochó su bata y se detuvo en la curva de las escaleras. Carmella corrió por las escaleras delante de él, yendo al enorme sillón beige frente a la chimenea. Dos calcetas de golosinas colgaban de ella.
—¡Oh chico, oh chico! —ella gritaba, saltando sobre sus talones en un baile feliz.Justin apareció en el descanso de las escaleras junto a su papá.
—¿Qué es cerebro de pelusa? —preguntó con un bostezo.
Carmella levantó la vista hacia los dos, con sus mejillas radiantes. William nunca la había visto tan emocionada. —¡Lo hizo! ¡Santa realmente lo hizo!
William bajó las escaleras sintiéndose satisfecho de sí mismo. Sabía una o dos cosas de la paternidad después de todo. —¿Bien? ¿Es lo que querías?—Chico, esto es mejor —dijo Carmella con un jadeo feliz.
William caminó alrededor del sofá, con cierto aire petulante. Entonces, de repente se detuvo, casi cayéndose en la mesa de café.
—Guau —dijo Justin, mirando al frente de él.
William se quedó en estado se shock ante la ¡hermosa rubia en el sofá agarrando el oso de peluche de Carmella! No parecía tener más de treinta años y bastante sensible.
La mujer abrió los ojos y trato de levantarse, antes de acostarse rápidamente. —
¿Dónde estoy? —preguntó con un gemido de dolor.
—¿No lo sabes? —preguntó Carmella, tomándola de la mano—. ¡Santa te trajo a casa .Se empujó a si misma de pie, agarrando el respaldo del sofá. —¿A casa?
—¡Eres nuestra nueva mamá!
William miró a la mujer, quien le devolvió la mirada en estado de shock.
—¿Nuestra nueva…? Oh, no, no, no, no —William miró con suspicacia a su hijo.
—Justin William Kinkaid, ¿tuviste que ver algo con esto?
—¡No, papá! ¡Lo juro!
—Apuesto que fue Eddie —dijo William, rascándose la barbilla. —Eddie del banco. Le di a ese sin vergüenza la llave para regar las plantas de la casa en Acción de Gracias y nunca la regresó.
Ojos azules brillaron debajo de pestañas oscuras, mientras la mujer miró a todos.—Yo… ¿los conozco?
William fue al sofá y le habló en un susurro duro. —Escucha, señorita, no sé quién es, o cuál…
—Yo tampoco —dijo en tono de alarma—. ¿Cómo llegué aquí? ¿Estoy secuestrada?
—Secues… ¿qué?
—¿Por qué están susurrando? —Carmella elevó la voz. —Quiero escuchar lo que ella dice.
—Yo también —añadió Justin. —Debe ser extraordinario.
William le frunció el ceño a la mujer, pensando que esta pequeña broma había ido demasiado lejos. —¿Te importaría hablar conmigo en la cocina?
Ella agarró el oso y se deslizó hacia atrás. —No lo sé. Tal vez me importe. Pareces
un poco inestable para mí.
—No te asustes —dijo Carmella amablemente—. Santa no te llevará a ningún lugar malo.
—¿Santa? Pero no… —La mujer comenzó antes de que William la cortara con una mirada de silencio—. Me dijo lo bonita niña que eres —Ella terminó, captando la señal de no dejar saber que Santa no existe.
—¿Si no te importa? —dijo William, señalando la puerta hacia la cocina.Lucy estaba de pie en la cocina, con su cabeza todavía mareada. Sus piernas se sentían como espaguetis que habían estado mucho tiempo cocidos. Se aferró a la isla central para mantenerse en equilibrio mientras el hombre despotricó. Estaba increíblemente irritado con ella, y ella no sabía por qué. De hecho, estaba teniendo problemas para recordar cualquier cosa.
—Bien, ya estamos lejos de los niños —continuó—, puedes dejar de actuar. —Para alguien tan evidentemente agitado, era terriblemente guapo. Con su 1.80 metros y con rastrojos de barba, casi parecía una estrella de televisión. Pero entonces, ¿por qué tenía una bata?
—No sé lo que quieres decir.
—Escucha, no sé cuánto te pago Eddie…
—¿Es el Eddie quién te contrato una desnudista para tu cumpleaños? —El chico le preguntó desde el umbral. Sostenía una gran bolsa llena de paquetes y parecía tener doce o trece años. Por la sonrisa en sus labios, él parecía pensar que era mayor.
El hombre naturalmente adquirió un sonrojo más oscuro. —Una bailarina, hijo.
Ella era una bailarina. Pensé que te expliqué eso. ¿Qué tienes en las manos?
El chico le dio una mirada apreciativa a Lucy. —Parece que tu misteriosa cita trajo regalos. Un montón de ellos —Miró la etiqueta y sonrió—. Por cierto su nombre es Bridget.
Lucy y el hombre se quedaron mirando, pero lo único que ella recordó era un espacio en blanco. Bridget no sonaba del todo correcto. Pero por otra parte, no era completamente desconocido.
—Bueno, bueno —El hombre le dijo al niño—, gracias por la actualización. Ahora puedes… —Le hizo una señal a su hijo para que se fuera y el chico salió pitando. Le regresó su mirada a Lucy y ella se dio cuenta que el color de sus ojos eran marrones enmelados con motas de oro—. Muy bien, Bridget. Vamos aclarar una cosa. No habrá desnudos en esta casa. ¿Quedó claro?
Ella puso una mano en su cadera ofendida. No podía recordar mucho en ese momento, ¡pero estaba segura que no era una desnudista! —Dame un momento —dijo—. ¿Me veo como una desnudista para ti?Él la miró, al parecer algo decisivo.
—Mira —dijo ella—, obviamente ha habido un gran malentendido. No conozco a alguien llamado Eddie, y desde luego que no conozco a ninguno de ustedes. —Bueno entonces, no hay otra explicación. Te metiste a la fuerza aquí. —¡Vamos! No sé mucho, pero sé que no soy una ladrona. Escucha, también estoy un poco acongojada con esto como tú. Tal vez más. Me despierto en el sofá de un extraño cuyos hijos parecen pensar que Santa me trajo…
—Y los dos sabemos que eso no es cierto —dijo, inclinando la barbilla masculina.—¡Oh! —De repente, toda la conmoción la golpeó y ella se sintió muy mareada.
—¿Qué es? ¿Qué pasa? —Él preguntó, con su rostro ablandándose con preocupación. Tal vez, sólo tal vez, él le creería que no estaba poniendo todo esto patas arriba.
—Mi cabeza. Está… —Agarró la parte posterior de su cabeza y de inmediato hizo una mueca de dolor.Él cautelosamente levantó una mano hacia su cuero cabelludo. —¿Puedo? Asintió, cada vez más mareada.
—No es extraño que te sientas débil —dijo—. Tienes un chicón saliendo —Lucy se tambaleó hacia delante y él la tomó en sus fuertes brazos—. ¿Bridget? —dijo, buscando sus ojos.
Él realmente es guapísimo, pensó en una fracción de segundo antes que las luces se apagaran. Y entonces, Lucy se dejó caer en un lugar totalmente oscuro y cálido.
William miró a la mujer que se desplomó contra él, en una total perdida. ¿Qué demonios podía hacer? Era evidente que no podía dejarla caer. Cuidadosamente como pudo, deslizó un brazo por debajo de sus piernas y la levantó en sus brazos. Acunándola contra su pecho, parecía como una princesa de un cuento de hadas. Su cabello era rubio y fino, escondido detrás de algunos alfileres, y cayendo desigual en algún tipo de peinado alrededor de su barbilla. Su tez era hermosa, parecía más pálida ahora que se había desmayado por completo. Normalmente la llevaría al hospital, pero no estaba seguro si podía llegar a la ciudad con la tormenta de nieve sobre ellos y el puente con un carril cerrado. Llamaría al médico primero, sí eso es lo que haría. Y después lo demás. La policía, el buró de personas desaparecidas… ella tenía que estar y claramente además estaba herida.
Un momento después, William llevó a Bridget a través de la sala mientras Carmella saltó de su silla. —¿A dónde la llevas?—Probablemente de regreso al manicomio donde pertenece —dijo Justin cerca.—¡Justin! —William corrigió severamente. Carmella corrió hacia la puerta y se lanzó contra ella, con los brazos extendidos.
—¡Oh no, no lo harás! —Le dijo a su padre perplejo—. Bridget es mi regalo de navidad,
¿recuerdas? ¡No hay intercambios ni devoluciones!
—No estoy llevando a Bridget a ninguna parte —dijo amablemente a su hija—. A excepción de la cama.
Justin levantó una ceja, pero William se aclaró la garganta y se dirigió a las escaleras. —sabes lo que quiero decir, hijo.—Ella es buena, le voy a dar eso —dijo Justin.—Ella no está actuando —replicó Carmella profundamente—. Sólo está cansada.
Apuesto que fue cansadísimo ir en el trineo alrededor del mundo.—Sí, bueno —dijo William—. Creo que la llevaré al piso de arriba a descansar un poco.
William llevó a Bridget a la habitación principal y tiernamente la dejó en la cama. Mientras con precaución como pudo, le quitó una zapatilla y luego la siguiente. Su empeine cayó en su mano y se detuvo mirando sus piernas con sonrojo. Llevaba medias y un vestido corto color blanco con manchas oscuras que parecían ser un especie de uniforme. William no había pensado en las piernas de una mujer en un largo tiempo y ciertamente tampoco había estado cerca de algunas. Definitivamente no de unas encantadoras. Rápidamente levantó la manta para cubrirlas y al resto de la figura femenina de Bridget.
Alcanzó a ver la foto de Karen en la mesita de noche y de pronto sintió que su cara se enrojeció por la culpa. No había mirado a otra mujer desde que Karen murió y honestamente no había tenido deseos de hacerlo. Ser un padre soltero y administrar un banco, apenas le daba tiempo para una amiga femenina. Por otra parte estaba cerca de los cuarenta y también fuera de práctica con las damas. Con Karen, las cosas fueron fáciles. Habían sido amigos en la universidad que se convirtieron en novios y más tarde se habían casado. Fue afortunado en librarse de las pruebas y aflicciones de jugar en el campo que muchos de sus amigos pretendían deleitarse, pero en secreto odiaban. Realmente afuera era una jungla y los días alegres de William Kinkaid habían terminado.
Algo brillaba en la mano izquierda de Bridget y se dio cuenta con una extraña sensación de tristeza que lleva un anillo de compromiso. Bueno, claro que lo haría, ¿no? una mujer joven y bonita estaba obligada a llevarlo. Estaba seguro que tenía una maravillosa vida—y novio—esperando por ella en algún lugar. Y dondequiera que estuvieran, William la ayudaría a encontrarlos. Era lo mínimo que podía hacer por la extraña, especialmente en navidad. —Es tan hermosa —la dulce voz de Carmella sonó detrás de él. William se giró sorprendido de ver que su hija entró en la habitación.
—Apuesto que se escapó de la cárcel —dijo Justin, arrastrándose detrás de ella. Carmella hinchó sus mejillas. —¡No!
William los echó fuera y silenciosamente cerró la puerta. —Ahora, vamos ustedes dos. Estoy seguro que no se escapó de la cárcel.
—Sí. Los elfos la hicieron —Carmella les informó.
—Los Elfos no hacen personas, cerebro de pelusa.
William le dio una mirada a Justin y luego se agachó para hablar con Carmella.
—¿Es lo que pediste, Carmella? ¿Una nueva mami?
—Ohh, sí. ¿Y no es perfecta? Un poco más joven de lo que pedí, pero supongo que eso está bien.
Un nudo en la garganta de William se atoró.
—Cariño —dijo suavemente—. Sé lo mucho que echas de menos a tu mamá.
Todos lo hacemos —Frunció los labios de golpe—. Pero creo que sabes…
—¡No existe Santa! —Justin dijo entre risas.
La niña se quedó sin aliento, con dolor en sus ojos. —¡Papi, dile que está equivocado!
William resopló y miró a Justin, agitado. —Ahora, baja.
Justin se fue, con sus pantalones caídos, mientras Carmella agarró su peluche. —
¡Pero él me trajo a Cubby! ¡Y a una mamá! Dijiste que era real. Tú no mientes, ¿verdad, papi?
William apretó su mandíbula, sintiéndose como una gran falsa. No podía decirle a Carmella que Santa no era real y así romperle su pequeño corazón. Todavía le quedaba mucho de su niñez y su infancia ya había sido dura. Crecer sin una madre la había dejado con anhelo de cosas que él no le podía dar. William ahora lo veía y se sintió muy mal por ella.
—Claro que existe Santa —dijo, agarrando a su hija y a su oso en un abrazo—. Tienes que apostarlo —Se echó hacia atrás con una sonrisa—. ¿Después de todo tienes a Cubby no?
yiniva- Mensajes : 4916
Fecha de inscripción : 26/04/2017
Edad : 33
Re: Lectura Única Diciembre 2017
2
aw!!! que tierna es Carmella, tener el anhelo por una mamá es muy tierno de su parte, ahh y pensar que algun dia nosotros tuvimos la creenia en Santa, ....
:
aw!!! que tierna es Carmella, tener el anhelo por una mamá es muy tierno de su parte, ahh y pensar que algun dia nosotros tuvimos la creenia en Santa, ....
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citlalic_mm- Mensajes : 978
Fecha de inscripción : 04/10/2016
Edad : 41
Veritoj.vacio- Mensajes : 2400
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Edad : 52
Re: Lectura Única Diciembre 2017
Como llegó del accidente al sofá? jajaja
Muchas gracias por e capitulo
Muchas gracias por e capitulo
sora_phoebe- Mensajes : 169
Fecha de inscripción : 12/11/2015
Edad : 34
Re: Lectura Única Diciembre 2017
me unoooo
Pobre Lucy! Aun si su prometido quisiera darle todo deberia prestarle mas antencion!
Y eso de no tener hijos cuando ella desesperadamente si quiere... no creo que sean compatibles en absoluto!
Gracias!!!
Pobre Lucy! Aun si su prometido quisiera darle todo deberia prestarle mas antencion!
Y eso de no tener hijos cuando ella desesperadamente si quiere... no creo que sean compatibles en absoluto!
Gracias!!!
Emotica G. W- Mensajes : 2737
Fecha de inscripción : 15/11/2016
Edad : 27
Localización : Mi casa :D
Re: Lectura Única Diciembre 2017
Ohhh!!!
Eso si que debio ser un buen golpe como para que no recuerde nada!
Hermosa Carmella que pidio una nueva mami!
Will tendra que enfocarse en otra cosa que no sean sus piernas!
Ya quiero leer el siguiente!
Muchas gracias!!!
Eso si que debio ser un buen golpe como para que no recuerde nada!
Hermosa Carmella que pidio una nueva mami!
Will tendra que enfocarse en otra cosa que no sean sus piernas!
Ya quiero leer el siguiente!
Muchas gracias!!!
Emotica G. W- Mensajes : 2737
Fecha de inscripción : 15/11/2016
Edad : 27
Localización : Mi casa :D
Re: Lectura Única Diciembre 2017
muajajajaja como rayos llegó a esa casa?
Ahora Carmella no se la va dejar quitar con nadie jajaja ese es su regalo de Santa
Ahora Carmella no se la va dejar quitar con nadie jajaja ese es su regalo de Santa
Maga- Mensajes : 3549
Fecha de inscripción : 26/01/2016
Edad : 37
Localización : en mi mundo
Re: Lectura Única Diciembre 2017
Jajajaj esa niña es un amor.
Y como todas me pregunto como llego del accidente al sofa???
Y por el golpe ahora tiene amnesia pfff para completarla.
Gracias por el capi
Y como todas me pregunto como llego del accidente al sofa???
Y por el golpe ahora tiene amnesia pfff para completarla.
Gracias por el capi
mariateresa- Mensajes : 1841
Fecha de inscripción : 10/01/2017
Edad : 47
Localización : CHILE
Re: Lectura Única Diciembre 2017
Yo nunca creí en Santa pero como que cambiare de parecer xD me pregunto como L. llego al sofá. Que linda que es Carmella
Ya quiero leer como se desarrolla esta relación :3
Ya quiero leer como se desarrolla esta relación :3
IsCris- Mensajes : 1339
Fecha de inscripción : 25/10/2017
Edad : 26
Re: Lectura Única Diciembre 2017
Tan extraño todo, como llego al Sofa??
Justin el tipico adolecente, pero no me gusto la forma en que le dice a Carmella que Santa no existe.
Justin el tipico adolecente, pero no me gusto la forma en que le dice a Carmella que Santa no existe.
berny_girl- Mensajes : 2842
Fecha de inscripción : 10/06/2014
Edad : 36
Re: Lectura Única Diciembre 2017
Todas con la misma pregunta...
Como llego Lucy al sofá?
Adorable Carmella, en su inocencia cree que Santa le mando una nueva mami.
A ver como hace William para explicarle que ella no es su nueva mamá.
Gracias @Yiniva....
Como llego Lucy al sofá?
Adorable Carmella, en su inocencia cree que Santa le mando una nueva mami.
A ver como hace William para explicarle que ella no es su nueva mamá.
Gracias @Yiniva....
"A veces nunca se aprecia el valor de un momento hasta que se convierte en un recuerdo."
adricrisuruta- Mensajes : 4353
Fecha de inscripción : 14/10/2015
Edad : 51
Localización : España
Re: Lectura Única Diciembre 2017
hola hola muy buenos días tengan todas, se mueren por saber como llegó ahí verdad? pues que creen................................ hay que seguir leyendo je, je
yiniva- Mensajes : 4916
Fecha de inscripción : 26/04/2017
Edad : 33
Re: Lectura Única Diciembre 2017
Pues aquí esperando capi.....
"A veces nunca se aprecia el valor de un momento hasta que se convierte en un recuerdo."
adricrisuruta- Mensajes : 4353
Fecha de inscripción : 14/10/2015
Edad : 51
Localización : España
Re: Lectura Única Diciembre 2017
CAPÍTULO 3
Una hora más tarde, William bajó la voz y gritó en el teléfono—: ¿Qué quiere decir con que tengo que esperar cuarenta y ocho horas para reportar a una persona desaparecida? Te acabo de decir, ¡ella ya está aquí!
Dejó el teléfono y se masajeó las sienes justo cuando el timbre sonó. Voces alegres y risas sonaron desde el vestíbulo mientras Carmella corrió a la habitación.
—¡Grammy y Poppy están aquí!William suspiró, preguntándose cómo iba a explicar lo de Bridget a sus padres. Fueron lo suficientemente arrogantes cuando empezó la vida de padre soltero. ¿Quién sabía cómo se tomarían la noticia de un extraño en su sofá?
Se dirigió hacia la puerta y ayudó a su madre con su abrigo. Era perfectamente remilgada como siempre, con una falda y una blusa perfectamente planchada y abotonada. Su padre era un desastre, como de costumbre, sin combinación, nada de su ropa combinaba—. ¡Mamá! ¡Papá! —dijo William, saludando a los dos con abrazos—.
¿Cómo fue el viaje? ¿Algún problema para llegar aquí?—Bueno, el paseo fue un poco resbaladizo —dijo su mamá.
—Aparte de eso, estuvo muy bien —dijo su padre, terminando por ella. William supuso que ayudó el que vivían al lado. De lo contrario, con la torrencial tormenta, podrían no haber llegado.
Emma se inclinó hacia delante y le susurró al oído—. Carmella, dice Santa que dejó algo en tu sofá.
—Algo de tamaño grande —Grant sonrió.—En realidad, no es como que…
—¡Seguro que es, papá! —salió corriendo—. Lo dijiste arriba. Justo después de que la llevaras a la cama, ¿recuerdas?
Emma abanicó su cara con su bolso mientras William enrojeció—. Realmente no creo que esto sea apropiado —dijo entre dientes con voz baja—. No con los niños…—Él es un hombre adulto, Emma, —Grant interrumpió. Se inclinó hacia William—. Pero tu madre tiene razón, hijo. Deberías haberle pedido que se fuera antes de que los niños se levantaran.
—No, él debería haberle pedido que esperara hasta después de la boda—dijo Emma un poco demasiado fuerte.William dijo con voz ronca—. ¿Boda?
—¡Oh, muchacho! —cantó Carmella—. ¡Ella lucirá como mi Barbie Novia! ¡Espera hasta que la veas! —Dijo ella, dándole a sus abuelos una sonrisa. Justin soltó una carcajada y William se tapó la boca con una mano. Sus padres estaban casi en las escaleras, su madre llevándose a Carmella.
—¡Mamá! ¡Papá! Antes de ir para arriba…—¿Ella es decente, hijo? —le preguntó su papá.
—Ella es como Ricitos de Oro —dijo Carmella.
Grant estudió a su hijo con admiración—. Una rubia, ¿eh? Bueno, por qué no. Carmella tiró de su abuela - Vamos, pero shhh... Está durmiendo. —¡Mamá, espera! —Pero ya era demasiado tarde. Ya estaban en el rellano. William suspiró y se fue tras ellos.
Justin galantemente se precipitó hacia adelante, manteniendo abierta la puerta a sus abuelos.—Muy bonito, Justin —dijo William en voz baja—. Ultra útil.
—Oh sí —dijo Emma—. Encantador, muy bonito.
—Por supuesto, no se puede ver mucho con la manta en el camino —Grant bromeó.
Emma volvió a William—. ¿Siempre duerme hasta tan tarde?
—No es bebedora, ¿verdad? —Quiso saber Grant.
—Por favor —dijo William en voz baja—. Bajemos todos. Mamá y papá, tengo un poco de chocolate para ustedes en la cocina.
Justin triunfalmente cerró la puerta del dormitorio—. Bien. Voy, también.
—Chocolate para adultos, Justin. No para ti.
Camella miró esperanzada.
—Y para ti tampoco, calabaza.
—¿Podemos abrir algunos de nuestros regalos? —preguntó Justin con picardía. —Ya lo creo —dijo William—. Eso sí, no toquen ninguno de los que trajo ya-sabes-quien. Emma le arrebató la botella de bourbon a su marido y se sirvió otra dosis liberal en su taza de cacao—. Oh querido. Esto no va a hacer nada. Grant apuró su taza, y luego la dejó a un lado—. ¿No estás un poco viejo para estar recogiendo vagabundos? —Mira —dijo William—. ¡No sé qué más hacer! La policía dice que nadie ha presentado una denuncia de desaparición. También llamé al hospital. Pero nadie la llama allí en busca de ella tampoco.—Tal vez deberías llevarla al hospital —dijo Emma en serio—. Tal vez ella no está bien. —El hecho de que ella no pueda recordar nada no la convierte en un psicópata, madre. Además, viste lo que es ahí afuera. Nadie va a ninguna parte hasta que la nieve pase. —¿Qué pasa con el Dr. Mass? —preguntó Grant. —Lo llamé, también —revisó algunas notas sobre la mesa—. Él me dio algunas instrucciones sobre despertarla a cada hora. Comprobar sus pupilas con una linterna.—¿Así que sólo vamos a dejar que se quede aquí? —preguntó Emma. —Dr. Mass dice que, a menos que ella empeore, nos verá en su oficina en la mañana, asumiendo que las calles estén despejadas. Su madre golpeó el costado de su taza con las uñas pulcramente cortadas—. Todavía no sé si esto es una buena idea. Una damisela en apuros... un viudo solitario... —Son casi las dos del día de Navidad —dijo William—. ¡No puedo tirarla a la nieve! —No, probablemente tampoco la lanzaría fuera de mi cama —dijo Grant, pensativo. Emma le dio un manotazo en el brazo. Grant se inclinó hacia delante con un susurro cómplice—. Digo, ¿y si ella se escapó de la cárcel? ¡Eso le daría muchas razones para olvidarse de quién es! William resopló con exasperación—. Ella no está a la fuga, ¿de acuerdo?
Sus dos padres se empujaron hacia atrás en sus sillas y se miraron el uno al otro. —¿No crees que los policías lo habrían mencionado? —preguntó William, una ligera ventaja en su voz. William no lo podía creer. Su padre casi parecía decepcionado—. Sí, supongo que tienes razón. —Además —añadió William—, ella no se ve exactamente del tipo criminal. Emma negó con la cabeza—. ¿Qué pasa con los niños? ¿Cómo lo están tomando ellos? William frunció el ceño—. Carmella piensa que Santa la trajo. Grant rio y William le lanzó una mirada superficial.
—¿Y Justin? —preguntó Emma. En la habitación de al lado, Justin pateó con entusiasmo a través de los regalos de Bridget—. Yo digo que los abramos todos. —Ya oíste lo que dijo papá. —¡Sí ... no toques! Así que, no lo haré. Voy a abrir y mirar dentro —quitó la etiqueta de regalo, silbando—. Para Koochie, para que seamos malos y buenos… —¿Koochie? —Carmella parecía perpleja—. ¿Crees que eso es para papá? —¡Sólo hay una manera de averiguarlo!. Arrancó la envoltura de una larga caja y Carmella se lanzó—. ¡Justin!
Antes de que pudiera detenerlo, había arrancado el resto del papel y abrió la tapa—. Bueno, bueno, bueno —Justin se hizo hacia atrás sosteniendo un conjunto de encaje con peluche negro y rosa. En ese momento los adultos entraron a la habitación. —Qué hijo —Grant le dijo discretamente a William—. ¿Le compraste ese traje a la rubiecita? —¿Rubiecita? ¡Demonios, no! ¡Espera! Carmella soltó su labio inferior—. No abuelito. Estos son de Bridget —recogió la ropa interior y se la dio a William—. Toma, papi. Creo que es para ti. William sostuvo el encaje de peluche, colgando delante de él—. No, cariño, no creo que sea de mi talla —Si alguien le hubiera pegado brasas a la cara, no podría haberse sentido más caliente. Entonces alzó la vista para ver a Bridget en la escalera y sintió fuego por todas partes. Lucy se detuvo y miró boquiabierta a William sosteniendo un conjunto caliente de peluche y parado al lado del árbol de navidad. Su cara era color canela mientras Carmella hizo un mohín y el chico daba vueltas en el suelo de la risa. —¡Hola, querida! —Una mujer de edad bien vestida le dijo. Un hombre con sentido de la moda bastante malo estaba a su lado y le sonrió—. ¡Tú debes ser Bridget!
—Estás despierta —dijo William, con su voz un poco quebrada. Francamente, en ese instante ese momento parecía bueno para dar la vuelta—. No, en realidad yo… —¿Sonambulismo? —preguntó Justin. Carmella negó con la cabeza a su hermano—. Ella no es sonámbula, tonto. ¿No lo puedes ver? —¿Por qué no vienes aquí y te nos unes? —dijo el hombre mayor. —Si, querida —Su esposa estuvo de acuerdo—. Nos gustaría tener una oportunidad de conocerte mejor. Eso sería lo ideal, si sólo hubiera una manera que ella misma se conociera. ¿Quién era está familia y cómo había conseguido mezclarse con todos ellos? Recordó el sofá, recordó despertar esta mañana bastante bien. Era todo lo que vino antes de que fuera un borrón. William empujó el encaje de peluche en su bolsillo con una mirada avergonzada—. Baja, si eres capaz. ¿O necesitas ayuda?
—No —dijo con incertidumbre—. Gracias. Creo que lo tengo.
♥ ♥ ♥
Un poco más tarde, se sentaron alrededor de la mesa familiar donde William partió un gran pavo. Lucy descubrióque sus padres se llamaban Emma y Grant, y que el nombre del chico era Justin. Justin era un poco más sarcástico, pero Lucy se involucraba bien en el territorio. La pequeña Carmella, por otro lado era simplemente adorable. Ella estaba tan contenta que Lucy fuera su mamá, Lucy no sabía qué pensar, o decir, nada de eso. Desde que se vio envuelta en la conversación de cuando William perdió a su esposa hace algún tiempo, no estaba segura de cuánto o bajo qué circunstancias. Qué tan duro pudo haber sido para William manejar todo eso por su cuenta.
—¿Carne roja o blanca? —preguntó, mirando a los ojos de Lucy. Pero ella ciertamente no sabía. Lucy se encogió de hombros y Emma se rió, palmeando calurosamente su mano. Una mezcla de música jazz de los años 40’s se escuchaba en el fondo. La música era reconfortante y familiar, sin embargo no podía ubicarla.
—No te preocupes querida. Todo volverá con el tiempo.
—La visita al médico seguro ayudará —dijo Grant.
—¿Médico? —preguntó Lucy.
William puso otra rebanada de pavo en un plato—. Me olvidé de mencionarlo. Te llevaré a ver al Dr. Mass mañana.
Emma sonrió tranquilizadoramente—. Ha sido el médico de la familia durante
años.
Lucy sintió su cara ardiendo. Todos estaban siendo tan amables con ella. Tenía que ser el espíritu de la Navidad—. No saben lo que eso significa para mí, lo agradables que han sido. Quiero decir, podría estar en cualquier lugar, en verdad. Allá fuera hay horribles lugares.
—Sí, tienes razón —dijo Grant.
—Probablemente —Añadió Emma.
La cena pasó con Emma y Grant preguntándoles a los niños cómo lo habían estado haciendo en la escuela y con sus amigos. Todo el mundo parecía razonablemente bueno, a pesar de las excentricidades de los padres de William. Platos fueron y vinieron hasta que Lucy estaba segura que había comido lo suficiente para hibernar durante el invierno.
—¿Más relleno, querida? —preguntó Emma, sosteniendo un cucharon rebosante sobre su plato de comida.
—Oh no, no podría —dijo Lucy—. ¡Estoy tan llena!
—Cuéntanos acerca de los elfos —preguntó Carmella dulcemente.
Justin sonrió hacia su dirección—. Sí, cuéntanos sobre esos elfos. ¿Ahora se les pide desde Victoria’s Secret?
William y Grant voltearon hacia él al mismo tiempo, diciendo juntos—. ¿Qué sabes tú sobre Victoria’s Secret?
Carmella miró alrededor de la mesa—. ¿Quién es Victoria y cuál es su secreto? Emma le dio a Grant un codazo y habló en voz baja—. ¿Qué sabes tú de Victoria’s
Secret?
Grant tosió ruidosamente, mientras William se aclaró la garganta.
—Estoy seguro que Bridget tiene mejores cosas de que hablar. ¿No, Bridget?
Él la miró a los ojos y el corazón de Lucy se quedó inmóvil. Con él sentado allí y ella sentada allí, en los extremos opuestos de la mesa, casi podría imaginarlos como marido y mujer. Y que maravilloso marido sería. Parecía realizado e instalado, pensó, mirando alrededor del lugar cómodo. No era rico, pero hacia lo suficiente y vaya que su familia parecía encantadora. Dada a la sensación feliz en la habitación, la emoción era mutua. No sólo eso, había una comodidad en sus ojos. Demasiada armonía. Lucy metió la mano donde llevaba el anillo de compromiso, preguntándose si el chico con el cual planeaba casarse sería así de grandioso. Una interpretación sensual de Billy Holiday sonaba en el fondo “All of Me”. Toma mis labios, quiero perderlos… toma mis brazos, nunca los usaré… ¿cómo podría sin ti…?
William la miró expectante y Lucy se dio cuenta que él estaba esperando que ella dijera algo.
—Este relleno es delicioso —dijo de repente levantando el gran plato—. Creo que
tendré un poco más.
—¿Cocinas, querida? —preguntó Emma.
Lucy se dio cuenta que se estaba haciendo ver como una glotona, nerviosamente amontonando montículo sobre montículo en su plato. Se detuvo y miró hacia arriba—.
¿Umm… cocinar? —Ahora eso parecía algo familiar. ¿Pero haciendo qué? Hmm—. Honestamente, no podría decirle. Pero sí sé que estoy totalmente acostumbrada a estar alrededor de los alimentos.
William sonrió, extrañamente encantado por eso—. ¿Cualquier cosa en particular o todo en general?
Lucy pensó mucho, deseando incluso el más mínimo recuerdo. Sus ojos se posaron en un plato de dulces de chocolate, rojos y verdes—. Chocolate —dijo alegremente, sabiendo que tenía razón—. Cualquier cosa y todo que tenga que ver con chocolate.
Carmella parecía excesivamente contenta—. ¿No estás mintiendo? Papá también ama el chocolate. Justin bajo sus cejas—. Seeh. Hace las cosas más asquerosas con eso… —Justin basta —dijo William claramente avergonzado. —Si bueno, basta de eso —dijo Emma—. Sólo déjenme recoger los platos y serviré el postre. —¿Trufas de nuez? —preguntó William. Emma asintió. —Haz el mío doble —dijo Justin. Lucy se sintió incómoda no ofreciendo ayuda—. Aquí, déjame tomar algunos de estos —dijo de pie. A la vez, sus rodillas se doblaron, enviándola de nuevo en su silla. —Creo que será mejor que te quedes sentada un poco más —dijo William con una mirada amable—. Por lo menos hasta que tus piernas se sientan firmes. Lucy encuentra sus ojos y sus mejillas se encendieron. Él era muy amable y atento. Con ese corte de pelo sensato con raya al lado, ella nunca podría haber sabido eso con sólo pasar junto a él por la calle. Pero aquí, todo se hace intimo con su familia, vio a William por quién era en realidad. Él era el tipo de hombre que cuidaba de la gente. Era
—No te preocupes querida. Todo volverá con el tiempo.
—La visita al médico seguro ayudará —dijo Grant.
—¿Médico? —preguntó Lucy.
William puso otra rebanada de pavo en un plato—. Me olvidé de mencionarlo. Te llevaré a ver al Dr. Mass mañana.
Emma sonrió tranquilizadoramente—. Ha sido el médico de la familia durante
años.
Lucy sintió su cara ardiendo. Todos estaban siendo tan amables con ella. Tenía que ser el espíritu de la Navidad—. No saben lo que eso significa para mí, lo agradables que han sido. Quiero decir, podría estar en cualquier lugar, en verdad. Allá fuera hay horribles lugares.
—Sí, tienes razón —dijo Grant.
—Probablemente —Añadió Emma.
La cena pasó con Emma y Grant preguntándoles a los niños cómo lo habían estado haciendo en la escuela y con sus amigos. Todo el mundo parecía razonablemente bueno, a pesar de las excentricidades de los padres de William. Platos fueron y vinieron hasta que Lucy estaba segura que había comido lo suficiente para hibernar durante el invierno.
—¿Más relleno, querida? —preguntó Emma, sosteniendo un cucharon rebosante sobre su plato de comida.
—Oh no, no podría —dijo Lucy—. ¡Estoy tan llena!
—Cuéntanos acerca de los elfos —preguntó Carmella dulcemente.
Justin sonrió hacia su dirección—. Sí, cuéntanos sobre esos elfos. ¿Ahora se les pide desde Victoria’s Secret?
William y Grant voltearon hacia él al mismo tiempo, diciendo juntos—. ¿Qué sabes tú sobre Victoria’s Secret?
Carmella miró alrededor de la mesa—. ¿Quién es Victoria y cuál es su secreto? Emma le dio a Grant un codazo y habló en voz baja—. ¿Qué sabes tú de Victoria’s
Secret?
Grant tosió ruidosamente, mientras William se aclaró la garganta.
—Estoy seguro que Bridget tiene mejores cosas de que hablar. ¿No, Bridget?
Él la miró a los ojos y el corazón de Lucy se quedó inmóvil. Con él sentado allí y ella sentada allí, en los extremos opuestos de la mesa, casi podría imaginarlos como marido y mujer. Y que maravilloso marido sería. Parecía realizado e instalado, pensó, mirando alrededor del lugar cómodo. No era rico, pero hacia lo suficiente y vaya que su familia parecía encantadora. Dada a la sensación feliz en la habitación, la emoción era mutua. No sólo eso, había una comodidad en sus ojos. Demasiada armonía. Lucy metió la mano donde llevaba el anillo de compromiso, preguntándose si el chico con el cual planeaba casarse sería así de grandioso. Una interpretación sensual de Billy Holiday sonaba en el fondo “All of Me”. Toma mis labios, quiero perderlos… toma mis brazos, nunca los usaré… ¿cómo podría sin ti…?
William la miró expectante y Lucy se dio cuenta que él estaba esperando que ella dijera algo.
—Este relleno es delicioso —dijo de repente levantando el gran plato—. Creo que
tendré un poco más.
—¿Cocinas, querida? —preguntó Emma.
Lucy se dio cuenta que se estaba haciendo ver como una glotona, nerviosamente amontonando montículo sobre montículo en su plato. Se detuvo y miró hacia arriba—.
¿Umm… cocinar? —Ahora eso parecía algo familiar. ¿Pero haciendo qué? Hmm—. Honestamente, no podría decirle. Pero sí sé que estoy totalmente acostumbrada a estar alrededor de los alimentos.
William sonrió, extrañamente encantado por eso—. ¿Cualquier cosa en particular o todo en general?
Lucy pensó mucho, deseando incluso el más mínimo recuerdo. Sus ojos se posaron en un plato de dulces de chocolate, rojos y verdes—. Chocolate —dijo alegremente, sabiendo que tenía razón—. Cualquier cosa y todo que tenga que ver con chocolate.
Carmella parecía excesivamente contenta—. ¿No estás mintiendo? Papá también ama el chocolate. Justin bajo sus cejas—. Seeh. Hace las cosas más asquerosas con eso… —Justin basta —dijo William claramente avergonzado. —Si bueno, basta de eso —dijo Emma—. Sólo déjenme recoger los platos y serviré el postre. —¿Trufas de nuez? —preguntó William. Emma asintió. —Haz el mío doble —dijo Justin. Lucy se sintió incómoda no ofreciendo ayuda—. Aquí, déjame tomar algunos de estos —dijo de pie. A la vez, sus rodillas se doblaron, enviándola de nuevo en su silla. —Creo que será mejor que te quedes sentada un poco más —dijo William con una mirada amable—. Por lo menos hasta que tus piernas se sientan firmes. Lucy encuentra sus ojos y sus mejillas se encendieron. Él era muy amable y atento. Con ese corte de pelo sensato con raya al lado, ella nunca podría haber sabido eso con sólo pasar junto a él por la calle. Pero aquí, todo se hace intimo con su familia, vio a William por quién era en realidad. Él era el tipo de hombre que cuidaba de la gente. Era
una sensación que Lucy no había conocido en mucho tiempo. Hasta ahí, ella creía que era verdad. Incluso si no podía confiar en cualquier otra cosa.
En el momento en el café y el postre estaban hechos, Lucy había reunido sus reservas y se sentía mucho mejor.Ella le había insistido a William que la dejara secar los platos, y después de un poco de bromas despreocupadas,él había cedido.—No te quedas en tu sitio muy bien, ¿verdad? —preguntó él, mientras ella terminó. —Por favor, William. Quiero… necesito hacer algo para ayudar —dejó una olla limpia en el mostrador y le puso su tapa—. La cena estaba deliciosa, gracias.Él la estudió con ojos marrones serios—. Y yo quiero darte las gracias, también.Gracias por seguirle el juego a Carmella. Se le rompería el corazón si supiera la verdad.—Claro que le gustaría saberlo. Espero que el doctor pueda ayudar mañana. Él se apoyó en el mostrador, estudiándola—. Sabes, no creo en ese Santa tan poco, por supuesto, pero estoy seguro que me gustaría saber cómo te metiste en mi casa.—Sí yo también. ¿Dices que todo estaba cerrado a cal y canto?—Como un tambor.—¿Tal vez hay una cerradura en el sótano oxidada, o ventana sin seguro—¿Qué clase de padre crees que soy? Yo compruebo dos veces este lugar cada noche. Es como una fortaleza. Lucy respiró—. Bueno, yo desde luego no caí por la chimenea. Él la miró a los ojos y su mirada se detuvo—. Al menos estamos de acuerdo en eso. Los segundos pasaban mientras Lucy lo miró viéndola, su corazón latía con fuerza. Ella no conocía este hombre por Adán, pero aun así, cuando estaba con él, tenía una sensación extraña de estar en casa.—¿Todavía nada haciéndose en la memoria? —preguntó.—A excepción de algunos pequeños detalles extraños, como saber que me encanta el chocolate, quedé en blanco —bajó la cabeza—. Me siento realmente terrible. He arruinado la Navidad de todos. William se acercó y con cuidado le levantó la barbilla con su mano—. No vas a tener que preocuparte por eso. No has arruinado nuestra Navidad en absoluto. Pero alguien por ahí está seguramente teniendo una noche fatal —miró su anillo de compromiso, a continuación, una vez más, la miró a los ojos—. Alguien está obligado a estar buscándote.
En el momento en el café y el postre estaban hechos, Lucy había reunido sus reservas y se sentía mucho mejor.Ella le había insistido a William que la dejara secar los platos, y después de un poco de bromas despreocupadas,él había cedido.—No te quedas en tu sitio muy bien, ¿verdad? —preguntó él, mientras ella terminó. —Por favor, William. Quiero… necesito hacer algo para ayudar —dejó una olla limpia en el mostrador y le puso su tapa—. La cena estaba deliciosa, gracias.Él la estudió con ojos marrones serios—. Y yo quiero darte las gracias, también.Gracias por seguirle el juego a Carmella. Se le rompería el corazón si supiera la verdad.—Claro que le gustaría saberlo. Espero que el doctor pueda ayudar mañana. Él se apoyó en el mostrador, estudiándola—. Sabes, no creo en ese Santa tan poco, por supuesto, pero estoy seguro que me gustaría saber cómo te metiste en mi casa.—Sí yo también. ¿Dices que todo estaba cerrado a cal y canto?—Como un tambor.—¿Tal vez hay una cerradura en el sótano oxidada, o ventana sin seguro—¿Qué clase de padre crees que soy? Yo compruebo dos veces este lugar cada noche. Es como una fortaleza. Lucy respiró—. Bueno, yo desde luego no caí por la chimenea. Él la miró a los ojos y su mirada se detuvo—. Al menos estamos de acuerdo en eso. Los segundos pasaban mientras Lucy lo miró viéndola, su corazón latía con fuerza. Ella no conocía este hombre por Adán, pero aun así, cuando estaba con él, tenía una sensación extraña de estar en casa.—¿Todavía nada haciéndose en la memoria? —preguntó.—A excepción de algunos pequeños detalles extraños, como saber que me encanta el chocolate, quedé en blanco —bajó la cabeza—. Me siento realmente terrible. He arruinado la Navidad de todos. William se acercó y con cuidado le levantó la barbilla con su mano—. No vas a tener que preocuparte por eso. No has arruinado nuestra Navidad en absoluto. Pero alguien por ahí está seguramente teniendo una noche fatal —miró su anillo de compromiso, a continuación, una vez más, la miró a los ojos—. Alguien está obligado a estar buscándote.
A pocas millas de distancia, Mitch miró el reloj de pared en su oficina de bienes raíces, maldiciendo en voz alta. Estaba nevando aún más fuerte que ayer. Ni siquiera llegó a casa ayer por la noche, a pesar de su tracción a cuatro ruedas. Tuvo que dormir en la oficina. Mitch miró a través de la ventana de vidrio la nieve golpeando, sabiendo que sus posibilidades de salir de aquí ahora eran casi nulas. Pero diablos, tenía muchas cosas que hacer de todos modos. Podía adelantar algo en el cierre de papeleo y dar una siesta en la sala de descanso cuando lo necesitara. Sí, tenía un plan, pensó, tomando otro poco de ponche de huevo del cuarto de caja en su escritorio. Recogió su teléfono y marcó el número de Lucy.
Hola, soy yo. Deja un mensaje después del beep.—Ey, cariño. Feliz Navidad. Soy yo, Mitch. Digamos, realmente odio hacerte esto de nuevo. Pero Luce, si sólo supieras el tamaño de este acuerdo. Quiero decir, cargado. Tendremos todo lo que siempre hemos querido, sólo espera y verás. El garaje de dos carros, un armario completo lleno de ropa justo de tu talla. Luce, incluso serás capaz de reducir tus horas en la cafetería. Tal vez dejar tu trabajo completamente. La única cosa es, cariño, que tengo que conseguir este contrato por fax antes de la medianoche. Ahora, sé que es una festividad y todo, y me siento tan absolutamente terrible de que la pases sola. Pero, te lo juro, voy a hacer todo esto por ti. El próximo año será completamente diferente.
En el porche, William dio las buenas noches a sus padres. Se puso el abrigo para poder hablar con ellos en confianza, pero el anorak era una pobre barrera contra el viento cortante—. Mamá, papá —dijo, mientras Grant se envolvió en su grande, bufanda marrón—, quiero darles las gracia por todo. Los regalos eran realmente geniales—Sí, sobre todo la rubia bonita —dijo Grant. Emma tiró de sus guantes, ajustándolos a su forma—. ¿Qué vas a hacer con ella? —Como dije, estoy pensando en llevarla al médico mañana. Tal vez pueda ayudarnos a entender por qué no puede recordar.—O qué es lo que no puede recordar —dijo Emma—. Quiero que tengas cuidado, William. Ahora, sé que parece agradable… Pero a veces los más callados llegan a ser los màs peligrosos.
—Tu madre está en lo correcto, hijo —dijo Grant—. Realmente no sabes nada acerca de esta chica. ¿Seguro que quieres que pase la noche? Esta no es la universidad, ya sabes.
—Agradezco la preocupación de ambos. Realmente lo hago. Pero puedo cuidar de mí mismo.Su madre lo miró a los ojos—. Son los niños los que nos preocupan. La pequeña Carmella realmente tiene esperanzas. No teníamos ni idea.
—Lo sé, mamá —dijo William sinceramente—. No tenía ni idea, tampoco.
Un fuego ardía en la chimenea cuando Carmella se acurrucó contra Lucy, que le leía a su lado en el sofá—. Y poniendo su dedo a un lado de su nariz y dando un guiño, por la chimenea se levantó… —Los ojos de Carmella cayeron y se arrulló felizmente, desvaneciéndose suavemente en un sueño cuando Lucy pronunció las líneas finales—, Feliz Navidad a todos y todas, buenas noches —Suavemente cerró el libro, bostezando. Fue un día tan lleno de acontecimientos, ¿y quién sabía lo que mañana traería? Por el momento, ella estaba cálida y cómoda, y de forma sobrecargada con el relleno.
Justin alzó la mirada desde una butaca cerca del árbol de navidad, donde había estado absorto en un juego portátil—. Actúas como si realmente sabes algo al respecto
—dijo amargamente.
Lucy ojeó el libro, luego lo miró a los ojos—. Bueno, lo hago. Quiero decir, esta historia, por supuesto. Siempre fue una de mis favoritas para leer—. No estaba segura de cómo lo sabía, pero lo hacía. ¿Qué hay en este lugar? ¿Esta habitación?—. Aquí mismo, por este fuego.
—Sí, claro.
—Justin —preguntó ella, sus párpados poniéndose pesados—. ¿Qué es lo que no te gusta de mí?
—La misma cosa que no me gusta de todas las niñas. Eres rara. De hecho, eres la más rara. Si piensas que compro ese Santa me dejó caer por la chimenea…
Ella quería quedarse despierta, realmente lo hacía. Necesitaba hablar con William en el mañana, y los arreglos para dormir de esta noche. Pero la luz del fuego era tan relajante. Ella y Carmella juntas se sentía tan bien. Se la llevó a un tiempo anterior, un tiempo en que el mundo era seguro y familiar que significaba hogar. Incluso el sarcasmo de Justin no podía combatir la calma del hombre de arena, haciéndole señas para que se alejara. Una canción volvió, una canción de cuna, pensó… la voz de su madre, rica y cálida. Y entonces, sintió su cuerpo hundiéndose en el sofá, dejando ir toda la tensión.
Cuando William volvió a entrar en la casa, se encontró con una escena idílica. Bridget y Carmella dormitaban juntas en el sofá, La noche antes de navidad, de Clemente
C. Moore, aferrado a la mano de Bridget. Era una vieja edición, una que sus padres le habían leído cuando era un niño muchos años antes.
—Pero, papá —protestó él.
—¡Arriba! —ordenó William, pensando que había sido un día completo para
todos ellos.
Justin se levantó de mala gana, echando una cautelosa mirada sobre Bridget—.
¿Quién es ella realmente?
—No sé, hijo. Pero estoy seguro como el infierno que voy a tratar de averiguarlo.
—Sí, bueno, es mejor. Antes de que haga más daño por aquí.
—¿Daño?
—Basta con mirarlas, papá. ¿Cómo crees que Carmella va a superar esto? Ella ya ha perdido una madre.
—Sí, hijo. Y lo has hecho tú.
—Aquí está la diferencia entre la cerebro olvidadizo y yo. No quiero otra madre pronto. La que teníamos antes era lo suficientemente buena para que me dure.
Él ruidosamente caminó con dificultad hacia arriba, dejando a William confundido. Justin estaba en una edad tan difícil, William no sabía cómo manejarlo la mitad del tiempo. Y últimamente, había estado cada vez más fuera de sí. Tener a Bridget entrometiéndose en sus vacaciones al parecer no le había sentado muy bien, tampoco. Pero William necesitaba trabajar en el niño. Era bueno para él entender que la caridad era primero, en los días festivos especialmente. No era como si Bridget había elegido venir aquí. Ella estaba tan confundida acerca de sus circunstancias como el resto de ellos lo estaban.
Bueno, lo mejor era conseguir que todos se establecieran por la noche para que pudieran seguir adelante resolviendo las cosas mañana. William se inclinó hacia adelante para tomar a Carmella durmiendo en sus brazos, y de repente él se retiró. Estudió el retrato delante de él, una profunda melancolía lo tomó. Ellas realmente eran una foto juntas, Carmella en sus rizos elásticos y Bridget con el brazo envuelto protectoramente alrededor de la niña. William se quedó allí por un largo tiempo, la luz del fuego lamiéndole la cara. Cruzó los brazos sobre el pecho, tratando de contener la marea de emociones. Pero ellas lo inundaron dentro de él, de todos modos. Y, en ese momento, William entendió que Carmella no había sido la única con la esperanza de alguien más en esta casa. En su corazón, él había querido a alguien, también.
Justin alzó la mirada desde una butaca cerca del árbol de navidad, donde había estado absorto en un juego portátil—. Actúas como si realmente sabes algo al respecto
—dijo amargamente.
Lucy ojeó el libro, luego lo miró a los ojos—. Bueno, lo hago. Quiero decir, esta historia, por supuesto. Siempre fue una de mis favoritas para leer—. No estaba segura de cómo lo sabía, pero lo hacía. ¿Qué hay en este lugar? ¿Esta habitación?—. Aquí mismo, por este fuego.
—Sí, claro.
—Justin —preguntó ella, sus párpados poniéndose pesados—. ¿Qué es lo que no te gusta de mí?
—La misma cosa que no me gusta de todas las niñas. Eres rara. De hecho, eres la más rara. Si piensas que compro ese Santa me dejó caer por la chimenea…
Ella quería quedarse despierta, realmente lo hacía. Necesitaba hablar con William en el mañana, y los arreglos para dormir de esta noche. Pero la luz del fuego era tan relajante. Ella y Carmella juntas se sentía tan bien. Se la llevó a un tiempo anterior, un tiempo en que el mundo era seguro y familiar que significaba hogar. Incluso el sarcasmo de Justin no podía combatir la calma del hombre de arena, haciéndole señas para que se alejara. Una canción volvió, una canción de cuna, pensó… la voz de su madre, rica y cálida. Y entonces, sintió su cuerpo hundiéndose en el sofá, dejando ir toda la tensión.
C. Moore, aferrado a la mano de Bridget. Era una vieja edición, una que sus padres le habían leído cuando era un niño muchos años antes.
En silencio colgó su abrigo en el perchero, no queriendo molestarlas. William tragó saliva, resistiendo el calor en sus ojos. No recordaba haber visto a Carmella tan contenta en mucho, mucho tiempo. Por lo menos eso hizo uno de ellos, William pensó, observando el aspecto sombrío de Justin en la butaca cerca. Jugaba con su nuevo videojuego con intensidad, sin embargo, su expresión era sombría.
—Tiempo de ir a la cama, Justin —dijo William suavemente.—Pero, papá —protestó él.
—¡Arriba! —ordenó William, pensando que había sido un día completo para
todos ellos.
Justin se levantó de mala gana, echando una cautelosa mirada sobre Bridget—.
¿Quién es ella realmente?
—No sé, hijo. Pero estoy seguro como el infierno que voy a tratar de averiguarlo.
—Sí, bueno, es mejor. Antes de que haga más daño por aquí.
—¿Daño?
—Basta con mirarlas, papá. ¿Cómo crees que Carmella va a superar esto? Ella ya ha perdido una madre.
—Sí, hijo. Y lo has hecho tú.
—Aquí está la diferencia entre la cerebro olvidadizo y yo. No quiero otra madre pronto. La que teníamos antes era lo suficientemente buena para que me dure.
Él ruidosamente caminó con dificultad hacia arriba, dejando a William confundido. Justin estaba en una edad tan difícil, William no sabía cómo manejarlo la mitad del tiempo. Y últimamente, había estado cada vez más fuera de sí. Tener a Bridget entrometiéndose en sus vacaciones al parecer no le había sentado muy bien, tampoco. Pero William necesitaba trabajar en el niño. Era bueno para él entender que la caridad era primero, en los días festivos especialmente. No era como si Bridget había elegido venir aquí. Ella estaba tan confundida acerca de sus circunstancias como el resto de ellos lo estaban.
Bueno, lo mejor era conseguir que todos se establecieran por la noche para que pudieran seguir adelante resolviendo las cosas mañana. William se inclinó hacia adelante para tomar a Carmella durmiendo en sus brazos, y de repente él se retiró. Estudió el retrato delante de él, una profunda melancolía lo tomó. Ellas realmente eran una foto juntas, Carmella en sus rizos elásticos y Bridget con el brazo envuelto protectoramente alrededor de la niña. William se quedó allí por un largo tiempo, la luz del fuego lamiéndole la cara. Cruzó los brazos sobre el pecho, tratando de contener la marea de emociones. Pero ellas lo inundaron dentro de él, de todos modos. Y, en ese momento, William entendió que Carmella no había sido la única con la esperanza de alguien más en esta casa. En su corazón, él había querido a alguien, también.
yiniva- Mensajes : 4916
Fecha de inscripción : 26/04/2017
Edad : 33
yiniva- Mensajes : 4916
Fecha de inscripción : 26/04/2017
Edad : 33
Re: Lectura Única Diciembre 2017
Ha sido una noche de navidad con muchos acontecimientos...
A pesar de la situación tan incomoda fue una noche bonita y alegre, inolvidable para Lucy, una vez recuerde su vida y lo que le espera en su hogar.
Ese Mitch es un idiota.. Ni siquiera se preocupa que no haya hablado con ella.
Me gusta Grant... es bastante cómico el abuelo, la contra parte de la abuela que es más dura.
Justin dice que no necesita una madre pero su actitud grita todo lo contrario.
Me apena Carmella, lo va a pasar mal cuando Lucy recuerde y decida irse.
Gracias @Yiniva....
A pesar de la situación tan incomoda fue una noche bonita y alegre, inolvidable para Lucy, una vez recuerde su vida y lo que le espera en su hogar.
Ese Mitch es un idiota.. Ni siquiera se preocupa que no haya hablado con ella.
Me gusta Grant... es bastante cómico el abuelo, la contra parte de la abuela que es más dura.
Justin dice que no necesita una madre pero su actitud grita todo lo contrario.
Me apena Carmella, lo va a pasar mal cuando Lucy recuerde y decida irse.
Gracias @Yiniva....
"A veces nunca se aprecia el valor de un momento hasta que se convierte en un recuerdo."
adricrisuruta- Mensajes : 4353
Fecha de inscripción : 14/10/2015
Edad : 51
Localización : España
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