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Lectura Enero 2018

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Mensaje por berny_girl Lun 29 Ene - 2:45

Daisy pase lo que le pase no aprende... volver a meter su nariz donde es obvio que no la quieren, cual es el gusto de presionar a Kas, por que no simplemente espera que el se habrá con ella... no todo el mundo puede confiar en una persona de la noche a la mañana como ella desea.

La aparición de Jason es algo que en algún momento esperaba, pero siento que nuevamente Daisy, se la juega para meterse en problemas por sus arrebatos y dramatismo máximo.



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Lectura Enero 2018 - Página 6 Empty Re: Lectura Enero 2018

Mensaje por Yani Lun 29 Ene - 7:18

Sí que le sale todo mal a Daisy, sospecho que la advertencia de Jason se refiere a Kas, creo que ellos de alguna manera están relacionados, para mí no fue casualidad que ella fuera a trabajar a la casa de él...qué ocultará tras esa puerta, entiendo que ella es demasiado curiosa pero tiene razón, negarle algo que vio y sobre lo que incluso discutieron como que solo fue su idea, está mal, ni que intentara hacerla pasar por loca.


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Mensaje por svenkok Lun 29 Ene - 9:36

Daisy no tiene malicia y confía muy fácil en las personas. Primero se acostó con Kas, una vez le dijo palabras bonitas y ahora en lugar de huir de Jason lo enfrento. Veamos que le trae en decir “en voz alta” que sabe que Damián, fue quien robo la joyería.
Jason, es un patán. Primero engaña a Daisy destruyendo su vida, y ahora le dice que es lo mejor que le ha pasado, pero ni siquiera le está haciendo un favor. Por el contrario la está llevando a la “boca del lobo”, amenazándola y apareciendo en su vida nuevamente.




¿Qué esconderá Kas-tupido detrás de la estantería?
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Lectura Enero 2018 - Página 6 Empty Re: Lectura Enero 2018

Mensaje por yiniva Lun 29 Ene - 16:07

que curiosas todas ja,ja yo también quiero saber que esconde, y creó que el que Daisy intente descubrirlo le traerá problemas, Jason es un idiota.


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Lectura Enero 2018 - Página 6 Empty Re: Lectura Enero 2018

Mensaje por Maga Lun 29 Ene - 22:19

ok aquí hay gato encerrado, esa actitud de Jason es extraña, por qué rayos aparecer ahora? Además si su hermano lo manipula así, es un completo cobarde 


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Lectura Enero 2018 - Página 6 Empty Re: Lectura Enero 2018

Mensaje por Maga Lun 29 Ene - 22:35



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Mensaje por mariateresa Mar 30 Ene - 6:38

35


Aún seguí corriendo después de que Jason se fue. Me tomó unos
buenos minutos para calmar mi corazón acelerado y miembros
temblorosos antes de que estuviera lo bastante estable como para
moverme. Pero necesitaba correr. Necesitaba limpiar mi cabeza de todo lo
que había sucedido.
Cuando mi carrera había terminado y estaba bañada y lista para el
trabajo, me senté frente a Cece a la mesa de la cocina, desayunando. No le
hablé de la visita de Jason o de que había dormido con Kas o que después
me había mentido.
Estaba sentada allí con todo en la punta de mi lengua, pero algo me
impidió decirle.
Tal vez porque sé cómo se preocupa por mí, y no quiero que se
preocupe más de lo que ya lo hace.
La visita de Jason me ha sacudido. Especialmente la advertencia que
me dio.
Y, en realidad, nada ha cambiado. No ha admitido francamente que
fueron él y Damien quienes me incriminaron. Por lo tanto, no es como que
voy a ir corriendo abriendo mi boca a la policía porque no tengo nada
concreto para darles.
Y todavía estoy molesta por Kas y sus mentiras. Y, ahora, más que
nunca, quiero saber la verdad.
Tal vez la visita de Jason ha aumentado mi necesidad de saber. Ver la
razón de porqué mi vida fue alterada y cambiada para siempre me hace
querer estar más segura que nunca que no estoy cometiendo un error por
estar con Kas.
No dejaré que nada me arriesgue a recuperar a Jesse.
Y por eso me encuentro en la oficina de Kas ahora mismo.
Está con Cooper en los potreros. Algo está mal con uno de los
caballos. Un veterinario ha sido llamado.
Y estoy husmeando.
No es mi mejor momento, pero la necesidad manda.
Tengo mis cosas de limpieza conmigo, y estoy técnicamente limpiando
su oficina. Sólo tengo un aspecto entrometido mientras lo hago.
Específicamente, alrededor de la estantería.
Estoy desempolvándola mientras busco algo fuera de lo común.
Sé que debo parecer como algo fuera de una mala película de
detectives, pero este es mi primer rodeo.
Hasta ahora, no estoy recibiendo mucho. Hay sólo filas y filas de
libros y polvo.
No es exactamente emocionante.
Honestamente, ni siquiera sabía que Kas leía. Nunca lo he visto tomar
un libro.
Poniéndome en las puntas de los pies, corro el plumero a lo largo de
los estantes superiores, con mis ojos arrastrándose sobre ellos, buscando
cualquier cosa. Cualquier indicación de que hay una puerta detrás de
aquí.
Pero nada. Sólo un panel de madera detrás de los libros.
Me pregunto si hay un libro que sacas, y la estantería se abre
mágicamente.
De acuerdo, he estado viendo demasiadas películas. Pero no estoy
muy segura de lo que estoy buscando aquí.
Oh, recuerdo haber visto en una película donde literalmente sólo
presionaban contra la estantería para abrirla, y detrás de ella había una
puerta que conducía a una habitación secreta.
¿Pero Kas realmente tendría una habitación secreta? Parece un poco
descabellado, incluso para mí.
Podría haber solo cerrado la puerta por cualquier razón y haber
construido una estantería delante de ella.
Y si acababa de decirme eso, entonces no estaría aquí, husmeando,
ahora mismo.
Mintió por una razón. Y quiero saber por qué.
Creyendo que oigo un ruido, miro detrás de mí a la puerta
entreabierta. Pausando, sostengo mi aliento.
Dejé la puerta abierta, así no parecería sospechoso si Kas regresaba, y
yo estaba aquí con la puerta cerrada.
Espero unos segundos, pero no hay nada. Nada más que silencio.
Mirando hacia atrás a los estantes, suspiro de frustración. Tiene que
haber algo detrás de aquí. Algo que está escondiendo.
Dejo el plumero sobre su escritorio. Volviendo a la estantería, paso mi
mano por los estantes. Deteniéndome en el extremo de uno, presiono
firmemente mi mano contra él, viendo si hay algún movimiento.
Pero no se mueve.
Me muevo a la siguiente pila y hago lo mismo. Y obtengo el mismo
resultado.
La frustración frunce mi frente.
¿Estoy siendo loca aquí?
No, hay algo detrás aquí. Algo que no quiere que yo vea. Solo lo sé en
mis entrañas.
Y sólo quedan dos pilas para comprobar.
Me mudo a la estantería siguiente, mi corazón acelerando
rápidamente del miedo de ser atrapada. Tomando una respiración
profunda, presiono las palmas de mis manos a cada lado de la pila, y
empujo firmemente.
¡Santa mierda! Se movió.
Sólo un poco, pero no cabe duda que da a la izquierda.
Mi ritmo cardíaco se dispara como un caballo de carreras, y mi pulso
empieza a sonar en mis oídos.
Trago nerviosamente mientras presiono mis manos hacia el lado
izquierdo de la pila.
Bueno, aquí no va nada.
Le doy un empujón fuerte.
Y hace clic. Entonces, se abre.
¡Santa puta mierda de un pato! ¡Tenía razón!
Miro rápidamente sobre mi hombro, comprobando si todavía estoy
sola.
Luego, con las manos temblando, doblo mis dedos alrededor del borde
de la estantería, ahora desbloqueada, y la abro fácilmente.
Y ahí está.
La puerta.
La maldita puerta.
¡Yo jodidamente lo sabía!
Mentiroso bastardo Kas-túpido.
Muelo mis dientes juntos en ira y contemplación.
Mis dedos pican mientras contemplo la puerta.
¿Debería abrirlo?
Sí.
No.
Sí.
He llegado hasta aquí. Podría ir todo el camino.
Flexionando mis dedos, mi respiración enganchada, me estiro y doblo
mi mano alrededor del pomo.
Lo doy vuelta, y... está cerrada.
Cabrón.
Le doy otra vuelta, como si eso abriera mágicamente la puerta, pero
no se abre porque está claramente cerrada.
Soy tan cabezona.
Doblando la cintura, miro el pomo de la puerta. Necesita una llave
para abrirlo. Una de esas llaves de Yale que encaja en el centro de la
manija.
Cierro mis ojos en pensamiento, trato de pensar si he visto una llave
de Yale en cualquier parte, pero no recuerdo nada.
Suspirando, abro los ojos. Todo lo que recuerdo es a Kas cerrando
esta puerta con una llave y poniéndola en su bolsillo.
Debe guardarlo en alguna parte.
¿Pero dónde?
Mis ojos se acercan a su escritorio.
Me pregunto si...
La puerta trasera se abre y rápidamente se cierra, y mi corazón casi
salta fuera de mi pecho.
¡Mierda!
Rápidamente empujo la estantería de nuevo en su lugar, oyendo el
clic, sabiendo que lo he bloqueado. Luego, me lanzo al escritorio de Kas y
recojo el plumero. Empiezo a correr sobre su escritorio y computadora,
como si lo hubiera estado limpiando todo el tiempo.
Esto es tan obvio. Soy tan obvia. También podría tener un cartel en
mi frente diciendo, Fisgona.
Sólo estoy desempolvando su computadora, pero he estallado en
sudor, y estoy respirando como si acabara de correr un maratón.
Necesito calmarme.
Abandonando el plumero, agarro la cera para muebles y el paño.
Aplico un poco de esmalte sobre su escritorio y empiezo a frotarlo mientras
me obligo a calmarme, tomando respiraciones lentas y profundas.
—Hola.
Miro hacia arriba para ver a Kas de pie en la puerta.
Mentiroso.
—Hola. —Le doy una sonrisa brillante, deteniendo lo que estoy
haciendo.
Sus ojos se deslizan por la habitación, como si estuviera
comprobándola.
¿Buscando algo, Kas-túpido? ¿O preocupado que yo estaba?
Bastardo.
—¿Está bien? —Hago un gesto hacia el paño en mi mano—. Creí que
limpiaría tu oficina mientras estabas fuera. No creí que estuviera todavía
fuera de límites, pero si...
—Por supuesto que está bien. —Sus ojos sonríen cálidamente hacia
mí.
Lo miro de nuevo, y no puedo ver nada en su expresión, no es que
normalmente pueda decir lo que piensa. Es tan cerrado.
Pero su cálida actitud me dice que no sospecha nada.
Tal vez sólo piensa que no soy lo suficientemente inteligente como
para haber visto a través de sus mentiras.
Cabrón.
Sabiendo que subestima lo inteligente que soy en realidad pica. Y eso
me molesta aún más.
—No puedo creer que te dije que no vinieras aquí. Era tan idiota. —Se
acerca a mí.
Dejo la tela y me vuelvo para encontrarme con él. Envuelve sus brazos
alrededor de mi cintura.
Ocultar mi ira y trato de actuar de forma natural.
No lo llevaré a la corte sobre esto hasta que sepa qué hay detrás de
esa puerta.
Una vez que sepa, voy a patear su culo por mentirme. Dependiendo
de lo que encuentre, por supuesto.
—Bueno, no estoy en desacuerdo contigo. Eres un idiota.
Me sonríe abiertamente, y deja una sensación caliente en mi pecho.
Es un mentiroso, Daisy. Un gran, gordo mentiroso. Hay una puerta
detrás de esa estantería para demostrarlo.
—Prometo nunca ser un idiota contigo de nuevo. —Se inclina y roza
sus labios sobre los míos—. Sólo para usar mi polla para propósitos
placenteros cuando se trata de ti.
Mi vagina se para en atención.
Abajo, chica. Tenemos un tramposo entre nosotras.
—¿Cómo está el caballo? —pregunto. Mis palabras salen afónicas y
roncas. Podría estar enojada con Kas, pero a mi cuerpo le gusta mucho, y
al parecer, todo lo que se necesita es la mención de su polla para enviarme
a Villa Sexo.
—Tiene laminitis. Cooper lo vio temprano, lo cual es bueno. El
veterinario prescribió un antiinflamatorio. Por eso volví, para tomar mi
billetera. Me dirijo a la oficina del veterinario para recoger la receta. Cooper
va a quedarse con el caballo. ¿Quieres venir conmigo?
—¿Al veterinario? —Mi labio hace un puchero—. Pero estoy
trabajando.
—Y yo soy el jefe, y el jefe quiere que su chica venga con él. —Toma
mi cola de caballo y le da un suave tirón.
Su chica.
Mierda. Eso totalmente me habría derretido más rápido que el hielo
en agua caliente si me lo hubiera dicho pre-mentira.
De acuerdo, sinceramente, me derretí un poco. Pero todavía estoy
molesta.
Furiosamente molesta de hecho.
Es difícil no quererlo o ser cálida con él, especialmente cuando estoy
en sus brazos y él está siendo encantador y dulce.
Entonces, de repente se me ocurre.
Podría perderlo. Podría tener que alejarme de él. Porque sea lo que sea
que esconda de mí, podría ser un cambio de juego.
¿Realmente quiero perder a Kas?
No.
Pero tampoco quiero ser una tonta ciega.
Tengo que saber la verdad, y la única manera de averiguarlo es por mí
misma.
Hago esto para protegerme. Y a Jesse.
Lo defraudé debido a un hombre una vez antes. No volverá a suceder.
—Entonces, supongo que el jefe consigue lo que quiere.
—Buena chica —murmura.
Me besa de nuevo. Comienza a chupar mi labio inferior mientras sus
manos encuentran mi culo, y mi cuerpo cobra vida. Mis manos encuentran
su camino alrededor de su cuello, y lo beso de nuevo, chupando su lengua.
Gime en mi boca.
Enrollo mis dedos en el cabello en la parte posterior de su cabeza. Me
tira más apretado en su cuerpo. Y el beso va de dulce a fundido en
segundos.
Mi cerebro está enviando rápidas bati-señales, pero mi cuerpo las
ignora por completo.
—Dios, te deseo —respira profundamente—. Quédate conmigo esta
noche. Te extrañé en mi cama anoche.
Sus palabras hacen que mi corazón salte un latido.
Él me extrañó.
—Pero... estoy en mi período, ¿recuerdas? —Me sorprendo con mi
rapidez en recordar mentir. Pero entonces no es como que podría decir que
tenía mi período por un día, y termino.
—Nena... tal vez quiera follarte ahora mismo, siempre quiero follarte,
pero no es por eso que te quiero en mi cama. —Beso—. Quiero dormir
contigo. Sostenerte. Despertar contigo.
Oh Dios.
Estoy muriendo aquí. Está siendo tan malditamente dulce. Me está
confundiendo. Él me está confundiendo.
¿Por qué tuviste que mentirme?, quiero gritarle.
Por supuesto no digo eso.
Quiere que me quede la noche, y eso significa que estaré aquí cuando
duerma.
Era una rara oportunidad que tengo para estar en la oficina de Kas
sin él aquí hoy. No sé cuándo volveré a tener esa oportunidad.
Pero si estoy aquí y él está profundamente dormido... eso le daría a
una chica tiempo suficiente para mirar alrededor, por ejemplo, tal vez una
llave que abriera una puerta escondida detrás de una estantería.
Dios, ¿cuándo me volví tan retorcida?
Probablemente alrededor del tiempo que me encontré pagando
dieciocho meses por un crimen que no había cometido.
Sonriendo hacia él, me muerdo el labio.
—Bueno, cuando lo pones así, ¿cómo puede una chica negarse?
Sonríe grandemente, e ilumina sus ojos.
—Entonces, ¿te quedarás la noche?
Se ve tan feliz y juvenil en este momento. Siento una punzada de
culpa.
Detente. No tengo por qué sentirme culpable. Él hizo esto. Yo no.
Si él hubiera sido sincero conmigo desde el principio, entonces no
estaríamos donde estamos ahora. No estaría preparándome para
escabullirme por la casa de mi hombre en plena noche, buscando una
llave secreta para abrir una puerta secreta.
Estirándome en las puntas de mis pies, presiono mis labios contra los
suyos, ocultando mí propio engaño, y susurro:
—Sí.


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Mensaje por mariateresa Mar 30 Ene - 6:41

36


Miro a Kas dormido a mi lado.
Tengo el corazón acelerado. La boca seca. Y mi respiración es rápida.
Realmente voy a hacer esto. Realmente voy a salir de su cama y
escabullirme escaleras abajo para encontrar lo que de verdad hay detrás
de la puerta.
Me están sudando las palmas.
Las presiono contra la cama, intentando secarlas con la sábana.
Luego, él se mueve, y casi me meo en mi pantalón.
Girándose en su sueño, se gira de costado, dándome la espalda.
¡Joder!
Maldición, joder.
Me llevo una temblorosa mano al pecho, aplicando presión,
intentando aligerar los latidos de mi corazón. Está latiendo tan fuerte y
ruidoso que estoy asustada de que realmente lo despertará.
No puedo despertarlo ahora. No cuando he pasado los últimos
minutos liberándome de sus brazos.
No le llevó mucho tiempo quedarse dormido después de que
acabásemos de besuquearnos.
Sí, nos besuqueamos.
Me hizo la cena. Realmente cocinó para mí. Un chico nunca ha hecho
eso antes. Encendió velas y todo. Fue verdaderamente romántico. Luego,
nos acurrucamos en el sofá con nuestros vasos de vino y miramos juntos
la televisión. Bueno, la parte de mirar la televisión no duró mucho hasta
que comenzamos a besuquearnos como adolescentes.
Kas sugirió que fuésemos a la cama. Yo accedí.
Y llevamos nuestra sesión de besuqueo aquí. Obviamente, no tuvimos
sexo porque se supone que tengo mi periodo. Pero, Dios, quería hacerlo.
Lo deseaba desesperadamente. Todavía lo hago.
Después de que terminásemos de besuquearnos, me rodeó con sus
brazos y me sostuvo como si nunca quisiese dejarme ir.
Y no quería que lo hiciese.
Pero tengo que hacerlo.
Tomando una silenciosa bocanada de aire, salgo de la cama, tocando
la gruesa alfombra con los pies descalzos.
Lanzo una mirada nerviosa hacia Kas. Reteniendo la respiración, miro
la fuerte siluete de su espalda. Sus respiraciones son profundas y
regulares. Se ha dormido con rapidez.
Y yo estoy haciendo esto.
Con los ojos en la puerta medio abierta, salgo de puntilla de la
habitación.
Bajo las escaleras con paso silencioso. La luz en el porche exterior
está lanzando un suave brillo en el gran pasillo.
Sintiendo frío, me estremezco, rodeándome con los brazos. Solo llevo
puesta una de las camisetas de Kas y mi ropa interior. Siento como si
debiese vestir un traje negro apretado o algo igualmente rudo. No una vieja
camiseta de una banda de Kas que llevaba su olor. Y realmente distrae la
atención, porque me encanta la forma en que él huele. Trae cálidos y
calientes recuerdos a mi memoria, y eso me hace sentir una completa
zorra por husmear de este modo en su casa.
Luego me recuerdo que no estaría haciendo esto si no fuese por él y
sus mentiras. Habría estado tumbada arriba allí arriba en sus brazos,
probablemente teniendo sexo ahora mismo, si él hubiese elegido la
honestidad.
Pero no lo hizo, y aquí estamos.
Bueno, aquí estoy.
Cruzo el suelo de puntillas y entro en su oficina.
Cierro discretamente la puerta detrás de mí y entonces cruzo la
habitación y enciendo la lámpara de su escritorio.
No pierdo el tiempo. Comienzo a buscar entre los cajones del
escritorio, buscando una llave.
Encuentro una llave, pero es pequeña y parece que es de un candado
o algo parecido. Pero aparte de eso, no hay ninguna llave que pueda
encajar con esa puerta.
Con las manos en las caderas, estudio la habitación.
¿Si fuese Kas, dónde guardaría la llave de una puerta secreta?
La mantendría conmigo.
Hago un rápido repaso mental de lo que vestía cuando subimos
arriba. Vaqueros y una camiseta, y lo puso todo en la cesta de la ropa
sucia, así que definitivamente ahí no está la llave.
Pongo la mirada en su chaqueta, que está colgada detrás de la puerta.
Se la puso más temprano cuando fuimos al veterinario a conseguir la
medicina para el caballo.
Camino hacia la chaqueta. Meto las manos en ambos bolsillos. Mi
mano se curva alrededor de un juego de llaves en el bolsillo derecho.
Las saco. Las llaves de su auto. Bajo la mirada a ellas en mi mano.
Está la llave del auto, un llavero —que es del garaje, creo— el llavero de un
Range Rover... y otra llave.
Una llave de Yale.
Joder.
La sangre comienza a bombear por mis venas.
Oh, Dios mío. Esta es la llave. ¡Apuesto a que es la llave!
Me apresuro hacia la librería, con las llaves en la mano.
Abro la estantería, revelando la puerta. Tomo la llave de Yale y con la
mano temblorosa, meto la llave en la puerta. Giro y...
Clic.
Mierda, estoy dentro.
Realmente dentro.
Dejando la llave en la puerta, sujeto la manilla y la giro.
Pero me detengo antes de abrirla.
¿Estoy segura de querer hacer esto? ¿Estoy segura de querer saber qué
hay tras la puerta?
Ya no estoy segura de nada. Pero sé que necesito conocer qué está
escondiendo.
Con un fuerte suspiro, abro la puerta.
Se enciende una luz, haciéndome saltar. Debe ser una de esas luces
con sensor. Mis ojos se ajustan a la luz y veo que estoy de pie en la puerta
de una habitación del tamaño de un armario.
Y en este armario hay... fotografías.
De mí.
—¿Qué demonios? —susurro.
El corazón empieza a latirme más rápido y me adentro en la
habitación.
Hay una fotografía de mí. Del día que salí de prisión. Estoy de pie
fuera de la prisión, con una bolsa en la mano.
¿Por qué Kas tiene fotografías de mí?
Empiezo a pasar la mirada por el resto de fotografías colgadas en la
pared.
Yo y Cece abrazándonos ese día.
Yo corriendo.
Yo y Cece juntas, la noche del club.
Yo en la Finca Matis, hablando con Cooper.
Yo en el tren.
Una mía con Jesse cuando fuimos a la playa.
Y...
Jesucristo.
Alcanzo la fotografía con la mano.
Es de mí con Jason. Pero está no es del otro día. Esta es una vieja
fotografía, de cuando estábamos juntos, no mucho antes de que me
arrestasen.
La fotografía definitivamente fue tomada desde lejos y sin nuestro
conocimiento.
Jason y yo estamos abrazados. Estoy sonriendo hacia su rostro, y él
me está devolviendo la sonrisa.
—Oh, Dios —susurro.
Giro en la habitación, contemplando. Cada pared está cubierta con
algo; fotografías, noticias, recortes de periódico sobre mi arresto, juicio y
encarcelamiento.
Jesús, incluso tiene la fotografía policial de mi arresto.
Acercándome, paso los dedos sobre la fotografía.
Me muevo a un lado, y hay un mapa con localizaciones marcadas.
Una es mi apartamento.
¿Qué demonios?
No lo entiendo. ¿Por qué Kas tiene estas cosas?
Me muevo y mi cadera choca con una mesa.
No, es un escritorio y...
—Oh, joder. —Jadeo, llevándome una mano al pecho mientras el
corazón me salta a la garganta, dejándome resollando.
Sobre el escritorio hay una pistola. Y alineados al lado de la pistola
hay cinco cuchillos de diferentes tamaños. Cada uno parece tan mortífero
como el anterior.
Oh, Dios. Oh, Dios. Oh, Dios.
Con los dedos en el borde de la mesa, me deslizo a su alrededor,
mirando hacia las armas, como si fuesen a cobrar vida y atacarme.
Una vez que estoy al otro lado de la mesa, me giro hacia el último
muro. Veo fotografías de Haley.
Me centro en una de las imágenes. Es de Haley y Kas. Él se ve mucho
más joven.
Se ve feliz.
El dolor irrumpe en mi pecho.
Doy un paso atrás, admirando las fotografías de Haley junto los
recortes de noticias sobre su asesinato.
No entiendo qué es todo esto. Qué significa.
¿Por qué tiene fotografías de mí y Jason aquí con fotografías de Haley?
De pie en el centro de la habitación, me giro lentamente, asimilándolo
todo, ponerlo todo junto, y mi mirada atrapa una fotografía. No la vi antes
porque tenía la mirada fija en las armas.
Pero ahora, la estoy mirando, la estoy mirando con fuerza.
Porque hay una imagen de Damien Doyle.
Y a cada lado de la imagen hay dos fotografías de unos hombres que
no reconozco.
Me acerco a las fotografías, y me da un vuelco en el estómago.
Las fotografías de lo hombre que no reconozco tienen una gran X roja
marcada sobre sus rostros.
La de Damien es la única imagen que no tiene una X.
¿Por qué...?
Oh, Dios.
Oh, joder, no.
Justo como un golpe a la cabeza, me golpea.
Un enfermizo sentimiento hueco comienza desde las entrañas.
Tres hombres.
Haley. Kas.
Violación. Asesinato.
¿Las cruces rojas significan... que están... muertos?
Oh, joder.
Damien está vivo.
Jesucristo.
Dios. No.
Me giro, más que preparada para dejar esta habitación y el corazón
casi se me sale del pecho.
Kas está de pie en la puerta.
Con el pecho desnudo y está vistiendo el pantalón de pijama negro
con el que se fue a la cama.
—¿Hay alguna habitación de la que pueda mantenerte alejada? —No
sonríe.
Y casi me meo en mi pantalón.
Pasa la mirada por la habitación y suspira. Se cruza de brazos y
apoya el hombro contra el marco de la puerta.
Su impenetrable mirada se encuentra con la mía. Luego, separa los
labios y calmadamente dice:
—Así que, supongo que tienes preguntas.


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Lectura Enero 2018 - Página 6 Empty Re: Lectura Enero 2018

Mensaje por mariateresa Mar 30 Ene - 6:49

37




¿Preguntas?
¿Tengo preguntas?
¡Por supuesto que tengo malditas preguntas!
Pero, en este momento, estoy tratando de no mear mi pantalón, y
tengo que reiniciar mi corazón a función normal, ya que ha decidido dejar
de funcionar correctamente.
Separo mis labios. Tengo la boca seca, como si hubiese estado en el
desierto durante días.
Yo... ni siquiera sé por dónde empezar.
Kas me está mirando con esos hermosos, impenetrables ojos oscuros,
que no revelan nada.
Pero él no necesita decirme nada, porque estoy bastante segura que lo
he descubierto todo por mi cuenta.
Damien Doyle era parte de la pandilla que...
Y Kas ha sido...
Jesús, ni siquiera puedo decir las palabras.
Me lamo los labios, tratando de decir las palabras.
—Yo... —Envuelvo mis brazos sobre mi estómago, mis ojos alrededor
de la habitación.
Él tiene fotos de mí desde antes de que nos conociéramos.
O tal vez Kas me conocía mucho tiempo antes de conocerlo.
Oh, mierda.
—Yo-tú... —tartamudeo—. ¿Por qué tienes fotos de mí? ¿Y Damien
Doyle?
—Creo que sabes por qué.
—Oh Dios —susurro, temblando.
Suspira de nuevo.
—No quería que lo averiguaras, Daisy.
¡No jodas! Le pido a Dios nunca haberlo descubierto.
Yo y mi curiosidad de mierda.
—Tú... las fotos de esos hombres.
—Evan Foster, Levi Betts, y por supuesto, tú conoces a Damien
Doyle.
—E-ellos... —Levanto una mano temblorosa, indefensa a su torso
marcado. Sus ojos se cerraron—. ¿Son los hombres los que te hicieron eso
a ti y a Haley?
Respira profundamente por la nariz. Sus ojos se abrieron.
—Sí.
—Jesucristo —susurro—. ¿Y qué significan las cruces en las caras de
Evan y Levi?
—Significa que están muertos, Daisy.
Santa mierda.
Quiero llorar. Y correr. Muy, muy lejos.
Trago por los ladrillos en mi garganta.
—¿Có-cómo murieron?
Se endereza, levantando las manos al marco de la puerta por encima
de su cabeza. Su gran cuerpo llena la puerta. Sus músculos están
estirados, demostrando su definición y fuerza.
Estoy atrapada aquí, y si él quiere hacerme daño, puede.
Las únicas cosas que tengo en ventaja son la colección de cuchillos
detrás de mí y el arma, pero no sé si está cargada.
Y... no puedo creer que esté considerando tener que defenderme con
un arma contra el hombre con el que he estado durmiendo.
Justo cuando pensaba que mi vida no podía empeorar, abrí una
puerta y encontré la guarida secreta de Dexter.
Kas suelta otro suspiro. Este suena cansado.
—Evan Foster se cortó la garganta. Sangró hasta la muerte en su
bañera. Y Levi Betts fue apuñalado a muerte en un callejón.
Aparentemente, el trato con las drogas ha ido mal. —Sus ojos negros
permanecen cuidadosamente en los míos.
Tragando nerviosamente, miro de nuevo los cuchillos de la mesa.
¿Uno de esos cuchillos...?
Mierda. Mierda. Mierda.
Mi pulso está palpitando en mis oídos, mi piel duele por los nervios y,
sobre todo, incredulidad. No puedo creer que tengamos esta conversación.
Nunca pensé en lo que había detrás de esa puerta. Pero, en mi más
salvaje imaginación, nunca pensé que fuera esto.
—Y-y... —Cuidadosamente lo miro de nuevo. Mi mirada fija en sus
cicatrices. Nunca las veo normalmente; no me llaman la atención porque
son parte de él.
Pero, ahora, las estoy viendo.
Levanto la mirada hacia la de él y trago.
—¿T-tú tuviste algo que ver con sus... muertes?
Sus ojos parpadean con algo... ¿miedo quizás?
Suspira. Suena resignado.
Cuando me mira de nuevo, la mirada en sus ojos es cautelosa.
—Creo que también conoces la respuesta.
—Oh, Jesús. —Retrocedo un paso y me golpeo con el escritorio,
haciendo temblar los cuchillos y el arma.
Los ojos de Kas se dirigen directamente a ellos y luego a mí.
Me hago a un lado del escritorio, alejándome, pero no demasiado para
poder tomar un arma si es necesario.
—Los mataste a ambos.
—Sí.
Oh Dios.
—Y vas a matar a Damien.
No responde. Sólo me mira fijamente, como si estuviera ponderando
cómo responder.
Pero no necesita responder, porque ya lo sé.
La foto de Damien no estaría clavada en esa pared junto a la de ellos
si Kas no planeara matarlo.
—¿Cómo morirá Damien? —susurro.
—Penosamente.
—Oh Dios. ¿Me vas a matar también?
—¿Qué? —Se ve aturdido, como si acabara de darle un puñetazo en la
cara. Todo su comportamiento cambia. Sus brazos caen del marco de la
puerta, y da un paso adelante, con los ojos abiertos de sorpresa—.
Jesús. Claro que no. ¿Por qué pensarías eso?
Y en este momento mi cerebro elige explotar a través de mi boca.
—¡Porque tienes armas y cuchillos aquí! Y ya has matado a dos
hombres, que, por supuesto, se lo merecían, y planeas matar a otro
hombre, ¡que también lo merece! ¡Pero has matado a gente, y tienes mi foto
en todo tu jodido muro! —Extiendo la mano en dirección a las fotos. Mi
pecho se alza con temerosos y furiosos suspiros mientras el eco de mis
palabras reverbera silenciosamente por la habitación.
Kas se pasa una mano por el cabello, su otra mano cruza su pecho
para cubrir su corazón.
—Nunca te haría daño, Daisy. Nunca —afirma enfáticamente—. Esto.
—mueve una mano, señalando su pared de fama—, es sólo una parte de
mi vida que nunca quise que conocieras.
—¡Joder, Cristo! —Me pellizco el puente de la nariz, inhalando y
respirando profundamente—. Estoy enamorada de un asesino. Sólo yo
podría enamorarme de un asesino. Dios, ¿qué demonios me pasa?
—¿Qué dijiste?
Dejando caer mi mano, le fruncí el ceño.
—Lo siento, ¿no debería llamarte asesino?
—Estás... —Parpadea. Negando, da otro paso adelante—. Estás
enamorada de mí.
Oh. Mierda.
¿Acabo de decirle que estoy enamorada de él?
¿Estoy enamorada de él?
Oh Dios. Lo estoy.
Estoy enamorada de Norman Bates.
Bueno, no es exactamente un psicópata. Es un hombre de venganza.
Pero ha matado gente. Y no es exactamente el momento ideal para decirle
al hombre que sales que estás enamorada de él, momentos después de
descubrir que es la versión de la vida real de The Punisher.
—Yo-yo... no es realmente el punto en este momento —digo
despectivamente.
—Es el único punto.
Cuando miro su rostro, veo ternura. Se enrolla alrededor de mi
corazón y aprieta con fuerza.
Cierro los ojos contra el sentimiento.
—Ni siquiera te conozco —susurro—. No puedo estar enamorada de
un hombre que no conozco.
Siento que se acerca.
—Me conoces, Daisy. Eres la única persona que realmente me conoce.
Abro los ojos y observo sus ojos conmovedores. La esperanza en su
mirada me hace doler.
Niego.
—No, no lo sé. Me has mentido desde el momento en que te conocí.
Me conocías antes que te conociera. —Señalo la foto de mí y de Jason en la
pared, pero sus ojos no dejan los míos—. ¿Cómo terminé trabajando para
ti, Kas? —Mis palabras son tranquilas.
Sus ojos se cierran brevemente, sus cejas juntas, como si acabara de
gritarle.
—Lo hice para que vinieras a trabajar para mí.
Un sentimiento enfermo se despliega en mi estómago.
—¿Por qué harías eso? —Creo que ya lo sé, pero necesito que me lo
diga. Necesito oír esto de él.
Da un paso atrás, poniendo la distancia tan necesaria entre nosotros.
—Porque he estado tratando de atrapar a Damien Doyle durante
mucho tiempo. Pero tiene esta poderosa habilidad de desaparecer. Y,
cuando él desaparece, sale completamente del mapa, y simplemente no
hay forma de encontrarlo. Créeme, lo he intentado.
»Sólo necesitaba una entrada con él. Así me acercaría lo suficiente
para matarlos. No me recuerdan. Me veo muy diferente al chico que
torturaron en ese parque hace siete años. Los encuentro, y luego los mato.
»Damien acababa de reaparecer en Londres después de haber estado
fuera por mucho tiempo, y fue entonces cuando supe que tenía un
hermano. Vi mi camino para acercarme a Damien. Pero Jason estaba
nervioso. Tenía miedo de su hermano, pero le era fiel. Entonces... descubrí
que Jason tenía una novia.
—Conoces a Jason. —Envuelvo mis brazos sobre mi pecho,
repentinamente fríos, los froto con mis manos.
—Lo había observado por un tiempo. Entonces, una noche, lo seguí a
un bar. Empecé a hablar con él. Hablaba con facilidad con algunas
cervezas, pero se aferró a no mencionar a su hermano. Le gustaba hablar
de ti. Mucho.
Apreté los ojos, los puños cerrados con fuerza a mis lados.
—Te vi... y, mierda, Daisy, eras tan hermosa. Nunca había visto a
alguien tan hermosa. Al mirarte, partes de mí empezaron a despertar. Pero
quería odiarte porque pensé que eras uno de ellos. Pensé que tenías que
saber el tipo de personas con las que estabas involucrada. Y luego, unas
semanas más tarde, fuiste arrestada, y resultó que estaba en lo correcto, o
eso pensé.
»Sabía que Jason era incapaz de decir nada; el tipo es una jodida
cubierta. Entendí eso después de pasar unas horas hablando con él.
Sabía, por mi instinto, que tenía algo que ver con Damien. Estaba escrito
por todas partes. Y, si estuvieras involucrada, entonces eso significaba que
estabas cerca de Damien. Te vi como mi entrada. Iba a usarte para
acercarme a él. Entonces, iba a matarlo.
»Por supuesto, Damien desapareció justo después que te arrestaran.
Así que, esperé. Entonces, cuando te liberaron, entré en contacto con un
amigo de Jude que trabaja en el servicio de libertad condicional. Le dije
que quería ayudar con el programa de Regreso al Trabajo que tienen para
los delincuentes. Le dije que estaba buscando una ama de llaves porque la
última se había ido inesperadamente. Me puso en contacto con Toby...
—Tania. —Exhalé su nombre—. ¿Se fue voluntariamente? ¿O la
despediste?
Sus ojos brillaron de dolor.
—Tania era inmigrante ilegal. Fue deportada a Polonia. Lo mantuve
en secreto, ya que no quería atención negativa en la finca.
—Qué conveniente para ti.
Aprieta la mandíbula, y dice:
—Tania se fue dos meses antes que tú empezaras a trabajar aquí. No
le hice jodidamente daño, Daisy. No mato gente por diversión. Tania está
viva y bien, viviendo en Polonia con su familia. Puedo demostrártelo...
—¿Tú y ella...?
—No. —Decepción parpadea en sus ojos—. No ha habido nadie más
que tú. Lo sabes.
—Sí, bueno, perdóname por no creer en una palabra que has dicho.
—Nunca te he mentido, Daisy. Te he guardado las cosas, pero nunca
he mentido.
—¡Pura mierda! —Señalo con un dedo su oficina—. ¡Me miraste a los
ojos y me mentiste el otro día! ¡Estabas allí y me dijiste que esa maldita
puerta nunca existió!
La ira se filtra en su rostro.
—Claramente, eso fue un error. Y puede que haya mentido sobre eso;
ocultarte eso, pero fue con buena razón. Pero nunca he mentido acerca de
nada sobre nosotros.
—¡Todo esto tiene que ver con nosotros! —Levantó los brazos—. ¡Me
ocultaste esto!
—¿Cómo se suponía que iba a decírtelo? Por cierto, Daisy, estoy
sacando del mapa a los hombres que violaron y asesinaron a mi novia de la
infancia, ¡los hombres que me hicieron esto y me dejaron por muerto! —
Golpea una mano contra su pecho marcado—. ¡Que conseguir mi
venganza es lo único que me ha mantenido respirando durante los últimos
siete años! —Deja de hablar, jadeando, sus ojos salvajes y amplios en mí.
Lo peor es que... lo entiendo.
Entiendo por qué ha hecho lo que ha hecho. Si me hubieran hecho
eso a mí o a Cece o Jesse, lo que le hicieron a él y Haley, también querría
matarlos.
Pero eso no significa que lo haría. Dejaría que la ley hiciera su
trabajo.
—¿Por qué matarlos? ¿Por qué no entregarlos a la policía?
Suelta una risa, pero no hay ni un poco de humor en ella. Retrocede,
apoyado contra la pared, y cruza los brazos sobre su pecho, mirando
fijamente el muro que está cubierto con los recortes de noticias e imágenes
de Haley.
—Porque la policía no hace una mierda. Les di descripciones. Lo
mejor que pude. Pusieron retratos en las noticias. Revisaron la zona.
Llevaron unos pocos sospechosos. Sin embargo, nunca los correctos. El
tiempo pasó. El interés en el caso disminuyó.
»Así que decidí hacer algo al respecto por mi cuenta. Era lo menos que
podía hacer por Haley y su familia. Ella murió porque la llevé allí esa
noche. Así que, iba a hacer lo único que podía. Limpiar esa escoria de la
tierra. Me llevó mucho tiempo encontrarlos. Pero cuando lo hice... —Su
mirada dolorida se posa en mí—. Cuando maté a Foster... vomité después.
—Suelta una risa triste y despectiva—. Pero también me sentí bien. Como
si finalmente estuviera haciendo algo bien por Haley. Matar a Betts... no
diría que fue más fácil, pero saber que estaba librando al mundo de esos
hijos de puta se sentía bien. Pero Doyle... él es el que quiero más que
nada. Fue el motor de lo que sucedió esa noche.
—¿Fue el primero que violó a Haley? El que te agradeció por dejarlo...
¿fue él quien te apuñaló una y otra vez?
Asiente lentamente.
—Sólo necesito matarlo... y entonces todo estará bien.
Siento que ni siquiera me está hablando ahora mismo.
—Mato a Doyle, y he pagado mi deuda a Haley.
Doy un paso temeroso hacia él.
—Haley no hubiera querido que hicieras esto.
Me mira, y el dolor en su expresión me atraviesa.
—Se lo debo, Daisy. —Mira más allá de mí, hacia su foto. La ternura
se extiende a través de su expresión—. Debía protegerla, y le fallé. No voy a
fallar de nuevo. Mataré a Doyle. Me vengaré por ella... si es lo último que
hago.
Algo dentro de mí se rompe.
Mirándolo observar su foto, me siento como una intrusa. Y me doy
cuenta en este momento que lo que Kas siente por mí nunca será nada
comparado con lo que sentía por Haley... por lo que aún siente por ella.
Ni siquiera puedo estar celosa porque merecía ser amada. Y, después
de lo que vivió, merece su venganza.
Pero no puedo ser parte de ella. Tengo demasiado que perder.
—Comprendo tu necesidad de venganza, Kas. Por lo que te hizo a ti y
a Haley...
—Y a ti. —Sus ojos van a los míos, la ira ardiendo en ellos—. Te puso
en la cárcel. Robó dieciocho meses de tu vida. Por él, perdiste a Jesse. Ya
no se trata de Haley, Daisy. Es sobre ti también.
Mi corazón se contrae dolorosamente.
Doy un paso hacia él.
—No quiero que hagas nada por mí. Tuve mi paz con lo que me había
pasado hace mucho tiempo.
Pero quiero que ese bastardo muera por lo que le hizo a Kas.
Simplemente no quiero que Kas sea el que lo haga. Kas ha soportado y
sufrió lo suficiente. Más que nadie debería. No quiero que sufra más.
Quiero que esté libre de esto.
—No quiero que vayas detrás de Damien. Quiero que te quedes aquí
conmigo. Quiero que estés a salvo. —Envuelvo mis brazos a mi alrededor—
. Entiendo tu necesidad de hacer esto, pero no puedo ser parte. No me
interpondré en tu camino, y no te pediré que elijas. Pero —inhalo por
fortaleza—, si sigues tu camino de venganza, entonces... aquí es donde
terminamos. No puedo arriesgar a Jesse. Y te amo. De verdad. Pero amo a
Jesse más. Siempre vendrá primero. Tengo que protegerme para
protegerlo. Lo necesito de vuelta a casa conmigo, y no puedo...
no voy a dejar que nada ponga en peligro eso. Mantendré tu secreto.
Puedes confiar en mí. Pero ya no puedo estar aquí. No puedo estar contigo.
—Jesús. —Aprieta los ojos, inclinando su cabeza hacia atrás.
Se queda así por lo que parece ser una eternidad cuando, en realidad,
son segundos. La mandíbula apretada, los ojos bien cerrados, su cuerpo
está tan quieto que ni siquiera estoy segura si está respirando en este
momento.
Por favor, Kas. No vayas tras él. Déjalo ir. Quédate conmigo.
Exhala que suena mucho como una decisión tomada. Y miro mientras
él abre sus ojos y me mira. Leí su respuesta allí, y mi corazón se retuerce.
—Nunca debería haber empezado nada contigo. Sabía que estaba mal.
Lo siento...
Lo interrumpo levantando mi mano.
—No...
Baja la mirada.
—Tengo que terminar lo que empecé... lo que ellos comenzaron hace
siete años. Tengo que terminar con Doyle por lo que hizo. Lo siento, Daisy.
Me mira de nuevo, y la disculpa en sus ojos me enoja.
Y ahí es cuando todo me golpea.
Eso es todo.
Kas y yo hemos terminado.
Antes que tuviera la oportunidad de comenzar.
Dolor, algo que nunca he sentido antes, me atravesó.
Si alguna vez hubiera preguntado cuánto significaba para mí Kas,
acabo de recibir mi respuesta.
Más de lo que creía posible.
—Está bien. —Siento un aliento fortificante, manteniéndome fuerte
cuando todo lo que quiero hacer es desmoronarme—. Supongo que no
queda nada más que decir. Excepto... adiós.
Sus ojos parpadean de pesar.
—Adiós, Daisy.
Esas palabras suavemente pronunciadas astillan mi corazón,
destrozándome.
Juntando fuerza, curvo mis dedos en mis palmas hasta que mis uñas
se clavan en mi piel. Empiezo a alejarme.
Mientras paso a su lado, lo respiro, y el olor de él es casi suficiente
para detenerme.
Casi, pero no suficiente. Porque hay alguien por ahí que me necesita
más.
—Daisy...
La voz de Kas toca mi espalda, y es agonía, deteniéndome. Miseria se
aloja en mi garganta.
Suspiro, cierro los ojos.
Me toma una eternidad encontrar la fuerza para girarme a él, y
cuando lo hago, aún está apoyado contra la pared, sin mirarme, ojos en el
suelo, sus brazos alrededor de sí mismo.
Invocando su propia fuerza, se voltea y levanta su mirada la mía, y
por primera vez, veo a Kas.
El verdadero Kas.
Está abierto y sangrante por mí.
Dios, duele. Duele jodidamente tanto.
Lágrimas me llenan los ojos. Me muerdo el labio para mantener el
dolor adentro.
—Siento no poder ser un hombre mejor para ti. El hombre que te
mereces. —Su voz es ronca de la emoción.
Y las lágrimas se derraman sobre mis mejillas.
Sé que lo afectan. Veo su mano flexionada, como si quisiera
extenderla y tocarme. Pero se queda en su lugar.
—Ya no creo que sea capaz de amar —dice suavemente—. No lo he
hecho por mucho tiempo. Pero sí sé lo que siento por ti, y es...
Niega suavemente, sus ojos brevemente mirando a otro lado antes de
volver a mí. Veo el brillo en ellos, y me hace llorar más.
—Lo que siento por ti es debilitante, aterrador y emocionante... y lo
mejor que me ha pasado. Eres lo mejor que alguna vez pudo pasarme. Y, si
sólo crees una cosa que te he dicho, entonces cree esto; si pudiera amar a
alguien, entonces sería a ti, Daisy. Un millón de veces más, serías tú.


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Mensaje por mariateresa Mar 30 Ene - 6:51

INDICE

DIA 15 : Ante-prologo; Prologo; Capitulo 1.

DIA 16 : Capitulos 2; 3; 4.

DIA 17 : Capitulos 5; 6; 7.

DIA 18 : Capitulos 8; 9; 10.

DIA 19 : Capitulos 11; 12; 13.

DIA 20 : Capitulos 14; 15; 16.

DIA 21 : Descanso y Comentarios

DIA 22 : Capitulos 17; 18; 19.

DIA 23 : Capitulos 20; 21; 22.

DIA 24 : Capitulos 23; 24; 25.


DIA 25 : Capitulos 26; 27; 28.

DIA 26 : Capitulos 29; 30; 31.


DIA 27 : Capitulos 32; 33; 34.


DIA 28 : Descanso y Comentarios


DIA 29 : Capitulos 35; 36; 37.

DIA 30 : Capitulos 38; 39; 40.

DIA 31 : EPILOGO


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Mensaje por mariateresa Mar 30 Ene - 6:56

YYY A QUI ESTAMOS CHICAS SE ACABO LA TORTURA POR SABER EL GRAN SECRETO DE LA PUERTA YYY CUAL ERA LO QUE CONECTABA A DAMIAN CON KAS.

NOS QUEDAN SOLO 3 CAPITULOS MAS EL EPILOGO, COMO VOY UN POCO DESFASADA LOS SUBIRE ESTA NOCHE PARA TERMINAR EL 31 CON EL EPILOGO.


ESPERO QUE HASTA EL MOMENTO LES HAYA GUSTADO, A MI ME ENCANTO LO TENIA ENTRE MIS PENDIENTE Y POR FIN GRACIAS A USTEDES QUE LO ELIGIERON LO PUDE LEER.


NOS VEMOS MAS TARDE CON LOS ULTIMOS CAPI.....


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Mensaje por Yani Mar 30 Ene - 8:33

Oh por favor!!!! Así que eso era lo que ocultaba Kas, pobrecito, no está bien de la cabeza, quedó muy trastornado, espero que recapacite y se dé cuenta que Daisy es más importante que su venganza...Daisy hace bien en alejarse, tiene razón en hacerlo, después de lo que pasó faltaría que vuelva a la cárcel por culpa de otro hombre. Además, Kas la usó como cebo para atrapar a Damien, odio eso. Debería haberle contado a Kas su encuentro con Jason, presiento que Damien va a ir por ella y entonces Kas tendrá que acudir en su ayuda.


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Mensaje por svenkok Mar 30 Ene - 9:46

¡ohh Dios!
Mi corazón se paralizo, después que Daisy abrió esa puerta. Pensé lo peor. Creí que Kas la iba a matar o encadenar y torturar.

Creo que soy tan tonta como ella (Daisy), pues me derretí cuando Kass le dijo: “Lo que siento por ti es debilitante, aterrador y emocionante... y lo mejor que me ha pasado. Eres lo mejor que alguna vez pudo pasarme. Y, sólo crees una cosa que te he dicho, entonces cree esto; si pudiera amar a alguien, entonces sería a ti, Daisy. Un millón de veces más, serías tú.”  Lectura Enero 2018 - Página 6 1f627 
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Mensaje por IsCris Mar 30 Ene - 10:59

Quedé de piedra, nunca imagine que ese sería el secreto. Cuando Kas la encontró pensé que a iba a matarla jajajaja pero tal vez de verdad la quiere, porque dejarla ir sabiendo que puede denunciarlo 
Y que bueno que daisy recapacitó, porque de verdad sería doloroso que volviera a perder a Jesse


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Mensaje por mariateresa Mar 30 Ene - 17:41

38

“Si pudiera amar a alguien, entonces sería a ti, Daisy. Un millón
de veces, serías tú”.
Esas palabras han estado repitiéndose en mi mente todo el día.
Inclino mi cabeza contra la ventana, la vibración del tren
circulando sobre la vía golpeando contra mi cabeza, mientras Kelly
Clarkson canta “Beautiful Disaster” en mis oídos.
Después de esa noche, cuando me alejé de Kas, no vino detrás de
mí. Se ofreció a llevarme a casa, pero el dolor, la confusión y la
atmósfera entre nosotros todo era bastante malo, y no podía soportar
un viaje en coche a casa con él. Entonces me llamó un taxi.
Voy a tener que verlo dentro de pocas horas. A pesar de que no
pueda tener una relación con Kas, todavía necesito mi trabajo. Es una
de las cosas que me garantiza que recuperaré a Jesse.
Cuando llegué a casa, entré silenciosamente en nuestro
apartamento. Me metí en la cama y pasé el resto de la noche mirando
el techo oscuro.
Me levanté temprano y fui a correr.
Cuando volví, Cece estaba levantada. Se sorprendió al verme, ella
había pensado que estaba con Kas. Le dije que Kas y yo no íbamos a
funcionar.
Entonces, me sorprendí rompiendo a llorar.
Por supuesto, no podía decirle la verdadera razón. Así que le dije
que no era el indicado para mí.
Sabía que ella sabía que había más, pero no empujó. Ella solo
fue increíble, como siempre. Me abrazó y luego me dijo que esta
noche, era noche de chicas, comida para llevar, vino y una película
romántica.
Tenía temor de ir al trabajo y tener que verlo. Pero me puse mis
bragas de chica grande y me fui a trabajar.
No estaba.
Su coche había desaparecido.
Y entonces empecé a preocuparme. Preocupada porque hubiera
ido tras Damián.
Me quebré y lo llamé. Me respondió el contestador que sólo me
hizo sentir peor. No me molesté en dejar un mensaje.
¿Qué podría decir? Por favor no lo mates.
Envié un mensaje más tarde ese mismo día, sólo pidiendo que
me dejara saber que estaba bien.
Hasta ahora, aún no me ha contestado.
Tengo miedo por Kas.
¿Y sabes qué? Lo más espantoso es que no me importa que un
hombre, pronto perderá vida. O que Kas ha tomado la vida de dos
tipos más. Porque se lo merecían. Damien se lo merece.
Y si pensar eso me hace una mala persona, entonces lo soy.
Esos bastardos violaron y asesinaron a una niña de diecisiete
años. Obligaron a Kas a ver esa brutalidad, y luego lo apuñalaron y lo
dejaron por muerto.
Cuando pienso en Kas matándolos, no puedo sentir otra cosa
que justicia para Haley.
Y Damien me puso en la cárcel durante dieciocho meses. No soy
una chica buscando venganza, pero no puedo evitar sentirla ahora
mismo.
Sé que algunas personas dirían: entrégalo a la policía. Pero los
escurridizos hijos de puta como Damien, siempre se las ingenian para
desaparecer.
Y, honestamente, la cárcel no sería suficiente castigo para él.
Confía en mí, he pasado tiempo adentro, y el castigo que Damien
merece por lo que hizo esa noche, hace siete años, no es sentarse tan
tranquilo en una celda de la cárcel. Merece sufrir.
Ojo por ojo y todo eso.
Kas perdió todo por Damien. Perdí todo por Damien.
Supongo que, en ese sentido, siempre estaremos vinculados.
Así que, entre revisar compulsivamente el noticiero por noticias
de asesinato —o peor, de Kas resultando herido— he estado sufriendo
por la idea de perderlo.
Mi día ha sido un completo jode-mentes.
Sólo necesito saber de Kas. Necesito saber que está bien.
Mi teléfono vibra en la mesita frente a mí. Mis ojos vuelan hacia
él, el corazón acelerado, esperando que sea Kas. Me desinflo cuando
veo que es Anne llamando, lo que demuestra lo mal que están las
cosas, pero entonces mi corazón se recupera cuando comprendo que
es Anne llamando.
Jesse.
Arranco los auriculares de mis oídos y contesto la llamada.
—¿Hola? —Me apresuro, la preocupación me pincha, como
siempre hace cuando se trata de Jesse.
—Hola, Daisy. —Es Anne. Su voz suena alegre, lo cual me relaja.
—Hola —digo.
—No estoy interrumpiendo nada, ¿verdad? —pregunta.
—No, para nada. —Bueno, aparte de sentarme aquí, obsesionada
por el hecho que el hombre de quien estoy enamorado está decidido a
vénganse y pronto matará al hombre quien arruinó su vida. Aparte de
eso, no, no estás interrumpiendo nada—. Estoy en el tren de camino a
casa del trabajo.
—Oh Dios. Bueno, tengo algunas noticias... buenas noticias.
Eso me hace sentarme más erguida.
—¿Buenas noticias?
—Sí. He estado hablando con mi superior, y hemos estado
examinando los progresos de Jesse desde tu liberación. Todo ha sido
positivo. Especialmente desde que comenzaron tus visitas. Le va
mejor en la escuela, busca activamente participar en las actividades,
y su actitud general ha mejorado. Parece feliz.
Eso me hace resplandecer; saber que Jesse es feliz debido a mí.
—Y también hablé con tu oficial de libertad condicional, Toby, y
no tiene nada más que cosas positivas que decir, al igual que tu
empleador.
—¿Kas? —Jadeo su nombre.
—Sí, Kastor Matis. Un hombre encantador. Tenía cosas
maravillosas que decir sobre ti. Que eres muy trabajadora. Siempre
eres puntual. Dijo que está claro para él que, tu único objetivo, es
reconstruir tu vida y hacer que Jesse vuelva a vivir contigo.
Lágrimas vienen a mis ojos. Me muerdo el labio.
—¿Cuándo hablaste con Kas? —Lucho para mantener un tono
normal. Necesito saber si ha hablado con él desde que desapareció del
radar.
—Oh, era antes de ayer. ¿Por qué?
Mis esperanzas se hunden.
—Oh, nunca lo mencionó, es todo. —Trato de ignorar mi
curiosidad, preocupada porque podría hacerla sospechar que Kas y yo
una vez fuimos más que solo empleador y empleada.
—Oh, claro —dice con una informalidad que me pone a gusto—.
De todos modos, normalmente esperaríamos un poco más antes de
permitir esto, pero no creo que eso sea necesario en este caso. Creo
que, al contrario, va a beneficiar más a Jesse. Y también he hablado
con Jesse, y estaba más que deseoso de que empezara.
—¿De qué empezara?
—Las visitas a domicilio por la noche. Vamos a permitir que
tengas acceso de fin de semana con Jesse. Puede venir a verte los
sábados por la mañana. Quedarse la noche del sábado y luego lo
traes de regreso de nuevo el domingo a la hora del té. Iré, por
supuesto, tendré que venir y hacer una inspección de tu casa y
asegurarme de que todo está en condiciones satisfactorias para él,
pero dudo que haya un problema de lo que recuerdo de tu casa la
última vez que estuve allí.
—¿Estás hablando en serio? —Mi corazón late más rápido—.
¿Puedo tener a Jesse los fines de semana?
Siento su sonrisa detrás la línea.
—Sí, Daisy, hablo en serio. Te lo has ganado. Estoy orgullosa de
ti. Sigue así, y tendrás a Jesse viviendo contigo más pronto de lo que
se había anticipado.
Las lágrimas empiezan a correr por mi cara.
—Muchas gracias. Muchísimas. No.... no sé... Dios, gracias. No
los defraudaré ni a ti, ni a Jesse, lo juro.
—Sigue haciendo lo que estás haciendo, y volverás a tener a tu
familia unida antes de que te des cuenta.
Nos decimos adiós después de establecer fecha y hora para Anne
para que haga su visita a casa a principios de la próxima semana así
puedo empezar las pernoctaciones de Jesse el próximo fin de semana.
No lo puedo creer. Estoy a un paso de recuperar a Jesse.
La otra parte de mi vida puede estar yéndose a la mierda, pero la
parte más importante se dirige en la dirección correcta. Y sólo
confirma que tomé la decisión correcta alejándome de Kas, porque no
puedo dejar que algo comprometa el tener de vuelta a Jesse en casa
conmigo.
Las lágrimas siguen escapando de mis ojos, y no me importa que
otros pasajeros puedan verme porque estoy jodidamente feliz por
estas visitas de fin de semana.
Le disparo un texto a Jesse, diciéndole que acabo de enterarme
por Anne y lo feliz que estoy.
Mi teléfono emite un pitido un segundo después.
Es genial, ¿verdad? No puedo esperar a ver tu casa. ¿Puedo
decorar mi habitación como quiero?
Dios, puede pintarla de negro si quiere.
Escribo de nuevo.
¡Por supuesto que puedes! Podemos ir a comprar pintura
mañana si quieres.
Él responde:
Trae tu tarjeta de crédito. Smile
Me río a carcajadas, y se siente bien.
Lo tienes, muchacho. Te amo. Xx
También te amo, Mayday.
Y eso me hace llorar aún más.
Vuelvo el rostro hacia la ventana y enjugo las lágrimas.
Me siento tan en conflicto con mi felicidad por Jesse y mi dolor
por Kas.
Nunca supe que podía sentirme tan feliz pero tan triste al mismo
tiempo.
El tren entra en mi estación. Salgo del tren y empiezo el camino a
casa. Sé que Cece dijo que fue a comprar vino para nuestra noche de
chicas, pero me detengo en el supermercado y compro una botella de
champán para celebrar la noticia. Es solo el barato, pero sigue siendo
champán, y vamos a celebrar a lo grande. No puedo esperar a ver su
cara cuando le diga que tendré a Jesse los fines de semana.
Renuncio a la bolsa de cinco peniques, y con una botella de
champán en la mano, me dirijo a casa.
Entro en mi edificio de apartamentos y subo los escalones.
Poniendo mi llave en la puerta principal, entre. El lugar está
tranquilo.
—Ce, estoy en casa —grito, sonriendo. Me quito los zapatos.
Dejando caer mi bolsa en el pasillo, me dirijo a la sala de estar—.
Tengo noticias asombrosas...
Lo que digo se interrumpe por la escena expuesta frente mí.
Oh Dios. No.
La botella de champán cae de mi mano, golpeando el suelo con un
ruido sordo.
—Ce. —Mi voz tiembla.
Está sentada en el sofá. Sus muñecas están atadas delante de ella y
sus tobillos también están amarrados. Sobre su boca, hay un pedazo de
cinta de embalar. Sus ojos están amplios con miedo, sus mejillas
manchadas de viejas y nuevas lágrimas.
Y, de pie detrás de ella, con una pistola casualmente apoyada encima
del sofá detrás de ella, se encuentra Damien Doyle.
—Hola, Daisy.
El bastardo sonríe. Jodidamente sonríe.
Miedo y rabia se despliegan en la boca de mi estómago.
—Damien. —Intento mantener mi voz firme, pero tiembla y lo oye.
Lo sé porque su sonrisa se amplía.
—Ha pasado un tiempo —dice.
—No el suficiente —comento con los dientes apretados.
Se ríe.
—¿Ves? Y aquí estaba, pensando que me habías extrañado.
Como un agujero en la cabeza, hijo de puta.
—Tanto como extrañaría el herpes genital.
Se ríe de nuevo. Más alto.
—Es por eso que siempre me gustaste, Daisy. Nunca temes decir lo
que piensas. —Frota el lado de su rostro con su arma. Mis ojos siguen el
movimiento—. Y lamento aparecer de repente así, pero he estado oyendo
cosas...
Mi estómago cae.
—¿Como qué?
—Estas salvajes y locas ideas sobre que soy la razón de que fueras a
prisión. —Aún sonríe, pero sus ojos grises se han endurecido como
granito.
Jason.
—¿Y dónde has oído esas cosas?
La sonrisa se amplía.
—Vamos, Daisy. Sabes que Jason nunca mantendría su boca cerrada.
Unas pocas cervezas y fue la jodida hora de las confesiones. —Se ríe en un
bajo y cruel sonido—. Quiero decir, Jason viniendo a verte, debería haber
visto eso venir en el momento en que oí que habías salido. Siempre fuiste
su punto débil. Tuve que golpearlo un poco por eso. Quiero decir, no
puedo exactamente perdonarlo por joderla. Puto idiota, eso es lo que es.
Pero entonces me hizo un favor viniendo a verme, ya que me enteré de todo
lo que has estado diciendo.
Siento un agudo picor de traición. Pero entonces, no es como si
pudiera haber esperado más de Jason. Es un bastardo y un cobarde, igual
que su hermano.
—No he dicho una palabra a nadie más —digo rápidamente—. E
incluso si lo hiciera, ¿quién me creería de todos modos?
—Cierto. —Asiente, pasando una mano tatuada por su cabeza
afeitada—. Pero oír esas cosas, me incomoda. Como si hubiera dejado un
cabo suelto. Y no me gusta sentirme incómodo, Daisy.
Mierda.
Trago con miedo, intentando mantenerme serena.
Veo los ojos de Damien ir a la botella de champán en el suelo a mis
pies.
Asiente hacia ella.
—¿Celebrando algo?
Con los puños apretados a mis costados, niego.
—No.
—Bebes champán todos los días, ¿no?
Mis ojos se encuentran con los suyos.
—Sí, vivo un estilo de vida de lujo hoy en día, ¿no lo sabías? Quiero
decir, con todo ese dinero que conseguí del robo de la joyería... Oh, espera.
No, ese fuiste tú. —Estoy presionándolo. Sé que no debería, pero mi ira
está sacando lo mejor de mí.
Se ríe. El sonido me araña como bruscas uñas sobre piel suave.
—Hmm, creo que me beberé ese champán cuando haya terminado
aquí. Celebrar un poco.
“Terminado aquí”.
Mierda.
—Y... ¿qué estás haciendo aquí?
—Limpiando un desastre.
Tenía que preguntar, ¿no?
El miedo retuerce mi estómago en nudos. Toma todo de mí no llorar.
Muerdo el interior de mi boca... duro.
Tengo que sacarnos de aquí. No puedo dejar que nos mate.
Necesito un plan.
¿Qué haría Kas?
Matarlo. Sin un segundo de duda.
Dios, Kas, ¿dónde estás? Te necesito.
Pero no va a venir. Sólo soy yo.
Necesito que Damien siga hablando hasta que pueda resolver cómo
sacarnos de aquí.
Mis ojos se mueven hacia Cece. Las lágrimas llenan sus ojos. Se ve
tan asustada. Silenciosamente intento transmitirle que todo va a salir
bien.
Luego, me obligo a mirar a Damien y me levanto con una falsa
bravata.
—Soy realmente buena limpiando desastres. ¿Sabías eso? —le digo—.
Tal vez pueda ayudarte con tu desastre.
Se ríe entre dientes.
—Cariño, tú eres mi desastre. —Levanta su arma y rasca su sien con
el cañón.
Silenciosamente deseo que se dispare.
No hay suerte.
Baja la pistola y la apoya en el hombre de Cece, haciendo que se
encoja y que me clave las uñas en la palma.
—Esto no tiene nada que ver con Cece —digo rechinando los
dientes—. Es entre tú y yo. Déjala ir y...
—No haces demandas. ¿Hola? Soy el que sostiene el arma aquí. —
Agita la pistola, riendo.
Está riéndose como si fuera un puto juego.
Probablemente lo es para él.
Presiona el cañón del arma contra la sien de Cece.
—¡No! —grito.
Cece cierra los ojos con fuerza, con lágrimas cayendo por sus mejillas,
mientras su cuerpo tiembla.
—Estoy a cargo aquí, Daisy. Y no voy a dejar que tú o tu linda amiga
vayan a ninguna parte. Quiero tener un poco de diversión primero. —
Recorre con el cañón del arma la mejilla de Cece y su cuello antes de
moverla por su pecho.
Mi cuerpo tiembla con miedo y rabia. Nunca me he sentido tan
impotente como lo hago ahora.
La hiere, y juro por Dios...
Damien inclina su rostro hacia el lado del de Cece y presiona su nariz
en su cabello. Ella se encoge, intentando alejarse de él.
—Voy a follarte bien y duro, cariño, y vas a amar cada segundo de ello
—le dice.
—La tocas y te mato. —Las palabras salen de mi boca antes de que
pueda pararlas.
Pero no las lamento.
Unos ojos sonrientes, enfermos y malvados se levantan a los míos.
—¿Están ustedes... follando? —La sonrisa alcanza su asquerosa
boca—. Porque me interesa un poco de chica con chica antes de que las
folle a ambas.
La bilis se levanta en mi garganta, ácido fluyendo a mi boca, y lo
fuerzo a bajar.
—No nos vas a tocar a Cece o a mí. El único que va a estar jodido
pronto eres tú. Jodido por mi novio cuando ponga sus manos sobre ti.
Sus ojos parpadean con interés.
—¿Es así? Jason nunca mencionó un novio.
—Jason no sabe nada sobre mí. Pero mi novio...bien, sabe todo sobre
ti, Damien.
Se endereza y aparta la pistola de Cece, dejándola en el sofá, pero
manteniendo un fuerte agarre sobre ella.
—¿Y quién exactamente es tu novio?
Sonrío con suficiencia. Toma todo de mí hacerlo, pero tengo que
continuar con esto. Necesito asustarlo.
—Es alguien de quien deberías estar jodidamente asustado.
Sostiene mi mirada por lo que se siente una eternidad y entonces deja
escapar una carcajada burlona.
—¡Estás tan llena de mierda! No tienes un puto novio. E incluso si lo
hicieras, Damien Doyle no se asusta de ningún hijo de puta. —Golpea el
arma contra su pecho inflado.
—Bueno, deberías. Deberías estar jodidamente aterrorizado, Damien.
Pregúntale a Evan Foster y Levi Betts. Oh, sí, es verdad. No puedes, ¿no?
Porque están muertos.
—¿Y? ¿Qué mierda tienen que ver con nada? —espeta.
Y sé que estoy llegando a él.
Doy un audaz paso adelante.
—¿Quién crees que los mató?
—Estás hablando mierda, pequeña. Evan se suicidó, el jodido
cobarde, y Levi fue apuñalado por un traficante.
—¿Alguna vez atraparon al traficante que mató a Levi? —Ladeo mi
cabeza en contemplación—. Y, sabes, esto me lleva a pensar... ¿Evan cortó
su propia garganta? —Me estremezco, haciendo una mueca—. Quiero
decir, no es exactamente la manera habitual que alguien elige para
suicidarse, ¿no?
No puede esconder la sorpresa que recorre sus rasgos y sus
transparentes ojos, puedo ver su mente trabajando rápidamente.
—Hace siete años, tú y tus dos pequeños mejores amigos decidieron
violar y asesinar a una chica de diecisiete años en Hyde Park en la noche
de su baile de promoción. Su novio estaba con ella. Lo golpearon,
torturaron e hicieron mirar mientras profanaban a su novia de la peor
manera posible. Entonces, lo apuñalaste una y otra vez hasta que creíste
que estaba muerto. Sólo... que no estaba muerto. Sobrevivió. Y ha estado
yendo por ustedes, hijos de puta, uno por uno, y es tu turno, Damien.
Su rostro palidece y su voz tiembla.
—¿Qué mierda sabes sobre eso?
—Todo. Cuando duermes con un hombre, tiende a contarte cosas...
charla de almohada, ya sabes. Y me dijo todo lo malo que le hicieron y
cuán horriblemente va a joderte, al igual que hizo con Evan y Levi.
—¡Eres una puta mentirosa! —espeta, su rostro enrojeciendo—. ¡Ese
chico murió! Me aseguré de ello.
—¿No viste las noticias después de esa noche? ¿O simplemente eras
demasiado jodidamente arrogante? ¿O sólo no te importó lo bastante el
hecho de que robaste la vida de dos putos niños inocentes? Bien, lo que
sea que fuera, lo jodiste a lo grande, Damien. Porque sobrevivió. Y creció
con un montón de rabia y odio, cada gramo dirigida a ti. Creaste un
asesino, Damien, y viene por ti.
—¡Mientes, joder! —grita, perdiendo la calma.
Me río.
—Dios, no puedo esperar para probar que te equivocas. Voy a
disfrutar de verdad ver a Kas cortarte de par en par.
—¿Qué dijiste? —Da un paso al lado del sofá, lejos de Cece.
Mierda. Dije el nombre de Kas.
Manteniendo mi rostro impasible, digo:
—¿Qué? ¿Que va a cortarte de par en par? Porque lo hará. Te
destripará como a un pez...
—No, puta. Su jodido nombre. —Da un amenazador paso hacia mí—.
Di su puto nombre de nuevo.
La saliva fluye en mi boca. La trago, levanto mi barbilla y mantengo
mi bravata.
—Kas.
Es entonces cuando lo veo. Es sólo un breve titileo. Si hubiera
parpadeado, me lo habría perdido. Pero conoce el nombre de Kas.
Sonrío con suficiencia, triunfal.
—Ya lo has conocido, ¿no es así? Bien, quiero decir, conocerlo de
nuevo. Porque ya lo conocías, ¿correcto? De hace siete años. Pero ha
cambiado mucho desde entonces. Esto es lo que hace, sabes. —Me inclino
hacia delante y bajo mi voz, como si le estuviera contando un secreto—. Se
acerca y entonces —paso mi dedo índice por mi cuello, haciendo un sonido
de corte en mi garganta—, lo siguiente que sabes es que te estás ahogando
con tu propia sangre.
Mis palabras cuelgan en el aire entre nosotros. Se ve asustado, y me
siento fuerte.
Entonces, su rostro de repente cambia y se ríe sonoramente,
apretando su estómago con su mano.
Y mi estómago se hunde.
—Jodidamente te tuve ahí, ¿no? —se jacta—. Dios, ¡puta tonta! ¿De
verdad pensaste que me importaría una mierda tu pequeño novio? ¿Sabes
a cuántas putas he violado? ¿A cuánta gente he matado? Esa pequeña
zorra y su novio marica están en una enorme piscina de gente. Deja que
venga. Quiero que lo haga. Me dará la oportunidad de terminar lo que no
logré acabar hace todos esos años. —Sus ojos se entrecierran y oscurecen
sobre mí—. Porque odio un cabo suelto, Daisy.
Camina lentamente hacia mí y lucho contra la urgencia de correr.
Haciendo mis manos puños, muerdo con fuerza mi labio para evitar que
tiemble.
Alcanzándome, se detiene a centímetros de distancia. Puedo oler el
hedor a humo de cigarro y barata loción para después del afeitado y quiero
vomitar.
Presiona la pistola en mi pecho, empujando el cañón entre mis
pechos. Mis piernas comienzan a temblar.
—Sabes, la primera vez que te vi, cuando Jason te trajo, noté cuán
jodidamente linda eras. Pero siempre parecías tan estirada, como si
necesitaras una buena follada. Y sé follar realmente bien, Daisy. Quieres
eso, ¿eh? ¿Que te lo dé bien?
Escupo en su rostro. Se ríe.
Con los ojos fijos en mí, lentamente limpia mi escupitajo de su rostro
y luego me da una loca y retorcida sonrisa.
—Te lo dejaré pasar esta vez. Pero haces más de esa mierda y pondré
una bala entre los ojos de tu bonita amiga antes de que puedas gritarme
que pare.
Puedo oír los sonidos amortiguados procedentes de Cece, como si
estuviera intentando gritar detrás de su mordaza.
Fuerzo mis ojos a mirar los de él.
—Aprietas ese gatillo, y los vecinos llamarán a la policía más rápido
de lo que tu ineficiente y pequeña polla puede ponerse erecta.
Sonríe, la excitación llameando en sus ojos.
—Silenciador, nena.
Golpea el arma contra mi pecho, atrayendo mis ojos hacia ella, y es
cuando me doy cuenta del silenciador sujetado a ella.
Joder, estoy acabada. No hay salida a esto.
Cierro mis ojos con fuerza, derrotada y se ríe en voz baja.
Siento el arma moverse de mi pecho y se acerca más.
Presiona su boca contra mi oreja y lame el lóbulo.
Me estremezco con asco. Una lágrima cae por mi mejilla.
—Así que, no te preocupes, nena; nadie oirá nada. Ni siquiera el
sonido de tus gritos mientras te follo.
Da un paso atrás y luego agarra la parte superior de mi vestido y tira
hacia abajo, desgarrándolo, exponiendo mi sujetador. Sus ojos destellan
con excitación y mi estómago se revuelve, enfermo con miedo.
—Si eres una buena chica y haces lo que digo, las mataré
rápidamente. Jodes conmigo, y las mataré lentamente. Las follaré de todas
las maneras posibles y luego te haré mirar mientras la rajo antes de hacer
lo mismo contigo. ¿Me entiendes, Daisy? Sigue el juego y esto terminará
muy pronto.
Con mi cuerpo temblando, trago con fuerza, mi garganta es como
papel de lija.
Alza la mano y aprieta rudamente mi pecho.
—Tan jodidamente linda. Voy a disfrutar cada puto minuto contigo.
Desgarra el resto de mi vestido, dejándome en ropa interior. Sus ojos
hacen una enferma valoración de mi cuerpo. Una risa malvada sale de su
boca. Entonces, se inclina hacia delante y su asquerosa lengua lame la
parte superior de mi pecho.
Las lágrimas caen por mi rostro, fijo mis ojos en Cece. Está llorando
detrás de su mordaza, sus ojos amplios con miedo.
Cierro los ojos, así no tengo que verla. Como si eso le evitara tener
que ver esto.


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Mensaje por mariateresa Mar 30 Ene - 17:51

39


Esto debe haber sido como fue para Haley y Kas esa noche.
Algo dentro de mí de repente se rompe.
No.
No dejaré que esto suceda. No seré la víctima de este hijo de puta
enfermo más. Me ha quitado lo suficiente ya. No me va a robar esto también.
Nunca más va a hacerle esto a nadie.
Y, si tengo que morir mientras lo detengo, entonces que así sea.
Porque preferiría estar muerta que ser su víctima por un segundo más.
Entonces, dejo de pensar y sólo actúo.
Agarro con fuerza sus bolas, apretando más duro de lo que he hecho
jamás en mi vida.
Grita con dolor y sorpresa. Su cabeza se alza y golpea mi barbilla.
Muerdo mi lengua y la sangre fluye por mi boca. Pero no lo suelto.
Mantengo un fuerte agarre de las pelotas del hijo de puta.
—¡Apártate como la mierda de mí, jodida zorra!
Me golpea con la culata de su pistola. El dolor explota en mi ojo y
pierdo mi agarre cuando tropiezo hacia atrás, apretando mi ojo.
—Vas a jodidamente recibirlo ahora, pequeña puta.
Me da un puñetazo en el rostro. Caigo hacia atrás, golpeando el suelo.
Está sobre mí y lucho contra él con todo lo que tengo.
Pero es demasiado fuerte.
Agarra uno de mis agitados brazos, forzándolo al suelo y sujetándolo
allí. Veo la botella de champán en el suelo a mi lado, a sólo centímetros de
distancia.
Si sólo pudiera tomarla...
Presiona la pistola en mi frente.
—¿Qué mierda te dije? —gruñe—. Te dije que te comportaras. Pero
jodidamente no escuchas, ¿cierto? ¿Quieres que ponga una bala en la
cabeza de tu amiga ahora mismo? O tal vez debería poner una bala en la
tuya.
Empuja la pistola más duro contra mi cabeza y sé que me saldrá un
moretón... si salgo viva de esto, claro.

281

—Porque te estás convirtiendo en más problemas de los que vales. Y,
honestamente, Daisy, no tengo problema con follar tu todavía caliente
cadáver.
Una risa burbujea de mí y suena maníaca. Me siento maníaca.
Lo miro.
—Haz lo que quieras, Doyle. Siento tu diminuta polla y estaría
sorprendida si siquiera fuera capaz de sentirla de todos modos.
La ira endurece sus rasgos. La pistola se aleja de mi frente y entonces
me golpea en el rostro.
Puta mierda.
El dolor es atroz.
Ahogándome con la sangre que llena mi boca, empiezo a reír de
nuevo. El sonido es como un gorjeo. Abro un ojo, mirándolo.
—Jesús, Doyle, puedo golpear más fuerte que tú. Pegas como una
chica y tienes una polla pequeña. Es por eso que tienes que violar mujeres,
¿no es así? Para hacerte sentir más de lo que eres.
—¡Cierra la maldita boca, jodida puta! —grita con el rostro rojo
brillante, mientras su mano retrocede para golpearme de nuevo.
Es entonces cuando agarro la botella de champán. La aferro, pero
atrapa mi mano, intentando quitarla de mi agarre.
—¡Apártate de mí! —grito, luchando con todo lo que tengo.
—Yo haría lo que dice, si fuera tú.
Kas.
Está aquí. Gracias a Dios.
Echando mi cabeza hacia atrás, mis ojos conectan con los suyos.
Está de pie en la puerta. Pura ira cubre su rostro, retorciendo sus
hermosos rasgos. Sus ojos negros parecen estar en llamas. Cada parte de
él grita peligro.
Nunca se ha visto más hermoso para mí de lo que hace ahora. Y
nunca me he sentido más aliviada.
Damien me arrebata la botella de champán y la tira al suelo detrás de
él. Con los ojos en Kas, se sienta sobe mi estómago, sujetándome al suelo.
—Bueno, si esto no es jodidamente magnífico. El novio está aquí.
Vamos, Kas. Únete a la fiesta. —Agita su arma en la dirección de Kas—.
Sabes las reglas. Has sido parte de una de mis fiestas antes. Tienes que
sentarte y mirar mientras follo a tu novia. Y, cuando termine con ella, te
mataré, como debería haber hecho hace siete años.
Un sonido animal sale de Kas.
Y entonces todo se vuelve loco.
Kas arremete la corta distancia a través de la habitación, hacia
Damien. Se mueve tan rápido que Damien ni siquiera tiene la oportunidad
de levantar su arma para apuntar a Kas.
El cuerpo de Kas conecta con el de Damien con un alto ruido sordo.
La pistola vuela de la mano de Damien. Ambos golpean el suelo.
Ahora libre, no pierdo un segundo. Me pongo de rodillas, revisando
salvajemente el suelo por el arma, mientras Kas lucha con Damien, apenas
a unos centímetros de mí.
Mis ojos encuentran la pistola. Está en el suelo, junto a la pata del
sillón.
Voy por ella. Mi mano rodea el cañón y la levanto. Girando para
enfrentarlos, me alzo sobre mis rodillas y, en mi temblorosa mano,
sostengo el arma apropiadamente. La levanto y apunto hacia los hombres
luchando en el suelo.
Curvo mi dedo sobre el gatillo.
—Kas —digo con voz ronca, áspera.
No me oye. Está demasiado ocupado golpeando a Damien en el rostro.
—¡Kas! ¡Muévete! —grito.
La cabeza de Kas se echa hacia atrás y gira, sus ojos moviéndose a los
míos.
Es un error de mi parte porque Damien se aprovecha de su
distracción y golpea a Kas en el costado de su cabeza, su puño conectando
con la sien de Kas.
Kas se derrumba en el suelo.
—¡No! —grito.
Los ojos de Damien vienen a mí. Y es cuando ve que tengo la pistola
en mi mano.
Lentamente, Damien se pone de pie.
—¿Y qué piensas que vas a hacer con eso, pequeña? —se burla.
Mi corazón late con fuerza. El pánico y el miedo y la adrenalina arden
a través de mí como combustible, haciendo mis manos temblar.
Damien ladea su cabeza, sus ojos valorándome.
Sé que está sopesando si tengo o no el valor para apretar el gatillo.
¿Puedo? ¿De verdad puedo hacerlo?
Aprieto este gatillo y el juego se acaba para mí. Nunca recuperaré a
Jesse. Iré de nuevo a prisión.
Los labios de Damien se curvan en una enferma y retorcida sonrisa y
sé que ha tomado su decisión.
La elección ya no es mía.
Lo siento mucho, Jesse.
Damien arremete hacia mí.
Y aprieto el gatillo.
Nunca había pensado mucho en cómo sería disparar a alguien.
Quiero decir, no es que pienses que va a llegar el día en que tengas
una pistola en tu mano y a un maníaco homicida intentando matarte, por
lo que va a ser él o tú.
Así que, por supuesto, vas a ser tú.
Pero apretar ese gatillo no es nada como pensaría que sería.
No es toda gloria donde el chico malo cae hacia atrás y me quedo
aquí, como una chica ruda.
No. Soy la que termina de culo. El retroceso de la pistola me envía
hacia atrás.
Y entonces, por lo que parece el momento más largo, todo se detiene.
El mundo se vuelve un poco borroso y es como si el sonido hubiera
sido apagado.
La única cosa que puedo oír es el sonido de mi corazón acelerado,
latiendo contra mi pecho.
Entonces, es como si el mundo lentamente volviera al foco. Y el
volumen ha sido subido. Cada sonido es recogido por mis oídos. Los
sonidos del tráfico fuera. El repiqueteo de las ventanas cuando el viento
sopla en contra.
El tiempo se reinicia.
Estoy en el suelo con un arma en mi mano.
Y Damien Doyle aún está de pie, mirándome con sorpresa.
Su mano está presionada contra su estómago, la sangre se filtra por
el agujero que acabo de hacerle.
—Jodidamente me disparaste —dice como si en realidad no creyera
que le disparé.
Honestamente, tampoco puedo.
Con el cuerpo temblando, me las arreglo para ponerme de pie. Todo el
tiempo, mantengo mis ojos fijos en Damien y el arma apuntada en su
dirección.
Cuando estoy de pie, rápidamente echo un vistazo a Kas en el suelo y
veo que poco a poco está volviendo en sí.
Moviendo los ojos de nuevo, más allá de Damien, miro a Cece.
Está en el suelo, sentada incómodamente contra la base del sofá,
como si se estuviera retorciendo lejos del sofá para intentar llegar a
nosotros. Pero está bien.
Exhalo con alivio.
Mis ojos vuelven a Damien, los suyos están fijos en sus manos
cubiertas de sangre.
Doy un paso más cerca de él y sus ojos se levantan a los míos. Parece
asustado.
Poder y adrenalina surgen a través de mí, como nada que alguna vez
antes haya sentido.
Es como si alguien hubiera entrado en mi cuerpo y apoderado de mí.
Con la pistola levantada y apuntada a Damien, me acerco otro paso,
reduciendo la distancia entre nosotros.
El miedo llena sus ojos.
—N-no tienes que hacer esto —tartamudea, dando un paso con
torpeza hacia atrás—. P-podemos resolver algo. Tengo di-dinero.
—Vete a la mierda, Damien Doyle, enfermo asesino hijo de puta. Que
te jodan hasta el infierno y de vuelta. —Doy un paso más cerca y separo
mis pies.
Apunto.
—Esa primera bala fue por mí —digo en una voz que apenas
reconozco—. Esta es por Haley.
Entonces, aprieto el gatillo.
La bala sale de la pistola y golpea en su pecho.
Cae hacia atrás esta vez, tambaleándose. Sus ojos se fijan en los
míos.
Dejo de respirar.
Entonces, cae al suelo.
Silencio. Por lo que parece para siempre.
—Daisy.
Mis amplios ojos se mueven a Kas.
Y la realidad me golpea.
Lo maté.
Maté a Damien.
El arma cae de mi mano, golpeando el suelo con un suave ruido
sordo.
—Oh, Dios. L-lo ma-maté. Lo maté... ¡Jodidamente lo maté!
Ni siquiera me doy cuenta de que estoy retrocediendo hasta que Kas
me agarra, aferrando la parte superior de mis brazos.
—Detente. —Su voz es dura, pero tranquila.
Me quedo quieta en su agarre.
—Cece te necesita. —Mira duro en mis ojos—. Ve a ayudarla.
Mis ojos se disparan a Cece.
Me apresuro hacia ella y quito la cinta de su boca. Hace una mueca.
—Lo siento. Dios, lo siento. ¿Estás bien?
Asiente.
—Sí. Eso creo. ¿Y tú? —Sus ojos van al cuerpo de Damien en el suelo.
No puedo mirar.
—Sí. Jesús, Ce, lo siento. —Con manos temblorosas forcejeo con sus
ataduras, desatándolas.
—Lo siento —replica—. Le permití entrar. No lo sabía, Dais.
—No. Detente ahora. —Tomo su rostro en mis manos—. No fue tu
culpa.
Las lágrimas llenan sus amplios ojos y mi corazón se rompe.
—Pensé que... —Su labio tiembla—. Pensé que iba a... y no podía
hacer nada.
Desato las ataduras en sus muñecas.
Lanza sus brazos a mi alrededor.
—No podría haberlo manejado, Dais. Si él hubiera...
—Shh... está bien. —Paso una mano por su cabello—. Está bien. —Me
aparto con cuidado de sus brazos y desato sus tobillos.
Se pone de pie y me abraza de nuevo. Su cuerpo tiembla. El mío
también.
Me asusta volverme porque sé que, si lo hago, veré el cuerpo de
Damien de nuevo.
—Daisy. —La suave voz de Kas llega a mí, volviéndome.
Lo miro, pero mis ojos al instante van al cuerpo en el suelo.
Maté a un hombre.
Mi cuerpo entero comienza a temblar.
—Lo maté... Kas —susurro—. Le disparé y...
—No. —Sujeta la parte superior de mis brazos de nuevo y baja la
cabeza, para que estemos al nivel de los ojos. Ojos negros me miran
profundamente—. No lo mataste, Daisy. ¿Me oyes? Fui yo el que apretó el
gatillo. Fui el que disparó a Damien. No tú. Yo.
Mi cabeza empieza a negar. Las lágrimas llenan mis ojos ante la
enormidad de lo que dice.
—No —digo con voz ahogada.
—Sí.
—Por favor, Kas. No puedo...
—Sí, puedes y lo harás. Me dejarás hacer esto porque hay un niño ahí
fuera que te necesita. Jesse te necesita. —Enfatiza el punto con sus ojos—.
Maté a Doyle. Había venido aquí para verte. Había oído tus gritos a través
de la puerta e irrumpí para encontrar a Doyle intentando violarte. Cece
estaba atada y amordazada en el sofá. Fui por Doyle. Luchamos. Me las
arreglé para arrebatarle el arma. Me puse de pie y le apunté con la pistola,
pero vino por mí de nuevo. Entonces, le disparé. Pero no cayó con esa
primera bala. Vino de nuevo, por lo que disparé de nuevo, y cayó. Todo el
tiempo, te encontrabas en el suelo, inmóvil, conmocionada.
—Kas, no puedo...
—Sí, puedes. Y lo harás. —Liberando mis brazos, toma mi rostro en
sus manos—. Harás esto porque es lo correcto. Es lo que correcto para
Jesse. Dios, lo siento por no llegar antes. Jesús, Daisy, llegar aquí y
encontrarlo y a ti... Podría haberte perdido. —Sus ojos se cierran, como si
el dolor del recuerdo fuera demasiado para soportar.
Levanto una temblorosa mano y la presiono en su mejilla.
Abre los ojos. El brillo de lágrimas en ellos casi me mata.
Gentilmente pasa su pulgar por mi ojo hinchado donde Damien me
golpeó.
Sus ojos bajan. La rabia llamea en su rostro mientras observa mi
estado medio desnudo.
—Jesús. —La palabra es un agonizante sonido—. ¿Lo hizo?
—No.
—Gracias a Dios. —Me atrae en sus brazos.
Entierro mi rostro en su pecho. Su mano agarra la parte de atrás de
mi cabeza, sosteniéndome contra él.
Imágenes indeseadas destellan a través de mi mente. Me estremezco
en sus brazos.
—Tienes frío. —Me libera y se quita su camisa.
La sostiene para que me la ponga. Deslizo mis brazos en las mangas.
No me molesto en abotonarla. La envuelvo a mi alrededor, manteniéndola
en el lugar con mis brazos, y simplemente inhalo su esencia rodeándome.
Se acerca a mí y sujeta mi rostro en sus manos, manejándome como
un bien preciado.
Inclina mi rostro hacia el suyo.
—Te amo —dice.
Parpadeo, sorprendida, mi corazón deteniéndose en mi pecho.
—Lo que dije anoche, que no estaba en mí amar a nadie, me
equivocaba. Tan jodidamente equivocado, nena. —Se inclina y besa mis
labios—. Te amo como no sabía que fuera posible.
Lo siento alejarse una fracción.
Abro los ojos. Los suyos están en los míos, conmovedores y llenos con
tantas otras emociones que casi no puedo soportarlo.
—No pude salvar a Haley esa noche —susurra—. Pero puedo salvarte
ahora. Déjame tomar la culpa por matarlo. Déjame hacer esta última cosa
por ti, nena.
Me siento abrumada. Mi pecho está tan lleno con mis sentimientos
por él que apenas puedo respirar.
—No tienes que...
—Quiero hacerlo. Necesito hacerlo, Daisy.
Miro sus ojos, entendiendo lo que me está diciendo.
—De acuerdo —susurro—. Está bien, Kas.


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Mensaje por mariateresa Mar 30 Ene - 18:23

40


Siete días.
Siete días desde que disparé y maté a Damien Doyle en mi sala de
estar.
Siete días desde que Kas le dijo a la policía que fue el que había
matado a Damien.
Él.
No yo.
Y han pasado siete días desde la última vez que lo vi.
Después de que Kas me convenciera para dejar que tomara la culpa,
supongo que estuve en alguna forma de conmoción.
Quiero decir, acababa de matar a un hombre. Supongo que habría
sido raro si no hubiera estado conmocionada.
Kas me sentó en el sofá con Cece. Entonces, se puso a establecer su
escena.
Me senté allí con Cece en el sofá, sosteniéndola en mis brazos,
mientras sollozaba en silencio. Y observé, casi abstractamente, mientras
Kas limpiaba el arma, quitando mis huellas de ella. Luego, la puso en las
manos de Damien, poniendo sus huellas de nuevo en ella. Entonces, Kas
sostuvo el arma en su propia mano, poniendo su huella dactilar en el
gatillo, incriminándose.
Vino y se arrodilló delante de Cece y le relató la historia, la que le
diríamos a la policía.
Después de que se aseguró de que ambas lo teníamos claro, llamó a
la policía.
Y nos sentamos allí, Cece y yo en el sofá, mientas Kas se quedaba de
pie, apoyado contra la pared frente a nosotras, sus ojos nunca
apartándose de mí. Y el cuerpo de Damien estaba en el suelo entre
nosotros.
Entonces, hubo unos golpes en la puerta. Una voz gritando que era la
policía.
Kas se apartó de la pared y calmadamente caminó hacia la puerta.
Y fue entonces cuando el infierno se liberó.
Al instante en el que el policía vio la pistola en el suelo donde Kas la
había colocado, empezó a gritarnos que nos echáramos al suelo.
Kas fue empujado al suelo por uno de los oficiales, sus manos detrás
de su cabeza.
Cece y yo nos deslizamos del sofá y nos pusimos bocabajo en el suelo.
Entonces, fuimos esposadas y separadas.
Como si no hubiéramos pasado por bastante ya.
Pero entendí que la policía no sabía lo que había pasado. Todo lo que
sabían era que había un hombre muerto en nuestra sala de estar.
Tenían que ser cautelosos.
Kas fue llevado del apartamento. Lo vi ser alejado. Nuestros ojos
conectaron por el más breve momento y le dije un centenar de cosas en mi
mente.
Entonces, se había ido.
Fui llevada a la cocina y puesta en la silla donde me sentaba cada
mañana a desayunar. Cece fue mantenida en la sala de estar.
El oficial me miró, con mi golpeado rostro, llevando sólo la camisa de
Kas, y quitó las esposas. Se sentó frente a mí y empezó a interrogarme.
Respondí todo.
Por la mayor parte, fue la verdad. Sobre cómo había llegado a casa y
Damien estaba aquí y tenía atada a Cece con un arma apuntada a ella. Le
dije todo a la policía.
La única diferencia fue el final.
Les dije que Kas sostenía esa pistola.
Me sentí enferma al mentir. Mi cuerpo temblaba. El policía pensó que
sólo estaba conmocionada
Lo estaba. Pero también era una mentirosa.
Soy una mentirosa.
Claramente creyéndome y sintiendo compasión por mí, me hizo una
taza de té.
—Para la conmoción —dijo.
No me molesté en decirle que no bebía té. Cuando lo puso delante de
mí, simplemente sostuve la taza en mis manos y la levanté a mi rostro,
dejando que el humo me calentara.
Una paramédica fue traída a la cocina para revisarme. Limpió mi ojo,
el cual estaba muy hinchado.
Me preguntó si había sido violada. Eché un vistazo a la camisa de Kas
que aún llevaba.
Negué. Entonces, recordé cuán cerca había estado de suceder.
Si Kas no hubiera venido cuando lo hizo, habría sido violada... o
estaría muerta para ahora.
Cece también.
Nos salvó.
Podría haber apretado el gatillo que mató a Damien, pero Kas fue el
que cargó contra un tipo con una pistola en su mano.
Me salvó. Dos veces.
Después de que la paramédica terminara conmigo, Cece fue traída a
la cocina, una oficial con ella.
Cece se veía pálida y atónita.
Nuestros ojos se encontraron y una silenciosa conversación pasó
entre nosotras.
Había mentido también.
La había convertido en una cómplice.
Me odiaba a mí misma en ese momento.
La policía nos dijo que nuestro apartamento era ahora la escena de
un crimen.
No podíamos quedarnos allí. No es que hubiera querido de todos
modos.
Nos dijo que empacáramos ropa que nos durara unos días. Que no se
nos permitiría volver hasta que los forenses hubieran terminado.
Cece y yo salimos de la cocina y al pasillo. Nuestro apartamento
estaba lleno de policía.
La sentí alcanzar mi mano y la apretó.
—Va a estar bien —susurró.
No sonaba como si creyera sus propias palabras. Pero mordí mi labio
y asentí.
Entonces, en silencio caminamos a nuestros dormitorios.
No quería quitarme la camisa de Kas. Así que la abotoné
apropiadamente y me puse unos vaqueros. Rápidamente empaqué mi
bolsa y me reuní con Cece en el pasillo.
Entonces, el amable policía que me había hecho la taza de té nos
condujo a un hotel. Nos registró y luego nos dijo que se pondrían en
contacto por la mañana, que tendríamos que ir a la estación a dar
nuestras declaraciones oficiales.
En nuestra habitación compartida, me tumbé en la cama con Cece a
mi lado... ni siquiera pretendimos dormir, pero tampoco queríamos hablar.
Aún llevaba la camisa de Kas. No pude obligarme a quitármela. Sólo
tener su esencia rodeándome era reconfortante.
Y pensé en Kas. Era todo en lo que pensaba.
No podía pensar en lo que había hecho... matar a Damien. Sabía que
me rompería si lo hacía.
Así que lo aparté y pensé en lo que Kas había hecho por mí. Me había
salvado. Me puso antes que él. Me había protegido.
Nadie nunca había hecho algo así por mí antes.
Y me había dicho que me amaba.
Me ama.
No pude detener las lágrimas después de eso.
Cece rodó en la cama y envolvió sus brazos a mi alrededor. Lloré más
fuerte. Entonces, empezó a llorar también.
Nos quedamos allí, llorando juntas, sosteniéndonos la una a la otra,
hasta que nos dormimos.
Cuando nos despertamos por la mañana, fue por el sonido de un
golpe en la puerta.
Medio dormida, salí de la cama y respondí. Era el policía que nos
había traído aquí anoche. Me dijo que venía a llevarnos a la estación.
Esperó en el vestíbulo mientras Cece y yo nos vestíamos. Me puse un
pantalón de yoga y una camiseta. No me molesté en ducharme. Pasé un
cepillo por mi cabello y fui al baño a lavarme los dientes.
Vi mi rostro en el espejo. Mi ojo estaba negro e hinchado. En mi
barbilla había otro enorme y oscuro moratón de donde Damien me había
golpeado con su cabeza.
Las lágrimas llenaron mis ojos mientras las imágenes de la noche
anterior llenaban mi cabeza. Empecé a temblar incontroladamente. Tuve
que sentarme en el borde de la bañera para estabilizarme.
Forcé las lágrimas a detenerse. Luego, me puse de pie. Con mis ojos
evitando el espejo, lavé mis dientes.
Cuando salí del baño, Cece estaba sentada en la cama, esperándome.
Sus esfuerzos por vestirse eran iguales a los míos.
Se puso de pie, se acercó y envolvió sus brazos a mi alrededor,
abrazándome.
—Lo siento —susurró.
Me eché hacia atrás, mirando su rostro.
—No tienes nada que sentir —le dije firmemente.
—Le dejé entrar —replicó—. No sabía que era él.
Cece nunca había conocido a Damien.
—¿Cómo lo habrías sabido? No es tu culpa. Es mía.
—No. —Fue su turno para ser firme—. La única persona a la que
culpar es a ese enfermo hijo de puta de Damien. Nos salvaste, Daisy.
Salvaste mi vida. —Una lágrima cayó por su rostro.
La limpié.
—Mentiste por mí —susurré—. Vas a tener que mentir de nuevo en la
estación. No deberías tener que hacer eso.
—No vas a volver a prisión. Haré cualquier cosa para mantenerte
fuera de ese lugar. Eres mi mejor amiga. Mi familia. Protejo a mi familia.
Me mordí mi labio tembloroso.
—Kas... está en prisión... tomó la culpa.
—Te ama —dijo.
Eso fue todo lo que dijo. Todo lo que necesitaba ser dicho.
Salimos de nuestra habitación de hotel y nos dirigimos abajo al
vestíbulo donde el oficial nos esperaba.
Nos condujo a la estación de policía.
Fuimos llevadas a separadas habitaciones de interrogatorio y pasé las
siguientes horas contando la misma historia que la noche anterior. Un
oficial escuchó mientras otro tomaba notas.
Ni siquiera me asustaba poder cometer un error y confundirme. Para
ese punto, estaba demasiado agotada para que me importara.
Todo lo que quería era ver a Kas, saber cómo estaba, pero nadie me
dijo nada.
Cada vez que preguntaba, la respuesta era la misma:
—Está con otros oficiales, siendo interrogado, como tú.
Después de terminar de dar mi declaración, se me ofreció comida.
Acepté un sándwich a pesar de que la idea de comer era la cosa más lejana
en mi mente.
Fui tomada por sorpresa cuando vi quién me traía el sándwich. Era el
detective que me había arrestado hace todos esos años.
Tomó asiento frente a mí y me entregó el sándwich. Entonces,
procedió a decirme que Jason Doyle había sido encontrado muerto en su
casa temprano esa mañana. Su cuerpo había estado allí durante un día
antes de que alguien lo encontrara.
—Suicidio —dijo—. Jason se cortó las venas —explicó.
Y, además, una carta fue encontrada en él, metida en el bolsillo de
sus vaqueros.
Era una confesión sobre el robo. Dijo que Jason había detallado todo
sobre la noche del robo. Que fueron Damien y él los que lo habían
planeado. Jason le había dado mi tarjeta de acceso mientras yo dormía.
Damien había usado mi llave para acceder y robar el lugar. Luego, había
regresado a mi casa y devuelto a Jason la llave junto con algunas joyas
para dejarlas en mi apartamento.
Justo como había creído que había pasado todo.
Mi nombre fue limpiado. Después de todo este tiempo, esa marca
negra contra mi nombre había desaparecido.
No estaba segura de cómo sentirme respecto a la muerte de Jason.
Alivio, supuse. Era difícil sentir algo más.
El detective me guió fuera de la sala de interrogatorio. Cece estaba
esperándome en la sala de espera junto el amable oficial que nos había
traído aquí.
Se ofreció a llevarnos al hotel. Exhausta, le agradecí y acepté su
oferta. Nos sentamos en la parte trasera del auto de policía mientras nos
llevaba por las calles de Londres.
Vi a la gente caminar por ahí, vivir sus vidas diarias. Nada había
cambiado para ellos.
Pero, para mí, todo había cambiado.
Nunca sería lo mismo de nuevo.
El oficial nos dejó en el hotel y nos dijo que se pondrían en contacto
pronto.
Cece y yo salimos del auto. Había planeado decirle sobre Jason tan
pronto como llegáramos a nuestra habitación, pero al minuto en que
entramos en el vestíbulo del hotel, mis ojos se fijaron en Jesse.
Estaba sentado en una silla, esperándome, su rostro lleno de
preocupación.
Y estallé en lágrimas.
Había visto las noticias. Había visto lo que nos había sucedido. Ni
siquiera lo había llamado.
Me sentí la peor hermana en el mundo. Pero no le importaba eso. Sólo
le importaba que me encontrara bien.
Se apresuró hacia mí, casi tirándome, envolviendo sus brazos a mi
alrededor.
La corriente de amor que sentí por él debilitó mis rodillas. Así que me
aferré a mi hermano pequeño y sollocé en su hombro, diciéndole cuánto lo
lamentaba.
Se suponía que fuera la que lo cuidara, pero ahí estaba, cuidándome.
Me calló. Me dijo que lo sentía. Que lamentaba haber dudado de mí.
Eso me hizo llorar aún más. Entonces, oí un sollozo de Cece detrás de
nosotros.
Jesse la atrajo a nuestro abrazo y los tres nos quedamos juntos,
sosteniéndonos.
Mi familia.
Pero faltaba una persona.
Kas.
Aún está desaparecido.
Bien, no está desaparecido en el auténtico sentido de la palabra.
Simplemente faltaba en mi vida.
Fue liberado de la cárcel dos días después de que fuera arrestado.
Y no he oído de él.
Sólo sé que fue liberado porque lo leí en los periódicos.
He intentado llamarlo, pero todo lo que he recibido ha sido su correo
de voz. Le he dejado mensajes de voz, pero no ha llamado. Le he mandado
mensajes de texto. Pero no ha respondido.
Quiero ir a la finca, pero estoy asustada.
Me está ignorando. No quiere hablarme o verme.
Así que, si fuera a verlo... forzar una confrontación... me asusta lo
que diría.
En un suspiro, meto la llave de mi apartamento en la puerta y la
desbloqueo.
Con cuidado abro la puerta.
Oficialmente recuperamos nuestro apartamento. Esta es la primera
vez que vengo desde el tiroteo.
Cece no podía enfrentar volver. Honestamente, no quería hacerlo
tampoco.
Pero nos hemos quedado sin ropa limpia y estamos en este lío por mí,
así que venir aquí es lo menos que podía hacer por ella.
Doy un paso en el vestíbulo y al instante soy catapultada a ese día...
cuando entré aquí, feliz con una botella de champán en mi mano.
Cuando no era alguien que le había quitado la vida a otra persona. A
pesar de que el bastardo lo merecía.
Camino lentamente por el vestíbulo. Mis ojos captan la puerta de la
sala de estar.
Está cerrada.
Me quedo ahí y la miro con fijeza.
—Daisy.
Giro ante el sonido de la suave voz de Kas.
Está de pie en la puerta abierta.
Se ve cansado. Oscuridad rodea sus ojos. Su ropa se ve arrugada.
Y aún es la más hermosa vista que jamás he presenciado.
Separo mis labios secos.
—Llamé...
—Lo sé. —Aleja la mirada a la pared—. Lo siento... —Levanta y deja
caer su hombro, aparentemente ante la pérdida de palabras.
Sus ojos vuelven a los míos. Casi hay una súplica en ellos.
—O-oí que habías salido de prisión.
—Sí. —Pasa su mano por su cabello—. Mi abogado dijo que lo
consideran defensa propia.
—Entonces, ¿te vas a librar? —Contengo mi respiración.
—Eso parece.
—Oh, gracias a Dios. —Presiono mi mano sobre mi pecho, una
exhalación sale de mí. Me siento como si un enorme peso hubiera sido
levantado—. N-no sé cómo agradecerte por lo que hiciste.
Sostiene mis ojos, negando, silenciosamente diciéndome que pare.
Me muerdo el labio.
—¿Va a estar todo bien con Jesse? —pregunta—. ¿Todavía te
permiten verlo?
—Sí. —Asiento, una sonrisa tocando mis labios—. Antes... no pude
decírtelo, pero justo antes de que sucediera —mis ojos derivan a la puerta
de la sala de estar—, Anne había llamado, dijo que me iban a dar derechos
de visita de fin de semana.
—¿Iban?
Lo miro de nuevo. Su rostro está tenso con preocupación.
—Aún van. —Le dirijo una suave sonrisa—. Hablé con Anne. Fue
realmente buena sobre todo. Brillante, de hecho. Y, con la verdad saliendo
a la luz... ¿sabes sobre Jason?
Asiente lentamente. Algo en sus ojos hace que mi estómago se
vuelque.
¿Hizo...?
Seguramente no.
—Jason se suicidó —continúo, mirándolo con ojos de halcón—. Se
cortó las venas. También dejó una nota, una confesión, limpiando mi
nombre.
Sus ojos se mueven de nuevo a la pared. Asiente.
—Me alegre que la verdad por fin saliera a la luz.
Muerdo mi labio, luchando contra las palabras que ardo por
preguntarle.
La lucha no dura mucho.
—¿Fuiste tú, Kas? ¿Obligaste a Jason a escribir esa carta y luego... lo
mataste, haciéndolo parecer suicidio?
Exhala un aliento que suena triste. Entonces, sus ojos se mueven
lentamente de vuelta a los míos.
—No hay nada que no haría para protegerte.
Aspiro un aliento. Las lágrimas llenan mis ojos.
—Gracias —susurro.
¿Quién es este hombre? No sé qué hice para merecerlo, pero me alegra
haberlo encontrado... o, como es el caso, que me encontrara.
Ni siquiera puedo obligarme a sentir tristeza o remordimiento por
Jason. Me puso en prisión y luego me vendió a su hermano. Tenía que
saber lo que Damien iba a hacerme.
Exhalando, presiono el dorso de mi mano sobre mis ojos, secando las
lágrimas.
—Y gracias por lo que le dijiste a Anne sobre mí.
Sus ojos destellan con confusión.
—Hablaste con ella por teléfono antes de que todo esto sucediera.
—Sólo dije la verdad.
—En cualquier caso, ayudó un montón.
Se remueve en sus pies.
—Entonces, ¿parece que todo va bien para que Jesse vuelva a casa?
—Sí. —Sonrío—. Incluso con... lo que pasó. El hecho de que soy —me
atasco en la palabra—, inocente del crimen por el que fui puesta en prisión
y mi nombre está en proceso de ser oficialmente limpiado, supongo que
tiene un montón de influencia con Servicios Sociales. —Entrelazo mis
manos delante de mí—. Ya no me ven como un riesgo para Jesse... a pesar
de que sucedió... lo que sucedió. Porque Damien y Jason están muertos,
supongo que lo ven como que ha terminado. Creo.
—Ha terminado. —Sus palabras son pronunciadas suavemente.
Pero, por alguna razón, duelen.
Casi como si dijera que nosotros hemos terminado...
—Nada de lo que sucedió aquel día fue tu culpa, Daisy. Nos salvaste...
me salvaste. Así que no te culpes por lo que ocurrió. No te aferres a ello
porque te carcomerá. —Parece que habla por experiencia.
Supongo que lo hace.
—Damien siempre iba a morir. Sólo me ganaste. —La esquina de su
labio se levanta en una media sonrisa, haciéndome sonreír.
Entonces, cae cuando recuerdo la razón por la que sonrío.
Maté a un hombre. Igual que Kas.
Supongo que tenemos más en común ahora de lo que alguna vez
hicimos.
Imitándolo, envuelvo mis brazos sobre mi pecho.
—¿Cómo sabías que Damien estaba aquí ese día? —Le hago la
pregunta que ha estado inundándome por un tiempo.
—No lo hacía. Fue sólo suerte.
—Entonces, ¿por qué estabas aquí?
—Para verte.
—¿Por qué?
Suspira.
—Porque estar sin ti no se sentía como una opción.
Mi corazón se contrae ante sus palabras. Pero algo me dice que hay
un pero en esas palabras.
—¿Y ahora? —cuestiono en voz baja.
Exhala, metiendo sus manos en sus bolsillos, sus ojos fijos en la
alfombra.
—Y ahora... aún no se siente como una opción, pero...
Y ahí está.
Tenso mis brazos alrededor de mi de repente frío pecho.
—¿Pero?
Levanta sus ojos a los míos y lo que veo me rompe el corazón.
—Me voy, Daisy. Una vez que la cosa esté resuelta con la policía, me
voy.
Se va.
—Oh. —Doy un paso atrás, necesitando la distancia, aunque
queriendo estar más cerca de él ahora más que nunca.
Exhala ásperamente. Liberando su brazo, pasa su mano por su
cabello.
—Estás tan cerca de recuperar a Jesse, y estar conmigo, lo
dificultaría. Podría estar cerca de librarme por defensa propia, pero a ojos
de la ley, maté a un hombre. He matado hombres. A sangre fría. No hay
vuelta atrás para eso, Daisy.
—He matado a alguien también.
Feroces ojos negros se encuentran con los míos.
—Tienes que olvidar lo que pasó.
—¿Quieres que olvide cuando no te permites olvidar?
—Es diferente.
—¿Cómo?
—Porque jodidamente merezco recordarlo todo. Tú no.
—¡Mentira! —espeto—. ¡Eso es mierda! Me vas a dejar aquí, ¿y se
supone que simplemente lo acepte? Jódete, Kas.
—Daisy... —Da un paso hacia mí—. Sabes que tengo razón. Si me
quedo aquí, no recuperarás a Jesse. Me usarán como una razón para
apartarlo de ti...
—No, no lo harán. Anne dijo...
—Daisy —razona. Tomando mi rostro en sus manos, me fuerza a
levantar los ojos a los suyos. Las lágrimas los llenan—. No quiero ser... no
puedo ser la razón por la que no recuperes a Jesse. Me guardarías
resentimiento. Terminarías odiándome. No podría soportar que eso pasara.
Tiene razón. Sé que tiene razón. Sólo que mi parte egoísta no quiere
dejarlo ir.
La parte egoísta que lo quiere todo.
Los quiere a él y a Jesse.
Pero sé que, en el mundo real, las dos cosas no van juntas.
Jesse tiene que venir primero. Siempre vendrá primero.
Volviéndome, me alejo un paso de Kas.
—Tu nombre está limpio —dice desde detrás de mí—. Puedes hacer
cualquier cosa. Ir a cualquier parte. Construir una vida mejor para Jesse y
para ti. No necesitas a un jodido imbécil como yo respaldándote.
Me doy la vuelta, preparada para discutir, pero alza una mano,
deteniéndome.
—Y necesito tiempo, Daisy. —Sus ojos sostienen los míos, un millar
de emociones pasan por ellos. Ninguna de ellas es buena—. Necesito
descubrir quién soy. —Sus palabras me cortan—. He pasado los últimos siete anos de mi vida persiguiendo venganza, obsesionandome con eso...y ahora..._ exhala, pareciendo perdido_ necesito tiempo susurra.
Se va de verdad se va.
Quiero curvarme en una bola en el suelo y llorar.
Pero no lo hago.
Hago lo que siempre. Me mantengo firme.
Donde iras?_pregunto en voz baja.
_Grecia. Si aun necesitas el trabajo en la finca, voy a contratar a alguien para dirigirla...
Niego.
No podría ir allí todos los días y ver ese lugar.  ver la cama donde una vez me hizo el amor...
Si necesitas dinero_dice
_Estaré bien.
Si, se que lo estarás.
Levanto mis ojos hacia el para ver una triste sonrisa tocando sus labios.
Y no alejo mi mirada, Sigo observándolo, empapándome con cada detalle de el.
Sabiendo que es la ultima vez que voy a verlo.
Y me mira de vuelta.
Mi corazón late dolorosamente. Lentamente estoy muriendo por dentro.
Tengo que alejarme de el. Necesito dejar de sentirme a si.
Pero no estoy lista para dejarlo aun. 
En el fondo,  se que nunca estaré preparada.
_A si que..._ Me oigo decirlo, rompiendo nuestro silencio.
Kas no habla, camina hacia mi. Y cuando me alcanza, toma mi rostro en sus manos, sus ojos recorren mis rasgos, como si me absorbiera.
Mi boca se seca. Hay cálidas lagrimas detrás de mis ojos y mi garganta se siente a punto de romperse.
_Daisy..._Susurra. Despacio lleva su boca a la mía, solo cerrando sus ojos, cuando nuestros labios se encuentran.
Me besa suavemente, saboreandome, dejando que su lengua se deslice a lo largo de la mía.
Las lagrimas llena mis ojos, mientras memorizo la sensación de el contra mi, la manera en que me besa.
Entonces, profundiza el beso, apretándome contra él. Y le
correspondo.
—Te amo —exhala contra mis labios—. Eso nunca cambiará, no
importa dónde esté.
También te amo.
No me dejes, por favor.
Las palabras están en la punta de mi lengua.
Pero nunca las digo.
Tengo que dejarle ir. Por su bien. Por el de Jesse. Y por el mío.
—¿Alguna vez te veré de nuevo? —Respiro a través de la agonía.
Me atrae a sus brazos y me abraza con fuerza.
—Gracias —susurra, respondiendo mi pregunta sin en realidad decir
las palabras—. Me devolviste a la vida, Daisy, y por eso, nunca seré capaz
de compensarte.
Nunca voy a verlo de nuevo.
Mi corazón se parte en dos.
Aparta sus brazos de mí, dejándome fría. Me mira y me da una triste
sonrisa.
—Adiós, Daisy Smith.
Trago mis lágrimas.
—Adiós, Kastor Matis —susurro.
Toca mi mejilla con su mano una última vez y luego se vuelve y sale
del apartamento y fuera de mi vida, llevándose un pedazo de mi corazón
con él.


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Mensaje por mariateresa Mar 30 Ene - 18:27

CHICAS YYYY ESTE FUE EL ULTIMO CAPITULO DEL LIBRO.

MUY TRISTE ESPERABA QUE SOLUCIONARAN TODO Y QUEDARAN JUNTOS PERO POR LO VISTO KAS LA AMA TANTO QUE PREFIRIÓ SACRIFICAR TODO CON TAL DE QUE ELLA NO TUVIERA PROBLEMAS EN RECUPERAR A JESSE.




MANANA LES TRAIGO EL EPILOGO Y CON ESO CONCLUIMOS LA LECTURA DE ENERO ESPERO QUE LA HAYAN DISFRUTADO TANTO COMO YO.


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Mensaje por yiniva Mar 30 Ene - 19:11

oh mary mary, estos últimos capis fueron muy emocionantes, afortunadamente Kas llegó a tiempo, entiendo que no quisiera enseñarle lo que escondía en el cuarto, ahora que los tres están muertos estarán tranquilos o que? Tal vez Jason les de más problemas


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Mensaje por Yani Mar 30 Ene - 20:16

Por qué tenemos que esperar hasta mañana por el epílogo!!!!!! Kas se fue y la dejó Lectura Enero 2018 - Página 6 3736586809 Lectura Enero 2018 - Página 6 3736586809 Lectura Enero 2018 - Página 6 3736586809


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Mensaje por IsCris Mar 30 Ene - 20:48

Esta historia ha dado un giro de 180 grados jajajaja, ahora los dos son asesinos, lo encuentro hasta retorcido en un punto. Pero poniéndome del lado de la historia que bueno que Damian esta muerto.
Gracias Kas por ayudar a Daisy, todo por ella así no pudiese perder a Jesse.

Ni me quiero imaginar el epilogo, nada mas falta que se vaya Kas a la cárcel xD


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Mensaje por Veritoj.vacio Mar 30 Ene - 23:54

Fue toda una montaña rusa de emociones, primero descubrir como se relacionaba con Jason, aunque no fue de la mejor manera, despues lo de Damian y lo que se tiene que hacer para salvara los que uno quiere y liuego la separacion. 
Lectura Enero 2018 - Página 6 3736586809


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Mensaje por Maga Miér 31 Ene - 0:29

ay nooooooo  Lectura Enero 2018 - Página 6 1f62d  Lectura Enero 2018 - Página 6 1f62d  por que se dejaron, no es justo. 

Todo realmente fue muy intenso, aunque siempre supe que Kas rescataría a Daisy, pero no imagine que ese desgraciado de Damien, ese tipo estaba enfermó, me dio gusto que lo mataran. Nunca pense que sería Daisy quien lo mataría. Por un momento tuve miedo de que Jas fuera a prisión. Me encantó esta lectura, gracias @mariateresa 


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Mensaje por mariateresa Miér 31 Ene - 15:54

EPILOGO



Tres años y medio después

Al ver al último cliente salir, diciéndoles adiós, cierro la puerta y giro
la señal para que lea, Cerrado. Caminando de vuelta alrededor del
mostrador, dejo caer mi culo cansado sobre un taburete.
Ha sido un largo día.
Un día difícil.
Jesse está empezando la universidad.
Lo llevé allí esta mañana, para que pudiera instalarse en el
dormitorio.
Así que, habíamos llenado mi coche con sus cosas, y había tratado de
no llorar todo el tiempo.
Síp, tengo un coche. Aprendí a conducir hace unos años. Es mucho
más fácil teniendo un coche, y voy a necesitarlo con Jesse quedándose en
Birmingham.
Estaba tan orgullosa de él cuando fue aceptado. Podría haber querido
que se quedara en Londres, pero él había amado Birmingham cuando lo
visitamos a principios de año, y tienen una escuela de leyes muy buena en
realidad.
Síp, eso es correcto. Mi hijo quiere ser abogado.
Cuando me dijo lo que quería ser, no voy a negarlo, estaba
sorprendida. Nunca había mostrado interés en la ley antes.
Y la ley no había sido exactamente una amiga para mí a lo largo de
los años.
Pero lo que él quisiera hacer, yo sería feliz con ello. Lo apoyaría.
Luego, me dijo por qué quería ser abogado.
Dijo que la ley me había fallado de muchas maneras. Mi abogado me
había fallado. Dijo que había demasiados abogados de mierda por ahí, y
quería ser uno de los buenos. Quiere hacer la diferencia. Asegurarse de
que lo que me pasó a mí no le sucede a nadie más.
Me quedé un poco muda de la emoción por eso.
De acuerdo, podría haber llorado.
Soy una perra llorona en estos días.
Así que, instale a mi chico en su dormitorio y lo ayude a desempacar
sus cosas. Luego, lo deje para que conociera a sus compañeros de
habitación.
Puede que haya llorado un poco en ese momento también.
De acuerdo, me aferre a él por eras y sollozo antes de lograr
desprenderme de él.
Una vez que llegué a mi carro, me tomó unos buenos quince minutos
el ser capaz de conducir, ya que veía borroso por el llanto.
Pero mi chico era un adulto. Es un hombre.
Y yo estoy... sola.
Bueno, tengo a Cece. Pero no es lo mismo.
Así que, con mi parajillo volando del nido, conduje de vuelta a
Londres y regresé al trabajo. Se supone que tengo el día libre, pero no
quería ir a casa, a una casa vacía. De manera que vine y ayudé a Jasmine,
uno de mis empleados a tiempo parcial.
Es correcto. Tengo empleados. Soy la orgullosa dueña de una
pequeña cafetería de moda llamada Thessa ́s.
Y, si, la nombre por el lugar del que es Kas. Bueno, es de
Thessaloniki, pero no es exactamente fácil decirlo, así que me decidí por
Thessa ́s, y creo que suena lindo.
Después de que mi nombre fuera limpiado, Cece me alentó a buscar
una indemnización por encarcelamiento indebido.
No estaba segura. No me importaba el dinero. Sólo estaba feliz de
estar libre de culpa. El tener esa mancha negra quitada de mi nombre y
ser capaz de aplicar por trabajos sin tener que marcar ese recuadro era
increíble en sí mismo.
Pero luego Cece señaló que podía invertir cualquier cantidad que
consiguiera en el futuro de Jesse.
De modo, que conseguí un abogado y ella armó un caso por
encarcelamiento indebido.
Mi caso ganó, y casi me caí de la silla cuando mi abogado me sentó y
me dijo la cantidad que iba a recibir.
Era suficiente para asegurarnos a Jesse y a mí en el futuro.
Lo primero que hice fue dar el depósito para una casa. Cece y yo ya
no podíamos soportar vivir en el apartamento, y nunca querría que Jesse
viviera allí. Había demasiados recuerdos malos en ese lugar.
Ya no era nuestro hogar. Damien nos lo había quitado.
Así que, cambiamos nuestras cosas de allí y empezamos de nuevo en
nuestra nueva casa.
Y luego, un mes más tarde, Jesse se mudó permanentemente con
nosotras.
Fue el mejor momento de mi vida.
Había solicitado la tutela completa, y después de saltar a través de
aros, fue concedida.
Recuerdo el primer día que regresó a casa. Sólo estar allí con él,
viendo lo feliz que estaba, hizo que todas las cosas malas que había tenido
que pasar para llegar a ese punto valieran la pena.
No iba a mirar hacia atrás y desear que las cosas hubieran sido
diferentes. Podía mirar atrás y estar enojada todo lo que quisiera, pero eso
no iba a cambiar el pasado.
Ahora tenía a Jesse conmigo, y eso era todo lo que importaba.
Pero todavía estaba desempleada. Jesse estaba en la escuela, y Cece
estaba trabajando. Me sentí perdida. Pasé muchos de esos días
holgazaneando y extrañando a Kas, preguntándome qué estaría haciendo.
Nunca fui una holgazana y estaba empezando a volverme loca.
Un día, cuando esta fuera por mi carrera de la mañana, las cosas
cambiaron para mí. Mientras estaba corriendo por el centro de la ciudad,
resulta que vi un letrero de En Venta en la ventana de una pequeña y
linda cafetería.
Antes de saberlo, me estaba deteniendo y echando un vistazo por la
ventana, y luego grabando el número del agente inmobiliario en mi
teléfono. Regresé a casa y llamé al agente inmobiliario, preguntando el
precio del lugar. También me enteré que estaban vendiendo la tienda junto
con el mobiliario.
No era tan costoso como lo había esperado. No me malentiendan, era
mucho dinero, pero me lo podía permitir.
Pregunté si podía verlo. El agente inmobiliario me dijo que tenía un
momento libre ese día.
De manera, que me duché y cambié, y me dirigí de nuevo a la
cafetería donde el agente estaba esperándome afuera.
El minuto en que me dejo entrar, sólo lo supe. Estaba destinada a ser
mía. Era perfecta. Y amaba toda sobre ella.
Le pregunté por qué el dueño estaba vendiendo y vendiendo tan
razonablemente. Ella sólo dijo que tenían que dejar el país
inesperadamente debido a un pariente enfermo, y que no volvería por
algún tiempo.
Tan terrible como suena, su mala fortuna se convirtió en mi buena
fortuna.
Así que le dije al agente que lo pensaría. Pero mi mente ya estaba
decidida.
Tomaría parte del dinero, pero me daría un buen ingreso para ayudar
con el futuro de Jesse. Y todavía habría un pedazo decente para ayudarlo
a empezar en lo que decidiera hacer cuando dejara la escuela.
Puse una oferta en la cafetería al día siguiente. Menor que el precio
real de venta.
Fue aceptada una hora más tarde.
No pude dejar de sonreír. Y no podía dejar de pensar que Kas estaría
orgulloso de mí.
Era la primera persona a la que quise llamar. Pero, por supuesto, no
pude porque no sabía dónde estaba, y ya no tenía su número de teléfono.
Después de que él se marchó, lo había borrado, sabiendo que
probablemente cedería y lo llamaría. Y no podía hacer eso.
Así que, no tenía forma de contactarlo.
Y entonces me di cuenta de que tampoco sabía absolutamente nada
sobre el funcionamiento de un negocio.
No se trataba sólo de hacer café, a pesar de que sé hacer una
impresionante taza de café. Esto era manejar un negocio. Era enorme.
Y pensé que probablemente lo jodería.
Empecé a entrar en pánico, pensando que había cometido un error,
antes de que la racionalidad decidiera hacer una aparición.
Mira todo lo que había logrado... superado. Podría manejar una jodida
cafetería.
Podía hacerlo.
Así que conseguí la laptop de Cece y busqué cursos de administración
de negocios. Encontré uno en mi universidad local. Las clases eran por la
noche, así que era perfecto.
Me inscribí y fui aceptada.
Entonces, me concentré en hacer mía la tienda. Le di al lugar un poco
de pintura y puse mi propio sello, y luego cambié el nombre de la tienda de
café a Thessa's. Se sentía correcto nombrarla así. Fue debido a Kas que mi
nombre fue limpiado. Él era la razón por la que podía permitirme el lugar.
Y solo quería algo suyo, alguna conexión con él, para recordarme que
era real. Porque, algunas veces, se sentía casi irreal. Como si Kas nunca
hubiera existido. Como si nunca hubiera sido mío.
Pero lo había sido.
Lo había tenido por un breve momento, y luego tuve que dejarlo ir.
Kas nunca fue para ser mío para siempre, y tuve que llegar a un
acuerdo con eso.
Y lo hice.
Más o menos.
Pero luego Thessa's estaba abierta, y en realidad tenía clientes.
Estaba ocupada y seguí con la vida.
Después de tener a Thessa por seis meses, decidí matricularme en un
curso de hornear. Tenía un lugar donde ordenaba los pasteles y muffins de
la tienda, pero quería aprender a hacer los míos.
Al crecer, siempre había sido capaz de hacer una torta de cumpleaños
para Jesse, así que reconocí que podría hacerlo.
Resultó que tenía razón. Sobresalí en hornear. Y ahora hago pasteles
para la tienda, así como todavía comprar. Me mantiene ocupada, pero así
es de la forma en que lo prefiero.
No deja mucho tiempo para nada más... como las citas. No es que
esté realmente interesada en las citas, a pesar de que Cece me regaña
sobre eso de manera regular.
Ella está de vuelta en el campo de citas; lo ha estado por un tiempo.
Ha estado viendo a un tipo llamado Pierre por un par de meses. Es un
actor sin trabajo.
Él es lindo.
Sólo un poco... pretencioso.
Pero creo que ella podría conseguir algo mejor.
A Cece le gusta, sin embargo, y dice que la trata bien. Eso es todo lo
que me importa. Ella merece ser feliz.
Así que soy amable con el hombre cuando está cerca.
Pero, debido a que es feliz, ha estado tratando de citarme con chicos.
El último era uno de los amigos engreídos de Pierre llamado Gerard. Otro
actor sin trabajo.
Le dije lo que siempre digo, “No estoy interesada. Estoy demasiado
ocupada con el trabajo y Jesse.” Y bla, bla, bla.
Pero no es estúpida. Sabe que no he superado a Kas. Que nunca
superé a Kas.
Quiero decir, pensarías que ya lo habría superado. Han pasado tres
años y medio.
Pero, como he aprendido, no olvidas y sigues adelante después de un
hombre como Kastor Matis. Aprendes a vivir sin él.
Así que me he resignado al hecho de que así son las cosas. Soltería
para Daisy, y estoy totalmente bien con eso.
Mi vida no es vacía. Tengo una buena vida. Tengo a Jesse.
Aunque me dejó para la universidad.
No voy a llorar de nuevo.
Tengo la cafetería para mantenerme ocupada.
Mi vida es tan buena como puede serlo. Y estoy bien con eso.
Cuando miro la forma en que mi vida era... y cómo podría haber
resultado... esta vida es un sueño comparado con eso.
Por supuesto que me siento sola. Especialmente por la noche cuando
miro ese espacio vacío en mi cama donde me gustaría que Kas estuviera
recostado.
Pero él se ha ido.
Se ha ido hace mucho tiempo, y no hay nada que pueda hacer para
cambiar eso.
Es duro a veces, saber que está ahí fuera, viviendo su vida sin mí.
Me pregunto si es feliz.
Espero que sea feliz. Él merece serlo.
Ojalá pudiéramos haber sido felices juntos.
Mi teléfono suena en el mostrador. Sonrío hacia la pantalla por la
identidad de quien llama.
—¿Ya me extrañas?
La risa de Jesse hace eco en la línea.
—Sólo comprobando para asegurar no estás todavía llorando a mares.
—No lloré a mares.
—Había mocos en mi camiseta donde me salpicaste.
—Oh, Dios. —Hago una mueca—. Lo siento.
—No lo hagas. Sólo estoy bromeando. Es agradable saber que vas a
extrañarme. Es sólo que odio verte llorar y saber que soy la razón.
—Existen las lágrimas de felicidad y las lágrimas por tristeza y
producen lágrimas. Voy a extrañarte tanto, pero estoy súper orgullosa de
ti, Jesse, por entrar a la universidad. Vas a obtener tu diploma y volverte
un abogado. Dios, no puedo esperar hasta el día en que te vea en tu traje
de graduación, arriba del escenario, recibiendo tu diploma.
—Ni siquiera he empezado mis clases —se ríe—, y ya me has
graduado.
—Sí, bueno, sólo sé que vas a lograrlo.
Se hace un silencio en la línea que me tiene preguntando:
—¿Estás... bien?
Suspira
—Sí. Es solo que... supongo que es raro, estar aquí. En un nuevo
lugar. Sabes, donde solo tengo un dormitorio, y el resto son áreas
compartidas con los otros chicos. En cierto modo me recuerdo el hogar
para niños. La primera noche que pasé ahí después de que fuiste
arrestada.
Mi garganta se cierra.
—Jesse...
—No te estoy culpando, Daisy. Jesús, por supuesto que no. Odio el
hecho de que alguna vez dudé de ti y te culpé. Es sólo que sentarme aquí
trajo de vuelta algunos malos recuerdos para mí, y... creo... que quería oír
tu voz. Sólo para recordarme que estamos aquí y es diferente. Que las
cosas están bien. Y tú estás bien.
Me trago las lágrimas.
—Estás aquí, y es diferente. Es increíble. Estoy bien, chico. Y no
podría estar más orgullosa de ti.
Siento su sonrisa.
—Ya dijiste eso.
Sonrío para mí.
—Y voy a seguir diciéndolo, así que mejor te acostumbras.
Escucho una voz en el fondo, y Jesse dice:
—Estaré ahí en un minuto.
—¿Todo bien? —pregunto.
—Síp, solo que los chicos con los que vivo van a ir a un bar. Me
invitaron a ir con ellos.
—Ve. No dejes que te retenga. Y diviértete. Y no bebas mucho. Y
cuídate. Y te amo.
Se ríe, y el sonido me recorre como una dulce melodía.
—Lo haré. Y no lo haré. Y por supuesto que lo haré. Y... te amo,
también, Mayday.
Termina la llamada, y respiro a través de la emoción.
No llores. Ya has llorado suficiente hoy.
Soltando el aliento, me pongo de pie y empiezo a limpiar antes de
cerrar por la noche.
Siempre me gusto un poco de música para limpiar. Como solía
hacerlo cuando limpiaba en la Finca Matis. Solía usar mis audífonos en
ese entonces, para no molestar a Kas.
Él siempre fue fácil de molestar.
Pero este era mi lugar, y puedo escuchar la música tan alta como
quiera. Bueno, sin molestar a los negocios vecinos, eso es.
Colocando mi teléfono en el mostrador a un lado de la máquina de
café, entro a mi música y selecciono “Like I Would” de Zayn.
Esta canción me recuerda a Kas. Estaba sonando la noche en el club
cuando saboteó mi cita con Cooper y estaba esperando fuera del cuarto de
baño.
Me gusta torturarme con ella de vez en cuando.
Triste, pero quiero pensar en mí cantando las letras a Kas.
A mí diciéndole que nunca encontrará a nadie que lo ame como yo lo
habría amado.
Sí, lo amo
Y, sí, estoy así de triste.
En la mente de Kas, probablemente soy un mal recuerdo de un
momento que él preferiría olvidar.
Él se alejó. Tenía derecho a hacerlo.
Y, ahora, probablemente ha seguido adelante con alguna preciosa
belleza griega y esté endilgado con un mundo de equipaje emocional y que
no le recuerde la muerte y otras cosas en las que elijo no pensar, porque,
si lo hago, mi cabeza puede que explote.
En realidad, se está sintiendo cerca de explotar ahora, así que me
concentro en limpiar la cafetera.
Estoy a mitad del trabajo cuando Zayn ha terminado, y ahora, John
Legend está cantando “All of Me”. Me estoy poniendo toda emocional,
cantando las letras, deseando que alguien, de acuerdo, Kas, se sintiera de
esa forma por mí, pensara esas cosas sobre mí, cuando la puerta suena,
abriéndose.
¿Quién es? Coloque el letrero en Cerrado. Algunas personas sólo no
ponen atención.
Conteniendo el aliento, despejo los ojos y me volteo.
—Lo siento. Estamos ce...
Las palabras mueren en mi lengua, y mi corazón se sale de mi pecho.
—Kas... —Respiro su nombre, como esperando que desaparezca en
una ráfaga de humo.
—Hola, Daisy. —Sus palabras son suaves, tentativas.
Y mi cerebro me está fallando.
No sé cuántas veces he imaginado este escenario en mi cabeza. Que
estaría aquí tarde, y él entraría, diciéndome que me extrañaba. Que
lamentaba haberse ido. Que no podía superarme. Que me amaba. Y luego
saltaría a sus brazos, y él me besaba. Entonces, todo sería como era.
Veo demasiadas películas de chicas, lo sé.
Pero él está aquí. Y, ahora, no puedo moverme, hablar, hacer nada
salvo mirarlo fijamente.
Se ve exactamente igual. Como si no hubiera pasado el tiempo.
Estoy de repente consciente de cómo me veo.
Vestida con pantalón negro y camisa de polo negro con el logotipo de
la cafetería. Mi cabello está atado de nuevo en un moño desordenado. No
traigo maquillaje, porque lloré todo antes.
Me veo terrible.
Y él se ve hermoso.
Su cabello está más corto de lo que solía, y muestra un serio rastrojo
en este momento. Siempre me encantó el rastrojo. Lleva un traje de color
azul marino con una camisa blanca. Parecido al que llevaba el primer día
que lo conocí.
Y se ve como todo lo que siempre quise, pero nunca llegué a tener. No
en realidad.
Todavía lo estoy mirando fijamente. Tengo miedo de parpadear en
caso de que todo esto sea un espejismo conjurado por mi desesperada
imaginación, y no estará aquí cuando abra los ojos.
El maldito aire acondicionado seca mis ojos, y parpadeo.
Cuando mis ojos se abren, todavía está aquí.
—¿Cómo... dónde... cómo? —Estoy tartamudeando. Me detengo y
respiro profundamente, apoyando mi palma en el mostrador. La cubierta
fresca me calma algo.
Él está aquí. Realmente está aquí.
Exhalo y lo miro.
—¿Cómo has estado? —Mi voz es ronca.
Él levanta un hombro. Sus ojos están fijos en los míos.
—Sabes... —se aleja, sin contestar realmente mi pregunta—, te ves
genial, Daisy. Hermosa. Pero siempre lo haces. Y te ves como si lo
estuvieras haciendo bien. —Señala hacia la tienda.
Trato de no dejar que su hermoso comentario me llegue, y en su
lugar, me concentro en el hecho de que tengo la clara impresión de que
sabe que es mi cafetería. Cómo sabría eso, no tengo ni idea. Pero entonces
Kas siempre tuvo una forma de solo saber las cosas.
—Lo estoy haciendo bien. —Nunca te superé. Pasé los últimos tres
años llorando por ti. Pero, aparte de eso, sólo estoy brincando de felicidad.
Él sonríe. Y mi corazón se rompe.
—¿Cómo está Jesse? —pregunta.
—Bien. —Sonrío—. Comienza la universidad el lunes.
—¿Cuál universidad?
—Birmingham.
—¿Qué está estudiando?
—Leyes —digo con orgullo.
Él sonríe.
—¿Y cómo está Cece?
—Está genial. ¿Por qué estás aquí? —Las palabras salen más agudas
de lo que pretendía. Pero no las lamento.
Quiero saber por qué está aquí. Más de tres años y ni una palabra. Y
luego sólo aparece a lo que ha sido un día duro y emocional, jodiendo con
mi cabeza aún más.
Hay un momento de sorpresa en sus ojos ante mi pregunta brusca,
pero rápidamente se recupera.
—Estoy aquí por ti.
Mi corazón se tambalea en mi pecho.
—¿Por mí? —Tomo un respiro—. No entiendo.
—Creo que lo haces.
—No, no lo hago. —Sacudo la cabeza—. Así que tendrás que
explicármelo.
Y quiero que sea específico. Muy específico. Porque no quiero
entender mal una palabra de lo que está diciendo.
Mi corazón se rompió por él una vez antes, y nunca se recuperó. No
quiero darme esperanza, sólo para que mi corazón se rompa por segunda
vez.
—Me fui para asegurar que recuperaras a Jesse. Para darles una
oportunidad en la vida que se merecían. Me quedé lejos porque era lo
correcto. Jesse te necesitaba. Y yo estaba jodido, Daisy. Estaba jodido
cuando me conociste. Y no iba a recomponerme pronto. Había sido así
durante tanto tiempo que era todo lo que conocía. Entonces, todo había
terminado. Y estaba perdido. Cuando has vivido para la venganza durante
tanto tiempo y luego la tienes, piensas que deberías sentirte increíble. Y lo
haces por ese breve momento. Pero entonces eso pasa, y sólo te sientes
perdido. Ya no hay ningún propósito, sólo los recuerdos de todo en el
pasado.
—Tú me tenías. —Las palabras salen más rotas de lo que quería.
Envuelvo mis brazos protectoramente a mi alrededor.
Se pasa la mano por el cabello corto.
—No era bueno para ti. Lo jodí. Me estaba hundiendo en un agujero, y
sólo te habría traído conmigo. Necesitabas concentrarte en Jesse. Y, por
una vez en mi jodida vida, quería hacer lo correcto. Y lo correcto para mí
era irme.
—Pero durante tres años, Kas... —Mis palabras se desvanecen porque
no sé qué más decir.
—Tomó mucho tiempo llegar donde necesitaba estar.
—¿Y dónde estaba eso?
—Para convertirte en un hombre que te mereces.
—¿Y lo eres?
Sus ojos se levantan hacia los míos.
—No creo que alguna vez te merezca, Daisy. Ningún hombre jamás
podría. Pero estoy más cerca de llegar allí de lo que estaba antes, y he
terminado de estar sin ti. Esperé hasta que Jesse fuera un hombre. Capaz
de pararse sobre sus propios pies. Ahora, está en la universidad. Y vuelvo
para reclamar lo que siempre fue mío.
—¿Y si ya no te quiero?
Hay un destello de pánico en su rostro, pero lo cierra un
nanosegundo más tarde y está de vuelta a su siempre confiado ser.
—Entonces, me quedaré alrededor y te molestaré hasta la mierda con
gestos románticos hasta que me ames de nuevo.
—El Kas que conocí no era romántico.
—El Kas que conocías era un estúpido.
—Kas-túpido.
Sonrío, y él ríe. Me encanta ese sonido.
—No lo sé. Como que me gustaba el antiguo Kas. ¿Qué si no me gusta
esta nueva versión mejorada?
—No lo sabrás hasta que le des una oportunidad... dame una
oportunidad. —Se mueve por la tienda, acercándose al mostrador, hasta
que está parado frente a mí.
Se estira y toma mi mano, lo permito.
Mi piel chisporrotea, todo mi cuerpo vuelve a la vida después de
permanecer dormido durante tanto tiempo.
—Dame la oportunidad de mostrarte lo buena que puede ser la vida
conmigo ahora. Déjame amarte. Déjame cuidarte.
Un destello de mis pensamientos anteriores, sobre lo que ha estado
haciendo todo ese tiempo que ha pasado lejos de mí, irrumpe en mi mente,
haciéndome sentir fría por dentro.
Recupero mi mano y me abrazo de nuevo, como un escudo protector.
Y él no se molesta en esconder el dolor en su rostro.
—¿Qué has estado haciendo todo este tiempo? —pregunto en voz
baja.
—Estuve en Grecia con mis padres por un tiempo. Se han mudado
allí permanentemente ahora. Luego, he viajado un poco.
Sus oscuros ojos no se han desviado de los míos.
Pero todo lo que puedo ver es lugares hermosos y mujeres hermosas.
Kas con otras mujeres.
—No ha habido nadie más —dice suavemente, como si leyera mis
pensamientos—. ¿Cómo podría haberlo cuando estaba enamorado de ti?
Estaba.
—Todavía estoy enamorado de ti.
Se acerca más y toma mi cara en sus manos. Parpadeo hacia él. Mi
corazón palpita en mi pecho. Mi boca se seca y mi piel está en llamas
donde está tocándola.
—Te amo, Daisy. Te he amado durante los últimos tres años. Quiero
estar contigo, y haré cualquier cosa para que eso suceda.
—¿Y si tengo a alguien más? —Me aparto de su agarre, y sus manos
caen a sus lados—. Tú solo apareciste, de repente, y dices que me quiere
de vuelta, asumiendo que no tengo a nadie en mi vida. Bueno, podría tener
un novio, por lo que sabes.
Estoy molesta de que ni siquiera lo haya preguntado. Que él asuma
que soy tan patética que no lo habría superado. Que seguiría siendo
soltera.
¿Así que, qué si es en realidad cierto?
El hecho de que solo asuma presiona mis botones.
Y, honestamente, quiero una reacción. Quiero encabronarlo.
No me preguntes por qué, porque la única respuesta que puedo dar es
debido a que soy una chica. Estoy confundida y herida de que se haya ido
por tanto tiempo. Pero estoy feliz de que esté aquí. Y estoy sintiendo cada
otra emoción entre esas.
Él no reacciona. Me mira y me pregunta con voz tranquila:
—¿Hay alguien más?
Mi cara se calienta instantáneamente porque, ahora, voy a tener que
decirle que no. Sabrá lo patética que soy, y sólo tengo que culparme a mí
misma.
Luego, me doy cuenta que no reaccionó. El Kas que conocía habría
reaccionado.
Tal vez realmente ha cambiado.
O tal vez...
—No preguntaste si había alguien más porque ya sabes que no lo hay
y que no lo ha habido en todo el tiempo que te has ido. ¿Estoy en lo
correcto?
Ni siquiera tiene la dignidad de parecer avergonzado.
Sólo se acerca a mí y pone sus manos en mi cara, donde siempre han
pertenecido, dirigiendo mis ojos hacia arriba para ver los suyos. Él mira
profundamente en ellos.
—Cuando me alejé de ti, fue lo más difícil que tuve que hacer. Lo
único que lo hacía manejable era saber que no te dejaría ir para siempre.
Daisy, podría haberte dejado ir en ese momento, pero no te dejé ir muy
lejos. Y, honestamente, si hubiera tenido un olor a otro tipo cerca de ti,
entonces renunciaría a mi promesa auto-impuesta de permanecer lejos
hasta que Jesse tuviera dieciocho años, y habría venido aquí, roto la cara
del tipo, Luego te cargarte de regreso a mi casa, y nunca dejarte ir.
Bueno... mierda.
¿Qué se supone que debo decir a eso? Insegura, voy con lo que
siempre salgo con cuando estoy perpleja. Humor.
—¿Debería pensar que tus formas de persecución siguen en pleno
vigor?
Sus ojos chispean y me sonríen.
Sacudo la cabeza, luchando con una sonrisa.
Realmente no debería sonreír ahora mismo. Porque no es gracioso.
—Honestamente, ¿cómo demonios te las arreglaste para acecharme
cuando ni siquiera estabas aquí, cuando estabas viajando por el mundo?
Sus cejas se juntan.
—No dije que estaba viajando por el mundo. Dije, estuve en Grecia
por un tiempo, y luego viajé un poco.
—¿Y a dónde viajaste?
Una pista de algo que no entiendo muy bien destella en sus ojos.
—¿Por qué quieres saberlo? —pregunta.
—Porque estás actuando como si tuvieras algo que ocultar, y quiero
saber qué es.
—Bueno. —Se aclara la garganta—. Estuve en Grecia. Luego, no lo
estaba... y estaba aquí... viajando de ida y vuelta entre Westcott... y
Londres. —A pesar de que se aclaró la garganta, sus palabras aún salen
con voz espesa.
Y mis ojos se ensanchan a platillos.
—¡Oh Dios mío! ¡Has estado aquí todo este tiempo! —Retrocedo,
aturdida y también dolida.
Siento que me ha traicionado, aunque no estoy muy segura de cómo.
Me sigue hacia adelante, con las manos sobre mis hombros.
—No todo el tiempo. Sí fui a Grecia. Me quedé allí por seis meses.
Entonces, volví.
—¡Has estado aquí tres años! Jesús, Kas. —Sacudo la cabeza.
—Permanecí lejos tanto tiempo como pude. Tanto tiempo como me
tomó enderezar mi cabeza. Luego, vine a casa. Quería estar cerca de ti. Si
tenía que esperar para tenerte, entonces iba a estar cerca de ti mientras lo
hacía.
—Jesús... —Respiro, mirándolo fijamente—. No se sí debo enloquecer
porque has estado básicamente espiándome por los últimos tres años. O
sentirme impresionada por el hecho de que no te pudiste quedar lejos de
mí.
Tengo la repentina urgencia de empezar a cantar “Every Breth You
Take” de Police, pero no lo hago porque eso sería raro.
¿Y cómo podía estar aquí durante todo ese tiempo y sin yo saberlo?
O tal vez, subconscientemente lo sabía y esa es la razón por la nunca
pude superarlo.
Kas me da una mirada avergonzada pero llena de esperanza.
—¿Puedes ir por lo de impresionada?
La mirada en su cara es... tan infantil que no puedo evitar sonreír.
—Tienes serios problemas, Matis.
—Sólo uno. Y responde al nombre de Daisy.
Le doy una carcajada juguetona.
Y él sonríe, pero su expresión rápidamente se vuelve seria.
—Quiero que seas mi problema. Y quiero ser tuyo. Quiero que seas mi
todo. Y quiero ser tu todo. —Su mano se levanta a mi cara, ahuecándola—.
Quiero una vida contigo, Daisy. Vuelve a intentarlo conmigo, por favor.
Simplemente di que sí. Sólo dime que todavía me amas y di que sí.
Presionando mi mejilla en su mano, cierro mis ojos, disfrutando de la
sensación de él. Sé mi decisión. Lo supe en el momento en que me giré y lo
vi allí de pie.
Abro los ojos y sonrío.
—Todavía te amo, Kas. Y sí. Sí, un millón de veces.
Su cara tiene la sonrisa más grande y más hermosa que he visto.
Entonces, sus labios están en los míos, y me está besando. Nunca quiero
que se detenga.
Y, ahora, sé que nunca se detendrá. Porque está aquí para quedarse.
Antes no era nuestro momento. Pero ahora es nuestro momento.
Una vez pensé en Kas y en mí como totalmente inadecuados el uno
para el otro. Éramos inadecuados.
Pero, ahora, somos perfectos.
Bueno, quizás no perfectos.
Él ha matado en venganza. Matado por mí. Y yo le disparé a un
hombre.
Pero somos perfectos el uno para el otro, y eso es todo lo que importa.
Él termina nuestro beso, respirando pesadamente.
—Entonces, Thessa ́s. —Sacude con la cabeza hacia el frente de la
tienda—. ¿Eso tiene algo que ver con Thessaloníki? —dice con un toque de
acento en esa voz sexy, haciendo que mis partes femeninas se animen—.
¿O es solo una coincidencia?
Un rubor cubre mi cara. Bajo mis ojos.
—Sólo quería algo para recordarte —susurro—. Algo para recordarme
que eras real.
Me acaricia la barbilla con los dedos, llevando mis ojos a los de él.
—Soy real, nena. Y estoy aquí para quedarme. Nunca te dejaré de
nuevo.
Y sé que lo quiere decir.
—Nunca te voy a dejar ir —le digo justo antes de que sus labios
bajaran de nuevo a los míos.
Deslizo las manos en su cabello, y gime un sonido dulce.
Envuelve sus brazos a mi alrededor, tirando de mí más cerca de él
hasta que no hay espacio en absoluto entre nosotros. Y voy
voluntariamente.
Me apoyo de nuevo en él, de nuevo en el único lugar que estaba
destinada a estar.
En los brazos de Kas. Donde pienso quedarme para el resto de mi
vida.


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Mensaje por mariateresa Miér 31 Ene - 15:57

SE ASUSTARON HEEE!!!! 
también pensé que no íbamos a tener felices para siempre pero noooo, lo tuvimos.

Gracias a todas por seguir conmigo esta lectura espero que la hayan disfrutado....
nos estamos leyendo chicas....


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