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Lectura #3-2021 Heart Bones -Colleen Hoover
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Book Queen :: Biblioteca :: Lecturas
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Re: Lectura #3-2021 Heart Bones -Colleen Hoover
Sabía que no quería que la historia avanzara, porque era seguro que las cosas se iban complicar.
No puedo enojarme con Samson por no decir la verdad. Entiendo su miedo a perder a la única persona que le dio esperanza, comprensión y refugio. Debe haber una explicación lógica.
Me gusta la manera de pensar de Beyah. No lo condena a primera instancia. Espera respuestas, imagino, pero no lo condena.
No puedo enojarme con Samson por no decir la verdad. Entiendo su miedo a perder a la única persona que le dio esperanza, comprensión y refugio. Debe haber una explicación lógica.
Me gusta la manera de pensar de Beyah. No lo condena a primera instancia. Espera respuestas, imagino, pero no lo condena.
martenu1011- Mensajes : 351
Fecha de inscripción : 05/06/2014
Edad : 41
Re: Lectura #3-2021 Heart Bones -Colleen Hoover
Quiero avisar que lunes y martes trabajo en una escuela en la que no hay señal de Internet. Por lo cual, no podré hacer mis aportes. Espero llegar al miércoles y poder hacerlos...
martenu1011- Mensajes : 351
Fecha de inscripción : 05/06/2014
Edad : 41
Re: Lectura #3-2021 Heart Bones -Colleen Hoover
26
Dormí demasiado. Se siente como si mi cerebro estuviera comprimido en el lado derecho de mi cabeza.
Me siento en la cama y miro hacia afuera. Está casi oscuro ahora. Miro la hora en mi teléfono y veo que son más de las siete. Mi estómago está gruñendo tan fuerte que puede ser lo que me despertó.
Dejé el timbre de mi teléfono en alto, pero nunca hizo ruido y no tengo llamadas perdidas.
Catorce horas más hasta que llegue a verlo.
Llego al suelo y recojo la mochila de Samson. Derramo el contenido en mi cama y comienzo a examinarlo todo.
Literalmente, todo lo que posee está en mi cama ahora mismo.
Hay dos pares de pantalones cortos y dos camisetas con la marca de Marcos. Llevaba el otro conjunto cuando fue arrestado, entonces ¿eso significa que solo tiene tres mudas de ropa? Noté que usaba mucho las mismas camisetas, pero supuse que lo hacía para apoyar a Marcos. Probablemente los lavó con regularidad con la esperanza de que nadie se diera cuenta.
Hay artículos de tocador en una bolsa. Pasta de dientes, desodorante, cepillo de dientes, cortaúñas. Pero sin billetera.
¿De verdad perdió su billetera antes de que fuéramos a hacernos tatuajes, o nunca tuvo una? Si ha estado solo desde la muerte de su padre, ¿cómo habría conseguido una licencia de conducir?
Tengo muchas preguntas. No hay forma de que nuestra visita de mañana sea lo suficientemente larga para que él las responda todas.
En el fondo de su mochila, encuentro una bolsa de plástico Ziploc. La bolsa está llena de lo que parecen trozos de papel doblados. Todos están un poco descoloridos con un tinte amarillo, por lo que obviamente son viejos.
Abro la bolsa, saco uno de los trozos de papel y lo desdoblo.
Samson mencionó que Rake solía escribir poesía. Me quedo mirando este poema y trato de darle sentido.
¿Se trata de Samson? ¿Son todas estas notas de su padre? Está fechado cuando Samson tendría unos doce años. Un año antes de que llegara el huracán.
Tan cansado de ser libre.
¿Qué significa esa línea? ¿Pensó su padre que Samson estaba cansado de vivir la vida en el océano con él?
Saco el resto de los trozos de papel, necesito leer todos y cada uno de ellos.
Todos datan de antes del huracán Ike, todos escritos por su padre.
Hay al menos veinte poemas y cartas en la bolsa. Solo unos pocos están escritos directamente para Samson, pero basándome en todas las hojas de papel en su conjunto, tengo la impresión de que lo que Samson me dijo sobre su padre era cierto. Rake vivía en el agua, pero lo que Samson dejó fuera es que él también vivía en el agua con Rake.
Me siento en la cama y miro hacia afuera. Está casi oscuro ahora. Miro la hora en mi teléfono y veo que son más de las siete. Mi estómago está gruñendo tan fuerte que puede ser lo que me despertó.
Dejé el timbre de mi teléfono en alto, pero nunca hizo ruido y no tengo llamadas perdidas.
Catorce horas más hasta que llegue a verlo.
Llego al suelo y recojo la mochila de Samson. Derramo el contenido en mi cama y comienzo a examinarlo todo.
Literalmente, todo lo que posee está en mi cama ahora mismo.
Hay dos pares de pantalones cortos y dos camisetas con la marca de Marcos. Llevaba el otro conjunto cuando fue arrestado, entonces ¿eso significa que solo tiene tres mudas de ropa? Noté que usaba mucho las mismas camisetas, pero supuse que lo hacía para apoyar a Marcos. Probablemente los lavó con regularidad con la esperanza de que nadie se diera cuenta.
Hay artículos de tocador en una bolsa. Pasta de dientes, desodorante, cepillo de dientes, cortaúñas. Pero sin billetera.
¿De verdad perdió su billetera antes de que fuéramos a hacernos tatuajes, o nunca tuvo una? Si ha estado solo desde la muerte de su padre, ¿cómo habría conseguido una licencia de conducir?
Tengo muchas preguntas. No hay forma de que nuestra visita de mañana sea lo suficientemente larga para que él las responda todas.
En el fondo de su mochila, encuentro una bolsa de plástico Ziploc. La bolsa está llena de lo que parecen trozos de papel doblados. Todos están un poco descoloridos con un tinte amarillo, por lo que obviamente son viejos.
Abro la bolsa, saco uno de los trozos de papel y lo desdoblo.
Niñito
Mordido por el frenesí como yo,
Con el agotamiento en sus ojos.
Se está enojando con el mar,
Más cansado de lo que debería estar.
Tan cansado de ser libre.
Pero debe continuar.
-Rake Bennett
11/13/07
Mordido por el frenesí como yo,
Con el agotamiento en sus ojos.
Se está enojando con el mar,
Más cansado de lo que debería estar.
Tan cansado de ser libre.
Pero debe continuar.
-Rake Bennett
11/13/07
Samson mencionó que Rake solía escribir poesía. Me quedo mirando este poema y trato de darle sentido.
¿Se trata de Samson? ¿Son todas estas notas de su padre? Está fechado cuando Samson tendría unos doce años. Un año antes de que llegara el huracán.
Tan cansado de ser libre.
¿Qué significa esa línea? ¿Pensó su padre que Samson estaba cansado de vivir la vida en el océano con él?
Saco el resto de los trozos de papel, necesito leer todos y cada uno de ellos.
Todos datan de antes del huracán Ike, todos escritos por su padre.
Ella vive
Cuando naciste, tu madre lo hizo también.
Mientras vivas,
ella también lo estará.
-Rake Bennett
30/08/06
Lejos
Conocí a tu madre mientras estaba de pie en la playa,
con los pies enterrados en la arena.
Lamento no haberme arrodillado para recoger algunos de los gránulos
con las palmas de mis manos.
Me pregunto si algo de lo que tocamos alguna vez por sus pies ha sido pisado.
¿O cada grano de arena con el que se ha cruzado
al mar ya ha sido arrastrado?
-Rake Bennett
16/07/07
Querido Shawn,
Cada niño eventualmente anhela un nuevo lugar para estar.
Decidí que tu primer hogar sería un barco, pero ahora me pregunto:
¿Es este barco el hogar al que huirás?
Si es así,
ese grave error es culpa mía.
Porque cuando un hombre dice, me voy a casa,
dirigirse hacia el mar debería.
-Rake Bennett
01-03-08
Cuando naciste, tu madre lo hizo también.
Mientras vivas,
ella también lo estará.
-Rake Bennett
30/08/06
Lejos
Conocí a tu madre mientras estaba de pie en la playa,
con los pies enterrados en la arena.
Lamento no haberme arrodillado para recoger algunos de los gránulos
con las palmas de mis manos.
Me pregunto si algo de lo que tocamos alguna vez por sus pies ha sido pisado.
¿O cada grano de arena con el que se ha cruzado
al mar ya ha sido arrastrado?
-Rake Bennett
16/07/07
Querido Shawn,
Cada niño eventualmente anhela un nuevo lugar para estar.
Decidí que tu primer hogar sería un barco, pero ahora me pregunto:
¿Es este barco el hogar al que huirás?
Si es así,
ese grave error es culpa mía.
Porque cuando un hombre dice, me voy a casa,
dirigirse hacia el mar debería.
-Rake Bennett
01-03-08
Hay al menos veinte poemas y cartas en la bolsa. Solo unos pocos están escritos directamente para Samson, pero basándome en todas las hojas de papel en su conjunto, tengo la impresión de que lo que Samson me dijo sobre su padre era cierto. Rake vivía en el agua, pero lo que Samson dejó fuera es que él también vivía en el agua con Rake.
berny_girl- Mensajes : 2842
Fecha de inscripción : 10/06/2014
Edad : 36
Re: Lectura #3-2021 Heart Bones -Colleen Hoover
27
—¿Beyah Grim?
Prácticamente salto de mi silla. Mi padre también se pone de pie, pero no quiero que mi padre vaya conmigo a ver a Samson.
—No tienes que venir.
—No te voy a permitir entrar allí sola.
Su declaración es definitiva, como si no hubiera espacio para la negociación.
—Papá, por favor. —No sé si Samson será honesto conmigo si mi padre está sentado frente a él—. Por favor.
Él asiente con fuerza.
—Esperaré en el coche.
—Gracias.
Sigo al oficial mientras me lleva a una habitación grande y abierta. Hay varias mesas y casi todas están llenas de gente visitando a otros internos.
Es deprimente. Pero no tan deprimente como pensé que sería. Supuse que estaría a un lado de una ventana de vidrio, incapaz de tocarlo.
Mis ojos inmediatamente buscan y encuentran a Samson sentado solo en una mesa al otro lado de la habitación. Lleva un mono azul oscuro. Verlo con algo diferente a sus pantalones cortos de playa habituales hace que todo esto se sienta más real.
Cuando finalmente mira hacia arriba y me ve, inmediatamente se pone de pie. No sé por qué esperaba que sus manos estuvieran esposadas, pero me alivia ver que no lo están. Corro hacia él y caigo en sus brazos. Me empuja contra él con los brazos apretados.
—Lo siento —dice.
—Lo sé.
Me abraza por un momento, pero no quiero meterlo en problemas, así que nos separamos y me siento frente a él. La mesa es pequeña, así que no estamos tan separados, pero él se siente a un mundo de distancia.
Toma una de mis manos y la sostiene entre las suyas, descansando nuestras manos sobre la mesa.
—Te debo tantas respuestas. ¿Por dónde quieres que empiece?
—Por lo que sea.
Se toma un momento para averiguar por dónde debería empezar. Llevo mi otra mano a la suya hasta que nuestras cuatro manos están en una pila sobre la mesa.
—Todo lo que te dije sobre mi madre era cierto. Su nombre era Isabel. Solo tenía cinco años cuando sucedió, pero aunque no recordaba mucho de mi vida antes de su muerte, sabía que cambió drásticamente después de que ella se fue.
Rake es mi padre; Omití eso. Después de la muerte de mi madre, parecía perdido cuando no estaba en el agua. Es como si no pudiera imaginarse estar en un lugar donde ella no estaba, así que me sacó de la escuela y vivimos en su barco durante varios años. Y esa era mi vida, hasta que Darya me lo quitó.
—¿Entonces eso es lo que quisiste decir cuando dijiste que Darya te rompió el corazón?
El asiente.
—¿Dónde estabas cuando golpeó el huracán?
La mandíbula de Samson se endurece, como si no fuera un recuerdo que quisiera revivir. Mira nuestras manos mientras habla.
—Mi padre me dejó en una iglesia. Es donde se refugiaron muchos de los residentes, pero él se negó a quedarse conmigo. Quería asegurarse de que su barco estuviera asegurado, ya que era toda nuestra vida. Me dijo que volvería antes del anochecer, pero no volví a verlo después de esa noche. —Vuelve sus ojos a los míos—. Quería quedarme en la península, pero no quedó nada después del huracán. Era difícil para un niño de trece años esconderse allí, o incluso sobrevivir en ese momento, así que tuve que irme. Sabía que si le decía a alguien que mi padre había desaparecido, me enviarían a un hogar colectivo, así que pasé los siguientes años tratando de ser invisible. Terminé trabajando con un amigo en Galveston haciendo trabajos esporádicos como cortar patios.
Era el chico que conociste en el restaurante. Éramos jóvenes e hicimos algunas estupideces. Eventualmente nos alcanzó las consecuencias de nuestras malas decisiones.
—¿Qué hay del cargo de incendio premeditado?
—Técnicamente no es mi culpa. El propietario había hecho un trabajo eléctrico de mierda, pero si no hubiera entrado en esa casa esa noche y no hubiera encendido la electricidad, nunca se habría incendiado. Entonces, en el papel, fue mi culpa. —Samson entrelaza sus dedos con los míos—. Una vez que supe que tenía otra orden de arresto, decidí regresar aquí por última vez antes de entregarme. No sé si estaba buscando un cierre o esperando encontrar a mi padre, pero terminé encontrando ambos. Pero también te encontré y nunca quise irme. —Samson pasa su pulgar por la parte superior de mi mano izquierda—. Sabía que estaría en la cárcel por un tiempo, así que estaba tratando de alargar mi tiempo contigo antes de que te fueras. —Él suspira—. ¿Qué más quieres
saber?
—¿Cómo supiste el código de alarma de esa casa?
—El propietario usa el número de su casa como código. Fue la contraseña más fácil de adivinar.
Es difícil juzgarlo cuando ese juicio sería extremadamente hipócrita de mi parte. En todo caso, admiro sus habilidades de supervivencia.
—¿Qué pasa con la Academia de la Fuerza Aérea? ¿Era cierto algo de eso?
Él mira hacia abajo, incapaz de encontrar mi mirada. El niega con la cabeza.
—Quería ir a la Fuerza Aérea. Ese era mi plan, hasta que lo arruiné todo.
Pero hubo cosas sobre las que mentí, como si fuera una tradición familiar. He dicho muchas cosas que no eran ciertas. Pero tuve que respaldar mi razonamiento por estar en esa casa con mentiras que nunca quise contarte. Por eso no respondería a tus preguntas. No me gustaba ser deshonesto contigo. Ni con nadie. Yo solo…
—No tenías elección —digo, terminando su pensamiento. Lo entiendo. He estado ahí toda mi vida—. Tú eres quien dijo que las decisiones equivocadas provienen de la fuerza o la debilidad. No mentías porque eras débil, Samson.
Toma una respiración lenta, como si temiera lo que vendrá después. Su comportamiento cambia por completo cuando me mira a los ojos. El peso de esta habitación comienza a apoderarse de mí con esa mirada.
—Ayer, por teléfono, mencionaste que no ibas a Pennsylvania.
Es una declaración, pero tiene la intención de que vaya seguida de una respuesta.
—No puedo dejarte.
Sacude la cabeza, apartando sus manos de las mías. Se las pasa por la cara como si estuviera frustrado conmigo, luego agarra ambas manos con más fuerza.
—Vas a la universidad, Beyah. Mi lío no es tuyo para que lo limpies.
—¿Tu lío? Samson, lo que hiciste no es tan malo. Eras un niño que prácticamente se crió solo en las calles. ¿Cómo se suponía que volverías a ponerte de pie después de que te liberaron de la cárcel por primera vez? Estoy segura de que si les dijera por qué comenzó el incendio y por qué rompiste la
libertad condicional, lo entenderían.
—A la corte no le importa por qué violé la ley; solo les importa que lo hice.
—Bueno, debería importarles.
—No importa cuán defectuoso sea el sistema, Beyah. Los dos no vamos a cambiarlo de la noche a la mañana. Estoy viendo varios años y no hay nada que ninguno de nosotros pueda hacer al respecto, por lo que no hay razón para que te quedes en Texas.
—Eres una razón suficiente. ¿Cómo te visitaré si estoy en Pensilvania?
—No quiero que me visites. Quiero que vayas a la universidad.
—Puedo ir a la universidad aquí.
Se ríe, pero su risa no tiene humor. Es una risa exasperada.
—¿Por qué estás siendo tan terca? Este fue nuestro plan durante todo el verano: ir por caminos separados cuando te vayas a la escuela.
Sus palabras se clavan en mí y me retuercen las entrañas. Mi voz sale como un susurro cuando digo—: Pensé que las cosas habían cambiado. Dijiste que crecimos huesos en el corazón.
Todo el cuerpo de Samson siente ese comentario. Se hunde un poco, como si lo estuviera lastimando. No quiero lastimarlo, pero él vale más que esto. No era un descarte para mí.
—No puedo estar muy lejos de ti —digo en voz baja—. Las llamadas telefónicas y las cartas no serán suficientes.
—Yo tampoco quiero llamadas telefónicas ni cartas. Quiero que vayas a vivir tu vida y no te agobies por la mía.
Puede ver la sorpresa en mi rostro, pero no me da tiempo para discutir con él.
—Beyah. Hemos estado solos en islas toda nuestra vida. Es por eso que nos conectamos, porque reconocimos esa soledad el uno en el otro. Pero esta es tu oportunidad de salir de tu isla, y me niego a retenerte durante los años que me haya ido.
Puedo sentir las lágrimas. Miro hacia abajo justo cuando una cae sobre la mesa.
—No puedes interrumpirme. No puedo hacer esto sin ti.
—Ya lo has hecho sin mí —dice con voz decidida. Se inclina sobre la mesa y levanta mi rostro para obligarme a mirarlo. Se ve tan roto como yo me siento—. No tuve nada que ver con tus logros. No tuve nada que ver con quien resultaste ser. Por favor, no me hagas ser la razón por la que lo dejes todo.
Cuanto más comprometido está con la idea de que no quiere que me mantenga en contacto con él, más me enfurezco.
—Esto no es justo para mí. ¿Esperas que me vaya y no tenga ningún contacto contigo? ¿Por qué dejarías que me enamorara de ti en primer lugar cuando sabías que este sería el resultado final?
Él exhala bruscamente.
—Acordamos que esto terminaría en agosto, Beyah. Acordamos mantenerlo en la parte superficial.
Pongo los ojos en blanco.
—Tú eres quien dijo que la gente todavía se ahoga en la parte poco profunda. —Me inclino hacia adelante hasta que tengo su enfoque de nuevo—. Me estoy ahogando, Samson. Y tú eres el que me sostiene bajo el agua.
Me limpio los ojos con rabia.
Samson vuelve a tomar mis manos, pero esta vez es diferente. Hay un dolor en su voz cuando dice—: Lo siento mucho.
Es todo lo que dice, pero puedo decir que este es su adiós.
Se pone de pie como si esta discusión hubiera terminado, pero me mira como si quisiera que yo también me ponga de pie. Cruzo los brazos con fuerza sobre mi pecho.
—No te voy a despedir con un abrazo. No mereces abrazarme más.
Samson asiente ligeramente.
—En primer lugar, nunca merecí abrazarte.
Se da vuelta para irse, y al instante me aterrorizo que sea la última vez que lo veré. Samson no dice cosas con esa mirada a menos que las diga en serio.
No me permitirá volver a verlo. Eso es todo. Aquí es donde terminamos.
Me levanto de un salto cuando comienza a alejarse.
—¡Samson, espera!
Se da la vuelta justo a tiempo para atraparme cuando lo rodeo con mis brazos. Entierro mi cara contra su cuello. Cuando me abraza, me pongo a llorar.
Tantas cosas me atraviesan a la vez. Ya lo extraño mucho, pero también estoy más enojada que nunca. Sabía que esto iba a llegar: el adiós. Pero no sabía que sería en estas circunstancias. Me siento impotente. Quería que nuestra despedida fuera una elección en la que participé, pero no tengo ninguna opción.
Él besa un lado de mi cabeza.
—Toma la beca, Beyah. Y diviértete. Por favor.
Su voz se quiebra. Me suelta y camina hacia un oficial que está junto a una puerta. Me siento pesada sin él, como si hubiera perdido todo un sistema de apoyo y ya no pudiera sostenerme por mi cuenta.
Samson es sacado de la habitación y ni siquiera me mira para ver la destrucción que dejó atrás.
Estoy llorando cuando salgo al coche de mi padre. Golpeo la puerta, enojada y con el corazón roto. Ni siquiera puedo empezar a asimilar lo que acaba de pasar allí. No me lo esperaba. Esperaba exactamente lo contrario de eso.
Pensé que íbamos a resolver esto como un equipo, pero en cambio, me dejó completamente sola, como cualquier otra persona en mi vida.
—¿Qué pasó?
Niego con la cabeza. Ni siquiera puedo decirlo en voz alta.
—Solo conduce.
Mi padre agarra el volante hasta que sus nudillos se ponen blancos.
Arranca el auto y lo pone en reversa.
—Debería haberle dado una paliza la noche que te lo quité en la ducha.
Ni siquiera trato de explicar que no me estaba protegiendo de Samson esa noche. Samson me estaba ayudando, pero en este punto, otra explicación sería inútil. Solo voy con una declaración general.
—No es una mala persona, papá.
Mi padre vuelve a aparcar el coche. Me mira con expresión inflexible.
—No sé dónde me equivoqué como padre, pero no crie a una hija que defendiera a un chico que le mintió todo el verano. ¿Crees que se preocupa por ti? No le importa nadie más que él mismo.
¿Es en serio?
¿De verdad tuvo la audacia de decir que me crió?
Lo miro con la mano en la manija de la puerta.
—No criaste a una hija en absoluto. Si alguien miente en este escenario, eres tú.
Abro la puerta y salgo de su coche. No hay forma de que quiera quedarme
con él todo el camino de regreso a la península de Bolívar.
—Vuelve al coche, Beyah.
—No.
Llamo a Sara para que venga a recogerme. Me siento en la acera al lado del auto. Mi padre sale del auto mientras saco mi teléfono. Patea la grava y se dirige hacia el coche.
—Sube. Te llevaré a casa.
Me limpio las lágrimas de los ojos después de marcar el número de Sara.
—No voy a entrar en tu coche. Te puedes ir ahora.
Mi padre no se va. Sara acepta venir a recogerme, pero mi padre se sienta pacientemente en su coche hasta que ella llega.
Prácticamente salto de mi silla. Mi padre también se pone de pie, pero no quiero que mi padre vaya conmigo a ver a Samson.
—No tienes que venir.
—No te voy a permitir entrar allí sola.
Su declaración es definitiva, como si no hubiera espacio para la negociación.
—Papá, por favor. —No sé si Samson será honesto conmigo si mi padre está sentado frente a él—. Por favor.
Él asiente con fuerza.
—Esperaré en el coche.
—Gracias.
Sigo al oficial mientras me lleva a una habitación grande y abierta. Hay varias mesas y casi todas están llenas de gente visitando a otros internos.
Es deprimente. Pero no tan deprimente como pensé que sería. Supuse que estaría a un lado de una ventana de vidrio, incapaz de tocarlo.
Mis ojos inmediatamente buscan y encuentran a Samson sentado solo en una mesa al otro lado de la habitación. Lleva un mono azul oscuro. Verlo con algo diferente a sus pantalones cortos de playa habituales hace que todo esto se sienta más real.
Cuando finalmente mira hacia arriba y me ve, inmediatamente se pone de pie. No sé por qué esperaba que sus manos estuvieran esposadas, pero me alivia ver que no lo están. Corro hacia él y caigo en sus brazos. Me empuja contra él con los brazos apretados.
—Lo siento —dice.
—Lo sé.
Me abraza por un momento, pero no quiero meterlo en problemas, así que nos separamos y me siento frente a él. La mesa es pequeña, así que no estamos tan separados, pero él se siente a un mundo de distancia.
Toma una de mis manos y la sostiene entre las suyas, descansando nuestras manos sobre la mesa.
—Te debo tantas respuestas. ¿Por dónde quieres que empiece?
—Por lo que sea.
Se toma un momento para averiguar por dónde debería empezar. Llevo mi otra mano a la suya hasta que nuestras cuatro manos están en una pila sobre la mesa.
—Todo lo que te dije sobre mi madre era cierto. Su nombre era Isabel. Solo tenía cinco años cuando sucedió, pero aunque no recordaba mucho de mi vida antes de su muerte, sabía que cambió drásticamente después de que ella se fue.
Rake es mi padre; Omití eso. Después de la muerte de mi madre, parecía perdido cuando no estaba en el agua. Es como si no pudiera imaginarse estar en un lugar donde ella no estaba, así que me sacó de la escuela y vivimos en su barco durante varios años. Y esa era mi vida, hasta que Darya me lo quitó.
—¿Entonces eso es lo que quisiste decir cuando dijiste que Darya te rompió el corazón?
El asiente.
—¿Dónde estabas cuando golpeó el huracán?
La mandíbula de Samson se endurece, como si no fuera un recuerdo que quisiera revivir. Mira nuestras manos mientras habla.
—Mi padre me dejó en una iglesia. Es donde se refugiaron muchos de los residentes, pero él se negó a quedarse conmigo. Quería asegurarse de que su barco estuviera asegurado, ya que era toda nuestra vida. Me dijo que volvería antes del anochecer, pero no volví a verlo después de esa noche. —Vuelve sus ojos a los míos—. Quería quedarme en la península, pero no quedó nada después del huracán. Era difícil para un niño de trece años esconderse allí, o incluso sobrevivir en ese momento, así que tuve que irme. Sabía que si le decía a alguien que mi padre había desaparecido, me enviarían a un hogar colectivo, así que pasé los siguientes años tratando de ser invisible. Terminé trabajando con un amigo en Galveston haciendo trabajos esporádicos como cortar patios.
Era el chico que conociste en el restaurante. Éramos jóvenes e hicimos algunas estupideces. Eventualmente nos alcanzó las consecuencias de nuestras malas decisiones.
—¿Qué hay del cargo de incendio premeditado?
—Técnicamente no es mi culpa. El propietario había hecho un trabajo eléctrico de mierda, pero si no hubiera entrado en esa casa esa noche y no hubiera encendido la electricidad, nunca se habría incendiado. Entonces, en el papel, fue mi culpa. —Samson entrelaza sus dedos con los míos—. Una vez que supe que tenía otra orden de arresto, decidí regresar aquí por última vez antes de entregarme. No sé si estaba buscando un cierre o esperando encontrar a mi padre, pero terminé encontrando ambos. Pero también te encontré y nunca quise irme. —Samson pasa su pulgar por la parte superior de mi mano izquierda—. Sabía que estaría en la cárcel por un tiempo, así que estaba tratando de alargar mi tiempo contigo antes de que te fueras. —Él suspira—. ¿Qué más quieres
saber?
—¿Cómo supiste el código de alarma de esa casa?
—El propietario usa el número de su casa como código. Fue la contraseña más fácil de adivinar.
Es difícil juzgarlo cuando ese juicio sería extremadamente hipócrita de mi parte. En todo caso, admiro sus habilidades de supervivencia.
—¿Qué pasa con la Academia de la Fuerza Aérea? ¿Era cierto algo de eso?
Él mira hacia abajo, incapaz de encontrar mi mirada. El niega con la cabeza.
—Quería ir a la Fuerza Aérea. Ese era mi plan, hasta que lo arruiné todo.
Pero hubo cosas sobre las que mentí, como si fuera una tradición familiar. He dicho muchas cosas que no eran ciertas. Pero tuve que respaldar mi razonamiento por estar en esa casa con mentiras que nunca quise contarte. Por eso no respondería a tus preguntas. No me gustaba ser deshonesto contigo. Ni con nadie. Yo solo…
—No tenías elección —digo, terminando su pensamiento. Lo entiendo. He estado ahí toda mi vida—. Tú eres quien dijo que las decisiones equivocadas provienen de la fuerza o la debilidad. No mentías porque eras débil, Samson.
Toma una respiración lenta, como si temiera lo que vendrá después. Su comportamiento cambia por completo cuando me mira a los ojos. El peso de esta habitación comienza a apoderarse de mí con esa mirada.
—Ayer, por teléfono, mencionaste que no ibas a Pennsylvania.
Es una declaración, pero tiene la intención de que vaya seguida de una respuesta.
—No puedo dejarte.
Sacude la cabeza, apartando sus manos de las mías. Se las pasa por la cara como si estuviera frustrado conmigo, luego agarra ambas manos con más fuerza.
—Vas a la universidad, Beyah. Mi lío no es tuyo para que lo limpies.
—¿Tu lío? Samson, lo que hiciste no es tan malo. Eras un niño que prácticamente se crió solo en las calles. ¿Cómo se suponía que volverías a ponerte de pie después de que te liberaron de la cárcel por primera vez? Estoy segura de que si les dijera por qué comenzó el incendio y por qué rompiste la
libertad condicional, lo entenderían.
—A la corte no le importa por qué violé la ley; solo les importa que lo hice.
—Bueno, debería importarles.
—No importa cuán defectuoso sea el sistema, Beyah. Los dos no vamos a cambiarlo de la noche a la mañana. Estoy viendo varios años y no hay nada que ninguno de nosotros pueda hacer al respecto, por lo que no hay razón para que te quedes en Texas.
—Eres una razón suficiente. ¿Cómo te visitaré si estoy en Pensilvania?
—No quiero que me visites. Quiero que vayas a la universidad.
—Puedo ir a la universidad aquí.
Se ríe, pero su risa no tiene humor. Es una risa exasperada.
—¿Por qué estás siendo tan terca? Este fue nuestro plan durante todo el verano: ir por caminos separados cuando te vayas a la escuela.
Sus palabras se clavan en mí y me retuercen las entrañas. Mi voz sale como un susurro cuando digo—: Pensé que las cosas habían cambiado. Dijiste que crecimos huesos en el corazón.
Todo el cuerpo de Samson siente ese comentario. Se hunde un poco, como si lo estuviera lastimando. No quiero lastimarlo, pero él vale más que esto. No era un descarte para mí.
—No puedo estar muy lejos de ti —digo en voz baja—. Las llamadas telefónicas y las cartas no serán suficientes.
—Yo tampoco quiero llamadas telefónicas ni cartas. Quiero que vayas a vivir tu vida y no te agobies por la mía.
Puede ver la sorpresa en mi rostro, pero no me da tiempo para discutir con él.
—Beyah. Hemos estado solos en islas toda nuestra vida. Es por eso que nos conectamos, porque reconocimos esa soledad el uno en el otro. Pero esta es tu oportunidad de salir de tu isla, y me niego a retenerte durante los años que me haya ido.
Puedo sentir las lágrimas. Miro hacia abajo justo cuando una cae sobre la mesa.
—No puedes interrumpirme. No puedo hacer esto sin ti.
—Ya lo has hecho sin mí —dice con voz decidida. Se inclina sobre la mesa y levanta mi rostro para obligarme a mirarlo. Se ve tan roto como yo me siento—. No tuve nada que ver con tus logros. No tuve nada que ver con quien resultaste ser. Por favor, no me hagas ser la razón por la que lo dejes todo.
Cuanto más comprometido está con la idea de que no quiere que me mantenga en contacto con él, más me enfurezco.
—Esto no es justo para mí. ¿Esperas que me vaya y no tenga ningún contacto contigo? ¿Por qué dejarías que me enamorara de ti en primer lugar cuando sabías que este sería el resultado final?
Él exhala bruscamente.
—Acordamos que esto terminaría en agosto, Beyah. Acordamos mantenerlo en la parte superficial.
Pongo los ojos en blanco.
—Tú eres quien dijo que la gente todavía se ahoga en la parte poco profunda. —Me inclino hacia adelante hasta que tengo su enfoque de nuevo—. Me estoy ahogando, Samson. Y tú eres el que me sostiene bajo el agua.
Me limpio los ojos con rabia.
Samson vuelve a tomar mis manos, pero esta vez es diferente. Hay un dolor en su voz cuando dice—: Lo siento mucho.
Es todo lo que dice, pero puedo decir que este es su adiós.
Se pone de pie como si esta discusión hubiera terminado, pero me mira como si quisiera que yo también me ponga de pie. Cruzo los brazos con fuerza sobre mi pecho.
—No te voy a despedir con un abrazo. No mereces abrazarme más.
Samson asiente ligeramente.
—En primer lugar, nunca merecí abrazarte.
Se da vuelta para irse, y al instante me aterrorizo que sea la última vez que lo veré. Samson no dice cosas con esa mirada a menos que las diga en serio.
No me permitirá volver a verlo. Eso es todo. Aquí es donde terminamos.
Me levanto de un salto cuando comienza a alejarse.
—¡Samson, espera!
Se da la vuelta justo a tiempo para atraparme cuando lo rodeo con mis brazos. Entierro mi cara contra su cuello. Cuando me abraza, me pongo a llorar.
Tantas cosas me atraviesan a la vez. Ya lo extraño mucho, pero también estoy más enojada que nunca. Sabía que esto iba a llegar: el adiós. Pero no sabía que sería en estas circunstancias. Me siento impotente. Quería que nuestra despedida fuera una elección en la que participé, pero no tengo ninguna opción.
Él besa un lado de mi cabeza.
—Toma la beca, Beyah. Y diviértete. Por favor.
Su voz se quiebra. Me suelta y camina hacia un oficial que está junto a una puerta. Me siento pesada sin él, como si hubiera perdido todo un sistema de apoyo y ya no pudiera sostenerme por mi cuenta.
Samson es sacado de la habitación y ni siquiera me mira para ver la destrucción que dejó atrás.
Estoy llorando cuando salgo al coche de mi padre. Golpeo la puerta, enojada y con el corazón roto. Ni siquiera puedo empezar a asimilar lo que acaba de pasar allí. No me lo esperaba. Esperaba exactamente lo contrario de eso.
Pensé que íbamos a resolver esto como un equipo, pero en cambio, me dejó completamente sola, como cualquier otra persona en mi vida.
—¿Qué pasó?
Niego con la cabeza. Ni siquiera puedo decirlo en voz alta.
—Solo conduce.
Mi padre agarra el volante hasta que sus nudillos se ponen blancos.
Arranca el auto y lo pone en reversa.
—Debería haberle dado una paliza la noche que te lo quité en la ducha.
Ni siquiera trato de explicar que no me estaba protegiendo de Samson esa noche. Samson me estaba ayudando, pero en este punto, otra explicación sería inútil. Solo voy con una declaración general.
—No es una mala persona, papá.
Mi padre vuelve a aparcar el coche. Me mira con expresión inflexible.
—No sé dónde me equivoqué como padre, pero no crie a una hija que defendiera a un chico que le mintió todo el verano. ¿Crees que se preocupa por ti? No le importa nadie más que él mismo.
¿Es en serio?
¿De verdad tuvo la audacia de decir que me crió?
Lo miro con la mano en la manija de la puerta.
—No criaste a una hija en absoluto. Si alguien miente en este escenario, eres tú.
Abro la puerta y salgo de su coche. No hay forma de que quiera quedarme
con él todo el camino de regreso a la península de Bolívar.
—Vuelve al coche, Beyah.
—No.
Llamo a Sara para que venga a recogerme. Me siento en la acera al lado del auto. Mi padre sale del auto mientras saco mi teléfono. Patea la grava y se dirige hacia el coche.
—Sube. Te llevaré a casa.
Me limpio las lágrimas de los ojos después de marcar el número de Sara.
—No voy a entrar en tu coche. Te puedes ir ahora.
Mi padre no se va. Sara acepta venir a recogerme, pero mi padre se sienta pacientemente en su coche hasta que ella llega.
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Re: Lectura #3-2021 Heart Bones -Colleen Hoover
28
Ha sido una semana agonizante sin noticias de Samson. Nada en absoluto. Intenté visitarlo dos veces, pero ahora se niega a verme.
No tengo absolutamente ninguna forma de comunicarme con él. Todo lo que tengo para aferrarme son los recuerdos del tiempo que pasamos juntos, y me preocupa que empiecen a desvanecerse si al menos no consigo escuchar su voz.
¿Realmente él espera que siga adelante? ¿Que me olvide de él? ¿Ir a la universidad como si no me hubiera obligado a convertirme en una versión completamente diferente y mejor de mí misma este verano?
Dejé de hablar de Samson con cualquiera en esta casa. Ni siquiera quiero que se mencione su nombre porque solo da lugar a discusiones. Apenas he salido de mi habitación en toda la semana. Ocupo mis días con programas de televisión sin sentido y visitas a la casa de Marjorie. Ella es la única con la que hablaré de él. Ella es la única de mi lado.
Estuve alternando entre las dos camisetas que había en la mochila de Samson toda la semana, pero ya no huelen a él. Ahora huelen a mí, por eso estoy acurrucada en su mochila, viendo un maratón de un programa de repostería británico.
No sé qué hacer con sus cosas. Dudo que le importe guardar artículos de tocador, y no había nada de valor en su mochila aparte de los poemas que le escribió su padre. Pero no quiero dárselos a Marjorie para que lo haga porque siento que son mi última conexión con él.
Algún día podrían ser la única excusa que tengo para conseguir que me hable.
Voy a tener que seguir adelante en algún momento. Lo sé, pero mientras yo esté aquí y él todavía esté en la cárcel, no puedo concentrarme en nada más. Reajusto la mochila en mis brazos para usarla como almohada parcial, pero algo duro me golpea la sien. Lo abro para ver si me perdí un artículo, pero no veo nada. Muevo mi mano dentro de la mochila y encuentro una cremallera que no revisé antes.
Inmediatamente me siento y la abro. Saco un pequeño cuaderno de tapa dura. Solo mide unas cuatro pulgadas de largo. Lo abro y está lleno de nombres y direcciones, y lo que parecen listas de la compra.
Hojeo varias páginas, incapaz de encontrarle sentido. Pero luego llego a una página con el nombre y la dirección de Marjorie.
Marjorie Naples
Fecha de estancia: 02-04-15 al 02-08-15.
Comí $15 en comida.
Techo reparado. Se reemplazaron dos piezas de revestimiento en el lado norte de la casa dañadas por el viento.
Hay varios nombres y direcciones más que siguen a Marjorie, pero necesito saber el significado de las fechas. Tomo mi teléfono y la llamo.
—¿Hola?
—Hola, es Beyah. Pregunta rápida. ¿Las fechas del 4 al 8 de febrero de este año son importantes para ti?
Marjorie evalúa ese pensamiento por un momento.
—Estoy casi segura de que esos son los días que estuve en el hospital después de mi ataque cardíaco. ¿Por qué?
—Solo es algo que encontré en la mochila de Samson. Lo traeré más tarde para que puedas dárselo a Kevin.
Le digo adiós y termino la llamada, luego empiezo a hojear todas las otras cosas que ha escrito. La dirección más común es la de al lado de David Silver. Se enumeran varias fechas. La mayoría de ellas entre marzo y la semana pasada. Debajo del nombre de David hay una lista de reparaciones.
Ajuste de varios listones sueltos en la baranda del balcón del dormitorio. Reemplazado un fusible roto en la caja de interruptores. Fuga sellada en tubería en ducha exterior.
Las listas continúan. Hay trabajos extraños que ha hecho para la gente y cuánto le pagan por cada trabajo, lo que explica cómo a veces tenía dinero para cosas como la cena y los tatuajes. También hay listas de personas para las que ha trabajado y de las que no cobró.
Ha contabilizado todos los días durante los últimos siete meses. Cada alimento que comía del refrigerador de alguien sin su permiso. Cada reparación que hizo a la casa de alguien. Ha estado haciendo un seguimiento de todo.
Pero, ¿por qué? ¿Sintió que reparar estas propiedades gratis era compensar el hecho de que se quedaba en ellas sin permiso?
¿Podría ser ésta la prueba que el tribunal necesita para saber que él no merece todos los cargos que se le imputan?
Corro escaleras abajo y encuentro a mi padre y a Alana en el sofá de la sala. Sara y Marcos están juntos en el sofá de dos plazas. Todos están viendo La Rueda de la Fortuna, pero mi padre lo silencia cuando ve que he bajado las escaleras por primera vez hoy.
Le entrego el cuaderno a mi padre.
—Esto pertenece a Samson. —Me quita el cuaderno y comienza a hojearlo—. Es una lista detallada de todos los lugares en los que se quedó y cómo los pagó.
Mi padre se pone de pie, todavía hojeando el cuaderno.
—Esto podría ayudarlo. —Mi voz está llena de esperanza por primera vez desde que fue arrestado—. Si podemos demostrar que estaba tratando de hacer lo correcto, podría ayudar a su defensa.
Mi padre suspira antes de que siquiera haya leído unas cuantas páginas en el cuaderno. Lo cierra y me lo devuelve.
—Es una lista detallada de todo lo que ha hecho mal. Le hará daño, no le ayudará.
—No lo sabes.
—Beyah, solo se le acusa de dos cargos de allanamiento de morada. Si llevas eso a la policía y les muestra cuántas casas más entró, lo usarán para agregar a sus cargos, no para quitarles. —Parece frustrado cuando da un paso más cerca de mí—. Por favor, deja pasar esto. Eres demasiado joven para permitir que un chico que apenas conoces consuma tu vida de esta manera. Se equivocó y tiene que pagar las consecuencias.
Alana está de pie ahora. Agarra el brazo de mi padre en apoyo y dice—: Tu padre tiene razón, Beyah. No hay nada que puedas hacer más que seguir adelante.
Sara y Marcos todavía están sentados en el sofá de dos plazas, mirándome de una forma que me hace sentir patética.
Todos piensan que soy patética.
A ninguno de ellos le importa lo que le pase a Samson. Y ninguno de ellos cree en lo que teníamos. Por una vez en mi vida, tuve a alguien que realmente se preocupaba por mí, y los cuatro piensan que soy incapaz de saber qué es el verdadero amor.
Sé lo que es el amor porque me he pasado la vida sabiendo lo que no es.
—Mi madre murió.
Se siente como si todo el aire de la habitación fuera succionado después de decir eso.
La mano de Alana tapa su boca.
Mi padre niega con la cabeza con incredulidad.
—¿Qué? ¿Cuándo?
—La noche que te llamé y te pregunté si podía venir aquí. Tuvo una sobredosis porque ha sido una adicta desde que tengo uso de razón. No he tenido a nadie en mi rincón. No te he tenido. Ni a mi madre. Ninguno. He estado sola toda mi maldita vida. Samson es la primera persona que se presentó y me animó.
Mi padre se acerca a mí, su rostro luce contraído en confusión y simpatía.
—¿Por qué no me dijiste antes algo como esto? —Se pasa una mano por la cara y murmura—: Cristo, Beyah.
Intenta acercarme para abrazarme, pero retrocedo.
Me doy la vuelta para dirigirme hacia las escaleras, pero mi padre me llama.
—¡Espera! Necesitamos discutir esto.
Ahora que ha aflorado mi rabia, siento que me estoy ahogando en ella.
Necesito sacarlo todo mientras tenga la oportunidad. Me doy la vuelta y vuelvo a mirar a mi padre.
—¿Discutir qué? ¿Todo lo demás que te oculté? ¿Quieres saber cómo mentí cuando te encontré en el aeropuerto? La aerolínea no perdió mi equipaje. Nunca tuve nada, porque cada centavo que le enviaste a Janean, se lo guardó para ella. Tuve que empezar a hacerle favores sexuales a un chico por dinero cuando tenía quince años solo para tener comida para comer. Así que vete a la mierda, Brian.
No eres mi padre. ¡Nunca lo has sido y nunca lo serás!
No me molesto en esperar ninguna de sus reacciones. Subo las escaleras pisando fuerte y cierro la puerta de mi habitación.
Mi padre la abre unos treinta segundos después.
—Por favor, vete —digo, mi voz ahora está completamente desprovista de emoción.
—Tenemos que hablar de esto.
—Quiero estar sola.
—Beyah —dice suplicante, entrando en la habitación.
Paso pisando fuerte hacia la puerta del dormitorio, negándome a dejar que la expresión de su rostro me afecte.
—Has pasado diecinueve años siendo un padre no involucrado. No estoy de humor para que finalmente te involucres esta noche. Por favor, déjame en paz.
Tantas cosas pasan por los ojos de mi padre en este momento. Tristeza. Lamento. Empatía. Pero no permito que ninguno de sus sentimientos afecte a los míos. Lo miro estoicamente hasta que finalmente asiente y sale de mi habitación.
Yo cierro la puerta.
Caigo sobre la cama y acerco el cuaderno de Samson a mi pecho.
Para ellos, este cuaderno puede ser una lista de todas las personas en esta península a las que ha hecho daño, pero para mí, es una prueba más de que sus intenciones eran buenas. Trató de hacer lo correcto con medios inexistentes.
Hojeo el cuaderno de nuevo, leo cada página, toco las palabras con la punta de mi dedo y trazo su letra descuidada. Leo la dirección de todos los lugares en los que estuvo. La mitad del cuaderno está lleno de páginas de su letra. Es entrecortado y difícil de leer en algunos lugares, como si él escribiera
estas cosas rápidamente y luego cerrara el cuaderno antes de que lo atraparan.
Doy vuelta hacia el final del cuaderno y me detengo en una página que es diferente del resto. Es diferente porque mi nombre está en la parte superior de la página.
Acerco el cuaderno hasta el pecho y cierro los ojos. Todo lo que escribió fue breve, pero ese era mi nombre.
Inspiro y exhalo muy lentamente varias veces hasta que mi frecuencia cardíaca vuelva a la normalidad. Luego aparto el cuaderno de mi pecho y leo sus palabras.
Beyah,
Mi padre me dijo una vez que el amor se parece mucho al agua.
Puede estar tranquila. Furiosa. Amenazante. Serena.
El agua será muchas cosas, pero incluso en todas sus formas, siempre será agua.
Tu eres mi agua.
Creo que yo también podría ser la tuya.
Si estás leyendo esto, significa que me he evaporado.
Pero eso no significa que tú también debas evaporarte.
Ve a inundar todo el maldito mundo, Beyah.
Es lo último que escribió en el cuaderno. Es como si temiera que lo arrestaran antes de poder despedirse de mí.
Leí la nota varias veces con lágrimas cayendo sobre la página. Este es Samson. No me importa lo que crean los demás. Este es a quien voy a aferrarme hasta el día en que lo liberen.
Esta es también la razón por la que me niego a irme. Necesita mi ayuda. Soy todo lo que tiene. No hay forma de que pueda alejarme de él ahora mismo. La idea de dejar este pueblo antes de conocer su destino es un movimiento egoísta. Cree que me está haciendo un favor, pero no tiene idea de lo que me está haciendo su decisión. Si lo supiera, me rogaría que me quedara.
Hay un toque ligero en mi puerta.
—Beyah, ¿puedo entrar?
Sara asoma la cabeza, pero no estoy de humor para discutir. Ni siquiera estoy segura de tener la fuerza para decir eso en voz alta. Agarro el cuaderno con sus palabras contra mi pecho, me doy la vuelta y miro a la pared.
Sara se mete en la cama conmigo y me rodea con el brazo por detrás.
Ella no dice nada. Ella simplemente se desliza silenciosamente en su papel de hermana mayor y se queda conmigo hasta que me duermo.
No tengo absolutamente ninguna forma de comunicarme con él. Todo lo que tengo para aferrarme son los recuerdos del tiempo que pasamos juntos, y me preocupa que empiecen a desvanecerse si al menos no consigo escuchar su voz.
¿Realmente él espera que siga adelante? ¿Que me olvide de él? ¿Ir a la universidad como si no me hubiera obligado a convertirme en una versión completamente diferente y mejor de mí misma este verano?
Dejé de hablar de Samson con cualquiera en esta casa. Ni siquiera quiero que se mencione su nombre porque solo da lugar a discusiones. Apenas he salido de mi habitación en toda la semana. Ocupo mis días con programas de televisión sin sentido y visitas a la casa de Marjorie. Ella es la única con la que hablaré de él. Ella es la única de mi lado.
Estuve alternando entre las dos camisetas que había en la mochila de Samson toda la semana, pero ya no huelen a él. Ahora huelen a mí, por eso estoy acurrucada en su mochila, viendo un maratón de un programa de repostería británico.
No sé qué hacer con sus cosas. Dudo que le importe guardar artículos de tocador, y no había nada de valor en su mochila aparte de los poemas que le escribió su padre. Pero no quiero dárselos a Marjorie para que lo haga porque siento que son mi última conexión con él.
Algún día podrían ser la única excusa que tengo para conseguir que me hable.
Voy a tener que seguir adelante en algún momento. Lo sé, pero mientras yo esté aquí y él todavía esté en la cárcel, no puedo concentrarme en nada más. Reajusto la mochila en mis brazos para usarla como almohada parcial, pero algo duro me golpea la sien. Lo abro para ver si me perdí un artículo, pero no veo nada. Muevo mi mano dentro de la mochila y encuentro una cremallera que no revisé antes.
Inmediatamente me siento y la abro. Saco un pequeño cuaderno de tapa dura. Solo mide unas cuatro pulgadas de largo. Lo abro y está lleno de nombres y direcciones, y lo que parecen listas de la compra.
Hojeo varias páginas, incapaz de encontrarle sentido. Pero luego llego a una página con el nombre y la dirección de Marjorie.
Marjorie Naples
Fecha de estancia: 02-04-15 al 02-08-15.
Comí $15 en comida.
Techo reparado. Se reemplazaron dos piezas de revestimiento en el lado norte de la casa dañadas por el viento.
Hay varios nombres y direcciones más que siguen a Marjorie, pero necesito saber el significado de las fechas. Tomo mi teléfono y la llamo.
—¿Hola?
—Hola, es Beyah. Pregunta rápida. ¿Las fechas del 4 al 8 de febrero de este año son importantes para ti?
Marjorie evalúa ese pensamiento por un momento.
—Estoy casi segura de que esos son los días que estuve en el hospital después de mi ataque cardíaco. ¿Por qué?
—Solo es algo que encontré en la mochila de Samson. Lo traeré más tarde para que puedas dárselo a Kevin.
Le digo adiós y termino la llamada, luego empiezo a hojear todas las otras cosas que ha escrito. La dirección más común es la de al lado de David Silver. Se enumeran varias fechas. La mayoría de ellas entre marzo y la semana pasada. Debajo del nombre de David hay una lista de reparaciones.
Ajuste de varios listones sueltos en la baranda del balcón del dormitorio. Reemplazado un fusible roto en la caja de interruptores. Fuga sellada en tubería en ducha exterior.
Las listas continúan. Hay trabajos extraños que ha hecho para la gente y cuánto le pagan por cada trabajo, lo que explica cómo a veces tenía dinero para cosas como la cena y los tatuajes. También hay listas de personas para las que ha trabajado y de las que no cobró.
Ha contabilizado todos los días durante los últimos siete meses. Cada alimento que comía del refrigerador de alguien sin su permiso. Cada reparación que hizo a la casa de alguien. Ha estado haciendo un seguimiento de todo.
Pero, ¿por qué? ¿Sintió que reparar estas propiedades gratis era compensar el hecho de que se quedaba en ellas sin permiso?
¿Podría ser ésta la prueba que el tribunal necesita para saber que él no merece todos los cargos que se le imputan?
Corro escaleras abajo y encuentro a mi padre y a Alana en el sofá de la sala. Sara y Marcos están juntos en el sofá de dos plazas. Todos están viendo La Rueda de la Fortuna, pero mi padre lo silencia cuando ve que he bajado las escaleras por primera vez hoy.
Le entrego el cuaderno a mi padre.
—Esto pertenece a Samson. —Me quita el cuaderno y comienza a hojearlo—. Es una lista detallada de todos los lugares en los que se quedó y cómo los pagó.
Mi padre se pone de pie, todavía hojeando el cuaderno.
—Esto podría ayudarlo. —Mi voz está llena de esperanza por primera vez desde que fue arrestado—. Si podemos demostrar que estaba tratando de hacer lo correcto, podría ayudar a su defensa.
Mi padre suspira antes de que siquiera haya leído unas cuantas páginas en el cuaderno. Lo cierra y me lo devuelve.
—Es una lista detallada de todo lo que ha hecho mal. Le hará daño, no le ayudará.
—No lo sabes.
—Beyah, solo se le acusa de dos cargos de allanamiento de morada. Si llevas eso a la policía y les muestra cuántas casas más entró, lo usarán para agregar a sus cargos, no para quitarles. —Parece frustrado cuando da un paso más cerca de mí—. Por favor, deja pasar esto. Eres demasiado joven para permitir que un chico que apenas conoces consuma tu vida de esta manera. Se equivocó y tiene que pagar las consecuencias.
Alana está de pie ahora. Agarra el brazo de mi padre en apoyo y dice—: Tu padre tiene razón, Beyah. No hay nada que puedas hacer más que seguir adelante.
Sara y Marcos todavía están sentados en el sofá de dos plazas, mirándome de una forma que me hace sentir patética.
Todos piensan que soy patética.
A ninguno de ellos le importa lo que le pase a Samson. Y ninguno de ellos cree en lo que teníamos. Por una vez en mi vida, tuve a alguien que realmente se preocupaba por mí, y los cuatro piensan que soy incapaz de saber qué es el verdadero amor.
Sé lo que es el amor porque me he pasado la vida sabiendo lo que no es.
—Mi madre murió.
Se siente como si todo el aire de la habitación fuera succionado después de decir eso.
La mano de Alana tapa su boca.
Mi padre niega con la cabeza con incredulidad.
—¿Qué? ¿Cuándo?
—La noche que te llamé y te pregunté si podía venir aquí. Tuvo una sobredosis porque ha sido una adicta desde que tengo uso de razón. No he tenido a nadie en mi rincón. No te he tenido. Ni a mi madre. Ninguno. He estado sola toda mi maldita vida. Samson es la primera persona que se presentó y me animó.
Mi padre se acerca a mí, su rostro luce contraído en confusión y simpatía.
—¿Por qué no me dijiste antes algo como esto? —Se pasa una mano por la cara y murmura—: Cristo, Beyah.
Intenta acercarme para abrazarme, pero retrocedo.
Me doy la vuelta para dirigirme hacia las escaleras, pero mi padre me llama.
—¡Espera! Necesitamos discutir esto.
Ahora que ha aflorado mi rabia, siento que me estoy ahogando en ella.
Necesito sacarlo todo mientras tenga la oportunidad. Me doy la vuelta y vuelvo a mirar a mi padre.
—¿Discutir qué? ¿Todo lo demás que te oculté? ¿Quieres saber cómo mentí cuando te encontré en el aeropuerto? La aerolínea no perdió mi equipaje. Nunca tuve nada, porque cada centavo que le enviaste a Janean, se lo guardó para ella. Tuve que empezar a hacerle favores sexuales a un chico por dinero cuando tenía quince años solo para tener comida para comer. Así que vete a la mierda, Brian.
No eres mi padre. ¡Nunca lo has sido y nunca lo serás!
No me molesto en esperar ninguna de sus reacciones. Subo las escaleras pisando fuerte y cierro la puerta de mi habitación.
Mi padre la abre unos treinta segundos después.
—Por favor, vete —digo, mi voz ahora está completamente desprovista de emoción.
—Tenemos que hablar de esto.
—Quiero estar sola.
—Beyah —dice suplicante, entrando en la habitación.
Paso pisando fuerte hacia la puerta del dormitorio, negándome a dejar que la expresión de su rostro me afecte.
—Has pasado diecinueve años siendo un padre no involucrado. No estoy de humor para que finalmente te involucres esta noche. Por favor, déjame en paz.
Tantas cosas pasan por los ojos de mi padre en este momento. Tristeza. Lamento. Empatía. Pero no permito que ninguno de sus sentimientos afecte a los míos. Lo miro estoicamente hasta que finalmente asiente y sale de mi habitación.
Yo cierro la puerta.
Caigo sobre la cama y acerco el cuaderno de Samson a mi pecho.
Para ellos, este cuaderno puede ser una lista de todas las personas en esta península a las que ha hecho daño, pero para mí, es una prueba más de que sus intenciones eran buenas. Trató de hacer lo correcto con medios inexistentes.
Hojeo el cuaderno de nuevo, leo cada página, toco las palabras con la punta de mi dedo y trazo su letra descuidada. Leo la dirección de todos los lugares en los que estuvo. La mitad del cuaderno está lleno de páginas de su letra. Es entrecortado y difícil de leer en algunos lugares, como si él escribiera
estas cosas rápidamente y luego cerrara el cuaderno antes de que lo atraparan.
Doy vuelta hacia el final del cuaderno y me detengo en una página que es diferente del resto. Es diferente porque mi nombre está en la parte superior de la página.
Acerco el cuaderno hasta el pecho y cierro los ojos. Todo lo que escribió fue breve, pero ese era mi nombre.
Inspiro y exhalo muy lentamente varias veces hasta que mi frecuencia cardíaca vuelva a la normalidad. Luego aparto el cuaderno de mi pecho y leo sus palabras.
Beyah,
Mi padre me dijo una vez que el amor se parece mucho al agua.
Puede estar tranquila. Furiosa. Amenazante. Serena.
El agua será muchas cosas, pero incluso en todas sus formas, siempre será agua.
Tu eres mi agua.
Creo que yo también podría ser la tuya.
Si estás leyendo esto, significa que me he evaporado.
Pero eso no significa que tú también debas evaporarte.
Ve a inundar todo el maldito mundo, Beyah.
Es lo último que escribió en el cuaderno. Es como si temiera que lo arrestaran antes de poder despedirse de mí.
Leí la nota varias veces con lágrimas cayendo sobre la página. Este es Samson. No me importa lo que crean los demás. Este es a quien voy a aferrarme hasta el día en que lo liberen.
Esta es también la razón por la que me niego a irme. Necesita mi ayuda. Soy todo lo que tiene. No hay forma de que pueda alejarme de él ahora mismo. La idea de dejar este pueblo antes de conocer su destino es un movimiento egoísta. Cree que me está haciendo un favor, pero no tiene idea de lo que me está haciendo su decisión. Si lo supiera, me rogaría que me quedara.
Hay un toque ligero en mi puerta.
—Beyah, ¿puedo entrar?
Sara asoma la cabeza, pero no estoy de humor para discutir. Ni siquiera estoy segura de tener la fuerza para decir eso en voz alta. Agarro el cuaderno con sus palabras contra mi pecho, me doy la vuelta y miro a la pared.
Sara se mete en la cama conmigo y me rodea con el brazo por detrás.
Ella no dice nada. Ella simplemente se desliza silenciosamente en su papel de hermana mayor y se queda conmigo hasta que me duermo.
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Re: Lectura #3-2021 Heart Bones -Colleen Hoover
29
El amanecer es la única cosa pacífica en mi vida en este momento.
Llevo aquí esperando desde las cinco de la mañana. No pude dormir. ¿Cómo se espera que duerma después de la última semana que tuve?
Cada vez que cierro los ojos, veo a Samson alejándose de mí sin mirar atrás. Quiero recordar todas las veces que me miró con esperanza, entusiasmo e intensidad. Pero todo lo que veo es ese último momento en el que me dejó llorando y sola.
Me temo que así lo voy a recordar, y no es así como quiero que sea nuestro adiós. Estoy segura de que puedo cambiar de opinión. Estoy segura de que puedo ayudarlo.
Hoy tengo una entrevista de trabajo en la única tienda de donas de la península. Voy a ahorrar cada centavo que pueda para ayudarlo. Sé que él no quiere eso, pero es lo menos que puedo hacer por todo lo que trajo a mi vida este verano.
Ciertamente seguirá siendo un punto de discordia entre mi padre y yo mientras me quede en esta casa con él. Cree que estoy siendo ridícula por no mudarme a Pensilvania. Creo que está siendo ridículo por esperar que me aleje de alguien que no tiene absolutamente a nadie más. No mucha gente conoce la soledad como Samson y yo.
Tampoco sé cómo mi padre espera que empiece de nuevo en un nuevo estado por segunda vez este verano. No tengo la energía para empezar de nuevo. Me siento completamente agotada.
No tengo la energía para moverme por el país y, especialmente, no tengo la energía para jugar vóleibol a fin de calificar para mi beca.
Ni siquiera estoy segura de tener la energía para levantarme y hacer donas todos los días si consigo el trabajo, pero saber que cada centavo se destinará a ayudar a Samson probablemente hará que valga la pena.
Mi atención se centra en la puerta de mi dormitorio, justo cuando el sol comienza a asomarse por el horizonte. Mi padre asoma la cabeza fuera de mi dormitorio y todo mi cuerpo se tensa por su presencia.
Era demasiado tarde para discutir con él anoche y es demasiado pronto para discutir con él esta mañana.
Parece aliviado de verme sentada aquí. Probablemente pensó que me escapé en medio de la noche cuando viese que no estaba en mi cama en este momento.
He querido huir tantas veces, pero ¿a dónde iría? Siento que ya no pertenezco a ningún lado. Samson fue el primer lugar al que sentí que pertenecía y eso me fue arrebatado.
Mi padre se sienta a mi lado. No me relajo en su comodidad como lo hice con Samson. Estoy rígida e inflexible.
Él mira el amanecer conmigo, pero su presencia lo arruina. Es difícil encontrar la belleza en eso cuando tengo tanta ira dirigida al hombre sentado a mi lado.
—¿Recuerdas la primera vez que fuimos a la playa? —pregunta.
Niego con la cabeza.
—Nunca había estado en la playa antes de este verano.
—Si, estuviste. Pero eras joven. Tal vez no lo recuerdes, pero te llevé a Santa Mónica cuando tenías cuatro o cinco años.
Finalmente hago contacto visual con él.
—¿He estado en California?
—Si. ¿No te acuerdas?
—No.
Su expresión es de pesar por un momento, pero luego quita el brazo del respaldo de la silla y se pone de pie.
—Vuelvo enseguida. Tengo fotos aquí en alguna parte. Cogí el álbum de nuestra casa en Houston cuando me enteré de que vendrías.
¿Tiene fotos de mi infancia? ¿Supuestamente en una playa?
Lo creeré cuando lo vea.
Unos minutos después, mi padre regresa con un álbum de fotos. Vuelve a tomar asiento en la silla y la abre, deslizándolo hacia mí.
Hojeo las fotos y siento que estoy viendo la vida de otra persona. Hay tantas fotos mías que ni siquiera recuerdo haberlas hecho. Días de los que no tengo ningún recuerdo.
Llego a una sección de fotos mías corriendo en la arena y no puedo conectarlas a un recuerdo. Probablemente ni siquiera me di cuenta del significado de un viaje por carretera a esa edad.
—¿Cuándo fue esto? —pregunto, señalando una foto conmigo sentada en una mesa frente a un pastel de cumpleaños, pero hay un pequeño árbol de Navidad en el fondo. Mi cumpleaños es meses después de Navidad y normalmente solo visitaba a mi padre en verano—. No recuerdo haber tenido la Navidad contigo.
—Técnicamente, no lo hiciste. Como solo viniste en verano, convertí todas las fiestas en una gran celebración.
Lo recuerdo vagamente ahora que lo menciona. Tengo recuerdos desvanecidos de estar dolorosamente llena mientras abría regalos. Pero eso fue hace tanto tiempo, y esos recuerdos no me acompañaron a lo largo de los años. Tampoco las tradiciones, aparentemente.
—¿Por qué te detuviste? —pregunto.
—No lo sé, honestamente. Empezaste a crecer y cada año que venías de visita, parecías menos interesada en las tonterías. O tal vez simplemente asumí que lo estabas. Eras una niña muy tranquila; fue difícil sacarte algo.
Culpo a mi madre por eso.
Hojeo el álbum y me detengo en una foto mía sentada en el regazo de mi padre. Ambos estamos sonriendo a la cámara. Me rodea con el brazo y yo estoy acurrucada contra él.
Durante todos estos años, no pensé que él alguna vez fuera cariñoso conmigo. Fueron tantos años sin que él mostrara afecto hacia mi, esas son las cosas que más recuerdo.
Paso el dedo sobre la imagen, entristecida por lo que sea que haya pasado entre nosotros para cambiar nuestra relación.
—¿Cuándo dejaste de tratarme como a tu hija?
Mi padre suspira, y su suspiro está lleno de tantas cosas.
—Yo tenía veintiún años cuando naciste. Nunca supe lo que estaba haciendo contigo. Era más fácil fingir cuando eras pequeña, pero a medida que crecías, yo solo... me sentí culpable. Esa culpa comenzó a abrirse camino en nuestro tiempo juntos. Sentí que tus visitas conmigo eran un inconveniente para ti.
Niego con la cabeza.
—Era lo único que esperaba con ansias.
—Ojalá hubiera sabido eso —dice en voz baja.
Empiezo a desear haberle dicho.
Si hay algo que aprendí de Samson este verano, es que retener todo no logra nada. Simplemente hace que la verdad duela aún más al final.
—No tenía idea de qué tipo de madre era, Beyah. Sara me contó algunas cosas anoche que tú le dijiste y yo solo... —Su voz suena temblorosa, como si estuviera trabajando para contener las lágrimas—. Hice tantas cosas mal. No tengo excusa. Tienes todo el derecho a estar resentida porque tienes razón. Debería haber luchado más duro para conocerte. Debería haber luchado más
duro para pasar más tiempo contigo.
Mi padre me quita el álbum de fotos y lo coloca en la silla junto a él. Me enfrenta con una expresión llena de inquietud.
—Siento que lo que estás haciendo, permitir que el destino de este chico dicte tu propio futuro, es mi culpa, porque nunca te di el ejemplo. Pero a pesar de eso, resultaste ser la persona increíble que es, y eso no es por mí. Es por ti. Eres una luchadora, así que, naturalmente, quieres quedarte y luchar por
Samson. Tal vez sea porque ves mucho de ti mismo en él. Pero, ¿y si no es quien crees que es y tomas la decisión equivocada?
—Pero, ¿y si es exactamente quien creo que es?
Mi padre toma mi mano derecha y la sostiene entre las suyas. Se ve tan sincero, mirándome con tanta honestidad.
—Si Samson es la persona que crees que es, ¿qué crees que querría para ti? ¿Crees que él querría que renuncies a todo por lo que has trabajado?
Aparto la mirada de mi padre, hacia el amanecer. Tengo todos mis sentimientos en la garganta.
—Te amo, Beyah. Suficiente para admitir que demasiadas personas en tu vida te han defraudado. Yo incluido. La única persona que te ha sido completamente leal eres tú. Te estás haciendo un flaco favor al no ponerte en primer lugar en este momento.
Me inclino hacia adelante y sostengo mi cabeza entre mis manos. Cierro los ojos con fuerza. Sé que eso es lo que quiere Samson, que me ponga delante de él. Simplemente no quiero que él quiera eso para mí.
Mi padre frota su mano sobre mi espalda, y la sensación es tan relajante que me inclino hacia él, envolviendo mis brazos alrededor de él. Él me devuelve el abrazo, pasando una mano gentil por mi cabeza.
—Sé que duele —susurra—. Ojalá pudiera quitarte ese dolor.
Duele. ¡Maldición, es brutal! No es justo. Finalmente tengo algo bueno en mi vida y ahora me veo obligada a dejarlo atrás.
Aunque tienen razón. Todos tienen razón menos yo. Necesito ponerme a mí misma primero. Es lo que siempre he hecho y me ha funcionado hasta ahora.
Pienso en la carta que me escribió Samson y en la última línea que quedó atrapada en mi corazón.
Ve a inundar todo el maldito mundo, Beyah.
Aspiro una bocanada del aire salado de la mañana, sabiendo que no conseguiré muchos más antes de partir hacia Pensilvania.
—¿Te encargarás de Pepper Jack mientras no esté?
Mi padre suspira aliviado.
—Por su puesto que lo haré. —Presiona un suave beso en mi cabello—. Te amo, Beyah.
Hay tanta verdad en sus palabras y, por primera vez, me permito creerle.
Este es el momento en que lo libero todo. Cada cosa de mi infancia que ha hecho que mi corazón se sienta tan pesado.
Libero mi ira hacia mi padre.
Incluso libero mi enojo hacia mi madre.
Lo único a lo que me voy a aferrar a partir de este momento son de las cosas buenas.
Puede que no termine el verano con Samson a mi lado, pero lo terminaré con algo que no tenía cuando me presenté aquí.
Una familia.
Llevo aquí esperando desde las cinco de la mañana. No pude dormir. ¿Cómo se espera que duerma después de la última semana que tuve?
Cada vez que cierro los ojos, veo a Samson alejándose de mí sin mirar atrás. Quiero recordar todas las veces que me miró con esperanza, entusiasmo e intensidad. Pero todo lo que veo es ese último momento en el que me dejó llorando y sola.
Me temo que así lo voy a recordar, y no es así como quiero que sea nuestro adiós. Estoy segura de que puedo cambiar de opinión. Estoy segura de que puedo ayudarlo.
Hoy tengo una entrevista de trabajo en la única tienda de donas de la península. Voy a ahorrar cada centavo que pueda para ayudarlo. Sé que él no quiere eso, pero es lo menos que puedo hacer por todo lo que trajo a mi vida este verano.
Ciertamente seguirá siendo un punto de discordia entre mi padre y yo mientras me quede en esta casa con él. Cree que estoy siendo ridícula por no mudarme a Pensilvania. Creo que está siendo ridículo por esperar que me aleje de alguien que no tiene absolutamente a nadie más. No mucha gente conoce la soledad como Samson y yo.
Tampoco sé cómo mi padre espera que empiece de nuevo en un nuevo estado por segunda vez este verano. No tengo la energía para empezar de nuevo. Me siento completamente agotada.
No tengo la energía para moverme por el país y, especialmente, no tengo la energía para jugar vóleibol a fin de calificar para mi beca.
Ni siquiera estoy segura de tener la energía para levantarme y hacer donas todos los días si consigo el trabajo, pero saber que cada centavo se destinará a ayudar a Samson probablemente hará que valga la pena.
Mi atención se centra en la puerta de mi dormitorio, justo cuando el sol comienza a asomarse por el horizonte. Mi padre asoma la cabeza fuera de mi dormitorio y todo mi cuerpo se tensa por su presencia.
Era demasiado tarde para discutir con él anoche y es demasiado pronto para discutir con él esta mañana.
Parece aliviado de verme sentada aquí. Probablemente pensó que me escapé en medio de la noche cuando viese que no estaba en mi cama en este momento.
He querido huir tantas veces, pero ¿a dónde iría? Siento que ya no pertenezco a ningún lado. Samson fue el primer lugar al que sentí que pertenecía y eso me fue arrebatado.
Mi padre se sienta a mi lado. No me relajo en su comodidad como lo hice con Samson. Estoy rígida e inflexible.
Él mira el amanecer conmigo, pero su presencia lo arruina. Es difícil encontrar la belleza en eso cuando tengo tanta ira dirigida al hombre sentado a mi lado.
—¿Recuerdas la primera vez que fuimos a la playa? —pregunta.
Niego con la cabeza.
—Nunca había estado en la playa antes de este verano.
—Si, estuviste. Pero eras joven. Tal vez no lo recuerdes, pero te llevé a Santa Mónica cuando tenías cuatro o cinco años.
Finalmente hago contacto visual con él.
—¿He estado en California?
—Si. ¿No te acuerdas?
—No.
Su expresión es de pesar por un momento, pero luego quita el brazo del respaldo de la silla y se pone de pie.
—Vuelvo enseguida. Tengo fotos aquí en alguna parte. Cogí el álbum de nuestra casa en Houston cuando me enteré de que vendrías.
¿Tiene fotos de mi infancia? ¿Supuestamente en una playa?
Lo creeré cuando lo vea.
Unos minutos después, mi padre regresa con un álbum de fotos. Vuelve a tomar asiento en la silla y la abre, deslizándolo hacia mí.
Hojeo las fotos y siento que estoy viendo la vida de otra persona. Hay tantas fotos mías que ni siquiera recuerdo haberlas hecho. Días de los que no tengo ningún recuerdo.
Llego a una sección de fotos mías corriendo en la arena y no puedo conectarlas a un recuerdo. Probablemente ni siquiera me di cuenta del significado de un viaje por carretera a esa edad.
—¿Cuándo fue esto? —pregunto, señalando una foto conmigo sentada en una mesa frente a un pastel de cumpleaños, pero hay un pequeño árbol de Navidad en el fondo. Mi cumpleaños es meses después de Navidad y normalmente solo visitaba a mi padre en verano—. No recuerdo haber tenido la Navidad contigo.
—Técnicamente, no lo hiciste. Como solo viniste en verano, convertí todas las fiestas en una gran celebración.
Lo recuerdo vagamente ahora que lo menciona. Tengo recuerdos desvanecidos de estar dolorosamente llena mientras abría regalos. Pero eso fue hace tanto tiempo, y esos recuerdos no me acompañaron a lo largo de los años. Tampoco las tradiciones, aparentemente.
—¿Por qué te detuviste? —pregunto.
—No lo sé, honestamente. Empezaste a crecer y cada año que venías de visita, parecías menos interesada en las tonterías. O tal vez simplemente asumí que lo estabas. Eras una niña muy tranquila; fue difícil sacarte algo.
Culpo a mi madre por eso.
Hojeo el álbum y me detengo en una foto mía sentada en el regazo de mi padre. Ambos estamos sonriendo a la cámara. Me rodea con el brazo y yo estoy acurrucada contra él.
Durante todos estos años, no pensé que él alguna vez fuera cariñoso conmigo. Fueron tantos años sin que él mostrara afecto hacia mi, esas son las cosas que más recuerdo.
Paso el dedo sobre la imagen, entristecida por lo que sea que haya pasado entre nosotros para cambiar nuestra relación.
—¿Cuándo dejaste de tratarme como a tu hija?
Mi padre suspira, y su suspiro está lleno de tantas cosas.
—Yo tenía veintiún años cuando naciste. Nunca supe lo que estaba haciendo contigo. Era más fácil fingir cuando eras pequeña, pero a medida que crecías, yo solo... me sentí culpable. Esa culpa comenzó a abrirse camino en nuestro tiempo juntos. Sentí que tus visitas conmigo eran un inconveniente para ti.
Niego con la cabeza.
—Era lo único que esperaba con ansias.
—Ojalá hubiera sabido eso —dice en voz baja.
Empiezo a desear haberle dicho.
Si hay algo que aprendí de Samson este verano, es que retener todo no logra nada. Simplemente hace que la verdad duela aún más al final.
—No tenía idea de qué tipo de madre era, Beyah. Sara me contó algunas cosas anoche que tú le dijiste y yo solo... —Su voz suena temblorosa, como si estuviera trabajando para contener las lágrimas—. Hice tantas cosas mal. No tengo excusa. Tienes todo el derecho a estar resentida porque tienes razón. Debería haber luchado más duro para conocerte. Debería haber luchado más
duro para pasar más tiempo contigo.
Mi padre me quita el álbum de fotos y lo coloca en la silla junto a él. Me enfrenta con una expresión llena de inquietud.
—Siento que lo que estás haciendo, permitir que el destino de este chico dicte tu propio futuro, es mi culpa, porque nunca te di el ejemplo. Pero a pesar de eso, resultaste ser la persona increíble que es, y eso no es por mí. Es por ti. Eres una luchadora, así que, naturalmente, quieres quedarte y luchar por
Samson. Tal vez sea porque ves mucho de ti mismo en él. Pero, ¿y si no es quien crees que es y tomas la decisión equivocada?
—Pero, ¿y si es exactamente quien creo que es?
Mi padre toma mi mano derecha y la sostiene entre las suyas. Se ve tan sincero, mirándome con tanta honestidad.
—Si Samson es la persona que crees que es, ¿qué crees que querría para ti? ¿Crees que él querría que renuncies a todo por lo que has trabajado?
Aparto la mirada de mi padre, hacia el amanecer. Tengo todos mis sentimientos en la garganta.
—Te amo, Beyah. Suficiente para admitir que demasiadas personas en tu vida te han defraudado. Yo incluido. La única persona que te ha sido completamente leal eres tú. Te estás haciendo un flaco favor al no ponerte en primer lugar en este momento.
Me inclino hacia adelante y sostengo mi cabeza entre mis manos. Cierro los ojos con fuerza. Sé que eso es lo que quiere Samson, que me ponga delante de él. Simplemente no quiero que él quiera eso para mí.
Mi padre frota su mano sobre mi espalda, y la sensación es tan relajante que me inclino hacia él, envolviendo mis brazos alrededor de él. Él me devuelve el abrazo, pasando una mano gentil por mi cabeza.
—Sé que duele —susurra—. Ojalá pudiera quitarte ese dolor.
Duele. ¡Maldición, es brutal! No es justo. Finalmente tengo algo bueno en mi vida y ahora me veo obligada a dejarlo atrás.
Aunque tienen razón. Todos tienen razón menos yo. Necesito ponerme a mí misma primero. Es lo que siempre he hecho y me ha funcionado hasta ahora.
Pienso en la carta que me escribió Samson y en la última línea que quedó atrapada en mi corazón.
Ve a inundar todo el maldito mundo, Beyah.
Aspiro una bocanada del aire salado de la mañana, sabiendo que no conseguiré muchos más antes de partir hacia Pensilvania.
—¿Te encargarás de Pepper Jack mientras no esté?
Mi padre suspira aliviado.
—Por su puesto que lo haré. —Presiona un suave beso en mi cabello—. Te amo, Beyah.
Hay tanta verdad en sus palabras y, por primera vez, me permito creerle.
Este es el momento en que lo libero todo. Cada cosa de mi infancia que ha hecho que mi corazón se sienta tan pesado.
Libero mi ira hacia mi padre.
Incluso libero mi enojo hacia mi madre.
Lo único a lo que me voy a aferrar a partir de este momento son de las cosas buenas.
Puede que no termine el verano con Samson a mi lado, pero lo terminaré con algo que no tenía cuando me presenté aquí.
Una familia.
berny_girl- Mensajes : 2842
Fecha de inscripción : 10/06/2014
Edad : 36
Re: Lectura #3-2021 Heart Bones -Colleen Hoover
Bueno, se me piantó un lagrimón...o varios, qué intensos estos capítulos, tenía la esperanza de que el papá de Beyah pagara la fianza, que Samson saliera de prisión pero parece que no y Beyah se va a la universidad...
Y hasta que le dijo de su madre, no hay excusa para el padre. Él debería haber controlado, haber estado más presente, siento que a pesar de que las cosas se arreglaron y pudieron hablar, el tiempo perdido es mucho, lo que ella vivió no hay forma de recompensarlo.
Muy triste todo quiero un final feliz!
Y hasta que le dijo de su madre, no hay excusa para el padre. Él debería haber controlado, haber estado más presente, siento que a pesar de que las cosas se arreglaron y pudieron hablar, el tiempo perdido es mucho, lo que ella vivió no hay forma de recompensarlo.
Muy triste todo quiero un final feliz!
Yani- Mensajes : 5497
Fecha de inscripción : 14/02/2015
Edad : 44
Re: Lectura #3-2021 Heart Bones -Colleen Hoover
30
Mi compañera de cuarto es una chica de Los Ángeles. Su nombre es Cierra con C.
Nos llevamos bien, pero estoy tratando de concentrarme en la escuela y el vóleibol, así que no he salido con ella fuera de nuestro dormitorio. Aparte de cuando las dos estamos aquí haciendo la tarea o durmiendo, no la veo mucho. Es extraño cómo viví al otro lado del pasillo de Sara durante un verano y la vi más de lo que veo a la persona que vive en la misma habitación conmigo ahora.
Extraño a Sara, a pesar de que enviamos mensajes de texto todos los días. Pero mi padre y yo también lo hacemos.
Ninguno de nosotros habla de Samson. No desde esa mañana que decidí venir a Pensilvania. Necesito que todos crean que he seguido adelante, pero no estoy segura de cómo hacerlo. Pienso en él todo el tiempo. Veré algo o escucharé algo y sentiré una intensa necesidad de contárselo. Pero no puedo porque se aseguró de cortar cualquier forma de comunicación que pudiera tener con él.
Le escribí una carta y me la devolvieron. Lloré toda la tarde, pero decidí no escribirle después de eso.
Su audiencia en la corte fue esta mañana. Basado en todos los cargos, está considerando varios años de posible tiempo en prisión. He estado esperando junto a mi teléfono todo el día una llamada telefónica de Kevin.
Eso es todo lo que he estado haciendo. Mirando mi teléfono. Esperando. Finalmente me canso de eso y marco el número de Kevin. Sé que dijo que me llamaría después de la sentencia de Samson, pero tal vez lo retrasaron. Miro detrás de mí para asegurarme de que Cierra todavía está en la ducha y luego me siento erguida en mi cama cuando Kevin responde.
—Estaba a punto de llamarte.
—¿Qué pasó?
Kevin suspira, y siento todo el peso de la frase de Samson en ese suspiro.
—Buenas y malas noticias. Pudimos hacer que los cargos de allanamiento de morada fueran degradados a allanamiento de morada. Pero no se movieron por el cargo de incendio provocado debido a las imágenes de seguridad.
Mi brazo está envuelto con fuerza alrededor de mi estómago.
—¿Cuánto tiempo, Kevin?
—Seis años. Pero probablemente saldrá en cuatro.
Presiono mi mano contra mi frente y dejo caer mi cabeza entre mis hombros.
—¿Por qué tan largo? Eso es muy largo.
—Pudo haber sido peor. Se enfrentaba a diez años solo por el incendio provocado. Si no hubiera violado la libertad condicional en el pasado, probablemente le habrían dado una palmada en la muñeca. Pero esta no es su primera ofensa, Beyah.
—Pero, ¿le explicó al juez por qué violó la libertad condicional? No tenía dinero. ¿Cómo pueden esperar que la gente pague tarifas de libertad condicional cuando no tienen dinero?
—Sé que no es la noticia que querías, pero es mejor de lo que podría haber sido.
Estoy tan enojada. Honestamente, no pensé que lo sentenciarían a tanto tiempo.
—Los violadores tienen menos tiempo que él. ¿Qué pasa con nuestro sistema judicial?
—Todo. Estás en la universidad. Tal vez debería convertirte en abogada y hacer algo al respecto.
Quizás lo haga. Aún no he declarado una especialidad y nada me molesta más que pensar en todas las personas que cayeron en el olvido.
—¿A qué prisión lo envían?
—Huntsville, Texas.
—¿Tiene una dirección postal para él?
Puedo escuchar la vacilación de Kevin por teléfono.
—Él no quiere visitas. O correo. Mi nombre es el único en su lista además del de mi madre.
Temí que esto sucedería. Samson va a ser terco con esto hasta el día en que salga.
—Te llamaré todos los meses hasta que sea liberado. Pero por favor llame primero si hay algún cambio o si sale temprano en libertad condicional. Todo en absoluto. Incluso si se ha mudado a un lugar diferente.
—¿Puedo darte un consejo, Beyah?
Pongo los ojos en blanco, esperando otro sermón de otra persona que no conoce a Samson en absoluto.
—Si fueras mi hija, te diría que sigas adelante. Estás poniendo demasiado esfuerzo en este chico, y nadie lo conoce lo suficientemente bien como para saber si vale ese tipo de energía.
—¿Y si Samson fuera su hijo? —pregunto—. ¿Le gustaría que todos se rindieran con él?
Kevin suspira profundamente antes de decir—: Punto tomado. Supongo que hablaré contigo el próximo mes.
Termina la llamada. Dejo mi teléfono sobre la cómoda, completamente decepcionada. Indefensa.
—¿Tienes un novio en la cárcel?
Me giro al escuchar la voz de Cierra. Mi primer instinto es mentirle porque eso es lo que siempre he hecho. Ocultar mi verdad a todos los que me rodean. Aunque ya no creo que eso sea lo que quiero ser.
—No, no es mi novio. Solo alguien que me importa.
Cierra se enfrenta al espejo y sostiene una camiseta hasta el pecho.
—Bueno. Porque esta noche hay fiesta y quiero que vengas. Habrá muchos chicos allí. —Tira la camisa a un lado y levanta otra—. Y chicas también, si eso es lo que prefieres.
Miro a Cierra mientras se mira en el espejo. Hay anticipación en sus ojos y muy poco daño. Ella es quien desearía poder ser ahora mismo. Alguien emocionada por las partes divertidas de la vida universitaria y no agobiada por las cosas que podría haber tenido que superar para llegar aquí.
No me ha parecido justo divertirme cuando Samson está atrapado tras las rejas, así que todo lo que he hecho desde que llegué al campus es estudiar, jugar vóleibol e investigar formas de sacar a la gente de la cárcel.
Ninguna cantidad de abatimiento va a cambiar el destino de Samson. Y a pesar de que cortó la comunicación conmigo, sé exactamente por qué lo hizo. Sabe que estaré demasiado concentrada y preocupada por él si permanezco en contacto constante con él. No puedo estar enojada con él por eso.
Y como no puedo seguir enojada con él, ¿cómo se supone que voy a olvidarlo?
Sin embargo, nadie hará cambiar de opinión a Samson. Lo sé a ciencia cierta, porque si los roles se invierten, querría exactamente las mismas cosas que él quiere para mí.
Entiendo sus intenciones en cada parte de mí. ¿Cómo reaccionaría si se enterara de que pasé todo mi tiempo en la universidad tan deprimida y sola como en la secundaria?
Estaría muy decepcionado si desperdiciara estos años.
Puedo optar por seguir un camino solitario de esperanza que tal vez nunca se cumpla, o puedo descubrir quién soy mientras estoy en este entorno.
¿Qué versión de mí misma puedo ser mientras estoy aquí?
Paso mis dedos índices debajo de mis ojos. Estoy emocionada por muchas razones, pero principalmente porque siento que realmente tengo que liberarme de Samson en este momento o él me agobiará durante los próximos años de mi vida. No quiero eso. Y él tampoco.
—Oye —dice Cierra, girando para mirarme—. No quise molestarte. No tienes que ir.
Yo le sonrío.
—No, quiero. Quiero ir contigo a una fiesta. Creo que podría ser una persona divertida.
Cierra empuja su labio inferior hacia afuera como si mis palabras simplemente la entristecieran.
—Por supuesto que eres divertida, Beyah. Tenga. —Me lanza la camisa que sostenía—. Este color te quedará mejor.
Me levanto y sostengo la camisa para mí. Miro mi reflejo en el espejo. Puedo sentir la tristeza dentro de mí, pero no la veo en mi rostro. Siempre he sido buena ocultando lo que siento.
—¿Quieres que te maquille? —ella pregunta.
Asiento con la cabeza.
—Si. Me gustaría eso.
Cierra regresa al baño. Miro junto a la puerta del baño, a la foto de la Madre Teresa que colgué en la pared el día que llegué.
Me pregunto qué versión de sí misma podría haber sido mi madre si no fuera por sus adicciones. Ojalá pudiera haber conocido esa versión.
Por su bien, esa es la versión de ella que voy a elegir perder. La persona que nunca tuvo la oportunidad de ser.
Beso mis dedos y luego los presiono contra la imagen mientras paso junto a ella y entro al baño.
Cierra está ordenando su maquillaje. Me prometí a mí misma cuando la conocí por primera vez que no la prejuzgaría etiquetándola como una chica de vestuario como casi lo hice con Sara. No importa quién era Cierra en la escuela secundaria, o quién era yo, todos estamos hechos de más que nuestros
comportamientos pasados, buenos o malos.
Ya no quiero ser la versión de mí misma que juzga a las personas antes de aceptarlas. Proyectando todos los comportamientos que me molestaron.
Cierra mira mi reflejo en el espejo y sonríe como si estuviera tan emocionada como lo estaría Sara de ponerme glamorosa.
Le devuelvo la sonrisa y finjo estar emocionada también.
Si tengo que fingir mi camino durante todo este año, es lo que voy a hacer. Voy a sonreír tanto que mi sonrisa falsa eventualmente se vuelva real.
Nos llevamos bien, pero estoy tratando de concentrarme en la escuela y el vóleibol, así que no he salido con ella fuera de nuestro dormitorio. Aparte de cuando las dos estamos aquí haciendo la tarea o durmiendo, no la veo mucho. Es extraño cómo viví al otro lado del pasillo de Sara durante un verano y la vi más de lo que veo a la persona que vive en la misma habitación conmigo ahora.
Extraño a Sara, a pesar de que enviamos mensajes de texto todos los días. Pero mi padre y yo también lo hacemos.
Ninguno de nosotros habla de Samson. No desde esa mañana que decidí venir a Pensilvania. Necesito que todos crean que he seguido adelante, pero no estoy segura de cómo hacerlo. Pienso en él todo el tiempo. Veré algo o escucharé algo y sentiré una intensa necesidad de contárselo. Pero no puedo porque se aseguró de cortar cualquier forma de comunicación que pudiera tener con él.
Le escribí una carta y me la devolvieron. Lloré toda la tarde, pero decidí no escribirle después de eso.
Su audiencia en la corte fue esta mañana. Basado en todos los cargos, está considerando varios años de posible tiempo en prisión. He estado esperando junto a mi teléfono todo el día una llamada telefónica de Kevin.
Eso es todo lo que he estado haciendo. Mirando mi teléfono. Esperando. Finalmente me canso de eso y marco el número de Kevin. Sé que dijo que me llamaría después de la sentencia de Samson, pero tal vez lo retrasaron. Miro detrás de mí para asegurarme de que Cierra todavía está en la ducha y luego me siento erguida en mi cama cuando Kevin responde.
—Estaba a punto de llamarte.
—¿Qué pasó?
Kevin suspira, y siento todo el peso de la frase de Samson en ese suspiro.
—Buenas y malas noticias. Pudimos hacer que los cargos de allanamiento de morada fueran degradados a allanamiento de morada. Pero no se movieron por el cargo de incendio provocado debido a las imágenes de seguridad.
Mi brazo está envuelto con fuerza alrededor de mi estómago.
—¿Cuánto tiempo, Kevin?
—Seis años. Pero probablemente saldrá en cuatro.
Presiono mi mano contra mi frente y dejo caer mi cabeza entre mis hombros.
—¿Por qué tan largo? Eso es muy largo.
—Pudo haber sido peor. Se enfrentaba a diez años solo por el incendio provocado. Si no hubiera violado la libertad condicional en el pasado, probablemente le habrían dado una palmada en la muñeca. Pero esta no es su primera ofensa, Beyah.
—Pero, ¿le explicó al juez por qué violó la libertad condicional? No tenía dinero. ¿Cómo pueden esperar que la gente pague tarifas de libertad condicional cuando no tienen dinero?
—Sé que no es la noticia que querías, pero es mejor de lo que podría haber sido.
Estoy tan enojada. Honestamente, no pensé que lo sentenciarían a tanto tiempo.
—Los violadores tienen menos tiempo que él. ¿Qué pasa con nuestro sistema judicial?
—Todo. Estás en la universidad. Tal vez debería convertirte en abogada y hacer algo al respecto.
Quizás lo haga. Aún no he declarado una especialidad y nada me molesta más que pensar en todas las personas que cayeron en el olvido.
—¿A qué prisión lo envían?
—Huntsville, Texas.
—¿Tiene una dirección postal para él?
Puedo escuchar la vacilación de Kevin por teléfono.
—Él no quiere visitas. O correo. Mi nombre es el único en su lista además del de mi madre.
Temí que esto sucedería. Samson va a ser terco con esto hasta el día en que salga.
—Te llamaré todos los meses hasta que sea liberado. Pero por favor llame primero si hay algún cambio o si sale temprano en libertad condicional. Todo en absoluto. Incluso si se ha mudado a un lugar diferente.
—¿Puedo darte un consejo, Beyah?
Pongo los ojos en blanco, esperando otro sermón de otra persona que no conoce a Samson en absoluto.
—Si fueras mi hija, te diría que sigas adelante. Estás poniendo demasiado esfuerzo en este chico, y nadie lo conoce lo suficientemente bien como para saber si vale ese tipo de energía.
—¿Y si Samson fuera su hijo? —pregunto—. ¿Le gustaría que todos se rindieran con él?
Kevin suspira profundamente antes de decir—: Punto tomado. Supongo que hablaré contigo el próximo mes.
Termina la llamada. Dejo mi teléfono sobre la cómoda, completamente decepcionada. Indefensa.
—¿Tienes un novio en la cárcel?
Me giro al escuchar la voz de Cierra. Mi primer instinto es mentirle porque eso es lo que siempre he hecho. Ocultar mi verdad a todos los que me rodean. Aunque ya no creo que eso sea lo que quiero ser.
—No, no es mi novio. Solo alguien que me importa.
Cierra se enfrenta al espejo y sostiene una camiseta hasta el pecho.
—Bueno. Porque esta noche hay fiesta y quiero que vengas. Habrá muchos chicos allí. —Tira la camisa a un lado y levanta otra—. Y chicas también, si eso es lo que prefieres.
Miro a Cierra mientras se mira en el espejo. Hay anticipación en sus ojos y muy poco daño. Ella es quien desearía poder ser ahora mismo. Alguien emocionada por las partes divertidas de la vida universitaria y no agobiada por las cosas que podría haber tenido que superar para llegar aquí.
No me ha parecido justo divertirme cuando Samson está atrapado tras las rejas, así que todo lo que he hecho desde que llegué al campus es estudiar, jugar vóleibol e investigar formas de sacar a la gente de la cárcel.
Ninguna cantidad de abatimiento va a cambiar el destino de Samson. Y a pesar de que cortó la comunicación conmigo, sé exactamente por qué lo hizo. Sabe que estaré demasiado concentrada y preocupada por él si permanezco en contacto constante con él. No puedo estar enojada con él por eso.
Y como no puedo seguir enojada con él, ¿cómo se supone que voy a olvidarlo?
Sin embargo, nadie hará cambiar de opinión a Samson. Lo sé a ciencia cierta, porque si los roles se invierten, querría exactamente las mismas cosas que él quiere para mí.
Entiendo sus intenciones en cada parte de mí. ¿Cómo reaccionaría si se enterara de que pasé todo mi tiempo en la universidad tan deprimida y sola como en la secundaria?
Estaría muy decepcionado si desperdiciara estos años.
Puedo optar por seguir un camino solitario de esperanza que tal vez nunca se cumpla, o puedo descubrir quién soy mientras estoy en este entorno.
¿Qué versión de mí misma puedo ser mientras estoy aquí?
Paso mis dedos índices debajo de mis ojos. Estoy emocionada por muchas razones, pero principalmente porque siento que realmente tengo que liberarme de Samson en este momento o él me agobiará durante los próximos años de mi vida. No quiero eso. Y él tampoco.
—Oye —dice Cierra, girando para mirarme—. No quise molestarte. No tienes que ir.
Yo le sonrío.
—No, quiero. Quiero ir contigo a una fiesta. Creo que podría ser una persona divertida.
Cierra empuja su labio inferior hacia afuera como si mis palabras simplemente la entristecieran.
—Por supuesto que eres divertida, Beyah. Tenga. —Me lanza la camisa que sostenía—. Este color te quedará mejor.
Me levanto y sostengo la camisa para mí. Miro mi reflejo en el espejo. Puedo sentir la tristeza dentro de mí, pero no la veo en mi rostro. Siempre he sido buena ocultando lo que siento.
—¿Quieres que te maquille? —ella pregunta.
Asiento con la cabeza.
—Si. Me gustaría eso.
Cierra regresa al baño. Miro junto a la puerta del baño, a la foto de la Madre Teresa que colgué en la pared el día que llegué.
Me pregunto qué versión de sí misma podría haber sido mi madre si no fuera por sus adicciones. Ojalá pudiera haber conocido esa versión.
Por su bien, esa es la versión de ella que voy a elegir perder. La persona que nunca tuvo la oportunidad de ser.
Beso mis dedos y luego los presiono contra la imagen mientras paso junto a ella y entro al baño.
Cierra está ordenando su maquillaje. Me prometí a mí misma cuando la conocí por primera vez que no la prejuzgaría etiquetándola como una chica de vestuario como casi lo hice con Sara. No importa quién era Cierra en la escuela secundaria, o quién era yo, todos estamos hechos de más que nuestros
comportamientos pasados, buenos o malos.
Ya no quiero ser la versión de mí misma que juzga a las personas antes de aceptarlas. Proyectando todos los comportamientos que me molestaron.
Cierra mira mi reflejo en el espejo y sonríe como si estuviera tan emocionada como lo estaría Sara de ponerme glamorosa.
Le devuelvo la sonrisa y finjo estar emocionada también.
Si tengo que fingir mi camino durante todo este año, es lo que voy a hacer. Voy a sonreír tanto que mi sonrisa falsa eventualmente se vuelva real.
berny_girl- Mensajes : 2842
Fecha de inscripción : 10/06/2014
Edad : 36
Re: Lectura #3-2021 Heart Bones -Colleen Hoover
31
Otoño de 2019
Hoy tiene los ingredientes para ser un día perfecto. Es octubre y ha salido el sol, pero hace bastante frío y he estado sentada en el capó de mi coche durante las últimas dos horas y ni siquiera he sudado.
Pero a pesar del potencial del día, las cosas aún podrían terminar en una gran decepción. No tengo idea.
¿Cómo reaccionará Samson cuando salga por esas puertas?
¿Cómo lucirá?
¿En quién se ha convertido?
Hay un dicho de Maya Angelou que me recuerda nuestra situación. Cuando alguien te muestre quiénes son, créele la primera vez.
Me he aferrado a ese dicho con tanta fuerza que se siente grabado en mis huesos. Siempre vuelvo a eso cuando empiezo a tener dudas porque quiero creer que el verano que pasé con Samson fue el verdadero. Quiero creer que él espera que lo esté esperando tanto como espero que me quiera aquí.
Pero incluso si no lo está, creo que ha pasado suficiente tiempo para que el hueso de mi corazón se haya curado. Todavía tiene una grieta. A veces lo siento dolorido. Sobre todo cuando es tarde por la noche y no puedo dormir.
Han pasado más de cuatro años desde la última vez que lo vi, y mis pensamientos sobre él continúan separados por tramos de pensamientos que no involucran a Samson. Pero no sé si eso se debe a que estoy tratando de protegerme de lo que podría suceder hoy o si es porque Samson realmente fue
solo una aventura de verano en una vida llena de otras estaciones.
Ese es el peor resultado que puedo imaginar, que todos los momentos que compartimos que dejaron un impacto tan duradero en mí, no fueron profundos para él.
He pensado en ahorrarme la posible vergüenza. Podría verme aquí afuera esperándolo y apenas recordarme. O peor aún, podía sentir lástima por la chica que se aferró después de tanto tiempo.
Cualquiera de esas opciones vale la pena correr el riesgo, porque la idea de que él salga por esas puertas sin nadie que lo espere suena como el resultado más triste de todos. Prefiero estar y que él no me quiera aquí que no estar cuando él espera que yo lo haga.
Kevin llamó la semana pasada y dijo que Samson estaba aprobado para su liberación anticipada. Sabía que eso era lo que me iba a decir incluso antes de que respondiera su llamada telefónica porque Kevin nunca me llama. Yo soy quien lo llama para verificar si hay actualizaciones. Le llamo tanto que
probablemente soy más molestia para él que un vendedor telefónico.
Estoy sentada con las piernas cruzadas sobre el capó, comiendo una manzana que acabo de sacar de mi bolso. Llevo aquí cuatro horas.
Hay un hombre en el auto junto a mí que también está esperando que alguien sea liberado. Sale para estirar las piernas y luego se apoya en su auto.
—¿Para quién estás aquí? —pregunta.
No sé cómo responder a eso, así que me encojo de hombros.
—Un viejo amigo que tal vez ni siquiera me quiera aquí.
Patea una piedra.
—Estoy aquí por mi hermano. Es la tercera vez que vengo a por él. Con suerte, esta será su última oportunidad.
—Con suerte —digo.
Pero lo dudo. He aprendido lo suficiente sobre el sistema penitenciario durante mi tiempo en la universidad que tengo muy poca fe en la capacidad del sistema para rehabilitar adecuadamente a los delincuentes.
Por eso estoy en la escuela de leyes ahora. Estoy convencida de que Samson no estaría en la posición en la que se encuentra si hubiera tenido un mejor acceso a los recursos cuando fue liberado por primera vez. Incluso si no termino con Samson al final de esto, terminé con una nueva pasión por eso.
—¿A qué hora suelen abrir las puertas? —pregunto al hombre.
El chico mira su reloj.
—Supuse que sería antes del almuerzo. Hoy se están tomando su tiempo.
Busco en mi bolso que está sobre el capó a mi lado.
—¿Tienes hambre? Tengo patatas fritas.
Levanta las manos, así que se las lanzo.
—Gracias —dice, abriendo la bolsa. Se mete una en la boca—. Buena suerte con tu amigo.
Yo sonrío.
—Buena suerte con tu hermano.
Doy otro mordisco a mi manzana y me apoyo en el parabrisas. Levanto el brazo y paso los dedos por el tatuaje del molinillo.
Odié este tatuaje después de que arrestaron a Samson. Se suponía que me traería buena suerte, pero en cambio sentí que mi mundo empeoraba antes de mudarme a Texas. Me tomó al menos un año apreciar completamente este tatuaje.
Aparte de todo lo que sucedió con el arresto de Samson, todos los demás aspectos de mi vida mejoraron después de hacerme este tatuaje. Me acerqué más a mi padre y su nueva familia. Sara no es solo mi hermana ahora, sino mi mejor amiga absoluta en el mundo.
Me aceptaron en la facultad de derecho. En mi temprana edad nunca hubiera pensado cuando tomé una pelota de vóleibol por primera vez que me convertiría en abogada. Yo. La chica solitaria que alguna vez tuvo que hacer cosas impensables para alimentarse va a ser una maldita abogada.
Creo que tal vez este tatuaje realmente cambió mi suerte al final. No de la manera que esperaba en ese momento, pero ahora que estoy en este punto de mi vida, puedo ver todas las cosas buenas que vinieron de ese verano. Samson es una de esas cosas buenas, sin importar quién sea hoy. Estoy en un punto de mi vida en el que el resultado de mi futuro no estará determinado por el resultado de ninguna relación potencial.
¿Quiero que sea quien siempre creí que era? Absolutamente.
¿Me derrumbaré si él no lo está? De ningún modo.
Todavía estoy hecha de acero.
Ven a mí, mundo. No puedes dañar el impermeable.
—La puerta se está abriendo —dice el hombre en el auto a mi lado.
Inmediatamente me siento y dejo caer mi manzana en mi bolso a mi lado.
Presiono la palma de mi mano contra mi pecho y exhalo cuando alguien comienza a salir del edificio. No es Samson.
Me deslizaría fuera del auto y me pondría de pie, pero tengo miedo de que mis piernas estén demasiado débiles para sostenerme. Estoy a unos seis metros de la entrada, pero existe la posibilidad de que no me vea si no espera que alguien lo esté esperando.
El hombre que acaba de salir parece tener unos cincuenta años. Revisa el estacionamiento hasta que encuentra el auto junto al mío. Él asiente con la cabeza y su hermano ni siquiera sale de su auto. El hombre se acerca y se sube al asiento del pasajero y despegan como si esto fuera un aeropuerto y estos viajes son normales.
Todavía estoy sentada con las piernas cruzadas sobre el capó cuando finalmente lo veo.
Samson sale del edificio y se protege los ojos de la luz del sol mientras mira por la acera hacia el autobús.
Mi corazón está latiendo tan rápido. Mucho más rápido de lo que pensé. Es como si todos los sentimientos que tuve cuando tenía diecinueve años se despertaran al mismo tiempo.
Se ve casi igual. Más hombre que niño ahora, y su cabello es un poco más oscuro, pero aparte de eso, se ve exactamente como se ve en mis recuerdos. Se aparta el cabello de la cara y comienza a caminar hacia el estacionamiento del autobús sin mirar hacia el estacionamiento.
No sé si debería llamarlo por su nombre o correr hacia él. Se está alejando de mí, hacia el estacionamiento del autobús. Presiono mis palmas contra la capucha, preparada para deslizarme fuera de ella, cuando deja de caminar.
Se queda quieto por un momento dándome la espalda mientras yo contengo la respiración con anticipación. Es como si quisiera mirar, pero tiene miedo de no encontrar a nadie.
Finalmente, comienza a darse la vuelta, como si pudiera sentir mi presencia. Sus ojos se conectan con los míos y me mira fijamente durante tanto tiempo. Es tan ilegible ahora como lo era entonces, pero no tengo que saber lo que está pensando para sentir las emociones que se liberan entre nosotros.
Se lleva las manos a la nuca y se gira como si no pudiera mirarme ni un segundo más. Veo el rodar de sus hombros mientras exhala lentamente.
Vuelve a mirarme, esta vez con una expresión muy conmovedora.
—¿Fuiste a la universidad, Beyah?
Lo grita a través del estacionamiento, como si fuera la pregunta más importante del mundo. Más importante que cualquier otro pensamiento que pudiera estar pasando por su cabeza.
Tan pronto como me pregunta eso, una gran lágrima solitaria rueda por mi mejilla. Asiento con la cabeza.
Cuando lo hago, es como si toda la tensión de su alma se liberara en ese momento. Todavía estoy sentada en el capó de mi auto, pero incluso desde aquí puedo ver el surco de su frente. Quiero acercarme a él, tranquilizarlo y decirle que finalmente está bien.
Mira el cemento como si no supiera qué hacer. Pero luego se da cuenta, porque comienza a caminar hacia mí con urgencia. Corre los últimos diez pies y jadeo cuando se encuentra con el coche porque no se detiene allí. Se arrastra hacia el capó e inmediatamente hacia mí hasta que me veo obligada a apoyarme en el parabrisas. Entonces su boca está sobre la mía y se disculpa conmigo con una fiereza silenciosa que siento hasta el fondo.
Envuelvo mis brazos alrededor de su cuello, y es como si un segundo ni siquiera hubiera pasado. Nos besamos en el capó de mi coche durante varios segundos, hasta que Samson parece que ya no puede soportarlo. Se aleja y salta del coche, luego me agarra de la cintura y me lleva al borde, bajando mis pies al pavimento. Envuelve sus brazos alrededor de mí y me abraza más fuerte que el primer abrazo que me dio.
Los siguientes minutos son una combinación de lágrimas, en su mayoría mías, besos y miradas con incredulidad. Tenía tantas preguntas sobre esto, pero ahora no puedo pensar en una sola.
Cuando dejamos de besarnos el tiempo suficiente para que él hable, dice—: Probablemente debería haberte preguntado si estaba viendo a alguien antes de hacerlo.
Sonrío con un fuerte movimiento de cabeza.
—Estoy muy soltera.
Me besa de nuevo, lentamente, y luego mira mi boca como si fuera lo que más extrañaba.
—Lo siento.
—Te perdono.
Y realmente es tan simple como eso.
Sus cejas se abren con alivio. Me tira con fuerza contra él y suelta un profundo suspiro en mi cabello.
—No puedo creer que estés realmente aquí.
Me levanta y me hace girar una vez antes de volver a ponerme de pie. Apoya nuestras frentes juntas y sonríe.
—¿Ahora que?
Me río.
—No tengo idea. El resto de mi día dependía del resultado de este momento.
—También el mío. —Agarra mis manos y se las lleva a la boca, besando mis nudillos. Luego mete mis puños contra su pecho y dice—: Necesito ver a Darya.
Sus palabras me recuerdan a una línea de uno de los poemas de su padre. Los he leído tantas veces, los he memorizado, así que lo digo en voz alta.
—Porque cuando un hombre dice, me voy a casa, debería dirigirse hacia el mar.
Empiezo a alejarme de él para poder abrir la puerta de mi coche, pero Samson me agarra la mano y me empuja hacia atrás.
—Mi padre escribió eso. ¿Tienes mi mochila?
No es hasta este momento que me doy cuenta de que Samson probablemente asumió que su mochila se había ido para siempre.
—Si. La tomé la noche en que te arrestaron.
—¿Guardaste los poemas de mi padre?
Asiento con la cabeza.
—Por supuesto, lo hice.
Hay una mirada de dolor en sus ojos, como si estuviera tratando de contener las lágrimas. Luego acorta la distancia entre nosotros y desliza sus dedos en mi cabello, acunando mi cabeza entre sus manos.
—Gracias por creer en mí, Beyah.
—Primero creíste en mí, Samson. Es lo mínimo que puedo hacer.
Hoy tiene los ingredientes para ser un día perfecto. Es octubre y ha salido el sol, pero hace bastante frío y he estado sentada en el capó de mi coche durante las últimas dos horas y ni siquiera he sudado.
Pero a pesar del potencial del día, las cosas aún podrían terminar en una gran decepción. No tengo idea.
¿Cómo reaccionará Samson cuando salga por esas puertas?
¿Cómo lucirá?
¿En quién se ha convertido?
Hay un dicho de Maya Angelou que me recuerda nuestra situación. Cuando alguien te muestre quiénes son, créele la primera vez.
Me he aferrado a ese dicho con tanta fuerza que se siente grabado en mis huesos. Siempre vuelvo a eso cuando empiezo a tener dudas porque quiero creer que el verano que pasé con Samson fue el verdadero. Quiero creer que él espera que lo esté esperando tanto como espero que me quiera aquí.
Pero incluso si no lo está, creo que ha pasado suficiente tiempo para que el hueso de mi corazón se haya curado. Todavía tiene una grieta. A veces lo siento dolorido. Sobre todo cuando es tarde por la noche y no puedo dormir.
Han pasado más de cuatro años desde la última vez que lo vi, y mis pensamientos sobre él continúan separados por tramos de pensamientos que no involucran a Samson. Pero no sé si eso se debe a que estoy tratando de protegerme de lo que podría suceder hoy o si es porque Samson realmente fue
solo una aventura de verano en una vida llena de otras estaciones.
Ese es el peor resultado que puedo imaginar, que todos los momentos que compartimos que dejaron un impacto tan duradero en mí, no fueron profundos para él.
He pensado en ahorrarme la posible vergüenza. Podría verme aquí afuera esperándolo y apenas recordarme. O peor aún, podía sentir lástima por la chica que se aferró después de tanto tiempo.
Cualquiera de esas opciones vale la pena correr el riesgo, porque la idea de que él salga por esas puertas sin nadie que lo espere suena como el resultado más triste de todos. Prefiero estar y que él no me quiera aquí que no estar cuando él espera que yo lo haga.
Kevin llamó la semana pasada y dijo que Samson estaba aprobado para su liberación anticipada. Sabía que eso era lo que me iba a decir incluso antes de que respondiera su llamada telefónica porque Kevin nunca me llama. Yo soy quien lo llama para verificar si hay actualizaciones. Le llamo tanto que
probablemente soy más molestia para él que un vendedor telefónico.
Estoy sentada con las piernas cruzadas sobre el capó, comiendo una manzana que acabo de sacar de mi bolso. Llevo aquí cuatro horas.
Hay un hombre en el auto junto a mí que también está esperando que alguien sea liberado. Sale para estirar las piernas y luego se apoya en su auto.
—¿Para quién estás aquí? —pregunta.
No sé cómo responder a eso, así que me encojo de hombros.
—Un viejo amigo que tal vez ni siquiera me quiera aquí.
Patea una piedra.
—Estoy aquí por mi hermano. Es la tercera vez que vengo a por él. Con suerte, esta será su última oportunidad.
—Con suerte —digo.
Pero lo dudo. He aprendido lo suficiente sobre el sistema penitenciario durante mi tiempo en la universidad que tengo muy poca fe en la capacidad del sistema para rehabilitar adecuadamente a los delincuentes.
Por eso estoy en la escuela de leyes ahora. Estoy convencida de que Samson no estaría en la posición en la que se encuentra si hubiera tenido un mejor acceso a los recursos cuando fue liberado por primera vez. Incluso si no termino con Samson al final de esto, terminé con una nueva pasión por eso.
—¿A qué hora suelen abrir las puertas? —pregunto al hombre.
El chico mira su reloj.
—Supuse que sería antes del almuerzo. Hoy se están tomando su tiempo.
Busco en mi bolso que está sobre el capó a mi lado.
—¿Tienes hambre? Tengo patatas fritas.
Levanta las manos, así que se las lanzo.
—Gracias —dice, abriendo la bolsa. Se mete una en la boca—. Buena suerte con tu amigo.
Yo sonrío.
—Buena suerte con tu hermano.
Doy otro mordisco a mi manzana y me apoyo en el parabrisas. Levanto el brazo y paso los dedos por el tatuaje del molinillo.
Odié este tatuaje después de que arrestaron a Samson. Se suponía que me traería buena suerte, pero en cambio sentí que mi mundo empeoraba antes de mudarme a Texas. Me tomó al menos un año apreciar completamente este tatuaje.
Aparte de todo lo que sucedió con el arresto de Samson, todos los demás aspectos de mi vida mejoraron después de hacerme este tatuaje. Me acerqué más a mi padre y su nueva familia. Sara no es solo mi hermana ahora, sino mi mejor amiga absoluta en el mundo.
Me aceptaron en la facultad de derecho. En mi temprana edad nunca hubiera pensado cuando tomé una pelota de vóleibol por primera vez que me convertiría en abogada. Yo. La chica solitaria que alguna vez tuvo que hacer cosas impensables para alimentarse va a ser una maldita abogada.
Creo que tal vez este tatuaje realmente cambió mi suerte al final. No de la manera que esperaba en ese momento, pero ahora que estoy en este punto de mi vida, puedo ver todas las cosas buenas que vinieron de ese verano. Samson es una de esas cosas buenas, sin importar quién sea hoy. Estoy en un punto de mi vida en el que el resultado de mi futuro no estará determinado por el resultado de ninguna relación potencial.
¿Quiero que sea quien siempre creí que era? Absolutamente.
¿Me derrumbaré si él no lo está? De ningún modo.
Todavía estoy hecha de acero.
Ven a mí, mundo. No puedes dañar el impermeable.
—La puerta se está abriendo —dice el hombre en el auto a mi lado.
Inmediatamente me siento y dejo caer mi manzana en mi bolso a mi lado.
Presiono la palma de mi mano contra mi pecho y exhalo cuando alguien comienza a salir del edificio. No es Samson.
Me deslizaría fuera del auto y me pondría de pie, pero tengo miedo de que mis piernas estén demasiado débiles para sostenerme. Estoy a unos seis metros de la entrada, pero existe la posibilidad de que no me vea si no espera que alguien lo esté esperando.
El hombre que acaba de salir parece tener unos cincuenta años. Revisa el estacionamiento hasta que encuentra el auto junto al mío. Él asiente con la cabeza y su hermano ni siquiera sale de su auto. El hombre se acerca y se sube al asiento del pasajero y despegan como si esto fuera un aeropuerto y estos viajes son normales.
Todavía estoy sentada con las piernas cruzadas sobre el capó cuando finalmente lo veo.
Samson sale del edificio y se protege los ojos de la luz del sol mientras mira por la acera hacia el autobús.
Mi corazón está latiendo tan rápido. Mucho más rápido de lo que pensé. Es como si todos los sentimientos que tuve cuando tenía diecinueve años se despertaran al mismo tiempo.
Se ve casi igual. Más hombre que niño ahora, y su cabello es un poco más oscuro, pero aparte de eso, se ve exactamente como se ve en mis recuerdos. Se aparta el cabello de la cara y comienza a caminar hacia el estacionamiento del autobús sin mirar hacia el estacionamiento.
No sé si debería llamarlo por su nombre o correr hacia él. Se está alejando de mí, hacia el estacionamiento del autobús. Presiono mis palmas contra la capucha, preparada para deslizarme fuera de ella, cuando deja de caminar.
Se queda quieto por un momento dándome la espalda mientras yo contengo la respiración con anticipación. Es como si quisiera mirar, pero tiene miedo de no encontrar a nadie.
Finalmente, comienza a darse la vuelta, como si pudiera sentir mi presencia. Sus ojos se conectan con los míos y me mira fijamente durante tanto tiempo. Es tan ilegible ahora como lo era entonces, pero no tengo que saber lo que está pensando para sentir las emociones que se liberan entre nosotros.
Se lleva las manos a la nuca y se gira como si no pudiera mirarme ni un segundo más. Veo el rodar de sus hombros mientras exhala lentamente.
Vuelve a mirarme, esta vez con una expresión muy conmovedora.
—¿Fuiste a la universidad, Beyah?
Lo grita a través del estacionamiento, como si fuera la pregunta más importante del mundo. Más importante que cualquier otro pensamiento que pudiera estar pasando por su cabeza.
Tan pronto como me pregunta eso, una gran lágrima solitaria rueda por mi mejilla. Asiento con la cabeza.
Cuando lo hago, es como si toda la tensión de su alma se liberara en ese momento. Todavía estoy sentada en el capó de mi auto, pero incluso desde aquí puedo ver el surco de su frente. Quiero acercarme a él, tranquilizarlo y decirle que finalmente está bien.
Mira el cemento como si no supiera qué hacer. Pero luego se da cuenta, porque comienza a caminar hacia mí con urgencia. Corre los últimos diez pies y jadeo cuando se encuentra con el coche porque no se detiene allí. Se arrastra hacia el capó e inmediatamente hacia mí hasta que me veo obligada a apoyarme en el parabrisas. Entonces su boca está sobre la mía y se disculpa conmigo con una fiereza silenciosa que siento hasta el fondo.
Envuelvo mis brazos alrededor de su cuello, y es como si un segundo ni siquiera hubiera pasado. Nos besamos en el capó de mi coche durante varios segundos, hasta que Samson parece que ya no puede soportarlo. Se aleja y salta del coche, luego me agarra de la cintura y me lleva al borde, bajando mis pies al pavimento. Envuelve sus brazos alrededor de mí y me abraza más fuerte que el primer abrazo que me dio.
Los siguientes minutos son una combinación de lágrimas, en su mayoría mías, besos y miradas con incredulidad. Tenía tantas preguntas sobre esto, pero ahora no puedo pensar en una sola.
Cuando dejamos de besarnos el tiempo suficiente para que él hable, dice—: Probablemente debería haberte preguntado si estaba viendo a alguien antes de hacerlo.
Sonrío con un fuerte movimiento de cabeza.
—Estoy muy soltera.
Me besa de nuevo, lentamente, y luego mira mi boca como si fuera lo que más extrañaba.
—Lo siento.
—Te perdono.
Y realmente es tan simple como eso.
Sus cejas se abren con alivio. Me tira con fuerza contra él y suelta un profundo suspiro en mi cabello.
—No puedo creer que estés realmente aquí.
Me levanta y me hace girar una vez antes de volver a ponerme de pie. Apoya nuestras frentes juntas y sonríe.
—¿Ahora que?
Me río.
—No tengo idea. El resto de mi día dependía del resultado de este momento.
—También el mío. —Agarra mis manos y se las lleva a la boca, besando mis nudillos. Luego mete mis puños contra su pecho y dice—: Necesito ver a Darya.
Sus palabras me recuerdan a una línea de uno de los poemas de su padre. Los he leído tantas veces, los he memorizado, así que lo digo en voz alta.
—Porque cuando un hombre dice, me voy a casa, debería dirigirse hacia el mar.
Empiezo a alejarme de él para poder abrir la puerta de mi coche, pero Samson me agarra la mano y me empuja hacia atrás.
—Mi padre escribió eso. ¿Tienes mi mochila?
No es hasta este momento que me doy cuenta de que Samson probablemente asumió que su mochila se había ido para siempre.
—Si. La tomé la noche en que te arrestaron.
—¿Guardaste los poemas de mi padre?
Asiento con la cabeza.
—Por supuesto, lo hice.
Hay una mirada de dolor en sus ojos, como si estuviera tratando de contener las lágrimas. Luego acorta la distancia entre nosotros y desliza sus dedos en mi cabello, acunando mi cabeza entre sus manos.
—Gracias por creer en mí, Beyah.
—Primero creíste en mí, Samson. Es lo mínimo que puedo hacer.
berny_girl- Mensajes : 2842
Fecha de inscripción : 10/06/2014
Edad : 36
Re: Lectura #3-2021 Heart Bones -Colleen Hoover
32
Cuando finalmente llegamos a la playa, ni siquiera se detuvo para
apreciarlo. Salió del coche, se quitó la camisa y caminó directamente hacia ella. He estado sentada en la arena mirándolo nadar durante un rato. Él es el único en el agua ahora mismo y yo soy la única en la playa. Está vacía porque es octubre y Samson está loco por estar en el agua cuando hace tanto frío.
Pero lo entiendo. Él lo necesita. Años de terapia, metidos en un baño.
Finalmente regresa a mí, cayendo a la arena a mi lado. Está empapado y respira con dificultad, pero parece contento. Dijo muy poco en el camino aquí, pero tampoco he preguntado mucho. Ha estado privado de todo lo que amaba durante tanto tiempo que quiero darle un momento para que asimile todo antes de bombardearlo con preguntas sobre los últimos años.
Mira detrás de nosotros.
—¿No vive nadie en la casa de Marjorie?
—No.
Él pregunta porque es obvio que la casa no ha sido atendida desde que estuvo vacía. Faltan tejas en el techo. Hay hierba que creció alrededor de la base.
Marjorie falleció en marzo, por lo que probablemente Kevin la pondrá a la venta pronto. Odié que Samson no pudiera asistir a su funeral. Sé que ella significaba mucho para él. Incluso lo visitó algunas veces antes de morir.
Samson se reposiciona de modo que yace en la arena, con la cabeza en mi regazo. Me mira con una mirada de serenidad contenida. Paso mis dedos por su cabello mojado y le sonrío.
—¿Dónde está Pepper Jack? —él pregunta.
Hago un gesto con la cabeza hacia nuestra casa.
—Ahora es un perro de interior. Él y papá se unieron.
—¿Y tú y tu papá?
Yo sonrío.
—Nosotros también nos unimos. Ha sido genial.
Samson se lleva la mano a la boca y la besa. Luego lo agarra con ambas manos y presiona mi palma contra su pecho, sosteniendo mi mano allí.
Todo volvió a su lugar con él casi tan pronto como lo vi hoy. Es como si un solo minuto nunca hubiera pasado. No tengo idea de lo que me depara el mañana, pero todo lo que necesito está atado a este momento.
—Te ves diferente —dice—. Mejor. Más feliz.
—Estoy. —Puedo sentir su corazón latiendo contra mi palma—. No voy a mentir, estaba tan enojada contigo al principio, pero tenías razón. Fue lo mejor. De lo contrario, nunca me hubiera ido.
—Fue horrible —dice con una sonrisa contradictoria—. Una completa tortura. No puedo decirte cuántas veces estuve a punto de ceder y le pedí a Kevin tu dirección.
Me río.
—Me alegra saber que pensaste en mí.
—Cada minuto —dice con confianza. Levanta una mano y toca mi mejilla. Yo me apoyo en su palma—. ¿Puedo hacerte una pregunta personal?
Asiento con la cabeza.
—¿Saliste con otros chicos?
Parpadeo dos veces. Esperaba que me preguntara eso, pero tal vez no tan pronto.
Se levanta sobre su brazo hasta que está cara a cara conmigo. Se extiende a mi alrededor y presiona una mano reconfortante en la parte posterior de mi cuello.
—Solo pregunto porque espero que tu respuesta sea sí.
—¿Esperabas que saliera con otras personas?
Él se encoge de hombros.
—No digo que no estaría celoso. Solo espero que te hayas divertido en la universidad y no hayas tratado tu dormitorio como una celda de la prisión.
—Salí con alguien —digo—. Incluso tuve novio por un tiempo durante el tercer año.
—¿Fue agradable?
Asiento con la cabeza.
—Él era. Pero él no eras tú. —Me inclino hacia adelante y lo beso brevemente—. Hice amistades. Salí. Saqué buenas notas. E incluso amaba a mi equipo de vóleibol. Estuvimos bastante bien.
Samson sonríe y luego vuelve a su posición apoyando su cabeza en mis muslos.
—Genial. Entonces no me arrepiento de mi decisión.
—Genial.
¿Cómo está Sara? ¿Están ella y Marcos todavía juntos?
—Sí, se casaron el año pasado. Está embarazada de cuatro meses.
—Bien por ellos. Esperaba que saliera bien. ¿Y su línea de ropa? ¿Alguna vez despegó?
Señalo una casa en la playa. Samson se apoya en los codos para poder ver hacia dónde estoy señalando.
—Esa es su casa. Acaban de terminar la construcción hace seis meses.
—¿Esa amarilla?
—Sí.
—Maldición.
—Sí, la línea de ropa va bien. Tiene muchos seguidores en TikTok, así que eso le dio un gran impulso a su mercancía.
Samson menea la cabeza.
—¿TikTok?
—Te lo mostraré más tarde cuando tengas un teléfono nuevo.
—Oh, cómo han cambiado las cosas —dice Samson. Se mueve hasta que vuelve a sentarse a mi lado. Se limpia la arena de sí mismo—. ¿Podemos ir a verlos?
—¿Sara y Marcos? ¿Ahora mismo?
—No en este segundo —dice—. Quiero más tiempo para ponerme al día contigo. También me gustaría ver a tu padre. Le debo una disculpa o diez.
—Sí, eso no será fácil.
—Lo sé. Pero soy persistente.
Samson me rodea con un brazo y me atrae hacia él. Besa la parte superior de mi cabeza.
—¿Cómo se supone que debo llamarte? ¿Shawn o Samson?
—Samson —dice de inmediato—. Nunca me he sentido más yo mismo que cuando estuve contigo ese verano. Eso es exactamente lo que quiero ser. Siempre.
Envuelvo mis brazos alrededor de mis rodillas y entierro mi boca en mi codo para ocultar mi sonrisa.
—¿Dónde vives ahora? —pregunta Samson.
Hago un gesto con la cabeza hacia la casa de playa de mi padre.
—Me quedo con mi padre y Alana esta semana, pero tengo un apartamento en Houston. Estoy en la facultad de derecho.
—De ninguna manera.
Me río.
—Estoy. Acabo de comenzar mi primer semestre en agosto.
Samson menea la cabeza con una mezcla de orgullo e incredulidad en su rostro.
—No sabía que eso era lo que querías hacer.
—Yo tampoco lo sabía hasta que te arrestaron. Kevin ha sido de gran ayuda. De hecho, estoy a punto de comenzar una pasantía en su oficina.
Samson sonríe suavemente.
—Estoy orgulloso de ti.
—Gracias.
—Tomé algunas clases universitarias en prisión —dice—. Voy a intentar ir a la escuela en algún lugar, si alguien me acepta.
Sus ojos se desvían después de decir eso, como si estuviera preocupado por todos los desafíos que está a punto de enfrentar.
—¿Cómo era la prisión?
Él suspira.
—Real, una verdadera mierda. Le doy uno de cada diez. No lo recomiendo.
Me río.
—¿Cuál es el siguiente paso? ¿Dónde te vas a quedar?
Samson se encoge de hombros.
—Kevin tiene toda esa información. Dice que me preparó algo temporal. De hecho, se suponía que debía llamarlo tan pronto como me liberaran.
Mi boca se abre.
—¡Samson! Han pasado cuatro horas. ¿No lo has llamado?
—No tengo teléfono. Iba a preguntar si podía usar el tuyo, pero me he entretenido un poco.
Pongo los ojos en blanco y saco mi teléfono celular.
—Si violas la libertad condicional por algo tan estúpido, yo misma te llevaré a la cárcel.
Samson se quita la arena de las manos y toma el teléfono después de que marco el número de Kevin. Responde después del segundo timbre.
—No he tenido noticias de él todavía —dice Kevin, asumiendo que soy yo quien llama—. Prometí que te llamaría tan pronto como lo hiciera.
Samson me sonríe mientras habla por mi teléfono.
—Soy yo, Kevin. Estoy fuera.
Hay una pausa al otro lado de la línea de Kevin antes de decir—: Este es el número de Beyah. ¿Estás con ella?
—Sí.
—¿Dónde estás?
—Estamos en la playa.
—¿Beyah puede oírme? —pregunta Kevin.
—Sí —digo, inclinándome hacia el teléfono.
—Supongo que tenías razón sobre él.
—Claro que lo tuve —digo con una sonrisa.
—Te dije que vas a ser un gran abogado con ese tipo de compromiso — dice Kevin—. Escucha, Samson. ¿Me escuchas?
—Sí.
—Hoy te voy a enviar por correo electrónico la información de tu oficial de libertad condicional. Tienes siete días para comunicarte con él. Encontrarás tu llave debajo de la piedra a la derecha del bote de basura.
Samson me mira y arquea una ceja.
—¿Qué llave?
—La llave de la casa de mi madre.
Samson mira por encima del hombro a la casa de Marjorie.
—No sé a qué te refieres.
—Si, lo sé. Mi madre me hizo prometer que no te lo diría hasta después de que te liberaran, por eso te dije que me llamaras tan pronto como salieras. Sigues terriblemente las instrucciones. La escritura está en mi oficina, puedo traerla en algún momento de esta semana. Traté de hacer lo que pude con la casa, pero mi vida ha estado ocupada. Esto requiere de mucho trabajo.
La expresión de incredulidad en el rostro de Samson es algo a lo que me gustaría poder tomar una foto. Estoy segura de que la misma mirada se refleja en mi propia cara.
—¿Esto es una broma? —pregunta Samson.
—No. Cometiste algunos errores estúpidos, pero también hiciste mucho bien por mucha gente en esa comunidad. Mi madre es una de ellas. Ella pensó que merecías poder llamar a ese lugar tu hogar porque sabía cuánto lo amabas.
Samson suelta un suspiro tembloroso y luego deja caer el teléfono en la arena. Se levanta del suelo y se aleja de su conversación con Kevin. Hace una pausa cerca del agua y se agarra la nuca.
Levanto el teléfono y le limpio la arena.
—¿Podemos llamarte más tarde, Kevin?
—¿Está todo bien?
Observo a Samson mientras lucha por asimilar todo lo que Kevin le acaba de decir.
—Si. Creo que solo necesita un tiempo para procesar esto.
Después de terminar la llamada, me acerco a Samson. Me paro frente a él y levanto mis manos, limpiando las lágrimas de sus mejillas como lo hizo por mí tantas veces.
El menea la cabeza.
—No merezco esa casa, Beyah.
Tomo su rostro entre mis manos y lo inclino hasta que su atención está en la mía.
—Ya has sido castigado lo suficiente. Acepta todas las cosas buenas que la vida te ofrece hoy.
Él exhala un suspiro rápido y tira de mi con fuerza. No dejo que me abrace por mucho tiempo porque estoy muy emocionada de encontrar esa llave. Agarro su mano y lo alejo de la playa.
—Vamos, quiero ver tu casa.
Encontramos la llave exactamente donde Kevin dijo que estaría. Cuando Samson va a insertarla en la cerradura de la puerta, le tiemblan las manos. Tiene que hacer una pausa por un momento y presionar sus palmas contra el marco de la puerta.
—Esto no puede ser real —susurra.
Está oscuro cuando entramos, pero puedo ver la capa de polvo en el suelo antes de que encienda una luz. Hay un olor a humedad y salado en el lugar. Pero conociendo a Samson, esas son cosas que habrá arreglado mañana.
Toca todo mientras caminamos por la casa. Los armarios, las paredes, los pomos de las puertas, todos los muebles de Marjorie que todavía están aquí. Entra en cada habitación y suspira en todas ellas como si no pudiera creer que esta sea su vida.
Yo tampoco lo puedo creer.
Samson finalmente abre la puerta a la escalera que conduce al acceso al techo. Lo sigo por las escaleras y hasta el techo donde toma asiento. Abre las piernas y palmea el espacio entre ellas, queriendo que me siente con él.
Me bajo hasta el techo y luego me apoyo en el hombro de Samson. Envuelve sus brazos a mi alrededor, y por muy hermosa que sea la vista desde aquí, aprieto los ojos con fuerza porque he extrañado mucho los sentimientos que tengo por él. Más de lo que yo sabía.
He pasado tanto tiempo tratando de no sentirlos que empecé a preocuparme que ya no sintiera nada. Pero los sentimientos nunca se fueron. Ellos nunca se fueron. Simplemente obligué a todo a dormir para que no doliera tanto.
De vez en cuando, Samson mueve la cabeza con total incredulidad. Lo sabía por ser una persona tranquila desde que lo conocí, pero nunca se había quedado tan mudo a mi alrededor. Amo su reacción. Me encanta presenciar su cambio de vida para mejor ante mis ojos.
Míranos. Dos chicos solitarios que se deslizaron por todas las grietas, pero luego volvieron a subir a la cima del mundo.
Samson me toca la cara, instándome a inclinar la cabeza hacia atrás para poder verlo. Me está mirando de la forma en que lo vi mirarme tantas veces ese verano, como si yo fuera la cosa más interesante de esta península.
Me besa, luego baja la cabeza y presiona sus labios contra mi hombro. Descansa su boca contra mi piel por un tiempo, como si estuviera compensando todos los años que no pudo besarme allí.
—Te quiero.
Esas dos palabras son un simple susurro contra mi piel, pero proporcionan suficiente presión para sentir que el hueso de mi corazón se cura por completo.
Apoyo la cabeza contra su hombro y miro el agua.
—Yo también te quiero, Samson.
apreciarlo. Salió del coche, se quitó la camisa y caminó directamente hacia ella. He estado sentada en la arena mirándolo nadar durante un rato. Él es el único en el agua ahora mismo y yo soy la única en la playa. Está vacía porque es octubre y Samson está loco por estar en el agua cuando hace tanto frío.
Pero lo entiendo. Él lo necesita. Años de terapia, metidos en un baño.
Finalmente regresa a mí, cayendo a la arena a mi lado. Está empapado y respira con dificultad, pero parece contento. Dijo muy poco en el camino aquí, pero tampoco he preguntado mucho. Ha estado privado de todo lo que amaba durante tanto tiempo que quiero darle un momento para que asimile todo antes de bombardearlo con preguntas sobre los últimos años.
Mira detrás de nosotros.
—¿No vive nadie en la casa de Marjorie?
—No.
Él pregunta porque es obvio que la casa no ha sido atendida desde que estuvo vacía. Faltan tejas en el techo. Hay hierba que creció alrededor de la base.
Marjorie falleció en marzo, por lo que probablemente Kevin la pondrá a la venta pronto. Odié que Samson no pudiera asistir a su funeral. Sé que ella significaba mucho para él. Incluso lo visitó algunas veces antes de morir.
Samson se reposiciona de modo que yace en la arena, con la cabeza en mi regazo. Me mira con una mirada de serenidad contenida. Paso mis dedos por su cabello mojado y le sonrío.
—¿Dónde está Pepper Jack? —él pregunta.
Hago un gesto con la cabeza hacia nuestra casa.
—Ahora es un perro de interior. Él y papá se unieron.
—¿Y tú y tu papá?
Yo sonrío.
—Nosotros también nos unimos. Ha sido genial.
Samson se lleva la mano a la boca y la besa. Luego lo agarra con ambas manos y presiona mi palma contra su pecho, sosteniendo mi mano allí.
Todo volvió a su lugar con él casi tan pronto como lo vi hoy. Es como si un solo minuto nunca hubiera pasado. No tengo idea de lo que me depara el mañana, pero todo lo que necesito está atado a este momento.
—Te ves diferente —dice—. Mejor. Más feliz.
—Estoy. —Puedo sentir su corazón latiendo contra mi palma—. No voy a mentir, estaba tan enojada contigo al principio, pero tenías razón. Fue lo mejor. De lo contrario, nunca me hubiera ido.
—Fue horrible —dice con una sonrisa contradictoria—. Una completa tortura. No puedo decirte cuántas veces estuve a punto de ceder y le pedí a Kevin tu dirección.
Me río.
—Me alegra saber que pensaste en mí.
—Cada minuto —dice con confianza. Levanta una mano y toca mi mejilla. Yo me apoyo en su palma—. ¿Puedo hacerte una pregunta personal?
Asiento con la cabeza.
—¿Saliste con otros chicos?
Parpadeo dos veces. Esperaba que me preguntara eso, pero tal vez no tan pronto.
Se levanta sobre su brazo hasta que está cara a cara conmigo. Se extiende a mi alrededor y presiona una mano reconfortante en la parte posterior de mi cuello.
—Solo pregunto porque espero que tu respuesta sea sí.
—¿Esperabas que saliera con otras personas?
Él se encoge de hombros.
—No digo que no estaría celoso. Solo espero que te hayas divertido en la universidad y no hayas tratado tu dormitorio como una celda de la prisión.
—Salí con alguien —digo—. Incluso tuve novio por un tiempo durante el tercer año.
—¿Fue agradable?
Asiento con la cabeza.
—Él era. Pero él no eras tú. —Me inclino hacia adelante y lo beso brevemente—. Hice amistades. Salí. Saqué buenas notas. E incluso amaba a mi equipo de vóleibol. Estuvimos bastante bien.
Samson sonríe y luego vuelve a su posición apoyando su cabeza en mis muslos.
—Genial. Entonces no me arrepiento de mi decisión.
—Genial.
¿Cómo está Sara? ¿Están ella y Marcos todavía juntos?
—Sí, se casaron el año pasado. Está embarazada de cuatro meses.
—Bien por ellos. Esperaba que saliera bien. ¿Y su línea de ropa? ¿Alguna vez despegó?
Señalo una casa en la playa. Samson se apoya en los codos para poder ver hacia dónde estoy señalando.
—Esa es su casa. Acaban de terminar la construcción hace seis meses.
—¿Esa amarilla?
—Sí.
—Maldición.
—Sí, la línea de ropa va bien. Tiene muchos seguidores en TikTok, así que eso le dio un gran impulso a su mercancía.
Samson menea la cabeza.
—¿TikTok?
—Te lo mostraré más tarde cuando tengas un teléfono nuevo.
—Oh, cómo han cambiado las cosas —dice Samson. Se mueve hasta que vuelve a sentarse a mi lado. Se limpia la arena de sí mismo—. ¿Podemos ir a verlos?
—¿Sara y Marcos? ¿Ahora mismo?
—No en este segundo —dice—. Quiero más tiempo para ponerme al día contigo. También me gustaría ver a tu padre. Le debo una disculpa o diez.
—Sí, eso no será fácil.
—Lo sé. Pero soy persistente.
Samson me rodea con un brazo y me atrae hacia él. Besa la parte superior de mi cabeza.
—¿Cómo se supone que debo llamarte? ¿Shawn o Samson?
—Samson —dice de inmediato—. Nunca me he sentido más yo mismo que cuando estuve contigo ese verano. Eso es exactamente lo que quiero ser. Siempre.
Envuelvo mis brazos alrededor de mis rodillas y entierro mi boca en mi codo para ocultar mi sonrisa.
—¿Dónde vives ahora? —pregunta Samson.
Hago un gesto con la cabeza hacia la casa de playa de mi padre.
—Me quedo con mi padre y Alana esta semana, pero tengo un apartamento en Houston. Estoy en la facultad de derecho.
—De ninguna manera.
Me río.
—Estoy. Acabo de comenzar mi primer semestre en agosto.
Samson menea la cabeza con una mezcla de orgullo e incredulidad en su rostro.
—No sabía que eso era lo que querías hacer.
—Yo tampoco lo sabía hasta que te arrestaron. Kevin ha sido de gran ayuda. De hecho, estoy a punto de comenzar una pasantía en su oficina.
Samson sonríe suavemente.
—Estoy orgulloso de ti.
—Gracias.
—Tomé algunas clases universitarias en prisión —dice—. Voy a intentar ir a la escuela en algún lugar, si alguien me acepta.
Sus ojos se desvían después de decir eso, como si estuviera preocupado por todos los desafíos que está a punto de enfrentar.
—¿Cómo era la prisión?
Él suspira.
—Real, una verdadera mierda. Le doy uno de cada diez. No lo recomiendo.
Me río.
—¿Cuál es el siguiente paso? ¿Dónde te vas a quedar?
Samson se encoge de hombros.
—Kevin tiene toda esa información. Dice que me preparó algo temporal. De hecho, se suponía que debía llamarlo tan pronto como me liberaran.
Mi boca se abre.
—¡Samson! Han pasado cuatro horas. ¿No lo has llamado?
—No tengo teléfono. Iba a preguntar si podía usar el tuyo, pero me he entretenido un poco.
Pongo los ojos en blanco y saco mi teléfono celular.
—Si violas la libertad condicional por algo tan estúpido, yo misma te llevaré a la cárcel.
Samson se quita la arena de las manos y toma el teléfono después de que marco el número de Kevin. Responde después del segundo timbre.
—No he tenido noticias de él todavía —dice Kevin, asumiendo que soy yo quien llama—. Prometí que te llamaría tan pronto como lo hiciera.
Samson me sonríe mientras habla por mi teléfono.
—Soy yo, Kevin. Estoy fuera.
Hay una pausa al otro lado de la línea de Kevin antes de decir—: Este es el número de Beyah. ¿Estás con ella?
—Sí.
—¿Dónde estás?
—Estamos en la playa.
—¿Beyah puede oírme? —pregunta Kevin.
—Sí —digo, inclinándome hacia el teléfono.
—Supongo que tenías razón sobre él.
—Claro que lo tuve —digo con una sonrisa.
—Te dije que vas a ser un gran abogado con ese tipo de compromiso — dice Kevin—. Escucha, Samson. ¿Me escuchas?
—Sí.
—Hoy te voy a enviar por correo electrónico la información de tu oficial de libertad condicional. Tienes siete días para comunicarte con él. Encontrarás tu llave debajo de la piedra a la derecha del bote de basura.
Samson me mira y arquea una ceja.
—¿Qué llave?
—La llave de la casa de mi madre.
Samson mira por encima del hombro a la casa de Marjorie.
—No sé a qué te refieres.
—Si, lo sé. Mi madre me hizo prometer que no te lo diría hasta después de que te liberaran, por eso te dije que me llamaras tan pronto como salieras. Sigues terriblemente las instrucciones. La escritura está en mi oficina, puedo traerla en algún momento de esta semana. Traté de hacer lo que pude con la casa, pero mi vida ha estado ocupada. Esto requiere de mucho trabajo.
La expresión de incredulidad en el rostro de Samson es algo a lo que me gustaría poder tomar una foto. Estoy segura de que la misma mirada se refleja en mi propia cara.
—¿Esto es una broma? —pregunta Samson.
—No. Cometiste algunos errores estúpidos, pero también hiciste mucho bien por mucha gente en esa comunidad. Mi madre es una de ellas. Ella pensó que merecías poder llamar a ese lugar tu hogar porque sabía cuánto lo amabas.
Samson suelta un suspiro tembloroso y luego deja caer el teléfono en la arena. Se levanta del suelo y se aleja de su conversación con Kevin. Hace una pausa cerca del agua y se agarra la nuca.
Levanto el teléfono y le limpio la arena.
—¿Podemos llamarte más tarde, Kevin?
—¿Está todo bien?
Observo a Samson mientras lucha por asimilar todo lo que Kevin le acaba de decir.
—Si. Creo que solo necesita un tiempo para procesar esto.
Después de terminar la llamada, me acerco a Samson. Me paro frente a él y levanto mis manos, limpiando las lágrimas de sus mejillas como lo hizo por mí tantas veces.
El menea la cabeza.
—No merezco esa casa, Beyah.
Tomo su rostro entre mis manos y lo inclino hasta que su atención está en la mía.
—Ya has sido castigado lo suficiente. Acepta todas las cosas buenas que la vida te ofrece hoy.
Él exhala un suspiro rápido y tira de mi con fuerza. No dejo que me abrace por mucho tiempo porque estoy muy emocionada de encontrar esa llave. Agarro su mano y lo alejo de la playa.
—Vamos, quiero ver tu casa.
Encontramos la llave exactamente donde Kevin dijo que estaría. Cuando Samson va a insertarla en la cerradura de la puerta, le tiemblan las manos. Tiene que hacer una pausa por un momento y presionar sus palmas contra el marco de la puerta.
—Esto no puede ser real —susurra.
Está oscuro cuando entramos, pero puedo ver la capa de polvo en el suelo antes de que encienda una luz. Hay un olor a humedad y salado en el lugar. Pero conociendo a Samson, esas son cosas que habrá arreglado mañana.
Toca todo mientras caminamos por la casa. Los armarios, las paredes, los pomos de las puertas, todos los muebles de Marjorie que todavía están aquí. Entra en cada habitación y suspira en todas ellas como si no pudiera creer que esta sea su vida.
Yo tampoco lo puedo creer.
Samson finalmente abre la puerta a la escalera que conduce al acceso al techo. Lo sigo por las escaleras y hasta el techo donde toma asiento. Abre las piernas y palmea el espacio entre ellas, queriendo que me siente con él.
Me bajo hasta el techo y luego me apoyo en el hombro de Samson. Envuelve sus brazos a mi alrededor, y por muy hermosa que sea la vista desde aquí, aprieto los ojos con fuerza porque he extrañado mucho los sentimientos que tengo por él. Más de lo que yo sabía.
He pasado tanto tiempo tratando de no sentirlos que empecé a preocuparme que ya no sintiera nada. Pero los sentimientos nunca se fueron. Ellos nunca se fueron. Simplemente obligué a todo a dormir para que no doliera tanto.
De vez en cuando, Samson mueve la cabeza con total incredulidad. Lo sabía por ser una persona tranquila desde que lo conocí, pero nunca se había quedado tan mudo a mi alrededor. Amo su reacción. Me encanta presenciar su cambio de vida para mejor ante mis ojos.
Míranos. Dos chicos solitarios que se deslizaron por todas las grietas, pero luego volvieron a subir a la cima del mundo.
Samson me toca la cara, instándome a inclinar la cabeza hacia atrás para poder verlo. Me está mirando de la forma en que lo vi mirarme tantas veces ese verano, como si yo fuera la cosa más interesante de esta península.
Me besa, luego baja la cabeza y presiona sus labios contra mi hombro. Descansa su boca contra mi piel por un tiempo, como si estuviera compensando todos los años que no pudo besarme allí.
—Te quiero.
Esas dos palabras son un simple susurro contra mi piel, pero proporcionan suficiente presión para sentir que el hueso de mi corazón se cura por completo.
Apoyo la cabeza contra su hombro y miro el agua.
—Yo también te quiero, Samson.
FIN
berny_girl- Mensajes : 2842
Fecha de inscripción : 10/06/2014
Edad : 36
Re: Lectura #3-2021 Heart Bones -Colleen Hoover
Gracias por los capítulos! Han sido muy intensos. Sobre todo por la postura de Samson de no ver a Beyah. Puedo comprender el motivo, pero no dejo de pensar en que decidió por ella. No le dio opción de que ella tomara su propia decisión.
Es increíble todo lo que han sufrido estos personajes. Queda claro también que solo quienes viven una historia así pueden comprenderlos. Veo en el caso de la familia de Beyah que no logran hacerlo.
El final me gustó, pero me hubiese gustado que la autora dedicara uno o dos capitulos a ese futuro que queda en blanco para Samson y Beyah. Sabemos que termina bien, pero no cómo continúan y adaptan sus vidas después de lo que vivieron.
Es increíble todo lo que han sufrido estos personajes. Queda claro también que solo quienes viven una historia así pueden comprenderlos. Veo en el caso de la familia de Beyah que no logran hacerlo.
El final me gustó, pero me hubiese gustado que la autora dedicara uno o dos capitulos a ese futuro que queda en blanco para Samson y Beyah. Sabemos que termina bien, pero no cómo continúan y adaptan sus vidas después de lo que vivieron.
martenu1011- Mensajes : 351
Fecha de inscripción : 05/06/2014
Edad : 41
Re: Lectura #3-2021 Heart Bones -Colleen Hoover
Gracias, qué lindo final, lamento que Samson no haya podido evitar los años de cárcel, que hayan estado separados tanto tiempo pero el final es esperanzador, ya no están solos, ninguno de los dos y pueden empezar de nuevo juntos...me quedé con ganas de más!
Yani- Mensajes : 5497
Fecha de inscripción : 14/02/2015
Edad : 44
Re: Lectura #3-2021 Heart Bones -Colleen Hoover
Llegamos al final, no queda mas que agradecerles por acompañarme en esta lectura, con sus diversos comentarios...
Espero nos veamos en otra lectura...
Muchas Gracias...
berny_girl- Mensajes : 2842
Fecha de inscripción : 10/06/2014
Edad : 36
Re: Lectura #3-2021 Heart Bones -Colleen Hoover
Este libro fue bastante lindo, sin embargo hace un rato que espero que Colleen me saque de la monotonía de este tipo de historias, no se como que siento que se le ha estancado la inspiración, espero que salga pronto de ella. Con respecto a la historia y sus personajes, me falto mas, mucho mas de ellos, quizá un POV de Samson hubiera cambiado las cosas, no lo sé pero me quedo incompleta, con la necesidad de más. Tampoco no fue una decepción porque llegue a enamorarme de los personajes a pesar de lo soso que fueron a veces y principalmente de lo aleccionador que fue saber una vez más que como seres humanos nos equivocamos y nadie puede juzgarnos, que cuando a veces la vida nos arroja situaciones de mierda y nuestras elecciones no son las mejores aprendemos que eso no nos define cuando encontramos a alguien que cree en nosotros, como a pesar de la depresión, el desamor y las tantas carencias que se dan cuando te sientes realmente solo, sigues adelante a pesar de los errores como lo hicieron Beyah y Samson. Ellos necesitaban encontrarse para que ambos fueran el apoyo del otro y poder finalmente hacer lo correcto aunque fuera muy doloroso, y que pesar de que eso los alejará por un tiempo al final valdría la pena.
Muchas gracias por el libro @berny_girl estuvo lindo.
Hasta la lectura de Mayo
evanescita- Mensajes : 1331
Fecha de inscripción : 01/06/2020
Medallas asignadas
berny_girl escribió:Llegamos al final, no queda mas que agradecerles por acompañarme en esta lectura, con sus diversos comentarios...Muchas Gracias...
Muchas gracias por participar. Medallas asignadas. En cuanto la administración asigne los puntos le aviso.
Maga- Mensajes : 3549
Fecha de inscripción : 26/01/2016
Edad : 37
Localización : en mi mundo
Xiora- Mensajes : 141
Fecha de inscripción : 26/08/2018
Re: Lectura #3-2021 Heart Bones -Colleen Hoover
He leido hasta ahora 4 capitulos y me encanta, siento que su tristeza es tan real y profunda…
Xiora- Mensajes : 141
Fecha de inscripción : 26/08/2018
Re: Lectura #3-2021 Heart Bones -Colleen Hoover
Me gusto la historia en general, pero eso de que le regalaran la casa..no se, me pareció algo exagerado. Es lo único que me pareció fuera de lugar.
Xiora- Mensajes : 141
Fecha de inscripción : 26/08/2018
verytolandya- Mensajes : 152
Fecha de inscripción : 13/12/2020
verytolandya- Mensajes : 152
Fecha de inscripción : 13/12/2020
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