Únete a un Staff
Últimos temas
Lectura #1 Julio 2017
+11
Anahi Ellena
Loam
yiniva
Veritoj.vacio
mariateresa
micafp_2530
momis rivera
berny_girl
Vela
marilorem
Maga
15 participantes
Book Queen :: Biblioteca :: Lecturas
Página 4 de 6.
Página 4 de 6. • 1, 2, 3, 4, 5, 6
Re: Lectura #1 Julio 2017
Soraya
Se suponía que Graham recibiría hoy los resultados de la prueba de ADN. Aunque no me había pedido específicamente que estuviera allí, quería sorprenderlo. Dijo que los resultados estarían listos en algún momento antes del mediodía, así que me tomé toda la mañana libre en el trabajo. En otra muestra de solidaridad, era hora de deshacerse del rojo. Me había teñido las puntas de mi cabello en azul lo que Graham sabía era una señal que las cosas iban bien en mi vida. Si realmente creía eso o no, sabía que ese gesto lo tranquilizaría con respecto a nosotros.
Deteniéndome en Anil's, recogí dos bagels con mantequilla y dos jugos en mi camino a Morgan Financial Holdings. Al atravesar las puertas de cristal, ya ni siquiera me molesté en registrarme con la recepcionista. En vez de eso, solo pasé por delante de ella y me dirigí hacia la oficina de mi novio como si fuera la dueña del lugar. Podía oírla corriendo detrás de mí. —¿Señorita Venedetta? Me di la vuelta. —Está bien. Pensé que Graham y yo explicamos que estábamos involucrados. Ya no necesitas anunciarme. —No es por eso que la he detenido —dijo la recepcionista. —Está bien. Entonces ¿qué pasa? —Bueno... nosotros... algunos de los empleados de aquí solo queríamos agradecerle. —¿Agradecerme? —mi frente se arrugó—. ¿Por qué —Desde que empezó a verla, ha sido diferente. Más agradable. Más fácil de tratar. No sé si tiene una vagina mágica o qué... pero sea lo que sea que hagas, sigue haciéndolo. Ha hecho todas nuestras vidas mucho más fáciles. Algunas de las personas sentadas en cubículos cercanos, la escucharon. Uno empezó a aplaudir y otros siguieron. Allí de pie con mi bolsa de papel grasosa, esta gente me aplaudía. ¿Se suponía que me inclinara? Graham debió haber escuchado la conmoción porque la puerta de su oficina se abrió.
—¿Qué demonios está...? —El ceño fruncido en su rostro se suavizó cuando me vio—. Soraya. —Sonrió—. ¿Me perdí de algo aquí? ¿Por qué están aplaudiendo? Miré a los empleados y guiñé un ojo. —Solo les contaba un chiste. —Ya veo. Bueno, ¿por qué no mueves tu espectáculo de una sola mujer a mi oficina entonces? La puerta se cerró detrás de nosotros, y Graham me apoyó contra ella, plantando un firme beso en mis labios y luego dijo: —Todos están locos por ti... igual que yo. Esta fue una malditamente agradable sorpresa. —No quería que pasaras por esto solo. Puso su frente en la mía. —Sabes... realmente te quería aquí. Pero al mismo tiempo, no estaba seguro si te haría sentir incómoda. No quería presionarte, pero me alegra que hayas venido. —Bueno, tengo la sensación de que voy a tener que practicar lidiar con la incomodidad.
Tomó mis mejillas. —Vayamos un día a la vez. ¿Puedes hacer eso por mí? Asintiendo contra sus manos, dije: —Lo intentaré. Nos sentamos juntos a comer nuestros bagels durante la siguiente media hora. Graham tenía sus pies sobre el escritorio y lucía más relajado de lo que esperaba. A través de las ventanas de su oficina, el sol brillaba, reflejándose en sus ojos que brillaban mientras me miraba comer. Parecía estar muy bien considerándolo todo. —Luces bien. ¿No tienes miedo de recibir la llamada? —¿Sabes qué? Sinceramente me sentía mal de mi estómago hasta que llegaste aquí. Sabiendo que estás aquí para mí, sin importa lo que pase, verdaderamente hace toda la diferencia. —Me alegro de haber podido mejorarlo todo. —Mejoras todo en mi vida, nena. Todo. Atravesó el escritorio y tomó mi mano, colocando suavemente un beso en mis nudillos. El sonido de su intercomunicador interrumpió nuestro momento. —¿Señor Morgan? La señorita Moreau está aquí. No tenía una cita, pero insiste que le deje saber que está aquí de todos modos. Dice que usted sabrá de qué se trata.
Mi estómago se sintió inquieto mientras retiraba mi mano de la suya. —¿Genevieve está aquí? Cerró sus ojos y frotó sus sienes con frustración. —Joder. Le dije que no quería que viniera para los resultados. Debería haber sabido que no me escucharía. —Bueno, no puedes echarla de aquí. —Seguro que puedo. —Créeme, me encantaría que la echaras ahora mismo, pero ¿cómo va a hacer las cosas más fáciles si descubres que Chloe es tuya? Vas a tener que lidiar con ella, te guste o no. Cuanto antes aprendas cómo, mejor. Profundo en sus pensamientos, asintió después de un momento. —Tienes razón. —Presionando el botón, dijo—: Déjala pasar. Nuestro relajante desayuno oficialmente se había terminado. Tiré nuestras envolturas de la comida para distraerme de los nervios que se arrastran dentro de mí. La puerta se abrió y Genevieve entró en la oficina, cerrando silenciosamente la puerta tras ella. Estaba vestida de manera conservadora, llevaba una falda lápiz gris y una blusa de color crema, sin mangas, que mostraba sus torneados brazos. Su olor era familiar, Chanel No. 5.
Me di cuenta que estaba constituida al estilo de la anfitriona de la televisión, Kelly Ripa, pequeña y esbelta. En realidad, se parecía un poco a ella. Graham ni siquiera la miró. Se quedó en silencio, jugueteando con su reloj, un hábito nervioso que hasta ahora, casi pensé que había superado por completo. Genevieve hizo contacto visual conmigo primero. —Soreena, no me di cuenta que estarías aquí. —Es Soraya. Y, sí, estoy aquí para apoyar a Graham cuando lleguen los resultados. Se sentó. —Así que... lo sabes todo. —Sí. Él y yo no guardamos nada el uno del otro. —Bueno, es amable de tu parte estar aquí para él. Graham finalmente habló con ella. —Creí que habíamos discutido el hecho que prefería que no vinieras aquí hoy. —Tengo que estar aquí, Graham. Estoy segura de que le has dado a Syreeta una idea de lo mala persona que soy, pero también estoy aquí hoy para ayudarte.
El tono de Graham fue severo. —Es Soraya. No Soreena. Ni Syreeta. So-RA-ya. ¿Qué tan difícil es? —Soraya... Soraya... lo siento... estoy un poco nerviosa, ¿de acuerdo? No he venido aquí para causar problemas. Solo trato ser de apoyo también. Me doy cuenta de que toda esta situación es culpa mía. No estoy negando eso, pero no puedo cambiar el pasado. Solo intento hacer bien las cosas. Si tengo que pasar el resto de mi vida compensándolo, lo haré. —Parecía como si estuviera a punto de llorar. O estaba realmente alterada, o merecía un Oscar. Graham permaneció inafectado por su pequeño colapso. Pasaron varios minutos de incómodo silencio mientras Graham pasó de juguetear con su reloj a girar los extremos de una pluma entre sus dos dedos índice. Lo arrojó a través de la habitación y gruñó: —¿Qué demonios les está llevando tanto tiempo? Genevieve se esforzaba por aliviar el estado de ánimo y miró a mis pies. —Me gustan tus zapatos. ¿Qué marca son? —Michael Kors. No son Louboutins, ni nada, pero me gustan. Son cómodos para ser plataformas. Ella sonrió. —También me gustan. Graham rodó su silla hacia atrás y se levantó. Empezó a caminar y parecía estar perdiendo su calma, así que traté de tranquilizarlo. —Dijeron antes del mediodía, ¿cierto? Bueno, todavía hay un poco de tiempo. Sacó su teléfono. —Voy a llamar al laboratorio. —Lo puso en el altavoz. Una mujer respondió: —¿Laboratorios Culver? —Sí. Soy Graham Morgan. Se suponía que recibiera una llamada antes del mediodía de hoy con los resultados de una prueba de paternidad que su laboratorio realizó para mí esta semana. Estamos a tres minutos del límite. Quisiera mis resultados ahora, por favor.
Arnold Schwartz indicó que él supervisaría todo personalmente para asegurarse que estos resultados estuvieran listos esta mañana. Tengo un número de referencia especial que me dio por si lo necesita. —Sí, señor. Eso sería útil. Mientras Graham le daba la información, dije una oración silenciosa para que, por algún milagro, resultara que no era el padre. No estaba segura de si eso me hacía una mala persona o qué. Hasta que llegaran esos resultados, todavía había esperanza en lo que a mí respectaba. ¿Y si hubiera un tercer hombre del que no supiéramos... uno que fuera más oscuro como Graham, que tal vez se parecía a él? Cualquier cosa era posible, ¿cierto? El chasquido de un teclado podía ser oído en el fondo mientras la mujer recuperaba la información. —Voy a ponerlo en espera, señor Morgan. Parece que los resultados están listos, pero cuando le indicaron que alguien lo llamaría para entregárselo, al parecer se basaron en la hora del Pacífico. Pero aquí en el sistema se muestra que la prueba ha sido completada. Solo necesito ver si tenemos personal autorizado disponible para darle esos resultados. Él susurró en voz baja. —Jesucristo. Estas personas en la costa oeste no tenían idea de cuánto dependía de esto. Si lo hicieran, seguramente se apresurarían. Genevieve exhaló y me miró. —Esto es muy destroza nervios. No sabía por qué estaba haciendo un intento de hablar conmigo. En cualquier caso, estaba demasiado histérica como para responder. Volví mi atención hacia Graham. La actitud relajada de más temprano era como un recuerdo lejano. Lucía tan preocupado. Creo que una parte de él quería que Chloe fuera suya, mientras que otra parte estaba aterrorizada por el escenario opuesto, donde una niña que había imaginado como suya se quedaría sin padre. Mis entrañas se sentían como si estuvieran retorciéndose, y me pregunté si esto era lo que sucedía cuando verdaderamente amabas a alguien, que físicamente podía sentir el miedo de esa persona. Su miedo era mío. Su dolor era mío. Su vida ahora estaba fusionada con la mía. No le había dicho que lo amaba, pero mientras estaba ahí sentada sintiendo que todo mi futuro dependía de los próximos minutos, llegué a la conclusión que esto tenía que ser real. Amaba a Graham J. Morgan. El Sr. Gran Imbécil. Arrogante Trajeado. Célibe en Manhattan. Cincuenta sombras de Morgan. Los amaba a todos. Amaba que apreciaba todas mis idiosincrasias. Amaba que me protegiera. Amaba que me hiciera sentir por primera vez en mi vida como si yo fuera la persona más importante para alguien, para él. La cosa era, dependiendo de estos resultados, ya no sería lo más importante. Su hija siempre sería y debería ser lo primero. Así era como se suponía que debía ser. Eso era lo que Frank Venedetta nunca entendió. La voz de un hombre llegó desde el altavoz. —¿Señor Morgan? Gracias por esperar, mi nombre es Brad. Soy uno de los gerentes del laboratorio. Me disculpo por el retraso. Tengo sus resultados.
Graham tragó saliva. —Está bien… —Hay, al menos, un 99.9 por ciento de probabilidad que usted sea compatible. Estos resultados son concluyentes para demostrar la paternidad. Llevo su mano hacia su boca y soltó una larga y lenta exhalación en su mano. El hombre continuó: —Hoy vamos a enviar por Fedex la copia impresa de sus resultados del laboratorio. Debería recibirlos mañana. Una vez más, me disculpo por el retraso. Genevieve se cubrió la cara y empezó a llorar. —Gracias —dijo Graham simplemente. Colgó el teléfono y me miró directamente a los ojos. Tratando de mantenerme compuesta, solo seguí asintiendo con mi cabeza una y otra vez en un intento de convencerlo a él y a mí misma que las cosas iban a estar bien. —Está bien —dije vocalizando. En el fondo, estaba lejos de estar segura de eso. Sabía que lo amaba. Eso era todo lo que sabía. Solo esperaba que fuera suficiente
Veritoj.vacio- Mensajes : 2400
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Edad : 52
Re: Lectura #1 Julio 2017
Graham
La casa rojiza de tres plantas de Genevieve, estaba a solo un kilómetro y medio de mi apartamento en el Upper West Side. Me paré frente a la estructura de ladrillos y me detuve un momento antes de entrar. Una vez que oficialmente conozca a Chloe, no habrá vuelta atrás. Era padre ahora. Todavía se sentía como un concepto extraño. Genevieve y yo habíamos acordado que esta primera reunión sería una cena informal. Ella me presentaría como un amigo de la familia. Veríamos qué pasa, y cuando llegara el momento, se le explicaría a Chloe que en realidad tenía dos padres, uno en el cielo y otro en la tierra. Con el tiempo, cuando Chloe se sintiera cómoda con la idea, desarrollaríamos un acuerdo justo de custodia. Genevieve tuvo suerte de haber decidido hacer esto fácil para mí. De lo contrario, habría tenido un infierno de pelea en sus manos. Había querido mucho que Soraya estuviera aquí conmigo esta noche, pero tenía más sentido que conociera a mi hija primero antes de introducir a más gente nueva en su vida. Chloe acababa de perder al único padre que había conocido. Todavía estaba extremadamente frágil. Una corona de ramas y bayas colgaba de la puerta roja. Tocando el timbre, tomé una respiración profunda antes de que la puerta se abriera. Genevieve sonrió y negó. —Entra, Graham. Adentro todo era ya fuera blanco, plateado o gris. La decoración se parecía mucho a mi propio apartamento, elegante y moderno. Me recordó lo mucho que mi gusto había cambiado. Últimamente, me gustaban más las cosas de varios colores. Colores brillantes e intensos. El aroma de especias aromáticas llenó el aire, lo que me incitó a preguntar: —¿Qué es lo que huele? —¿Recuerdas ese pad thai(12) casero que solía prepararte? Siempre fue tu favorito. Eso es lo que hueles. Lo hice para cenar esta noche.
Tuve que morderme la lengua para evitar recordarle que no recordaba mucho de lo que pasó antes de encontrarla chupándosela a Liam. Sin embargo, esta no era la noche para mis típicas pullas. —Gracias. Eso fue considerado. —Solo quiero que te sientas cómodo aquí. La única cosa que me hacía sentir incómodo, era Genevieve tratando de interpretar a la feliz ama de casa. —¿Dónde está? —Chloe está jugando en su habitación. Pensé que sería mejor simplemente dejarla salir y naturalmente que te encuentre aquí, en lugar de presentarte inmediatamente. No quiero que sospeche. ¿Sospechar que su madre es una infiel mentirosa que le ha ocultado a su verdadero padre desde el día en que nació? —Lo que sea que creas que sea mejor. La conoces mejor que yo. Eso no es por mi elección, por supuesto. —Lo sé. —Genevieve se aclaró la garganta y caminó hacia la cocina—. Ponte cómodo. ¿Puedo ofrecerte algo para beber? —El agua estará bien con la cena, nada por ahora. —Me senté en la sala de estar, que estaba junto a la cocina. —¿Estás seguro? Tengo coñac... Merlot... Levantando la palma de la mano, dije: —No voy a beber esta noche. —De acuerdo... déjame saber si cambias de opinión. —Te conozco —dijo una voz dulce. Me di vuelta para encontrar a Chloe de pie allí. Su gruesa y larga melena de cabello castaño cubría la mitad de su rostro. Llevaba un adorable pijama de pies rosados y sostenía un osito de peluche. Mi boca se curvó en una sonrisa mientras me levantaba de mi asiento. —¿Me conoces? —Encontraste mi pasador... en la fiesta de papá. Estaba en lo correcto. Había recogido la cosa con borla que cayó de su cabello en el velatorio de Liam. Me arrodillé delante de ella. —Eres una chica lista. —¿Cuál es tu nombre? —Graham. —¿Como las galletas Graham?
—Sí. Supongo. —¡Eres una galleta de sal inteligente! Me reí. —Eres muy graciosa, Chloe. Genevieve interrumpió: —Chloe... Graham es un amigo de papá y mamá. Va a cenar con nosotros esta noche. —¿Sabías que mi papá murió? —Sí. Lo siento mucho por ti. Sé que te quería mucho. Se acercó a la mesa auxiliar y tomó una fotografía enmarcada, trayéndola hacia mí. En la instantánea, Liam la miraba cariñosamente mientras las hojas de otoño caían a su alrededor. No había duda de que él la adoraba. Quería sentirme amargado, pero ver la sonrisa en su rostro en la foto, lo hacía imposible. —Esa es una gran foto de ustedes dos. —Gracias. En dificultades para encontrar qué decirle a continuación, le pregunté: —¿Siempre llevas pijama tan temprano? —A veces. —Se ven muy cómodos. Ojalá hicieran de esas para mi tamaño. Ella arrugó su pequeña nariz. —Eso sería tonto. —Sí. Supongo que lo sería. Me entregó su osito de peluche y dijo: —¡Mira! Teddy Grahams (13)... como las pequeñas galletas. —Luego empezó a reírse. Me reí porque ella se estaba riendo. —Inteligente. —¡La cena está lista! —gritó Genevieve desde la cocina. Había preparado la mesa del comedor. Un gran plato blanco y rectangular estaba lleno de fideos de arroz y verduras que había hecho. Un plato de nuggets de pollo y verduras mixtas estaba colocado delante de lo que asumí era el asiento de Chloe. El mantel individual de Dora La Exploradora lo delataba. —Graham, ¿dijiste que solo querías agua? —preguntó Genevieve.
—Está bien. —Chloe, ¿quieres tu habitual leche de fresa? ¿Leche de fresa? De ninguna manera. Me volví hacia Chloe. —¿Leche de fresa? Me encanta la leche de fresa. —Ese es mi favorito. —¿Qué tipo? —Quik —dijo. Nunca había tomado leche Nesquik delante de Genevieve. Por lo tanto, ella no tenía ni idea de que esto era una loca coincidencia. —Es una locura. Esa es mi bebida favorita en todo el mundo. —Me volví hacia Genevieve—. ¿Puedo cambiar mi pedido a la leche de fresa, también? —Por supuesto. —Genevieve lucía divertida. En presencia de mi hija, por primera vez en mi vida adulta, bebía leche Nesquik abierta y descaradamente. Salía del closet de leche de fresa. Chloe se volvió hacia su madre. —Tienes que darle un popote loco. —Oh, no creo que él quiera una. Para el beneficio de Chloe, miré a Genevieve como si estuviera loca por pensar que no lo haría. —¡Por supuesto que sí! Genevieve sacudió la cabeza y luego puso un popote largo y rosado delante de mí. Chloe alucinó al verme beber de ella. —Sabes, Chloe, nunca me di cuenta de lo mucho mejor que sabe esta leche cuando la bebes de un popote loco. —¡Lo sé! —gritó. La alegría en sus ojos era palpable. Me podría acostumbrar a esto. Me hizo sentir tan bien que, la mera visión de un tontorrón como yo haciendo cosas infantiles, podría poner una sonrisa muy necesaria en su rostro. Esta niñita acababa de sufrir una pérdida traumática, pero era equilibrada y amada por su madre. Tuve que, al menos, concederle a Genevieve eso. Parecía una muy buena madre. A lo largo de la cena, Chloe disfrutó viéndome sorber mis fideos. Haría cruzar mis ojos solo para hacerla reír una y otra vez. Genevieve permaneció en silencio, pero observando, a menudo descansando su barbilla en su mano mientras nos miraba. Estaba dando un paso atrás, permitiendo que Chloe y yo nos uniéramos.
Después de la cena, Genevieve hizo que Chloe se lavara las manos y se cepillara los dientes. No estaba seguro de lo que se llevaría a cabo el resto de la noche hasta Chloe se acercó a mí de nuevo y preguntó: —¿Te quedas a dormir? —No. No, no me voy a quedar. Pero me quedaré un tiempo más. ¿Qué sigue en la agenda? —¿La qué? Tenía que aprender a hacer mi lenguaje más amigable para los niños. —¿A qué te gusta jugar después de la cena? —Vestirme. —¿Vestirte? —Sí. —¿Qué conlleva eso? —No hay que llevar nada. Vestidos. Me reí. —¿Vestidos? —Sí. —Entonces huyó, presumiblemente para ir a buscar algo. Miré a Genevieve como si tuviera que traducir todo esto para mí. —¿Vestidos? —Chloe tiene un cofre lleno de vestidos de princesa y otros disfraces en su habitación. Le gusta ponérselos sobre su pijama y girar en ellos hasta que se cansa. Es una especie de ritual al acostarse. Chloe regresó corriendo hacia mí. Ahora estaba usando un vestido rosa sedoso y llevaba una corona de plástico. Prácticamente, antes de que pudiera parpadear, una boa blanca de plumas fue colocada alrededor de mi cuello. —Chloe, Graham tal vez no quiera vestirse como una dama. —Está bien. He estado intentando ponerme en contacto con mi lado femenino. Ha estado en mi lista de tareas pendientes. Chloe agarró mi teléfono y me lo dio. —¡Toma una foto de nosotros! Tomé un selfie de Chloe y yo, e instintivamente se lo envié a Soraya. Sin conocer su estado de ánimo esta noche, me arrepentí de mi decisión de enviarlo, pero ya era demasiado tarde. —Volveré —dijo Chloe mientras retiraba la boa de mi alrededor. Regresó a su habitación, dejándonos a Genevieve y a mí solos en la sala. Unas cuantas plumas perdidas habían caído a su paso, aterrizando en la alfombra. —Eres muy bueno con ella, Graham.
—Esto se siente más... natural... de lo que esperaba. —Claro que sí. Porque es tu hija. Antes de que pudiéramos continuar la conversación, Chloe llegó corriendo hacia mí otra vez. Esta vez, llevaba un vestido rojo de aspecto navideño con ribetes blancos, y de piel. Sostenía un sombrero de copa negro. —¿Eres una princesa de nieve? —Soy una princesa de Navidad. —Colocó el sombrero de copa en mi cabeza—. Y tú eres Scrooge. —Creo que hay muchas personas que probablemente dirían que me has encasillado, Chloe. —¿Qué? —Nada. —Sonreí. Tuve que seguir recordándome que estaba hablando con una niña de cuatro años y medio. El juego de disfrazarse continuó durante aproximadamente una hora antes de que Genevieve le dijera a Chloe que tenía que ir a la cama. —Ya es media hora después de tu hora de acostarse. Di buenas noches a Graham. Mi hija caminó hacia mí. Mi hija. Todavía tenía que acostumbrarme. Se detuvo frente a mi rostro. Dios, se parecía tanto a mi madre. Mamá la habría querido tanto. Eso me recordó que necesitaba reservar un tiempo determinado para dar esta noticia a Meme. No pude evitar alzar las manos y acariciar las mejillas de Chloe. No quería asustarla, pero había estado deseando hacerlo toda la noche, y esta era mi última oportunidad. —Buenas noches, cariño. —¿Vas a regresar? —Puedes contar con eso, Chloe. —Ninguna palabra más verdadera había salido de mi boca. Le iba a costar mucho trabajo el tratar de deshacerse de mí.
Esta noche definitivamente había ido mejor de lo que podría haber previsto. De vuelta en la limosina, la sensación de calidez dentro de mí fue rápidamente reemplazada por la preocupación cuando revisé mi teléfono y me di cuenta de que Soraya nunca respondió a la foto que le había enviado. Un presentimiento se apoderó de mí. No era propio de ella no responder a uno de mis textos. Era un imbécil. Un total y puto Imbécil.
Nunca debí enviar esa foto. Mi corazón comenzó a golpear. ¿Debería dejarla sola esta noche o ir a Brooklyn? —Solo estacione enfrente del condominio, Louis. Todavía no sé a dónde me dirijo. Justo cuando el auto se detuvo en mi edificio, mi teléfono zumbó con una notificación de mensaje de texto. Soraya: Lo siento. No me llego hasta ahora. Mi teléfono se estaba cargando en la otra habitación. Te ves adorable en una boa. Me alegro que las cosas fueran bien. Creo que me voy a acostar temprano esta noche. Me siento un poco indispuesta. Hablamos mañana. XO Dejando escapar un enorme suspiro de alivio porque había respondido, incliné la cabeza hacia atrás en el asiento antes de releer el mensaje de nuevo. No estaba seguro si ir a Brooklyn o no. Dijo que no se sentía bien. Cogí el teléfono y marqué su número, pero fue al buzón de voz. ¿Estaba ignorando mi llamada o ya se había ido a la cama? Tal vez lo puso en modo silencioso. Cuando el teléfono pitó para dejar un mensaje, empecé a caminar. —Hola guapa. Me apena que no te sientas bien. Solo quería oír tu voz antes de que te acostaras a dormir. Probablemente ya estás en la cama. Esta noche fue bien. Quiero que la conozcas cuando estés lista. Pero, Soraya, necesitas saber algo. No creo que hubiera estado listo para esto si no fuera por ti. El hombre que era hace unos años no es el hombre que soy ahora. Era una persona miserable. Liam fue el mejor padre para ella en ese entonces. Estoy seguro. Pero gracias a ti, seré el tipo de padre que ahora merece. Porque me has enseñado mucho sobre lo que es importante en la vida. Me detuve. Mierda. Dile que la amas. Solo dile. —Soraya, yo... BIP. La maldita cosa me colgó.
12 Se trata de un plato salteado en wok a base de fideos de arroz con huevos, salsa de pescado, salsa de tamarindo, pimiento rojo, y cualquier combinación de brotes de soja, gambas, pollo, o tofu, decorado con cacahuetes picados y cilantro.
13 Juego de palabras, la niña hace una broma al decirle Smart cracker (galleta salada inteligente), luego de que Graham la llamó Smart cookie: chica inteligente, frase que literalmente significa galleta inteligente.
Veritoj.vacio- Mensajes : 2400
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Edad : 52
Re: Lectura #1 Julio 2017
Soraya
No había visto el auto estacionado en la acera fuera de mi edificio, hasta
que bajó la ventanilla y su voz sexy me llamó la atención.
—¿Quieres un paseo, hermosa?
Me dirigí al auto oscuro.
—Eso depende. ¿Qué tipo de paseo ofrece, Sr. Gran Imbécil?
Tomándome por sorpresa, Graham abrió la puerta, tiró de mi brazo y
me llevó dentro, sobre su regazo, en un rápido movimiento. Lo juguetona
que fue su acción me hizo sonreír, aunque era de mañana y no había tomado
mi segunda taza de café. Eso no pasaba seguido.
Me reí, probablemente sonando como una colegiala, pero no pude
evitarlo.
—¿Qué estás haciendo aquí?
—Vine a llevar a mi mujer a trabajar.
—¿Tu mujer? Suenas como un hombre de las cavernas. —Lo que
secretamente me encantó.
Enterró su rostro en mi cuello y respiró profundamente. Cuando
exhaló, sentí la tensión salir de su cuerpo.
—Te extrañé anoche. No te sentías bien. ¿Estás mejor hoy?
—En realidad, lo estoy. Pensé que me iba a dar algo. Pero una buena
noche de sueño me hizo sentir mucho mejor.
—¿Sabes qué más puede hacerte sentir mejor? —Su brazo derecho
estaba en mi regazo, manteniéndome fija en el lugar mientras su otra mano
empezaba a deslizarse por mi muslo. Llevaba una falda que le permitía un
fácil acceso.
—Déjame adivinar, ¿tu pene? ¿Tu pene puede hacerme sentir mejor?
—Ahora que lo mencionas, estoy seguro que lo haría. Pero eso no es lo
que tenía en mente, en realidad.
—¿No?
Negó lentamente.
—En realidad, he estado fantaseando acerca de lo jodidamente sexy
que te ves cuando te vienes, y quería tener la oportunidad de mirarte de
cerca. Estaba pensando que me gustaría follarte con mis dedos de camino
al trabajo hoy. Cuando estoy dentro de ti, estoy demasiado distraído para
estudiar tu rostro.
—Quieres estudiar mi rostro... —giré mi dedo en círculos, señalando la
vecindad general de mi regazo—, mientras tu…
—Te follo con los dedos. Sí.
Miré a los ojos de Graham. Estaba hablando en serio. Sin apartar la
mirada, hablé con su conductor:
—71ª y York, por favor, Louis.
Las pupilas de Graham se dilataron mientras presionaba el botón del
divisor de privacidad con una sonrisa, que era una deliciosa mezcla entre
malvado y encantado. Estaba vestido para el trabajo con su traje de
costumbre a medida, luciendo cada centímetro como el hombre de negocios
de gran alcance que era. Sin embargo, en ese momento, el único negocio en
el que estaba concentrado era yo. Esa mirada en sí me despertó. Así que,
cuando me mantuvo en su regazo y abrió mis piernas, ya estaba mojada
para él. No tuvo que esforzarse mucho para conseguir lo que buscaba.
Sorprendentemente, sentir que sus ojos se fijaban en mí todo el tiempo no
me hizo sentir auto consciente. En cambio, en realidad, aumentó lo que
sentía al saber que él se estaba excitando al mirarme.
Ni siquiera estábamos en el puente de Brooklyn cuando terminé.
Sentada, suspiré contenta, apoyando mi cabeza contra su pecho.
—Esto es mucho mejor que el tren.
Se rió entre dientes.
—Espero que te refieras a mis servicios y no al medio de transporte.
—Por supuesto.
Sus brazos estaban envueltos alrededor de mí, y me apretó antes de
besar la parte superior de mi cabeza.
—Estos servicios están a tu disposición veinticuatro/siete, Soraya. Solo
di la palabra.
Disfrutando de la serenidad posterior a la liberación, y la sensación de
estar envuelta en los brazos de Graham, estuve callada por un tiempo,
ambos lo estuvimos. Después de cruzar Manhattan, supe que no nos
quedaba mucho tiempo antes que llegáramos a mi oficina, y me sentí
culpable por no haber preguntado por la noche anterior.
—Me encantó la foto de Chloe y tú con la boa que enviaste anoche.
Parecía que tuviste una buena primera visita.
—Es extraordinaria.
Aparté mi cabeza de su pecho para verlo hablar. Sus ojos se iluminaron
mientras hablaba de ella.
—Es inteligente y divertida. Y sarcástica. Y hermosa. —Acarició mi
mejilla—. En realidad, es como tú.
—Su madre es inteligente y hermosa.
—¿Qué tan jodido sería si digo que me fui a casa anoche pensando que
deseaba que fuera nuestra?
—Bastante jodido. —Hice una pausa—. Pero también honesto y dulce.
—No puedo esperar a que la conozcas.
Eso me aterraba.
—No estoy segura de estar lista para eso.
Graham asintió como si lo entendiera, aunque vi dolor en sus ojos.
—Pero quiero oír todo sobre ella de ti. Solo creo que tenemos que
tomarlo lento. Realmente no sé nada de niños, y seguimos averiguando
cómo llevar nuestra propia relación.
Sentí su cuerpo endurecerse.
—Ya he averiguado todo sobre nuestra relación.
—No quise decir...
—Está bien. Lo entiendo, Soraya.
Querida Ida,
Mi novio y yo hemos estado juntos por poco más de cuatro
meses. Lo amo, y me ha dicho que también me ama. Mi
preocupación es que no me hace sentir especial, querida, o
deseada. Nunca está ansioso por verme, y a menudo necesito ser
la que inicia la actividad sexual. He intentado hablar con él sobre
esto, pero no ha cambiado las cosas. ¿Estoy siendo tonta por
necesitar sentirme querida?
—Krista, Jersey City
Seguí revisando el correo diario, dejando a un lado los que creía que
tenían potencial.
Querida Ida,
Mi novio, Brad, y yo, nos mudamos juntos hace seis meses.
Una semana después de haber firmado el contrato de
arrendamiento, perdió su trabajo....
Querida Ida,
Mi marido parece haber perdido su deseo sexual...
Querida Ida,
Estoy saliendo con un hombre que es reflexivo y cariñoso. El
problema es que...
Querida Ida,
Me temo que dejé que el amor de mi vida se escapara de mis
manos hace unos años. Todo aquel que me encuentro, palidece…
Cuando terminé, quise golpear mi cabeza sobre el escritorio. Ya me
había sentido como una mierda por el modo en que Graham y yo nos
despedimos esta mañana. Leer sobre todos estos problemas de relación me
hizo darme cuenta de lo poco agradecida que era. Aquí, Graham viajaba
hasta Brooklyn para recogerme, dejando claro cuánto me echaba de menos
(por no mencionar un bello y espectacular orgasmo temprano en la mañana,
sin tomar placer a cambio), y ¿yo qué hice? Hice que se sienta como una
mierda. Buen trabajo, Soraya.
La cosa era que lo quería más de lo que incluso sabía que era posible
querer a otro ser humano. Y ese pensamiento me asustó como el infierno.
Más aún ahora que había una niña involucrada. Me recosté en el asiento, e
intenté imaginar mi vida sin Graham. No tardé mucho en darme cuenta que
estaba jodida. Porque ya no podía. También me hizo darme cuenta que
estaba siendo una novia de mierda.
Tomando una respiración profunda, busqué mi teléfono.
Soraya: Lo siento por esta mañana. Quiero conocer a Chloe.
Los pequeños puntos comenzaron a saltar inmediatamente. Me
preguntaba si también estaba teniendo problemas para concentrarse debido
a la forma en que dejamos las cosas.
Graham: ¿Estás segura?
Soraya: Ella es una extensión de ti, y quiero conocer todo sobre
ti.
Mi teléfono permaneció en silencio durante unos minutos, y esperé con
impaciencia una respuesta.
Graham: Gracias, Soraya.
Soraya: No. Gracias a ti.
Graham: ¿Por esta mañana?
Soraya: Por ser el hombre que eres.
Estaba relativamente tranquila de nuevo después de eso. Al menos dos
días más. Hasta el sábado, cuando íbamos a almorzar para conocer a
Genevieve y Chloe.
—Le dijiste a Genevieve que iba a venir, ¿verdad?
—Sí.
—Y no se opuso.
La mandíbula de Graham se flexionó y no dijo nada. Por otra parte, no
necesitaba hacerlo.
—No me quiere aquí. —Suspiré.
—No importa lo que quiera.
—Claro que sí. Es la madre de Chloe.
Estábamos en la parte trasera del auto de Graham, el tráfico era muy
ligero, y llegábamos con más de media hora de adelanto al almuerzo. Mis
nervios ya estaban al borde y, esta nueva información, saber que Genevieve
había dicho que no me quería allí, hizo que me doliera la cabeza.
—Si ella tuviera una preocupación legítima por el bienestar de Chloe,
habría aceptado dejar que te la presentara. Pero no lo hizo, y es importante
para mí. —Tomó mi mano y apretó.
—¿Cuál era entonces su preocupación?
De nuevo, ese músculo contundente en su mandíbula se flexionó.
—No es importante.
A pesar de querer saberlo, lo dejé pasar. Sobre todo, porque nos
detuvimos en la 3ª Avenida y Louis nos interrumpió.
—La 60ª está cerrada. Tienen una especie de grúa en la calle, así que
todo está bloqueado.
—Está bien. Nos bajaremos aquí —respondió Graham.
Después de salir del auto, comprobó su reloj antes de extender su mano
para ayudarme a salir de la parte trasera, y no la soltó después de cerrar la
puerta detrás de mí.
—¿Quieres ir temprano al restaurante?
—Hace buen día. ¿Por qué no damos un paseo por el vecindario? —
Pensé que sentarme y esperar sería mucho más estresante que dar un paseo
en un hermoso día.
A mitad de nuestro paseo, pasamos por un estudio de baile, West Side
Steps.
—¿Es aquí donde está Chloe? —Genevieve le había dicho a Graham que
Chloe acababa de comenzar una nueva sesión de clases de baile no muy
lejos de Serendipity 3.
—No lo sé. —Nos detuvimos, pero la gran ventana de cristal reflejaba
para que nadie pudiera ver dentro. Después de pasar de largo, una voz de
mujer nos llamó.
—Graham. —Volviéndonos, encontramos a Genevieve abriendo la
puerta del estudio de baile.
—Genevieve. —Graham asintió—. ¿Recuerdas a Soraya?
Dejó ver una súper sonrisa practicada.
—Por supuesto. Me alegro de verte.
Claro que sí.
—La clase no termina por otros veinte minutos. Pero puedes ver a
través de la sala de observación. Es un vidrio unidireccional para que no te
vea viéndola practicar.
Graham me miró y asentí.
Dentro, la sala de observación estaba llena de padres. La mayoría
sentados y charlando, ni siquiera mirando a través del cristal hacia la clase
en el otro lado. Graham caminó vacilante hacia la ventana. La sala estaba
llena de chicas de cuatro y cinco años que llevaban tutús de ballet. Busqué
a Chloe entre el mar de rosa. Habría destacado incluso si no fuera la niña
más adorable de la habitación. Su traje era verde neón, donde todas las
otras chicas llevaban colores pastel.
—Se niega a conformarse y vestir lo que las otras chicas llevan a clase.
Espero que crezca.
Graham seguía mirando a la niña con fascinación.
—Espero que no lo haga.
Los ojos de Genevieve se estrecharon hacia mí. Llevaba un traje de
pantalón color crema con una camiseta de seda azul marino, femenino,
costoso y elegante, pero ciertamente nada que no encontraras en una
docena de mujeres en el Upper West Side en cualquier momento.
—Esta es una clase nueva para ella. Solía venir los martes por la noche
mientras su padre... —Se dio cuenta de lo que había dicho y se corrigió—.
Mientras Liam iba al gimnasio al otro lado de la calle. La última sesión
terminó hace unas semanas, y pensé que era mejor cambiarla al fin de
semana para que no tuviera que recordar la vieja rutina.
Graham asintió.
Una mujer embarazada se acercó.
—Eres la mamá de Chloe, ¿cierto?
—Sí.
Las manos de la mujer habían estado dobladas encima de su enorme
vientre antes de extender una hacia Genevieve.
—Soy la mamá de Anna, Catherine. Anna no dejaba de hablar de Chloe
la semana pasada después de clase. Pensé que podríamos juntar a las
chicas algún día.
—Por supuesto. Estoy segura que a Chloe le encantaría.
Graham estaba atado al cristal, sus ojos siguiendo los movimientos de
Chloe, pero se volvió hacia Catherine.
La mujer sonrió.
—Debes ser el papá de Chloe. Es tu viva imagen, ¿no es así?
Graham se quedó inmóvil, mirando a Genevieve.
Sin compromiso, ella lo presentó.
—Catherine, éste es Graham Morgan.
La mujer extendió su mano y me miró dado que ahora yo también
estaba frente a ella.
—¿Eres la niñera?
Eso sacó a Graham de su nube. Envolvió su mano alrededor de mi
cintura posesivamente.
—Esta es Soraya. Mi novia.
Graham no se dio cuenta, pero Genevieve se encontró con mi mirada,
y la suya brilló con diversión. Perra.
Salimos antes que terminara la clase, no queriendo que Chloe nos
encontrara allí, y le dijimos a Genevieve que la encontraríamos en el
restaurante.
En la calle, el aire fresco se sintió bien. Finalmente pude respirar mejor.
—Esa mujer no me quiere.
—Está celosa de ti. Siempre ha sido insegura de su aspecto.
—¿Ella? Es preciosa.
Graham se detuvo en la calle.
—Es atractiva, por supuesto. Pero es ordinaria. A diferencia de ti. —
Extendió sus brazos y tomó mi rostro con ambas manos—. Eres
extraordinaria.
Estaba completamente serio y por la forma en que me miraba, las
dudas que se habían levantado de nuevo dentro de mí, se pusieron a
descansar.
Chloe literalmente saltó dentro de Serendipity 3 quince minutos más
tarde. No se había cambiado su ropa de baile, y era imposible no sonreír
mirándola. Después de una breve pausa donde Genevieve señaló hacia
nuestra mesa, saltó el resto del camino hacia donde estábamos sentados.
Graham se puso de pie.
—Chloe. —Asintió y sonrió.
—Galleta. —Puso todo su peso detrás de ella, se estiró y golpeó su mano
en el aire buscando chocar la de Graham. Lo cogió desprevenido, casi
perdiendo la conexión de manos. El intercambio fue cómico. Chocar manos
era tan... ajeno a Graham.
Cuando se sentó de nuevo, me incliné:
—¿Galleta?
Susurró de regreso:
—Como las galletas Graham. Aparentemente, tengo un apodo.
—¿Cómo te llamas? —Chloe subió a su silla y se arrodilló. Estaba
sentada directamente frente a mí.
—Mi nombre es Soraya. Es un placer conocerte, Chloe.
—¿Soraya?
—Es correcto. —Al primer intento.
—Amo tu cabello. Mamá, quiero hacer eso en mi cabello.
Genevieve levantó el menú.
—No lo creo.
—¿Eres la esposa de Graham?
—No.
—¿Eres su...?
Genevieve volvió a interrumpir a su curiosa hija.
—Soraya es amiga de Graham, cariño. Ahora, ¿por qué no te sientas
bien en la silla?
Ella se encogió de hombros.
—Pero me gusta sentarme sobre mis rodillas. Puedo alcanzar mejor las
cosas.
—Siéntate. Si necesitas algo y no puedes alcanzarlo, te lo acercaré.
Chloe hizo una mueca, pero plantó su trasero en el asiento
correctamente.
—¿Recuerdas la vez que vinimos aquí después de obtener la cuenta de
Donovan? —le preguntó Genevieve a Graham.
—No. —La respuesta de él fue rápida. Estaba claro que recordaba, pero
trataba de alejarla del tema.
Bajando sus ojos hacia el menú, Genevieve sonrió ampliamente.
—Eso es malo. Pero estoy segura que recuerdas lo que pasó más tarde
esa noche.
—Galleta, ¿qué vas a ordenar?
—No lo sé todavía, Chloe. ¿Tú qué vas a ordenar?
Ella arrugó todo su rostro y sostuvo su dedo índice contra su nariz en
un profundo pensamiento.
—El chocolate caliente helado.
—¿Supongo que has estado aquí antes?
—Solía venir cada semana después de bailar, con mi papá. —El rostro
de Chloe vaciló. Su siguiente pregunta la dirigió hacia mí—. ¿También
conociste a mi papá, Soraya?
—Ummm...
Graham apoyó su mano en mi rodilla debajo de la mesa y respondió
por mí.
—No conoció a tu papá, Chloe.
—¿Sabes lo que mi papá ordenaba cada semana?
—¿Qué?
Arrugó su nariz como si algo oliera mal.
—Café.
Graham bajó su menú. Ni siquiera le había echado un vistazo.
—Pediré lo mismo que tú, Chloe.
Ella sonrió tan grande, que casi podía contar todos sus pequeños
dientes blancos. Cuando el mesero vino a tomar nuestro pedido, también
pedí un chocolate caliente helado. Genevieve solo ordenó un café. Le dejó a
Chloe una lata llena de crayones y un menú de papel infantil para colorear.
Inmediatamente se puso a trabajar.
—¿Cuál es tu color favorito, Galleta?
—Azul. —Los ojos de Graham se estrecharon hasta las puntas de mi
cabello—. ¿El tuyo?
—Verde. Quería pintar mi habitación de verde, pero mami dijo que no
era acordado para la habitación de una niña.
Genevieve interrumpió:
—Dije que no era adecuado para la habitación de una niña.
Chloe se encogió de hombros y regresó a colorear.
—Entonces, Soraya, ¿en qué trabajas? —preguntó Genevieve.
—Trabajo para un columnista. Pregúntale a Ida.
—¿La columna de relaciones?
—Esa.
Fingió sonreír.
—Tendré que recordar eso, la próxima vez que busque consejo.
Asentí.
—¿Cómo se conocieron?
—Graham escribió en la columna de consejos para relaciones hace
algunos años.
—¿Lo hizo?
Los ojos de Genevieve se abrieron de par en par.
Aunque disfruté de su reacción, pensé que era mejor no molestarla
demasiado.
—Solo estoy bromeando contigo. Nos conocimos en el tren. Algo así.
Graham olvidó su teléfono y yo lo encontré.
—¿Graham tomó el tren?
—Lo hizo ese día.
Graham apretó mi rodilla.
—Mami no toma el tren. ¡Papi y yo solíamos tomarlo juntos! —anunció
Chloe, basándome en los hechos, hablar de Liam no parecía molestarla
como pensé que haría. Continuó coloreando y luego su dedo índice volvió a
su nariz. Estaba claro que era su posición de pensamiento, y era
malditamente adorable—. ¿Vendrás a mi fiesta de cumpleaños?
Observé languidecer el rostro de Graham. No sabía cuándo era el
cumpleaños de su hija. Había tanto con lo que necesitaba ponerse al día.
Yo respondí.
—¿Cuándo es tu cumpleaños?
—29 de mayo.
—¿Qué tipo de fiesta tendrás?
—Una fiesta de princesa. ¿Vendrás?
Mis ojos se dirigieron a Genevieve para pedir ayuda.
—Su fiesta será en nuestra casa de verano en los Hamptons.
Chloe interrumpió.
—Es grande. Puedes quedarte con nosotros.
—En realidad iba a preguntarle a Graham si quería unirse a nosotros,
Chloe.
Dejó claro que la invitación no era con compañía.
A Graham no pareció importarle una mierda.
—A Soraya y a mí nos encantaría asistir a tu fiesta de cumpleaños,
Chloe. Veremos si podemos lograrlo. Gracias por la invitación.
Cuando llegó la hora de irse, vi en los ojos de Graham que todavía no
estaba listo para dejar a su hija. Su hija. Todavía no parecía real. En frente
del restaurante, Chloe me dio un rápido adiós y luego se volvió hacia
Graham. Él se agachó a la altura de sus ojos en la calle y le habló:
—¿Hay algo en especial que quieras para tu cumpleaños, cariño?
Su dedo se acercó a la punta de su nariz mientras miraba hacia el cielo.
Cuando miró a Graham a los ojos y pronunció su respuesta, no podía saber
la ironía del destino.
—Quiero a mi papá de vuelta.
mariateresa- Mensajes : 1841
Fecha de inscripción : 10/01/2017
Edad : 47
Localización : CHILE
Re: Lectura #1 Julio 2017
Graham
En cuestión de semanas, fui de Genevieve siendo un recuerdo lejano, a
llamarla regularmente y a que apareciera en mi oficina sin previo aviso.
Me quité las gafas y froté las manos sobre mi rostro antes de presionar el
botón del intercomunicador.
—Que entre.
Genevieve se pavoneó en mi oficina y se plantó al otro lado de mi escritorio
en la silla de invitados.
—Necesitamos hablar.
—¿Chloe está bien?
—Está bien.
—Entonces, ¿qué estás haciendo aquí, Genevieve?
—Te acabo de decir que necesitamos hablar.
Me puse las gafas y volví a meterme en el montón de papeles de mi
escritorio, sin levantar la vista cuando habló.
—Estoy ocupado. Haz una cita a tu salida.
Ella suspiró alto, pero no se movió.
—La fiesta de cumpleaños de Chloe es un evento familiar.
—Y…
—Debes estar ahí.
—Te dije la otra noche cuando hablamos que asistiríamos.
—Ella no es familia.
—Aún no, no.
Genevieve parecía asustada.
—No puedes estar hablando en serio ¿Diciendo algo así? ¿Cuánto tiempo la
conoces? Tienes una hija a considerar ahora. Como figura paterna, no deberías
estar presentándole a nuestra hija a alguien que ni siquiera conoces. Chloe
podría volverse cercana a ella.
—Lo sé muy bien.
—Casi ni se conocen. ¿Cuánto ha pasado? ¿Un mes? ¿Dos meses?
—La conozco mejor que a nadie.
—Nosotros pasamos casi tres años juntos.
—Y, sin embargo, nunca conocí la mujer que eras realmente. Las cosas de
las que eras capaz.
—No es justo.
—Todo lo contrario. Creo que he sido muy justo contigo. Más de lo que
mereces. Te acostaste con mi mejor amigo, me privaste de mi hija durante más
de cuatro años y ahora te presentas en mi oficina sin avisar para insultar a
alguien que me importa profundamente.
—Ella no es la correcta para ti.
—Déjame adivinar. ¿Tú sí lo eres?
—Bueno, sí. Estamos en el mismo nivel, Graham.
—No lo creo. Nunca me habría acostado con Avery.
Se estremeció, pero se recuperó rápidamente, enderezando la espalda
mientras hablaba.
—Tiene un anillo en la lengua. Lo vi el otro día.
—Sí. Y se siente increíble en mi pene.
Sus ojos se estrecharon.
—No durará.
—Vete, Genevieve. Tengo trabajo que hacer.
—Solo estoy tratando de proteger a mi hija.
—A nuestra hija.
—Eso es lo que dije.
—Fuera. —Señalé la puerta.
—Bien. —Se puso de pie—. Pero no digas que no te lo advertí.
Esa noche, llevé a Soraya a cenar. Ahora que había cuadrado con Genevieve
que Soraya estaría conmigo para la fiesta de Chloe este fin de semana, lo único
que quedaba era convencer a Soraya para que me acompañara. Ya había
expresado dudas sobre ir. No abordé el tema durante nuestra cena, pensando
que era mejor que tuviera una buena comida y vino, y hacer mi movimiento más
tarde en la noche.
La última hora la había pasado llevándola al orgasmo primero con mi boca,
y luego una segunda vez mientras hacíamos el amor, conmigo penetrándola por
detrás. Cuando soltó un suspiro relajado y cómodo, decidí que ya era hora.
Todavía detrás de ella, besé su hombro desnudo y moldeé mi cuerpo alrededor
del de ella.
—Significaría mucho para mí si vinieras conmigo este fin de semana.
—No lo sé, Graham.
Me acerqué más.
—Te necesito allí conmigo.
—Necesitas tiempo con tu hija. Y ambos sabemos que a Genevieve no le
gusto.
—Es importante para mí. Sé que tienes tus dudas. Quiero que veas que
todavía podemos hacer esto, aunque las cosas hayan cambiado.
—Graham…
—¿Por favor? —pregunté suavemente.
—Está bien. —Parecía derrotada, pero no me importaba. Era lo
suficientemente egoísta como para tomarlo como fuera.
—Gracias. Voy a hacer que valga la pena el próximo fin de semana. Lo
prometo.
Llevaba un tiempo pensando hacer esto. Con todos los cambios sucediendo
últimamente, no había mejor momento que el presente para morder la bala.
Cuando Louis me dejó en la sala de tatuajes de Tig’s en la octava avenida,
me sentí bombardeado. La campana sonó cuando abrí la puerta. Como de
costumbre, olía a incienso de canela y a tabaco. Bob Marley estaba tocando.
Estar aquí de alguna manera extrañamente me recordó mis días en la
universidad.
Tig sacó su cigarrillo y me saludó.
—¡Señor Gran Imbécil! Cuando vi tu nombre en la lista de citas, casi
destrocé un ladrillo. ¿Qué mierda? ¿Qué te llevó finalmente a perder la cabeza?
—No le dijiste a Soraya que iba a venir, ¿verdad?
—No —dijo Delia—. Cuando llamaste para hacer la cita, dejaste en claro
que querías que fuera una sorpresa, así que no la arruinaremos. ¿Verdad, Tig?
Tig me llevó hasta el asiento de la esquina.
—¿Tienes idea de lo que te harás?
—Sí. Sé exactamente lo que quiero. De hecho, intenté dibujarlo para ti. —
Sacando un pedazo de papel del bolsillo, dije—: Mis habilidades de dibujo no son
tan buenas como las tuyas, pero te da una idea de lo que tengo en mente.
Tig encendió un cigarrillo y entornó los ojos para examinar mi intento de
diseño de tatuaje.
—Reconozco esto. —Rió entre dientes—. Bien. Creo que podemos hacerlo
incluso mejor. ¿Por qué no te acuestas?
Lo miré mientras preparaba la aguja.
—¿Te ha dicho algo sobre lo que está pasando con nosotros?
Soltó humo.
—¿Te refieres al drama de tu bebé?
—Bueno. Obviamente sabes que recientemente descubrí que tengo una
hija.
—Si me hubiera hablado de eso, no te diría nada, amigo.
—Suficientemente justo.
Maldita sea. No iba a sacar información de él.
El aguijón de la aguja quemó mi pecho cuando comenzó el diseño. Hace
unos años, nunca hubiera imaginado tener un segundo tatuaje en mi vida. Pero
de alguna manera se sentía natural hacerlo. Parecía más que marcar mi cuerpo.
Era arte, que a su vez era una expresión de amor. Soraya tenía una manera de
hacer que viera muchas cosas de manera diferente ahora.
Después de varios minutos de verlo trabajar en silencio, le dije:
—La amo, Tig.
Dejó la aguja y extendió las manos.
—Woow, woow. ¿Por qué me lo estás diciendo?
—Porque eres su amigo. No tiene a muchos cerca.
—¿Le dijiste esas dos palabras a ella?
—No. No he tenido la oportunidad adecuada, pero lo haré. También tengo
la impresión de que todavía no confías en mí, y creo que es importante que
entiendas que, a pesar de los recientes acontecimientos, estoy en esto a largo
plazo.
—Mira, no voy a enloquecer. Personalmente no confío en ti. Pero Soraya
parece demasiado inmersa en esto para que yo, al menos, te tome en serio. Si le
importas, entonces voy a tener que aceptarlo y confiar en su juicio.
—De acuerdo... bueno, aprecio tu honestidad.
—Solo recuerda lo que dije. No le rompas el corazón, y no tendré que romper
tu bonito rostro.
Tragué mi ira por el amor de Soraya.
—Te escuché alto y claro la primera vez que amenazaste mi vida, Tig. —Si
este tipo fuera cualquier otro, menos el mejor amigo de Soraya, no habría tomado
su mierda, pero no necesitaba que me insultara.
Cuando Tig terminó el tatuaje, aplicó cinta adhesiva clara sobre él. No podía
esperar a mostrárselo a Soraya.
Delia llegó por la esquina.
—Ya que te estás aventurando, SGI, estaría feliz de perforar algo para ti
mientras estás aquí.
—¿SGI?
—Señor Gran Imbécil.
—Oh, por supuesto. —Puse los ojos en blanco y arrojé un rollo de efectivo,
el cual era el triple de la cantidad que debía en el mostrador.
Tomó el dinero y lo colocó en caja.
—Entonces... ¿anillo en el pene? ¿Qué dices?
Un escalofrío protector corrió a través de mi pene, desde la base a la punta.
Auch.
—Poco a poco, Delia.
—Está bien. —Se encogió de hombros—. No puedo decir que no lo intenté.
La siguiente noche, no podía contener mi emoción mientras me dirigía a
casa de Soraya para una visita sorpresa después del trabajo. Me quitaría la
venda, y podría finalmente mostrarle mi tatuaje.
Con la fiesta de cumpleaños de Chloe este fin de semana, revelárselo esta
noche sería un buen momento. Le recordaría lo importante que era para mí.
Había trabajado hasta tarde y tomé la decisión ir sin avisar, compré algo de
su comida mexicana favorita para llevar.
Soraya me dejó entrar sin ningún problema, pero cuando abrió la puerta,
su estado de ánimo parecía apagado.
—Graham... no te esperaba. Adelante.
La empujé hacia mí, le pasé la mano por la espalda y agarré su trasero.
—¿No estás contenta de verme?
—No, no es eso.
Coloqué la bolsa de papel en la mesa de la cocina.
—Tengo una sorpresa para ti. No podía esperar a venir aquí esta noche para
mostrártela.
—¿Qué es?
Al quitarme la chaqueta, dije:
—Comamos primero. Traje tus enchiladas favoritas de No Way Jose's.
Soraya estuvo callada durante toda la cena. Algo definitivamente estaba
mal. Me pregunté si estaba nerviosa por ir a los Hamptons este fin de semana.
Tomé su plato.
—¿Quieres hablar de lo que te molesta?
Esquivando mi pregunta, dijo:
—En realidad no. Dime cuál es la sorpresa primero.
Se sentía extraño presentarle el tatuaje cuando estaba en un humor tan
taciturno. No era exactamente cómo había imaginado este momento, pero no iba
a poder ocultarlo mucho más tiempo ya que tenía la intención de sacarla de ese
mal humor más tarde. Iba a ver mi pecho de un modo u otro.
—Está bien... esto es algo que he querido hacer por mucho tiempo.
Finalmente me decidí y lo hice. Espero que te guste.
Soraya se mordió el labio con anticipación mientras lentamente
desabrochaba mi camisa. Mi corazón estaba latiendo. ¿Y si pensaba que era
espeluznante? Mierda. Era demasiado tarde. Observó mientras arrancaba la
cinta.
—Todavía está un poco rojo —dije, extrañamente nervioso.
Se cubrió la boca.
—Oh Dios mío. Graham... es...
—¿Te gusta?
Sus ojos brillaron.
—Es increíble. —Miró hacia su pie—. Es exactamente igual que el mío.
—Por supuesto. Tig lo hizo para que coincidiera.
Recorrió el área alrededor de mi pecho mientras examinaba el tatuaje
colocado estratégicamente sobre mi corazón. Era el nombre de Soraya escrito en
texto. Debajo de las letras había una versión más pequeña del mismo diseño de
plumas que tenía en el pie.
—Pensé que la pluma era el acento perfecto para tu nombre. Nuestra
historia podría haber sido diferente si no hubiera podido usarlo para identificarte
cuando nos conocimos. Estoy muy agradecido por esa pluma. —Ella seguía
mirando silenciosamente con asombro cuando le dije—: Sabes, no es casualidad
que el otro tatuaje que me hice no estuviera cerca de mi corazón. Eres la única
mujer que lo ha poseído.
Dile que la amas.
¿Por qué es tan malditamente difícil dejarlo salir?
Porque tienes miedo de que no sienta lo mismo.
Su mano seguía trazando el tatuaje. Atrapé sus dedos con los míos para
detener el movimiento y llamar su atención.
—Soraya... Yo te…
—Graham, tengo un retraso.
¿Retraso?
—¿Qué?
—Tengo un retraso.
—¿Retraso? ¿Qué quieres decir? ¿Retraso de qué?
—De mi periodo. Tengo un retraso. Estoy asustada.
Parpadeé varias veces.
—¿Crees que estás embarazada?
—Estoy tomando la píldora. Es improbable, pero nunca tengo retrasos. Así
que, estoy preocupada. Acabo de mirar el calendario y me di cuenta hoy.
Bueno, ahora su extraño estado de ánimo tenía sentido.
—¿Podría haber otras razones para explicarlo?
—Leí que el estrés puede causar un retraso a veces. Así que espero que eso
sea. Esto es lo último que necesitas ahora mismo.
—¿Te preocupas por mí?
—Sí. ¡Por supuesto que sí! Estás teniendo problemas teniendo una hija.
Esto sería demasiado. —Enterró su cara en sus manos—. Demasiado.
Moví sus manos de su rostro y la empujé hacia mí.
—Soraya, estoy de acuerdo en que el momento no sería ideal, pero no te
equivoques, la idea de que lleves a mi bebé no me trae nada más que felicidad.
No creo que estés lista... no… pero si sucediera, lo vería como una bendición.
Me miró.
—¿De verdad?
—Sí... de verdad. —Le acaricié las mejillas, sonreí y repetí—: De verdad.
—Gracias por decir eso, porque he tenido tanto miedo de mencionarlo
siquiera.
—No tengas miedo. Nunca tendrás que pasar por algo sola otra vez.
Necesitaba saberlo.
—¿Podemos hacer una prueba? —pregunté.
—No sé si estoy lista. No quiero tomarla demasiado pronto de todos modos,
podría obtener un resultado falso. Esperaré hasta después de este fin de
semana... una vez que hayamos pasado la fiesta. Entonces, lo haremos.
—Lo que quieras.
Sabía por la expresión de su rostro que estaba rezando por no llevar a mi
bebé.
¿Estaba loco por desear lo contrario?
mariateresa- Mensajes : 1841
Fecha de inscripción : 10/01/2017
Edad : 47
Localización : CHILE
Re: Lectura #1 Julio 2017
Bueno chicas que les a parecido la lectura hasta el momento??
Como veran Genevieve es una zorra manipuladora que no le interesa nadie mas que a si misma.
Y Chloe es una dulzura la cual salio al padre, tengo que decirlo, por que a pesar de que Graham es un SGI tiene un corazon de malvavisco (me gusta esa palabra)
Y Soraya saca lo mejor de el y OMG!!!posible que este embarazada.....que sera lo que ocurra ahora??
Gracias chicas por acompañarnos y disfruten la lectura.
Como veran Genevieve es una zorra manipuladora que no le interesa nadie mas que a si misma.
Y Chloe es una dulzura la cual salio al padre, tengo que decirlo, por que a pesar de que Graham es un SGI tiene un corazon de malvavisco (me gusta esa palabra)
Y Soraya saca lo mejor de el y OMG!!!posible que este embarazada.....que sera lo que ocurra ahora??
Gracias chicas por acompañarnos y disfruten la lectura.
mariateresa- Mensajes : 1841
Fecha de inscripción : 10/01/2017
Edad : 47
Localización : CHILE
Re: Lectura #1 Julio 2017
12-Julio --> Capítulos 23, 24 y 25
13-Julio --> Capítulos 26, 27 y 28
14-Julio --> Capítulos 29 y 30
15-Julio --> Capítulos 31, 32, 33
mariateresa- Mensajes : 1841
Fecha de inscripción : 10/01/2017
Edad : 47
Localización : CHILE
Re: Lectura #1 Julio 2017
Graham me parece un buen hombre, Soraya se está tomando muy bien las cosas, Chloe es un amor de niña y Genevieve es una bruja
yiniva- Mensajes : 4916
Fecha de inscripción : 26/04/2017
Edad : 33
Re: Lectura #1 Julio 2017
Graham es un encanto... se la juega todo por Soraya... mientras que ellas es un poco mas reservada algunas cosas
berny_girl- Mensajes : 2842
Fecha de inscripción : 10/06/2014
Edad : 36
Re: Lectura #1 Julio 2017
Bienvenida hermosa !!PotterGirl escribió:me uno !!! gracias !!
Esperamos que disfrutes la historia
'Sra. Maddox!
micafp_2530- Mensajes : 1884
Fecha de inscripción : 26/02/2017
Edad : 30
Localización : Entre las páginas de un libro...
Re: Lectura #1 Julio 2017
Soraya
Las dos horas de viaje hasta East Hampton el sábado en la mañana fueron sorprendentemente rápidas con poco y nada de tráfico. Considerando que era el fin de semana del Día de los Caídos, habíamos esperado algo peor. Todavía era muy temprano en la temporada con el clima frío, así que tal vez la mayoría de los neoyorkinos no habían empezado sus descansos de fin de semana fuera de la ciudad.
Graham le había dado el fin de semana libre a Louis, prefiriendo conducir su Beemer a los Hampton. Había bajado las ventanillas, así que mi cabello estaba moviéndose salvajemente alrededor con el viento. Ambos estábamos usando lentes de sol. La vida era buena. Había prometido no dejar que mi periodo retrasado o el inminente encuentro con Genevieve hoy, arruinaran esta escapada de fin de semana.
Graham nos había reservado un cuarto en una hostería para esta noche, cerca de la propiedad de Genevieve. Nos dirigíamos derecho a la fiesta, ya que él no quería llegar tarde. El asiento trasero estaba lleno con regalos envueltos en papel color pastel. Aparentemente, Graham sentía la necesidad de compensar todos los cumpleaños de Chloe que se había perdido. Había ordenado a su secretaria que prácticamente limpiara la sección de niñas en Toys “R” Us.
Durante el viaje, Graham estaba siendo particularmente atento con lo que necesitaba, preguntándome si estaba bien, si necesitaba agua, si tenía frío. Sabía que la pequeña posibilidad de que pudiera estar embarazada estaba constantemente en su mente. También estaba constantemente en la mía.
En realidad, no me había sorprendido que se tomara tan bien las noticias de que mi periodo estaba retrasado. Graham sería un padre fabuloso; ya estaba probándolo. Estaba en un lugar de su vida en que estaba listo para eso. Yo, por otro lado, todavía no estaba siquiera segura de que quisiera niños, así que la idea de un embarazo, en especial dada la situación actual con Chloe, era aterradora. Definitivamente estábamos en páginas diferentes en cuanto a lo que eso concernía.
En un punto durante el viaje, Graham se volteó hacia mí.
—¿Has estado alguna vez en los Hamptons?
—Nunca. Rockaway y Coney Island han sido lo único para mí. Sin embargo, siempre he querido ir, pero nunca tuve la oportunidad, o el dinero para reservar un lugar.
—Creo que te encantará. Hay muchas pequeñas galerías y tiendas. Debemos salir a explorar un poco mañana.
—Solo estoy feliz de salir de la ciudad. No importa qué hagamos.
—Bueno, me gustaría llevarte a unas vacaciones de verdad pronto. El trabajo debe de calmarse en los próximos meses. Piensa dónde te gustaría ir… St. Barts, Hawái, Europa. Hay tantas opciones. Alquilaré un jet.
—Muy bien, Sr. Pantalones Elegantes. Pero puedes elegir tú, porque no he ido a ninguna parte. No importa de todos modos; solo quiero estar contigo.
Apretó mi mano.
—Eres la primera persona que ha dicho esas palabras y que de verdad
lo creo.
Era fácil olvidar lo rico que era Graham algunas veces, porque se había vuelto tan relajado a mi alrededor. Insistía en que prefería cosas como comer en el suelo en envases de cartón, que ir a restaurantes lujosos la mayoría de las noches. A menudo me preguntaba si de verdad era lo que le gustaba, o si solo lo hacía para calmarme o para hacerlo parecer más con los pies en la tierra de lo que en verdad era. De verdad no necesitaba un jet privado o unas vacaciones costosas. De hecho, prefería las cosas simples.
Mientras salíamos a la autopista, mi estómago empezó a sentirse revuelto. Estar en el auto era un pequeño y agradable oasis que pronto sería interrumpido.
Veinte minutos después de conducir a través de los ventilados caminos, estacionamos en los Hamptons, en la hacienda junto al mar de Genevieve. La gran casa de madera estaba parcialmente escondida entre grandes setos verdes.
Más allá del portón de hierro forjado negro, podía ver lo que grande que era la casa con sus molduras de color blanco, ventanas arqueadas y un porche que se envolvió alrededor de este. Si pudiera hablar, habría dicho, “Estás oficialmente fuera de tu liga, perra de Brooklyn”.
Graham dejó los regalos en el auto, decidiendo buscarlos más tarde. Una mujer en un traje de ama de llaves color gris nos recibió al frente con mimosas. Tomé una e inmediatamente la dejé, recordando que había una pequeña posibilidad de que pudiera estar embarazada. Maldición. De verdad necesitaba licor hoy.
—Vayan derecho por la casa hacia las puertas francesas que llevan al
patio —dijo.
Sintiendo mis nervios, Graham protectoramente colocó su mano en mi
espalda mientras entrabamos juntos.
El vestíbulo prácticamente había vomitado hortensias lavandas. Genevieve estaba en la gran cocina blanca, organizando incluso más de ellas cuando pasamos por ahí.
—¡Graham, lo lograste! —Sonrió.
Limpiándose las manos, caminó alrededor de la isla de granito para saludarnos. Lucía como si fuera a abrazarlo, pero se detuvo, probablemente sintiendo su aprehensión. Por no mencionar que su agarre no había dejado mi torso.
Sus ojos se quedaron fijos en Graham.
—Chloe está afuera jugando con algunos de sus amigos. Los adultos estaban por ahí también. ¿Recuerdas a Bret Allandale? Está aquí con su esposa, Laura. También están Jim y Leslie Steinhouse.
Ya que había elegido ignorarme, me aclaré la garganta y dije:
—Tienes una bonita casa.
—Gracias. De hecho, Graham eligió esta propiedad.
Confundida, lo miré buscando una aclaración, pero no la ofreció. En cambio, simplemente apretó su agarre sobre mí.
Ella continuó:
—Esta era nuestra casa de verano… antes de que las cosas cambiaran. Graham finalmente habló.
—La casa estuvo a nombre de ambos en algún momento… hasta que felizmente le vendí mi parte a Liam. —Miró hacia las puertas que llevaban al patio—. Deberíamos ir a ver a Chloe. —Graham me llevó afuera sin hacer más conversación con Genevieve.
Una piscina estaba en medio del gran patio. A la izquierda había un brillante campo de tenis. A la derecha había una gran área de césped donde al menos una docena de niñas con vestidos de flores estaban corriendo alrededor. Una gran casa hinchable con la forma de un castillo de princesa estaba instalada junto con una estación de algodón de azúcar rosado. También había un improvisado salón de belleza al aire libre, donde las chicas podían hacerse el cabello como una princesa. Genevieve definitivamente había ido con todo.
Graham estaba mirando las niñas, tratando de ver a Chloe.
—Entonces… ¿esta era tu casa, Graham?
—Sí… solo por poco tiempo. Puse nuestros nombres después de que nos comprometiéramos. Entonces, cuando me enteré de lo que estaba pasando, no tuve nada que ver con esto. Las huellas de Genevieve están sobre todo. Era más fácil para mí simplemente vender la mitad a Liam y terminar con esto.
—Pero elegiste esta casa. Debió ser difícil cederla.
—Sí. Me encantaba lo cerca que estaba del agua. La arquitectura también tenía mucho encanto.
—Ciertamente lo tiene. Tienes buen gusto.
Se inclinó y acarició mi oreja.
—Eso diría.
Tenía que admitir, que saber que este había sido su nido de amor con Genevieve en algún momento, me puso incluso más incómoda sobre estar aquí.
Miré alrededor a lo conservadoramente vestidos que estaban todos. En sus camisas tipo polo ajustadas, Graham se mezclaba bien. Como siempre, destacaba con mi vestido sin mangas azul real y las puntas de mi cabello a juego. Había tenido ganas de cambiar de color, pero juré que lo dejaría azul para que Graham no pensara que estaba saliéndome de control.
Cuando Chloe vio a Graham, fue directamente hasta él.
—¡Galleta Graham!
Se arrodilló con sus brazos abiertos, así que ella corrió directamente hacia él y pretendió caerse hacia atrás cuando se arrojó en sus brazos.
—Feliz cumpleaños, cariño.
Cuando se apartó, ella me miró.
—Hola, Soraya.
—Hola, Chloe. —Me agaché—. ¿Puedo tener un abrazo también? —Nos abrazamos, y me besó ligeramente en la mejilla. Su boca estaba pegajosa por el algodón de azúcar.
Envolvió sus brazos alrededor del cuello de Graham otra vez.
—¿Vienes a perseguirnos?
—Claro. Eres la cumpleañera. Lo que sea que quieras. ¿Por qué no vuelves con tus amigas por un minuto? Ya voy para allá, ¿bien?
Chloe asintió entusiasmada y corrió para reunirse con las otras niñas.
Él se enderezó.
—¿Estarás bien si te dejo a solas con los lobos por un rato?
—Claro. Estamos aquí por Chloe. Puedo encargarme del resto de ellos.
Susurró en mi oído, provocando que un escalofrío recorriera mi cuello:
—Te lo compensaré a lo grande después. Lo prometo.
Graham corrió hacia Chloe, y observé divertida mientras recibía instrucciones. Completamente a su disposición, corrió en círculos persiguiendo a las niñas. Se cernía sobre ellas. Estaba jugando el papel de algún monstruo amable. Me reí mientras se tumbaba en el suelo y dejaba que lo aplastaran. Era como si hubiera sido atacado por una explosión de chiffon rosado.
No pude evitar pensar que tal vez la posibilidad de estar embarazada con el hijo de este hombre no era la peor cosa del mundo. Mientras más lo miraba ahí, más me daba cuenta de que quería compartir mi vida con él. Pero nunca sería sencillo; Genevieve siempre sería parte de eso.
Una conversación diagonal atrás de mí me llamó la atención lejos de Graham y las niñas por un momento.
—Ese de ahí es Graham Morgan.
—Sí. Conoces la historia, ¿verdad? ¿Que Graham es en realidad el padre biológico de Chloe?
—El peor secreto guardado del mundo si me lo preguntas.
—Aparentemente, todos lo sabían menos él.
—Una locura.
—Me imagino. Una mujer y dos tipos apuestos como esos.
—Suena como uno de tus libros, Elise.
—Lo sé.
—Supongo que Morgan perdió un poco la razón por un rato después de que Genevieve lo dejó por Liam. Cortó lazos con mucha gente. De verdad estaba enamorado de ella. Aparentemente, después de que descubrió el romance, estaba tan desolado, que vino aquí y quebró la mitad de las ventanas de esta casa.
—¿Estás bromeando?
—No.
—Vaya. Tendría una aventura solo para ver a Stanley la mitad de
apasionado de eso por mí.
—Gen ha pagado por su error, pobrecita. Enviudando a una edad tan joven. Todos hacemos tonterías cuando somos jóvenes. No se merecía este dilema.
—Bueno, es bueno verlo a él aquí por la pequeña niña.
—Me pregunto si se reunirán por el bien de su hija. Hacen niños hermosos juntos.
—Ese sería un final feliz para una trágica historia, ¿verdad?
El único final feliz que él conseguirá será de mí, perra.
Unos minutos después, había estado tan preocupada pensando en lo que esas mujeres estaban diciendo, que no había notado a Graham escabulléndose detrás de mí para plantar un beso en mi cuello. Los chismosos sí se habían dado cuenta, sin embargo. Sus ojos prácticamente estaban saliéndose de sus cabezas. Su pequeña fantasía del felices para siempre estaba rápidamente cambiando por la demostración pública de afecto de Graham con alguien que probablemente asumieron estaba trabajando en la fiesta.
No pude evitar sonreír hacia ellos cuando me giré.
—Giro inesperado.
Graham parecía confundido, pero no me preguntó al respecto.
Examinó mi rostro.
—¿Cómo estás?
Puse mi mejor sonrisa feliz.
—Bien.
—Chloe quiere abrir sus regalos, así que voy a ir al auto por ellos.
—Te ayudaré.
Graham y yo hicimos tres viajes por separado de ida y vuelta para recoger los regalos. Cuando regresamos, Genevieve estaba dejando un gran pastel que tenía forma de un vestido de volados en la mesa. Todas las niñas se arremolinaron como moscas.
Genevieve había contratado a un fotógrafo profesional. Cuando fue el momento de que Chloe soplara las velas, llamó a Graham para que fuera y saliera en la foto.
El fotógrafo hizo que Genevieve y Graham posaran para varias fotos con Chloe. La visión hizo que mi estómago se revolviera porque mi mente seguía reproduciendo lo que esas mujeres estuvieron diciendo. No era que no quisiera que Graham estuviera en la foto con su hija, pero verlo tan cerca de Genevieve era inquietante. El fotógrafo probablemente asumió que estaban casados. Viéndolos a los tres me hizo preguntarme qué habría sucedido si ahora no estuviera en el panorama. Esta escena era como un vistazo en una bola de cristal de lo que podría haber sido. ¿Graham consideraría volver con ella si no fuera por mí? Me había dicho que no lo haría, pero podría ser diferente si no existiera en su vida. Podría ser la única cosa que está evitando que esa pequeña niña tenga a sus padres juntos. Mi propia niñez vino a mi cabeza.
¿Era la Theresa de Chloe?
Mis pensamientos fueron a Graham, quien estaba caminando hacia mí con dos platos de cerámica con pastel. Aparentemente, esta fiesta de niños era demasiado lujosa para cosas de papel.
—Es chocolate. —Me guiñó un ojo—. Tu favorito.
No tenía el corazón para decirle por qué había perdido mi apetito; ni siquiera el chocolate sería capaz de curar la ansiedad que vino con la comprensión de que era una potencial destruye hogares. Así que, me tragué el pastel mientras estábamos ahí de pie y observé mientras Chloe empezaba a abrir sus regalos.
Una hora y pilas de papel de regalo después, de verdad necesitaba usar el baño. No había estado tomando nada más que agua y café descafeinado, ya que el licor estaba fuera de cuestión. Graham estaba ensamblando algunos de los juguetes de Chloe y no se había dado cuenta de que me fui.
La ventana del baño de arriba me dio la visión perfecta de donde Graham estaba de pie abajo, mostrándole a Chloe cómo montar un muelle saltarín. Sintiéndome tan en conflicto, mi corazón se apretó mientras miraba el dulce rostro de Chloe, el cual era en esencia un reflejo del rostro de Graham. ¿Estaba alejando a esta niña del perfecto cuento de hadas de vivir bajo el mismo techo con sus dos padres?
Entonces, lo miré a él. El hombre a quien amaba, quien probablemente no estaba seguro de si lo hacía. Lo quería para mí. Y eso me hizo sentir culpable. Estaba bastante segura de que, si quería hijos, él era el único hombre que quería como el padre.
Aparté mis ojos de la ventana y me senté en el retrete. Mirando mi ropa interior, lo vi inmediatamente. Rojo brillante. Me había bajado el periodo. Mi estómago se hundió.
Había esperado sentirme aliviada, pero era lo opuesto: completa decepción. Revelaba una verdad que no estaba ni siquiera del todo consciente hasta ese momento: una parte de mí había querido un bebé con él incluso si no estaba del todo lista. Porque lo amaba. En lugar de alivio, la sangre simbolizaba una pérdida de algo que ni siquiera supe que quería hasta ahora.
Afortunadamente, mi vestido era de un color oscuro, y había guardado un par de bragas y un tampón en mi bolso, solo en caso de que esto sucediera. Dejé el baño con un poco de menos esperanzas de las que había entrado, sabiendo que también debería contarle las noticias a Graham esta noche.
Mientras caminaba por el pasillo, me detuve ante la foto de boda de Liam y Genevieve. Miré los ojos de Liam en la foto y susurré en voz baja: Amigo, sí que dejaste un desastre detrás. Espero que estés en un mejor lugar.
Si pensé que estaba teniendo un mal día antes, se hizo abundantemente claro que lo peor todavía estaba por venir cuando vi quien me estaba esperando debajo de las escaleras.
—Genevieve.
—¿Puedo hablar algo contigo, Soraya, por favor? —Sin darme oportunidad de responder, me hizo señas para que la siguiera, y comenzó a caminar hacia un par de puertas francesas.
Sintiéndome emocional por lo que acababa de suceder en el baño, era la última persona con la quería hablar en el momento. Aun así, la seguí como un perrito. Cerró la puerta tras nosotras.
—Toma asiento. —Apuntó a un sofá de cuero marrón. A diferencia del resto de la casa que era brillante y aireada, este cuarto era oscuro y masculino. Estanterías construidas estaban alineadas en las paredes, y un gran escritorio de madera de cerezo estaba posicionado en el lado opuesto. Genevieve caminó tras el escritorio y abrió un gabinete. Sacó una botella de cristal ornamentada con licor y dos vasos, sirviendo líquido ámbar en ambos antes de ofrecerme uno.
—No, gracias.
—Tómalo. Puede que lo necesites. —Su tensa sonrisa estaba enmarcada con más rencor que dulzura.
Al diablo. No hay razón para abstenerme más. Agarré el vaso y me tomé la mitad de un trago. Quemó el camino por mi garganta hasta mi estómago.
—Pensé que era hora de que ambas tuviéramos una charla de mujer a mujer.
—Y ya que me has acorralado en un cuarto, asumo que de lo que quieres hablar no es algo que quieres que Graham escuche.
—Así es. Algunas cosas simplemente son mejor entre mujeres.
—Bueno, adelante, Genevieve. —Me acomodé en el sofá—. Saca cualquier cosa horrible fuera de tu pecho para que podamos seguir.
—Muy bien. No voy a irme con rodeos entonces. —Tomo de su trago—. Quiero que dejes de acostarte con el padre de mi hija.
—¿Disculpa?
—¿Qué parte no entendiste?
—No tienes derecho a decirme qué hacer.
—Ahí es donde te equivocas. Tus acciones tienen un impacto directo en mi hija. Ella se merece una familia.
—Que Graham esté involucrado conmigo no tiene nada que ver con Chloe.
—Claro que sí. Estás siendo egoísta.
—Estoy siendo egoísta. Te acostaste con el mejor amigo de Graham y luego no le dijiste que era el padre de Chloe durante cuatro años para que tu esposo no te dejara. Y yo soy la egoísta.
—No estamos hablando de mí.
—Infiernos que no. Solo quieres que Graham esté lejos de mí para poder intentar hundir tus garras en él. Esto no tiene nada que ver con el bienestar de tu hija.
Dejó salir un suspiro exagerado.
—No lo entenderías, Soraya. No eres una madre.
Lo sentí en ese momento. Un borboteo de emociones comenzando a burbujear desde mi interior. El baño y ahora su no tan sutil recordatorio.
—No. No soy una madre.
—Esta es una oportunidad para Chloe, para tener su familia. Graham y yo tenemos mucho en común. Tenemos un negocio en común, nos movemos en los mismos círculos sociales y tenemos una hija juntos.
—No te ama.
Genevieve se rió.
—No puedes ser tan inocente, ¿verdad? Creyendo alguna noción ideológica de que el amor lo conquista todo.
—No, pero…
—Somos compatibles, y soy la madre de su hija. Si desaparecieras, después de unas semanas, estaría de regreso haciéndole mamadas bajo el escritorio, y olvidaría que siquiera existes.
Me estremecí. Estando en un estado tan emocional, la visión de ella bajo el escritorio de Graham fue como si me hubieran dado un puñetazo físico. Sonrió como un lobo que encuentra a su pobre oveja. Luego fue por el golpe final:
—Hemos follado en ese sofá en el que estás sentada. Esta era, después de todo, su oficina. Es el único cuarto que no decoré después de que se terminó. Me recordaba a él. —Se encogió de hombros y terminó lo que quedaba en su vaso.
—Si crees que Graham volverá contigo después de lo que le hiciste, nunca lo conociste muy bien.
—Dime, Soraya. ¿Quién es la mujer en la vida de Graham a la que valora más que a nadie?
—Su abuela.
—Y todavía llora la muerte de su padre después de más de diez años. ¿Puedes honestamente decirme que la familia no es lo más importante para ese hombre? —Se levantó—. Te superará. Pero no superará no despertarse en la misma casa que su hija todos los días.
'Sra. Maddox!
micafp_2530- Mensajes : 1884
Fecha de inscripción : 26/02/2017
Edad : 30
Localización : Entre las páginas de un libro...
Re: Lectura #1 Julio 2017
Graham
—¿Te sientes bien? —Me había quedado atascado con Bret Allanadle durante tres cuartos de hora. Encontrando a Soraya en el patio mirando la puesta de sol sobre el agua, envolví mis manos alrededor de su cintura y me puse detrás de ella.
—Estoy bien.
Sin pensarlo, mis dedos acariciaron su vientre plano. Había gente rodeando el patio, así que bajé la voz.
—Pensar que mi hijo podría estar creciendo dentro de ti, dentro de este hermoso cuerpo, es absolutamente increíble.
—Graham...
—Lo sé. No crees que estés lista. Pero creo que serás una madre asombrosa. ¿Cuán molesta estarías si admitiera que una parte de mí espera que estés embarazada? De esa manera no tendrás más remedio que tolerarme. —Aparté su cabello a un lado y le besé el cuello.
—¿Puedo preguntarte algo?
—Cualquier cosa.
—Si estuviera embarazada, ¿querrías criar al niño juntos?
—Por supuesto, ¿por qué lo preguntas?
—No lo sé. Estoy cansada y emotiva, supongo. Ha sido un largo día.
—Bueno, entonces, salgamos de aquí pronto. De todos modos, probablemente deberías descansar.
Después que el sol se puso completamente, decidí que era hora de irnos. Había visto a Chloe bostezando dos veces, y tampoco parecía que iba a resistir mucho más. Estaba sentada ante una mesa de tamaño infantil con otra niña, moldeando algo en plastilina de color rosa. Saqué una pequeña silla para Soraya con un guiño, y ambos nos sentamos.
—¿Qué estás construyendo?
—Un muñeco de nieve.
—¿Un muñeco de nieve rosado?
Dejó de amasar y me miró como si acabara de decir algo ridículo.
—Es un muñeco de nieve niña.
—¿Disfrutaste de tu fiesta, Chloe? —preguntó Soraya.
—Sí. Pero no ha terminado. Mi cumpleaños dura todo el fin de semana.
Soraya se rió entre dientes.
—Lo hace, ¿verdad?
Chloe asintió rápidamente.
—Mañana por la mañana, cuando nos despertemos, comeremos panqueques de chocolate y leche de fresa.
—Lamento que nos lo perdamos. Eso suena delicioso —dije.
—¿Por qué nos lo perderemos? ¿Dormirás hasta tarde?
—En realidad, no. Pero no nos quedaremos aquí esta noche, cariño.
—¿No quieres desayunar conmigo?
—Por supuesto que sí.
—¿Quién va a juntar el resto de mis juguetes por la mañana? Mamá dijo que montarías mi auto y la casa de mis sueños.
—Lo dijo, ¿verdad?
—Por favooooooor.
Miré a Soraya, inseguro de cómo decirle no a mi hija. Tenía encuentros limitados con niños, y la idea de decepcionarla cuando acababa de conocerla no era algo que estuviera listo por hacer. Soraya cubrió mi mano con la suya y la apretó.
—¿Qué tal esto, Chloe? Graham y yo podemos volver temprano mañana y desayunar. Entonces puede preparar tus regalos.
—¿De verdad?
Soraya me dio un asentimiento reconfortante antes de volver a Chloe con una sonrisa.
—De verdad, cariño.
Hicimos una rápida ronda de despedidas, y luego Genevieve nos acompañó hasta la puerta.
—Chloe está muy emocionada que regreses por la mañana. Es una pena que no te alojes por la noche. Hay mucho espacio. —Pareció dirigir su atención a Soraya—. Sé que le encantaría despertar y tener a su padre bajo el mismo techo, a pesar que podría no saber quién eres tú para ella todavía.
—¿A qué hora es el desayuno?
—Avery va a salir de la ciudad por la mañana para unirse a nosotros. Estará aquí a las nueve. ¿Por qué no a las nueve y media?
—Está bien. Nos vemos por la mañana.
—Estoy deseando que llegue, Graham. —Genevieve me puso la mano en el brazo y bajó la voz—. Chloe tiene suerte de tenerte. Sé que cometí algunos grandes errores, pero espero que, por su bien, podamos superarlos. Realmente me gustaría que Chloe conociera a su padre... que tuviera una familia real.
Soraya estaba inusualmente tranquila durante el corto trayecto hasta Harbor House Bed and Breakfast, incluso después de registrarse. Una vez que subimos a la cama, la atraje hacia mí y traté de convencerla para que hablase sobre lo que estaba pasando dentro de esa hermosa cabeza.
—Háblame. No eres tú misma esta noche. —Su cabeza descansó en mi pecho justo sobre mi corazón, y acaricié su cabello sedoso en la oscuridad.
La lista de mierda que podría estar molestándola era interminable en estos días. Estábamos pasando el fin de semana visitando una casa que solía poseer y una hija que acabo de conocer... mientras que mi novia, posiblemente embarazada, era despreciada en cada oportunidad por mi ex. ¿Por qué me estaba jodidamente preguntando qué estaba mal? Sería más sencillo preguntar qué estaba bien. Aunque esa respuesta era fácil para mí. Ella tenía razón. Incluso con todo el caos alrededor, no recordaba un momento en mi vida en que algo se sintiera tan bien para mí. Nosotros estábamos bien.
—Solo estoy cansada.
—Así que no tiene nada que ver con pasar tiempo con mi jodida ex perra o haber descubierto recientemente que tengo una hija de cuatro años, o la posibilidad que podrías estar embarazada. ¿Estoy olvidando algo?
Rió en voz baja y luego suspiró.
—Olvidas el desayuno con Avery. Eso debería ser fabuloso.
—Ah. Sí. Nada como una fiesta con dos perras para el desayuno.
Soraya se calló otra vez después de eso. Odiaba ir a dormir sin el aire despejado, pero había sido un largo día, y ella necesitaba descansar. Después de unos diez minutos, su respiración se hizo lenta y constante, y supe que se había quedado dormida. Mirando fijamente en la oscuridad mientras la abrazaba estrechamente, me di cuenta que realmente no necesitábamos rehacer el día. A veces, las palabras tácitas son las que más se necesitan decir.
—Te amo, Soraya —le susurré a mi bella durmiente—. Joder, te amo.
—¿Qué hora es? —Estiró los brazos sobre su cabeza, y la sábana que cubría su cuerpo se deslizó hacia abajo dejando al descubierto sus pezones que sobresalían a través de su top blanco. Había estado sentado en silencio en el escritorio del otro lado de la habitación, trabajando desde las cinco, pero me acerqué a la cama incapaz de resistir poner mis labios en algo de esa piel expuesta.
Bajé la sábana más y levanté su camiseta, trazando una línea de besos en su estómago.
—Son casi las ocho y media. Estabas realmente agotada. — Aventurándome más arriba, lamí bajo uno de sus pechos.
—Mmmm... —El sonido que hizo fue directamente a mi polla—. ¿A qué hora es el desayuno?
—Estoy a punto de tener mi comida de la mañana ahora.
Levantando su top completamente sobre sus pechos, chupé un pezón. Con fuerza. Pasó sus dedos por mi cabello.
—Graham...
—Hmmm... —Me moví hacia el otro pezón y giré mi lengua, mirándola—. ¿Qué puedo hacer por ti, preciosa? ¿Preferirías que te coma, o jugamos al escondite con mi pene?
Sus ojos se cerraron mientras mordía su pezón. Cuando un gemido gutural salió de sus labios, pensé que podría tener un momento adolescente. Resiste, Graham.
Arrastrándome más arriba por su cuerpo, hablé con mis labios contra su boca.
—¿Qué va a ser? Parte de mí necesita estar dentro de ti ahora, Soraya. Decide si es mi lengua o mi polla. —Besé un camino de su boca a su oreja, y de nuevo otra vez antes de concluir que, si ella no iba a responder, me gustaría empezar por debajo de su cintura y hasta arriba, hasta quedar satisfecho. Tomando mi decisión, levanté mi cabeza para decirle y lo que encontré fue una patada en el estómago. Lágrimas rodaban por su rostro.
—¿Soraya? ¿Qué dem…?
—Tengo la regla.
—Oh, cariño... —Cerré los ojos, apoyé mi frente contra la suya.
—Está bien. Yo... yo... realmente no quería estar embarazada de todos modos. —Se secó las mejillas—. Me quedé atrapada en el momento. Observándote con tu hija, dándome cuenta de lo buen padre que vas a ser, supongo que solo quería ser parte de eso.
—No hay nada que me gustaría más. Puede que no sea hoy o mañana. Pero vamos a tener eso algún día.
—¿Cómo puedes estar tan seguro?
—Cuando se trata de ti, no tengo dudas.
—Dios, Graham. ¿Por qué duele tanto? Siento que he perdido algo, aunque nunca lo tuve en realidad. —Lloró durante mucho tiempo mientras la sostenía. Una vez que las compuertas se abrieron, todo salió aborbotones. El dolor en mi pecho al verla angustiada era casi más de lo que podía soportar. Tuve que ahogar mis propias lágrimas más de una vez. Cuando finalmente se calmó, quise tanto decirle que la amaba, pero tenía miedo que pensara que solo lo decía porque estaba triste.
—¿Por qué no te quedas aquí mientras voy a tomar el desayuno con Chloe y luego regreso? Lo último que necesitas es a Genevieve en estos momentos.
—Pero quiero despedirme de Chloe.
—Bueno, ¿qué te parece esto? Está a pocos kilómetros de la casa. Tomaré un taxi y desayunaré, así puedes pasar unas horas en la cama. Entonces, cuando te sientas con ánimos, puedes venir a buscarme y despedirte de Chloe.
Ella asintió.
—Me gustaría eso. No creo que pueda tolerar a Avery y Genevieve por
mucho tiempo.
—Entonces eso es lo que haremos. —Incliné su barbilla para forzar que me mirara a los ojos—. Vamos a superar todo esto. Lo prometo. ¿Está bien?
No tenía idea en ese momento, pero algunas promesas no podían ser
mantenidas.
'Sra. Maddox!
micafp_2530- Mensajes : 1884
Fecha de inscripción : 26/02/2017
Edad : 30
Localización : Entre las páginas de un libro...
Re: Lectura #1 Julio 2017
Soraya
La habitación del hotel estaba muy tranquila después que se fue Graham. Sola con mis pensamientos, levanté y dejé el teléfono, por lo menos una docena de veces. ¿A quién podría llamar? No había nadie con quien pudiera contar para una opinión imparcial. Mi situación era demasiado parecida a casa para mi mamá o mi hermana. Siempre estaba Delia. Pero había estado con Tig desde que tenía catorce años y creía en los finales de cuentos de hadas. Su realidad no involucraba a una niña pequeña, a una ex ingeniosa, o crecer con un padre que la olvidó y a una madre que estaba demasiado triste para irse de la casa durante años.
Guiándome por la tristeza de mi situación, hice algo que nunca pensé que haría. Encendí mi portátil.
Querida Ida,
He estado saliendo con un hombre, por casi dos meses, de quien me he enamorado profundamente. Hace algunas semanas, se enteró que tiene un hijo con su ex novia. Es una historia sórdida, pero en esencia ella lo engañó, le mintió sobre quién era el padre, y le impidió conocer a su hijo durante años.
Por supuesto, su ex es hermosa, inteligente, y comparten una pasión por los negocios en los que ambos trabajan. En muchas áreas, ambos son más compatibles de lo que somos juntos. Para empeorar las cosas, ella me ha dejado claro que lo quiere de regreso.
El problema es que, él en verdad me importa, y tampoco quiero lastimarlo. En verdad necesito una opinión imparcial aquí. ¿Debería retirarme con gracia y dejarlo tener una oportunidad de reavivar su relación con su ex, para que puedan tener una familia de verdad? Lo amo lo suficiente para hacer ese sacrificio.
—Theresa, Brooklyn.
Escribir la carta tuvo un inesperado efecto catártico en mí. No esperaba que Ida me diera las perlas de la sabiduría. La mayoría de las veces, sus consejos eran absoluta mierda. Pero el acto de escribir la carta parecía ayudarme a poner todos mis sentimientos en perspectiva. También ayudó a darme cuenta que, hasta que llegase el día en que tomara la decisión de retirarme realmente, Genevieve ya no iba a joder con mi cabeza.
En el viaje a la casa de la perra, puse la música a todo volumen y canté a todo pulmón. En el momento, entendí por completo por qué los atletas siempre parecían tener audífonos antes de cada evento. Necesitaban animarse para evitar que sus dudas y miedos tomaran el control.
Entrando en la gran calzada, me estacioné y me quedé mirando a la casa solariega. Los Hamptons eran hermosos, pero mi culo definitivamente pertenecía a Brooklyn. Al salir del auto de Graham, se abrió la puerta principal, y salió una mujer. Tomó una larga mirada de mí, y una sonrisa malvada se extendió lentamente por su rostro inmaculado.
—Samira. Qué encantador que hayas venido.
Pegué mi mejor sonrisa falsa para emparejarla con la suya.
—Ainsley. Es tan espléndido verte.
Avery parecía divertida. Encendió un cigarrillo, lo que me sorprendió
hasta la mierda.
—Cuánto ha pasado, ¿siete, ocho semanas? Estoy sorprendida. Generalmente Graham tira la basura todos los martes.
—Sabes lo que dicen: la basura de una persona es el tesoro de otro hombre.
Tomó una larga calada en sus pulmones y luego procedió a soplar una media docena perfecta de anillos de O de humo. No había visto a nadie hacer eso desde que mi tío Guido dejó de fumar sus Lucky Strikes sin filtros en los años noventa.
—Sabes, fumar provoca cáncer. —Incliné la cabeza y susurré—: Y arrugas.
Después de dos bocanadas más, se deshizo del cigarrillo en una maceta muy grande.
—Con el tiempo, se aburrirá de ti y recobrará sus sentidos. Una buena mamada, o cualquiera que sea el servicio que le ofreces que lo está manteniendo visitando los barrios bajos en estos días, acabará por envejecer.
—Le preguntaría a tu marido si eso era verdad, pero supongo, por el palo que está atascado tan profundo en tu trasero, que ese pobre hombre no ha tenido un buen sexo oral en muchos años.
En el interior, la casa estaba tranquila excepto por el golpeteo de los tacones de Avery:
—¿Dónde están todos?
Se sirvió una taza de café. Por supuesto, no le ofreció una a su invitada. Mirándome por encima de su taza con una sonrisa maliciosa dijo:
—¿Te refieres a la familia feliz?
—Me refiero a Graham y Chloe.
—Mamá, papá y su hermosa descendencia están en la playa, llevando a su hija para la natación inaugural de la temporada.
—Eso es lindo.
—Cuando Graham y Genevieve compraron esta casa, solían follar como conejos en el océano. Ahora que lo pienso, su hija incluso pudo haber sido concebida allí.
Esta perra era en verdad una pieza de trabajo. Me obligué a otro es lindo haciendo mi mejor esfuerzo por fingir que no estaba llegando a mí. Pero la verdad era que, no podía evitar estar celosa ante la idea de Graham y Genevieve. Obviamente, habían tenido una relación sexual. No tenía necesidad de visualizar cómo se veían.
Caminé hasta la pared de puertas correderas de cristal que conducen al patio y más allá, debajo de la playa. A cien metros en la distancia estaban Graham y Genevieve. Ambos estaban en medio de desvestirse y Chloe estaba saltando arriba y abajo emocionada entre ellos. Dolía terriblemente ver al hombre del que estaba enamorada retozando en la playa con otra mujer.
Cuando ambos se desnudaron quedando solo en sus bañadores y piel, observé en lo que parecía como cámara lenta mientras Chloe tomaba la mano de cada uno de sus padres y los tres corrían hacia el mar de la mano. Un día moderno de Norman Rockwell14 presentando a Barbie y Ken. La visión hizo a mi pecho tener una sensación aplastante.
Avery se acercó detrás de mí, observando por encima de mi hombro.
—Qué familia feliz podrían ser. Mira la sonrisa en el rostro de Graham.
Graham estaba sonriendo. Estaba riendo y chapoteando en el agua con Chloe y Genevieve. En verdad se veía contento.
Avery sorbió su café.
—Rompe hogares.
Abrí la puerta de cristal y salí. Cuando me volví para cerrar la puerta, Avery estaba sonriendo triunfalmente. No se movió cuando estrellé la puerta frente a su cara.
De camino a casa, Graham sostuvo mi mano mientras conducía.
—¿Cómo te sientes?
—Mejor.
—Gracias por venir conmigo. Sé que no fue fácil para ti.
—Me alegra que hayas pasado tiempo con tu hija. Es una niñita asombrosa.
Graham se iluminó.
—Lo es, ¿no es así?
—¿Genevieve y tú han hablado de tus planes de decirle que eres su padre?
—Genevieve piensa que es mejor no decir nada tan pronto. Piensa que deberíamos seguir pasando tiempo juntos, así que cuando finalmente le digamos, ella ya está cómoda conmigo. Sugirió que fuera a cenar de nuevo esta semana.
Por supuesto que lo hizo.
—Probablemente sea una buena idea.
Nuestra conversación nunca había sido tan forzada. Estaba bastante segura de que ambos lo sentíamos, pero ninguno sabía cómo arreglarlo. Aunque Graham seguía tratando.
—Entonces, ¿qué pensaste de los Hamptons?
—¿Quieres que sea sincera?
—Por supuesto.
—Creo que el paisaje es hermoso. El océano, las casas, todos los barcos en el puerto deportivo. Pero no es un lugar en el que alguna vez me podría imaginar pasando mis veranos. La gente parece tan… homogénea.
—Es una buena forma de decirlo. Nunca ha sido mi lugar favorito tampoco. De hecho, es muy diferente en temporada baja. Siempre he preferido salir en octubre o noviembre. Aún hay muchos granjeros y pescadores que viven allí. La ciudad es muy diferente cuando son solo la gente local.
—Si no es tu lugar favorito, ¿Por qué compraste esa casa?
—Genevieve la quería. Y si estamos siendo honestos, en ese momento, el símbolo de estatus de tener una casa en los Hamptons parecía importante.
—¿Ya no lo es?
Graham apretó mi mano.
—Mis prioridades han cambiado.
—Si fueras a comprar una casa de verano ahora, ¿dónde sería?
Respondió inmediatamente.
—En Brooklyn.
Me reí entre dientes.
—¿Pasarías el verano en Brooklyn?
—Pasaría el verano dentro de ti. Ya no importa dónde.
14 Norman Rockwell es un pintor, ilustrador y artista estadounidense cuyos trabajos se caracterizan por sus temas amables y tiernos, como familias reunidas, viajes familiares en automóvil, interiores de barberías y heladerías con niños, entre muchos otros.
'Sra. Maddox!
micafp_2530- Mensajes : 1884
Fecha de inscripción : 26/02/2017
Edad : 30
Localización : Entre las páginas de un libro...
Re: Lectura #1 Julio 2017
Esas dos hacen buen par de zorras lo unco que quoeren es que soraya lo deje.
Esperemos que la consulta que le hizo a Ida no le meta ideas absurdas.
Gracias mica
Esperemos que la consulta que le hizo a Ida no le meta ideas absurdas.
Gracias mica
mariateresa- Mensajes : 1841
Fecha de inscripción : 10/01/2017
Edad : 47
Localización : CHILE
Re: Lectura #1 Julio 2017
Mmmm apenas se juntaron esas dos viejas odiosas, Soraya no caigas en sus juegos y no te hagas a un lado, y pienso que Geneveive está manipulando a Graham
yiniva- Mensajes : 4916
Fecha de inscripción : 26/04/2017
Edad : 33
Re: Lectura #1 Julio 2017
Si Soraya sede antes las dos víboras... Es que no esta tan enamorada como ella quiere, mas aun cuando Graham hace lo posible e imposible para poder estar con ella
Hasta ahora me pregunto como lo hace Soraya para no matar su pelo con todo esos cambios de color que se realiza constantemente
Gracias por el capítulo
Hasta ahora me pregunto como lo hace Soraya para no matar su pelo con todo esos cambios de color que se realiza constantemente
Gracias por el capítulo
berny_girl- Mensajes : 2842
Fecha de inscripción : 10/06/2014
Edad : 36
Re: Lectura #1 Julio 2017
Hola chicas, ¿Que les parece la lectura? de repente me desespera un poco Soraya, porque siento que se esta dejando influir por esas mujeres para que haga lo que ellas quieren.
Pero ya iremos viendo que hace. Les vengo a dejar los capítulos de hoy.
Pero ya iremos viendo que hace. Les vengo a dejar los capítulos de hoy.
Veritoj.vacio- Mensajes : 2400
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Edad : 52
Re: Lectura #1 Julio 2017
Soraya
El miércoles por la noche, Graham cenó con Genevieve y Chloe. Tuve dificultades para sentarme en casa y mantener mi mente lejos de cómo se verían los tres juntos a la mesa del comedor compartiendo una comida. Así que, en lugar de ir directamente a casa, pasé por la tienda de tatuajes de Tig y Delia y comimos algo de sushi y sake. A las nueve y media, cuando ya era hora de cerrar, estaba lo suficientemente llena y borracha como para estar lista para ir a casa. Quitándome mi ropa de trabajo, conecté mi teléfono y me metí en la cama. Justo cuando cerraba los ojos, la campana sonó. Ya que no me había enviado mensajes de texto durante toda la noche, tuve la sensación de que Graham podría pasarse. Fui a la puerta y apreté el botón para abrirle la puerta, luego deslicé el pestillo de la cerradura de la parte superior y esperé a escuchar pasos en la puerta. La abrí, sonriendo, justo cuando sus nudillos llamaban suavemente a la puerta. Ver al hombre al otro lado hizo que mi sonrisa cayera inmediatamente.
—¿Papá? ¿Qué estás haciendo aquí? Se quitó el sombrero y lo cruzó sobre su pecho.
—¿Puedo entrar? —Por supuesto. Esta mañana, le había pedido a Dios una señal sobre cómo debería manejar mi relación con Graham. Me hizo pensar si enviar a Frank Vendetta era algún tipo de mensaje retorcido. Caminé hacia el armario de la cocina. —¿Puedo darte algo de beber? —Nerviosa, accidentalmente dejé que la puerta de madera golpease después de que cogiera una copa para mí. Mi padre se sentó en la mesa. —Agua está bien. El olor de Old Spice llenando mi cocina me llevó directamente de vuelta a mi infancia. —Creo que voy a necesitar algo más fuerte —dije, abriendo una botella de Merlot.
—Está bien, entonces en ese caso, tomaré lo mismo que tú. —Vino, entonces. —Serví dos copas y le di una. Sonrió. —Esto es agradable. Nunca pensé que disfrutaría de una copa de vino con mi hija esta noche. Corté por lo sano. —¿Qué te trae por aquí, papá? Tomó un sorbo y luego dejó escapar un largo y lento suspiro. Su expresión se tornó seria. —He estado pensando en venir a verte por un tiempo, pero seguí postergándolo porque no quería molestarte. —Entonces, ¿por qué esta noche? —Se sentía como que era el momento. —Di lo que viniste a decir. —El día que me visitaste, me hiciste una pregunta directa que realmente no supe cómo responder. Querías saber si me hubiera quedado con tu madre, si Theresa no me hubiera querido o si quizás nunca la hubiese conocido. No estaba preparado para esa pregunta entonces. —¿Has descubierto la respuesta? —He pensado mucho en ello estos últimos días. La conclusión es, si Theresa no hubiera aparecido, creo que hay una gran probabilidad de que tu madre y yo todavía estuviéramos casados a día de hoy. Es difícil para mí admitirlo porque no quiero culpar a Theresa de mis acciones y decisiones personales. —Pero ese día también me dijiste que no te arrepientes de las elecciones que tomaste, lo que significa que no te arrepientes de hacernos daño. Eso es muy difícil de aceptar. —No. Eso no es lo que quise decir. Te amo y me arrepiento de hacerte daño, pero no me arrepiento de enamorarme de Theresa. —¿Cómo puedes afirmar que nos has querido cuando te fuiste así? Mi padre apoyó la cabeza entre sus manos antes de decir: —No es así de simple. Hay diferentes tipos de amor, Soraya. —El amor por tus hijos debe ser lo primero. Cerró los ojos como si mis palabras picasen, luego hizo una pausa antes de seguir hablando. —A veces la vida te lanza una bola curva, algo que nunca viste venir. Tenemos que tomar decisiones sobre si queremos ser fieles a nosotros mismos u honorable con los que amamos. Si nunca hubiera conocido a Theresa, probablemente hubiera sido muy feliz con tu madre porque no habría conocido la diferencia. Pero dado que la conocí y desarrollé una fuerte conexión con ella, supe lo que me estaría perdiendo si lo dejaba ir. No había vuelta atrás. —¿Y qué fue exactamente lo que Theresa tenía que ma no? ¿Fue puramente sexual? —De ningún modo. Es difícil de explicar. Es solo un nivel de química, Soraya, una especie de atracción magnética entre dos personas que nunca había sentido con tu madre o con nadie. Podría haberlo ignorado. Elegí no hacerlo. Fue egoísta. No lo niego. —Pero no te arrepientes. —No hay una sola respuesta afirmativa o negativa a esa pregunta. Lamento que tú y tu hermana se vieran afectadas por mis acciones, pero no me arrepiento de seguir a mi corazón. Me habría arrepentido de todas maneras. Escogí la ruta egoísta, la que les hacía más daño, y por eso, lo siento. —No sé si podría hacer lo mismo si hubiese estado en tu situación. —Entonces eres una persona mejor que yo, cariño. —Me acabas de decir que, a pesar de ello, estarías con mi madre hoy en día si no hubieras tomado la decisión egoísta. Tus hijas se habrían evitado años de inseguridad. Por ejemplo, no tendría los problemas de confianza que tengo con los hombres hoy en día. Mi madre no hubiera estado casi hospitalizada por depresión. Puede que no te hubieras sentido más satisfecho si te hubieras quedado, pero tu familia hubiera estado mejor. —Las lágrimas empezaban a saturar mis ojos—. Así que, básicamente, hemos sufrido las consecuencias de tus acciones. —Y por eso, lo siento de verás, Soraya. Es lo que realmente vine aquí a decirte, más que nada. Continué asintiendo en silencio, tratando de procesar todo. —No sé si estoy lista para aceptar tus disculpas, pero lo aprecio y estoy contenta de que hayas venido. He aprendido mucho de esta conversación. He necesitado orientación últimamente. —¿Esto tiene que ver con ese hombre rico que estás viendo? Me miró bastante mal el día que te recogió de mi calle. Realmente cuida de ti. Aparentemente tenemos mucho en común. Porque lo sepas o no, te quiero mucho. —¿Sabes qué? Tú y Graham tienen mucho en común, más de lo que probablemente puedas suponer. —Sollocé. Él es tú, y yo soy Theresa ahora. Chloe es quien fui una vez.
Antes de salir para volver a casa, mi padre se quedó por una segunda copa de vino. También puse algo que había cogido durante un viaje que Graham y yo hicimos a la Pequeña Italia. Las cosas no estaban en absoluto arregladas entre papá y yo, pero acordamos mantenernos en contacto. Al menos una relación con un hombre en mi vida iba en la dirección correcta. Desafortunadamente, la visita de papá solo me dejó más atormentada sobre Graham.
Las señales estaban por todas partes esa noche. Graham me había llamado para decir que Chloe tenía fiebre alta e infección de oído. Al parecer, no podía dormir y le pidió que se quedara y le leyera para olvidarse que estaba enferma. Le dije que cuidara de su pequeña y que nos veríamos al día siguiente. Mientras tanto, se me ocurrió conectarme y me di cuenta que Ida había enviado sus respuestas que iban a ser publicadas en el periódico de mañana. Una de ellas era la respuesta a mi correo electrónico. Antes de leerlo, saqué mi copa de vino del fregadero y vertí el resto de la botella. Tomé una respiración profunda para prepararme.
Querida Theresa, Por mucho que pareces estar enamorada de este hombre, creo que ya conoces la respuesta correcta a tu dilema. Todas las apuestas están descartadas cuando hay un niño implicado. Aunque me indicaste que su ex es la causa del fin de su relación, aparentemente ella ha llegado a la conclusión de que cometió un error, uno que quiere rectificar por el bien de su hija. El hecho de que la decisión de poner fin a su relación no fuera directamente de él (sino solo a consecuencia de que ella se fuera) me lleva a creer que aún podría albergar sentimientos por ella. Según indicas, son bastante compatibles, lo cual es aún más preocupante. Me suena como que esto podría convertirse en una situación complicada para ti a medida que pase el tiempo. También has mencionado que no quieres hacerle daño. Tal vez, si él sintiera que le has hecho daño de alguna manera, podría superarte más rápidamente. Podrías, por ejemplo, darle la impresión de que hay alguien más en escena. Haz lo correcto y encuentra un hombre sin equipaje. Devuélvele éste a su familia. Cuando se trata de involucrarse con hombres que tienen hijos, tengo un lema: inteligencia sobre el corazón.
Tenía el estómago hecho un nudo. A pesar que Ida acababa de ayudarme a solidificar la conclusión que estaba empezando a pensar, todavía era difícil de absorber la dureza de esta respuesta. Sabía que lo correcto era alejarse, pero ¿cómo te alejas de lo mejor que te ha pasado? Ella también tenía razón: no había manera de que Graham me dejara ir fácilmente, a menos que pensara que lo había traicionado. El engaño era la única cosa que nunca toleraría. La idea de engañarlo de esa manera era tan dolorosa, que me provocó piel de gallina. Sin embargo, sinceramente, no podía ver otra solución. Ciertamente no había manera de que pudiera mirarlo a los ojos y decirle que no lo quería. Tenía que conseguir que rompiera conmigo por ira, y solo había una manera de hacerlo. ¿Estaba loca por considerar pretender engañarlo solo para que me dejara? ¿O era un movimiento honorable y desinteresado por el bien del bienestar de una niña? Casi no podía creer lo que estaba considerando. Después de darle vueltas toda la noche, llegué a una decisión e ideé un reacio plan de juego. Mañana, me daría una última noche con él, disfrutaría de él, me permitiría amarlo por última vez. Después, empezaría el proceso de distanciamiento hasta que pudiera encontrar la manera de hacer que pareciera que había otra persona. Me recordé que, si bien no podía volver atrás y cambiar mi propia infancia, tenía el poder de cambiar la de Chloe. Esto iba a doler muchísimo. No podía hacerlo sola. Solo había una persona que sabía no trataría de convencerme de no hacerlo.
Cogí el teléfono y le envié un mensaje a Tig.
Soraya: Necesito tu ayuda.
Veritoj.vacio- Mensajes : 2400
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Edad : 52
Re: Lectura #1 Julio 2017
Graham
Esta cosa de la paternidad no era para cobardes. A pesar de que Chloe no sabía que yo era en realidad su padre, la traté como si lo supiera. Me aseguré de que me viera casi todos los días y la convertí en una prioridad. La última noche fue particularmente difícil porque nunca había tratado con un niño enfermo antes. Genevieve pensó que sería una buena idea si tomaba la delantera cuidando de Chloe. Si mi hija iba a pasar el tiempo en mi casa al final, necesitaba saber cómo cuidar de ella en la enfermedad o en salud. Chloe principalmente solo quería que la abrazase y le leyera. La pobre tenía pus saliendo de sus oídos y ardía. Me sentía impotente porque no había nada que pudiera hacer realmente para que se sintiera mejor, aparte de simplemente estar allí. Estaba cada día más unida a mí. Demostraba que, a pesar de la distancia entre nosotros a lo largo de los años, existía una conexión innata entre un padre y un hijo. Gracias a Dios Soraya estaba siendo tan comprensiva con todo esto. La echaba de menos como un loco. Estaba empezando a tener una abstinencia grave. Por mucho que me encantaba pasar tiempo con mi hija, tenía que ver a mi novia esta noche. Necesitaba sentir su coño envuelto alrededor de mi pene. Necesitaba tomar su sexy cabello negro en un puño. Necesitaba escuchar ese sonido que hacía cuando se venía conmigo dentro de ella. Mierda... tenía que decirle de una vez por todas lo mucho que la quería. La suerte estaba de mi lado porque Chloe se sentía un poco mejor. Los antibióticos estaban comenzando a surtir efecto. Después de tener una cena temprana con ella, me dirigí directamente a donde Soraya.
Iba a hacer que el auto la recogiera y la llevara a mi casa, pero dijo que preferiría que fuese yo a la suya. Bromeé que estaría contento de llegar(15) a cualquier lugar que quisiera esta noche. Cuando abrió la puerta, inmediatamente hundí mi cara en su cuello, aspirando su perfume de vainilla.
Ese olor casi me puso cachondo. —Mierda. Te he echado de menos —dije contra su piel—. ¿Cómo has conseguido ser incluso más guapa?
Era un alivio ver que las puntas de su cabello seguían azules. Un vestido azul real ajustado a juego abrazaba sus llenos pechos. Por mucho que quería rasgar aquel vestido y chupar sus duros pezones, en la misma medida había echado de menos su sonrisa, su risa y su actitud sarcástica. A pesar de que no habíamos estado separados por mucho tiempo, estar inmerso en la paternidad se sentía como si había estado a un mundo de distancia de la otra parte importante de mi vida. Amaba a mi hija, pero mi hogar era con Soraya.
Era un alivio ver que las puntas de su cabello seguían azules. Un vestido azul real ajustado a juego abrazaba sus llenos pechos. Por mucho que quería rasgar aquel vestido y chupar sus duros pezones, en la misma medida había echado de menos su sonrisa, su risa y su actitud sarcástica. A pesar de que no habíamos estado separados por mucho tiempo, estar inmerso en la paternidad se sentía como si había estado a un mundo de distancia de la otra parte importante de mi vida. Amaba a mi hija, pero mi hogar era con Soraya.
Bajando la mano por su espalda, le pregunté:
—¿Tienes hambre? —No. Mencionaste que cenabas con Chloe, por lo que acabo de comer algo. Parecía que algo la estaba molestando. —¿Tienes algo en mente? Vaciló.
—No.
—¿Qué quieres hacer esta noche? Podríamos ir a tomar una copa, ver una película, lo que quieras.
—¿Podemos simplemente quedarnos aquí?
—Sabes que nunca me quejaré por tenerte toda solo para mí.
—¿Cómo está Chloe esta noche?
—Mucho mejor. El doctor le dio penicilina y el dolor del oído ha disminuido significativamente.
—Me alegro de escuchar eso. Mis ojos se posaron en el fregadero. Me di cuenta de que había dos vasos sucios de vino. Una descarga de adrenalina me golpeó. ¿Dos vasos? ¿Quién coño estuvo aquí?
—¿Tuviste compañía? Su cara enrojeció.
—Ehh... en realidad, mi padre pasó por aquí. Aunque aliviado por la explicación, me molestó que no me lo hubiera dicho.
—De verdad…
—Sí. Apareció sin avisar aquí anoche. Mi corazón se encogió, porque sabía que, en circunstancias normales, habría venido a decírmelo. Verle no puede haber sido fácil para ella. Aunque sabía la respuesta, le pregunté de todos modos.
—¿Por qué no me dijiste nada sobre esto?
—Estabas con Chloe. No quería molestarte. De todos modos, estuvo bien. Solo hablamos. No fue tan malo como me imaginaba que sería verle después de la forma en que salí de su casa ese día.
—Estabas con Chloe. No quería molestarte. De todos modos, estuvo bien. Solo hablamos. No fue tan malo como me imaginaba que sería verle después de la forma en que salí de su casa ese día.
—¿Qué te dijo?
—¿Sabes qué? No quiero perder esta noche volviendo a pensar en todo eso. Mi padre y yo... estamos realmente bien. Fue una buena visita.
—¿Estás segura de que no quieres hablar de ello?
—Totalmente.
—Está bien.
—La atraje hacia mí y planté mi frente contra la suya—. ¿Sabes qué estaba pensando? Tal vez deberíamos ir a Italia para nuestras vacaciones. Quiero besar el suelo de la tierra que te trajo a mí. Nunca he estado allí. Podríamos visitar la costa de Amalfi. ¿Qué piensas?
—Estoy segura de que Italia es hermosa.
—No has respondido a mi pregunta. —Me alejé para examinar su rostro—. No pareces tan emocionada como yo pensaba que estarías. No tenemos que ir allí. Podemos ir a otro lugar. Ella puso sus dos manos alrededor de mi rostro y dijo: —Eres increíble. Tendría suerte de ir a cualquier parte contigo.
—Sin embargo, no estaba sonriendo cuando lo dijo. ¿Qué demonios? —¿Estás bien? Pareces abatida. ¿Está segura de que tu padre no te molestó?
—Estoy bien. —No te creo. Se quedó en silencio y estaba empezando a alarmarme en serio. Pasé el dorso de la mano por su mejilla.
—Sabes que me puedes contar cualquier cosa, ¿verdad? Sé que las cosas con Genevieve y Chloe no han sido fáciles para ti. Necesito que hables conmigo cuando las cosas te molestan, no mantenerlas dentro. No hay nada que no podamos arreglar mientras no guardes en secreto las cosas.
—No hay nada de qué hablar. Solo tengo un humor extraño esta noche. ¿Podemos simplemente acostarnos? Examiné su rostro antes de responder. —Por supuesto. A pesar de su explicación, una nube ominosa parecía seguirnos mientras nos dirigíamos a su habitación. Me quité mi corbata. Mientras me desabrochaba la camisa, Soraya se sentó en la cama, observándome. Me encantó el hecho de que estuviera tan cautivada conmigo desnudándome, pero para ser honesto, era un poco extraño y poco habitual en ella estar simplemente mirándome de esa manera. Definitivamente no estaba actuando como ella misma esa noche. Lanzando mi camisa en la silla, dije: —No quieres hablar, así que tendré que encontrar otra manera de hacer que te sientas mejor. Se levantó y se acercó a mí y después pasó lentamente su dedo índice alrededor del tatuaje de su nombre sobre mi corazón.
—Que hicieras esto significa mucho para mí. En realidad, no creo que alguna vez lo haya expresado lo suficiente. —Tú significas mucho para mí. Me trajiste de nuevo a la vida, Soraya. Esto era lo menos que podía hacer para expresar lo que siento. Representa la forma en que estás siempre conmigo, incluso cuando no podemos estar físicamente juntos por el trabajo o por Chloe. En última instancia, sabiendo que estás ahí para mí y que me respaldas es lo que me ayuda a seguir adelante.
Continuó mirando mi tatuaje cuando preguntó: —¿Quieres hacer el amor conmigo?
—¿Hubo alguna vez una duda sobre si eso estaría sucediendo?
—No, pero quiero tomarlo con calma esta noche. Saborearlo.
—Puedo hacerlo lento. El sexo no podía resolver todo, pero estaba seguro de que intentaría sacarla de ese mal estado en el que estaba. Le iba a mostrar con mi cuerpo exactamente lo mucho que la amaba, que no había nada que no pudiéramos atravesar mientras nos quedábamos juntos tanto en sentido literal como figurado. Se acercó y empezó a besarme apasionadamente de una manera que casi se sentía desesperada. Cuando caímos en la cama, su agarre alrededor de mi cuello era fuerte mientras me atraía hacia ella, abriendo las piernas de par en par.
—Por favor —rogó. Al verla desnuda y abierta de piernas así, de inmediato tuve que recordarme a mí mismo su solicitud de tomar las cosas con calma, porque en ese momento, solo quería devastar su coño. Mientras entraba en ella, dejó escapar el jadeo más asombroso en mi oído. Entrando y saliendo de ella con una intensidad lenta y fuerte, me di cuenta que definitivamente había una diferencia entre follar pura y desenfrenadamente y hacer el amor de manera loca y apasionada. Había que estar verdaderamente enamorado de alguien para conseguir lo último. Y estaba definitivamente enamorado de Soraya de una manera que nunca había estado con nadie antes. Era hora de hacérselo saber.
Mientras me hundía en ella, tratando de no aplastarla con el peso de mi cuerpo ansioso, le susurré al oído.
Mientras me hundía en ella, tratando de no aplastarla con el peso de mi cuerpo ansioso, le susurré al oído.
—Te quiero tanto, Soraya. —Retirándome y empujando hasta el fondo en ella de nuevo, repetí—: Te amo. Respondió simplemente agarrándose a mí más fuerte, moviendo sus caderas y guiando mi cuerpo. Deseaba tanto que me devolviera esas tres palabras. En cambio, permaneció en silencio hasta que sentí la humedad en mis hombros. Estaba llorando. —Nena, ¿qué pasa? Mi corazón latía más rápido. ¿Había estado delirando al pensar que lo estaba llevando todo bien? ¿Estaba todo claro? Cuando reduje mis movimientos, murmuró: —No pares, Graham. Por favor, no te detengas. Frustrado, recuperé el ritmo, follándola más duro de lo que pretendía. Gritó de placer mientras sus músculos pulsaban alrededor de mi pene. Me corrí tan duro, vaciándome dentro de ella. Nuestros pechos se levantaron y cayeron a medida que jadeábamos el uno encima del otro. Me miró a los ojos durante más tiempo y parecía estar luchando contra sus palabras. Lo que finalmente dijo casi me deshizo. —Puede que tu nombre no esté tatuado sobre mi corazón, pero siempre estará grabado en mi alma. He pasado dos décadas pensando que no era capaz de ser amada. Gracias por demostrar que estaba equivocada. Has cambiado mi vida. A pesar de que no contenía las tres palabras que esperaba oír, en muchas maneras, significaba aún más. Hicimos el amor tres veces más esa noche, cada vez más intenso que el anterior. Cuando Soraya finalmente se durmió en mis brazos, una sensación de aprensión me mantuvo despierto.
Durante la semana siguiente, empezó a quedar claro que había tenido buenas razones para estar preocupado. Soraya me daba una historia diferente cada noche del porqué no podía verme. Su hermana necesitaba ayuda en la mudanza. Su madre quería ir de compras. Tenía planes con Tig y Delia.
El temor se multiplicó cada día mientras pensaba de nuevo en nuestro último encuentro, que si bien fue sensual y apasionado tuvo algún comportamiento extraño por parte de Soraya. Por mucho que sus palabras sobre mí cambiándole su vida me habían tocado, no pude dejar de obsesionarme con el hecho de que ni una sola vez había usado la palabra amor. Con cada hora que pasaba, la omisión parecía crecer en importancia. Tal vez no me amaba. De todas formas, algo estaba mal y necesitaba llegar al fondo de ello. Traté de darle el espacio que aparentemente quería. Me concentré en Chloe para borrar de mi mente el hecho de que Soraya estaba distanciándose de mí. Al terminar la semana, sin embargo, no me dejó otra opción más que esperar frente a su apartamento hasta que apareció. Supuestamente, estaba con Tig y Delia otra vez. Pero seguro como el infierno que no era con ellos con quien venía paseando por la calle mano a mano a las nueve de la noche.
Durante la semana siguiente, empezó a quedar claro que había tenido buenas razones para estar preocupado. Soraya me daba una historia diferente cada noche del porqué no podía verme. Su hermana necesitaba ayuda en la mudanza. Su madre quería ir de compras. Tenía planes con Tig y Delia.
El temor se multiplicó cada día mientras pensaba de nuevo en nuestro último encuentro, que si bien fue sensual y apasionado tuvo algún comportamiento extraño por parte de Soraya. Por mucho que sus palabras sobre mí cambiándole su vida me habían tocado, no pude dejar de obsesionarme con el hecho de que ni una sola vez había usado la palabra amor. Con cada hora que pasaba, la omisión parecía crecer en importancia. Tal vez no me amaba. De todas formas, algo estaba mal y necesitaba llegar al fondo de ello. Traté de darle el espacio que aparentemente quería. Me concentré en Chloe para borrar de mi mente el hecho de que Soraya estaba distanciándose de mí. Al terminar la semana, sin embargo, no me dejó otra opción más que esperar frente a su apartamento hasta que apareció. Supuestamente, estaba con Tig y Delia otra vez. Pero seguro como el infierno que no era con ellos con quien venía paseando por la calle mano a mano a las nueve de la noche.
15 En original “come” lo que significa ir, llegar o correrse en un acto sexual
Veritoj.vacio- Mensajes : 2400
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Edad : 52
Re: Lectura #1 Julio 2017
Soraya
Todo sucedió tan rápido. Marco y yo acabábamos de salir de la tienda de Tig. Dado que Graham y yo no nos habíamos visto en unos pocos días, tuve la sospecha de que podría aparecer sin avisar una noche de esta semana. Solo que no tenía ni idea de qué noche sería. Nuestro plan para esta noche era el mismo que para ayer por la noche. Nos sentábamos, veíamos películas, y esperábamos a ver si Graham me sorprendía con una visita. Si lo hacía, dejaría que Graham viera a Marco dentro de mi apartamento y le diría que lo sentía, que había conocido a alguien, y que no tenía la intención de hacerle daño. No sería difícil de creer. Sentada junto a Marco en el metro, incluso tuve que admitir que nos veíamos más como una pareja de lo que Graham y yo nos veíamos. Con su piel oliva, su cabello negro en punta, un cuerno italiano alrededor de su cuello, y sus grandes bíceps, él era más como Pauly D. de Jersey Shore que un hombre que gobernaba una sala de juntas. En honor a la verdad, antes de Graham, él era mi tipo. Aunque no Marco, específicamente. Nos conocíamos desde hacía demasiado para eso. Marco era el primo de Tig; todos habíamos sido amigos desde que éramos niños. A pesar de que no lo había visto desde hacía unos años, sabía que me haría el favor de pretender ser mi novio. Cuando Tig le dijo que viniera a la tienda el lunes, él había consentido hacerlo incluso antes de que le explicase las circunstancias.
—¿Estás bien, muñeca? —Marco me apretó la rodilla.
—Solo nerviosa.
—¿Quieres que volvamos a repetir lo que quieres que diga si él se presenta?
—No. —Forcé una sonrisa—. Ya tenemos el plan. O eso pensé. Pero no había planeado que Graham estuviera de pie fuera de mi edificio antes de que yo llegara. Estaba apoyado en su auto, mirando hacia abajo, mensajeando en su teléfono. Por suerte, lo vi antes de que él me viera. Saltando en modo pánico, sabiendo lo que iba a pasar, rápidamente agarré la mano de Marco. Cuando Graham levantó la vista y me vio, realmente vi el momento en que rompí su corazón en su rostro. Incluso desde mitad de la manzana, sus ojos se iluminaron durante una fracción de segundo cuando me vio. Esa luz se extinguió rápidamente cuando vio al alto, oscuro y tatuado hípster con el que iba de la mano. Mi corazón se evisceró completamente al ver el dolor en sus ojos. Había practicado las cosas que le diría una y más de mil veces, sin embargo, cuando se acercó a nosotros en la calle, era incapaz de hablar.
—¿Soraya? ¿Qué demonios? Me quedé mirando hacia abajo a la acera, incapaz de mirar a los ojos de Graham. Marco se imaginó lo que estaba pasando y saltó para ayudarme.
—Debes de ser Grant. Soraya me dijo que había una posibilidad de que aparecieras antes de que tuviera la oportunidad de hablar contigo.
—¿Hablarme de qué? ¿Soraya? ¿Qué coño está pasando?
—Graham estaba prácticamente gritando en ese momento.
—Amigo. Cálmate. Iba a decírtelo. Justo hablamos de ello anoche en la cena.
—¿En la cena? ¿Anoche? ¡Soraya! Respóndeme. ¿Qué diablos está pasando? Cuando no respondí y tampoco lo miré, Graham se puso delante de mí. Hacer el papel de novio protector era algo natural para Marco. Dio un paso parcialmente delante de mí y se puso en la cara de Graham.
—Amigo. Solo voy a advertirte una vez. Mantén las manos para ti mismo, y no toques a mi chica. No quiero tener que patear tu culo de niño bonito aquí en la calle.
—¿Tu chica? Todo sucedió tan rápidamente después de eso. Graham dio un paso atrás, y luego comenzó a darse la vuelta, solo para volver atrás y lanzar todo su peso en un golpe que se estrelló contra la mandíbula de Marco. Un fuerte crujido hizo que el ácido se elevase por mi garganta, y por un segundo, pensé que iba a vomitar allí mismo, en la calle. No estaba inmediatamente segura si el sonido era por la mandíbula de Marco o por la mano de Graham rompiéndose. Los latidos de mi corazón pulsaban fuerte en mis oídos; por lo que sabía podría haber sido el sonido de mi propio corazón rompiéndose. Marco retrocedió unos pasos, su mano en su mandíbula en un intento de aliviar el dolor. Pero había crecido viendo a Tig y Marco pelear, y sabía que algo tan pequeño como una fractura de mandíbula no terminaría esta pelea. Antes de que pudiera interponerme entre ellos, Marco se lanzó contra Graham. Los dos hombres chocaron, y Marco golpeó a Graham contra un auto estacionado. —¡Paren! —Por fin había conseguido hablar—. ¡Por favor, paren! ¡Marco, no!
Graham de alguna manera se las arregló para echar a un lado a Marco, y entonces estuvo de pie frente a mí, su pecho subía y bajaba, sus nudillos rotos y sangrando. Sin pensar, alargué mi mano hacia su mano lesionada. —Graham. Se apartó de mi toque como si fuera fuego.
Graham de alguna manera se las arregló para echar a un lado a Marco, y entonces estuvo de pie frente a mí, su pecho subía y bajaba, sus nudillos rotos y sangrando. Sin pensar, alargué mi mano hacia su mano lesionada. —Graham. Se apartó de mi toque como si fuera fuego.
—Dilo, Soraya. Miré hacia abajo.
—¡Dilo! Dime que eres una maldita infiel y yo soy un maldito imbécil. Dios. Porque a pesar de que lo estoy viendo justo en frente de mis ojos, todavía no quiero creerlo. Las lágrimas rodaban por mis mejillas. No podía mirarlo. Cuando volvió a hablar, su voz era baja y dolorosa. Sonaba roto.
—Mírame, Soraya. Mírame. Finalmente reuní el coraje para levantar la cabeza. Mirando fijamente a sus ojos, las lágrimas corrían por mi rostro, le dije la verdad absoluta.
—Lo siento mucho, Graham. Sus ojos se cerraron por un momento antes de girarse, se metió en su auto, y se fue sin decir nada más. Le miré, llorando, hasta que ya no pude ver ni rastro de su auto. ¿Qué acababa de hacer?
—No te comportes como un marica.
—No te comportes como un marica.
—Las manos de Tig ahuecaban el rostro de su primo. Se había presentado con Del quince minutos después de que Marco y yo entrásemos a mi apartamento. Ni siquiera me había dado cuenta de que Marco les había llamado. —Realmente creo que eso debería hacerse en urgencias.
—Era la segunda vez que expresaba mi opinión de que la mandíbula, obviamente dislocada, de Marco debía ser puesta en su lugar en el hospital.
—Está bien. Lo he hecho antes. Tres veces cuando él estaba haciendo esa mierda estúpida del kickboxing.
—Le entregó a Marco la botella de Jack que había traído con él—. Un trago más, que sea grande. El pobre Marco bebió de la botella y luego se paró frente a su primo con los ojos cerrados.
—Listo. —A la de tres. Uno… —¡Mieeeeerda! —Marco dejó escapar un grito espeluznante, y yo corrí al baño. Esta vez, realmente vomité.
Cuando regresé, Tig se rió. —Se me olvidó cuán chica eres.
Cuando regresé, Tig se rió. —Se me olvidó cuán chica eres.
—Has dicho tres y lo hiciste en una. No me diste oportunidad de salir corriendo de la habitación.
—Por supuesto que lo hice en uno. ¿Quién demonios de verdad cuenta hasta tres cuando la persona está tensa y esperando?
—¿Cómo diablos iba a saberlo?
—Dale a tu amante una bolsa de guisantes, ¿quieres, nena? Miré en el congelador, en busca de una bolsa de algo congelado. Pero no tenía ningún tipo de verduras.
—No como guisantes.
—¿Que más tienes? Saqué una caja de Choco-Tacos; helados en forma de tacos. Tig sacó uno de la caja y se lo dio a su primo. —Eso es perfecto. Un taco para el maricón al que un tipo trajeado le disloca la mandíbula. Marco hizo una mueca al poner el helado congelado a descansar contra su mejilla. —Lanza un buen golpe para ser un niño bonito. —¿Entiendo entonces que las cosas no fueron exactamente como planeaste?
—Del me había tenido en sus brazos hasta que finalmente había dejado de llorar. Para entonces, Tig estaba jugando al doctor con su pobre primo.
—De ningún modo. Ni siquiera lo hicimos en mi apartamento. Nos vio en la calle, por lo que entré en pánico y agarré la mano de Marco.
—Eso debe haberle dado una buena imagen. Solté una respiración profunda.
—Fue horrible. Estaba tan herido, Del.
—Sabías que lo estaría. ¿Crees que se lo tragó? Asentí con la cabeza, lágrimas silenciosas de nuevo cayendo por mi cara. —Sí. Sinceramente, no creo que hubiese alguna otra manera de hacerlo. Aun viéndome de la mano de otro hombre y escuchando a Marco llamarme su chica, todavía quería confirmación. Él creía tanto en nosotros, que ni siquiera quería aceptarlo cuando estaba justo frente a sus ojos. Ha sido así desde el día en que lo conocí. No sabía que un hombre podía ser tan firme en su amor y apoyo. Era la parte más bonita de él.
Cuando mis hombros empezaron a temblar de nuevo, Del me envolvió de nuevo en sus brazos.
Cuando mis hombros empezaron a temblar de nuevo, Del me envolvió de nuevo en sus brazos.
—Él va a dar eso a su pequeña. Querías hacer esto por ella. Esa parte de él no va a cambiar. Simplemente ya no va a estar dedicado a ti.
Veritoj.vacio- Mensajes : 2400
Fecha de inscripción : 24/02/2017
Edad : 52
Re: Lectura #1 Julio 2017
Que metida de patas soraya al final hicistes caso a las zorras y a Ida e hicistes sufrir a Graham
Mal mal mal
Gracias vero
Mal mal mal
Gracias vero
mariateresa- Mensajes : 1841
Fecha de inscripción : 10/01/2017
Edad : 47
Localización : CHILE
Re: Lectura #1 Julio 2017
Gracias
-Tú eres mi perfección. Soy todas esas cosas por ti. -dijo sacudiendo su cabeza a lo que él consideró como una seria confusión-. Existo por ti, Nina. Este ser mortal tan precioso para el Creador del Universo que permitió mi existencia. Dime que eso no es increíble.
--Jared Ryel--
Loam- Mensajes : 1208
Fecha de inscripción : 12/12/2015
Edad : 28
Re: Lectura #1 Julio 2017
Es que es para matarla, pero esta chica en que momento se volvió tan patética que confunde las cosas... El hecho que su padre la abandonara no quiere decir que Graham haga lo mismo con su hija, el hecho de ser padre no va realmente enfocado en vivir con ellos o con la mama de ellos...
Esta chica nunca le dijeron que la experiencia de otros, no es precisamente la tuya... Estos últimos capítulos termina por detestar a Soraya y eso que me caí bien.
Gracias por los capítulos
Esta chica nunca le dijeron que la experiencia de otros, no es precisamente la tuya... Estos últimos capítulos termina por detestar a Soraya y eso que me caí bien.
Gracias por los capítulos
berny_girl- Mensajes : 2842
Fecha de inscripción : 10/06/2014
Edad : 36
Página 4 de 6. • 1, 2, 3, 4, 5, 6
Temas similares
» Lectura #2 Julio 2017
» Lectura #1 Junio 2017
» Lectura #2 Junio 2017
» Lectura Agosto 2017
» Lectura #1 Septiembre 2017
» Lectura #1 Junio 2017
» Lectura #2 Junio 2017
» Lectura Agosto 2017
» Lectura #1 Septiembre 2017
Book Queen :: Biblioteca :: Lecturas
Página 4 de 6.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov - 21:20 por vientoyletras
» Cuenta Regresiva de 500 a 0
Lun 11 Nov - 21:47 por vientoyletras
» Cuenta de 1 en 1 hasta 100
Dom 10 Nov - 17:30 por johanaalove
» ABC de Nombres
Mar 5 Nov - 17:45 por citlalic_mm
» Di cómo te sientes con Emoticones
Mar 5 Nov - 17:42 por citlalic_mm
» ABC de Frutas y Verduras
Mar 5 Nov - 17:41 por citlalic_mm
» ABC de Todo
Mar 5 Nov - 17:41 por citlalic_mm
» Cuenta de 2 en 2 hasta 10.000
Vie 25 Oct - 13:12 por DESI
» Cuenta de 5 en 5 hasta 500
Mar 22 Oct - 16:26 por adricrisuruta