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Lectura #2 Noviembre 2017

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Mensaje por yiniva Jue 23 Nov - 20:04

Feliz Jueves
tarde pero sin sueño 
Lectura #2 Noviembre 2017 - Página 3 3381065922


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Lectura #2 Noviembre 2017 - Página 3 Empty Re: Lectura #2 Noviembre 2017

Mensaje por yiniva Jue 23 Nov - 20:12

CAPÌTULO 13
El jueves por la noche, Kyle apareció en la casa de Lanie, luciendo         una camiseta negra ajustada y jeans.
—Estás bromeando, ¿verdad? —preguntó ella y se llevó la
mano a la boca.
—Es tu primer baile. Puedo al menos hacerlo lo más memorable posible
—dijo él con una sonrisa.
Lanie hizo pasta. Kyle la ayudó, pero casi se cortó los dedos cuando ella se frotó contra él. Él observó sus labios durante toda la cena. Eran unos labios hermosos, llenos y sensuales. Esta vez trajo un bolso para pasar la noche. Se acabó el masturbarse. Ella fue al baño alegando que necesitaba cambiarse y ponerse algo más cómodo. Se acostó en su cama rezando para que no volvieraa salir con una tienda de campaña. Se preguntó si se pondría esa cosita rosada y con adornos. Por otra parte, tal vez estaba guardando eso para Brad. Mierda, ¡Brad se parecía a Patrick Swayze, por el amor de Dios! Que se joda Brad. Kyle intentó sacar el pensamiento de  su cabeza.
Ella salió entonces, mordiéndose nerviosamente el labio inferior, usando una bata larga de baño. Kyle volteó los ojos, preguntándose qué tipo de placer sádico le daba al torturarlo manteniendo todos sus encantadores bienes en secreto. Se acercó a ella y la atrajo contra su pecho, deseando que todos los pensamientos se aclararan en su cabeza. Quería pensar con su otra cabeza. La que suele usar en estas situaciones.
La acostó en la cama y buscó el nudo de su bata. Ella negó.
— ¿Puedes apagar las luces, por favor?
Él accedió, preguntándose en silencio si ella le estaba pidiendo eso para poder imaginarse a Brad. ¿O tal vez a Johnny Castle? Quién diablos lo sabía, pero estaba volviendo loco a Kyle. Se quitó la camisa y los jeans y se recostó en la cama a su lado. Trató de concentrarse únicamente en su erección y no en los pensamientos desenfrenados de su cabeza. Lo ayudó grandemente al montarlo a horcajadas. Se inclinó, besando su cuello, creando un sendero mientras se movía más bajo.
— ¿Qué estás haciendo? —preguntó él.
— ¿Adivina qué más busqué en Google? —respondió, pasando sus labios por su pecho.
—Oh Dios, me encanta Internet —susurró Kyle.
—Lo sé... es muy... informativo —contestó Lanie, rozando su barbilla contra su erección. Kyle gruñó anticipadamente.


Ella bajó su bóxer para revelar la dura y rígida columna dentro. Había la suficiente luz de luna entrando por la ventana, que le permitió verla mirando su erección fijamente, como si estuviera insegura del siguiente movimiento. Kyle estaba a punto de hacer un comentario cuando ella deslizó su lengua hacia arriba y abajo de su eje. Tomó su punta en la boca, y él siseó, tratando desesperadamente de no flexionar sus caderas y forzarse más profundo. La sintió absorber más de él, luego detenerse, luego un poco más, luego detenerse. Luego lamió la punta, trazándola con la lengua. Kyle se preguntó si lo estaría torturando de nuevo. Seguía haciéndolo, y él quería sentir el calor de su boca entera y esos labios atractivos en toda su anchura. Esperó, maldiciendo silenciosamente con cada lento y atormentador movimiento de su lengua.
—Ven aquí —dijo él finalmente, alcanzando sus hombros.
—No he terminado —dijo ella.
—Ya terminaste. —La levantó y luego la giró para quedar encima de ella. Quería sentirla debajo de él, pero en su lugar solo sintió la suave tela de  su bata. Oh carajo, deja que lo lleve si es eso lo que ella quiere. Presionó besos en el hueco de su cuello hasta que la oyó gemir. Era hora. Se sentó y agarró el paquete de papel de aluminio que había colocado en su mesita de noche.
—Kyle, no tienes que hacer eso —susurró ella, sujetando su brazo. Se detuvo y la miró.
— ¿Porqué?
No podía verla en la oscuridad, pero sabía que, por la vacilación en su voz, estaba ruborizándose.
—He estado tomando anticonceptivos.
Se dijo a sí mismo no hacer la pregunta, pero como de costumbre no pudo detenerse.
— ¿Has hecho eso por mí?
—Bueno, dijiste que era lo mejor y que tú acababas de chequearte.
Pensé que si era mejor, debería estar preparada, ¿no crees?
Deja de pensar, Kyle. Para. Pero no podía.
— ¿Por mí? —Su voz tenía un filo agudo, y se odiaba por ello.
—Sí, y ya sabes... en caso... —Oyó la vacilación y las palabras no dichas, y había acabado. Sabía lo que ella estaba pensando. Se puso en control de natalidad por Brad, y el amargo pensamiento hizo que su furia surgiera repentinamente. Eso nunca le había pasado. Por un segundo se sorprendió y se avergonzó, pero luego solo estaba enfadado... con ella.
Salió de la cama y buscó su ropa a tientas.
—Kyle, ¿qué estás haciendo? —preguntó ella, sentándose.


—Yéndome. Diviértete con Johnny Castle —le siseó.
—No entiendo. ¿Qué hice?
Él se puso sus jeans, al estilo comando, porque no podía encontrar sus bóxer. Buscó la pared para encender la luz y la miró. Era una visión de la belleza sentada en la cama, con sus rizos rojizos que caían a su alrededor, contra la bata que parecía una nube blanca. Le pareció un ángel. Y estaba completamente confundida, mordiéndose el labio tan fuertemente que iba a dejar una marca. Kyle sintió remordimiento, pero el ácido en su corazón creció, casi relativamente al encogimiento de ese otro miembro de su cuerpo.
— ¿Qué demonios está mal contigo? Estás enamorada de un tipo que está follando a tu hermana en la habitación de al lado cada noche. Es enfermo, ¿no crees?
Ella miró sus manos.
—Te dije que no pienso así.
—Seguro lo haces. ¿Tienes problemas paternos o algo así? ¿Es eso?
¿Cassie era la favorita de papi y ahora te sientes inadecuada? ¿Sientes la necesidad de robarle el novio para compensarlo? Eso es bastante repugnante. ¿Y por qué? ¿Por ese lamentable imbécil?
—Kyle, cierra la maldita boca —gritó.
—No es el tipo que crees que es. Lo tienes en un jodido pedestal. Es un bastardo.
—Para. Deja de hablar. —Las lágrimas corrían por sus mejillas, pero Kyle no podía detenerse. La ira se había acumulado, y estaba lista para estallar.
—Tenías razón. Una chica se interpuso entre nosotros. ¿Sabes lo que hizo tu precioso Brad? ¿Sabes qué clase de hombre es?
—Por favor, detente —susurró ella.
—Dejó a mi hermana embarazada cuando tenía dieciséis años. —La desconcertada mirada de dolor en su rostro le dijo que sus palabras la golpearon—. No te preocupes. No hay pequeños Brads corriendo por ahí. Ella tuvo un aborto. ¿Y sabes quién estaba ahí para ella? ¿Quién la llevó?
¡Yo! Eso mismo. Brad ni siquiera pudo estar allí para ella. Ni siquiera se presentó. Ese es el hombre del que estás enamorada, Lanie. —Él sabía que había ido demasiado lejos. Demonios, nunca debió empezar, pero ya era demasiado tarde.
Ella estuvo callada por un largo tiempo. Él encontró su camisa y esperó a que respondiera. Cuando finalmente lo hizo, su voz era apenas más fuerte que un susurro.
—Él cometió un error.


—También yo. —Kyle cerró de golpe la puerta de la habitación antes de salir del apartamento. Una vez que llegó a su auto, se dio cuenta que  había dejado las llaves dentro y su bolso de viaje.
Necesitaba calmarse de todos modos. Empezó a caminar rápidamente por la calle. Sus pensamientos salían absurdos y confusos. No tenía idea de lo que estaba haciendo o hacia dónde se dirigía. Estaba cegado por la ira. ¿Enfadado con Lanie? Tal vez, pero solo porque merecía algo mejor que Brad. Ella merecía a alguien que la pusiera en un pedestal. ¿Estaba enojado con Brad? Sí, señor, odiaba a Brad en este momento. Cuanto más andaba, más se ponía de manifiesto que estaba más enojado consigo mismo. Y entonces la culpa lo invadió como una marea, amenazando con ahogarlo. Dios mío, acababa de dejar tirada a Lanie. Ella ya tenía tantas inseguridades tal y como estaba, y él acaba de agregar más. Probablemente estaba enloqueciendo en ese apartamento vacío. ¿Cómo podía ser tan cruel? Todo el mundo la pisoteaba, y ahora Kyle era un miembro con carnet de ese club. Se odiaba por ello.
Se dio la vuelta y regresó al apartamento de Lanie, practicando su disculpa. Él la dejaría sola después de esto. Obviamente eran muy malos  el uno para el otro, y tanto como Kyle la quería, no podía estar de forma casual con ella. Jodía con su mente demasiado. Dios, había querido tanto follarla, pero eso no era saludable. Entonces, ¿era saludable dormir con diferentes mujeres todas las noches? Kyle se detuvo, dándose cuenta que no había tenido sexo con nadie desde que hicieron su arreglo, lo cual estaba completamente fuera de su carácter. Había tenido varias oportunidades, incluyendo tres invitaciones de sus aventuras regulares, y las ignoró. También tenía algunos números nuevos de chicas que conoció en el bar. No las había llamado. ¿Qué significaba eso?
Significa, idiota, que necesitas dormir con ella. Si duermes con ella, la sacarás de tu cabeza. Tal vez era la cosa de que era virgen. Una especie de fantasía secreta y jodida por lo que su subconsciente lo estaba haciendo sufrir. Dudaba que ella lo quisiera después de esto. Diablos, no podía culparla. Entonces la culpa volvió, como olas rompiendo contra él. Era un gran idiota. Ella no merecía esto. Debería dejarla sola. Pero, de nuevo, si aún lo quería, entonces ¿eso no sería ser cruel también?
Se veía tan hermosa incluso con esa ridícula bata. Él quería mirar debajo de esa bata. Mierda, ahora estaba duro.
—Ahora decides aparecer —reprendió a su parte favorita del cuerpo, ajustándose.
Caminó de regreso apresuradamente, preguntándose cómo Patrick Swayze se las arreglaba para bailar con una camisa tan apretada. Se quedó torpemente en el frente de la puerta. Golpeó suavemente la puerta.
Cassie respondió. Simplemente genial. Ella llegó a casa. Por supuesto,
¿De qué otra forma podría ir esta noche?


—Hola —saludó con una voz ronca, haciéndole señas para que entrara.
—Vine a ver a Lanie. —Kyle pasó por delante de ella. Se las arregló para correr delante de él, bloqueando su entrada al pequeño pasillo que conducía al dormitorio de Lanie.
—Lanie probablemente ya esté durmiendo —dijo Cassie, lamiéndose el labio inferior. Kyle se preguntó cuánto más podría manejar esta noche su adolorida cabeza. ¿Estaba Cassie realmente insinuándosele?
—Oigo su televisión —respondió Kyle, preguntándose si sería prudente empujar a Cassie fuera del camino. Nunca había golpeado a una mujer,
¿pero empujar? Empujar estaba permitido, ¿no?
—Se queda dormida así cada noche.
—Supongo que la voy a arropar entonces. —Kyle avanzó, pasando a Cassie, pero ella se movió, bloqueándolo de nuevo.
—Kyle, eres demasiado atractivo. En realidad, ridículamente guapo sería una mejor descripción. ¿Estás seriamente interesado en mi hermana?
Él la miró con incredulidad.
—Sí, lo estoy. ¿Cuál es tu punto?
—Supongo que mi punto es que Lanie está durmiendo y Brad está fuera de la ciudad.
—De nuevo, ¿cuál es tu punto?
—Parece un gran momento, eso es todo. Nadie tendría que saberlo. Soy buena guardando secretos —dijo ella, pasando el dedo por su camisa.
Kyle le agarró la muñeca, quitó su mano de su cuerpo, y la soltó con fuerza.
—Me disgustas por completo. Ahora sal jodidamente de mi camino. Ella se apartó.
—No se lo digas a Brad. —La desesperación se derramó de su voz—. Le diré que estás mintiendo si lo haces.
Se volvió hacia ella, negando.
— ¿Qué hay de Lanie? ¿No debería alguien decírselo a Lanie?
No había culpa en su expresión. Se encogió de hombros. Igual que Lanie hacía. Eso enfermó a Kyle. No tenía tiempo para esta mierda. Entró en el dormitorio de Lanie y cerró la puerta detrás de él. Las luces estaban apagadas, pero la televisión estaba encendida. Estaba viendo un infomercial. Él encendió las luces y ella se sentó en la cama con un vaso de líquido claro en la mano. Sus hermosos ojos dorados estaban inyectados en sangre cuando miró a Kyle.
Kyle se deslizó vacilantemente sobre la cama junto a ella.


—Hola —dijo con timidez.
—Hola —respondió ella y tomó un trago de su vaso. Se estremeció ante el sabor, pero lo tragó. Él lo tomó y sorbió.
—Jesús, ¿estás bebiendo vodka puro?
—Sí —respondió, manteniendo sus ojos en la televisión.
— ¿Por qué estás bebiendo? Tú no bebes.
—No me digas lo que no hago, idiota.—Kyle podía decir que quería que su voz fuera fuerte, pero era ronca y estrangulada, como si hubiera estado llorando muy fuerte—. Además, nos quedamos sin helado.
Ella buscó la botella en la mesita de noche para volver a llenar el vaso.
Kyle se la quitó.
—Ya has acabado.
—Oye, eso es mío. No puedes decirme qué hacer en mi propia casa.
— ¿Esto es tuyo? —Miró con incredulidad la botella alta y helada de Grey Goose.
—No, es de Brad. La dejó aquí, pero la posesión es 90 por ciento de la propiedad. —Se rio cínicamente, tratando de agarrarla de nuevo para llenar su vaso, pero Kyle mantuvo su agarre firme. Él tomó un trago largo de la botella, esperando que el valor líquido le tranquilizara los nervios. Lanie estaba obviamente en un lugar muy oscuro si estaba bebiendo, y él la había puesto ahí.
— ¿Era una botella nueva? —Ella asintió lentamente—. ¿Te has bebido media botella? Solo me fui por cuarenta minutos. Jesús, Lanie, te vas a desmayar.
—Es   curioso   lo   rápido   que   puedes   acostumbrarte   a   algo.   —La melancolía pura en su voz hizo que Kyle se encogiera de hombros.
— ¿Por qué estás bebiendo?
Se echó a reír un poco histéricamente.
—Bien, veamos. Me has insultado y me has rechazado. Kyle negó.
—Lo siento mucho. No debería haber dicho esas cosas. Estaba teniendo un momento muy jodido en mi cabeza. No te rechacé. No eras tú. Era yo.
— ¿En serio me estás dando toda la mierda de “no eres tú, soy yo”? ¿Crees que soy tan estúpida que no sé qué significa eso?
—Lanie, es verdad. Te deseo tanto, que no tienes idea.
—Entonces, ¿por qué te fuiste?
—Porque soy un idiota.


—Bueno, eso es verdad. —No hablaron por un rato. Lanie seguía mirando la botella que Kyle tenía en sus manos bajo su vigilante guardia—
. ¿Por qué perdonaste a Brad por lo que le hizo a Rachael?
Kyle tomó otro trago de la botella, preguntándose si debería beber todo el vodka de Brad. Jodido Brad.
—Lo perdoné porque Rachael lo hizo. Se arrepintió y rogó por su perdón. A ella le tomó meses aceptar sus disculpas, pero lo hizo. A mí me tomó años.
Lanie inclinó la cabeza hacia atrás para mirar el techo.
—Le pedí que saliera conmigo primero, sabes. —Kyle se preguntó cuánto de esto recordaría por la mañana.
— ¿Lo hiciste?
—Síp, le pedí que fuéramos a tomar una copa una noche. Creí que lo habíamos pasado bien, pero no sabía si lo consideraba una cita o no. Hablamosen su mayoría sobre trabajo, así que probablemente pensó que solo éramos colegas tomando una copa. Me armé de valor para invitarlo a venir aquí y hacerle la cena. Cassie no debería haber estado en casa, pero aquí estaba. Después de eso... bueno, puedes adivinar qué pasó después de eso. No quiero robárselo, Kyle. Solo creo que podríamos ser buenos juntos... buenos el uno para el otro. No pienso en él, excepto de manera abstracta. De la forma en que tú podrías... pensar en Julia Roberts.
—Sí,   Julia   Roberts   no   trabaja   conmigo   ni   pasa   tiempo   en   mi apartamento, Lanie.
—Lo sé, pero imagínate si lo hiciera. Eso es lo que es. No quiero hablar más de eso. Solo quiero beber y aprender sobre ese cuchillo. Puede cortar a través de una lata y todo. —Señaló a la televisión donde un pequeño hombre británico estaba realizando una demostración absurda de una cuchilla realizando cortes a través de objetos que no tenían sentido.
—Bien, veámoslo.
—Creo que deberías irte. No te quiero aquí.
—Lo siento, no puedo hacer eso.
— ¿Por qué?
—Porque vas a necesitar a alguien que te sostenga el cabello —la miró— o tal vez que te lleve al hospital para que te hagan un lavado de estómago.
—No me gustas mucho ahora mismo —replicó ella, cruzando los brazos.
—Eso es muy malo porque me gustas mucho.
—Está bien, ¿quieres tener sexo?
—Absolutamente no. Al menos no ahora.
— ¿Por qué no? —preguntó ella, haciendo una mueca.


—Porque estás borracha, y no es una buena idea. Me estaría aprovechando de ti. Podría estar tomando ventaja de cualquier manera, pero no lo haré así.
—No estoy borracha —dijo ella arrastrando las palabras, ignorando o tal vez no entendiendo su declaración.
—Basta, Lanie. Vamos a ver este jodido comercial del cuchillo e ir a dormir, ¿de acuerdo? —Kyle quería sonar convincente, tal vez incluso como si fuera una orden, pero su voz solo era suplicante.
— ¿Por qué necesito a alguien para sostener mi...? —Nunca terminó la frase. Lanie se levantó de la cama y corrió al baño. Él la siguió y le sujetó el cabello como le había prometido. Kyle frotó pequeños círculos contra su espalda y le trajo un paño frío y húmedo para limpiar su rostro. Cuando terminó de vomitar, le trajo agua y una aspirina. Kyle se paró detrás de ella, juntando sus caderas, mientras ella se cepillaba los dientes y lavaba su rostro, dejándola apoyarse en él para sostenerse. Le susurró palabras de consuelo, pero era incapaz de escucharlas. Se volvió hacia el inodoro de nuevo, y él la acompañó, pero solo fueron arcadas. Kyle tiró de ella sobre su regazo, y se sentaron en el suelo del baño hasta que se durmió. Luego la llevó de vuelta a la cama.
Se acostó con ella en la cama y la observó. Se movió incómoda en su bata. Kyle la levantó, desató el nudo del cinturón y le quitó la bata. Casi se quedó sin aliento al ver su cuerpo. No estaba desnuda como él había sospechado. Se había puesto el sostén rosado para él. La seda y el encaje abrazaban su cuerpo seductoramente, revelando su piel cremosa y un gran escoté. Kyle la acomodó cuidadosamente para que estuviera de lado. Su cuerpo era perfecto, excepto por la cicatriz larga y dentada que corría a lo largo de su pecho y clavícula. Lo siguió con la yema del dedo. Era una zona tan extraña para tener una cicatriz. No es el tipo de lugar en el que un niño normalmente se lastimaría. La línea deformada le dijo que no podía ser de una cirugía. Cortó profundamente, dividiendo la perfecta piel lisa como un camino de grava que separa la arena limpia. Kyle se estremeció, pensando en el dolor físico que una lesión así causaría, y mucho más en el dolor mental de verla todos los días en el espejo. Tenía que ser la razón por la que se cubría tanto.
La trazó de nuevo, susurrando suavemente:
— ¿Quién te lastimó, Lanie?
Ella gimió y se dio la vuelta. Él estaba tendido al otro lado, mirando su forma de dormir. Parecía hermosa incluso en su estupor borracho. Disfrutar de la vista de una mujer durmiendo debería haber sido tan atractivo para Kyle como ver pintura seca. Sin embargo, había algo fascinante en mirar a Lanie. Se dijo que solo estaba examinándola para asegurarse de que no se ahogara con su vómito, pero no tenía nada más en su sistema. La luz de la luna que entraba por la ventana echaba un


suave resplandor en la perfección lechosa de su suave piel, posiblemente su mejor característica. Era como admirar una obra de arte. Su brillante cabello caía sobre su rostro. Kyle lo empujó detrás de su oreja, con cuidado de no molestarla. Sus rosados labios se fruncían cuando respiraba. Mierda, estoy duro de nuevo, pensó Kyle, negando y dirigiéndose hacia el baño.

* * *

A la mañana siguiente, Kyle se despertó solo en la cama. Inmediatamente sintió frío sin la presencia de Lanie en sus brazos. Ella salió del baño un minuto después, recién bañada y vestida para trabajar. Se sentó en el borde de la cama y le alborotó el cabello, lo cual Kyle pensó que era una buena señal.
—Hola, hermosa —dijo soñoliento.
—Hola. El café está listo.
— ¿Cómo te sientes, Lanie? Bajó la vista con timidez.
—Estoy bien. Gracias por cuidarme. No creo que vuelva a beber así. Asintió.
—Probablemente sea una buena idea. Está bien tomar algunas copas. No es una gran idea beber como un marinero de permiso, que es lo que estabas haciendo. Realmente eres una chica de todo o nada, ¿ah?
—Comprendo la diferencia, Kyle. Solo estaba emocional y pensé que tal vez apagaría la picadura.
Kyle estuvo inmediatamente contrito. Después de todo, fue él quien causó la picadura en primer lugar.
—Lo siento.
—Está bien, pero tengo que saberlo. ¿Tuvimos relaciones sexuales anoche?
Kyle se sentó en la cama, negando.
—No, no lo hicimos.
Ella relajó los hombros y suspiró.
—Oh, eso es un alivio.
Kyle hizo todo lo posible por ocultar su decepción.
— ¿Por qué? ¿Porque cambiaste de opinión? Ella le dio una enorme sonrisa.


 —No, tonto, porque sería una lástima si no pudiera recordar mi primera vez. —Esta vez Kyle suspiró, liberando la ansiedad que se había estado construyendo—. Y estaría muy decepcionada contigo.
—¿Porque me habría aprovechado de ti cuando estabas borracha?
—No, porque significaría que no fuiste memorable —dijo ella y rio.
—Oh, eres una sabelotodo. —La agarró por la cintura y la giró sobre la cama con él. Protestó, pero sonrió más fuerte.
La acostó y la besó. Las rosas, los limones y las naranjas eran acompañados por un toque de menta esta mañana, y lo estaba volviendo oco.
—Para, Kyle. Tengo que ir a trabajar.
Se apartó, incapaz de ocultar su enorme sonrisa, pero con la esperanza de que estuviera ocultando la otra parte de él que estaba creciendo.
—Lanie, estaba pensando. Te mereces una noche especial para esto.
Solo ocurre una vez. ¿Me darás otra oportunidad?
— ¿Qué tenías en mente?
—Bueno, ¿qué tal si te llevo a una buena cena esta noche? Podemos vestirnos y luego volver a mi casa. Es viernes. Puedes pasar la noche, y no nos molestarán.
—Eso suena bien.
—Podemos fingir que somos una pareja de verdad, en una relación.
—Kyle, ¿no es eso lo que estamos haciendo? l apoyó la cabeza en el cuello de ella.
—Sí, tienes razón, pero me refiero a los demás. Quiero darte una gran noche. Una experiencia memorable. ¿Me dejarás?
—Me gustaría eso —dijo Lanie.
—Es una cita entonces. —Kyle luchó contra la pequeña voz en su cabeza, el molesto subconsciente, que decía: Solo te estás engañando a ti mismo.


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Lectura #2 Noviembre 2017 - Página 3 Empty Re: Lectura #2 Noviembre 2017

Mensaje por yiniva Jue 23 Nov - 20:39

CAPÌTULO 14
Kyle caminó nerviosamente a la puerta de Lanie esa noche. Su deseo de hacer placentera su primera experiencia le estaba haciendo cuestionar sus propias habilidades, las cuales
normalmente daba por sentado. Sabía que era un muy buen amante, pero a veces podía ser rudo. Le funcionaba porque a las chicas con las que se asociaba les gustaba eso. Lanie era diferente, y él tendría que atenuar sus propias necesidades, lo cual sería difícil teniendo en cuenta lo que ella le hacía.
Además había tenido la experiencia de Cassie en la puerta anoche. Había pensado mucho sobre contarle a Brad o a Lanie. Lanie había dicho que Cassie engañaría a Brad tarde o temprano, pero que ella no se lo diría a Brad. No manipularía. Kyle pensó en decirle a Brad, pero si él terminaba con Cassie, ¿finalmente notaría a Lanie? Eso era lo último que quería. Estaba disfrutando el tiempo que pasaba con Lanie. No era todo sexual. Le gustaba su genuina personalidad y sentido del humor. Al final, Kyle decidió permanecer en silencio, justificándolo, diciéndose que no le correspondía a él decirlo. Era culpa de Brad que fuera tan imperceptible con la chica maliciosa con la que estaba saliendo.
Cassie abrió, dándole lo que solo podía describirse como una mirada de advertencia. Se sentó en el regazo de Brad en la mesa del comedor y miró a Kyle con cautela.
—Lanie todavía se está preparando —dijo ella, cruzando sus brazos.
—Entonces, ¿a dónde van esta noche? —preguntó Brad.
—Vamos al Marksman. —Kyle sonrió ante el sorprendido jadeo de Cassie.
— ¿Cómo conseguiste reservación? Pensé que el hotel y el restaurante estaban llenos durante un mes —dijo Cassie claramente con envidia.
—Pedí un favor. —Kyle había llamado al crítico culinario del periódico, quien les había dado una crítica brillante, razón por la que el nuevo hotel estaba experimentando una afluencia de reservas.
—Buena jugada, Manchester. Ahora voy a tener que competir —dijo Brad y besó a Cassie en la mejilla. Eso no hizo nada para aliviar su puchero. Oh, sí, Brad había elegido a la más exigente que podía conseguir.
Lanie salió entonces, y Kyle ya no pudo concentrarse en el pequeño drama de Brad y Cassie. Lucía hermosa con un vestido negro sin mangas. La parte superior cubría completamente su pecho, pero revelaba sus brazos delgados y curvas voluptuosas. Kyle tragó saliva, notando los sexy tacones altos que llevaba, culminando perfectamente sus largas piernas.
—Vaya, Lanie, te ves genial —dijo Brad. Kyle se sintió irritado porque Brad fuera el primero en felicitarla, pero estaba teniendo dificultades para encontrar su voz. Estaba absolutamente hermosa, y se preguntó cómo había estado tan equivocado acerca de su evidente belleza.
—Gracias, Brad —respondió ella, pero mantuvo sus ojos dorados en Kyle.
Cassie tuvo otra reacción. Ella, de hecho, se rio.
—Lanie, no puedes usar esos zapatos. —Corrió al clóset y salió con los cómodos zapatos negros que Lanie solía usar—. Lleva estos. Eres tan torpe que solo estás pidiendo resbalarte y caerte.
Kyle pasó junto a Cassie para ayudar a Lanie con su abrigo.
—Tu preocupación está debidamente anotada, pero no tengo intención de dejarla caer. —Kyle se puso el bolso de viaje de Lanie en su hombro y la guio hacia la puerta con la mano en la parte baja de su espalda antes de que Cassie pudiera decir algo más.
El restaurante del hotel Marksman era extravagante, con lámparas de araña de cristal de Murano, camareros con guantes blancos y muchos candelabros de plata relucientes. Era una reminiscencia de otra era, tal vez de una cuando la inocencia y elegancia de Lanie serían bienvenidas. Ella tenía una belleza natural y delicada que era rara en la era actual.
—Kyle, esto es encantador —dijo Lanie, mirando al impresionante entorno.
—Tú eres encantadora. —Se sonrojó y tomó un sorbo de agua de la copa de cristal.
— ¿Quieres champán esta noche? Uno o dos vasos pueden relajarte. Se encogió de hombros.
—Claro, ¿por qué no?
Él señaló al camarero y pidió una botella.
—No empieces a beber como un marinero de nuevo, o tendré que detenerte.
—Sí, sí, señor —dijo Lanie, saludándolo.
—Te ves preciosa, Lanie.
— ¿Ah? ¿Hoy no luzco como si estuviera usando un burka?
—Definitivamente no. —Él levantó su copa de agua para brindar por ella.
—La mujer de la mesa de al lado te está haciendo ojitos —dijo Lanie, susurrando con complicidad.
— ¿De verdad? ¿Con qué los está haciendo? ¿Tela? ¿Papel?
—Muy gracioso. Realmente es muy hermosa —contestó Lanie, frunciendo los labios y agarrando su copa tan fuerte que le tembló en las manos. ¿Lanie está celosa? Bienvenida a mi mundo, hermana.
—Ya estoy con la mujer más hermosa aquí —dijo él y lo dijo en serio. Lanie bajó la mirada.
—No tienes que ponerte todo pegajoso, ¿sabes? Voy a dormir contigo.
—No me he puesto pegajoso contigo… todavía. —Pudo notar que ella no le creyó, así que como de costumbre hizo una broma. Lanie era tal enigma, una fuerte pero débil, franca pero tímida, segura y critica de sí misma.
El mesero vino con las copas de champán.
—Voy a tener la ternera Oscar y la dama tendrá la ensalada de salmón.
—Kyle nunca ordenaba por sus citas, pero quería ver la reacción de Lanie.
¿La manipulable dentro de ella lo dejaría salirse con la suya?
—La dama definitivamente no —replicó con altivez—. Tendré el pato al horno con poca salsa picante.
El camarero miró nerviosamente a Kyle. Kyle asintió.
—Acepto la corrección.
Cuando se fue, Lanie se giró hacia Kyle, con las cejas juntas en irritación.
— ¿Por qué ordenaste por mí?
— ¿Por qué no me dejaste?
—Porque es grosero y pretencioso, y sé lo que quiero.
—Me preguntaba qué harías.
— ¿Me estás probando? ¿Por qué? —Parecía herida, pero Kyle podía ver algo más en su rígido lenguaje corporal: la ira, una emoción que la hacía más hermosa según Kyle. Por desgracia, siempre iba dirigida hacia él.
—Me preguntaba si me dejarías mangonearte como todos los demás — respondió antes de tomar un sorbo de su champán.
—No presumas conocerme. Sé lo que estás tratando de hacer.
— ¿Qué?
—Estás tratando de descifrarme. ¡Me estás juzgando! No quiero tu juicio, y sobre todo… no necesito tu lástima.
—No te tengo lástima, Lanie.
—Eso es exactamente lo que estás haciendo. Lo veo en tus ojos. Es más frecuente cada vez que estamos juntos. No soy manipulable, pero por favor, ilumíname sobre tu teoría. Dime, Freud. Dado que tienes habilidades analíticas tan agudas, dame un ejemplo.
—Tienes que admitir que permites que la gente te trate… bueno, de forma maliciosa.
— ¿Maliciosa? ¿De verdad estás usando esa palabra? ¿Cómo quién, Kyle? Y no me digas que mi hermana porque esa esuna demasiado fácil.
—Cálmate.    Solo   olvídalo.   —Kyle   deseó    desesperadamente    haber mantenido la boca cerrada. Lo último que había imaginado era una pelea.
—Estoy   calmada,   pero   no   voy   a   retroceder.   Necesitas   sustentar.
Sustentar su tesis, señor. Necesito elementos probatorios aquí.
—Bien. Tu asistente, por ejemplo.
— ¿Qué pasa con ella?
—Es un poco grosera contigo.
—No hay “un poco de” en ello. Ella es grosera. ¿Sabes qué más? El  señor White, el socio principal de mi empresa, es su padre. No pude escoger a mi asistente. Si crees que sus comentarios me molestan, ten por seguro que no lo hacen. Si te molestan, entonces tienes que superarlo. Tenemos un trato. La tolero y ella hace una cantidad mínima de trabajo para mí. ¿Y sabes por qué es eso, Kyle Manchester?
Kyle tragó saliva audiblemente. Lanie estaba muy alterada.
— ¿Por qué?
—Porque sé cómo jugar el juego.
Se quedaron callados por un momento hasta que llegó la comida. Lanie cortó su pato en precisos y pequeños pedazos, como si estuviera proyectando su rabia en eso. Kyle sintió lástima por el pato.
—Lanie, no quería…
— ¿No querías qué, Kyle? ¿Defenderme? ¿Juzgarme? No soy una niña en un parque infantil que está siendo intimidada. No necesitas protegerme. Soy una mujer inteligente e independiente que entiende cómo se juega el juego —dijo, agitando su tenedor dramáticamente.
—Sé que eres inteligente.
—Dame otro ejemplo.
—No quiero hacer esto.
—Tú empezaste. Vamos a terminarlo.
—Bien. Esa mujer con el asunto de la fiesta en tu oficina. Lanie rio cínicamente.
—¿Magda? ¿Crees que Magda me está mangoneando? Ella es así con todas las mujeres de la oficina. Tal vez lo verías si te sacaras la cabeza del culo. Es porque ella es insegura. ¿Sabes por qué? Porque es la amante del señor Whitlow. Su trabajo consiste en planear fiestas y salidas de golf, lo que hace muy bien cuando no está expandiendo sus chismes o sus piernas. ¿Lo entiendes?
Kyle se ajustó la corbata, preguntándose si la temperatura había subido en el restaurante.
—Tal vez no deberías beber más, cariño.
—Apenas he tomado algo. ¿Sabes por qué tengo el caso Hayes? No es algo que le dan a un asociado como yo, pero lo tengo. ¿Sabes por qué?
— ¿Porque sabes cómo jugar el juego? Ella asintió, pero su rostro no se suavizó.
—Ahora hablemos del gorila de doscientos kilos en la habitación —dijo, continuando agitando su tenedor salvajemente.
—Lanie…
—No, no he terminado. Hablemos de mi hermana. ¿Crees que no sé que mi hermana no me trata bien? Sé eso.
—Entonces, ¿por qué lo toleras?
—Porque es mi familia y ella me necesita. Mira, tienes suerte. Tu hermana es amable. La mía no. No puedes escoger a tu familia.
—Puedes elegir asociarte con ellos o no. Eres adulta.
—No trabajo de esa manera, Kyle. Nunca la abandonaré. —Lo miró fijo, negando—. Si piensas que estás haciendo algún trabajo de caridad conmigo… algo altruista por compadecerte de la pobre Lanie, supéralo ahora, señor… —Su tenedor voló de su mano, pasando junto al hombro de Kyle. Permaneció sentada allí por un segundo mirando incrédula su mano vacía. Entonces entrecerró los ojos a Kyle y le arrebató el tenedor de su mano y lo usó.
—Ese es mi tenedor, Lanie.
—Jódete6, Kyle —dijo ella y tomó un mordisco de su pato, masticándolo con deliberada lentitud.
—Jódete tú, Lanie —replicó él, irritado por su discurso.
Ella se quedó callada por un momento, tragó saliva y luego dijo apenas por encima de un susurro:
—Lo intenté, pero no funcionó. Eso es el por qué te tengo a ti.
 
 
6 En el original dice Fork (tenedor) you, haciendo un juego de palabras con Fuck you (jódete) de la misma forma le responde él.


Él la miró con incredulidad y luego se echó a reír. Ella se unió a él. Pronto ambos estaban riendo como idiotas y atrayendo más atención de las mesas cercanas. Se inclinó sobre la mesa, tomándole la mano.
—Quiero follarte7 tanto, nena. Confía en mí, es completamente egoísta, y no hay nada altruista en ello.
—Mantenlo así —dijo ella, recompensándolo con una sexy sonrisa.
Lanie nunca dejaba de sorprenderlo. Su vivacidad era inesperada, pero completamente excitante. Oh sí, va a ser una noche jodidamente fabulosa, pensó Kyle.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

 
7 Reemplaza la palabra fuck (follar) por fork (tenedor)


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Mensaje por IsCris Jue 23 Nov - 21:31

Sobre los del miércoles
Me encanto la hermana de Kyle, que se vuelvan una especie de mejores amigas por faaaa
Ya empezó la acción damas y caballeros  Lectura #2 Noviembre 2017 - Página 3 3586515659


Los de hoy


Que perro, y poco hombre Brad, Bye me dejo de gustar. Siempre insisto sobre este tema de aborto en adolescentes, hay mas vías que simplemente no hacerte responsable de ser insignificante que no pidió nacer

Una cita, semi tranquila sin mayores complicaciones, me gusta


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Mensaje por Veritoj.vacio Jue 23 Nov - 21:33

No lo puedo creer su hermana lanzandose sobre Kyle. ¿Pero que clase de persona es? ya no digamos hermana.  Lectura #2 Noviembre 2017 - Página 3 3946091865
Y Brad. De verdad estaba en un pedastal y que mal lo que hizo


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Mensaje por marilorem Jue 23 Nov - 23:23

Gracias
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Mensaje por carolbarr Vie 24 Nov - 9:10

Uno no puede escoger a la familia, pero puede hacer algo para que te traten bien, en el trabajo todo es un juego pero se nota que es una de las mejores y se lo demuestran

Sigo odiando a la hermana, que le habra pasado para tener esa cicatriz?


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Mensaje por Invitado Vie 24 Nov - 18:28

gracias! tiene buena pinta
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Mensaje por yiniva Vie 24 Nov - 19:39

hola linda tarde
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Mensaje por yiniva Vie 24 Nov - 19:41

CAPÍTULO 15
Lanie miró el arrebatador paisaje de la ciudad desde el balcón del apartamento de Kyle. Como él, su casa era muy masculina, pero también cómoda. Las paredes gris claro estaban acentuadas por
estantes de madera con novelas clásicas desde Dickens hasta Vonnegut. Notó que tenía una copia del Kama Sutra también. Fotos en blanco y negro de la ciudad colgaban en una ordenada línea en la larga pared. Un suntuoso sofá de felpa estaba extendido frente a una televisión de plasma. Su cosa favorita sin embargo era la vista. Había una pequeña parrilla en el balcón y una maceta con una planta que había visto mejores días.
Él vino tras ella y la besó en el hombro.
— ¿Qué estás pensando?
—Tu apartamento es agradable. Es diferente de lo qué pensé que sería.
— ¿Y qué pensabas? —preguntó él, rodeándola con sus brazos para acercarla a su pecho.
—No lo sé… esposas afelpadas, estampado de leopardo, afiches de chicas en bikini sobre autos deportivos.
Él se rio.
—Sí, eso habría tenido sentido… si tuviera dieciséis y viviera en los setenta.
—Sí, supongo. Apuesto que a las chicas les gusta. La hizo girar.
—Un par de chicas han venido aquí, pero nadie ha pasado la noche.
Eres así de especial.
—Bueno, nunca he invitado a nadie ahí —dijo ella, apuntando a su mitad inferior—, así de especial eres también. —Kyle se rio y la acercó a él, abrazándola con fuerza.
—Sí, lo soy —dijo él—. ¿Te gusta la vista?
—Es espectacular.
—Lo es ahora que estás aquí. —Gritó sorprendida cuando la levantó como si fuera un bombero y la llevó hasta al dormitorio. La cargó con facilidad, caminando confiadamente.
La bajó al lado de la cama, mirándola con los ojos entornados.
— ¿Todavía estás segura? Asintió.
—Sí, ¿pero podemos añadir una regla más?
—Claro. Es un contrato abierto. Suspiró.
—Somos amigos ahora, y de verdad valoro eso. No quiero ponerlo en peligro por… mmm, joderlo… literalmente. ¿Sabes lo que quiero decir?
Él se rio.
—Sí, sé exactamente lo que quieres decir, y estoy de acuerdo con que no podemos joder esto. —Se presionó contra ella, dejando besos en su cuello—. Necesito añadir una regla también. ¿Recuerdas que dije que puedes pensar en Brad cuando estés conmigo?
—Sí, lo recuerdo. —Ella estaba un poco sin aire. El aliento cálido de Kyle contra su oreja la hizo mojar.
—Por favor no lo hagas. Está jodiendo demasiado con mi cabeza.
Estuvo sorprendida por su petición, especialmente porque las cosas que le hacía le dificultaban mucho pensar. Suavemente lo apartó de ella, parpadeando rápidamente.
—Nunca lo he hecho. Cuando estoy contigo, no pienso en nadie más que en ti.
Una sonrisa tonta se extendió en el rostro de él.
— ¿Ni siquiera en Johnny Castle?
—Nop. ¿Piensas en Julia Roberts?
—Solo pienso en Lanie Carmichael y lo quiero hacer con ella… y a ella.
—Se inclinó y bajó el cierre de su vestido. Ella maldijo su cuerpo por tensarse, sabiendo que él lo sentía—. ¿Qué pasa? —preguntó él
— ¿Puedes apagar las luces?
—Si te sientes más cómoda, lo haré, pero preferiría no hacerlo. Tu cuerpo es hermoso, Lanie. Y quiero verlo.
Se encogió de hombros y bajó la mirada.
—Supongo que ya has visto lo peor de todos modos.
Él alzó su barbilla para que ella mirara su expresión de perplejidad.
— ¿Qué quieres decir? Ella se quitó el vestido.
—Me quitaste la bata esa noche. Entonces lo entendió.
— ¿Estás hablando de esto, cariño? —dijo, trazando su cicatriz, y su carne se estremeció ante su caricia.
—Sí —replicó con resignación.
Él le sostuvo la mano y dejó que su mirada recorriera su cuerpo. Estaba usando un sostén y bragas de encaje negro. Su erección alcanzó una nueva altura.
—Lanie, eres preciosa. Y esto… esto no te hace menos —dijo, mientras besaba su cicatriz.
—Eres bueno, Kyle. Solo tú podrías hacer que una chica se olvidara de su deformación.
—Dios, Lanie, no es una deformación. Solo te hace más real. Es obvio que has pasado por algo, pero no voy a inmiscuirme. No tienes que contarme al respecto a menos que quieras. Esta noche solo déjame amarte, ¿está bien?
Ella asintió, sorprendida por la gran habilidad de Kyle para relajarla. Desabrochó los botones de la camisa de él, disfrutando de revelar cada músculo. El hombre definitivamente se ejercitaba. Él soltó su sostén y se lo quitó. Miró sus senos desnudos, lamiéndose los labios. Lanie luchó contra la urgencia de cruzar sus brazos. Él le pasó los pulgares por sus pezones, poniéndolos duros con su toque, antes de tomar uno en su boca  y girar su lengua sobre este. Ella le sacó la camisa, y sus uñas rozaron su espalda. Él le llevó las manos de ella a su cinturón. Lo desabrochó lentamente, pensando en que desvestirse mutuamente era la definición de una dulce tortura. El sonido del cierre era como el sexy rasgar de una guitarra. Kyle la recostó en la cama, mirándola hambriento.
Él agarró la pretina de su ropa interior y la bajó por sus largas piernas. Luego se quitó su bóxer, casi tropezando con ellos en un movimiento inusualmente torpe. Se apoyó en sus codos antes de caer sobre ella. Ambos se rieron hasta que tembló bajo él, y la miró con esos ojos verdes cristalinos, haciendo girar la habitación. Le aplastó su boca con la suya, besándola apasionadamente mientras sus lenguas se enredaban. Los ojos de ella se abrieron cuando sintió su erección crecer contra su vientre.
Kyle se sentó de repente. Negó ligeramente, tomó aire, y luego se apartó de ella, parándose de nuevo.
—Ya regreso —susurró. Ella miró su esculpido trasero mientras él corría al baño, dejándola completamente confundida.
— ¿Qué estás haciendo, Kyle? —dijo en voz alta.
—Nada, bebé. Solo necesito un minuto.

* * *

Kyle se maldijo, mientras se sentaba en el tocador del baño, acariciando su duropene. No tenía opción. Tenía que hacerlo. Mirar a Lanie debajo de él lo hizo perder todo el control. Tenía que masturbarse antes para poder tomarla, o no sería capaz de ser gentil. Apúrate. Seguía repitiendo como un estúpido mantra.— ¿Estás rechazándome de nuevo, imbécil? Kyle dobló sus esfuerzos.
—Nop, definitivamente no estoy rechazándote. —Santo Dios, ¿de verdad estaba pasando esto? Tengo que venirme, pensó Kyle. Sabía que ella lo pondría duro de nuevo, eso era si todavía le hablaba. Tengo que correrme para así poder empujar gentilmente, como olas acariciando la orilla, no penetrar como un martillo humano. Siguió repitiéndose su nuevo mantra.
Ella entró al baño, usando la camisa de él y luciendo completamente frustrada. Bajó la mirada a su mano y de vuelta a su rostro.
Era tan cómico, que él sonrió.
—Me has atrapado con los pantalones abajo, pequeña Lanie.
— ¿Por qué te estás… estás… auto medicando? —preguntó, cruzándose de brazos.
Tan ridículo como era el momento, Kyle se encontró riendo. Continuó acariciándose, observándola. Era la imagen perfecta.
—Ven aquí, nena. —Ella caminó lentamente, como si cada paso fuera difícil—. ¿Por qué estás actuando tan tímida? Me has visto desnudo.
—No así.
—Bueno, ven a familiarizarte.
Cuando estuvo a su alcance, él agarró su mano, acercándola los últimos centímetros hasta que pudo presionar su frente con la de ella.
—Te deseo tan malditamente tanto que me temo que voy a lastimarte, y nunca quiero hacer eso. Necesito encontrar un poco de liberación para poder controlarme. ¿Entiendes? —Ella le dio una dura mirada. Él se inclinó contra el frío espejo, cerrando sus ojos, sin querer ver la mirada de disgusto que estaba seguro aparecería en su hermoso rostro. En cambio, sintió sus dedos curvarse alrededor de los suyos.
—Déjame ayudarte.
¿Maldición, esta chica era de verdad?
—Eso me gustaría. —Él se ahogó, moviendo su mano y ajustando la de ella.
Él bajó la mirada, mirando sus delicados y suaves dedos rodear su duro pene como una roca y preguntándose cuándo una masturbada lo excitó tanto.
—Dime qué hacer.
—Acaricia, no jales —dijo él, notando que su voz era incoherente, pero de alguna forma lo entendió—. Norte y sur, no este y oeste.
—Es enorme.
—No te preocupes. Su ladrido es peor que su mordida.
Ella lo miró, frunciendo sus cejas y sonriendo nerviosamente.
— ¿Muerde?
Él nunca se había reído tanto y había estado tan duro a la vez.
—Dame tu otra mano.
La extendió hacia él como si quisiera estrechar su mano. La tomó, besando las puntas de cada dedo antes de girarla para que su palma estuviera hacia arriba. Escupió en esta. Ella dejó de acariciarlo, mirando su mano y de nuevo a él. Kyle hizo una mueca, preguntándose si ahora recibiría la expresión de disgusto.
—Necesitamos lubricación —explicó él.
Una sonrisa juguetona se formó en sus labios. Colocó su mano debajo de su propia boca, y añadió su saliva. Los ojos de él se ensancharon ante el gesto. Fue tan inesperado y… erótico. Cambió manos, agarrándolo firmemente.
—Mierda, cariño, eso es tan bueno.
— ¿Qué más puedo hacer? —Quería mirarla sin el impedimento de las capas. Sus pechos se habían sentido tan perfectos en sus manos. Definitivamente eran su mejor rasgo, y quería verlos de nuevo.
—Me gustas en mi camisa, pero quiero que te la quites. —Se mordió el labio, sin desacelerar sus movimientos, pero pareciendo más insegura de sí misma. Él se inclinó hacia adelante y la besó suavemente—. Está bien si quieres dejarla puesta. Solo quiero que sepas que esa nunca sería mi elección —dijo en un susurro ronco, tirando del cuello.
Ella aceleró el ritmo, y Kyle sintió su liberación llegar.
—Quiero que te corras en mi mano —exigió ella. Eso fue justo lo que Kyle hizo.
—Mierda, ¿qué me estás haciendo, mujer? —gruñó, viniéndose más duro de lo que esperaba. Agarró la toalla que había dejado en el mostrador y se limpió. Ella fue al lavamanos a limpiarse. Él fue detrás de ella, pasando sus manos sobre las suyas en la cálida agua jabonosa—. Entiende que no te estaba rechazando —dijo él, apretando su erecto pene contra ella.
Ella se rio.
—Sí, pero no más segundas oportunidades.
—No podría estar más de acuerdo. Ahora solo voy a aprovechar la oportunidad de hacértelo8. —Cerró la llave del agua, se inclinó, y la cargó para llevarla a la habitación.

* * *



Lanie había estado sorprendida cuando vio lo que Kyle estaba haciendo, pero la había excitado, dándole confianza al saber que podía obtener de él las mismas respuestas como él las estaba provocando en ella. Era el juego previo perfecto.
Él la recostó en la cama. La lámpara de su cuarto seguía encendida. No había reaccionado a su cicatriz como había esperado, pero todavía no le gustaba la idea de que la mirara.
— ¿Kyle?
—Lo sé —dijo, apagando la lámpara y maravillándola con su perspicacia.
Kyle mantuvo su peso fuera de ella, montándola a horcajadas sobre sus rodillas mientras le desabotonaba la camisa. La única cosa que ella sentía era su erección, tensa, dura y pesada sobre su vientre, provocando que su recién encontrada confianza disminuyera un poco. Seguramente eso la partiría.
—Listo, no más capas entre nosotros. —Descartó la camisa, arrojándola al otro lado dela habitación—. Ahora que hemos acabado con los preliminares, ¿lista para la atracción principal? —preguntó, inclinándose para besar su frente.
Golpeó su pecho.
—Eres tan raro.
—Lo dice la virgen de veintiocho años.
Ella apoyó el dorso de su mano en su frente, y su voz tomó un meloso acento sureño.
—Una aflicción que prometió quitarme, señor.
Él no se echó a reír como había esperado. En cambio, su respiración se aceleró y sintió su erección crecer más, poniéndola más mojada.
—Con mucho gusto, señorita Lanie.
Entonces sus labios y lengua estuvieron por todas partes, cubriendo cada centímetro del cuerpo de ella, haciéndola temblar. Succionó el lóbulo de su oreja y pasó sus labios por la línea de su mandíbula hasta su boca. Ella correspondió colocando sus manos alrededor de su cuello. Kyle acarició ambos pechos, manipulándolos con su toque y sus labios. Rodeó
 
8Juego de palabras entre “Do-Over” y Do you. Siendo el primero segunda oportunidad o rehacer una acción y el segundo usado como referencia al sexo.

sus pezones con su lengua, cada uno terriblemente lento. Gritó su nombre, y sus movimientos se hicieron más fervientes cada vez. Le besó el espacio entre sus pechos y su cicatriz antes de seguir avanzando, dejando un camino de suaves y mojados besos. Sintió su corazón acelerarse con la anticipación de hacia dónde él se estaba dirigiendo. A pesar de su falta de experiencia, era evidente que Kyle era un amante generoso.
Él le rodeó el ombligo con su lengua, deslizando sus manos sobre sus muslos. Los abrió y arrastró su lengua hasta su entrada. Sus piernas temblaron en respuesta. La besó ahí, y luego pasó su lengua. Finalmente, la saboreó.
—He estado ansiando tu dulce sabor —murmuró. Comenzó a removerse a pesar del agarre inmovilizador que tenía sobre ella. Se apoyó sobre sus codos, mirándolo. Como si la sintiera, se movió hacia arriba. Insertó su dedo índice en su sexo, imitando los movimientos de su lengua. Sus espasmos empezaron a aumentar hacia su liberación.
—Sí, Kyle —gritó, frenéticamente jalando su cabello. Llegó al clímax, soltando una especie de confuso grito sollozado.
Él subió y enterró su rostro en su cuello.
—Deliciosa —susurró.
Ella envolvió sus brazos alrededor de su cuello. Él se levantó sobre sus codos, mirándola.
— ¿Listo para ir donde ningún hombre ha ido antes? —jadeó ella. Él se echó a reír.
— ¿Estás citando Star Trek? Justo cuando creí que no podías excitarme más.
—Cierra la boca, capitán Kyle, y házmelo —dijo ella.
—La última frontera, nena.
Abrió sus piernas mientras succionaba su cuello y hombros.
—Debes decirme si te duele, ¿de acuerdo?
Él esperó su respuesta. Ella asintió, incapaz de formar palabras.
Kyle separó sus piernas con su cuerpo y suavemente entró en ella. Fue doloroso por un momento, y Lanie apretó su cuello como si fuera un salvavidas, pero mientras se movía dentro de ella, también lo hizo el dolor, y pronto lo único que sintió fue placer. La miró todo el tiempo, como si buscara en su rostro alguna incomodidad. Sus profundos ojos estaban penetrándola tanto como su grueso pene. Gimió debajo de él y dijo su nombre. Aumentó su velocidad, pero solo en pequeño incrementos.
—Mírame.
Ella obedeció al instante, sin poder protestar contra la exigencia susurrada de su voz.
—Estás tan jodidamente apretada —gruñó mientras su rostro cincelado se contorsionaba sobre el de ella—. Te sientes tan bien.
Ella solo podía responder con gemidos. Envolvió sus piernas alrededor de sus caderas, vibrando con sus movimientos. Parecía instintivo, y él gruñó más fuerte, indicando su aprobación. Entró más duro, más rápido, más fuerte en respuesta. El orgasmo fue poderoso, como un tranquilizador temblor viajando por cada célula de su cuerpo. Lo miró para ver que la estaba mirando intensamente. Luego lo sintió empujar salvajemente hasta que estuvo saturada de su semilla. Cayó sobre ella, cubierto en una película de sudor. Sus pesadas respiraciones cubrían la habitación. Los duros ángulos de su cuerpo se sentían como una manta para Lanie. Kyle besó la punta de su nariz y salió de ella lentamente. Se recostó de espaldas al lado de ella. Tomó su mano y besó cada dedo. Era un gesto que hacía muy seguido, y se derretía cada vez que lo hacía.
—Ven aquí —dijo él, tirando de su brazo. Apoyó su cabeza sobre su pecho, y acarició su cabello, esperando que su respiración volviera a estar bajo control—. Lanie, mmm… ¿te gustó que tu última frontera fuera atravesada?
—Oh, sí, capitán Kyle, de verdad le diste al Spock9. Se rieron juntos.
—Me estás haciendo sentir como un excitado muchacho de diecisiete años y no por la charla sexy de Star Trek.

** *



Se quedaron dormidos de esa forma, pero Kyle se despertó unas horas después sintiéndose desorientado. Ella no estaba en la cama. De hecho la buscó bajo las sábanas en un ridículo frenesí antes de ponerse su bóxer e ir a la sala de estar.
Lanie estaba sentada en el sofá con su camisa de los Bears, comiendo frutos secos y mirando un infomercial. La vista le provocó una gran ansiedad. Se sentó a su lado y se pasó una mano por el cabello.
— ¿Qué pasa?
—Nada. Solo no podía dormir. Agarré otra de tus camisas. Espero no te importe —replicó.
 
 
9 Juego de palabras, la palabra Spock (personaje de Star Trek) es similar a la palabra  Spot que significa, punto, sitio o lugar.

—Me encantas en mi camisa, pero ¿por qué no puedes dormir? ¿Te estás arrepintiendo?
—Oh no, para nada, pero debo decir que no podemos hacerlo aquí más.
—Las palabras trajeron alivio y también otras inquietudes.
— ¿Y eso por qué?
—No tienes helado. Lo único que tienes es frutos secos, y ni siquiera de los buenos que traen chocolate, solo nueces.
Kyle se rio.
—No compro mucha comida chatarra. Ella negó, sonriendo.
—El helado no es comida chatarra, Kyle. Es algo básico como la leche o los huevos.
Agarró sus dedos, los cuales tenían una nuez del Brasil y los llevó a su boca. Mordió la nuez y logró chupar sus dedos a la vez.
—Eso no significa que no podamos quedarnos aquí, Lanie. Solo voy a tener que empezar a comprar helado.
Lo recompensó con una brillante sonrisa.
— ¿Segura que no estás triste?
—Sí, fue mucho mejor de lo que creí. Gracias.
— ¿Estas agradeciéndome?
—No pudo haber sido muy bueno para ti, estoy segura.
Oh, ella no tenía ni idea, pensó Kyle. Quería decirle la verdad. Fue el mejor sexo que él había tenido, pero nunca le creería eso.
En cambio, se recostó, acomodándola para quedar acurrucados en el sofá.
—Fue maravilloso, nena, y de verdad voy a tener que comprar el helado.
— ¿Por qué?
—Porque quiero hacerlo una y otra vez contigo. Hay más fronteras, sabes, en tu sex-ucación.
—Mmmm… sex-ucación con el capitán Kyle. Me gusta.
— ¿Puedo hacerte una pregunta?
—Claro —replicó, dándole otra nuez sobre su hombro.
— ¿Por qué ves infomerciales? Estabas viendo uno la otra noche también.
—Vas a pensar que soy una loca si te digo.
—No lo haré. Sin juzgar, Lanie, lo prometo.
Su voz se suavizó.
—Siempre he tenido problemas durmiendo, en especial cuando era niña. En ese entonces lo único que estaba al aire en las mañanas eran infomerciales o repeticiones de Star Trek. —Él sonrió, imaginándose a Lanie como una linda niña, comiendo helado y mirando la TV.
— ¿Y ahora? No me digas que eres una adicta a las compras, y que tienes cada aparato inútil conocido por el hombre.
—No, nunca compro nada. Solo me reconforta. Cuando estás viendo televisión normal, solo observas escenas como un espectador, pero cuando ves esto, es como si te hablaran. No estás solo. —Se cubrió el rostro con las manos—. Oh Dios, soy una completa lunática.
Él apartó sus manos y la miró, negando.
—No, Lanie, no lo eres. Creo que te sientes sola. También me siento solo a veces.
— ¿Sí? ¿Qué haces cuando estás solo? Oh espera, puedo adivinar. —Él se estremeció, sabiendo lo que estaba pensando, y era cierto. Usaba el sexo para aliviar la soledad como una medida temporal. Era una droga para él, y como todas las drogas, se encontró incrementando la dosis para obtener los mismos resultados.
—Sí, hago eso, pero más que nada salgo a caminar. También me ayuda a pensar, a resolver los problemas. Eso fue lo que hice la otra noche después que te dejé.
— ¿Necesitabas resolverme?
—Necesitaba resolverme a mí.
— ¿Alguna conclusión?
—No mucho. Ninguna gran conclusión. Solo esto; me gusta estar contigo. Me divierto contigo. Me encanta atravesar tu frontera. Quiero saber si te sientes igual. —Contuvo el aire, esperando su respuesta. Se sentía tan en paz con ella que se preguntó si estaba convirtiéndose en su nueva elección de droga.
—Oh, capitán Kyle, sí, atravesar la frontera contigo… fue genial. Supongo que somos dos amigos locos que les gusta atravesar la frontera y decirse referencias pseudo sexuales de Star Trek entre ellos.
—Sabes, tenía un enamoramiento por la teniente Uhura —dijo él y le dio un suave beso en la sien.
—Mmm… compré un par de botas hasta el muslo el otro día —contestó ella adormilada.
— ¡Maldición!
— ¿Qué?

—Estoy duro de nuevo —dijo él, dejando caer su cabeza contra el brazo del sofá.


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Lectura #2 Noviembre 2017 - Página 3 Empty Re: Lectura #2 Noviembre 2017

Mensaje por yiniva Vie 24 Nov - 19:44

CAPÍTULO 16
Se quedaron dormidos en el sofá viendo algo sobre una olla que podía hervir la pasta en cinco minutos. Kyle recordó pensar que era tonto, ya que solo tardaba siete minutos en hervir la pasta de
todos modos. Él la miró, sintiendo cada una de sus respiraciones lentas contra su pecho. Sus labios hacían los movimientos más magníficos en su sueño. Se arrastró sobre ella, con cuidado de no despertarla. Colocó la cafetera y le escribió una nota. Necesitaba salir a correr para despejar la cabeza.
Se puso un pantalón de chándal y su camiseta de Syracuse y salió. Era otoño, y la ciudad se sentía fría y fresca para él. No solo parecía tentadora con el follaje comenzando asomarse en los árboles, sino que olía a invitación, fresco y limpio. Dobló la esquina pensando en la linda chica que dormía en su sofá. Había imaginado que dormir con Lanie le haría superarla, como si fuera un obstáculo para saltar. De hecho, hizo exactamente lo contrario. Era más atractiva para él, no menos. Era una locura en el dormitorio, y sabía que solo mejoraría. No era capaz de más que sexo y amistad, sin embargo, y ella todavía estaba enamorada de otro hombre. Así que en cierto modo, su relación era casi perfecta. No había expectativas, ni planes prolongados, ni angustia. En realidad, era una relación de ensueño, así que Kyle estaba teniendo problemas para averiguar por qué estaba tan ansioso.
Cuando regresó a casa, se sintió decepcionado al encontrar a Lanie recién bañada y vestida. ¿Por qué no me esperó? Ella se sentó en su taburete tomando café con su bolso de viaje a su lado.
—Hola —lo saludó con una sonrisa.
—Buenos días, preciosa. ¿Ya estás vestida?
—Supuse que querrías llevarme a casa —respondió.
Miró de ella a su bolso y de regreso. Su inquietud creció exponencialmente ante la perspectiva de su partida. Necesitaba más tiempo con ella. La razón exacta por la que no dejaba que las mujeres pasaran la noche era evitar esta escena en la mañana. Siempre temía la idea de echarlas a patadas y sabía que cuanto más tiempo se quedaran, más difícil sería. Ahora, mirando a Lanie, lo último que quería era que se fuera.
—Quédate el fin de semana.
—Kyle, solo traje un juego de ropa, y además, tengo que trabajar.
Él se pasó las manos por su cabello, esperando no sonar desesperado.
—Iremos a tu casa y recogeremos ropa y tu laptop. Puedes trabajar  aquí, ¿verdad?
Lo miró por un momento y se encogió de hombros.
—Supongo.
Él estalló en una enorme sonrisa.
—Genial, entonces, está resuelto. Tengamos un poco de diversión también.
— ¿Qué tenías en mente, capitán Kyle? —preguntó Lanie, arqueando las cejas.
—Eres una chica traviesa. Definitivamente vamos a atravesar fronteras, pero ¿qué quieres hacer? Hoy iremos a donde tú quieras.
Estuvo pensativa por un momento.
— ¿Dónde quiera?
—Iré a cualquier parte contigo. —Kyle no había querido que la declaración saliera con tanta intensidad, pero Lanie no pareció darse cuenta.
—Umm... hay alguien a quien me gustaría que conocieras —dijo ella, mordiéndose el labio inferior.
— ¿Otro chico?
—Sí, es muy guapo.
—Muy guapo, ¿eh?
—Sí, pero tiene algunos problemas de intimidad —dijo ella, mostrando su sonrisa juguetona.
—Eso puede ser un oso. Algunos chicos no pueden superar esas cosas.
—Kyle se rio entre dientes.
—En realidad, es un gorila... un gorila de quinientas libras. Kyle arqueó una ceja.
Una hora más tarde, sostenía la mano de Lanie en el zoológico y miraba a un gorila de quinientas libras. Así que Lanie había sido totalmente literal.
—Kyle, éste es mi amigo, el señor Coco.
—Discúlpame si no le estrecho la mano.
—Sí, como dije, tiene problemas de intimidad.
El gorila realmente se movió hacia ellos. Kyle pensó que estaba mirando a Lanie muy intensamente. ¿Era posible que la reconociera?
— ¿Vienes a verlo a menudo?
—Por lo general, una vez a la semana. Está solo también, no tiene pareja.
— ¿Porque es un mujeriego? Ella se echó a reír.
—Porque es difícil encontrar compañeras.
—Lanie, creo que el señor Coco me está mirando mal. —Kyle se acercó a Lanie. Efectivamente, el gorila empujó su cabeza hacia las barras de acero que los separaban.
—No seas tonto.
—Creo que está celoso.
—No, no tiene un hueso celoso en su cuerpo —replicó ella.
—Oh, creo que sí. Vamos a intentar algo. —Tiró de Lanie cerca de él y la besó, en realidad inclinándola delante de la jaula. Lanie lo apartó de ella, incómoda ante la muestra pública de afecto.
— ¡Jesús! Kyle, hay niños aquí, por el amor de Dios. —Entonces ella dejó de hablar. De hecho, todo el mundo se detuvo en seco porque el señor Coco se balanceaba salvajemente, golpeando sus grandes manos contra el suelo y corriendo como un loco... bueno, como un gorila.
La boca de Lanie se abrió.
—Nunca había hecho esto.
—Vamos, cariño. Coco y yo no vamos a ser amigos en el futuro. Me temo que este King Kong podría secuestrarte, y ese es un pensamiento que no puedo manejar.
Lanie dejó que Kyle la llevara lejos, despidiéndose del señor Coco. Pasaron la tarde en el zoológico, yendo a cada exhibición, tomándose de las manos, comiendo perros calientes, y gozando generalmente de la compañía del otro. En el camino a su apartamento, Kyle se detuvo en el supermercado. Escogió unas cosas para la cena. Quería cocinar a la parrilla para Lanie, y también necesitaba comprar helado
Esa noche ella trabajó en su laptop mientras él estaba parado en el balcón cocinando unas hamburguesas. Ambos se buscaban con la mirada de forma casual, encontrando al otro correspondiendo la mirada. Kyle dejó un plato frente a ella.
—Suficiente trabajo. Tenemos que comer ahora. Necesitarás tu fuerza para más tarde.
Comieron y charlaron hasta que estuvieron llenos. Lanie llevaba su camisa de nuevo y un pantalón corto. Era un atuendo sencillo, pero lo encendía como si llevara lencería costosa.
— ¿Qué puntuación me darías? —preguntó ella. Él casi se ahogó con su cerveza.
— ¿Qué?
—Bueno, has estado con muchas chicas. Sé que no soy genial, pero como somos amigos primero, siento que me darás una opinión sincera.
—Lanie, no voy a calificarte.
—Vamos, Kyle. Quiero saber, y puedes ser totalmente sincero conmigo.
Sé que ustedes los hombres lo hacen en sus conversaciones.
—Debiste haber visto muchas películas de angustia adolescente —dijo Kyle, recogiendo su plato.
—Supongo que soy partidaria de las películas de John Hughes.
The   Breakfast  Club10Déjame   adivinar.   Te   identificabas   con   el personaje de Ally Sheedy, ¿no es así?
—Sí, y tú... tú eras definitivamente Judd Nelson.
—Oh diablos, no. Yo era Emilio Estevez, seguro.
— ¿Por qué? ¿Porque eras el deportista?
—Bueno, definitivamente no era el drogadicto.
—Eres Judd Nelson, pero no porque crea que eras un drogadicto. Tú representas al chico malo. —Kyle no estaba seguro de cómo tomar su apreciación. Era cierto, pero no le gustaba que ella pensara tanto en eso—. Ahora deja de evitar mi pregunta, capitán Kyle. Califícame. ¿Cómo voy a mejorar si no lo sé?
—Bebé, no hay ninguna calificación. Hizo un mohín, cruzando los brazos.
—Está bien. Entonces al menos dime dónde puedo mejorar. Negó.
—Esta conversación es un problema. Sé cómo piensan las chicas.
—Pero tú mismo lo dijiste. No soy como otras chicas.
—Sí, no estoy dispuesto a probar eso. —Sacó un helado de paleta doble, lo rompió por la mitad y le tendió un lado a Lanie.
—Helado de paleta, el helado del pobre—replicó. Kyle se echó a reír.
—Relájate. También tengo helado normal. ¿Así que realmente quieres saberlo?
Asintió con ansiedad. Kyle chupó su helado de paleta, evaluando la ansiedad de Lanie, preguntándose si debería decirle que ella era el mejor sexo que había tenido. Nunca lo creería de todos modos, así que, en su lugar, le dice donde mejorar como ella había pedido.
—Puedes sobresalir si das una mejor mamada. ¿Me entiendes?
 
10 The Breakfast Club: película adolescente de 1985, dirigida por John Hughes.


—Ah bien. ¿Qué sugieres?
Él se quedó mirando su boca mientras se movía arriba y abajo por la golosina congelada.
— ¿Quieres practicar?
Le lanzó una mirada cínica.
—En este momento estoy comiendo mi postre.
—Está bien, practica en eso. Ve que tan profundo puedes ir. Miró el dulce en su mano y de nuevo a él.
—Me ahogaré.
—Sé primeros auxilios. No te preocupes. No lo permitiré. Finge que soy yo. Podré dirigirte mejor si no soy el sujeto de prueba.
Se encogió de hombros e introdujo la paleta en su boca.
—Espera —dijo él, sacándoselo de la mano.
— ¿Por qué has hecho eso?
Él tomó la paleta descartada y corrió a la cocina. Tomó una nueva que no estaba partida a la mitad.
—Si vas a fingir que soy yo, debemos ser más realistas —dijo, desenvolviéndolo para ella—. Al menos en términos de circunferencia. La longitud... bueno, tendrás que usar tu imaginación.
—Um... uva —respondió ella y lamió el borde.
Él se sentó y apoyó la barbilla en las manos para observarla. Lo lamió unas cuantas veces y luego lo sorprendió al tomar un pequeño mordisco de la punta. Ella le dio una sonrisa divertida. Kyle negó.
—Eres una mujer cruel, muy cruel.
— ¿Entonces todo lo demás está bien?
—Abso-jodida-mente.
— ¿Algún otro consejo?
—Bueno... ayudará al proceso si tragas las secuelas... pero eso es para el curso avanzado. En este momento, todavía estamos trabajando en los prerrequisitos. Ahora date prisa antes de que se derrita.
Se lamió los labios seductoramente, asintiendo. Tomó la paleta en su boca de nuevo, pero más profundo, dejando que sus labios se envolvieran alrededor de este. Había algo increíblemente erótico al respecto. Lo introdujo y sacó de su boca, lenta y seductoramente, apoyando la cabeza en la silla, haciendo que sus rizos cayeran hacia atrás. Él se sintió endurecer ante la vista. Lo miró fijamente y respondió a su expresión aumentando sus movimientos. Chupó, y Kyle tuvo que reajustarse. Luego gimió, y Kyle se movió incómodamente. Ella sostuvo la paleta flotando fuera de su boca, dejando una pequeña forma de gota. Kyle observó con aturdida atención mientras rodeaba la longitud de la golosina congelada, golpeando la punta de su lengua. No pudo soportarlo más. Corrió hacia su lado en la mesa y le quitó la paleta antes de depositarlo en un vaso vacío.
—Oye, no había terminado. —Él la ignoró, levantándola de la silla en sus brazos.
—Te traeré otro. Oh, nena, por favor hazme eso ahora, por favor, por favor, por favor, por favor... no la parte de la mordida, pero sí todo lo demás, ¿de acuerdo?
Él estaba temblando literalmente cuando la dejó en el suelo. Se desabrochó el jean. Ella lo ayudó, bajándolos por él y rozando sus labios por su erección. Luego lo empujó sobre la cama y se subió encima de él. Ella le quitó su bóxer, dejando salir su erección. Se aferró a esta mientras tomaba la punta en su boca, saboreándolo. Kyle sintió el calor de su aliento y la frialdad por el helado. El éxtasis era enloquecedor, y como Lanie, una completa dualidad. Él le acarició el cabello, mirándola, completamente encendido. Lo tomó más y más profundo hasta que estuvo completamente en su boca. Kyle gimió y luchó para no empujar.
—Dios, eres una aprendiz tan rápida —dijo él, con voz ahogada.
Apretó sus labios alrededor de él, moviéndose hacia arriba y hacia abajo, acelerando la velocidad. Él sabía que no tardaría mucho en llegar.
—Lanie, ven aquí —dijo él, alcanzando sus hombros. Se encogió de hombros soltándose de su agarre.
—Lanie, si no te detienes, no podré parar. Tienes que detenerte... ahora.
—Salió tan incomprensible y sin aliento que se preguntó si lo entendió.
Apartó la boca de él.
— ¡Jesús! Kyle, ¿me dejarás terminar una golosina esta noche?
Él ensanchó sus ojos en estado de sorpresa y luego sonrió asombrado.
—Esa es mi chica traviesa.
Se recostó, permitiéndose disfrutar del placer que Lanie le daba. No quiso hacerlo, pero se encontró hundiéndose en su boca. Ella en realidad gimió en respuesta. Sintió las vibraciones y pensó que se volvería loco. Lo estaba chupando como una estrella porno. Lo hizo de nuevo, y ella no lo detuvo ni se asustó. De hecho, la hizo ir más rápido. Él sintió su liberación, dura y rápida, y rezó para que ella no comenzara a tener arcadas. No las tuvo. En lugar de eso, tragó saliva y Kyle pensó que era posiblemente el sonido más sexy que jamás había oído. Se puso sobre sus rodillas, sonriéndole y limpiándose la boca antes de derrumbarse sobre el pecho de él. La abrazó y ella hundió la cabeza en su cuello.

* * *

Se despertaron temprano el domingo para conseguir el periódico. Kyle lo recibía, pero quería obtener las primeras copias en caliente. Tomaron el desayuno en una cafetería. Se sentaron de nuevo en el mismo lado de la mesa, pero esta vez Kyle puso su brazo alrededor de Lanie, y leyeron su artículo juntos.
—Está muy bueno, Kyle. Sabía que darías a esta historia la justicia que merecía —dijo y lo besó en la mejilla.
— ¿Mejor que Thomas Watkins?
—Thomas Watkins no podría escribir un menú comparado contigo — respondió Lanie, llevando un trozo de tocino a su boca. Kyle movió la  mano de ella a su boca, mordiendo la tira que sostenía.
—Realmente tienes un problema dejándome comer. ¿Está tratando de decir que quieres que pierda peso o algo, señor?
—Que conste, que me encanta verte comer. Me gusta la forma en que funciona tu boca. Me enciende.
—Hmm, ¿cuándo estoy comiendo helado de paleta?
—Oh, especialmente esos, pero realmente cualquier cosa. —Él negó, tratando de sacar la imagen de su mente. Habían tenido sexo varias veces, pero Lanie tenía algún tipo de poder para excitar a Kyle con solo unas pocas palabras, o un giro de su cabello, el mohín de sus labios, o cualquier otro gesto delicioso.
—Es un artículo muy perspicaz —dijo ella, recobrando su enfoque.
El corazón de Kyle se llenó de gratitud por la chica en sus brazos. Le dio un beso en su cabeza.
—Lanie, estoy en deuda contigo. Este un gran momento en mi carrera. Se encogió de hombros.
—Solo quería asegurarme que mis clientas fueran tratadas con respeto, y lo hiciste. Así que el senador Hayes rechazó una cita, ¿eh?
—El bastardo ni siquiera devolvió mis llamadas. Su oficina llamó con una declaración de sin-comentarios.
—Ya me lo imaginaba.
—Hablando de llamadas, he conseguido unas pocas pidiéndome entrevistas. Dado que tus clientas no están dando ninguna, estoy recibiendo solicitudes de algunos de las principales agencias de noticias. Mi artículo quiere la publicidad. ¿Cómo te sientes sobre eso?
Ella estuvo callada por un momento, evaluando su pregunta.
—Pienso que deberías hacerlo. La publicidad será buena para el caso, después de todo. También Brad va a hacer algunas entrevistas.
Kyle entrecerró los ojos.
— ¿Por qué Brad? Es tu caso.
—En realidad Brad es el abogado principal ahora —replicó Lanie y se alejó de él. Apretó su agarre sobre ella—. Razoné con mis clientas que esto era lo mejor, y finalmente conseguí que estuvieran de acuerdo.
— ¿Le diste el caso a él? Ella suspiró.
—Sí, te lo dije, no quiero crédito por esto. Esto es algo que tengo que hacer. Brad es mejor en estas cosas que yo. Y por favor no pienses que se lo di para ganar el favor en otras áreas.
—Sé que no harías eso, pero este es tu caso. Tú eres la que ha dejado todas las horas y noches de trasnocho.
—Sé que confían en mí, y es por eso que lo estoy haciendo. No quiero elogios. Solo quiero ganar. ¿Entonces vas ir a estas entrevistas?
—No me siento cómodo actuando como portavoz de ellas. Reporto las noticias, no las hago.
—Está bien, pero me alegraría si fueras.
—Ya veremos —dijo, tomando su mano y besando las yemas de sus dedos. Kyle se dio cuenta de que el temor en el fondo de su estómago no era por la idea de hacer esas entrevistas. Estaba teniendo un momento difícil con la idea de estar lejos de ella.


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Mensaje por yiniva Vie 24 Nov - 19:47

Viernes 24 de noviembre

capítulos 15 y 16

Sábado 25 de noviembre

capítulos 17 y 18

Domingo 26 de noviembre

para ponernos al día

Lunes 27 de noviembre

capítulos 19 y 20

Martes 28 de noviembre

capítulos 21 y 22

Miércoles 29 de noviembre

capítulos 23 y 24

Jueves 30 de noviembre

capítulos 25, 26 y 27

FINALIZAMOS LA LECTURA


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Mensaje por Veritoj.vacio Vie 24 Nov - 23:51

Que romanticos y que divertido, No puedo creer que Kyle se rehuse a ver lo que siente por Lanie. Pero esperemos a ver si se da cuenta


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Mensaje por IsCris Sáb 25 Nov - 0:08

Que bello el amigo Coco jajajaja celosito salio, King Kong 2.0

Necesito que ya den rienda suelta a lo que siente!!!!


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Mensaje por carolbarr Sáb 25 Nov - 9:00

Jajajajaj el gorila enamorado... Linda pareja


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Mensaje por yiniva Sáb 25 Nov - 18:50

HOLA LINDA TARDECITA DE SÁBADO


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Mensaje por yiniva Sáb 25 Nov - 18:58

CAPÍTULO 17
Kyle trajo una pizza y un par de cervezas el lunes por la noche. Lanie prefirió la soda, alegando que volvía a su sobriedad otra vez. Brad y Cassie salieron para cenar, así que tenían el lugar
para ellos. La idea hizo a Kyle muy feliz, pero lamentablemente, Lanie tuvo que trabajar por un rato. Se sentó en la cama junto a ella, reservó sus pasajes aéreos para las entrevistas que había aceptado y se puso al día con su correo electrónico. Se sentía muy cómodo compartir una noche normal con ella. Ahora que ella ya no era virgen, la presión había desparecido para ambos.
— ¿Por qué no bebes? Se encogió de hombros.
—No me gusta el sabor. —Kyle arqueó una ceja.
—Lo estabas tragando la otra noche —comentó Kyle, apartando su laptop.
—Puedo beber. Solo opté por no hacerlo.
Kyle decidió que era mejor dejarlo así. Había tanto sobre Lanie que era un misterio, y ella obviamente no quería hablar de eso.
Se sentaron en su cama y miraron el partido. Kyle estiró su brazo, y Lanie apoyó la cabeza contra su pecho. Parecía encajar en esa posición tan perfectamente. Ella le brindó algo de información estadística. Kyle sabía que era una fan, pero se sorprendió de lo bien informada que estaba. Había salido con chicas que se autoproclamaban adictas a los deportes solo para averiguar que no sabían diferenciar entre un receptor y un mariscal de campo.
— ¿Alguna vez has estado en un juego? —le preguntó.
—No, nunca tuve la oportunidad —dijo ella, acurrucándose en sus brazos.
—Deberíamos ir a uno.
—Eso sería divertido. He amado el fútbol desde que era una niña.
— ¿Lo veías con tu papá? —Kyle lamentó la pregunta tan pronto como ella se tensó en sus brazos.
—No —dijo en voz baja, como si tuviera miedo de profundizar. Kyle quería preguntar más, pero mantuvo su curiosidad bajo control. Un comercial apareció mostrando parejas bailando swing en una cena de los años cincuenta—. Desearía poder hacer eso.
Él se dio cuenta de que estaba cambiando de tema, y la dejó.
— ¿No sabes bailar?
—No, esa es una de las razones por la que odio esta fiesta del jueves.
Contrataron a una orquesta de jazz y habrá baile.
— ¿Y no te gusta?
—Oh no, me encanta la música que tocan. Solo desearía poder participar.
—Bueno, podemos encargarnos de eso —dijo Kyle, levantándose de la cama y buscando su mano.
— ¿Qué?
—Baila conmigo —dijo, inclinándose y extendiendo su mano.
— ¿Ahora?
—No es exactamente algo para lo que necesitemos hacer reservaciones.
Vamos, te enseñaré.
—No lo sé. No tenemos mucho espacio. Kyle suspiró impaciente.
—Tenemos suficiente. Ahora escoge una canción.
— ¿Cualquier canción?
—Sí, haremos un baile lento y uno rápido, así tendrás una perspectiva de ambos.
Ella sonrió, saltó de su cama, y tomó su iPod. Dos segundos más tarde, la voz conmovedora de Bill Medley llenó la habitación mientras sonaba “(I've Had) The Time of My Life”.
—Oh, Dios —gimió Kyle, cayendo de espaldas sobre la cama de Lanie—.
Debería haber sabido que elegirías esta.
Lanie se arrastró encima de él para besarlo.
—Por favor, dijiste cualquier canción. ¿Has visto esa película?
—No en su totalidad, pero conozco cada escena de memoria. —Lanie lo miró, confundida, esperando una explicación—. Esta película se reprodujo en mi sala de estar durante todo un verano en repetición continua. Rachael y mi mamá la vieron tanto que dañaron la cinta.
Lanie se echó a reír, acariciando el cuello de Kyle. Dios, ella sabe exactamente cómo conseguir lo que quiere, pensó él.
—Sabía que sentía afinidad con tu hermana por alguna razón. Vamos, capitán Kyle. ¿No eres capaz de bailar esto?
Kyle la tomó por su cabello y la acercó a sus labios. La besó suavemente antes de soltarla.
—No soy Patrick Swayze, pero puedo bailar esto.
—Bueno. Te has demorado tanto que ahora tengo que comenzar la canción de nuevo. —Se soltó de sus brazos para ir a reiniciarla.
Kyle tomó sus manos en las de él, y ella gritó cuando la jaló más cerca.
—Solo siéntelo. No pienses demasiado.
Kyle la giró sin esfuerzo, no tan bien como Johnny Castle, por supuesto, pero nada mal. Lanie trató de mantener el paso, pero siguió riéndose como una colegiala nerviosa.
—Tienes que tomar esto en serio, o podría dejarte caer al levantarte —le advirtió Kyle.
Abrió la boca y los ojos.
—No me levantes.
—Esa es la mejor parte —Kyle sonrió traviesamente.
—Kyle, te juro...
La levantó antes que pudiera terminar su frase.
Él se sorprendió de lo firme que estaban sus brazos, pero de nuevo ella era muy liviana. La miró, sorprendido por lo elegante que lucía, incluso en su ridículo pijama de franela rosa. Ella mantuvo sus brazos y piernas abiertas.
—No me siento como Jennifer Grey —dijo ella, mirándolo fijamente.
— ¿Cómo te sientes? —Su cabello cayó alrededor de él y sobre sus brazos, rodeándolo con un dulce y seductor aroma.
—Superman. —Se echó a reír, moviendo sus brazos arriba y abajo.
—Eso no es lo que pareces.
— ¿Qué parezco? —preguntó ella. Los brazos de Kyle empezaron a temblar. Lanie era liviana, pero él no era Patrick Swayze. Miró fijamente sus ojos dorados y el largo cabello castaño que los rodeaba como una cortina. Ella era, probablemente, la cosa más hermosa que había visto nunca.
—Julia Roberts. —En ese momento, todo lo que Kyle podía pensar era cúanto deseaba a Lanie. Lo deseable que era para él, y la mirada lujuriosa que ella le dio le hizo saber que los sentimientos eran recíprocos. Cayó de nuevo en la cama con ella encima de él. La apresurada caída logró mover la cama unos centímetros, justo contra la mesita de noche, haciendo que una lámpara de vidrio cayera sobre el suelo de madera.
—¿Estás bien? —preguntó Kyle. No respondió. Al parecer, bailar con él había sido un afrodisíaco. Ella lo obligó a abrir su boca con la lengua y buscó la de él para otro tipo de baile. Voluntariamente obligado, dejó que
sus manos recorrieran su espalda hasta que se cerraron alrededor de su trasero firme y carnoso.
Unos fuertes golpes los interrumpieron, y Kyle se preguntó por un segundo si era el latido de su corazón, pero entonces una voz chillona llegó. Era alta y clara a pesar de la barrera de la pared.
— ¿Qué diablos hacen ahí dentro? Brad tiene que levantarse mañana temprano —gritó Cassie.
—Dios, tu hermana es una aguafiestas —dijo Kyle con los dientes apretados.
Lanie se separó de Kyle y le respondió:
—Bienvenido a mi mundo.
Ella volvió sobre Kyle y tiró de su camisa. Él se sentó para quitársela y rápidamente trabajó en el pantalón de ella.
—Puedes mostrarme el baile lento más tarde. Ahora mismo tenemos otras cosas que practicar. —Se quitó la blusa del pijama, revelando sus pechos desnudos. Lanie era tan atrevida y sexualmente agresiva que Kyle tenía dificultades para recordar que era inexperta. Ella casi le arrancó el pantalón, sacándolo con fuerza. Él se las arregló para quitarle el pantalón del pijama con cuidado, pero una vez que vio las delicadas bragas rosadas y de encajes, no pudo evitarlo. Las destrozó al retirarlas de su cuerpo. Él la acercó, moviéndose por la cama para que su cabeza estuviera cerca de la cabecera.
Ella lo acarició con su mano, moviéndola lentamente arriba y abajo por su eje, hasta que él gimió.
—Dime lo que quieres —exigió él.
—A ti —dijo ella con voz ronca.
—Eso es mutuo. ¿Qué quieres que te haga? Empujó sus pechos en su dirección, pero él negó.
—No, nena, usa las palabras.
—Chúpalos —dijo ella. Tan pronto como las palabras salieron, se tapó la boca como si hubiera dicho una mala palabra.
Movió la mano de ella de nuevo a su erección. La acercó más y masajeó sus pechos, manipulándolos en sus manos, pasando sus pulgares sobre sus pezones antes de llevar uno a su boca. Pasó lentamente la lengua por el endurecido pezón. Gimió suavemente, y Kyle supo que ambos estaban conteniéndose porque si fueran más ruidosos, el sonido viajaría y haría incomodar a Lanie. Se tomó su tiempo con cada uno, acariciando, chupando, y mordisqueando suavemente hasta que ella gritó.
—Por favor. Por favor. Por favor. —Kyle sonrió mientras se daba un gusto en esos montículos perfectos. Le jaló el cabello, lo que él tomó como una petición no verbal para que cambiara de posición. Lanie no era capaz de expresar lo que quería, pero no tenía que hacerlo. Él sabía.
La tomó por las caderas y colocó las piernas alrededor de su cintura para que estuviera a horcajadas sobre él.
—Quiero que guíes este baile.
Parecía insegura, así que guio sus caderas donde él la necesitaba y la ajustó sobre su erección, entrando lentamente y luego empujándose  dentro de ella. Gimió más fuerte cuando él la jaló hacia abajo. Ya estaba resbaladiza de excitación. Kyle se sentó y ahogó los sonidos en su boca. Ella se movió tentativamente con la ayuda de sus manos.
—Ve tan rápido como quieras. Ahora tienes el control. Hazte venir. Haz que me corra —susurró Kyleal oído. Ella puso sus dos manos sobre sus hombros para estabilizarse y moverse a un ritmo. Kyle gimió, y esta vez puso su boca en la suya, consumiendo sus sonidos. Pasó las manos por su espalda, dejando que sus uñas rozaran su piel. Él interrumpió sus movimientos repetitivos empujando en ella. Ella soltó un pequeño chillido de sorpresa, pero su mirada lujuriosa le dijo que lo disfrutaba. Lo hizo de nuevo y pronto estuvieron trabajando al unísono. En algún lugar a la distancia, la melodía de la música y el ruido menos audible del juego se mezclaron con los sonidos guturales y animales de su mutuo placer. Kyle se condujo hacia arriba, aumentando su velocidad a través del clímax de ella. La siguió poco después, jalándola hacia él, sujetándola con fuerza. El ruido más fuerte en la habitación eran sus respiraciones contenidas.
— ¿Kyle? —susurró ella
— ¿Sí, Lanie? —Se puso rígido, esperando que no estuviera a punto de arruinar el momento con algo sentimental. Algo que no podría corresponder. Le había sucedido tantas veces, especialmente después del sexo, y en la mente de Kyle, éste fue un sexo muy intenso.
—Eres realmente un buen bailarín —respondió ella, besándole el cuello. Él se rio entre dientes.
—Eres realmente una buena pareja. —Lanie siempre lo sorprendía.


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Mensaje por yiniva Sáb 25 Nov - 19:02

CAPÍTULO 18
Kyle observó a Lanie conversando con algunos compañeros de trabajo frente a la barra. Una cosa era segura, su bufete sabía dar una fiesta. Una banda de dieciséis integrantes interpretaba
ungran número de canciones, desde contemporáneas a clásicas. La habitación estaba adornada con sillas lujosas y manteles festivos plateados. Todo el mundo había disfrutado de una suntuosa comida de filete mignon y rollos de langosta. Los participantes estaban devorando las bebidas como si estuvieran en medio del desierto y no en el salón de baile de un lujoso hotel. Así era, excepto por Lanie, que disfrutaba de sus daiquiris vírgenes. Kyle sonrió con la idea de que esos ya no coincidían con ella.
Ella lucía encantadora esta noche en un vestido ajustado de color verde oscuro. Era lo suficientemente corto como para revelar sus hermosas piernas y su figura de reloj de arena, pero discreto y elegante. El verde era definitivamente su color, pensó Kyle, fascinado al ver esas piernas, cruzadas tan seductoramente y cubiertas con sexys tacones. Se sorprendió de lo mucho que la había extrañado en los últimos días mientras estaba fuera de la ciudad. La había llamado todas las noches, e incluso había sugerido que tuvieran sexo por video. Lanie declinó. Seguía siendo tímida sobre algunas cosas. Kyle había pensado que tendría una aventura en Nueva York, pero no estaba de humor, a pesar de la invitación que había recibido de una morenaza en el bar del hotel. Se dedicó a concentrarse en su misión. Las entrevistas habían tenido mucho éxito y el teléfono de Kyle seguía sonando.
Se había reunido para beber con un asociado que ahora estaba en el Times. Le habían ofrecido una posición allí con un sueldo generoso. Siempre había soñado trabajar en el Times y vivir en Nueva York. Sería el pináculo de su carrera. Eso era, hasta que anunciaran los nominados al Pulitzer. Ya había rumores sobre eso también. Nueva York y el Pulitzer solían ser en todo lo que pensaba. Ahora estaba a la deriva. Hace un mes, si se le hubiera ofrecido una oportunidad tan prestigiosa, no habría perdido tiempo pensando en ello. Habría aceptado con gusto en el acto y dado su aviso de renuncia. Ahora tenía una lista de razones para quedarse. Había racionalizado que estaba madurando y pensando en los inconvenientes de dejar a Rachael y a sus sobrinos. También le gustaba Chicago y su apartamento. Por otra parte, podría haber mejores ofertas de trabajo ahora que estaba en camino hacia el Pulitzer.
Parte de eso lo confundía, especialmente cuando miraba a Lanie. Ellos no tenían futuro. Toda su relación estaba basado en el engaño, y Kyle solo la heriría al final. A pesar de todo, sintió las punzadas agudas de celos que lo atravesaban como un millón de puñales cuando dos hombres se acercaron a ella en el bar. Uno, un hombre alto y de hombros anchos con el cabello castaño claro, era especialmente agresivo. Se rio en voz alta de algo que ella estaba diciendo y se acercó más a Lanie. Kyle nunca había sentido verdaderos celos, hasta ella. Un calor amargo subió desde la boca de su estómago, y su mandíbula se tensó. Agarró el vaso de vino con tanta fuerza que pudo romperse. No le gustaban estos sentimientos. No tenía derecho a tenerlos. Él y Lanie tenían una amistad forjada en algún objetivo impreciso y equivocado por parte de ella y alguna loca necesidad de ayudar en la suya.
Kyle logró convencerse de que no eran celos, sino un deseo innato de proteger a Lanie. Después de todo, ella no tenía idea de lo deseable que realmente era. Lanie era una fase que necesitaba sacarse del sistema. Se cansaría de ella eventualmente. Solo estaba tomando más tiempo, mucho más tiempo en este asunto. Sin embargo, si ese tipo extendía la mano para acariciar su brazo de nuevo...
—Hola, Manchester. —La cortante voz de Brad interrumpió los pensamientos de Kyle, irritándolo aún más.
—Jansen, ¿cómo estás? —lo saludó Kyle, aunque no podía importarle menos cómo estuviera Brad. Su presencia siempre le molestaba en estos días.
—Bastante bien. ¿Y tú?
—No puedo quejarme.
—Lanie se ve hermosa —dijo Brad, señalando hacia la barra como si Kyle no la estuviera mirando directamente.
—Lanie siempre se ve hermosa. ¿Cuál es tu punto? —Kyle no le importaba el cumplido de Brad en absoluto.
—Nada, hombre. Solo digo que se ve diferente. Ha cambiado desde que comenzaron a salir —respondió Brad, extendiendo sus manos en un gesto para calmar a Kyle. Eso solo sirvió para irritarlo aún más.
— ¿Qué quieres?
—Jesús, estás actuando como un imbécil hoy. Solo quería saludar a mi amigo. El tipo que no ha estado devolviendo mis llamadas. El que canceló nuestros últimos dos juegos de squash. El tipo al que quería felicitar por un gran artículo. ¿Lo has visto?
—Gracias, Brad. Mira, lo siento. No te he estado esquivando. He estado ocupado. —En realidad, había estado ocupado, pero también había estado evitando a Brad en cualquier oportunidad.
—Sí... ocupado con Lanie.
—Sí. Una vez más, ¿cuál es tu punto?
—Es una buena chica. Rompe con ella ahora antes que se involucre demasiado. Te has divertido con ella.
Kyle se volvió hacia Brad, preguntándose de repente si debía reírse o darle un puñetazo en el rostro.
—No voy a lastimarla. —Kyle casi añadió que, si alguien iba a lastimarla, sería Brad, pero se contuvo.
—Kyle, te conozco. Piensa en ella.
—Quizás yo también soy diferente. —Kyle no tenía idea de dónde había venido el pensamiento, pero sonaba correcto para él—. Y lo que Lanie y yo hagamos no es asunto tuyo, así que vete a la mierda.
Brad entrecerró los ojos, dando a Kyle una dura mirada.
—Es mi asunto porque yo te la presenté. Quería que la llevaras a cenar, no que empezaras una relación retorcida con ella. ¿Te estás olvidando de quién eres? Eres el tipo que tuvo relaciones sexuales con mi cita de graduación en el baño de chicos. —Brad se golpeó la cabeza en un gesto exagerado—. Oh, pero lo olvidé, tu cita de graduación también estaba ahí.
—Extendió su copa de vino en un brindis burlón—. Siempre eres un caballero, ¿no es así?
Kyle se rio, recordando el incidente. Le había tomado a Brad una semana perdonarlo, pero finalmente lo hizo.
—Lo que recuerdo es que estabas borracho, vomitando en el campo de fútbol. Estaba siendo un caballero cuidando de tu cita y manteniendo a la mía feliz al mismo tiempo. Deberías darme las gracias. Me aseguré de que el baile de graduación fuera un gran recuerdo para esas chicas.
— ¿Crees que Lanie es la clase de chica que le van esas cosas?
Kyle de repente sintió remordimiento, preocupado por cómo Lanie reaccionaría ante tal historia, no es que Brad alguna vez vaya a contarle.
—Aprecio tu preocupación, pero no le haré daño.
—Ella necesita a alguien que esté ahí para ella.
El puño de Kyle se cerró cuando su remordimiento catapultó a la ira. Kyle se volvió hacia Brad, con los ojos en llamas.
— ¿Como tú estuviste para Rachael cuando ella te necesitó?
El rostro de Brad palideció. No habían hablado de eso durante años.
Enterrado, pero no olvidado.
—No es justo. Me perdonaste por eso.
—Estoy reconsiderándolo. —Dejó que sus palabras calaran, pero ninguno de los dos habló por un minuto, ambos optando por limpiar sus bebidas. Kyle estaba harto de la conversación y se encontró aún más irritado con Brad por distraerlo de las sanguijuelas sentadas junto a Lanie—. Tengo que irme. Los buitres están rodeando a mi novia. —La palabra novia se sentía extraña para Kyle, y debió de haber sonado raro porque Brad alzó las cejas con sorpresa.
—Son solo tipos con los que trabaja. Probablemente estén hablando de la oficina.
—Dios, ¿eres realmente tan denso? Ahí está el problema, Jansen. No me gustan los tipos que se comen con los ojos a Lanie, incluyéndote a ti.
¿Estamos claros?
Brad levantó las manos e incluso se tambaleó hacia atrásante la mirada acerada de Kyle.
—Wow, ¿te volviste loco de la noche a la mañana? Estoy saliendo con su hermana. Jamás engañaría a Cassie.
Kyle suspiró antes de darle la sonrisa más forzada.
—Sé eso, y ahora mismo es lo único que me gusta de ti.
Se alejó, dejando a Brad sorprendido y sin palabras. Sabía que era un amigo terrible y, en todo caso, Brad era el inocente en todo este complot. Lanie ni siquiera era culpable. No se portaba de manera ilícita o inapropiada en presencia de Brad. Realmente estaba esperando a que el mundo se pusiera a su favor. De muchas maneras, Kyle se sentía como el instigador al mal en este loco desastre. El hombre en la barra colocó un mechón de cabello de Lanie detrás de su oreja. Humo emanó mágicamente de las orejas de Kyle.
—Bailemos —dijo él, tomando su mano posesivamente.
—Oh, Kyle, este es Adam Stone. Trabajo con él —dijo, señalando al hombre de cabello rubio. El otro había desaparecido, afortunadamente. Kyle lo miró con frialdad. Adam sonrió, pero no llegó a sus ojos, confirmando todas las sospechas de Kyle.
—Adam. —Kyle tomó la mano de Adam, aplastándola en la suya, y estuvo complacido por la mueca de dolor en la expresión del otro hombre—
. Encantado de conocerte. Discúlpanos por favor. Le prometí a mi novia un baile esta noche.
Guío a Lanie hacia la pista de baile mientras “You’ve Really Got a Hold on Me” de los Smokey Robinson y The Miracles comenzaba a sonar. Tomó a Lanie en sus brazos un poco demasiado fuerte, susurrando en su oído:
—Solo recuerda cómo lo practicamos.
—Kyle, te estás poniendo un poquito pegajoso —respondió Lanie.
—Pensé que solo estaba siendo atento.
—Y así es. Gracias por venir esta noche.
—Te ves hermosa, Lanie. —Apartó la mirada de él como lo hacía a menudo cuando la halagaba.
— ¿Te gusta el vestido? —Hizo la pregunta con aprensión.
Kyle lo miró, dándose cuenta de lo que hacía que Lanie pareciera aún más tentadora esta noche, una hazaña que no creía posible. El vestido que llevaba era de corte bajo en el frente. Ella nunca llevaba nada que mostrara su pecho debido a la cicatriz. Tenía una tira asimétrica que cubría perfectamente la cicatriz. Qué extraño era que fuera justo en el lugar correcto.
—Me gusta mucho, y me encantaría quitártelo más tarde.
—Tu hermana me ayudó a escogerlo —dijo ella.
Kyle la sintió tensa en sus brazos y supo que era el baile. Le frotó la espalda hasta que sus músculos se aflojaron.
—¿Cuándo fuiste de compras el sábado? —Kyle había visto la mayor parte de sus compras cuando las estaba metiendo, y definitivamente habría notado este vestido.
—No, la llamé el otro día. En realidad, hizo que su costurera me reajustara el tirante —respondió Lanie. Kyle estaba complacido de que Rachael y Lanie hubieran estrechado lazos. Nunca habría considerado presentar a su hermana a cualquier otra chica que estuviera viendo por esa razón. Pero Lanie no era otra chica, y no estaban saliendo... no técnicamente.
—Lucirías preciosa aunque el tirante no existiera.
—No podía hacer eso. La gente mira y hace preguntas. Es incómodo. — No podía imaginar cómo Lanie tenía que luchar con tantas alternativas alrededor de esa cicatriz. Quería preguntarle qué la había causado, pero era evidente que no estaba lista para hablar de eso.
— ¿Rachael te contó lo que su marido hace para ganarse la vida?
Lanie bajó la mirada, pero Kyle movió la mano de su cintura para levantar su barbilla, así lo estaría mirando.
—Sí, me dijo que es cirujano plástico y que podría hacerla desaparecer.
Estoy pensando en ello.
—Solo lo mencioné porque te afecta demasiado. Creo que te ves increíble tal como eres.
—Gracias. Aprecio eso. —Podía oír la duda en su voz. No le creía, pero no sería bueno decir más. Simplemente la haría sentir incómoda.
— ¿De qué estaban hablando Adam ytú? Parecía un poco cariñoso contigo.
—Me estaba preguntaba sobre eso. He trabajado con él por años y no creí que supiera mi nombre. Creo que estaba coqueteando conmigo. Me pidió salir a almorzar la próxima semana.
Kyle se esforzó por aclarar su voz, sabiendo que sus manos temblaban ligeramente.
— ¿Vas a almorzar con él?
Se encogió de hombros. Kyle tenía un impulso de tomarla por los hombros y sacudirla.
—No lo sé. Parece agradable, y tal vez debería ampliar mis horizontes. — El cuerpo de Kyle se tensó tan pronto como dijo eso. Ella también debió sentirlo porque se apartó y miró su rostro.
— ¿Por qué tienes que ampliarlos? —Kyle ni siquiera sabía si se refería a citas o algo más, pero de cualquier manera lo desaprobaba.
—No hará daño tener más... perspectiva.
— ¿No te ofrezco suficiente... perspectiva? Eso me ofende. —Kyle trató de relajar su rostro en una sonrisa, pero le resultó difícil. En el mejor de los casos, era una mueca.
—Estás actuando raro. ¿Qué estás tratando de decir?
—No creo que debas ver a nadie más mientras estamos juntos. —La hizo girar, deseando alejar la mirada sorprendida de su rostro y darse otro segundo para pensar.
— ¿Por qué?
¿Por qué? Como periodista, Kyle se reprendió por no esperar que ella hiciera la pregunta más obvia. Se preparó para sacar la mentira más manipuladora que pudiera conjurar.
—Si Brad cree que estamos en una relación seria, ¿qué pensará de ti engañándome?
La canción cambió. Era un ritmo rápido, “Smooth” de Santana. Lanie dio un paso atrás, pero él la acercó.
—Kyle, no tenemos que bailar tan cerca.
—No hemos terminado de hablar —dijo con un tono más agudo en su voz de lo que pretendía.
—¿Qué diferencia hace? Brad no puede pensar que estamos comprometidos desde que estás viendo a otras mujeres. —Fue curioso lo fácil que ella aceptó eso. Nunca lo cuestionó. Kyle estaba molesto que ella no compartiera sus celos. Otras chicas siempre habían abordado este tema con temor debido a su angustia y preguntas subyacentes, pero con Lanie, no tenía una agenda oculta, solo aceptación total.
—Lanie, no he estado con nadie más desde que tuvimos sexo. —Era mentira. De hecho, no había estado con nadie desde que habían hecho su acuerdo, pero no quería contarle eso.
— ¿Por qué? —Ahí estaba esa maldita palabra otra vez. La pregunta más común que se hacía en cada entrevista. ¿Por qué no podía responderla?
—Um, bueno, estoy comprometido con esto. Quiero que Brad nos crea.
—Oh, Kyle, no tienes que hacer tantos sacrificios por mí.
—Sé que no, pero quiero hacerlo. Además, no estamos usando condones, y aunque los uso con otras chicas, me gustaría volver a hacerme las pruebas. No quiero arriesgar tu salud. —Kyle quería darse una palmadita en la espalda por sacar eso.
— ¿Quieres que comencemos a usar condones para que puedas salir con otras chicas?
Suspiró frustrado. Ella estaba realmente desafiando sus habilidades de engaño.
—No, me gusta de esta manera.
— ¿Porque es mucho mejor sexualmente?
Quería agarrarla de los hombros y gritarle: “No, porque es mejor contigo”, pero simplemente dijo:
—Sí.    Entonces,    ¿estamos    de    acuerdo?    ¿No    necesitas    ninguna perspectiva adicional?
—Sí, creo que has dado buenos argumentos para que nuestra farsa sea monógama.
—Gracias, abogada. —Exhaló, soltando un suspiro que mostraba que había estado conteniendo la respiración. Afortunadamente, no lo cuestionó.
—Te alegrará saber que tienes el fin de semana libre —dijo ella, moviéndose lejos de él. Él la atrajo de regreso de inmediato.
— ¿Por qué? —preguntó, esperando que la alarma no se notara en su voz.
—Brad y Cassie se van, así que no tienes que quedarte conmigo.
Kyle pensó durante un minuto. Había estado deseando pasar el fin de semana con Lanie todo el tiempo que estuvo en Nueva York.
—Deberíamos irnos también. —Se preguntó de dónde había venido la idea. Nunca había llevado a una chica a pasar fuera el fin de semana.
—Oh no, no te preocupes por eso.
—Lanie, debemos dar el mismo paso para mostrar nuestro compromiso.
—Simplemente podríamos decir que fuimos a algún lado. Nadie lo sabría.
Maldita sea, era demasiado inteligente.
—Si quieres hacerlo creíble, debe haber un elemento de verdad en ello. Lanie sonrió, pero negó.
—Kyle, no quiero que te aburras todo el fin de semana, y además, es el día de San Valentín parte dos, también conocido como el Día Más Dulce.
¿Dónde vamos a ir con tan poco tiempo de antelación? Kyle reflexionó un momento y la respuesta fue clara.
—Podemos ir a mi cabaña.
— ¿Tienes una cabaña?
—Sí, creo que te va a gustar mucho. Somos amigos ante que nada,
¿verdad? Estás trabajando duro y necesitas descansar. Además, Brad ha estado en mi cabaña. ¿Qué pasa si te pregunta si caminaste por el sendero largo o el corto?
—Le diré que por el sendero corto.
—Ves, eso es lo que quiero decir. No hay un sendero corto —respondió Kyle, haciéndola girar otra vez.
—Brad no me va a engañar así.
—Nunca se sabe. Además, ¿pasar un fin de semana entero en una cabaña aislada en el bosque, atravesando fronteras con tu amigo el capitán Kyle, no suena divertido?
Lanie igualó su sonrisa.
—Suena tentador.
Él apoyó sus brazos en la parte baja de su espalda y la bajó, aunque no era apropiado para la canción. Rozó sus labios contra los de ella antes de enderezarla de nuevo.
—¿Qué fue eso?
—Brad y Cassie nos miraban. Era una buena oportunidad. —Ella asintió, aceptando su mentira. Kyle no tenía ni idea de dónde estaban Brad y Cassie, pero Adam Stone los estaba mirando. Más apropiadamente, estaba mirando lascivamente a Lanie. Kyle entrecerró los ojos y le hizo un gesto con la cabeza, dándole el código universal no verbal masculino de:aleja tus manos, MÍA.

Kyle había pensado que Lanie era manipuladora cuando la conoció, pero él era el único culpable de eso. Todo estaría bien, razonó Kyle. Ambos estaban esperando en cierto sentido. Lanie estaba esperando a que Brad se fijara en ella, y Kyle estaba esperando aburrirse de ella.


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Mensaje por Veritoj.vacio Sáb 25 Nov - 22:51

Kyle esta mas enredado emocionalmente de lo que cree. Que bueno que Lanie al fin ya esta teniendo mas confianza. Gracias Janet


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Mensaje por IsCris Dom 26 Nov - 0:36

Brad sigues restando puntos :v


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Mensaje por Invitado Dom 26 Nov - 17:09

Vaya con Brad...
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Mensaje por Maga Dom 26 Nov - 19:27

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Chicas pasen a dejar sus propuestas para diciembre. 


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Mensaje por yiniva Lun 27 Nov - 16:20

hola, muy buenas tardes y feliz inicio de semana, arriba ese ánimo


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Mensaje por yiniva Lun 27 Nov - 16:37

CAPÍTULO 19
Kyle había sugerido que se marcharan espontáneamente durante el fin de semana, como si fuera una idea natural, pero en realidad, lo asustó como el infierno. Nunca había salido con una
chica por el fin de semana, nunca antes había llevado a una a su cabaña, y la idea de llevar a una chica a su cabaña el fin de semana del Día de la Dulzura11era inconcebible. Ni siquiera tenía citas ese día o en San Valentín, para evitar que las chicas tuvieran ideas equivocadas. Toda la idea estaba cargada de grandes implicaciones y expectativas, pero Lanie no era como las demás. Y eso lo relajaba y preocupaba a la vez.
A Kyle le molestaba que Brad y Cassie aún estuvieran en el apartamento cuando llegó.
—Lanie, no puedo creer que vayas a pasar el fin de semana en el bosque con arañas y bichos. Lo siento mucho por ti. Brad y yo estaremos en un spa de lujo recibiendo masajes, y tú estarás en un pantano montañés en medio de la nada —declaró Cassie con petulancia.
—De hecho, la cabaña de Kyle está en un precioso lago. A Lanie le gustará —dijo Brad.
Kyle habría hablado, pero sus ojos estaban pegados a Lanie. Ella se veía muy triste, aunque intentó ocultarlo bajo una media sonrisa.
Tan pronto como se fueron, Kyle tomó asiento en el sofá y sentó a Lanie en su regazo.
— ¿Qué pasa? —Ella apartó la mirada de él—. Dime.
—Brad le dijo a Cassie que la amaba.
Kyle intentó enfocar sus pensamientos. Iban en un millón de direcciones. Ella lo dijo rotundamente, como si se diera cuenta que su sueño estaba acabado. Esto era algo bueno, porque significaba que Lanie superaría a Brad. Esto era malo, porque quería decir que ya no debían fingir que estaban en una relación. No tenía ni idea de por qué le importaba tanto, pero así era. Lo atribuyó a sus ganas de pasar el fin de semana con Lanie.
—La buena noticia es que ya no tenemos que fingir más. Es hora de superar a Brad, de todos modos. Para empezar toda la idea era estúpida.
Kyle intentó ordenar sus pensamientos en un patrón coherente. Desafortunadamente, se dio cuenta que la única forma de convencer a
 
11 Es una fiesta celebrada en ciertas partes de Estados Unidos, vendría a ser el reverso del día de San Valentín donde son las mujeres quienes deben consentir a sus parejas.


Lanie era usar sus habilidades de manipulación una vez más. Se sentía culpable por eso, pero de nuevo, era egoísta. Esa parte de su personalidad se mostraba más agresiva en presencia de Lanie.
Movió su barbilla hacia él para que lo mirara.
—Todavía deberíamos ir.
— ¿Por qué? —Esa maldita palabra de nuevo. Deseaba por una vez que simplemente lo complaciera, pero Lanie era analítica y le gustaba que le argumentaran todo.
—Has estado trabajando duro, y te prometo que lo pasarás bien, incluso si no es un spa. Sin embargo, estás poniendo demasiado énfasis en esta declaración de amor. No significa nada.
— ¿Qué quieres decir? ¡Brad le dijo que la amaba!
—Lo sé, pero las palabras son mi vida, y esa es la expresión más usada e involuntaria en el idioma español. Probablemente ella quería algún tipo de compromiso por su parte. Algún tipo de seguridad que piden las chicas a veces.
—Brad no es esa clase de hombre.
—Es un hombre, Lanie. Todos pensamos igual. Sé de lo que estoy hablando. Decir “te amo” es solo la forma en que un chico tranquiliza a una chica.
— ¿Eso crees?
Kyle pudo ver su sonrisa crecer y se retorció por dentro. Esto estaba complicándose tanto que ni siquiera podía aclarar lo que estaba haciendo ni por qué.
—Confía en mí. Deberías venir conmigo. Te haré sentir mejor. Te haré sentir mucho mejor. —Puntualizó cada declaración con suaves besos en su cuello con los que ella tenía dificultades para resistirse.
Estuvo en silencio un momento, pero lo sorprendió al abrazarlo con fuerza.
—Gracias. No te creo, pero creo que tienes razón y deberíamos ir.
Kyle la abrazó, esperando que no notara que estaba cruzando los dedos tras su espalda mientras, una vez más, se maldecía por ser un completo imbécil.

** *

Kyle siguió a Lanie por el largo sendero, el único en el bosque, cargando las ramas que habían reunido para hacer un fuego mientras miraba codiciosamente su trasero. Su trasero definitivamente era su mejor rasgo, pensó. Se veía especialmente atractivo en los jeans ajustados que estaba usando.
—¿Kyle, me estás escuchando? —preguntó Lanie, añadiendo otra rama a la pila en sus brazos.
—Sí, lo siento. Solo admiraba la vista. —Le sonrió lascivamente.
Ella miró alrededor. Su cabello era una brillante imitación del follaje del otoño. Caía sobre sus hombros en hermosos y ondulados rizos.
—Sí, los bosques son bonitos aquí —dijo ella, haciendo un gesto hacia los árboles.
—Esa no es la vista a la que me refería. Lanie se llevó una mano a la boca.
— ¿Por qué estás coqueteando conmigo, Kyle? —preguntó ella en ese azucarado acento sureño que lo excitaba tanto.
—Tienes razón. Eso fue ambiguo. Déjame ser claro con mis intenciones. Quiero ponerte sobre mi hombro, correr hacia la cabaña, y aprovecharme de ti.
Ella se sonrojó, pero continuó sonriendo.
—Supongo que tendrás que atraparme primero.
Kyle inclinó su cabeza, fascinado con la idea de perseguir a Lanie, literalmente rastreándola por los bosques.
—Lanie, no huyas de mí —le advirtió, esperando que hiciera exactamente eso.
— ¿Por qué, Kyle? —preguntó provocativamente, retrocediendo y dándole una sonrisa rebelde.
—Eres una presa fácil. Corro a diario, y fui capitán del equipo de atletismo. —Él avanzó, pero Lanie siguió retrocediendo, incrementando la distancia entre ellos.
—Bueno, capitán Kyle, hay algunas cosas que no sabes de mí.
— ¿Cómo qué?
—Soy buena ocultándome. —Con eso, salió corriendo por el bosque. Kyle dejó caer todas las ramas que habían recolectado y corrió tras ella. Ella corrió por el camino abierto y se escondió entre los árboles. Maldita sea, tenía razón. Era como un camaleón mezclándose con todos los colores de otoño.
—No quiero que te resbales en las ramas y te lastimes. Sal, Lanie, antes que te hagas daño. Sal ahora —advirtió Kyle, pero en realidad estaba disfrutando jugando con su presa.
— ¿Qué harás si me encuentras?
Kyle siguió la dirección de la voz, pero no pudo ubicarla.
Cuando te encuentre, voy a hacer que te vengas conmigo… luego voy a hacerte venir para mí.
Ella corrió tras él, y Kyle salió disparado tras ella. Se escondió bien, y tan pronto como se acercó, ella logró deslizarse junto él. En un punto, atrapó la parte de atrás de su camisa de cuadros, pero se liberó de su agarre. La emoción de la persecución lo excitó. Le recordó a los juegos de captura la bandera que había jugado en estos bosques cuando era niño. Capturar la bandera nunca fue así de divertido.
Finalmente, salió corriendo de los bosques al claro donde estaba el lago.
—Gran error —dijo Kyle, corriendo tras ella. En la parte abierta no podía ocultarse, y definitivamente él era más rápido. Corrió a lo largo del muelle y se detuvo en el borde.
Ella estaba respirando con fuerza, doblándose por la cintura. Kyle avanzó lentamente, queriendo extender su jueguito.
—Ahora no hay dónde esconderse —dijo Kyle, apuntando al espacio abierto mientras avanzaba con largos y relajados pasos hacia ella.
—Nop, supongo que ganaste —contestó Lanie, enderezándose.
— ¿Qué debería hacer contigo ahora, chica traviesa? Lanie arqueó una ceja.
—Mmmm, tantas posibilidades.
Kyle asintió y empezó a quitarse los zapatos y medias.
— ¿Qué haces?
—Voy a nadar. Y tú también.
Lanie miró el agua y de vuelta a Kyle.
—Mmm, no, no lo haré. —Kyle se desabotonó su camisa lentamente, disfrutando del pequeño jadeo de Lanie.
—Definitivamente lo harás. Tomé esa decisión tan pronto como corriste al muelle. Solo hay una decisión que necesitas tomar.
— ¿Cuál será? —preguntó nerviosa.
—Con ropa, o sin ella —contestó Kyle, quitándose el pantalón. Lanie lo miró como si hubiera perdido la cabeza.
—La gente nos verá.
—Es un lago privado, solo unas cuantas casas, y están vacías este fin de semana… creo.
Lanie miró alrededor y se giró hacia Kyle.
—Probablemente el agua esté helada.
—Entonces sugiero que te quites la ropa —dijo Kyle maliciosamente.
Ellla estaba sonriendo pero insegura.
—Mmmm, no sé nadar. —La inflexión en su voz lo hizo sonar más como una pregunta que una declaración.
Él se quitó su bóxer, manteniendo los ojos en ella. Bajó la mirada y sus ojos se ampliaron.
—No dejaré que te ahogues. Ahora, ¿necesitas ayuda con esa ropa?
Él esperaba que corriera, pero lo sorprendió encogiéndose de hombros. Se quitó su ropa tentativamente, dejándose el sujetador de puntos rosados y bragas a juegos. Kyle se lamió sus labios, dándose cuenta que no quería nada más que lamer cada uno de esos puntos. Ella miró alrededor de nuevo. Sonrió, mordió su labio inferior, y luego corrió, tratando de pasar a su lado. Él la agarró por la cintura y saltó al agua fría. Ella gritó, deslizándose de su agarre. Kyle salió del agua que le llegaba por el pecho, buscándola, pero no la veía. El agua estaba helada, e inmediatamente se arrepintió de su espontanea decisión. Se sumergió profundamente buscándola, maldiciéndose por la estúpida idea. Cuando volvió a salir, la vio nadando lejos de él hacia el otro lado del muelle.
—Atrápeme ahora, capitán Kyle —le dijo, incrementando la distancia entre ellos.
—Pensé que no sabías nadar.
—Mentí —gritó ella en respuesta.
—Típico de abogados —murmuró Kyle, nadando tras ella.
Él consiguió acercarse, pero ella logró evadirlo. Salió del agua y escaneó el lago buscándola. Su corazón empezó a latir, y rezó para que no estuviera en problemas cuando no pudo encontrar su cabello cobrizo asomándose en el agua cristalina.
— ¿Lanie, dónde estás? —gritó.
Soltó un suspiro de alivio cuando vio que su mano subía por el muelle. Había llegado a donde habían comenzado. Definitivamente era mejor nadadora que él. Cuando vio el sujetador y las bragas en su mano, Kyle dejó salir un gruñido de aprobación y nadó hacia ella a una velocidad olímpica. La acorraló en el muelle. El agua era menos profunda, solo cubriendo sus cuerpos desnudos.
—Te atrapé —dijo él, enredando los dedos por su cabello húmedo.
—Hola. —Le rodeó el cuello con sus brazos, temblando contra su cuerpo. Él sintió los escalofríos a medida que emanaban de su piel.
—Tenemos que salir. —La levantó sobre el muelle y salió. Ella se cruzó de brazos, y él inmediatamente cubrió su cuerpo con el suyo, frotándole los brazos para generar calor. Luego la besó, incapaz de encontrar más palabras. Él solo la deseaba. Su cuerpo estaba lleno de una lujuria y deseo que solo ella podía satisfacer. Sus manos rozaron la piel suave de Lanie. Ella lo apartó ligeramente, mirando alrededor ansiosamente.
Él suspiró, inclinándose contra ella.
—Te dije que no hay nadie aquí, bebé.
—Es… estamos tentando a la suerte —susurró ella como si no quisiera hablar en voz alta. La abrazó con más fuerza, esperando que su calor corporal se transfiriera. Estaba sonriendo, pero claramente tenía frío.
— ¿Cómo así?
—Estamos en medio del bosque, desnudos en este muelle, besándonos como adolescentes.
—Oh, créeme, planeo hacer mucho más que besarte —contestó Kyle y mordió el lóbulo de su oreja—. Relájate —la persuadió.
—Solo estoy inquieta.
— ¿Por el frío?
—No, ¡porque estoy asustada de Jason Voorhees12 y su hacha! Solo estamos animándolo, ¿sabes?
Kyle se rio a carcajadas, luego tomó su barbilla como si pensara profundamente.
—Oh sí, conozco a ese tipo. Vive en una de las otras cabañas. Es muy callado, pero he jugado hockey con él un par de veces.
— ¡Basta! —Le dio una suave palmada en el hombro—. Y ahora ya ni siquiera soy virgen.
Él entrecerró los ojos.
— ¿Por qué sería eso un problema? Ella sonrió.
—Porque la virgen siempre sobrevive.
Él se rio de nuevo, preguntándose cómo tenía la habilidad de hacerlo reír tanto y estar tan duro a la vez. Él acarició su cuello.
—Lanie, no tienes nada que temer por el hacha de Jason, lo prometo.
— ¿Por qué, me va a proteger, capitán Kyle?
—Demonios, no. Te mostraré lo rápido que puedo correr —dijo Kyle.
—Qué lindo. Entonces, ¿por qué no debería preocuparme del hacha de Jason?
—Porque él lleva un machete, bebé.
 
 
12 Jason Voorhees: es el protagonista multihomicida de la serie de películas de terror "Viernes 13"


Esta vez ambos rieron.


** *

Kyle arrojó más ramas para alimentar el fuego. Miró apreciativamente el sujetador húmedo de Lanie y las bragas colgando sobre la chimenea y rio. Se había metido las bragas en sus jeans de regreso a la cabaña, pero el sujetador lo había enganchado a una presilla del cinturón. La mejor bandera que he capturado jamás. Su risa rápidamente se convirtió en un ceño cuando notó a Lanie temblando, abrazándose.
—Tienes frío —dijo, frotando sus brazos.
—U…un po… poco. —Él sabía por la forma en que estaba temblando que era más que un poco.
Tomó   la   cobija   del   sofá   y   la   envolvió   a   su   alrededor,   atándola cómodamente en la parte de atrás.
—El lago fue una mala idea. Lo siento. —El agua no había estaba mal cuando se sumergieron la primera vez, pero se había puesto más fría al salir. Kyle le había dado su camisa, pero la capa extra había hecho poco para darle calor adicional.
—No lo sientas. Fue divertido. ¿Por qué me envuelves como un burrito?
¿Tienes miedo de que corra de nuevo?
Él se echó a reír.
—Tal vez. —La cargó y la llevó al sofá. La recostó y se deslizó tras ella para acunarla—. Esto era lo que mi mamá hacía por Rachael y por mí cuando teníamos frío.
— ¿Seguro que lo hacía porque tenían frío, o para evitar que se movieran?
Kyle se rio entre dientes.
—Ambas probablemente.
—Esta era la cabaña de tu familia, ¿verdad?
—Sí, he estado viniendo aquí desde que era pequeño —dijo suavemente.
Se sentaron en silencio, mirando las llamas crepitar. Kyle frotó los brazos de Lanie y ocasionalmente besó su frente.
—Me divertí hoy. —Él intentó hacer sonar su voz alegre.
—También yo. ¿Cuántas chicas has hecho nadar desnudas en ese lago? Kyle se tensó.
—Nunca he traído a una chica aquí.
— ¿Es como tu apartamento? ¿Porque te gusta la privacidad?
—Más o menos. —Podría haber dejado de hablar en ese momento. Ella no hizo más preguntas. Estuvieron en silencio un rato, pero entonces empezó a revelar cosas que nunca había compartido con otras personas—. Esta cabaña representa algunos de mis mejores y peores recuerdos. No vengo mucho. He traído a algunos amigos como Brad para pescar. Rachael la usa para su familia. La mayor parte del tiempo está vacía.
—Lo siento, Kyle. Este lugar es hermoso, así que sé que debe haber pasado algo muy malo para mantenerte alejado de aquí.
Él besó su cabello húmedo.
—Fue en mi décimo cumpleaños. Estaba emocionado por pasar el fin de semana en la cabaña. Era donde pasábamos la mayoría de los fines de semana, así que asumí que este no sería diferente. Mi padre llamó a mi madre y le dijo que debía quedarse en Nueva York por negocios. Cuando me informó que no podríamos venir, monté una pataleta. La hice sentir culpable por arruinar mi cumpleaños. Al final, aceptó manejar hasta aquí. Mi madre odiaba conducir, especialmente cuando era tan lejos. De hecho, necesitaba repararle los frenos a su auto en aquel momento, así que tomamos prestado el auto del vecino.
»También me dejó invitar a dos amigos. Rachael estaba dormida para el momento en que llegamos aquí, gracias a Dios. Vi el auto de mi padre en  la entrada y pensé que había venido a sorprenderme. Prácticamente salté sobre los escalones de la casa, incluso aunque mi madre me dijo que esperara. Corrí hacia dentro y lo busqué por todas partes. Finalmente, subí al dormitorio y abrí la puerta. Entonces me quedé petrificado por unos segundos. —Kyle se estremeció, pero no fue porque tuviera  frío. Lanie agarró su mano, apretándola—. Tan pronto como comprendí lo que sucedía, cerré la puerta de golpe. Intenté hacer que mi madre retrocediera y decirle que debíamos irnos, pero ella estaba decidida a abrir esa puerta. Mis amigos entraron y les grité que salieran .Rachael, gracias a Dios, seguía dormida. Para cuando mi madre abrió la puerta, mi padre al menos tenía el pantalón puestos, pero las dos mujeres con las que estaba todavía seguían medio desnudas.
—Oh, Kyle, lo siento mucho. —Intentó girarse, pero estaba envuelta demasiado apretada. Kyle inclinó su cabeza contra la de ella, cómodo por su calidez.
—Está bien. Creo que fue el peor día de mi vida. Recuerdo estar sentado en los escalones del frente, escuchando a mis padres y a las dos mujeres pelear. Al final las mujeres salieron, pero no se fueron. —Kyle apretó la mandíbula, sintiendo la familiar amargura en su garganta—. No podían porque mi padre las había traído. Se sentaron en los escalones conmigo.
¿Sabes que en realidad intentaron reconfortarme? Todavía puedo recordar cómo olían. —Él arrugó la nariz ante el recuerdo—. Como a vino barato y perfume más barato aún. Finalmente, mi papá se fue con ellas, pero nunca olvidaré la mirada en su rostro. Estaba molesto conmigo. No estaba arrepentido ni compungido como debió ser. Él negó, me miró y dijo: “Jodido feliz cumpleaños. ¿Feliz ahora?”. Mi papá nunca me había hablado de esa forma. Teníamos una muy buena relación hasta ese momento. Mi mamá nos llevó a casa esa noche. Nunca olvidaré a Rachael despertando y preguntando qué había pasado. Preguntó durante las dos horas de regreso, y nunca pude responderle. Mi papá no regresó en una semana.
—¿Pero volvió?
—Mi madre lo aceptó de regreso. Pensé que tal vez se había terminado, y que él había aprendido la lección. —Kyle se rio con cinismo—. Unos meses después dijo que estaba en mi partido de futbolito, cuando no lo estaba. Fue la primera de una larga lista de excusas. Me usó, y algunas veces a Rachael, para cubrirse. Le hubiese dicho a mi mamá la verdad, pero después de un tiempo, realmente no importó. Ella siempre lo aceptaba de regreso. Las pocas veces que sí tuvo la fuerza para confrontarlo, él le compraba flores y se arrepentía, prometiéndole cambiar. La odié por esa debilidad. Era una gran mamá, pero se dejaba pisotear como esposa. Dejaba que se aprovechara de ella.
—Kyle, qué terrible. Debió amarlo mucho para aguantar eso. Kyle en realidad nunca lo había pensado de esa forma.
—Supongo. Tenía un gran corazón, pero podía ver cómo él lo astillaba cada vez más con sus promesas vacías.
— ¿Cómo está ella ahora?
—Murió cuando yo tenía dieciséis. Tuvo un problema en el corazón, lo cual fue irónico, porque siempre pensé que había roto su corazón mucho antes de eso.
—Lo siento. Sigo diciendo eso y sé que no es suficiente, pero de verdad lo siento. —Podía escuchar la vacilación en la voz de Lanie como si fuera a llorar.
—Está bien. Fue hace mucho tiempo. Solo quería que supieras por qué este lugar es agridulce para mí.
— ¿Qué hay de tu padre?
— ¿Qué sobre él?
— ¿Todavía hablas con él?
Kyle se rio sarcásticamente y se arrepintió cuando se dio cuenta que sobresaltó a Lanie.
—No he hablado con él desde que me gradué de la universidad. Básicamente estuvimos por nuestra cuenta una vez que mi mamá murió. Nos dio dinero y contrató un ama de llaves, pero yo me encargaba de Rachael, o viceversa, dependiendo de a quién le preguntes. Rachael aún habla con él, pero he decidido que estoy mejor sin él en mi vida. Cuando me gradué me dio las escrituras de este lugar, como una especie de muestra de su arrepentimiento. Es un poco jodido, ¿no es así?
Lanie estaba envuelta tan apretadamente que no pudo encogerse de hombros. Pero Kyle sabía, sin duda alguna, que quería hacerlo.
—Dijiste que este lugar también tenía tus mejores recuerdos. Tal vez él quería que lo tuvieras por esa razón.
—Tal vez. Siempre pensé que lo vendería, pero nunca lo he hecho. La cosa es que a mi madre le encantaba este sitio. A todos, y él nos quitó eso. Lo siento. Esto no es exactamente romántico o…
—No hagas eso. No justifiques el por qué me lo estás contando. Me alegra que lo hagas.
—No quiero tu lástima. Lo superé —dijo más cortante de lo que pretendía. Ella hizo una mueca en respuesta.
—Entiendo. Me siento mal por el niño, pero me siento peor por el hombre a mi lado.
— ¿Por qué?
—Porque crees que no eres digno de amor, ¿cierto? —El hecho de que ella lo hubiera definido con tal precisión hizo que Kyle se tensara. Podía ser tan intuitiva que lo hacía sentir completamente desnudo todo el tiempo.
—No lo soy. Soy egoísta y codicioso.
—No estoy de acuerdo. Veo cómo eres con Rachael y tus sobrinos. Cómo eres conmigo… gentil y amable, dentro y fuera del dormitorio. —Kyle no tenía respuesta. Ella tampoco le pidió una—. Creo que deberías hablar con tu padre.
—Es un adicto al sexo, un mentiroso y un infiel. —Como yo.
—Y tu padre. Solo tienes uno, y seguramente te amó si tienes algunos recuerdos felices.
Kyle normalmente habría estado furioso por ese comentario, pero viniendo de Lanie, era tan genuino y puro que no podía enfadarse con ella. Permanecieron callados durante un rato otra vez, mirandolas llamas. Colocó sus brazos alrededor de ella e intentó absorber lo último de sus escalofríos.
—Kyle, ¿puedo preguntarte algo? —dijo ella apenas más alto que un susurro. Su voz estaba ronca, y de nuevo Kyle esperó no haberla hecho enfermar.
—Dispara.
— ¿Por qué me trajiste aquí?
Era una pregunta justa, pero Kyle no estaba seguro de la respuesta. Sin embargo, vino rápidamente, y mientras lo decía, se dio cuenta que era la cosa más honesta que le había dicho.
—Podría decirte que fue porque quería pasar el fin de semana contigo, y no pudimos reservar en ninguna otra parte. Eso sería cierto, pero no es toda la verdad. La verdad es que creí que disfrutarías estar aquí, y también pensé que podría disfrutarla de nuevo… contigo.
—Tenías razón. Me encanta. Gracias por traerme.
—De nada, Lanie. —Decir la verdad en estas circunstancias lo asustaba. Tenía que enfrentar la realidad de lo que su farsa era para sí mismo. Tenía sinceros y profundos sentimientos por la chica temblando en la delgada manta a su lado. Sentimientos que no tenía derecho a tener. Sentimientos que ella no correspondía.

** *

—Entonces, ¿por qué un auto deportivo? —preguntó Kyle, admirando el interior del auto de Lanie. Kyle habría insistido en conducir hacia la cabaña, pero ella se había ofrecido y no quería dejar pasar la oportunidad de ver su auto de cerca. Fue un buen paseo.
—Me gusta el poder y el control. Siempre me gustaron los autos rápidos.
—Estaba cómoda conduciéndolo y Kyle encontró que lo excitaba, en especial la forma en que manejaba la palanca de cambios.
—Parece que no va contigo. Pensé que conducirías un sedán de cuatro puertas con cincuenta bolsas de aire o algo así.
—Siempre he querido un auto deportivo. Cuando era adolescente, nuestro vecino estaba arreglando un antiguo auto de carreras que había comprado de segunda mano. Lo miraba por horas desde la ventana de mi habitación.
—Déjame adivinar, dieciocho y sin camisa, ¿correcto?
—Sí, es bastante exacto.
—Entonces sí hubo alguien.
—Bueno, supongo que en retrospectiva, puedo decir que tuve un gran enamoramiento por él, pero amaba más su auto. Lo ayudé al final, actuando como su ayudante. Le pasaba las herramientas e hice el trabajo sucio que me confió hasta que estuvo arreglado. Me prometió el primer viaje por todo el trabajo duro.
— ¿Conseguiste conducirlo?
Apretó el volante con tanta fuerza que sus nudillos se pusieron blancos.
—No, nunca sucedió.
— ¿Por qué?
—Decidió darle un paseo a Cassie en cambio, uno de los que no se requiere que enciendas el motor. Nunca me habló después de eso.
—Oh… ya veo —dijo Kyle, sintiendo compasión por ella. Podía leer entre líneas, y estaba feliz de ser la primera vezde Lanie, pero podía imaginarse la escena. Sabía sin duda alguna que Cassie la había saboteado, como lo había hecho con Brad.
Se encogió de hombros.
—Estaba más interesada en el auto, de todos modos.
—Me alegra que Cassie se te adelantara en eso. Sé que suena egoísta, pero me gusta ser tu primera vez.
Le sonrió.
—Es mutuo, Kyle. —Él sintió un gran alivió con las palabras. Había estado preocupado de que se hubiera arrepentido.
Estacionó en una gasolinera. Kyle cargó el combustible mientras Lanie fue por bocadillos. Ella le arrojó las llaves cuando regresó. Se sorprendió, pero logró atraparlas.
—¿Qué pasa?
—Pensé que te gustaría conducir.
Kyle salivó ante la idea de conducir esta pieza de maquinaria caliente, pero también estaba conmovido porque Lanie confiara en él. Sin embargo, no pudo disfrutar la forma de conducir el convertible, debido a su remordimiento. No se merecía su confianza.


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Mensaje por yiniva Lun 27 Nov - 16:44

CAPÍTULO 20
Brad y Cassie habían llegado a casa antes que ellos, para decepción de Kyle. Quería estar más tiempo a solas con Lanie. Cassie hablaba sin parar sobre su fin de semana de spa. Se
quejaba y elogiaba en las mismas frases, así que era difícil entender si lo disfrutó. Brad preguntó cómo estuvo su fin de semana, dándole a Kyle una mirada conocedora. Conocedora porque él había sido uno de los amigos que Kyle había invitado a la cabaña ese fin de semana fatídico y horrible, cuando tenía diez años.
—Lo pasamos muy bien. Tomamos el sendero largo —contestó Lanie. Brad le dio a Kyle una mirada interrogativa, pero Kyle solo sonrió a
Lanie.
—Chiste privado —dijo él.
—Bueno, tengo que irme. Tengo que levantarme temprano mañana. — Brad besó a Cassie apasionadamente. Kyle esperó por la reacción de Lanie, pero no los estaba mirando. Estaba sonriéndole a él. Tal vez había superado a Brad.
Si lo había superado, ¿qué significaría para ellos? Kyle ciertamente no había tenido tiempo suficiente con Lanie. No se aburría de ella de ninguna manera. En realidad, estaba asustado de que ella estuviera harta de él. Nunca había pensado eso con ninguna otra chica.
Brad terminó el beso, sosteniendo los hombros de Cassie. Kyle intentó no poner los ojos en blanco cuando Cassie batió sus pestañas como loca.
—Nos vemos el martes, nena —dijo Brad, y luego se volvió hacia Lanie—
. Creo que también te veré el martes por la noche, Lanie.
—Estaré allí— replicó ella.
Kyle no tenía idea de lo que estaban hablando. Cuando Cassie salió con Brad, Kyle prácticamente dio un portazo detrás de ellos.
— ¿Qué pasa el martes por la noche? Lanie lo miró con nerviosismo.
—Cena con mi mamá. Cassie le presentará a Brad.
— ¿A qué hora debería estar ahí?—La declaración salió de su boca como si fuera la cosa más natural para decir.
Lanie miró a Kyle con horror y negó.
—Nunca podría someterte a eso. Ni siquiera quiero cenar con mi mamá.
—Lanie, es un paso para ellos. Debemos dar el mismo paso. Quiero estar allí. —Se dio cuenta que era así. Tal vez fuera su curiosidad de nuevo, pero parecía mucho más.
—No lo sé —respondió ella.
Él la atrajo en un abrazo apretado.
—No vendré si no quieres, pero si alguna parte de ti me quiere como tu supuesto novio... o simplemente como tu amigo, dime la hora.
 Kyle se detuvo en la elegante área estilo colonial de Lincoln Park. Le sorprendió que Lanie viniera de dinero. Ella trabajaba tan duro por todo lo que tenía. Sin embargo, encajaba perfectamente con Cassie.
Lanie lo saludó con un beso en la mejilla. Su madre era una mujer esbelta que parecía una versión mayor de Cassie en un elegante vestido rojo. Vaya, la mamá de Lanie es una MQMF13, pensó Kyle. Ella estaba adulando un ramo de flores que Brad había traído. Claro que Brad compraría flores. Kyle se frotó la nuca, preguntándose por qué no había pensado en el gesto. Se le ocurrió de inmediato. Kyle nunca había tenido ningún interés en conocer a la madre de alguna chica antes. Una vez se había encontrado en un restaurante con una de las chicas que estaba viendo. Su madre había aparecido por casualidad en el mismo lugar. Una vez que fueron presentados, se excusó para ir el baño, se dirigió directamente hacia la puerta, y nunca devolvió ninguna de sus llamadas. Ahora, de hecho, se estaba invitando a conocer a la madre de Lanie. ¿Qué estaba pasando con él?
—Mamá, este es Kyle Manchester —dijo Lanie, señalándolo—. Kyle, mi madre, Ellen Miller.
La mamá de Lanie debe haberse vuelto a casar, pero entonces Kyle recordó que Brad había usado el nombre completo de Cassie y su apellido también era Miller. Las habilidades de Kyle estaban cayendo. Ellas eran de padres diferentes. Sus diferencias tenían más sentido. Lanie nunca habló de sus padres en absoluto.
—Kyle, es tan bueno conocerte. Me sorprendió cuando Delaney me dijo que estaba trayendo a un amigo.—¿Delaney? ¿Cómo no sabía su nombre completo? No le quedaba bien. Ella era su Lanie.
—Soy su novio. Es un placer conocerla —dijo Kyle, extendiendo  la mano. Tenía un deseo urgente de asegurarse que esta mujer entendiera exactamente lo que significaba su relación, incluso si el mismo Kyle no
 
13 MQMF: Madre Que Me Follaría.

tenía idea. Ella lo miró con frialdad, pero asintió, presionando su mano bien arreglada en su cabello peinado en vez de tomar su mano.
—Delaney, por favor, trae bebidas para nuestros huéspedes. La cena estará lista en unos minutos. Cassie, ven a ayudarme.
Lanie tomó las peticiones de bebida de Kyle y Brad. Kyle miró alrededor de la suntuosa sala de estar, donde cada pared y mesa estaba llena de adornos y obras de arte. Brad seguía hablando sobre alguna negociación que habían hecho los Bears. Kyle le dio las respuestas obligatorias cuando era necesario para que formara parte de la conversación. Sin embargo, estaba examinando la habitación. Había toneladas de fotos de Cassie en todas las etapas de su vida, una bebé Cassie con lazos rosados sin un diente; La niña Cassie en un recital de danza, llevando una falda blanca de bailarina; una adolescente Cassie como animadora; Cassie en la secundaria en el baile de promoción.  Había fotos familiares del bebé Cassie con mamá y papá también. Kyle buscó alrededor en una especie de búsqueda del tesoro para hallar fotos de Lanie. Solo encontró una en un pequeño y sencillo marco marrón, en un rincón detrás de un aparador, empequeñecido contra fotos mucho más grandes de Cassie. La tomó, mirando fijamente a Lanie con su toga y birretecarmesí de Harvard. Cassie y Ellen la rodeaban, se veían rígidas y aburridas. Incluso Lanie no parecía muy feliz. A pesar de eso, Kyle se encontró sonriendo con orgullo. Se había graduado summa cum laude. Su novia era tan inteligente. ¿Novia?
Ella vino detrás de él con su bebida.
—Lanie, ¿por qué no hay más fotos de ti? Se encogió de hombros.
—No me gusta que me tomen fotos.
Él aceptó la respuesta pero lo dudó. A las niñas por lo general no les importaban las fotos.
La cena sesirvió en una gran mesa de caoba en un comedor con un empapelado de estampado. Siguiendo el ejemplo de Lanie, Kyle raramente intervino en la conversación. Ellen Miller estaba completamente embelesada con Brad. Le preguntó acerca de su trabajo, su familia y sus gustos. Las respuestas de Brad eran simpáticas, pero incluso él se estaba poniendo incómodo con la forma en que estaba colgándose de cada una de sus palabras.
—Mamá, ¿adivina qué? ¡Rue Morrow entró en la tienda y la ayudé a elegir el delineador de ojos!
—¿Quién es Rue Morrow?—preguntó Kyle.
Cassie lo miró con incredulidad mientras explicaba que Rue Morrow era una pseudo celebridad, después de haber estado en un reality show por unas pocas semanas.
—Eso es maravilloso, Cassie. Es fácil ver por qué te pidió ayuda. Tienes buen gusto en estas cosas. ¡Imagínate, mi hija ayudando a una celebridad!
—chilló Ellen Miller.
—Investigaciones recientes muestran que actualmente el setenta y cinco por ciento de las mujeres buscan la ayuda de un profesional como yo, por sus opciones estéticas —dijo Cassie con una sonrisa orgullosa.
Kyle no pudo contenerse más.
—Eso es realmente interesante porque acabo de leer que dos tercios de todas las estadísticas son falsas.
Lanie ahogó su risa con su servilleta. Brad no pudo contener su risa a pesar de que lo intentó. Mamá Miller y Cassie solo fruncieron el ceño a Kyle. Él no estaba seguro si fue porque captaron el chiste o no. De cualquier manera, no importaba. Al menos había logrado hacer sonreír a Lanie. Ella había estado más tensa de lo que la había visto, y eso era mucho decir.
—Sigue con tu historia, Cassie. Quiero saberlo todo —dijo Ellen Miller, dándole palmadas en la espalda a su hija.Cassie lo hizo, recitando cada pequeño detalle y convirtiendo lo que probablemente había sido un intercambio de diez minutos en una historia de treinta.
— ¿Sabes con quién se reunió Lanie la semana pasada? Rahm Emanuel. Ahora, esa es una celebridad —dijo Kyle finalmente, tan pronto como Cassie terminó.
— ¿Quién es Rahm Emanuel? —preguntó Cassie, mirando a Kyle, obviamente molesta por desviar su atención.
Kyle parpadeó sorprendido. Sabía que Cassie no era brillante, pero esperaba que reconociera el nombre.
—Es el alcalde de nuestra ciudad. Lanie se puso rígida junto a él.
—No es gran cosa. Hay un empleado de la ciudad descontento, y estoy manejando el caso.
—Es una gran cosa. ¿Cuántos asociados pueden enfrentarse a un caso así? —preguntó Kyle, apretando la mano de Lanie.
—Lanie es uno de los mejores abogados que tenemos —agregó Brad. Kyle sintió una mezcla de molestia y gratitud hacia Brad en ese momento. Molestia porque no quería que Brad alabara a Lanie. Ese era su trabajo. Y gratitud porque disfrutaba de la expresión envidiosa en el rostro de Cassie. Sin embargo, estaba completamente confundido por la mirada irritada en el rostro de Ellen Miller.
—Sí, es un cumplido muy generoso, Brad. Cuéntame más sobre lo que haces en la firma. Debe ser muy interesante. —Se inclinó hacia él,
apoyando la barbilla en las manos dobladas y perfectamente cuidadas.
¿Esto estaba realmente ocurriendo? Ellen Miller era una réplica exacta de Cassie en todos los sentidos. Kyle sintió un ardiente deseo de gritarles a todos ellos. La infancia de Lanie debió ser una pesadilla, sometida a estas dos mujeres vanidosas y egocéntricas.
—Lanie, vas a ir de compras el domingo, ¿verdad?—preguntó Cassie, una vez que Brad terminó de hablar sobre su trabajo en la firma. Cassie miró a su madre ya Lanie con una expresión de satisfacción. Era evidente para Kyle que estaba tratando de crear algún drama.
—Um, no puedo —contestó Lanie y se mordió el labio. Kyle conocía esa mirada. Estaba mintiendo. No podía culparla por no querer ir con ellas. Cassie había escogido aquel horrible camisón. No podía imaginar lo inferior que ellas la harían sentir durante un viaje de compras.
—Estás viniendo, y no uses el trabajo como excusa esta vez. Siempre tratas de encontrar una manera de salirte de esto. Creo que ese atuendo no te sienta muy bien, y necesitarás la experiencia de Cassie —dijo Ellen con altivez.
Lanie lucía hermosa para Kyle, con su vestido camisero de color azul y botas negras. De hecho, jugueteó con la idea de llevarla al baño para hacerlo con ella. La razón por la que a Ellen Miller no le gustaba el atuendo era porque Lanie se veía más elegante que Cassie. De alguna manera enferma, y retorcida, eso la molestaba.
Kyle se aclaró la garganta.
—Voy a llevar a Lanie al partido de fútbol el domingo.
Las expresiones de todos decían mucho de la sencilla afirmación. Lanie estaba confundida, y tendría que haberlo estado desde que los Bears no estaban jugando en casa. Brad parecía listo para corregir a Kyle pero se detuvo cuando Kyle le lanzó una mirada venenosa. Cassie y Ellen no eran fans, así que no fingieron expresiones de sospecha, pero parecían decepcionadas. Kyle sospechaba que no tenía nada que ver con no pasar tiempo con Lanie. Era algo más...algo amenazador. De hecho, Ellen había estado bastante fría con Kyle, claramente una extensión de cómo trataba a su hija.
— ¿Fútbol?—preguntó Ellen, como si Kyle le hubiera dicho que iban a nadar en un lago.
—Sí, mamá, fútbol. Sabes que lo veo —dijo Lanie, captando la cubierta de Kyle. Kyle colocó su mano en la rodilla de ella, que seguía temblando.
—Eso es correcto. Siempre has disfrutado ese estúpido juego...igual que tu padre.
El cambio en Lanie fue tan intenso que incluso Brad le preguntó si estaba bien. Se puso completamente recta, apartó la rodilla de Kyle y tomó un largo y nervioso sorbo de agua. Ser comparada con su padre no era un cumplido. Kyle quería rodearla con sus brazos y calmarla, pero su postura estaba tan en guardia que pensó que era mejor mantener sus manos quietas y su boca cerrada. No quería molestarla más de lo que ya estaba. Cuando la dolorosa cena terminó, Lanie acompañó a Kyle hasta su auto. Lo besó en la mejilla, pero él la acercó y la abrazó. Estaba tan rígida que pensó que podía partirse en dos.
—Ven esta noche—le susurró al oído.
—No esta noche —dijo Lanie, enterrando el rostro en su pecho.
—Quiero verte, cariño. —Él tenía tantas preguntas que le costaba mucho contenerlas. Quería ayudarla, abrazarla, decirle lo maravillosa que era. Que era mejor que estas personas.
—Kyle, no creo que sea una buena compañía. Necesito relajarme después de ver a mi madre—replicó de mal humor, alejándose de él.
—Podemos relajarnos juntos. —No quiso que sonara sexual, pero sabía que eso era lo que Lanie estaba pensado por su sonrisa sarcástica. Decidió sacar la artillería pesada—. Tengo helado —dijo con una voz cantarina.
— ¿En serio? —preguntó ella, dándole una sonrisa genuina.
—De tu favorito y también sirope caliente. Tal vez si eres una buena chica, te dejaré lamerlo de mí. —De acuerdo, eso fue definitivamente sexual, pero al menos Lanie se echó a reír. Tomó su mano, llevándola a sus labios y besando cada dedo—. Vamos, Lanie. Quiero estar contigo esta noche.
— ¿Me estás sobornando?
—Cuando mucho es coerción—dijo él, poniendo un mechón de cabello detrás de la oreja.
—Supongo que entonces estoy coaccionada.

* * *

Lanie se paró frente a la puerta de Kyle, permitiéndose un respiro profundo. Había pensado en cancelar, mortificada por lo que él había presenciado en la extraña cena. Incluso Brad la apartó a un lado, preguntándole si estaba bien, y por lo general era ajeno a sus sentimientos. Por el contrario, Kyle se percatabade todo, y eso preocupaba a Lanie, pero de todos modos quería verlo. Era la única persona que podía hacer que se sintiera mejor.
Él abrió la puerta en sus bóxer y sin camisa. Ella miró fijamente su pecho musculoso, con sus proporciones perfectas y sus abdominales, sintiendo el ahora familiar rubor que se arrastraba a lo largo de su cuello en su presencia. Antes de que pudiera formar alguna palabra, él la atrajo y la abrazó.
—Te ves muy triste —le dijo él. Ella sabía que parecía un desastre, pero había intentado ocultar sus ojos llenos de lágrimas antes de venir. Él tomó su bolso de viaje, colocando su otro brazo sobre su hombro, y la guio hasta el sofá. Ella se sentó en el otro extremo, deseando poder caer en la hendidura entre el brazo y el cojín. Kyle se sentó en el otro extremo, esperando pacientemente una explicación.
— ¿Qué está pasando? —preguntó finalmente. Era una pregunta cargada, y ella lo sabía, pero no estaba segura de cómo contestarla. Él ya la había visto en su peor momento, pero esto seguramente lo alejaría. Ahora necesitaba tan desesperadamente su amistad que no quería hacer nada para ponerla en peligro.
—No entiendo tu pregunta.
Suspiró exasperado, pasándose las manos por su grueso cabello negro.
— ¿Por qué casi no hay fotos tuyas? ¿Por qué pasamos una hora hablando de delineador de ojos cuando tú estás a punto de volar el techo de un caso enorme? ¿Por qué tu madre te trata como una molestia en lugar de la mujer brillante que eres? Tienes que saber que tu familia no es normal.
Sus uñas se clavaron en la carne de sus palmas mientras cerraba su puño.
— ¿Tu familia es normal? —Fue una pregunta perversa y ella lo sabía, pero no quería abrirle el resto de sus cicatrices. Él había aceptado la física, y eso era suficiente para ella.
—Sabes que no.
—Muy bien, así que estamos un poco jodidos. ¿Podemos dejarlo así? — Ella no sabía por qué seguía presionándola. Solo quería comer helado de su cuerpo esculpido e ir a la cama como cualquier chica normal.
Respiró profundamente.
—Nunca le había contado a nadie sobre la cabaña, pero me ayudó hablar de eso contigo. Déjame ayudarte...por favor. —La miró como lo había hecho ese día, lleno de ternura y afecto.
— ¿Por qué?—preguntó, sintiendo que sus labios temblaban y se maldecía por ello.
—Porque primero somos amigos, y sé que estás herida. No me gusta verte sufrir. —Había tal sinceridad en la declaración, que se sentía abierta a la idea de compartir sus secretos por primera vez en su vida.
Agarró un cojín, apretándolo firmemente en su mano y apartando la mirada de él, porque era más fácil mirar a cualquier otra cosa que arriesgarse a ver la mirada de horror en sus ojos cuando le contara.
—Cassie y yo tenemos diferentes padres.
—Me lo imaginé por los apellidos diferentes. Ella tragó saliva.
—El padre de Cassie aparentemente era un hombre muy trabajador y cariñoso. Él y mi madre fueron novios en la secundaria, y se amaban mucho.
—Espera un minuto... ¿Cassie es mayor que tú? —preguntó con incredulidad. Lanie lo miró, encontrando a su miedo compitiendo con su temperamento.
—Sí, es dos años mayor que yo, pero intentaré no sentirme ofendida por tu sorpresa. —Él parecía tan contrito que le dio una pequeña sonrisa.
Él le dio una suya.
—No es que parezcas más vieja, pero definitivamente actúas como tal. — Se acercó más a ella, colocando su mano cerca de su rodilla pero sin tocarla. Sabía que él estaba dejando que determinara si quería continuar—
. Lo siento por interrumpir. Asintió, respirando hondo.
—El padre de Cassie murió en un accidente de auto. Mi madre conoció a mi padre. Se casó con ella porque estaba embarazada de mí, y estoy segura que se casó con él por su dinero. Nunca se amaron. —Su voz estaba tomando ese sonido ahogado que ella odiaba, el que presagiaba lágrimas.
— ¿Quieres un vaso de agua?
Asintió, aliviada por el pequeño respiro al contarle su retorcido relato.
Volvió y colocó el vaso en su mano, que temblaba, casi causando que algunas gotas se derramaran. Él estabilizó su mano con la suyay la ayudó a llevar el vaso a sus labios. Se bebió todo, sin darse cuenta de lo sedienta que estaba.
Se sentó a su lado en silencio, esperando a que continuara.
—Entonces vivíamos en Racine. Mi padre no era un buen hombre...Eso es un eufemismo. Era pura maldad. Era un alcohólico perezoso y abusivo que disfrutaba atormentándonos. No recuerdo todos los detalles, pero sé que nuestras vidas fueron un infierno hasta...hasta que lo arrestaron. Es curiosa la vida secreta que llevan las personas. Todo el mundo sabía que mi padre era el imbécil más grande, pero nadie sospechaba que era un violador.
— ¿Un violador?—preguntó Kyle. Notó que él apretó sus propias manos, y la mirada en su rostro registró ira, pero sabía que no estaba dirigida a ella.
—En realidad, un violador en serie. Lo atraparon, pero fue una gran vergüenza para mi madre y Cassie. Ella perdonó sus pecados cuando estaban ocultos entre las paredes de nuestra casa, pero cuando se convirtieron en un espectáculo público, casi la destruyó.
Lanie vio la compresión cuando esta se dibujó por todo su rostro. Sus ojos se agrandaron mientras que sus puños se tensaron.
— ¿Estás tratando de decirme que tu padre era el violador Racine?
¿Deland Carmichael? —Ella asintió, sin sorprenderse de que Kyle conociera el nombre de su padre. Después de todo, era periodista.
Sintió que sus labios temblaban de nuevo y tragó saliva, tratando de ahogar el nudo en su garganta.
—Fui nombrada por él. Hubo dieciséis víctimas por lo que sabemos, algunas de ellas menores de edad. Mi madre nos trasladó aquí después. Nunca hablamos sobre eso, y cambió su apellido de nuevo al de su primer marido.
—Lanie, ¿alguna vez él...él...? —Kyle ni siquiera pudo articular la pregunta, lo que era tan extraño en él. Sus nudillos ahora estaban blancos, y se estremeció intentando formar las palabras.
—No lo creo —respondió, así él podría dejar de luchar para preguntarle si su padre la había violado alguna vez.
— ¿Qué quieres decir con que no lo crees?
—Pasaba mucho tiempo a solas con él. Ella se iba con Cassie cuando  las cosas se ponían feas. No lo recuerdo del todo.
— ¿No te llevaba?—La pregunta salió tirante, llena de conmoción e indignación. Ella se preguntó por un momento si su admisión era más difícil para él de alguna manera. Rechazó el pensamiento. Solo estaba siendo un buen amigo como siempre había sido.
—Ella dijo que no pudo porque era hija de él, y él lo prohibió. Conozco la ley ahora y sé que ella tenía opciones, pero supongo que en el momento estaba tratando de proteger a una de nosotras. —Estaba casi agradecida que los recuerdos fueran fragmentos. Era la forma en que su mente la protegía. Mirando fijamente a Kyle, tenía un impulso de consolarlo en este momento. Sus ojos estaban de un verde resplandeciente, y sus hombros temblaban, causando que ella se preocupara por su nivel de estrés.
—Eso es pura mierda. Tenía la responsabilidad de ser madre de ambas.
—Ella observó el rápido ascenso y caída de su pecho, como si estuviera teniendo dificultades para respirar. Lo último que quería era su ira dirigida hacia su madre. La ira era una emoción desperdiciada, y no cambiaría nada. Estrechó su mano cerrada. Él la giró y apretó la de ella ligeramente. El gesto era tanto para calmarlo como para consolarla. Se dio cuenta que funcionó cuando Kyle exhaló profundamente y aflojó el otro puño—. Por favor, continúa —la animó, con una voz tranquila pero tensa.
Negó, decidiendo que sabía lo suficiente sobre su familia psicópata y su genética contaminada.
—Kyle…
—Por favor, Lanie, quiero saber —dijo. Era increíble lo perspicaz que él era.
—Ella siempre se sintió culpable por poner a Cassie en esa situación porque él no era su padre. Era el mío.
— ¿Así que por eso a Cassie no le gustan los secretos de familia?
—Cassie se lo dijo a uno de sus novios cuando estábamos en la escuela secundaria. Él estaba amargado cuando rompieron, así que le dijo a toda la escuela. Ella fue humillada y se hizo un punto para asegurarse de que todo el mundo supiera que era mi padre, no el suyo. Era capaz de lidiar mejor con el rechazo y enfocarme en la escuela. Estudié tan duro que me gradué un año antes. Hice lo mismo en la universidad, pero Cassie nunca se recuperó. Ella enloquecería si Brad le hablara de las actividades ilegales de su padre. Irónicamente, pensé en ello como un hilo común, algo que nos uniría. Mi madre y mi hermana no pueden aceptar lo sucedido y seguir adelante. Reconozco que no me tratan bien, pero sé por qué.—Miró a Kyle y cobró fuerza de su expresión compasiva—. Mi madre me ve como la razón por la que se casó con él. Cassie me ve como un recordatorio de él. Me parezco a él.
—Eso es tan enfermo. —Ella miró hacia otro lado, pero él no la dejaría esta vez. Movió su barbilla hacia él—. Es enfermo que transfieran su resentimiento hacia ti.
—Sé eso.
Los ojos de él se movieron hacia su pecho, pero no había nada lujurioso en su mirada. Tragando con fuerza, miró fijamente el espacio donde estaba su cicatriz.
— ¿Él te hizo eso?
Asintió, dirigiendo su mirada al suelo.
—No recuerdo qué pasó, algo sobre un atizador de chimenea golpeándome en el pecho. —Kyle miró hacia otro lado, pero no antes de que ella lo viera hacer una mueca. Los recuerdos de todos sus años en esa casa estaban fragmentados y desunidos como una colcha de remiendos de pesadillas que no encajaban.
Se inclinó hacia ella y bajó la voz a un susurro calmante.
—Tienes que saber que no eres nada como él, cariño. Eres la persona más amable que he conocido, y entrevisté al Dalai Lama.—Ella se echó a reír, sorprendida de cómo él era capaz de conseguir que hiciera eso cuando estaba a punto de llorar—.Tienes un corazón enorme y una notable capacidad de perdón. No puedo creer que toleres a tu hermana y tu madre,y mucho menos que les permitas estar en tu vida. Eres mucho mejor persona que yo, y nunca dejas de sorprenderme
Su corazón se derritió con sus palabras, pero necesitaba ser fuerte.
Ahora que había empezado, tenía que explicarlo todo.
—Gracias, Kyle, pero necesitas entender que mi elección de tener a mi familia en mi vida es sencilla para mí. Sientes una extraña compulsión por defenderme porque piensas que soy una presa fácil, pero no lo soy. Tengo dos opciones. Puedo aceptarlas con toda la maldad y la fealdad que las acompaña o dejarlas ir para siempre. Elegí aceptarlas porque lo he superado pero ellas no lo han hecho. ¿Lo entiendes?
Él asintió, acariciándole la mano con el pulgar.
— ¿Es por eso que tomaste el caso de Hayes, y no querías que tu nombre se mencionara en ninguna parte? —Era tan inteligente, siempre capaz de captar cualquier pequeño detalle.
—Sí, no quería que mi historia interfiriera con mis clientas. He dedicado una gran cantidad de tiempo a casos como este, aunque no tan notables. Ojalá pudiera erradicar los pensamientos de la gente malvada, pero no puedo. Al menos puedo conseguir justicia para algunas de sus víctimas.
—Tienen suerte de tenerte —dijo él. El orgullo en su voz la sorprendió.
—Estaré de acuerdo contigo cuando ganemos. En cualquier caso, he trabajado muy duro para escapar de la sombra de mi padre. He vivido mi vida de tal manera que esos genes malignos no puedan echar raíces. —Ella había pensado que las semillas de la inmoralidad estaban dentro de ella, arañando para brotar como la mala hierba en un macizo de flores. Ya no se sentía así. De hecho, Kyle la había ayudado con eso de alguna manera.
—No hay nada malo en ti, ni ahora ni nunca, pero ¿a qué te refieres exactamente?
Respiró hondo, preparándose para revelar la letanía de decisiones que había tomado desde que su madre comparó por primera vez a Lanie con su padre cuando era niña.
—Mi padre era un niño perezoso con fondos fiduciarios, así que siempre he trabajado muy duro. Era un criminal, así que me convertí en abogada. Elijo no beber porque era alcohólico. Era un hombre violento, así que paso mi tiempo trabajando en casos contra la violencia. Aborrezco la violencia. Y por supuesto, mi padre fue un violador en serie, así que fui...
—Célibe —terminó Kyle por ella. Ella asintió.
—No tenía nada que ver con salvarme a mí misma. Nunca pensé que era apta para una relación. Las cosas que otras chicas soñaban no estaban en mi ADN, hasta que conocí a... Brad. —Ella parpadeó, dándose cuenta de que la declaración le sonaba extraña. Era cierto, pero no se sentía exactamente sincero por alguna razón. Pero no importaba. Estaba tan agotada que ya no pudo reprimir las lágrimas. Fluyeron libremente como una presa rota.
Kyle la levantó en sus brazos y la abrazó fuertemente. Le acarició el cabello mientras gotas calientes y gordas rodaban por su rostro haciael pecho desnudo de él. Ella podía sentir el latido de su corazón contra el suyo. Estaban sincronizados, latiendo rápidamente en una melodía desesperada y melancólica. Lo abrazó con fuerza, y él la dejó llorar, frotándole la espalda y abrazándola. Su cuerpo tembló cuando el violento llanto tomó el control. No creía que hubiera llorado tanto en su vida. Las lágrimas le picaban los ojos, y los sollozos eran físicamente dolorosos, pero estar en sus brazos lo hacía soportable. Finalmente, quedó nada más que respiraciones superficiales y chillonas.
—Gracias por decírmelo —susurró él mientras tomaba su rostro y le limpiaba las últimas lágrimas con el pulgar.
Ella se apartó de él, sintiéndose incómoda por los húmedos senderos que dejó en su pecho.
—Siento haber usado tu cuerpo como un pañuelo. Nunca antes he contado toda la historia de esa manera. —Trató de sonreír. No podía. Su rostro dolía demasiado.
—Siempre que quieras usar mi cuerpo, solo di las palabras. —Estaba tratando de hacerla reír, pero ella estaba teniendo un momento difícil de digerir todas las emociones desenfrenadas que la atravesaban.
—Kyle, ¿está bien si no tenemos sexo esta noche?—La última cosa que ella quería era revelarle la fea cicatriz física otra vez después de dejar al descubierto las mentales.
—Esto no era una invitación para sexo. —Parecía molesto, casi ofendido, pero negó y le sonrió suavemente. Tomó su mano y besó cada dedo—. Señorita Lanie, mi hombro estará siempre a su servicio. Llevo tus lágrimas como una insignia de honor. —La declaración fue tan genuina y dulce que casi comenzaba a llorar nuevamente, pero su cuerpo se sentía vaciado de posibles lágrimas.
— ¿Oh sí? ¿Es por eso que te has quitado la camisa, puto? —preguntó ella, tratando de llevar algo de ligereza a la densa melancolía que impregnaba la habitación. Trató de golpearlo con la almohada. Él la atrapó en su mano y la dejó en el extremo del sofá. Luego la acostó sobre su espalda para que estuviera tumbada sobre el sofá. Levantó sus pies, los puso en su regazo y le quitó los zapatos.
—Siempre ando sin camisa. Deberías saberlo ahora. —Le quitó los calcetines y le frotó los pies—. Aquí está el plan. Voy a preparar el más grande sundae con sirope caliente que jamás hayas visto, y entonces voy a alimentarte de cucharada a cucharada.
—Hmm, sigue hablando —dijo, sintiendo las comisuras de su boca contraerse.
—Entonces voy a darte un masaje de pies mientras miramos la televisión. ¿Adivina qué? Tengo un canal entero con nada más que infomerciales en él —Le dirigió una sonrisa pícara, cosquilleando su pie. Ella se echó a reír, tratando de alejarlo, pero él lo mantuvo firme, inmediatamente frotándolo con sus fuertes manos. Sintió que empezaba a relajarse, como si sus manos la curaran.
—No quiero ver infomerciales esta noche —dijo ella, feliz de que su voz fuera más clara.
— ¿Qué quieres ver, cariño?
Pensó por un momento y sonrió con una verdadera sonrisa.
— ¿ESPN Clásico?
Él soltó una carcajada, rasgando el silencio.
—Lanie, ¿sabes que eres mi mejor amiga?
¿Sabía él que era el de ella? ¿Que estaba asustada de siquiera pensar en su padre, y mucho menos contar toda la sórdida historia, hasta que lo conoció? ¿Qué él le dio valor y fuerza cuando pensó que no tenía ninguna?
¿Que la hizo sentirse completa en lugar de rota? Pero no importaba. Solo estaba siendo un buen amigo, un mejor amigo, y ella siempre iba a valorar este tiempo con él.


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